Mientras el congresista Américo Panduro esperaba en la sala, el doctor Martel comentaba en la habitación con su esposa, sobre la visita que había venido: -no comprendo porque ha llegado hasta mi hogar, él sabe que yo no atiendo pacientes en mi casa y menos a estas horas, Liza se lo ha hecho saber-.
-Es mejor que no lo hagas esperar, ve a la sala y entérate que es lo que desea- contestó su esposa.
Oscar Martel de inmediato cruzó el umbral de la puerta y se presentó en la sala donde esperaba el congresista Panduro, éste al verlo se puso de pie y comentó: -Oscar, disculpa que venga a estas horas a importunarte en tu casa pero no voy a quedarme mucho tiempo, el motivo de mi visita es invitarte personalmente para el almuerzo que voy a realizar en mi casa de campo, no muy lejos de la capital, es en Santa Clara, me gustaría tanto que puedas asistir, es este domingo a las diez de la mañana, además quiero pedirte si puedes invitar de parte mía a dos personas influyentes de tu entorno, sé que conoces a empresarios y banqueros importantes. Estaría tan feliz que puedas asistir con tus invitados almuerzo-.
El doctor no solía aceptar invitaciones los domingos porque era el día del almuerzo familiar, él traía a su madre especialmente a la casa para pasar el domingo juntos con su esposa y sus hijas. Se encontraba en un tremendo compromiso y no deseaba decirle que no al congresista.
-Mi estimado Américo, es un día complicado porque mi madre pasa todo el día aquí en mi casa pero por tratarse de ti voy aceptar la invitación y con respecto a llevar otros invitados no estoy seguro de poder hacerlo, haré el intento para complacerte - fueron las palabras finales del doctor.
-Desde ahora te doy las gracias por aceptar mi invitación, van a haber otros invitados serán cerca de veinte personas con sus esposas, me gustaría que lleves a tu esposa Felicia- luego agradeció el congresista y se disculpó por llegar a esas horas a su casa, quería invitar al doctor Martel al almuerzo que era importante para él porque haría algunos anuncios que tenían que ver con el curso de su carrera política. De nuevo volvió a despedirse y se retiró de la casa del doctor, Felicia se acercó a su esposo y dijo: -Oscar escuché las últimas palabras del congresista ¿Estamos invitados a un almuerzo este domingo?- preguntó Felicia.
-Si, estamos invitados a un almuerzo en la casa de campo del congresista, no podía rechazar la invitación, era un compromiso, me pidió que lleve dos invitados y pensé en Ramiro Fuentes y Marcelo Haro. Si me preguntas por el almuerzo familiar en nuestra casa siempre va ser igual, recojo a mi madre de su casa y la traigo para que nuestras hijas junto a su abuela celebren el almuerzo, por este domingo no estaremos nosotros.- contestó el doctor algo preocupado.
Al día siguiente muy temprano Oscar Martel se levantó para comunicarse con sus amigos y hacerles participes de la invitación del congresista Panduro, él estaba seguro que aceptarían, porque querían conocerlo y saber quién era en realidad, todos sabían de su fama pero no todos lo conocían en persona, el mismo doctor Martel sentía curiosidad de saber cuales eran los anuncios que iba ha hacer.
Por suerte después de hablar con sus amigos Ramiro y Marcelo, estos aceptaron la invitación almuerzo del día domingo en la casa de campo. La reunión parecía que iba a ser interesante.
-Oscar- comentó Felicia -a ese almuerzo van asistir las esposas de todos los invitados-.
-Si, querida las esposas van con sus respectivos esposos, es un almuerzo campestre, yo supongo que en algún momento estaremos reunidos en el comedor, realmente no sé cómo va ser la organización pero conociendo a mi amigo el congresista, seguro que todo será a la perfección-.
-Hay algo que debo decirte, dos días antes del almuerzo, nuestra hija Mery viajará junto con su promoción, no va estar presente en el almuerzo con tu madre. Debemos ir a despedirla al aeropuerto- comentó Felicia.
-Es tan pronto su viaje- dijo sorprendido el doctor -no te preocupes ahí voy a estar para despedirla, mi hija menor se va de viaje, es una nueva experiencia para ella.-
-Es la menor y para mí sigue siendo mi niña pequeña- contestó la madre llena de emoción.
Era verdad, Mery estaba tan feliz que contaba las horas para subir al avión y partir a su viaje al sur del país, nada le parecía más divertido que viajar con sus compañeras de colegio. Ella comentaba con sus hermanas todos los lugares que iba a conocer y ha donde pensaban ir, el tour estaba bien planificado y los diez días no serían suficientes.
Fanny y Liza escuchaban a su hermana menor cuando hablaba del viaje, ellas le hacian mil recomendaciones y sobretodo le repetían, no separarse del grupo ni salir sola a ningún sitio.
-Deseamos que disfrutes y te diviertas pero también queremos que no te pase nada. Tener un bonito recuerdo de ese viaje, es una bella experiencia- comentaban Fanny y Liza.
Dos días antes del almuerzo de domingo, Merry y sus padres se dirigían al aeropuerto. Por fin había llegado el día de su viaje, dentro del carro Merry, mentalmente hacía un repaso de la ropa que llevaba en la mochila, ésta la tenía preparada desde hace varios días y esperaba no olvidarse de nada. La promoción de alumnas estaban acompañadas por cuatro profesoras y tres madres de familia para cuidar y vigilar a las treintaicinco jóvenes del colegio, era una responsabilidad que debían manejar con cuidado.
Cuando llegaron al aeropuerto ya estaban reunidas varias de las alumnas, los padres a un lado se quedaban en segundo plano al ver la felicidad de sus hijas por este viaje, sentían que el tiempo había pasado muy rápido y que al terminar el año escolar también se cerraba una etapa de sus vidas. Sus hijas se hacían adultas y ellos no se dieron cuenta hasta ese instante. Merry tomó su mochila y fue a reunirse con su grupo de amigas, sus padres quedaron en el grupo de los padres de familia, todos comentaban lo mismo. La felicidad de ver a sus hijas que se iban a un viaje entre amigas pero sentían algunos temores que todos viven cuando un hijo se va de viaje.
A la hora acordada las jóvenes viajeras tenían que despedirse de sus padres, el momento de abordar el avión había llegado. Merry se acercó a sus padres para la despedida.
El doctor abrazó a su hija y le dijo las recomendaciones y los cuidados que debía tener, la madre casi entre lágrimas le habló sobre los peligros que pueden pasar si no se es cuidadosa.
Merry abrumada por tantos consejos dijo -madre me voy unos días de viaje no debes exagerar, además es un viaje dentro del país, no me voy al otro lado del mundo. comprendo tu preocupación y te prometo que tendré cuidado, ustedes confíen en mí-. fueron sus palabras antes de abrazar a sus padres y darle un beso en las mejillas.
Felicia vio alejarse a su hija y comentó a punto de llorar -Oscar, nuestra hija no entiende que solo queremos protegerla, es la primera vez que nos separamos de ella y siento un temor muy grande que algo le suceda, sé que tiene edad suficiente para darse cuenta de las cosas y que debemos confiar-.
-No te preocupes tanto - dijo el doctor -ha llegado el momento en que debemos tener fe en ella y dejarla crecer para convertirse en adulta-.
La madre de Merry no pudo más y unas lágrimas rodaron por sus mejillas, había pasado el tiempo muy rápido y la niña pequeña, ya no estaba más.
Los padres de Merry salieron del aeropuerto en silencio y casi todo el camino apenas comentaron algo, llegaron a casa y sus hijas mayores no estaban, seguro habían partido a la universidad.
La vida continuaba y el día domingo llegó, el doctor Martel se levantó muy temprano, esa era su costumbre se disponía alistarse para salir a recoger a su madre y traerla a casa para el almuerzo familiar, esta vez estarían solo Fanny y Liza pero seguro que la abuela la pasaría muy bien con las ocurrencias de estás dos nietas. Después de dejar todo organizado y Fanny conversaba con su Nany como le decían de cariño a la abuela. Oscar Martel y su esposa partían almuerzo en la casa de campo del congresista Panduro. Salieron temprano para llegar puntuales a la hora indicada, el día estaba precioso y el sol apuntaba en lo alto del cielo. La casa no estaba muy lejos pero debía tomar sus precauciones. El doctor siempre fue un hombre muy puntual para llegar algún sitio era una característica de su personalidad.
CONTINUARÁ