miércoles, 27 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

La conversación entre Fanny y su madre no había concluido, Felicia tenía muchas preguntas para su hija:
-¿Cómo reaccionó Umberto cuando hablaste de terminar el compromiso?-
-Madre, eso ya no tiene importancia, él no estuvo de acuerdo al principio y luego aceptó mi decisión que más puedo decir, darle vueltas a la conversación no tiene sentido- respondió Fanny a su madre con un tono conciliador.
-Tiene importancia- contestó su madre -si sus padres llaman por teléfono para averiguar que sucedió contigo que les voy a decir, por ese motivo te pido que pienses bien y te retractes para regresar con Umberto y tu compromiso-.
Fanny se puso nerviosa con la insistencia de su madre y agregó: -te pido por favor, no insistas más con el tema, el compromiso se terminó y no creo que Umberto tenga muchos deseos de escuchar mi voz de nuevo para hablar de nosotros-.
-Felicia- exclamó -¡cómo te atreves hablarme de esa forma! has roto el compromiso y te llenas de razones, sigo pensando en los padres de Umberto que explicación voy a darles-.
Fanny se dio cuenta que su madre no estaba comprendiendo lo que decía, ella  pensaba en la boda y en los padres del novio, fue un gran error no hablar antes. Para terminar la conversación Fanny se puso de pie para ir a su habitación hasta la hora que llegue su padre y se siente la familia a cenar: 
-Madre- comentó -me voy ha retirar hasta la hora de la cena- salió de la sala sin esperar que su madre le de la venia y subió a su habitación.
Felicia se quedó sola y sin palabras, trataba de serenarse, la noticia del rompimiento con Umberto la había sacado de sus casillas, en un instante de lucidez dijo a solas -el mundo ha cambiado tanto y no me di cuenta- ¿soy yo la que está equivocada o no?- se interrogó en voz alta y pensó: -esta situación tiene más actores, Fanny no tomaría tan alegremente una decisión de esa naturaleza. Estaba casi segura de que persona se trataba.
En su habitación la hija mayor de Felicia se encontraba perturbada por la conversación con su madre, se dirigió al closet, sacó su vestido de compromiso, era hermoso y romántico, tenía que reconocer que en ese momento de la celebración disfrutó de la reunión y de la compañía de Umberto pero con el paso de las semanas todo perdió su color, tenía demasiadas dudas y ante ella todo pasó muy rápido, tanto que no pudo opinar o tomar la palabra sobre su boda y su vida junto a Umberto. Rogaba que la actitud de su padre sea más comprensiva y no la haga sentir culpable, bastante tenía con la reacción de su madre.
Fanny no se equivocó a la hora de la cena su padre le dijo que al terminar en el comedor quería conversar con ella. Liza aun no sabía nada de lo que sucedía con su hermana por eso su actitud era la de siempre, terminada la cena subió a conversar con Merry que seguía cumpliendo su castigo mientras Fanny hablaba con su padre en el estudio y Felicia atendía el teléfono, la llamaba la madre de Umberto y ella trataba de dar una explicación que fuera creíble sin culpar a nadie del por qué se terminó el compromiso. 
El padre con tono sereno en la voz preguntó a su hija que había pasado y por qué rompió el compromiso: -trato de entender pero quiero que me expliques tus razones- comentó.
Fanny volvió a explicar lo mismo que le había hablado a su madre que no deseaba casarse todavía y que su intención nunca fue herir a nadie ni decepcionar a sus padres -tenía muchas dudas padre y no sabía que hacer, entonces pensé que decir la verdad era el camino-.
Oscar Martel dijo: -nunca imagine que te sentías tan mal, todo parecía ir todo muy bien entre los dos, supongo que Umberto no estuvo de acuerdo-. 
-Si al principio y eso es lo que me hace sufrir, Umberto es una persona muy razonable y al final aceptó- confesó Fanny a su padre.
-Vamos a dejar las cosas como están, no se hable más, ustedes son jóvenes y el mundo no se acaba por que se rompió el compromiso, pero Fanny que esto te enseñe, si no estás de acuerdo, habla, no te dejes llevar por lo que diga yo o diga tu madre-. recomendó el doctor Martel a su hija.
-Gracias padre por comprenderme, sé que tienes razón y que puedo confiar en ti, habla con mi madre para que se calme, ella sigue pensando en la boda- contestó Fanny.
Oscar Martel sonrió, sabía que Felicia era una tormenta que tendría que aplacar y no sería fácil. No había terminado de pensar en aquello cuando su esposa entró al estudio: -Oscar- dijo con tono serio: 
-Hablaste con Fanny para que entre en razón y vuelva con Umberto?-
-Si te calmas Felicia y me dejas hablar voy a explicarte lo que he conversado con tu hija, te adelanto que no va ha volver con su novio, el compromiso se acabó definitivamente- habló el doctor.
La madre se tocó la frente y casi se desmaya, apenas podía hablar: -no puedes decir que no va a volver con Umberto, te pido que me ayudes a convencerla, su proceder es equivocado. suplicó Felicia llorando.
-En este momento no te reconozco querida, estas actuando de una manera que me desconcierta, si no te tranquilizas, no vamos hablar-. respondió molesto el doctor y esta vez iba en serio.
-Oscar, no comprendes que toda la boda ya estaba planificada y era un sueño que se hacía realidad, mi hija mayor se casaba, eso me llenaba de felicidad- terminó de decir su esposa y se sentó en el pequeño sillón del estudio.
-Felicia, lo que voy a decir es muy claro y no lo voy a repetir, ni tú ni yo debemos interferir en la vida de nuestras hijas imponiéndoles nuestra voluntad, deja de pensar si se casan o no, ellas en su momento van a decidir como quieren vivir. No intervengas más en la decisión de Fanny, eso debe quedar bien claro, si me preguntas que quiero para mis hijas te contestó como un padre egoísta "No deseo que nuestras hijas se vayan de casa, quiero que se queden para siempre a nuestro lado y en el hogar" pero sé que esto no puedo ser, ella deben vivir su vida y lo importante es que sean felices. Te pongo un ejemplo, yo no estoy de acuerdo con Liza y su romance pero no intervengo que ella sea la que decida que hacer y yo voy a respetar su decisión. Te ruego que zanjemos esta conversación y volvamos al clima de paz en nuestro hogar- concluyó el doctor y observó que su esposa iba a decir algo y entonces agregó: -si es sobre el tema de Fanny eso esta cerrado- se puso de pie y dio fin a la conversación.
Felicia se quedó sola en el estudio y muy tarde subió a su alcoba, su esposo dormía y ella seguía inquieta y molesta por el compromiso de su hija y la boda que ya no sería. ¿Había alguien más qué estaba detrás de las ideas de Fanny?  pensó en Liza pero su hija mayor, le dijo que ella no tenía nada que ver en sus ideas. La cabeza le daba vueltas era hora de dormir y relajarse para poder despejar la mente y pensar que hacer al día siguiente.
Al día siguiente, la vida en la casa de la familia Martel parecía que había recobrado su clima de serenidad y amor. Las hijas mayores desayunaron y partían al trabajo, Fanny apenas habló con su madre, el doctor se despedía de su esposa y salía con prisa a visitar un paciente y Merry ya contaba los días en que se cumplía su castigo y sería libre otra vez.
Felicia tomó el telefono y llamó a su hermana Gema para pedirle que venga en la tarde que deseaba conversar con ella: -mi querida hermana, por favor ven a visitarme en la tarde deseo hablar contigo de un tema urgente que no puede esperar ni hablar por teléfono- terminó de decir Felicia y Gema aceptó, estaría en casa de su hermana a las cuatro. 
Hasta ahí todo iba bien, la mañana transcurrió sin novedades y casi al final de la tarde llegó Gema a visitar a su hermana que la requería con urgencia.
La hermana de Felicia entró muy feliz en casa  y al verla la saludó con un abrazo, le enseñó su cartera nueva que recién habia comprado. Gema era amante de la carteras, tenía una gran colección de ellas.
-¿Felicia dime qué te parece mi cartera nueva? la vi en una vidriera y me enamoré de ella al instante, recién la acabo de comprar-. dijo sonriente.
Felicia contestó con voz grave: -si esta bonita, es un gran bolso, yo sé que a ti te encanta coleccionar carteras-.
Las dos hermanas se acomodaron en la sala y Gema preguntó: -¿qué es lo que querías conversar conmigo? había mucha urgencia en tu tono de voz-.
Sentada frente a su hermana, Felicia preguntó sin rodeos: -¿qué ideas has metido en la cabeza de Fanny qué ha roto su compromiso con Umberto?-.
Gema estaba atónita con las palabras de su hermana, ella ignoraba que Fanny hubiera terminado su compromiso: -espera un momento- respondió -a que te refieres con que yo he tenido que ver con el fin del compromiso de Fanny-.
-No te hagas la que no entiendes- Felicia acusó a su hermana de ser la causante de todo -tú siempre has sido una persona que no está de acuerdo con el matrimonio- levantó la voz -¡toda la vida para ti fue importante el trabajo, solo el trabajo! Tu empresa siempre estuvo primero y sé que pretendientes nunca te faltaron pero para ti el trabajo era lo primero y ahora esas ideas se las pasas a mis hijas, no eres una buena influencia para ellas- dijo al final molesta.
Gema había escuchado suficiente se puso de pie y contestó airada: -has perdido la cabeza con todo lo que dices, estás equivocada, yo jamás he hablado con mis sobrinas sobre el tema-.
Merry al escuchar las voces en alto salió de su habitación, no comprendia que pasaba, su madre y su tía estaban discutiendo no podía ser, ellas eran muy unidas.
Por otro lado Liza que entraba a casa en ese momento también escuchó algo de la discusión, caminó hasta la sala y preguntó: -¿madre que sucede?.
-No intervengas Liza, sube a tu habitación, esto es entre tu tía Gema y yo- contestó su madre.
-Madre, escuche sus voces en alto desde la calle, como no voy a intervenir están discutiendo-. respondió Liza.
-Liza obedece a tu madre y ve a tu habitación- agregó la tía Gema.
La joven subió a disgusto al segundo piso y vio a Merry asustada, ella le preguntó: -¿Liza qué pasa con la tía y nuestra madre?-.
-No sé Merry, solo sé que están molestas las dos y es seria la discusión, la tía Gema es acusada de algo por nuestra madre- Liza abrazó a su hermana más pequeña y las dos seguian oyendo los reproches de su madre a su hermana Gema, al parecer la acusaba de algo pero no sabían de que se trataba. Liza se daba cuenta que su madre era injusta y deseaba llorar, ella quería mucho a la tía Gema.



CONTINUARÁ      
 

   
 
     
     
  
                

 

miércoles, 20 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza en su habitación consolaba a su hermana Fanny, mientras ella lloraba sin poder reprimirse y repetía: -Liza que puedo hacer en estas circunstancias, tengo un poco de temor de hablar con nuestra madre, tú sabes lo feliz que estaba con mi compromiso  y al hablar con Umberto siento el mismo temor-.
-Fanny- contestó Liza -nunca debiste aceptar el compromiso si no estabas segura, ahora las cosas se complican aun más pero si quieres mi opinión con el primero que tienes que hablar es con Umberto, él debe saber que sucede contigo y porque no deseas continuar con el compromiso, después de aclarar aquello puedes hablar con nuestra madre y escucharla en silencio todo lo que tenga que decir sin que tú repliques o le lleves la contraria, nunca debiste aceptar ni dejarte llevar por los deseos de nuestra madre. Voy a decirte lo que pienso Fanny, tu vida te pertenece a ti y nadie debe decidir que camino vas a tomar u obligarte a compromisos, ni a matrimonios que no deseas. Esto no es un juego-.
-Tienes razón Liza, yo me deje llevar y no pensé en nada más- contestó Fanny.
-Quiero preguntarte ¿por qué tantas dudas? Umberto es un joven bueno, de buen carácter y brillante futuro, además está muy enamorado de ti, no comprendo porqué dudas-.
-Liza, es que todo ha sido tan rápido, siento como si hubieran planificado cada paso de mi vida y yo no hablaba, si no todo lo contrario, aceptaba y aceptaba, es el momento de decir basta, hasta aquí, no deseo que nadie me diga como vivir,  quiero tomar mis decisiones estén bien o estén mal-.
-Todo lo que me dices está bien, pero porque dejaste pasar el tiempo, eso si fue un error grave de tu parte, ahora debes de hablar claro. Primero con Umberto, él merece una explicación y una buena explicación y luego hablar con nuestra madre aunque de el grito al cielo, tú eres dueña de tus decisiones y solo tú puedes mandar sobre ellas. Fanny no esperes más, debes conversar cuanto antes, los días pasan y es importante aclarar todas tus dudas-. concluyó Liza.
Fanny no dejaba de llorar, se arrepentía de no haber detenido las cosas a tiempo y permitió que su madre maneje el compromiso sin pedir  su opinión, ella era una excelente madre pero no puede decidir como deben vivir sus hijas. 
-Liza, reconozco que tuve la culpa en todo esto, desde un comienzo no hablé claro y mira tú lo que ha pasado. Mañana mismo debo hablar con Umberto, nos vamos a encontrar en nuestro café de siempre- respondió Fanny.
-Es mejor hablar en un lugar neutral- dijo Liza -y que digas lo que sientes con la verdad, Umberto es una persona razonable y creo que va entender tus dudas, de repente él también tiene dudas y no ha dicho nada hasta el momento. Tu problema ha sido dejarte llevar por los bonitos festejos y la celebración, la vida real no es una fiesta interminable, si no algo verdadero día a día-. 
Las dos hermanas se abrazaron, era el momento de enfrentar la realidad y la verdad de lo que era la vida adulta. Fanny se sentía mejor y más calmada, tenía las ideas claras después de hablar con Liza. Ahora hablar con Umberto era el paso siguiente, él era la otra parte interesada y deseaba que todo quede bien, entre los dos, no se merecía verdades a medias.
-Gracias Liza, me siento mejor después de hablar de este tema, demás está decir que esta conversación queda entre las dos, es mejor que me vaya a dormir- dijo Fanny -mañana me espera un día complicado, debo estar preparada-.
Liza besó la frente de su hermana y le deseo todos los parabienes, de Umberto no sabía como iba a reaccionar pero de su madre podía presentir un huracán que caía sobre la casa.
El nuevo día traía para toda la familia un despertar radiante, Liza y Fanny se iban a trabajar después de desayunar, el doctor Martel tenía como siempre trabajo en el hospital pero como cada mañana desde que Merry estaba castigada la visitaba en su habitación para conversar con ella y saber cuanto había avanzado en sus estudios de preparación, su hija menor aun no sabía que iba a estudiar, tenía algunas ideas pero nada claro. El padre la animaba a investigar sobre varias carreras y aconsejaba que no se apresure en escoger. 
Liza y Fanny también hablaron con Merry cuando recién estaba castigada pero no querían torturarla con sermones, le hicieron ver que no había procedido correctamente pero que seguía siendo la querida hermana de siempre y que nunca debía volver hacer algo así. Merry estaba desolada con su actitud y se sentía culpable de haber hecho sufrir a la familia.
Al finalizar su horario de trabajo Fanny salió para encontrarse con Umberto como habían quedado el día anterior, antes de irse habló con Liza y le pidió que le desee suerte, Liza contestó: -Fanny conversa con calma y se clara en tus ideas, además de tener tacto para aclarar la situación-.
Cuando llegó Fanny al pequeño café, un lugar tranquilo y algo romántico ya la esperaba Umberto que sonreía con cara de felicidad: -mi querida Fanny- dijo -has salido más temprano del trabajo-.
-Umberto, sabes bien que trabajo medio día y luego estoy libre para disfrutar en algo las vacaciones de verano hasta que comience de nuevo la universidad-. contestó Fanny que dudaba en que momento hablar sobre el tema del compromiso. 
Fanny pidió un cappuccino con unos bombones de chocolate que le fascinaban y Umberto un café americano, conversaban de como les había ido y cosas sin mucha importancia hasta que el joven enamorado tocó el tema de las telas que estaba escogiendo su madre para su vestido de madrina en la boda, Fanny hizo un gesto y lo detuvo, no podía callar más debía hablar y ese era el momento:
Unos segundos de silencio que parecían una agonía para Fanny, pero al fin habló y explicó a Umberto sus dudas y temores con respecto al compromiso y porque no deseaba casarse todavía: -todo está ocurriendo tan rápido y nosotros hemos dejado que nuestras madres decidan. Umberto es el momento de detener esto y darnos un tiempo para pensar, no deseo herir tus sentimientos pero es lo mejor para los dos, si al cabo de un tiempo queremos volver porque nos damos cuenta que lo deseamos, volvemos-. Comentó Fanny y observó la reacción de Umberto. 
Umberto miró a Fanny con seriedad que estaba hablando terminaba con él, ya no quería una vida juntos: -Fanny siento que tus palabras van en serio y no son bromas, estás terminando nuestro compromiso y dices para alivio mío que si queremos volver en el futuro, volvemos y ya. Todo lo que hemos vivido en este tiempo no significa nada para ti. Lamento que hables de esa forma y que estés tan decidida a terminar, creo que no hay manera de que cambies de opinión, rompes mi corazón y eso no es nada para ti. Ahora es mi orgullo el que esta hablando por mí, sé que  vas a lamentar cuando te des cuenta de tu error, nadie te va amar como yo. No quiero volver a saber  nada de ti ni de tus dudas y menos de tu vida-. respondió Umberto y antes de retirarse Fanny le entregó la bella sortija de compromiso en su cajita de terciopelo rojo. 
-Los gemelos que me regalaste para el compromiso, los envió mañana o pasado-. fue la respuesta cruda y final de Umberto, ya no había nada más que hablar, todo habia quedado claro. Arrugó una servilleta de papel  y la dejó sobre la mesa con la cuenta cancelada, se retiró sin mirarla ni decir adiós.
Fanny lloró, no hubiera querido que las cosas terminen de esa manera, ella quería seguir una amistad con Umberto pero él había reaccionado molesto, herido y la habia rechazado por el final del compromiso. La madre de Umberto que iba a pensar de ella,  que era una muchacha díscola, que no sabia lo que quería de la vida, Fanny sabía que no era cierto pero tendría que vivir con ello un tiempo. Su madre en cambio era el gran dilema, pensaba en como conversar con ella para decirle que el compromiso con Umberto había terminado. Al llegar a casa iba hablar, no debía pasar más tiempo. Cerca de la siete de la noche en la casa de la familia Martel todo era paz, el doctor aun no llegaba de su trabajo y Liza estaba con Américo en una reunión de amigos y Merry en su habitación. Era el momento apropiado para conversar con su madre que estaba en la cocina dando las últimas indicaciones a la señora del servicio para que prepare la cena.
Fanny espero pacientemente que su madre vaya al comedor para decirle: -madre deseo hablar contigo es importante, podemos ir a la sala-.
-Justo contigo también deseo hablar sobre unas telas preciosas que he visto y creo que van con tu gusto para el vestido de novia, en verdad son hermosas Fanny- comentó la madre con entusiasmo y se acomodaron en los sillones de la sala.
Fanny no encontraba las palabras para dirigirse a su madre, puso las manos sobre su regazo y comento: -Madre hoy día he terminado mi compromiso con Umberto, ya no habrá boda, él está de acuerdo conmigo- fue directa y mintió en esto ultimo, Umberto no estaba  de acuerdo con ella pero aceptó romper el compromiso.
-Escuché bien lo que has dicho Fanny que el compromiso se ha terminado y que ya no hay boda, en que has pensado para obrar así, Umberto es un joven tan correcto y amable, además sus padres estaban de acuerdo con la boda- Felicia levantó la voz -¿cómo has podido acabar con el compromiso? ¡ustedes están hechos el uno para el otro!- exclamó con ira y sus mejillas estaban rojas.
-Madre lo siento si estas molesta conmigo pero esto es lo único que voy a decir, es mi decisión y no voy a cambiar de idea-. aseguró Fanny.
-Seguro Liza te ha metido esas ideas en la cabeza- contestó la madre furiosa.
-Madre no metas a Liza en esto, la idea ha sido mía, solo mía, perdona por dejar que pase el tiempo y no hablar antes con claridad sobre lo que deseaba- terminó de decir Fanny. 
Felicia lloraba que pasaba con su hija mayor porque esa idea de acabar el compromiso, donde estaba su error para criarla.
-Madre- volvió a decir Fanny  -discúlpame por favor y comprende, soy joven todavía y quiero descubrir mi mundo, puedo vivir casada o soltera, eso no me hace cambiar como ser humano, además puedo comprometerme más adelante, no digo que no puede pasar-. contestó Fanny asustada por la reacción de su madre.
-¿Qué van a decir los padres de Umberto? que has estado jugando al compromiso qué has jugado con ellos- decía Felicia y lloraba desconsolada, siempre habia sido su idea ver a sus hijas casadas y que cada una forme su hogar.
Fanny sabia que esta tormenta duraría varios días, su madre no se daría por vencida e insistiría aun más. A la joven solo le quedaba comprender y tener paciencia con ella.


CONTINUARÁ
   
                    
     
   
               

 

martes, 12 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Martel reunido con su amigo Jorge Redondo, en un conocido restaurante, hablaban del congresista Américo Panduro sobre su candidatura en las próximas elecciones por la presidencia. Solo estaban ellos dos, Tesio el otro amigo, no había podido asistir al almuerzo por encontrarse con demasiado trabajo en las investigaciones que realizaba.
Jorge Redondo sugirió al doctor:
-Oscar te has quedado en silencio, que te parece mi idea de que Américo y tú conversen sobre su candidatura a la presidencia-.
Al doctor Martel no le agradaba la idea y muy serio contestó: -mi estimado Jorge, yo no suelo intervenir en asuntos o decisiones personales y peor si son de índole política. Si bien es cierto que conozco Américo, no tengo la confianza suficiente para conversar sobre su vida personal, ni sus  ideas políticas-.
-Comprendo Oscar, sé que tú eres una persona muy discreta y no deseas este tipo de encargos pero si te cuento es para que me puedas ayudar a convencer a nuestro amigo que está muy entusiasmado con la idea-. 
-Me vas a tener que disculpar, pero te soy sincero no me pidas ese favor porque no voy a intervenir en las situaciones políticas. Además estoy seguro que tú puedes hablar con él con toda la autoridad que te confiere el partido ¿no es así?-.
El doctor Martel había lanzado una pregunta a su amigo, éste no contestó, solo dijo: -Oscar no te preocupes comprendo tu posición y la respeto-.
-Gracias por comprender y ahora que te parece si disfrutamos de un delicioso almuerzo y cambiamos de tema- respondió el doctor.
Ambos amigos lamentaron que Tesio no haya podido asistir al almuerzo, siempre era agradable reunirse con los amigos de la juventud y conversar de los buenos tiempos. Jorge Redondo resentía que el doctor no tuviera el ánimo para hablar con Américo, él se había enterado que hay personas del partido muy molestas por su candidatura y esto podía ser contraproducente para la carrera de Américo y su posición en el congreso. Jorge Redondo  le tenía aprecio y admiraba la facilidad  y la pasión para comunicarse con la gente en el partido y fuera de éste.
Américo no sabía nada de estos comentarios dentro del partido, él conversaba con el presidente y éste siempre le había demostrado estar de acuerdo con su postulación, aunque las últimas encuestas decían  que el presidente no tenía toda la aceptación de los ciudadanos. La economía no andaba bien y se podía sentir en el poder adquisitivo de las personas y en al campo político las acciones terroristas estaban comenzando hacer mella en el ánimo del pais, era un ambiente poco propicio para pensar en candidaturas.
El almuerzo fue animado y la conversación estuvo acompañada de varias anécdotas interesantes y algunas graciosas por el lado de Jorge Redondo, Oscar Martel reía con sus ocurrencias pero por momentos no dejaba de pensar en Liza y su romance con Américo Pandura, no en vano se negaba a consentir tal situación. 
En la noche al llegar a casa el doctor comentó con su esposa sobre la reunión con su amigo y la situación del congresista: -Mi querida esposa, después de contarte lo que  Jorge me pidió, estarás de acuerdo conmigo del por qué no me gusta que salga con Liza, más tarde voy hablar con ella sobre el tema-. 
-Oscar estás exagerando, la vida privada de las personas no tienen que ver con el aspecto público. Américo no está publicando su vida ni sus salidas con Liza, ellos son muy discretos- contestó su esposa.
-No estoy de acuerdo contigo Felicia- dijo molesto el doctor Martel, en ese momento Alejandrina interrumpió la conversación para decir que la cena estaba servida. 
La familia congregada en el comedor conversaba animadamente y disfrutaban de la cena preparada por Alejandrina que tenía una excelente sazón. A la mesa faltaba Merry que estaba en su habitación cumpliendo su castigo, la familia en general la extrañaba pero, debía cumplir su promesa, ella cometió una falta grave y eso no se podía disculpar. La que estaba muy callada en la mesa era Fanny, de esto se dio cuento su padre que le preguntó: -Fanny, ¿sucede algo?, te noto muy callada y pensativa ¿has tenido un mal día?-.
Fanny reaccionó con un sobresalto y contestó: - no padre todo esta bien, solo los estaba escuchando conversar-.
Liza observó a su hermana y notó su sobresalto, algo le preocupaba o tal vez estaba distraída, su madre también noto su comportamiento demasiado silencioso, Fanny no era así, ella siempre intervenía en la conversación familiar y ahora estaba callada. 
Terminada la cena el padre de Liza la llamó a su estudio, cuando entraron cerró la puerta y preguntó a su hija sin rodeos: -Liza quiero que seas sincero conmigo ¿estás saliendo en serio con Américo o son amigos?-. en otra ocasión el doctor no hubiera preguntado pero esto era algo complicado y debía saber la verdad. 
Liza con las mejillas rojas contestó: -padre me sorprende tu pregunta, creo que eso corresponde a mi privacidad pero voy a ser sincera para aclarar mi situación, si estoy saliendo con Américo como enamorados, estamos en la primera fase y me siento muy bien a su lado, él es bastante atento conmigo y siempre tiene un detalle para mí. Me gustaría que pueda entrar a casa, creo que ya es tiempo, ¿no te parece?-. Liza interrogó a su padre y esperaba su reacción.
Oscar no esperaba una respuesta así, sabía que Liza era bastante madura para tomar sus decisiones pero esto lo desarmó. Se tomó unos segundos para responder: -hija esta bien invítalo a la casa la próxima vez. Ahora me retiro a descansar para mí ha sido un día muy complicado-. el padre beso a su hija en la frente y se dirigió a su habitación, estaba algo triste pero debía aceptar la realidad, era parte de la vida, sus hijas algún día tenían que irse del hogar. 
Liza se dio cuenta de la tristeza de su padre pero pensó que pronto se le pasaría, ella estaba comenzando a sentirse enamorada. 
Fanny fue la primera en ir a su habitación, cerró la puerta y del cajón de su velador tomó la sortija de compromiso, se la colocó en el dedo y dio unos pasos, era hermosa la joya, no podía dudarlo, ella miraba su mano y el diamante brillaba con la luz de la lámpara, luego se sentó al borde de la cama y su corazón comenzó a latir más fuerte, parecía que se iba a salir de su pecho, que terrible dilema, no sabía que hacer, como hablar del tema que le causaba inquietud y tristeza. Se aseguro de que sus padres estaban en su cuarto, abrió su puerta y con pasos lentos fue hasta la puerta, la abrió sin tocar para no hacer ruido y entró, Liza se alarmó al ser interrumpida de esa forma:
-Como entras sin tocar, ¡Qué sucede contigo Fanny!- exclamó
-Liza, ya no puedo más- comentó Fanny parada en el medio de la habitación -tengo que hablar con alguien sobre esto que me destruye el alma, no sé que voy hacer-.
-Hermana, por favor de que hablas, me estás asustando ¿qué es lo que te ocurre? te veo al borde del llanto-. habló Liza preocupada.
Fanny, le entregó a su hermana la sortija de compromiso y comentó: -no puedo seguir teniendo esta sortija tengo muchas dudas sobre mi compromiso, no sé si quiero seguir adelante, estas dudas me estas quitando la calma y no puedo dormir-.
Liza se preocupó preocupo por su hermana, de que estaba hablando: -estás escuchando tus palabras ¿por qué has esperado tanto tiempo para hablar? y ¿por qué tantas dudas? siempre te he visto feliz al lado de Umberto-. 
-De eso se trata- contestó Fanny -no sé si debo continuar con el compromiso, ayúdame Liza-.
-¿Cómo te puedo ayudar?, no tengo idea, tus palabras me han sacado de mis pensamientos. Fanny esto es muy serio ¿has hablado con Umberto sobre tus dudas? y nuestra madre que está tan contenta con tu compromiso, ella ya piensa en la boda, te imaginas como va a reaccionar-. agregó Liza.
Fanny lloraba: -no sé que hacer, esto para mi es nuevo, yo no deseo herir a nadie y menos causar problemas, algo tengo que hacer para solucionar este problema-.
Liza abrazó a su hermana que estaba en un gran dilema porque su  compromiso era serio con celebración e invitación de los padres de Umberto, por último éste que va a decir cuando Fanny hable con él. En buen lio estaba metida su querida hermana, qué iba a decir su madre si Fanny rompía el compromiso. Liza pensaba como ayudar a Fanny, ella no tenia idea de que hacer ni como aconsejar a su hermana que le pedía ayuda.


CONTINUARÁ         

        
                  

      

 

miércoles, 6 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En la tranquilidad de la noche el doctor Martel conversaba con su esposa en la habitación, ya había pasado la hora de la cena y la familia descansaba, solo faltaba la presencia de Liza, ella había salido con Américo al cine, éste la había invitado para conversar y ver una pelicula. 
Felicia mientras cepillaba su cabello frente al espejo comentó: -Liza sigue saliendo con Américo, creo que uno de estos días debemos invitarlo a cenar, ya es tiempo que entre a la casa, ¿no te parece Oscar?-.
-Mi querida Felicia de ese tema no deseo hablar, aún no es tiempo, además nuestra hija y Américo están saliendo como amigos, ella misma me lo ha confesado el otro día que le pregunté. Esperemos que las cosas tengan más claridad y entonces veremos. Lo que si es importante que te diga,  debes hablar con Merry, ya van cinco días que está cumpliendo su castigo y tú hasta hora no le has dirigido la palabra, ¿Qué sucede? ¿Porqué no hablas con ella? con esa actitud la haces sufrir-.
Felicia volteó a mirar a su esposo, ¿Qué  estaba diciendo? ¡qué ella debía hablar con Merry! un tanto ofuscada contestó:- Oscar me sorprenden tus palabras, quieres que hable con Merry después de lo que me hizo pasar, el sufrimiento que vivimos todos al pensar que no la íbamos a volver a ver o qué algo malo le había sucedido. Sentí que me arrancaban el corazón del pecho, mi hija, mi querida hija no estaba en ninguna parte, lloré demasiado para que ahora la perdone como si no hubiera pasado nada, lo siento no puedo hablar con ella-.
-No voy a insistir sobre el tema, pero ella quiere hablar contigo, pedir perdón por lo que hizo, nuestra hija está sufriendo, por lo menos escúchala es tu deber de madre-. 
Las luces de la habitación de los padres se apagaron cuando sintieron que Liza había llegado a la casa y entraba a su habitación, la familia estaba completa y eso era una tranquilidad para Oscar y Felicia. La conversación también se había terminado.
La mañana había amanecido llena de sol, era verano y la vacaciones para algunos eran sinónimo de playa, mar y sol. Fanny y Liza por iniciativa propia trabajaban con la tía Gema, mujer empresaria y dueña de su farmacéutica, sus sobrinas la querían demasiado y ella correspondía de igual manera. Gema hermana de Felicia siempre estaba presente en la vida de la familia y era muy unida a su hermana.
Alrededor de las diez de la mañana Felicia se encontraba arreglando algunas piezas de su guardarropa cuando vio parada en la puerta de su habitación a Merry, su cara tenía una expresión triste y la madre comentó: -debes estar en tu cuarto recuerda que estás castigada- dijo con severidad.
-Madre- contestó Merry -quería conversar contigo pero tú no me das una oportunidad, con tu actitud me estas haciendo sufrir-.
Felicia levantó el rostro y respondió en voz alta: -¡te estoy haciendo sufrir! escuchas lo que estas diciendo, quién con su comportamiento ha hecho sufrir a toda la familia, no tienes derecho hablar así, tú sabemos muy bien lo que sucedió y porque no deseo hablar contigo-.
Merry contestó llorando: -hasta cuando me vas a castigar, haciéndome sentir que soy una mala hija y que no merezco tu perdón- dio media vuelta y se fue a su habitación.
Gema ya conocía lo sucedido y había hablado con su hermana  Felicia el día anterior, le hizo notar que estaba siendo muy dura con Merry y que debía hablar con su hija: -estás actuando con dureza, piensa, es solo una adolescente y todos nos podemos equivocar-. fueron las palabras de Gema a su hermana. 
Felicia terminó de acomodar la ropa y algunas blusas y luego fue al cuarto de Merry, su esposo y su hermana tenían razón, era el momento de hablar con su hija, su castigo estaba siendo doble y debía detenerse, no era justo para ella ni para Merry.
Felicia entró al cuarto Merry, ella estaba sentada frente a su escritorio, estudiando su libro de historia, volteó a mirar a su madre y ésta comentó: -quieres hablar conmigo, vamos hacerlo con serenidad primero yo quiero escuchar todo lo que tengas que decir y luego tú me vas a escuchar a mí ¿De acuerdo?-.
La más joven de las hijas contestó con voz temblorosa: -madre sé que me equivoqué, quiero pedir perdón, nunca debí actuar de esa manera, no pensé que tanto dolor podía ocasionar, reconozco que actúe con rabia, la ira nubló mi razón, solo pensaba en viajar y ustedes me lo impedían para nada imagine que podía pasarme algo grave y mi familia no estaba cerca para ayudarme. Cuando te vi llorar en el carro comprendí tu dolor. Quiero pedirte perdón por mi proceder, te prometo no va volver a ocurrir-. Merry terminó de hablar y se secaba las lágrimas, estaba realmente arrepentida de su actuación.
Felicia en silencio pensaba que iba a decir, no quería darle un sermón, las palabras de su hija eran sinceras, estaba arrepentida y le pedía perdón. La madre suavizó su tono de voz y contestó: -Merry si lloré en el carro es porque no sabía donde estabas, imaginé lo peor, que algo había ocurrido y no podías regresar a casa, la idea de perderte me dolía tanto que ya no sentía mi corazon, jamás vuelvas a repetir algo así, no podría perdonarte. Para una madre cada hijo es importante y el dolor de perder uno es tan grande que apenas se puede soportar. Ya no hablemos más de este tema pero vas a terminar tu castigo como hemos quedado, tienes que cumplir tu promesa-.
Merry estuvo de acuerdo con su castigo y abrazó a su madre: -voy a cumplir mi castigo hasta el último día, no te preocupes-.
En la casa de la familia de nuevo se respiraba tranquilidad, las hermanas mayores de Merry regresaban a su casa al rededor de las tres de la tarde, su madre las esperaba para almorzar y conversar sobre su día, las jóvenes se enteraron que por fin su madre había hablado con Merry y parecía estar más tranquila, se podía ver en su semblante
El doctor Martel habló por teléfono con su esposa para decir que no podía llegar almorzar, tenía un día muy ocupado y debía visitar a un paciente en su casa, además de encontrarse para almorzar con su amigo el congresista  Jorge Redondo, Tesio el amigo y jefe de policía, no podía asistir estaba muy ocupado con su trabajo de investigación del cual no podía hablar. 
En la visita a su paciente Oscar Martel le mandó varios exámenes que debía hacerse, sospechaba que su problema estaba en el hígado pero después de los análisis saldría de dudas. Se despidio muy cortésmente, era conocido y apreciado por la familia, es más, su paciente era hermano de un profesor de su facultad de medicina que ya no estaba, por eso él ahora era su médico de cabecera.
Se encontró con su amigo Jorge Redondo como habian acordado en un restaurante famoso por tener una exquisita comida. Al verse se saludaron con amistad y alegría, se conocían de toda la vida. ¡Oscar! ¡Jorge! decían mientras se abrazaban. El gusto de volverse a encontrar era real y sincero.
Jorge Redondo con voz misteriosa comentó: -Oscar aparte de la alegría de reunirnos por supuesto, somos amigos desde el colegio, tengo la confianza de hacerte un comentario que debe quedar entre nosotros, nadie más debe saber de esto, tienes que prometerlo-.
Oscar Martel se preocupó por las palabras de su amigo y respondió: -si Jorge, te prometo que no hablaré con nadie de lo que me digas en este momento-.
Jorge Redondo agregó: -Sé que tú eres muy amigo de Américo Panduro, es más él es uno de tus pacientes en el congreso y últimamente está saliendo con una de tus hijas por ese motivo me atrevo a decir o a contarte esto-.
Al escuchar esto, el doctor se puso tenso ¿qué pasaba o qué sucedía con el congresista Panduro y qué tenia que ver Liza en todo eso, de inmediato contestó -si, Américo es mi paciente y amigo pero dime porque tanto misterio, ¿qué tiene que ver mi hija en esto? ¿sabes algo de él?- dijo el doctor Martel impaciente.
-Calma amigo, Liza no tiene nada que ver, es un tema político, si la mencioné es para corroborar que lo conoces y es ha llegado a tu familia-. contestó Jorge.
-Por favor habla, ya me estas poniendo nervioso- dijo el doctor.
-Por la confianza que existe entre ustedes, puedes hablar con Américo y decirle que en el partido hay muchas personas que no están de acuerdo con su idea de postular a la presidencia en las próximas elecciones. Tú sabes que soy de su mismo partido y escucho comentarios no siempre buenos. En el partido él es muy considerado pero algunos dicen que es joven y que puede esperar a otras elecciones. Oscar, habla con él para que deseche la idea, hazlo entrar en razón. Nuestro presidente le tiene aprecio pero yo pienso que debe esperar un tiempo más -. terminó de hablar el congresista.
Era ese el motivo de la conversación, el doctor Martel no estaba de acuerdo con su amigo y no le agradaban los temas políticos y menos involucrarse a dar consejos Américo, al cual le tenía un aprecio medido. Desde hace varias semanas no hablaba con él. 


CONTINUARÁ