domingo, 19 de enero de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Al día siguiente ni bien la tía Vera se enteró de que Alida estaba en casa con su madre,  fue a visitarla. 
Vera sentía mucho afecto por su sobrina y tenía que verla, saber que estaba fuera de peligro, después de todo el temor que sintió  por la idea de perderla. 
Llegó temprano a la casa y las encontró desayunando a su sobrina  y Alma  en el comedor de diario, un grito de felicidad y un abrazo para Alida por la alegría de verla. En seguida  notó que la pijama le bailaba en el cuerpo pero esto hasta un punto era normal, la gravedad de su enfermedad fue un peligro.  
-Alida querida que felicidad verte en casa y no en el Centro Médico con un vidrio de por medio, es bueno saber que todo eso quedó atrás y que Alma se encargará de prepararte los más ricos platos y una dieta saludable para tu completa recuperación- comentó Vera después de saludar a su hermana. 
Alida sonreía con las ocurrencias de su tía, ella ya la conocía y sentía felicidad de tenerla en casa haciéndoles compañía.
-Alma- volvió a decir Vera -tenemos que preparar un almuerzo para celebrar el regreso de Alida e invitar a toda la familia que quiere verla y saber de ella. No te preocupe, yo te ayudo en todo lo que sea necesario pero recuerda que no debes demorar mucho tiempo en hacer ese almuerzo. 
-Tienes razón pero vamos a esperar que se cumplan por lo menos diez días que Alida está en casa, este momento no sería buena idea realizar el almuerzo, ella todavía está convaleciente,  tiene que sentirse más fuerte para que pueda recibir a la familia- dijo Alma preocupada por la salud de su hija.
-Si, es verdad, yo con mi entusiasmo de verla en casa de nuevo me olvido que todavía está delicada y que tiene que recuperarse-  y mientras abrazaba a su sobrina. 
Alma le sirvió el desayuno a su hermana y las tres conversaban, Alida les contaba algunos pasajes de su viaje y lo maravilloso que fue conocer lugares asombrosos, y animales increíbles como el jaguar que ella vio en algunas ocasiones, su belleza y estampa no tenían comparación. 
Lejos quedaba el peligro que vivió pero se reservó los detalles porque no quería angustiar a su madre que ya había tenido bastante con su enfermedad.      
La conversión fue amena y entretenida pero hubo un momento en que Alida se sintió cansada, recién tenía dos días de estar en casa, se disculpó con la tía Vera y fue a dormir un rato a su habitación  su cuerpo tenía que recuperar la fuerza y la salud.
Cuando se quedaron las hermanas a solas en el comedor -Alma yo sabía que ella se iba a recuperar, que iba a superar el peligro, no sabes todo lo que  rogué al cielo para que reaccione y vuelva a ser la misma- comentó Vera con la voz llena de emoción y se enjugaba algunas lágrimas.
Alma le pidió a su hermana que de ahora en adelante ya no mencione más esos momentos sino todo lo contrario, era mejor conversar de cosas positivas para ayudarla a recuperarse. 
Ese mismo día en la tarde después del almuerzo y cuando la tía Vera ya se había ido, Alida sintió el deseo de ir al jardín, había dormido varias horas y la tarde estaba cálida. Le gustaba contemplar las plantas que daban sus flores como el geranio que sembró algunos meses antes. Se dio cuenta que el manzano estaba hermoso y pronto daría sus frutos          
Alida se sentó en un cómodo  sillón para contemplar su jardín,    
pensó en todo lo que había vivido en las últimas semanas, ella ahora se replanteaba cada paso que daría en su vida para el futuro ¿qué es lo que quería hacer y hacia donde dirigirse?.  
Era importante arreglar algunos temas pendientes y planificar su futuro.  
 Al recordar que estuvo muy cerca de perder la vida, la piel se le escarapelaba. En su mente quedó gravada la luz brillante hacia donde ella se dirigía cuando estaba inconsciente, luego la oscuridad total y profunda parecía que  su cerebro se apagaba y ya no sabía si estaba en esta mundo. 
En medio de sus reflexiones llegó Gervacio a visitarla, Alma lo hizo pasar al jardín donde se encontraba Alida. Gervacio estaba feliz de verla con mejor semblante pero la notó silenciosa y pensativa entonces preguntó: 
-¿Sucede algo Alida por qué estás en silencio?-.
-Gervacio estuve pensando toda la mañana cuales serán los pasos que voy a dar para mi futuro cuando me recupere. Quiero regresar a la universidad para acabar la carrera como le prometí a mi madre y luego deseo viajar por el mundo para dedicarme a la investigación, he descubierto que eso me gustaría hacer-.
-Alida no quiero ser aguafiestas como tú me dices algunas veces, pero eso no es fácil y cuesta mucho dinero si no tienes el apoyo de una institución o universidad-.
-Gervacio... Gervacio como siempre tú tan realista- comentó Alida y continuó -este no es un sueño, a la hora  del almuerzo comenté con mi madre este proyecto, ella me contestó que podía vender la casa y darme el dinero para realizar mi investigación cuando termine la carrera. 
-Mi querida Alida vas a dejar a tu madre sin casa, esa es una decisión delicada que debes pensar con cuidado. Antes de poner más obstáculos vamos averiguar todo lo concerniente al tema y después planificar como siempre yo te voy a poyar en tu proyecto.
Alida dijo con entusiasmo -los dos podemos viajar y hacer nuestras propias investigaciones piensa lo bueno que sería, además estaríamos juntos-.
A Gervacio le agradaba la idea, el campo de la investigación era vasto y siempre habían cosas nuevas que estudiar y descubrir. 
La Tarde comenzó a oscurecer, era el momento de entrar en la casa, Alida y Gervacio en la sala comentaban sobre su día y lo que ambos habían hecho, aunque Alida no tenía muchas anécdotas, si comentó que su tía Vera había estado toda la mañana en la casa y la puso al tanto de las actividades de toda la familia. 
Alma en su dormitorio veía la televisión, ella había cambiado su actitud hacia Gervacio, su trato era normal, no guardaba ningún resentimiento hacia él, comprendió que lo sucedido no fue culpa de nadie, admitir esto era un gran avance en su manera de ser. 
El paso del tiempo es lo único que no perdona, Alma comenzó a planificar el almuerzo familiar, ella iba y venía por la casa para ver la vajilla a utilizar, los cubiertos, la manteleria y lo más importante la planificación de la comida,  era un trabajo agotador pero quería que todo fuera perfecto que nada faltara para que la familia disfrute la reunión, además el almuerzo tenía que ser un día domingo para que todos puedan asistir. 
Alida cada día se sentía mejor y poco a poco iba recuperando el peso y el entusiasmo, quería ayudar a su madre pero ella y Vera se ocupaban de todo, Alma le decía a su hija -no te preocupes nosotras resolvemos lo que hay que hacer, tú ve a descansar-.
El día del almuerzo llegó era un domingo soleado y la casa estaba perfecta y preparada para recibir a la familia, poco a poco fueron llegando tías, tíos, primas, primos, la sala se llenó con la familia, algunos no se veían hacia varios meses. 
Alida con un vestido de flores recibía a todos y les indicaba donde sentarse, los familiares al verla celebraban con alegría de tenerla de nuevo en casa. 
Los primos rodeaban Alida para preguntarle sobre su viaje, la prima Ceci le decía -¿cómo fue tu experiencia en la selva?- y el primo Ramón interrumpía -¿Alida volverías a viajar a la selva a pesar de lo sucedido?-.
Alida contestaba las preguntas con paciencia, les contaba todo lo que había vivido y aprendido en su viaje a la selva amazónica -fue una experiencia que no olvidaré, y si, volvería a viajar al mismo lugar-.  
Alma en ese instante indicó a todos pasar al comedor para el almuerzo, ella y Vera se multiplicaran para atender a la familia, que a nadie le falte nada, pero antes de empezar a comer, el brindis corrió por el lado del tío Edmundo que era el patriarca de la familia, él celebraba la salud de Alida y la alegría de tenerlos a todos reunidos, -esto no era fácil pero aquí estamos todos juntos-. decía y levantaba su copa para brindar.                   
El único ausente al almuerzo fue Gervacio, él por propia iniciativa haba querido ausentarse porque decía que era una reunion familiar.  Alida se molesto, pero no quiso insistir, para ella Gervacio era de la familia ya habría tiempo de conversar sobre ese tema con él.
El almuerzo se prolongo hasta la noche todos conversaban y reían, recordaban anécdotas vividas en familia cuando estaban el abuelo Clemente y la abuela Blanca que ya habían partido. 
La prima Hortensia en la mesa alababa la comida que había preparado Alma -como siempre querida prima tu comida  está exquisita-. todos estaban de acuerdo con ella y celebraron con un brindis.  
La familia se retiró de la casa con la promesa de volverse a reunir pero esta vez en casa de la prima Hortensia.  Alma y Vera estaban exhaustas pero felices de estar con la familia y disfrutar de un momento con ellos. 
La salud de Alida cada día mejoraba, su control con el doctor Benites era positivo el virus había desaparecido, ella sentía que volvía a tener la fuerza y el entusiasmo de antes.
En el jardín el manzano había comenzado a madurar y dar sus frutos, la cosecha era abundante Alma no sabia que hacer con tantas manzanas, Vera comentaba a su hermana -esta abundancia  es de buen augurio, es fortuna y salud querida hermana- y cosechaban juntas las manzanas que el árbol les regalaba con generosidad.    

CONTINUARÁ         

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