El mundo de Paul era el mundo del arte. A él le gustaba asistir a las galerías de arte donde pintores y escultores exponían sus obras. Iba con regularidad al teatro y al cine. Siempre que conversaba con Cristiana le decía -la arquitectura no es solo números, cálculos y lineas. La arquitectura también es armonía en las formas, creatividad y diseño. Muchas veces se inspira en el arte y otras veces en la naturaleza para crear sus obras- él como arquitecto lo sabia bien.
Para Cristiana en cambio su mundo era diferente, era el mundo de los números, las cuentas exactas de los debes y haberes de los libros contables, las sumas y los gastos. Todo aquello debía tener un orden y una razón. Los números en los libros al final tenían terminar en azul. Para ambos sus mundos eran importantes pero no por ello debían ser distantes. Salían juntos y disfrutaban de la mutua compañía, de sus conversiones y también de sus diferencias.
Los fines de semana asistían a las galerías, donde Paul comentaba sus obras con Cristiana, todo aquello era nuevo para ella y le agradaba. iban juntos al teatro, al cine y al terminar conversaban de sus impresiones sobre la obra o película que habían visto.
La vida para ellos había dado un giro, se estaban conociendo y eran cómplices en sus sentimientos. Cristiana unas semanas después de salir con Paul lo había llevado a conocer a su familia que desde el primer día lo recibió con agrado. Al despedirse Paul de la familia, acordó con Cristiana para ir el sábado siguiente a la nueva galería que abría sus puerta.
Los días pasaron rápidamente y llegó el sábado, Paul fue a recoger a Cristiana para llevarla a la nueva galería donde se exhibía las obras de un escultor que era famoso en ese momento. Se despidieron de los padres de Cristiana y antes de salir para protegerse del frío se puso su abrigo rojo que tanto gustaba a Paul y partieron hacia la galería de arte. Cuando llegaron ya había gente en el lugar, ellos entraron y comenzaron a recorrer la sala para apreciar las obras.
Las esculturas eran verdaderas obras de arte, el artista había logrado plasmar en cada una de sus figuras humanas expresiones de dolor, alegría tristeza, angustia. Habían caras, torsos, brazos en posiciones que perecían quererse levantar de la piedra y salir del recinto, eran tan reales que daban esa impresión. En una de las escultura ubicada en la esquina del salón de la galería se podían observar solo manos que se levantaban al cielo pero expresaban gran fuerza.
En medio de la galería el escultor había colocado una escalera con diez peldaños y barandales a los costados, era una escalera que no iba a ningún sitio pero el artista quería que el publico asistente interprete el significado de esa escalera. Para él, la escalera representaba los peldaños de la vida pero la gente podía interpretar le que desee y dejarlo por escrito en el libro que había en la entrada.
Al terminar de apreciar la exposición pasaron a otra sala donde había un pequeño café, ahí hablaban sobre la obra del artista y lo que más les había impresionado. Ambos comentaban que las esculturas parecían tan reales.
El fin de semana lo pasaron juntos pero había llegado a su fin. Era el día lunes y cada uno tenia que ocuparse de sus propias actividades, quedaron en llamarse para ver si podían encontrarse en la tarde.
Lunes en la mañana en el Instituto, Cristiana conversaba con Mery, le contaba sobre la exposición de arte a la que había asistido. Mientras conversaban, las dos caminaban hacia el salón donde se dictaban las clases y el profesor esperaba muy serio a sus alumnos.
Pasaron varias semanas desde la fecha de entrega de sus trabajos en grupo. Ahora era lunes y el profesor les devolvía a los alumnos los trabajos con sus respectivas notas y comentarios. Tres grupos habían sacado la nota de excelencia y uno de esos grupos era el de Cristiana, Mery e Ignacio, ellos estaban felices. El profesor los había felicitado porque su trabajo había estado bien sustentado. Ese año los tres terminaban la carrera y se preparaban para salir al mundo, no querían que nada perturbe sus proyectos.
En un momento de descanso los tres amigos conversaban sobre sus planes de fin de año, se tomarían un mes de descanso y luego prepararían sus respectivas tesis para recibirse. Faltaba un tramo largo el que tenían que recorrer. Ignacio les decía a sus amigas -todavía somos estudiantes, donde nos llevara el futuro no lo sabemos.
Al termino de las clases cuando salían de los salones, en su apuro Mery dio un mal paso al borde de las escaleras y cayó aparatosamente dando varias vueltas. Tendida en el piso se quejaba por el dolor:
-Nadie la mueva- grito el supervisor -ya hemos llamado a la ambulancia.
Fue llevada de inmediato a la clínica más cercana, el resultado de su accidente no se podía saber por el momento, se tenían que esperar las radiografías y exámenes pero se temía que la columna este comprometida.
Cristiana e Ignacio estaban en la clínica cuando llegaron sus padres y preguntaron por su hija, ellos se acercaron para contarles como había sido el accidente de Mery.
Los padres y amigos en la sala de espera estaban pendientes de alguna noticia, pasaron varias horas cuando un doctor salio de la sala de emergencia para explicarles como estaba la paciente. La columna no había sufrido daño, ni tampoco otro lugar de su cuerpo, excepto el pie derecho que estaba roto y era necesario enyesarlo; además recomendaba que la paciente se quede esa noche en la clínica para su cuidado en caso suceda una complicación.
CONTINUARÁ.