miércoles, 20 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza en su habitación consolaba a su hermana Fanny, mientras ella lloraba sin poder reprimirse y repetía: -Liza que puedo hacer en estas circunstancias, tengo un poco de temor de hablar con nuestra madre, tú sabes lo feliz que estaba con mi compromiso  y al hablar con Umberto siento el mismo temor-.
-Fanny- contestó Liza -nunca debiste aceptar el compromiso si no estabas segura, ahora las cosas se complican aun más pero si quieres mi opinión con el primero que tienes que hablar es con Umberto, él debe saber que sucede contigo y porque no deseas continuar con el compromiso, después de aclarar aquello puedes hablar con nuestra madre y escucharla en silencio todo lo que tenga que decir sin que tú repliques o le lleves la contraria, nunca debiste aceptar ni dejarte llevar por los deseos de nuestra madre. Voy a decirte lo que pienso Fanny, tu vida te pertenece a ti y nadie debe decidir que camino vas a tomar u obligarte a compromisos, ni a matrimonios que no deseas. Esto no es un juego-.
-Tienes razón Liza, yo me deje llevar y no pensé en nada más- contestó Fanny.
-Quiero preguntarte ¿por qué tantas dudas? Umberto es un joven bueno, de buen carácter y brillante futuro, además está muy enamorado de ti, no comprendo porqué dudas-.
-Liza, es que todo ha sido tan rápido, siento como si hubieran planificado cada paso de mi vida y yo no hablaba, si no todo lo contrario, aceptaba y aceptaba, es el momento de decir basta, hasta aquí, no deseo que nadie me diga como vivir,  quiero tomar mis decisiones estén bien o estén mal-.
-Todo lo que me dices está bien, pero porque dejaste pasar el tiempo, eso si fue un error grave de tu parte, ahora debes de hablar claro. Primero con Umberto, él merece una explicación y una buena explicación y luego hablar con nuestra madre aunque de el grito al cielo, tú eres dueña de tus decisiones y solo tú puedes mandar sobre ellas. Fanny no esperes más, debes conversar cuanto antes, los días pasan y es importante aclarar todas tus dudas-. concluyó Liza.
Fanny no dejaba de llorar, se arrepentía de no haber detenido las cosas a tiempo y permitió que su madre maneje el compromiso sin pedir  su opinión, ella era una excelente madre pero no puede decidir como deben vivir sus hijas. 
-Liza, reconozco que tuve la culpa en todo esto, desde un comienzo no hablé claro y mira tú lo que ha pasado. Mañana mismo debo hablar con Umberto, nos vamos a encontrar en nuestro café de siempre- respondió Fanny.
-Es mejor hablar en un lugar neutral- dijo Liza -y que digas lo que sientes con la verdad, Umberto es una persona razonable y creo que va entender tus dudas, de repente él también tiene dudas y no ha dicho nada hasta el momento. Tu problema ha sido dejarte llevar por los bonitos festejos y la celebración, la vida real no es una fiesta interminable, si no algo verdadero día a día-. 
Las dos hermanas se abrazaron, era el momento de enfrentar la realidad y la verdad de lo que era la vida adulta. Fanny se sentía mejor y más calmada, tenía las ideas claras después de hablar con Liza. Ahora hablar con Umberto era el paso siguiente, él era la otra parte interesada y deseaba que todo quede bien, entre los dos, no se merecía verdades a medias.
-Gracias Liza, me siento mejor después de hablar de este tema, demás está decir que esta conversación queda entre las dos, es mejor que me vaya a dormir- dijo Fanny -mañana me espera un día complicado, debo estar preparada-.
Liza besó la frente de su hermana y le deseo todos los parabienes, de Umberto no sabía como iba a reaccionar pero de su madre podía presentir un huracán que caía sobre la casa.
El nuevo día traía para toda la familia un despertar radiante, Liza y Fanny se iban a trabajar después de desayunar, el doctor Martel tenía como siempre trabajo en el hospital pero como cada mañana desde que Merry estaba castigada la visitaba en su habitación para conversar con ella y saber cuanto había avanzado en sus estudios de preparación, su hija menor aun no sabía que iba a estudiar, tenía algunas ideas pero nada claro. El padre la animaba a investigar sobre varias carreras y aconsejaba que no se apresure en escoger. 
Liza y Fanny también hablaron con Merry cuando recién estaba castigada pero no querían torturarla con sermones, le hicieron ver que no había procedido correctamente pero que seguía siendo la querida hermana de siempre y que nunca debía volver hacer algo así. Merry estaba desolada con su actitud y se sentía culpable de haber hecho sufrir a la familia.
Al finalizar su horario de trabajo Fanny salió para encontrarse con Umberto como habían quedado el día anterior, antes de irse habló con Liza y le pidió que le desee suerte, Liza contestó: -Fanny conversa con calma y se clara en tus ideas, además de tener tacto para aclarar la situación-.
Cuando llegó Fanny al pequeño café, un lugar tranquilo y algo romántico ya la esperaba Umberto que sonreía con cara de felicidad: -mi querida Fanny- dijo -has salido más temprano del trabajo-.
-Umberto, sabes bien que trabajo medio día y luego estoy libre para disfrutar en algo las vacaciones de verano hasta que comience de nuevo la universidad-. contestó Fanny que dudaba en que momento hablar sobre el tema del compromiso. 
Fanny pidió un cappuccino con unos bombones de chocolate que le fascinaban y Umberto un café americano, conversaban de como les había ido y cosas sin mucha importancia hasta que el joven enamorado tocó el tema de las telas que estaba escogiendo su madre para su vestido de madrina en la boda, Fanny hizo un gesto y lo detuvo, no podía callar más debía hablar y ese era el momento:
Unos segundos de silencio que parecían una agonía para Fanny, pero al fin habló y explicó a Umberto sus dudas y temores con respecto al compromiso y porque no deseaba casarse todavía: -todo está ocurriendo tan rápido y nosotros hemos dejado que nuestras madres decidan. Umberto es el momento de detener esto y darnos un tiempo para pensar, no deseo herir tus sentimientos pero es lo mejor para los dos, si al cabo de un tiempo queremos volver porque nos damos cuenta que lo deseamos, volvemos-. Comentó Fanny y observó la reacción de Umberto. 
Umberto miró a Fanny con seriedad que estaba hablando terminaba con él, ya no quería una vida juntos: -Fanny siento que tus palabras van en serio y no son bromas, estás terminando nuestro compromiso y dices para alivio mío que si queremos volver en el futuro, volvemos y ya. Todo lo que hemos vivido en este tiempo no significa nada para ti. Lamento que hables de esa forma y que estés tan decidida a terminar, creo que no hay manera de que cambies de opinión, rompes mi corazón y eso no es nada para ti. Ahora es mi orgullo el que esta hablando por mí, sé que  vas a lamentar cuando te des cuenta de tu error, nadie te va amar como yo. No quiero volver a saber  nada de ti ni de tus dudas y menos de tu vida-. respondió Umberto y antes de retirarse Fanny le entregó la bella sortija de compromiso en su cajita de terciopelo rojo. 
-Los gemelos que me regalaste para el compromiso, los envió mañana o pasado-. fue la respuesta cruda y final de Umberto, ya no había nada más que hablar, todo habia quedado claro. Arrugó una servilleta de papel  y la dejó sobre la mesa con la cuenta cancelada, se retiró sin mirarla ni decir adiós.
Fanny lloró, no hubiera querido que las cosas terminen de esa manera, ella quería seguir una amistad con Umberto pero él había reaccionado molesto, herido y la habia rechazado por el final del compromiso. La madre de Umberto que iba a pensar de ella,  que era una muchacha díscola, que no sabia lo que quería de la vida, Fanny sabía que no era cierto pero tendría que vivir con ello un tiempo. Su madre en cambio era el gran dilema, pensaba en como conversar con ella para decirle que el compromiso con Umberto había terminado. Al llegar a casa iba hablar, no debía pasar más tiempo. Cerca de la siete de la noche en la casa de la familia Martel todo era paz, el doctor aun no llegaba de su trabajo y Liza estaba con Américo en una reunión de amigos y Merry en su habitación. Era el momento apropiado para conversar con su madre que estaba en la cocina dando las últimas indicaciones a la señora del servicio para que prepare la cena.
Fanny espero pacientemente que su madre vaya al comedor para decirle: -madre deseo hablar contigo es importante, podemos ir a la sala-.
-Justo contigo también deseo hablar sobre unas telas preciosas que he visto y creo que van con tu gusto para el vestido de novia, en verdad son hermosas Fanny- comentó la madre con entusiasmo y se acomodaron en los sillones de la sala.
Fanny no encontraba las palabras para dirigirse a su madre, puso las manos sobre su regazo y comento: -Madre hoy día he terminado mi compromiso con Umberto, ya no habrá boda, él está de acuerdo conmigo- fue directa y mintió en esto ultimo, Umberto no estaba  de acuerdo con ella pero aceptó romper el compromiso.
-Escuché bien lo que has dicho Fanny que el compromiso se ha terminado y que ya no hay boda, en que has pensado para obrar así, Umberto es un joven tan correcto y amable, además sus padres estaban de acuerdo con la boda- Felicia levantó la voz -¿cómo has podido acabar con el compromiso? ¡ustedes están hechos el uno para el otro!- exclamó con ira y sus mejillas estaban rojas.
-Madre lo siento si estas molesta conmigo pero esto es lo único que voy a decir, es mi decisión y no voy a cambiar de idea-. aseguró Fanny.
-Seguro Liza te ha metido esas ideas en la cabeza- contestó la madre furiosa.
-Madre no metas a Liza en esto, la idea ha sido mía, solo mía, perdona por dejar que pase el tiempo y no hablar antes con claridad sobre lo que deseaba- terminó de decir Fanny. 
Felicia lloraba que pasaba con su hija mayor porque esa idea de acabar el compromiso, donde estaba su error para criarla.
-Madre- volvió a decir Fanny  -discúlpame por favor y comprende, soy joven todavía y quiero descubrir mi mundo, puedo vivir casada o soltera, eso no me hace cambiar como ser humano, además puedo comprometerme más adelante, no digo que no puede pasar-. contestó Fanny asustada por la reacción de su madre.
-¿Qué van a decir los padres de Umberto? que has estado jugando al compromiso qué has jugado con ellos- decía Felicia y lloraba desconsolada, siempre habia sido su idea ver a sus hijas casadas y que cada una forme su hogar.
Fanny sabia que esta tormenta duraría varios días, su madre no se daría por vencida e insistiría aun más. A la joven solo le quedaba comprender y tener paciencia con ella.


CONTINUARÁ
   
                    
     
   
               

 

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