domingo, 23 de febrero de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Las semanas pasaban rápidamente la fecha del nacimiento del bebé estaba cerca, solo unos días faltaban para que se cumpla el tiempo. 
Alma estaba al pendiente de todos los detalles para preparar a su hija. Vera y Alma repasaban juntas todas las compras que habían hecho cuando acompañaban a Alida, la cuna estaba lista, la ropa estaba completa con todo lo necesario y los pañales también. Todo era hermoso y con colores suaves para un recién nacido. 
Los primeros días dormiría en el cuarto con sus padres. 
Alida también tenía mucha ilusión con el nacimiento de su hijo, solo esperaba que todo vaya bien como hasta ahora. 
Gervacio había llegado como fue su promesa, él quería estar presente en el momento del nacimiento. 
La familia no tuvo que esperar mucho porque el momento se anunciaba, Alida, Gervacio y Alma, a las tres de la mañana partieron al Centro Médico donde ya los esperaban. El bebe tenía prisa por nacer y no había que hacerlo esperar.
Un Gervacio nervioso se paseaba por el corredor del Centro Médico a la espera de noticias, Alma en silencio trataba de controlarse, ella esperaba que todo salga bien y que su hija no sufra demasiado y que el recién nacido llegue a este mundo feliz. Era un bebé esperado con amor.
Cerca de las seis de la mañana, una enfermera salió de la sala de parto para anunciar que todo estaba bien y que tenían un hermoso bebé, por el momento no podían ver ni a la madre ni al niño, mas tarde se les comunicaría. 
Alma se impaciento, ella no quería esperar, pero sabía que era el procedimiento y se acordaba cuando nació Alida,  fue recibida con tanta alegría y amor por su padre, no podía creer que el tiempo había pasado tan rápido y esa pequeña ahora una mujer, tenia un bebé.
Una hora después del nacimiento se presentó la tía Vera para felicitar al padre y a su hermana que rebosaban de orgullo y felicidad, ya sabían que era un varón aunque si hubiera sido mujer la felicidad sería la misma. 
Cuando por fin pasaron para ver a Alida, ella estaba cansada pero tranquila, su parto no tuvo complicaciones y el bebé estaba bien, solo se lo llevaron a la incubadora que era un procedimiento normal. Alma besó en la frente a su hija, Gervacio se acercó para estar junto a la nueva mamá, muy cerca le susurro que la amaba y que era el hombre más feliz de la tierra. 
Una enfermera entró en la habitación y dijo que podía ver al recién nacido pero solo a través de una ventana, Alma y Vera corrieron a ver al bebé, Gervacio iría después, él no quería que Alida se quede sola.
-Gervacio me siento tan cansada- decía Alida  -parece que hubiera corrido kilómetros, por un momento pensé que iba a morir, los dolores no me dejaban, el doctor y las enfermeras fueron muy buenos conmigo-  terminó de decir mientras se dormía.
-No te preocupes ya todo paso y vas a estar bien, ahora no hables es mejor que descanses- agregó Gervacio para tranquilizar a su esposa. 
Alma y Vera se dieron cuenta que Alida quería dormir, por eso fueron al corredor para sentarse y esperar,  ellas querían decirle que habían visto al bebé y que  dormía plácidamente. 
Gervacio al ver que Alida se había quedado dormida salió de la habitación para ver al bebé.  
El lugar donde estaba los recién nacidos era en un segundo piso, desde la ventana Gervacio podía ver a su hijo, la enfermera que los cuidaba acercó la cuna a la ventana para que su padre lo pueda ver.
La emoción y el orgullo embargaban a Gervacio, casi no podía creerlo, ahora todo en su vida cambiaba, era responsable por un ser tan pequeño y frágil, movería montañas para cuidar de él. 
En ese preciso instante llegaron sus padres a darle el encuentro después que Alma les dieran la noticia. Celeste abrazó a su hijo, fue un momento muy especial, la madre sabía que Gervacio no tenía palabras para describir la emoción, su padre también estaba presente y lo felicitó.
Luego todos juntos fueron donde Alida, nadie se podía olvidar de la madre, ella había hecho posible ese  milagro de vida con la intervención de Dios.  
Los saludos y felicitaciones no se hicieron esperar, el resto de la familia visitó a Alida y le llevaban presentes, un nuevo miembro en la familia, era un encanto. 
Al tercer día como la madre y el hijo estaban en perfectas condiciones, fueron dados de alta, Alida y Gervacio regresaban a la casa con el bebé en brazos, era un sueño. Alma los esperaba con todo preparado, era su hija y su nieto los que venían. 
Se instalaron en la habitación Alida se sentía muy bien y solo estaba pendiente de su bebé al que con la emoción y el trajín no le habían puesto aún nombre. Cómo llamarlo, no había una decisión unánime, ni Alida ni Gervacio estaban de acuerdo con el nombre, ninguno quería ponerle el nombre de los abuelos, ni del padre, ellos querían que tenga su propio nombre, su propia identidad, entonces fue Vera la que dijo -porque no lo llamamos Sebastian-. 
Si, era un nombre único en la familia y además les gustaba a los padres, el nuevo bebé se llamaría Sebastian, no había más que agregar.  
Fue bautizado a los pocos días de nacido, sin mucha pompa ni celebración, lo importante era recibir la bendición y a Dios en su corazón. Asi lo habían decidido Alida y Gervacio, para ellos lo primero era la consagración del bautizo. 
Los días del permiso en el trabajo de Gervacio habían terminado, él ahora tenía que regresa al norte del país donde estaba viviendo y pronto esperaba que Alida vaya a su encuentro. Esta vez la despedida fue muy emotiva, no solo se despedía de Alida si no del pequeño Sebastian que dormia profundamente ajeno a todo el movimiento familiar, el bebé ignoraba que su padre se iba de viaje y que pronto él estaría haciendo lo mismo. 
Alida y Gervacio de nuevo se despedían ahora ella era la que  prometía  reunirse muy pronto. Alida tenía que solucionar varios contratiempos, entre ellos su trabajo para estar preparada y dejar todo en orden para viajar al encuentro de Gervacio, esa había sido su promesa. 
Alma disfrutaba con el bebé, en casa era tan tierno y tan tranquilo, no lloraba y se alimentaba de la leche materna todo el día. 
Alma decía -es un ángel y está creciendo muy rápido-. cuando podía, lo cargaba en brazos y no había nadie quien pudiera quitárselo.
Vera también visitaba la casa más seguido, el bebé había traído esperanza y amor. Mientras su madre y su tía cuidaban del bebé, Alida salía para ordenar y solicitar su retiro del trabajo, sus colegas la felicitaban y se sorprendían por su decisión pero algo ya sabían, ella en alguna ocasión les había comentado.  
En los momentos de tranquilidad en la casa con el bebé y su madre, Alida pensaba que no iba a ser fácil separarse de ella y separar al bebé de su abuela. Su madre estaba feliz y no paraba de comentar sobre Sebastian, que se parece a tal o cual miembro de la familia y al último se acordaba de decir -pero también se parece a Gervacio si...si-. Alida se reía con las ocurrencias de su madre. 
Habia pasado justo un mes desde el nacimiento del bebé cuando Alida preparaba sus maletas para partir, hablar con su madre un día antes no había sido fácil, ella estaba muy triste, Alma se quedaba sola.
-Madre por favor, tú puedes venir a visitarme cuando quieras, las puertas de mi casa están abiertas para ti y puedes quedarte el tiempo que desees- decía Alida.
-No te preocupes hija, yo soy la primera en decirte que vayas con tu esposo, sabía que algún día tenías que casarte y hacer tú vida, tu camino- contestó Alma con emoción y la voz casi se le cortaba. 
-No quiero llorar, este tiene que ser un momento feliz no triste, además pienso en irte a visitar muy seguido- terminó de decir Alma  mientras cargaba a su nieto.  
Al día siguiente Alida estaba casi lista para partir, su equipaje en la sala la esperaba.
-Tía Vera te pido, no dejes sola a mi madre, yo me voy muy preocupada por ella, prométeme que vas a estar pendiente porque yo estaré muy lejos y no voy a poder cuidarla-.
Vera que había venido a despedirse de su sobrina  y del pequeño Sebastian, contestó:
-No te preocupes, ni me lo tienes que pedir Alma, es mi hermana y nosotras estamos muy unidas, yo la voy a cuidar y estaré pendiente de ella, cualquier cosa te lo haré saber-. dijo Vera para tranquilizar a su sobrina que estaba triste y se notaba que no era fácil para ella dejar su casa y a su madre. 
A la hora acordada partieron para el aeropuerto, era un momento difícil. Alma le hacia mil recomendaciones a Alida con respecto a Sebastian, le decía -cuida bien a mi pequeño- y lo besaba en la frente.
Alida abrazó a su madre, era el momento de despedirse, luego abrazó a la tía Vera recordando sobre su promesa  y se fue a tomar el avión. Dejar toda su vida, dejar a su madre que siempre había cuidado de ella, era triste, hubiera querida estar siempre al lado de Alma. Ahora iniciaba una nueva etapa en su vida junto a Gervacio y de su bebé. 
Mientras tomaba el avión se le apretaba el corazón en el pecho, su madre se quedaba sola. Alida tenia que ser fuerte, sabía que una hora y diez minutos más tarde estaría al encuentro con Gervacio que la esperaba para iniciar una nueva vida. 

CONTINUARÁ       
          


domingo, 16 de febrero de 2020

ALIDA Y GERVACIO

con
Alma y Vera comentaban felices lo bien que había salido la celebración del matrimonio de Alida y Gervacio. Los novios disfrutaron de la ceremonia y la fiesta al lado de familiares y amigos. Todo salió como lo habían planeado Alma y Vera, ellas reían al recordar algunos momentos de la boda.
-Alma hoy día llegan los esposos de su luna de miel ¿verdad?- comentó Vera a su hermana que miraba el calendario.
-Si, es verdad hoy es el día, tengo que ir a recogerlos al aeropuerto. Los días han pasado tan rápido. Por el momento ellos se van a quedar en la casa hasta que puedan mudarse a su departamento, aunque yo quiero convencerlos que se queden todo el tiempo que deseen, la casa, es  grande y hay espacio  para todos- dijo Alma con la esperanza de que Alida y Gervacio acepten su propuesta.
-Seguro que si van aceptar, ellos ahora no han tenido tiempo de buscar un departamento, además están recién de su luna de miel- contestó Vera a su hermana para animarla y que no se sienta triste en caso no acepten. 
La hora de ir al aeropuerto había llegado, Alma fue a recogerlos, Vera prefirió dejarlos en la intimidad familiar con Alma y los nuevos esposos que estarían cansados después del vuelo en avión.
Alida y Gervacio abrazaron Alma en el aeropuerto cuando se encontraron, los dos traían cara de felicidad y sonreían. En el camino de regreso a la casa comentaban sobre los lugares que habían conocido y sobretodo lo bien que se sentían. 
Alma no podía evitar ver la cara de felicidad de ambos, eso la llenaba de tranquilidad y alegría.
Cuando llegaron a la casa, Alma comentó con Alida: -he preparado su habitación  para que se queden el tiempo que deseen, no deben tener ningún apuro en mudarse, aquí hay bastante espacio para todos-.
-Gracias madre por pensar en ello, nosotros vamos a buscar un departamento para mudarnos- contestó Alida y no se dio cuenta de la cara de tristeza de su madre cuando la escuchó.
-Bueno descansen y mañana hablamos ahora es bastante tarde- Alma los dejo en la habitación preparada especialmente para ellos, Alida estaba encantada con la nueva decoración, su madre había elegido sus colores favoritos, era un detalle muy lindo de su parte.   
Los nuevos esposos se acomodaron para dormir, el regreso había sido largo y cansado, era mejor no pensar en nada más. 
Al día siguiente a la hora del desayuno se sentían más frescos y descansados, comentaban con Alma en el comedor algunos pasajes de su luna de miel: -Todo fue muy bonito y divertido, el hotel nos preparó una habitación especialmente decorada para recién casados. Madre tenías que verla- decía Alida mientras saboreaba su desayuno. 
-Si estoy segura que así fue, la luna de miel es una etapa  especial en la vida de una pareja. Pero ahora haciendo un paréntesis, quiero proponerles algo a ustedes- unos segundos en silencio mientras Gervacio y Alida la miraban con atención entonces Alma continuo -mi propuesta es que se queden aquí a vivir, la casa es grande y ustedes tienen todo el espacio, me sentiría muy feliz si aceptan- comentó Alma con un suspenso en la voz.  
Alida y Gervacio no sabían que contestar, ellos no habían pensado en quedarse,  querían  irse a vivir a su casa para tener la intimidad que todo matrimonio desea.
-Madre nos sorprendes con tu propuesta, no lo habíamos pensado, ¿Gervacio tu que opinas?- preguntó Alida a su ahora esposo.
-La verdad no sé que contestar como dice Alida no lo habíamos pensado, todo esto está pasando  muy rápido- contestó Gervacio y esperó la reacción de Alma.
Ella se apresuró a contestar -no lo pensemos más, no hay nada más que decir, ustedes se pueden quedar el tiempo que deseen, esta es su casa-. con las ultimas palabras Alma cerró la conversación y se retiro  a su habitación, tal vez Alida y Gervacio deseaban conversar a solas esta nueva propuesta que Alma les había hecho. Ella en el fondo  rogaba  que acepten y se queden a vivir en su compañía. 
-Gervacio que te parece la propuesta de mi madre, nos quedamos un tiempo y luego veremos- comentó Alida para saber que opinaba.
-Aceptemos la propuesta de Alma de quedarnos en su casa un tiempo y luego buscamos con paciencia nuestra casa, de esta manera nos damos tiempo para recuperarnos de los gastos de la boda y la luna de miel y también nos adaptamos a los nuevos cambios-.
Alida estuvo de acuerdo con Gervacio y fue a la habitación de su madre para hablar con ella y aceptar su propuesta, además de conversar cómo llevarían su vida familiar para que no surjan problemas; de todas maneras no era fácil para Alida dejar a su madre sola en una casa tan grande. 
Para Gervacio la principal preocupación era que pronto para él comenzaba una etapa de viajes por el país debido a su trabajo y no quería que Alida se quede sola en un nuevo departamento, eran etapas a las que debían acostumbrarse poco a poco. 
Unos días después ambos comenzaron a trabajar,  Alida en las oficinas del Instituto de Vida Marina y Gervacio en los laboratorios de investigación. 
Una mañana al haberse cumplido un mes de matrimonio Alida se aseguraba de la sospecha que tenía, en las mañanas comenzó a sentir  nauseas  matutinas, señal de que estaba en la dulce espera. La situación la tomó por sorpresa, no esperaba tan pronto tener esta noticia pero se sentía feliz y no dudaba de que Gervacio se sentiría igual y Alma  se alegraría con la noticia.
Como Alida lo había pensado Gervacio y Alma estallaron de felicidad. 
-Alida no lo espere tan pronto, pero este bebe es recibido con todo el amor- dijo Gervacio y abrazó a su esposa.
Por su parte Alma no dejaba de felicitarlos, la emocionaba tener de nuevo un bebe en casa. La tía Vera no podía estar lejos de tanta felicidad, ella y su esposo fueron a felicitarlos ni bien se enteraron de la buena nueva. 
-Alma me siento dos veces feliz, una por ti y otra por Alida- decía Vera a su hermana mientras festejaban la buena noticia. 
Los padres de Gervacio, Celeste y Fausto al enterarse de que su hijo y Alida estaban esperando, los felicitaron, era la mejor noticia que ellos tenían en mucho tiempo. Habia que celebrar decía Celeste 
-Un bebe es una nueva esperanza y una nueva promesa-. terminó por decir la madre de Gervacio.
Instalados por el momento en la casa de Alma la vida del día a día continuaba, el trabajo de ambos las reuniones en casa con la familia. Alma se sentía acompañada con sus hijos como ella los llamaba. Atrás habían quedado los malos entendido por parte de Alma hacia Gervacio, estaba más que contenta con él porque veía a su hija que estaba feliz.
Las semanas continuaban pasando en el calendario y estas se convertían en meses, el embarazo de Alida iba por buen camino y cuando cumplía los siete meses, una noche mientras cenaban en casa, Gervacio comentó con Alida:
-Por motivos de trabajo tengo que mudarme a residir un tiempo en el norte del país, en la ciudad de Tumbes, el laboratorio me manda para hacer algunas investigaciones, Alida esto nos cambia la vida aquí en Lima, no sé por cuanto tiempo pero no deben ser menos de dos años-. respiró intranquilo Gervacio.
Alida se quedó pensando, esta nueva situación les cambiaba por completo el panorama, mudarse a otra ciudad por un tiempo indefinido tal vez, no sabía que hacer, pensó en su trabajo, en la llegada del nuevo bebe, todo se juntaba, todo se hacia más difícil. 
En un primer instante pensó que Gervacio vaya solo y que venga a Lima de vez en cuando, esa era una posible solución, pero no estaba segura.
-¿Qué vamos hacer ahora? esta nueva situación nos cambia todo, por el momento yo no puedo moverme de la ciudad, mi estado es avanzado- contestó Alida nerviosa.
-Lo sé pero no puedo cambiar la orden, dentro de dos semanas tengo que partir, no  debo demorarme más, además con este viaje me promocionan a un nuevo puesto y con un mejor salario, casi el doble y ellos me pagan la casa en la nueva ciudad. Alida no puedo decir que no-. finalizó Gervacio esperando la respuesta de Alida.  
Para Alida no era tan fácil hacer los cambios a otra ciudad, su trabajo y el bebe por nacer, se lo impedían.  Este es un tema delicado que se debe conversar con cuidado, analizar todos los pro y los contras, el panorama futuro no era fácil.
-Gervacio has pensado en mí, en mi situación de trabajo y en el bebe,  además de la situación con mi madre, estoy comenzando a ponerme ansiosa y en mi estado tan avanzado no debe ser-. contestó Alida para que Gervacio se ponga en su situación.
-He pensado en todo Alida, por el momento tú no puedes viajar pero una vez que nazca el bebe si puedes hacerlo. En Tumbes existen muchas langostineras donde puedes trabajar como bióloga marina,  siempre se necesita personal calificado para ello y tú estás calificada. Con respecto a tu madre, ella puede venir con nosotros el tiempo que desee hemos vistos que los tres podemos vivir sin problema.      
-Gervacio tengo que pensar, no puedo asimilar todo son demasiados cambios y no sé si mi madre querrá dejar su casa-. contestó Alida.
Alma estaba en el jardín cuando Alida fue a buscarla, ella tenía que hablar, contarle el nuevo panorama que se avecinaba.
Mientras Alida hablaba, su madre la escuchaba con atención, eran cambios drásticos, mudarse de ciudad y de trabajo.
Alida terminó por decir: -Madre en vez de tantos cambios, sería mejor que Gervacio sea el que venga cada mes para ver a su familia en vez de mudarnos a otra ciudad-   quería saber que opinaba su madre al respecto.  
-Alida están recién casados es la etapa donde la convivencia en pareja es importante, si cada uno está por su lado que puede salir de ello. Tienes que estar con tu esposo y tu hijo, juntos los tres, por mi no te preocupes yo me quedo en mi casa-. contestó Alma para hacer reflexionar a su hija.
Dos semanas pasaron muy rápido, Gervacio tenia que viajar al norte del país y al caer la tarde en el día señalado, tomó su avión con destino a la nueva ciudad que lo acogería, no sabia por cuanto tiempo.
Alida lo despidió en el aeropuerto con la promesa de regresar para el nacimiento de su primogénito, ellos habían conversado y aclarado el panorama, los dos estaban de acuerdo en está nueva etapa de su vida.


CONTINUARÁ   
            
   

   
                
     


domingo, 9 de febrero de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Alma comentaba con Vera las nuevas noticias en la familia, Alida y Gervacio estaban comprometidos.
Vera casi dio un salto de felicidad, su querida sobrina estaba comprometida y pronto sería la boda. 
-Cuando es la fecha para la boda- preguntó Vera llena de emoción.
-Todavía no tienen fecha pero mañana vienen los padres de Gervacio para pedir la mano de Alida, estoy feliz con los preparativos para la cena de mañana- decía Alma mientras iba de un lado a otro en la cocina para ver que podía preparar.
-Alma la cena debe ser especial y solo deben estar los padres de Gervacio, el novio por supuesto, tú y Alida, nadie más. Recuerda que es una pedida de mano-.  decía Vera feliz.  
-Querida hermana por favor, tú sabes que no necesitas invitación y mañana también debes estar presente porque Alida será quien se moleste, si no está su tía favorita-. dijo Alma y no aceptó un no por respuesta.
Vera aseguro que venía y no había más que discutir. Mañana era un gran día para Alida y Gervacio, su compromiso sería oficial y se hablaría de la fecha para la boda. 
Alida ajena a todos los planes de su madre estaba absorta en su trabajo, los estudios de investigación tomaban su tiempo, las empresas querían una respuesta rápida a su problema aunque el tema era delicado, nada podía apresurarlos.
Las pozas donde se criaban los langostinos fueron vaciadas y estaban en un tratamiento de desinfección tal como lo  había recomendado  el Instituto de Vida Marina. Era importante limpiarlas bien para volver a criar los langostinos, lo que era una tarea delicada. 
Gervacio también continuaba con su trabajo, él acababa de llegar de un viaje y preparaba su informe sobre el trabajo realizado. 
Sabía que al día siguiente iría con sus padres a la casa de Alida a pedir formalmente su mano. Estaba emocionado aunque lo disimulaba muy bien, pero su deseo era casarse con Alida y vivir juntos. 
A las 7 p.m del día siguiente tocaban a la puerta los padres de Gervacio y él que vestía una ropa elegante y formal para el momento esperado por todos. Vera también vestía elegante, ella se encargó de abrir la puerta. Todo en la casa lucia impecable y decorado con unos buenos,  arreglos flores  adornaban cada rincón de la casa.
Gervacio y sus padres pasaron a la sala donde Alma los esperaba, vestida elegante  para la ocasión. Las familias se saludaron aunque ya se conocían porque eran vecinos, pero el saludo protocolar no debía faltar. 
Vera subió a la habitación para avisar Alida que habían llegado Gervacio y sus padres. Ésta el ver a su sobrina se quedó asombrada de lo hermosa que lucía con su vestido de gasa color rosa pastel muy suave, con adornos de pedrería en la cintura y el escote, parecía que flotaba con el vestido. 
Ambas bajaron para recibir a los invitados, el primero en levantarse al ver Alida fue Gervacio que estaba muy guapo con su terno azul marino, corbata y gemelos. Alida al verlo sonrió de lo bien que se veían juntos. 
Los padres de Gervacio saludaron a los novios después se pronuncio un breve discurso emocionado por Fausto, padre de Gervacio, porque también para  él  su único hijo se casaba. El discurso de ambos padres fue emotivo y las palabras de Alma igual, ella no pudo evitar las lágrimas por la felicidad de sus hijos.  
Luego, antes de la pasar a servir la cena, se fijó la fecha de la boda ésta sería los primeros días al comenzar la primavera, la que llegaría dentro de tres meses, el tiempo era corto pero los deseos de celebración eran grandes. 
Después que se acordó la fecha todos pasaron al comedor para disfrutar de la cena, con un exquisito  asado y un delicioso puré de papas amarillas, con postres y vinos para brindar por la felicidad de los novios. Todo era perfecto y lleno de los mejores deseos para Alida y Gervacio.
La cena y la celebración terminaron después de las 12 p.m cuando todos se fueron a  su casa y solo quedaron Alida y su madre, está comentó:
-Hija tú no te preocupes por nada porque de los preparativos yo me encargo, tú sigue ocupada con tu trabajo, siempre voy a informarte de todos los detalles y arreglos con los diferentes modelos para escoger el vestido-  decía Alma sonriente, porque ella quería planificar la boda.           
-Madre, por favor que no sea nada exagerado ni costoso, Gervacio y yo tenemos un presupuesto para la boda y no queremos que sea ostentosa-.
-No... no te preocupes todo ira bien y acorde a su presupuesto, ademas yo quería decirte cual va a ser mi regalo de boda. Yo deseo  regalarte el vestido de novia, complaceme en esto y no me niegues  lo que te pido.    
Alida se emocionó al saber el regalo de su madre: -no quiero negarte ningún deseo madre, si tu quieres hacerme ese regalo esta bien, pero juntas  vamos a escoger porque quiero algo sencillo-. dijo Alida para felicidad de su madre. 
Al otro día Alma junto a su hermana Vera comenzaron los preparativos para la boda. 
Las dos hermanas visitaron varios lugares para hacer los arreglos con una casa de banquetes, contratar el lugar donde sería la recepción.
Ellas supervisarían cada detalle de la decoración en la iglesia y en el salón de recepción  porque todo debía ser perfecto para esa fecha.  
Días después hicieron un recorrido  por todas las casas de novios de la ciudad. Alma quería encontrar lo mejor para su hija. 
Una noche mientras conversaban sobre los preparativos, Alma le  mostró Alida tres fotos con diferentes modelos de vestidos de novia, a ella no le gustó ninguno pero su madre le comentó que había un vestido  que ella tenía que verlo personalmente, el vestido era muy bonito y de diseñador. 
-Madre quiero que sea algo sencillo-.
-Alida, solo te vas a casar una vez en la vida, no puedes pedir nada sencillo espera a verlo y te va a gustar-.
Alida no quería contrariar a su madre y aceptó ir con ella para ver el vestido. La visita de Gervacio interrumpió la conversación entre madre e hija. 
Cuando quedaron a solas los novios, Alida comentó:
-Gervacio mi madre me está volviendo loca con los preparativos y el vestido, no sé que voy hacer porque ella quiere una cosa y yo quiero otra- dijo un poco nerviosa.   
-Alida ten paciencia, tú sabes que Alma tiene experiencia en organizar reuniones, ella te alivia todo el trajín de organizar una recepción tan importante como una boda, por el trabajo para ti sería un problema lidiar con cada detalle. En cuanto al vestido no seas tan quisquillosa, Alma tiene buen gusto para elegir, ve con ella y luego das tu opinión. Además te tengo una sorpresa mis padres nos van a regalar los aros para la boda.
-¡Qué felicidad Gervacio!...es una linda noticia, ellos saben que queremos los aros de estilo clásicos ¿verdad?- dijo Alida con tono de preocupación.
-No te preocupes todo será conforme a nuestro gusto-. comentó Gervacio para terminar.     
Alma y Alida al día siguiente visitaron la casa de novios, vieron varios modelos y al final se quedaron con el vestido que Alma había escogido, tenía que reconocerlo, su madre eligió un bonito modelo de corte princesa cómo decían las empleadas de la tienda. 
Resuelto lo más delicado como es el vestido, Alma se dedicó con todo su empeño a los preparativos, los días pasaban y el tiempo se acortaba cada vez más; nada debía quedar en el aire, todo debía ser  perfecto pensaba la madre de Alida. 
Las invitaciones fueron enviadas, el salón de recepción separado para el gran día. 
Con todo el trajín la novia se sentía estresada, pero eran Alma y Vera las que en realidad preparaban todo, Alida con su trabajo no hubiera podido dedicar el tiempo para cada detalle.  Ella agradecía a su madre la ayuda.
En el laboratorio del Instituto de Vida Marina se logró por fin encontrar el problema de las empresas langostineras, el caso se trataba de un hongo que se había filtrado en las pozas de criadero, solucionado esto y con las recomendaciones del caso las empresas podían de nuevo dedicarse a la crianza de langostinos. Fue un gran alivio para todos y sobre todo para Alida que podía dedicarse a su boda. 
La primavera es una estación romántica y especial para celebrar una boda, Alma alistaba los últimos detalles, el vestido ya estaba en la casa, los zapatos y los demás accesorios para la novia. también. Alida se levantó temprano para prepararse, la boda sería al mediodía y  almuerzo y la fiesta después, ella no quería ponerse nerviosa, por eso desayuno tranquila, sin prisa. 
La mañana de la boda transcurría con el arreglo de la novia, cada detalle debía estar impecable, el cabello con un peinado delicado, el vestido lucia precioso, el velo era fino, Alma no podía créelo pero cuando vio a su hija que estaba lista,  lucía hermosa.
El tío Edmundo, el patriarca de la familia sería él que llevaría a la novia al altar. Todo estaba preparado. El tío había llegado con el carro para la novia y pronto estarían en camino a la iglesia donde un novio muy elegante y distinguido con su tuxedo la esperaba algo nervioso en el altar para comenzar la ceremonia. 
Alida tenía que reconocerlo, la iglesia estaba preciosa, toda llena de flores, los invitados llenaban el recinto, ella entraba del brazo de su tío, se sentía feliz y a la vez nerviosa. 
Con los novios tomados de la mano en el altar, el sacerdote dio inicio a la ceremonia. 
Las palabras del religioso fueron acertadas y acorde con la celebración, él les deseaba lo mejor en su nueva vida. -Ahora tienen nuevos desafíos para su futuro  deseo que todo les vaya bien- comento el sacerdote mientras les daba la mano al final del acto religioso. Los  novios se dieron un beso y luego salieron de la iglesia para ir con los invitados al salón donde seria la recepción, en un elegante hotel de la ciudad.
Todo un piso fue separado para celebrar la fiesta, Alida quedó impresionada con la decoración, su madre se había lucido, no solo con la iglesia sino con la recepción. Todo estaba perfecto y decorado con buen gusto, las elecciones que había hecho Alma eran perfectas para la celebración. 
La fiesta transcurrió en un ambiente de alegría y música, se bailó hasta bien entrada la noche. 
La comida fue preparada por un chef experto y los invitados entre amigos y familiares disfrutaron con la celebración y los buenos deseos para los novios. 
En un momento de la noche los novios se retiraron del salón y se despidieron de sus padres. Alida y Gervacio pasarían la noche en una suite elegante del hotel y al día siguiente partirían a su luna de miel con destino desconocido, solo Alma y Celeste sabían donde irían los novios a pasar su romántica luna de miel.

CONTINUARÁ          
       
           
   
     
  


domingo, 2 de febrero de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Habían pasado casi seis meses desde la última vez que Alida y Gervacio hablaron. Entre ellos no hubo más comunicación, los dos continuaron con su vida.
Alida en dos ocasiones fue a buscar a Gervacio pero él, siempre se encontraba de viaje. 
Celeste, su madre cada vez que Alida venía, la recibía en casa,  juntas tomaban el té y disfrutaban de algunos pastelillos, conversaban de temas variados pero ninguna tocaba el por qué se habían separado. 
Celeste no se atrevió a preguntar, pensaba que era invadir su privacidad, si Gervacio no había comentado nada con ella, era mejor dejar que ellos solucionen su vida. 
Alida agradecía que la madre de Gervacio no pregunte nada al respecto, ella siempre pensó que Celeste era una mujer fina y de mucho tacto.
Los días transcurrían entre el trabajo y su casa, una mañana Alida sin proponérselo caminó hasta el café donde ella y Gervacio solían reunirse en el pasado, no tenía ninguna intención especial, solo ir al lugar que tantos recuerdos tenía  y tomar un café.
Sentada en su mesa favorita junto a la ventana donde se podía ver la calle, disfrutaba una taza de exquisito café, cuando de pronto como una sorpresa de la vida entró Gervacio y ambos se encontraron sin darse cuenta en el mismo lugar y a la misma hora.  Los dos estaban paralizados no sabían que decir.
Gervacio se acercó Alida para saludarla y se sentó frente a ella, por unos segundos se quedaron en silencio, se miraban y entonces Gervacio preguntó:
-¿Alida cómo estás?- dijo sorprendido al encontrarla en el café.
-Estoy bien, gracias por preguntar, vine a este café sin querer, no pensé que te iba a encontrar. Fui a tu casa a buscarte dos veces ¿te dijo Celeste?-. comentó Alida de pronto 
-Si me contó que fuiste a buscarme pero yo estaba de viaje, ahora estoy viajando más seguido-. contestó Gervacio y preguntó con curiosidad  -¿por qué fuiste a buscarme?-.
-Quería conversar contigo, nosotros no nos despedimos bien la última vez que nos vimos-. agregó Alida con dudas por la respuesta de Gervacio.  
-No te preocupes, no hay problema ya todo está claro, no tenemos nada de que hablar, además estoy en este momento saliendo con otra persona- dijo Gervacio con serenidad, luego se puso de pie para despedirse -Alida, fue un gusto verte, nosotros siempre seremos amigos- dio media vuelta y salió del café en silencio.
Alida se quedó con su taza de café en la mano, sentía que una ráfaga de viento había pasado sobre ella, no esperaba una reacción así, era el fin para los dos y de ahí para adelante no había nada que agregar. 
El trabajo que había conseguido Alida por suerte ocupaba todo su tiempo, ella como bióloga marina esta trabajando en el Instituto de Vida Marina, donde con un grupo de colegas investigaban sobre la enfermedad que estaba atacando la crianza de langostinos en las empresas langostineras, estas  habían pedido ayuda al Instituto para que realice una investigación sobre el problema y saber que  sucedía con los langostinos. Las empresas estaban sufriendo grandes pérdidas económicas.
La investigación es lo que había querido hacer Alida y ahora era su oportunidad de trabajar en ello, se sentía feliz en esta nueva de su vida.     
Después de su encuentro con Gervacio, Alida estaba un poco triste, a ella le hubiera gustado hablar y aclarar el tema, pero si él había sido tan cortante nada se podía hacer.  
Pero ninguno de los dos sabía que el destino les tenía preparado un nuevo encuentro, cuatro meses más tarde, esta vez en una reunión en casa de amigos comunes, donde ninguno de los dos sabía que el otro iba a ir.     
La sorpresa fue grande cuando Gervacio llegó a la reunión y Alida lo vio entrar, los dos se quedaron parados en medio de la gente que hablaba y no sabía que sucedía entre ellos.    
Esta vez Alida se acercó a él, se saludaron como dos buenos amigos, luego cada uno  fue a conversar con un grupo diferente de amigos, sin preocuparse del otro.    
Alida buscó a los dueños de casa para despedirse, quería salir de la reunion, no se sentía cómoda estar en el mismo lugar con Gervacio.  
Se despidió rápido y salió a la calle para respirar aire fresco porque en la reunión  sentía que se asfixiaba. 
La noche estrellada y la luna llena eran su compañía, se distrajo unos segundos para disfrutar de la noche, no se dio cuenta en que momento Gervacio salió de tras de ella para darle alcance y con el pretexto de que era peligroso caminar sola en la noche, la acompañó.
Al principio, uno al lado del otro caminaban en silencio y sin rumbo por las calles de la ciudad, ninguno hacía comentarios.
Gervacio tomó la mano Alida y caminaron alumbrados por la luz de la luna, era tal vez un nuevo comienzo para ellos, no lo sabían,  fue Alida la que  rompió el silencio para preguntar: 
 -¿Estás saliendo con otra persona?
-No, estuve saliendo con otra persona pero ahora ya no, en este momento soy libre de ir a donde quiera- comentó Gervacio para ver la reacción de Alida.  
-Yo también soy libre y puedo ir a donde quiera, por ejemplo a esa luna que nos está alumbrado- dijo Alida sonriendo como una broma para romper un poco el silencio. 
Era muy tarde en la noche, cuando llegaron a la casa de Alida, en la puerta Gervacio se despedía y ella lo detuvo para decir -porque no dejamos el orgullo a un lado y comenzamos de nuevo, los dos queremos lo mismo. 
Alida abrazó a Gervacio y un beso selló el nuevo comienzo, tal vez esta separación  había ayudado a encontrarse el uno con el otro y a perder el miedo que sintió Alida por el futuro cuando Gervacio iba hacerle la pregunta sobre el compromiso.  
- Mañana vengo para ir a desayunar juntos en alguno de nuestros lugares favoritos, ¿te parece?- se volvieron abrazar y besar, luego Gervacio se retiró. 
Alida estaba de acuerdo con la propuesta, mañana se volverían a encontrar.  
Alma desde su habitación sintió que Alida llegaba, era bastante tarde pero ahora estaba tranquila con su hija en casa. Todavía ignoraba el nuevo comienzo de  Gervacio y Alida. En el fondo había lamentado que terminaran, pero también tenía que admitir que sentía un gran temor que su hija se vaya de la casa en algún momento para hacer su vida. 
Respiró profundamente, cerró el libro que leía y apagó la luz de su mesa de noche,  recién pudo dormir más tranquila, al saber que Alida estaba en su habitación. 
Al día siguiente, Alida le dijo a su madre que no prepare el desayuno para ella porque iba a desayunar con Gervacio: -madre hemos vuelto de nuevo- dijo de repente y Alma sonrió al ver a su hija  feliz. 
El resto del día los enamorados lo pasaron juntos, desayunaron y almorzaron, hablaron y despejaron todas sus dudas, se sintieron afortunados de volver a encontrarse, el amor no los había abandonado solo se había tomado un tiempo para saber si eran el uno para el otro.
Alma al ver de nuevo a  Gervacio que visitaba Alida, estaba conforme, ella sentía aprecio por él, había cambiado su manera de pensar y eso era un gran progreso.  
La vida cotidiana nos alcanza a todos, Alida y Gervacio  no eran la excepción, tenían que trabajar como todo el mundo pero dos meses más tarde, mientras los dos estaban en el jardín de la casa de Alida, ella preguntó:
-¿Gervacio qué opina tu madre de nuestro regreso? ella siempre fue muy amable conmigo cuando me recibió en su casa- sonrió Alida al recordar las conversaciones  con Celeste. 
-Mi madre está feliz, según ella eso era lo que me faltaba-.
-¿Y tiene razón Gervacio?- preguntó Alida porque quería saber la verdad.
-Si ella tiene razón- contestó y sacó de su bolsillo la pequeña cajita de terciopelo rojo, preguntó -¿quieres casarte conmigo Alida?-.
Gervacio estaba en suspenso, Alida no contestaba y él ya comenzaba a pensar en otra negativa. Ella 
   
guardó silencio unos segundos que parecían horas y entonces, dijo -¡si Gervacio, si quiero casarme contigo!- lo había hecho sufrir con su silencio pero ahora ya no había dudas, todo era diáfano.
Gervacio puso en el dedo de Alida el hermoso anillo que había escogido, la piedra era grande y deslumbraba con su brillo. 
Alida estaba feliz, el anillo no era lo más importante sino,  el amor de los dos.
Fueron a buscar Alma para contarle la buena nueva, ella los felicitó, por fin las dudas se aclararon y ahora venía lo siguiente, planificar la boda. La madre de Alida ya estaba pensando en ello. 
-Madre por favor todavía no hay fecha, déjanos  disfrutar  la etapa del compromiso- comentó Alida porque ya conocía a su madre como era.
Cuando Gervacio se fue Alida le enseñó el anillo a su madre: 
-Es muy lindo, Gervacio ha tenido muy buen gusto- comentó Alma y agregó -Alida, cuando decidan la fecha de la boda debes avisarme para comenzar los preparativos con tiempo. Ya puedo imaginar el vestido de novia, será hermoso- decía Alma mientras soñaba con ese día.
-Madre por favor, yo solo quiero un sencillo vestido blanco, nada ostentoso, tampoco quiero una gran boda, solo la familia y los amigos más íntimos- terminó de decir Alida. 
Su madre ya no la escuchaba, ella estaba feliz planificando en su mente, cómo sería la boda y el vestido.
Alida ahora tenía un gran dilema, convencer a su madre sobre los preparativos, ella sabía que Alma no podía con su genio y menos cuando se trataba de Alida. 

CONTINUARÁ