sábado, 15 de diciembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

Con el paso de los días la situación en los pueblos de San Pablo y Santa Emilia se iba calmando. 
El escándalo del enfrentamiento entre los jóvenes de ambos pueblos había terminado. Las armas que tenían fueron confiscadas y los culpables de haber golpeado a el joven René seguían detenidos y enfrentaban un juicio.
Adriano fue suspendido de su trabajo un mes por el alcalde Teodoro Cerillo, el cual estaba muy molesto por lo ocurrido pero decidió darle otra oportunidad. 
Celina y Adriano se despidieron en la estación de buses, él partía dos semanas a la capital, quería alejarse un tiempo del pueblo y pensar sobre lo ocurrido.     
En San Pablo los directivos de la mina organizaban charlas para advertir a sus empleados que un caso como el del joven René no se iba a tolerar, el trabajo de la mina estaba abierto para todos aquellos que deseen trabajar, vengan de otras localidades o sean del mismo pueblo. 
Mariano Arias se había presentado en el Municipio de San Pablo  para conversar con el alcalde Lázaro Ventura. El tema a tratar era sobre la ampliación de su fabrica de ceramios y souvenirs típicos de la región, su intención, era tramitar la licencia para ello. 
Su fabrica daba trabajo a cuarenta personas y necesitaba más espacio, la producción había crecido en los últimos tiempos y con el contrato de un nuevo joven artista quería iniciar una nueva línea de vajillas para el hogar, vasijas y cantaros con nuevos diseños típicos, además de una línea moderna de utensilios. Era un nuevo plan para impulsar su negocio, pero necesitaba el permiso de construcción, estaba seguro que el alcalde no le negaría la licencia para iniciar el proyecto.
Lázaro Ventura recibió muy bien a Mariano Arias, éste era un hombre importante en San Pablo y siempre colaboraba con la alcaldía. 
Los dos hombres conversaban del plan de negocio y en medio de esta conversación se enteró que Hipolito Mancilla quería iniciar la construcción de un aeropuerto para traer sus aviones a Santa Emilia, para Mariano Arias fue una sorpresa, su competidor por llamarlo de algún modo tenía un plan demasiado ambicioso ¿cómo se había enterado el alcalde Ventura? fue un misterio, pero supo que el alcalde de Santa Emilia no le había otorgado todavía el apoyo necesario. 
Mariano Arias se retiró del municipio al término de su visita y con la aprobación para la licencia que necesitaba, solo tenía que iniciar los trámites. 
En la oficina de su fabrica, Mariano Arias pensaba sobre el proyecto de Hipolito Mancilla era un plan ambicioso, los dos hombres siempre estuvieron  enfrentados por temas del pasado o por quien de los dos hacia el mejor negocio. 
La amistad entre ellos era imposible, más aun cuando sus hijos habían desaparecido juntos hacia ya bastantes años. Mariano Arias Jr. y Angela Mancilla se habían enamorado a pesar de la negación de sus padres y desaparecieron una noche si dejar rastro. Para Mariano padre era un gran dolor no saber nada de su hijo, él seguía buscándolo a pesar del tiempo que había transcurrido. Sabía que Hipolito Mancilla también  seguía buscando a su hija.
¿Donde estaba su hijo? ¿de qué estaba viviendo? si cuando huyeron con Angela solo llevaron la ropa que tenían puesta, no llevaron dinero, ni equipaje. Pensar en todo aquello era un gran dolor, al margen de realizar sus negocios y planes, el padre no había olvidado a su hijo, su recuerdo estaba presente en todo momento y su fotografía sobre el escritorio se lo recordaba a diario.   
La calma volvía a reinar en San Pablo y Santa Emilia. 
Rafaela y Barzan ya habían escuchado hasta la saciedad los comentarios de lo ocurrido entre los jóvenes de ambos bandos... ¡Qué si se hubieran matado! ¡qué terrible lo sucedido a René!  y ¡qué barbaridad con la conducta de Adriano!.        
Barzan invitó a Rafaela a pasear por el                           
pueblo, los dos disfrutaban de sus paseos cuando no estaban ocupados en sus respectivos negocios, para Barzan era el momento de estar al lado de Rafaela y para ella era igual.
Rafaela había logrado convencer a su madre de vender en la tienda productos orgánicos. Doña Elvira no era muy afecta a los cambios pero había aceptado. Ahora Rafaela quería convencerla de hacer nuevos cambios para hacer crecer el negocio. 
La pareja no hablaba sobre su futuro, para ellos era muy prematuro adelantarse en temas más serios sobre su relación, los dos deseaban conocerse más y saber si en verdad eran el uno para el otro. 
La tarde invitaba a caminar y tomados de la mano comentaban sus planes de negocio para el futuro. 
En el municipio de Santa Emilia también se tenían planes menos ambiciosos pero muy importantes, la construcción de la pista que unía la ciudadela pre-inca con el pueblo estaba terminada y lista para iniciar los festejos de la inauguración. Teodoro Cerillo tenía pensado realizar una gran fiesta y un paseo de antorchas en la noche, los festejos serían con bombos y platillos. Gracias a esta pista los turistas y pobladores podían llegar al lugar en menos de media hora, era magnifico para la gran cantidad de visitas que recibía la ciudadela. 
Nada podía interrumpir la alegría del alcalde Cerillo, Santa Emilia iba a festejar.  En ese momento interrumpe su secretaria para anunciar la presencia de Hipolito Mancilla. El alcalde respiró profundamente y pensaba ...Mancilla ya viene a insistir con su proyecto. 
-Teodoro Cerillo... ¡buenos días! ¿cómo está usted- dijo Mancilla con estudiado entusiasmo.
-Bien, muy bien...aquí en la alcaldía estamos ocupados planificando la inauguración de la nueva pista, queremos hacerlo por todo lo grande con colaboración de los pobladores. 
-Yo estoy llano a colaborar con mi municipio, dígame usted en que puede ayudar.
-Gracias Hipolito, en sus momento veré en que puede colaborar- contestó el alcalde Cerillo seguro de que algo quería a cambio.
Hipolito Mancilla se aclaró la voz y agregó -Teodoro cambiando un poco el tema deseo saber ¿qué has decidido sobre el proyecto del aeropuerto?.
-Mancilla... vamos directo al grano, primero se tiene que hacer un estudio para saber si es posible la construcción de dicho aeropuerto y el municipio no tiene dinero destinado para eso.
-No te preocupes, esos estudios corren por mi cuenta, cómo te mencione antes voy a contratar a un profesional entendido en el tema- decía Mancilla para terminar de convencer al alcalde. 
Teodoro Cerillo estaba atento a las palabras de Mancilla, él era un hombre insistente cuando se proponía algún proyecto. 
-Mancilla, contrate usted al profesional, pero quiero dejar bien claro, el municipio no se compromete a realizar ningún gasto sobre el particular y la licencia aún no esta concedida-  dijo el alcalde para dar por terminada la conversación.
Hipolito Mancilla se despidió con igual entusiasmo que al inicio de su visita, ahora tenía que buscar la persona que se encargue de hacer los estudios pertinentes.                        
En San Pablo la población se había enterado de los festejos que preparaba Santa Emilia para inaugurar la nueva pista. 
Un comité de estudiantes de la secundaria de San Pablo se presentó ante el alcalde Cerillo para pedir permiso y participar en el paseo de antorchas que se iban a pie hasta la ciudadela pre-inca. El alcalde los recibió con entusiasmo y les dijo que todos estaban invitados que ellos  no necesitaban pedir permiso.
El paseo de antorchas tenía como fin llegar hasta la ciudadela rodearla   y celebrar en el lugar, con esto querían decirle al país y al mundo que la ciudadela estaba protegida y que no se iba a permitir vandalismo alguno sobre ella porque era un símbolo de la historia y del pasado de una cultura que una vez hábito el lugar.  
Los estudiantes se retiraron con el encargo del alcalde de avisar a todos los pobladores de San Pablo que estaban invitados a los festejos. 
En el día de la celebración nada podía faltar, primero seria el paseo de antorchas en la noche y al día siguientes la feria gastronómica en el pueblo. 
El alcalde Cerillo estaba más que feliz y entusiasmado con los festejos. Por fin la nueva pista se abriría al publico.

CONTINUARÁ             

domingo, 9 de diciembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

Era muy tarde en la noche y en la casa de Rafaela, Celina trataba de calmarse para poder hablar con coherencia. Rafaela pensaba que tal vez a los padres de su amiga les había sucedido algo o quizás a su hermana que vivía en Europa.
Celina tomó asiento en uno de los muebles de la sala y pronunció el nombre de Adriano su novio, unos segundos en silencio y:
-Qué pasa con Adriano- preguntó Rafaela pensando lo peor.
Por fin pudo hablar Celina y dijo con tono desesperado:
-Rafaela todo comenzó de una forma casual, estábamos celebrando en mi casa con mis padres y Adriano el fin del conflicto de los límites entre nuestros pueblos, tú conoces la historia porque estuvimos juntas en la mañana en el lugar de los hechos, desde temprano  yo había notado en la forma de actuar de Adriano que algo pasaba, no dije nada porque pensé que eran presentimientos equivocados de mi parte. 
En la noche a la hora que nos despedimos, él me dijo que tenía que irse rápido a una reunión con sus amigos- Celina tomó un respiro, un poco de agua y siguió con su relato  -Yo pregunté ¿porque tanta prisa? y fue en ese instante que me mostró un arma que traía oculta, según él era para cobrar una deuda, no habló nada más y se marchó. 
Celina se puso a llorar de nuevo, Rafaela estaba desconcertada por lo que acababa de oír:
-No sabes donde es el lugar de la reunión, esto es algo insólito, no puedo creer lo que me estás diciendo- comentaba Rafaela a la vez que trataba de calmar a su amiga. 
Celina contuvo  el llanto y recordó un incidente que Adriano le había contado días antes:
-Rafaela creo que se trata de un ajuste de cuentas, Adriano me contó que unos días antes a su primo Rene le había ocurrido algo grave. Una mañana él se presentó en las oficinas de la mina en San Pablo, deseaba solicitar empleo, la persona que lo atendió anotó su nombre y  datos, lo citaron para unos días después. 
Al terminar la entrevista y salir de las oficinas, casi llegando al límite del pueblo fue emboscado por un grupo de muchachos que lo golpearon de tal manera que terminó con graves contusiones y tres costillas rotas con la amenaza que si regresaba sería peor. -En la mina solo trabaja gente de San Pablo- esa fue más que una advertencia, fue una amenaza, por eso ahora Adriano y sus amigos quieren venganza, ellos ya saben quienes son los que golpearon a Rene. 
La familia en su momento no quizo hacer una denuncia para no hacer más escándalo pero René está postrado en una cama. 
-Pero están equivocados, se tenía que hacer una denuncia a la policía, esos actos no se pueden tolerar, ni pasar por alto-  decía Rafaela molesta por la situación. 
Doña Elvira comentó -Cómo es posible pasar de un acto salvaje a otro acto salvaje, si resultan heridos o lo que es peor muertos, ¿qué va a suceder?   
-Madre tenemos que evitar estos enfrentamientos, Celina vamos a ir a la policía para hacer una denuncia- dijo decidida Rafaela y se retiró a su habitación para cambiarse de ropa. 
-Doña Elvira... si hacemos la denuncia van a detener a todos y Adriano está incluido, sus amigos y él  terminaran en prisión- lloraba Celina sin esperanza.
-Celina es preferible que los detengan a que terminen matándose unos a otros, es necesario detener esto, con la muerte no se consigue nada-  decía doña Elvira segura de que las cosas terminen bien.    Rafaela entró a la sala y junto a Celina se despidió de su madre y salieron camino a la jefatura. Doña Elvira les pidió tener cuidado, ella se quedo sola en la casa a la espera de buenas noticias.
-Celina, se supone que estos conflictos ya no deben pasar, si se firmó la paz y un acuerdo que soluciona los problemas- comentaban Rafaela a Celina en el camino.                           
Cuando llegaron a la jefatura para hacer su denuncia, se enteraron que la policía ya estaba sobre aviso  de lo que iba a suceder, ellos tenían una denuncia previa. 
La policía de Santa Emilia se comunicó con sus colegas de San Pablo e iban a iniciar un operativo conjunto para tomar por sorpresa a los revoltosos y detenerlos. 
Las patrullas de ambos pueblos estaban preparadas, querían que se inicie la reunión para capturarlos y llevarlos detenidos, sobretodo a los cabecillas. 
Uno de los efectivos interrogó a Celina para saber si podía dar más pista sobre el asunto, ella fue cauta al hablar y no mencionó el nombre de Adriano para no comprometerlo.
-Señoritas, ahora pueden retirarse, la policía tiene todo controlado para evitar que se lleven acabo  hechos lamentables- les decía el agente que había interrogado a Celina.
-Por favor oficial-  agregó Rafaela -si ustedes tienen todo controlado nos vamos a nuestra casa, solo deseamos que nada lamentable ocurra. 
De regreso a la casa de Rafaela, Celina estaba un poco más tranquila, al menos ya no lloraba y hablaba con coherencia, sus nervios se habían tranquilizado.
En la casa de Rafaela, doña Elvira se enteraba por su hija  los detalles y comentarios de lo sucedido en la jefatura. 
-Celina, al menos Adriano no te culpará de haberlo denunciado porque ya existía una denuncia previa-  decía doña Elvira, con cierto alivio en la voz. 
Celina se quedó a dormir en casa de Rafaela, llamó a sus padres para decirle donde estaba. 
A la hora de irse a dormir, las dos amigas no dejaban de comentar sobre los hechos y las actitudes de Adriano y sus amigos. 
La policía en su intervención actuó con mucha cautela pero en forma efectiva, logró capturar a los dos grupos de jóvenes sin llegar a los disparos, ni lamentar alguna muerte. Todos fueron detenidos y llevados a prisión para su proceso, no se iban a tolerar actos de vandalismo de ninguna manera.   
Al día siguiente el pueblo de San Pablo y Santa Emilia era un hervidero de comentarios los pobladores estaban enterados de los hechos que no llegaron a ocurrir.  Los familiares se dieron cita en la jefatura para responder por los jóvenes detenidos. 
Todos opinaban y lamentaban los golpes a René y luego la solución de  cobrar venganza del otro bando. 
Como los hechos finales no lograron llevarse a cabo, algunos jóvenes salieron de prisión pero fueron amonestados fuertemente por el comisario que les advirtió: -un paso en falso y sin contemplaciones serían detenidos- Los culpables de golpear a René quedarían en prisión para ser juzgados.  
Entre el grupo que quedó libre estaba Adriano que se lamentaba por su actuación. 
En el momento de salir en libertad Adriano fue citado al municipio, él no sabía lo que le esperaba. 
Se presentó en la oficina del alcalde Teodoro Cerillo y éste estaba realmente molesto, le pidió que tome asiento:
-¿Qué es lo que imaginas?,¿que has hecho?, ¿tú crees que esa es la forma de proceder de una persona que trabaja en el municipio?. ¡Tú no puedes estar involucrado en situaciones que comprometan la tranquilidad de la población!  y menos de portar armas para enfrentarte a tiros con otras personas como si fueras un delincuente. Esta situación puede comprometer tu puesto de trabajo- decía el alcalde en voz alta. -retírate de mi oficina, voy a pensar que solución tomar contigo, por el momento quedas suspendido por unos días sin goce de haber... ¿comprendiste?
Teodoro Cerillo estaba demasiado molesto con Adriano, a éste no le quedo otra cosa más que obedecer y retirarse, el alcalde no lo quería escuchar.
Acto seguido, Teodoro Cerillo tomó su camioneta y se dirigió a San Pablo a las oficinas de la mina para hablar con los directivos estos actos de vandalismo tenían que terminar, la mina no era propiedad exclusiva de San Pablo, jóvenes de las localidades cercanas podían trabajar en ella. 
     
             
Los directivos de la mina conversaron con el alcalde Cerillo y se comprometieron a corregir estos actos para que no vuelvan a suceder. Ellos lamentaban la golpiza que había recibido el joven René por solicitar trabajo. 
Después de terminar su entrevista con los directivos el alcalde Cerillo fue a visitar a su colega Lázaro Ventura, éste no era de su agrado pero era indispensable una conversación con él para tomar las medidas pertinentes y vivir en paz entre las dos Villas. 
La conversación con Lázaro Ventura alcalde de San Pablo, transcurrió en un ambiente de tranquilidad, él también lamentaba de los hechos que solo iban a traer más violencia:
-No se puede tolerar estas situaciones en nuestros jóvenes, tenemos que estar alerta para evitar los enfrentamientos, con esa golpiza han podido matar al joven René - decía el alcalde Ventura y estaba de acuerdo con su colega.
Al final del día, Teodoro Cerillo se encontraba en su oficina, no sabía que medidas tomar con respecto a Adriano, él era su supervisor de obras y asistente, le había tomado mucha confianza y ahora se sentía defraudado. 

CONTINUARÁ       

domingo, 2 de diciembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

Por fin había llegado el día que tanto esperaba la gente de Santa Emilia y San Pablo, era el día señalado por los alcaldes para solucionar los problemas del conflicto de tierras que por tantos años había complicado la vida de ambos pueblo.
Rafaela y su madre esperaban en la casa a Tadeo que pase a recogerlas, para ir juntos al lugar donde los habían citado, mientras tanto madre e hija conversaban  sobre  los acontecimientos que podían suceder, aunque rogaban que no se presenten inconvenientes.  
Ya no se debía  esperar más, la fecha histórica en la vida de ambos pueblos estaba marcada en el calendario como el Jueves 5 de Mayo.
Los garantes por San Pablo eran los mismos que la vez anterior, los directivos de la mina y por Santa Emilia, el padre de la iglesia principal.  
También se encontraban entre los presentes Hipólito Mancilla y Mariano Arias con sus respectivos asistentes,  ellos no se dirigían la palabra y apenas se saludaron. La gran asistencia de los pobladores llenaba el lugar, todos querían que se llegue a un buen acuerdo.    
En  el ambiente se podía sentir la tensión, nadie hablaba la gente estaba atenta a las palabras de los alcaldes. Doña Elvira, Rafaela, Tadeo y Barzan se encontraban presentes en primera fila, ellos habían sido invitados expresamente por el alcalde Teodoro Cerillo porque sus tierras podía estar comprometidas a la hora de marcar los límites. 
Hipólito Mancilla era otro de los principales invitados por la misma razón que doña Elvira, sus tierras serían las más comprometidas a la hora de trazar los límites.
Un día antes a la reunión, Hipólito Mancilla había visitado a doña Elvira para recordarle a ella, el trato de hacer entre los dos un frente común y ayudar a resolver lo más rápido posible el conflicto. Él quería que se solucione el problema sobre los límites para la tranquilidad y la paz entre las dos villas y para que sigan prosperando a futuro.  
Además de querer la solución del conflicto,  Hipolito Mancilla, tenía en mente un ambicioso proyecto que no podía llevarse a cabo si los problemas continuaban, para él todos se beneficiaban si Santa Emilia y San Pablo vivan en un clima de paz. 
El proyecto que quería ejecutar y del cual no había hablado con nadie, era la construcción de un pequeño aeropuerto con una pista de aterrizaje, la gran afluencia de turistas podía justificar el proyecto, no tenía duda que sería un éxito pero por mucha plata que él tuviera solo no podía construir la pista de aterrizaje para avionetas y aviones pequeños de veinte pasajeros.
Era una gran idea, pero necesitaba el apoyo y el permiso del municipio. 
En eso estaba Hipólito Mancilla, cuando visitaba al alcalde Cerillo y comentaba  todo lo bueno que traería para el pueblo la construcción del aeropuerto.           
-Teodoro, sería algo muy bueno para Santa Emilia, no solo porque vendrían más turistas, sino que los mismo pobladores de Santa Emilia y demás localidades cercanas se verían beneficiados porque ellos  podrían viajar al instante a la capital por una emergencia o negocios. Piensa en lo bueno de todo aquello, además tú pasarías a la historia del pueblo como el alcalde que trajo más progreso para la población-  decía Hipólito Mancilla con gran entusiasmo para convencer al alcalde, sin su apoyo no podía realizarse el proyecto.
De toda esa gran idea, había otro gran inconveniente que podía traer abajo los planes de Mancilla, esto era la posición geográfica de Santa Emilia y San Pablo, los dos pueblos se encontraban ubicados muy cerca a la cordillera y aquello podía ser un impedimento para el proyecto. Solo los profesionales y especialistas en el tema podían decir si era factible la construcción de una pista de aterrizaje cerca a Santa Emilia.  
De nuevo Hipolito Mancilla insistió en su proyecto y agregó  -yo voy a pagar a un ingeniero especializado en el tema  un profesional de primera línea para que haga un estudio completo del proyecto y nos diga si es factible la construcción del aeropuerto.        
Teodoro Cerillo no estaba en contra      
de la construcción de un pequeño aeropuerto, al contrario le parecía un gran paso al futuro, solo quería tomar las cosas con calma pensar los pro y los contras y sobretodo estar seguro si era posible su construcción.
Hipólito no dejaba de insistir y volvía a la carga -piensa Teodoro si quieres le ponemos tu nombre al aeropuerto para que siempre seas recordado. 
-No, no esto sería exagerar y no quiero que a gente piense que soy soberbio o lo que es peor que me estoy llevando plata al bolsillo- dijo Teodoro Cerillo con énfasis 
-No te preocupes Teodoro, todos saben en el pueblo que eres un buen alcalde-  sonreía Mancilla para terminar de convencerlo.
El alcalde Cerillo no era ingenuo, sabía a donde quería llegar Mancilla pero si el deseaba hacer realidad el proyecto tendría que ajustarse a las reglas y a la ley. Teodoro Cerillo siempre deseaba  el desarrollo y lo mejor para Santa Emilia, su gestión se haba caracterizado por ello.   
La mañana estaba despejada, ni una nube en el cielo, todas las personas rodeaba a los alcaldes autoridades y garantes era un clima de buen augurio.
Después de las palabras de protocolo para recibir y saludar a todos los asistentes, Lázaro Ventura Alcalde de San Pablo no quiso extenderse en demasiadas palabras, no deseaba hacer recordar a la gente su actuación en la reunión anterior, por este motivo cedió pronto la palabra a su colega Teodoro Cerillo a pesar que entre los dos se podía ver la distancia y tensión.
El paso siguiente fue dar inicio para marcar los límites en los terrenos del conflicto, cada cierto tramo se colocarían  hitos, así no habrían confusiones en el futuro. 
En algunos tramos la carretera servía de frontera y en otros estarían los hitos, al llegar cerca al fundo de doña Elvira se recorto un poco sus tierras, Tadeo quiso protestar pero su madre le pidió que no lo haga, ella estaba de acuerdo
-Hijo te pido por favor, hagamos esto por el bien y la paz de Santa Emilia- Tadeo algo disgustado guardó silencio.   
Al llegar a las tierras de Hipolito Mancilla el recorte fue más extenso, él no pronunció palabra esto le servía como argumento para convencer al alcalde Cerillo de hacer el canje de sus tierras por la construcción del aeropuerto. 
En un momento la tensión creció y se inició una discusión por el desacuerdo en el hito 44 debido a    que San Pablo no quería ceder parte de su terreno. El alcalde Ventura  quería ceñirse a lo que decida el acta de fundación pero tuvo que entrar en razón y ceder si se quería llegar a un acuerdo final. 
En el lugar más visible se colocaría una placa de conmemoración con la fecha y nombres de las autoridades por el acto celebrado y así se pondría fin a los problemas, de ahí en adelante solo se hablaría de paz.
La mañana había terminado sin muchos contratiempos, solo algunas discusiones que no llegaron a malogran el ambiente.  
Los pobladores estaban sorprendidos por la actuación de sus alcaldes y aunque hubo algunas discusiones se llegó al final para firmar la paz.    
En San Pablo y Santa Emilia se celebraba el acuerdo, la gente festejaba como si se tratara de un acuerdo de límites entre dos países.
El alcalde Lázaro Ventura en el municipio de San Pablo celebraba con sus mas cercanos colaboradores  -por fin se terminó este conflicto- decía en voz alta, momentos después pensaba mientras hacía un brindis que era la hora de solucionar el otro problema con Monteagudo el secretario de su partido, éste no se encontraba presente en la reunión.
En Santa Emilia la celebración era igual, todos esperaban la paz duradera, Teodoro Cerillo con su gente en el municipio hacía un brindis por esta fecha, cuando Hipólito Mancilla se acercó a él para hablar del tema del aeropuerto, el alcalde Cerillo comentó:
-Mi estimado Mancilla, ahora no es el momento de hablar de ese tema, ahora es el momento  de brindar y celebrar porque hemos llegado a un acuerdo provechoso-  entonces levantó su copa brindó con él, se dio media vuelta para dirigirse a otro grupo.
Hipolito Mancilla contuvo su ira por haberse quedado con la palabra en la boca, pero pensó que era mejor celebrar y no entrar en conflicto con el alcalde Teodoro Cerillo. 
De noche en casa de Rafaela la familia estaba reunida para celebrar, Tadeo ya no estaba molesto comprendió lo que le había dicho  su madre en la mañana.  Barzan y Rafaela conversaban felices todos hablaban de la reunión y  de la buena actitud de los alcaldes para llegar al feliz acuerdo.  
La reunión duró hasta bien entrada la noche, después era la hora de despedirse, el día siguiente sería un día normal de trabajo. 
Doña Elvira y Rafaela se habían retirado a dormir, la casa estaba en silencio. 
De pronto se escucharon unos golpes con violencia en la puerta ¿quién podía ser a esas horas de la noche? Rafaela fue a la puerta y al abrir se encontró con Celina que apenas podía hablar y lloraba con desesperación 
-¿Qué pasa Celina qué te sucede? habla por favor-  decía Rafaela al ver a su amiga tan desesperada.
Doña Elvira trajo un vaso con agua de azahar para calmar a Celina que seguía llorando y no podía articular palabra alguna.  

CONTINUARÁ