El tiempo había transcurrido la navidad estaba cerca. En casa de la familia Tan Choi todo era silencio, ellos no tenían motivos para celebrar.
Guo había asumido la dirección del negocio familiar desde antes que su padre, el patriarca Huan Yue falleciera. Los últimos días de vida de su padre fueron difíciles.
Eran las cinco de la mañana todo estaba en silencio y en el comedor se encontraba Guo planificando cómo tenía que realizar la campaña de navidad en la tienda. Varios meses antes mando hacer pedidos de mercancías nuevas a sus proveedores comerciales para surtir la tienda con novedades, esperaba la llegada del barco con un gran cargamento desde Panamá.
Sus pedidos provenían de Europa y de Taiwan, perfumes, colonias, finos jabones perfumados, delicadas blusas bordadas a mano para las damas y novedades para los caballeros. Adornos de fina porcelana, juguetes para los niños y cientos de objetos útiles para el hogar.
Todos sus pedidos eran fantasía fina y delicada según sea el caso. Guo sabía que mantener la tienda con novedades siempre atraía al publico para comprar, además de surtir la tienda, tenía que supervisar la decoración navideña en las vitrinas para hacerlas más atractivas. Todo esto era un gran trabajo pero no se quejaba él seguía adelante.
Ese mismo día, Guo tenía que resolver un problema administrativo sobre el negocio y para ello tenía que buscar entre los documentos que guardaba su padre en una caja fuerte de la habitación. Esta se encontraba con la puerta cerrada, nadie entraba en la habitación.
Era mejor terminar su desayuno para buscar los documentos que necesitaba, apuro el último sorbo de café que quedaba en la taza y se dispuso a entrar a la habitación, caminó hasta el corredor y se paró frente a la puerta, él hacia mucho tiempo que no entraba, era un lugar donde no deseaba estar. Respiró hondo y abrió la puerta. Sabía que era inevitable, los recuerdos se juntaron en su mente, veía la figura de su padre sentado en un sillón frente a la ventana, se sentía lleno de culpa y en su rostro había una expresión de dolor. El abuelo podía pasar horas en ese lugar sin moverse.
Guo y su padre habían hecho lo imposible para averiguar el paradero de los niños Tian y Zhao. Fueron muchas veces a las oficinas de la naviera, en la administración no sabían nada, su barco había sido confiscado por el nuevo gobierno y no tenían noticias del paradero de los niños.
Visitaron varias veces la embajada de China y era la misma situación, no podían darles ninguna información, la orden era el silencio.
Después de dos años de búsqueda infructuosa, el abuelo enfermo gravemente, la piel de su cuerpo se había tornado de color amarillo intenso y pedía a cada instante hablar con su nuera Liang, madre de los niños, pero ella nunca se acercó a su lecho, no deseaba verlo ni hablar con él, era demasiado el dolor que sentía.
Guo se movió en la habitación de sus padres ya no quería recordar pero de pronto escuchó la voz de su madre que le pedía perdón por lo ocurrido a sus nietos. Ella también había muerto, fue un años después que su esposo el patriarca se había ido. La madre Xia He se lamentaba profundamente y le decía -Hijo, tu padre y yo no sabíamos que iban a ocurrir estos acontecimientos en China, todo fue una lamentable coincidencia, una terrible tragedia.
Los recuerdos de Guo eran dolorosos y mortales, por eso no le gustaba entrar a esa habitación, no podía perdonar a sus padres por lo ocurrido, pero sobretodo no podía perdonarse el mismo de no haber detenido a su padre, en su trágica decisión.
Guo seguía buscando a sus hijos no perdía la esperanza de encontrarlos. Al otro lado del océano el país seguía cerrado y era difícil tener noticias, habían pasado algunos inviernos desde la partida de sus amados hijos.
Buscó la caja fuerte de su padre, era mejor detener los recuerdos que llenaban su mente de dolor y culpa, encontró el documento que necesitaba y salio de la habitación, cerró la puerta con llave. Siempre estaba así y solo una vez por semana entraba la señora de la limpieza para arreglar y asear, nada se había movido en mucho tiempo cada mueble ocupaba el mismo lugar.
La situación de la familia Tan Choi era comentada en voz baja por la comunidad china de la ciudad, todos murmuraban su trágica situación pero nadie decía nada. En su momento todos asistieron al entierro del patriarca Huan Yue para dar el pésame, después de todo, él había sido un miembro sobresaliente de su comunidad y lo mismo fue en el caso de la abuela Xia He, todos lamentaban su muerte.
Liang ya se había levantado cuando encontró a su esposo saliendo de la habitación de sus padres, ella debía preparar el desayuno de su pequeña hija Bao que ya tenía cinco años y pedía su desayuno, la niña tenía hambre.
Bao al ver a su padre Guo, corrió a sus brazos, él amaba profundamente a su hija, era su estrella y lo único que le quedaba. Con su esposa Liang hablaba lo indispensable, ella solo se dirigía a él para Liang ya se había levantado cuando encontró a su esposo saliendo de la habitación de sus padres, ella debía preparar el desayuno de su pequeña hija Bao que ya tenía cinco años y pedía su desayuno, la niña tenía hambre.
tratar temas puntuales con respecto a su hija, a la casa o las compras que eran necesarias, después de esto no habían más palabras entre ellos, era como si el amor se hubiera congelado para los dos.
Liang no podía perdonar a su esposo por no actuar y defender a sus hijos, Guo no podía culparla de tener estos sentimientos hacia él.
Liang había defendido a sus hijos hasta el final pero no pudo vencer el muro y la decisión del abuelo.
Abrazado a su hija le preguntaba como había dormido y ella le contestaba que bien.
Bao compartía la habitación de su madre y su padre dormía en otra habitación, de esta manera transcurría la vida dentro de la casa de la familia Tan Choi.
Mientras esperaba el desayuno para su hija, Guo comentó a Liang los planes que tenía para la tienda y algunos trámites que iba a realizar.
La idea que tenía desde hace un buen tiempo era poner a nombre de Bao todas las propiedades y la tienda en caso de que a ellos les ocurra algo, Liang estuvo unos segundos y luego contestó:
-Haz lo que tengas que hacer pero consulta primero con un abogado, recuerda que ella no puede firmar ningún documento en caso se necesite hacer algún trámite, ella es menor de edad.
Guo le comentó que iría a su abogado para buscar su consejo legal.
Bao asistía al ultimo año de jardín en una escuela cerca a su casa. Al año siguiente comenzaría la enseñanza primaria en un colegio regular de la ciudad pero Liang como parte de su educación, desde unos meses antes con mucha paciencia y dedicación le estaba enseñando a su hija a escribir y leer en chino. La pequeña hablaba con su padres el idioma de sus ancestros, por eso la escritura y lectura no eran extrañas para ella.
Liang en su provincia natal, de China había sido profesora rural en una escuela en el campo, ella sabía como enseñar a los niños la escritura y lectura. La pequeña Bao aprendía de su madre las historias, lecciones y escritura, era una niña despierta e inteligente que aprendía rápido los signos de la escritura china...
CONTINUARÁ
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