lunes, 13 de octubre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Salas se encontraba más tranquilo al saber que su familia estaba fuera de peligro. Reflexionaba en silencio que iba a pasar ahora con él, se encontraba en un callejón sin salida, estaba en las manos de esta banda de mafiosos y no podía pedir ayuda. Salió del aeropuerto y el hombre que lo vigilaba le indicó que debían ir al consultorio, sin responder a su guardián se dirigió por la avenida que los llevaba directo al lugar indicado ¿qué iba a suceder ahora?. Mientras lo necesiten no le ocurriría  nada, pero después de la operación, ¿el jefe respetaría su vida? era una incógnita que quedaba en el aire. Después de veinte minutos de andar en el auto llegaron a su destino, en ese momento el hombre que lo vigilaba ordenó: 
-Doctor recoja todo el material que necesita para la operación de mi jefe y llévelo en un maletín, nos vamos a otro sitio-.
Fernando Salas replicó: -cómo es que nos vamos a otro lugar, aquí se está preparando la sala para operar a tu jefe ¿adonde vamos air?- preguntó -no podemos cambiar de plan a último momento- agregó al final.
El hombre respondió: -son órdenes del jefe, yo no puedo contestar ni decir una palabra más-.
Fernando Salas intentó golpear al hombre de negro pero este sacó su arma en segundos y  amenazó con disparar.
-Calma doctor, no le conviene dar un paso en falso, estoy armado y no voy a dudar en usarla- dijo en voz alta, el vigilante.
-Dispara- gritó el doctor -mátame de una vez para ver luego que explicaciones le das a tu jefe, a él le conviene tenerme con vida para operarlo- no terminó de hablar cuando recibió por atrás un golpe en la nuca que lo dejó privado en el piso. No supo cuanto tiempo estuvo inconsciente, cuando despertó estaba atado a una silla y tenía al jefe frente a él. 
Que desolación y tristeza, su vida no valía nada, pensó un instante. El jefe se acercó a él y dijo: -aquí se hace lo que yo ordeno, no vamos a quedarnos en este lugar, tengo otro sitio donde preparar la sala de operación, no deseo sorpresas de último momento. Doctor quiero que se grave bien esto, cualquier cosa que me suceda mientras me opera, mis hombres tienen orden de acabar con usted, está claro- era una amenaza más que una advertencia -no acabes con mi paciencia, no deseo sorpresas de tu parte- dijo al final y luego ordenó que recojan todo porque se trasladaban a un lugar diferente. Al doctor Salas lo subieron al carro, éste se sentía tan mal por el golpe que había recibido que le dolía la cabeza y  la espalda. Su vida se había convertido en una pesadilla de la que no lograba despertar y si acaso lo hacía sería dentro de un cajón.
Al subir al carro cubrieron la cabeza del doctor con un saco negro y con una soga ataron sus manos, dieron varias vueltas para desorientarlo y luego fueron por un camino desconocido. El carro se detuvo dentro de un garaje oscuro, a Fernando lo sacaron del vehículo y la llevaron a otro habitación, El jefe mandó que descubran su cabeza y desaten sus manos, luego señaló un asiento y comentó: -en este lugar vamos a preparar la sala de operaciones, se hará de acuerdo a sus instrucciones-.
Fernando Salas miró a su alrededor, era un verdadero desastre el lugar levantó, las manos y en señal de cansancio exclamó: -si te opero aquí vas estar expuesto a una infección de la que nadie te va salvar, para preparar una sala de operaciones se necesita que todo esté impecable, instrumental médico y algunos equipos. Si deseas que todo vaya bien no puedes decirme como hacer mi trabajo, tú ignoras hasta lo más elemental en medicina-.
El jefe no refuto, guardó silencio y después de un minuto agregó: -se va hacer todo según tus indicaciones, nadie va salir de aquí hasta que se cumplan los requisitos-.     
Todo esto sucedía con Fernando Salas en un lugar desconocido, estaba en las manos de una banda peligrosa. Oscar Martel no tenía conocimiento de lo que pasaba con su amigo, solo se enteró que la familia de Fernando había salido del país, por ese lado podía estar tranquilo. De pronto el  teléfono de su casa sonó, era Tesio el jefe de policía, sin interrumpir escuchó a su amigo que decía: -Oscar se han llevado al doctor Salas a otro lugar, estamos haciendo un seguimiento pero lo hemos perdido- confesó el jefe de policía.
Oscar Martel palideció al escuchar esto, su amigo estaba en peligro de muerte y la policía no lo ubicaba: -Tesio por favor dime que lo van a encontrar, él esta confiando en ustedes, no pueden abandonarlo a su suerte-. 
-No te preocupes nadie lo va abandonar, todos mis hombres están en su búsqueda, ha sido un hecho fortuito porque no queríamos que nos descubran que los seguíamos, si se daban cuenta a esta hora tu amigo estaría muerto. Te voy a tener informado de las investigaciones- dijo al final y cortó la comunicación.
El doctor Martel se desesperó, sin proponérselo él había llevado a su amigo a una situación de peligro, temía por su vida y no encontraba una solución. Confiaba en Tesio y su experiencia como policía, nadie más que él lo podía salvar.
Fernando estaba en un almacén, era el lugar escogido para la operación, los hombres del jefe seguían sus instrucciones y que hacer para despejar y limpiar el piso y paredes, eso tomaría todo un día, los riesgos de la operación quedarían por la cuenta de este hombre que quería cambiar su rostro para no ser reconocido por la banda enemiga ni por la policía a la hora de salir del país, en su fuero interno se preguntaba en que momento iba entrar Tesio y sus agentes para arrestar a todos los miembros de la banda y se acabe por fin este suplicio. El jefe tenía mucho dinero para comprar una mesa de operaciones y el equipo que controla el corazón, nada se escatimo para preparar la sala, entraban al lugar las cajas sellados con el  equipo especial, una vecina que vivía al otro lado de la calle reparó en el movimiento de gente que entraba y salía del almacén, esto llamó su atención porque era un depósito que estaba cerrado desde hace tiempo. No sabía si llamar a la policía o esperar para ver de que se trataba. 
Fernando Salas sacó de su maletín el instrumental pequeño con el que iba a operar, examinó con cuidado sus bisturís, pinzas y demás para lavarlos en el fregadero, mandó poner la mesa cerca de este. Si las cosas seguían así y se terminaba pronto de preparar la sala, podía operar al día siguiente muy temprano. 
El doctor llamó al jefe y le comentó: -necesito estudiar su rostro para saber por donde debo comenzar, tome asiento en este silla- mientras sus hombres seguían trabajando y uno estaba cerca para cuidar los movimientos del doctor. Fernando tocó su frente, pómulos y mentón giró su cabeza de un lado a otro para estudiar con detenimiento como iba a realizar la operación. Deseaba terminar pronto con todo esto para quedar libre, aunque no sabía que harían con él después, las cosas no eran tan fáciles, el paciente debía reposar después de la operación, no debía moverse ni salir del lugar, tal vez esa sería su oportunidad de escapar, el jefe estaría en sus manos y él aprovecharía la oportunidad.
En la otra esquina de la sala había una cama donde iba a dormir el doctor, no podía salir de almacén, el jefe ordenó a sus hombres vigilar cada paso de Fernando Salas. A las once de la noche se terminó de preparar todo lo referente a la sala de operación, el instrumental quirúrgico a usarse estaba limpio y dentro del horno especial para ser desinfectado en su momento. El doctor reposaba sobre la cama, que fue preparada par su descanso. La mañana siguiente seria un día lleno de estrés, para esperar ser rescatado, Fernando tenia dos planes en mente, el primero sería demorar la anestesia para dar tiempo a la policía y el segundo plan en caso que el primero no resulte, era realizar un simulacro de operación, es decir estirar algunos músculos y tal ves modificar en algo la líneas de expresión para tenerlo tranquilo mientras operaba y así dar el tiempo de ser auxiliado.  Lo que deseaba el jefe de la banda era una locura, cambiar el rostro de una persona no era fácil y menos romper huesos como si fueran cascaras de nuez. Confiaba en Tesio y sus agentes, Oscar Martel le habia dicho que era un oficial de primera linea. Fernando Salas no sabia que la policía habia perdido su rastro y que lo buscaban por la zona sin hallar el lugar exacto del deposito. 



CONTINUARÁ                               
                      

 

lunes, 6 de octubre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Oscar Martel había escuchado el plan de su amigo Tesio, no podía desconfiar de él porque era un experimentado jefe policial y sabía como actuar en casos como ese.
-Oscar no podemos perder más tiempo el plan debe ejecutarse mañana, como te dije antes, voy a crear una emergencia con uno de mis agentes, tú debes estar en la sala para recibirlo y llamar de inmediato a Fernando para que se acerque al hospital, él te conoce y va hacer caso a tu llamada. En la sala de emergencia hablas con él, convéncelo de que es el único camino para salvar a su familia, si todo sale bien antes del medio día de mañana, su esposa y sus hijos estarán volando fuera del país. En al aeropuerto yo arreglo todos los documentos para que salgan, solo deberán traer una mochila por persona con dos mudas, nada más- señaló Tesio el jefe de policía.
-Tesio confió en ti y en tu plan, me voy a encargar mañana de estar a las siete de la mañana en el hospital para recibir a tu agente en la sala de emergencia, luego llamo a Fernando para que venga, él no trabaja conmigo pero es un cirujano plástico muy reconocido y mi justificación será que es necesaria su presencia para que examine a un paciente y me diga que debo hacer- contestó el doctor Martel.
-Oscar hay algo muy importante que debes tener en cuenta- respondió el jefe de policía -el hombre que vigila a tu amigo no debe entrar a la sala de emergencia y tampoco debe verte, no quiero que te involucres en el caso o que pueda reconocerte más adelante y crear un problema mayor. Con esta gente no se juega, son peligrosos y no se detienen ante nada-. 
-No te preocupes amigo, voy a seguir al pie de la letra el plan y te aseguro que el hombre que lo vigila no va a verme, ni entrará a la sala de emergencia- dijo el doctor seguro de preparar todo en el hospital para que no haya problemas. 
-Entonces, mañana a las siete de la mañana será la emergencia. Oscar confío en que puedas lograr convencer a tu amigo y que todo tengan un buen final- dijo el jefe de la policía de investigaciones.
El doctor Martel se despidio de su amigo y fue al hospital para seguir con su trabajo. Tesio en su oficina comenzó a planificar la emergencia que debía simular uno de sus hombres para llevarlo al hospital, nada debía estar fuera de lugar para no levantar sospechas. Dos de sus agentes vestidos de doctores estaría en todo momento vigilando la operación.
El día terminó temprano para el doctor Martel, se dirigió a su hogar y en todo el camino repasaba las palabras que iba a mencionar a su amigo para convencerlo de que se ciña al plan del jefe de policía, tenía que lograr convencerlo y esperaba que Fernando tome la operación por el lado positivo.
Trató de distraerse conversando con su esposa a la hora de llegar a casa, no deseaba contarle a Felicia lo que iba hacer con Tesio para ayudar a Fernando, cuando todo termine, comentaría con ella para que sepa donde se fue su amigo. Conversó un momento con sus hijas y a la hora de irse a dormir no podía conciliar el sueño, estaba nervioso y preocupado. Después de la media noche pudo por fin quedarse dormido. Al amanecer del nuevo día fue el primero que se levantó, tomó un desayuno ligero y se despidio de su familia, no podía llegar tarde al hospital, Felicia estaba preocupada por su comportamiento pero no insistió, sabía  que algo sucedía, iba a esperar el momento oportuno para hablar con su esposo.
Oscar Martel llegó al hospital, entró a la sala de emergencia para disponer todo y dejar ordenes claras al personal medico, no explicó los detalle de lo que iba a suceder dentro de una hora, mientras menos personas sepan, será más seguro para todos. 
Como habían quedado con Tesio, la emergencia llegó a las siete de la mañana, una ambulancia a toda velocidad entró al hospital y el paciente que iba adentro se desangraba, tenía el rostro cubierto con una tela. Oscar Martel llamó a su amigo para decirle que venga al hospital, era urgente, él necesitaba su opinión en un caso de vida o muerte. Fernando intrigado contestó: -Oscar el hospital tiene cirujanos plásticos, ¿por qué necesitas mi presencia?-.
-Fernando es un caso difícil y dada tu experiencia puedes dar tu opinión a los cirujanos del hospital-. 
-Correcto, si se trata de una emergencia voy para haya en seguida, no tardo-. contestó Fernando a su amigo.
El doctor Salas corrió a cambiarse de ropa, le dijo a su esposa que debía ir al hospital -es una emergencia querida, Oscar me necesita, pide mi presencia- dio pocas explicaciones y salió tan rápido como pudo, el hombre que lo vigilaba viajó con él en su carro y al entrar al hospital, fue detenido por los enfermeros:  -No puede entrar a la sala de emergencia, es solo para el personal medico-. señalaron. 
-Oscar estoy aquí ¿donde está el paciente?- preguntó Fernando -me dijiste que era una emergencia ¿es una broma?-  habló con disgusto.
El doctor Martel respondió: -no es una broma Fernando, es algo muy serio, necesito que escuches con atención lo que voy a decir  y hagas exactamente lo que digo para salvar a tu familia-. comenzó a explicar con detalles lo que debía hacer y que había hablado con su amigo de la policía.
Fernando iba a subir la voz y Oscar con la mano tapo su boca -no hables alto recuerda que afuera hay un hombre que sigue tus pasos-.
-Me prometiste que no dirías nada a la policía ¡Oscar! ¡cómo has podido engañarme!- exclamó molestó Fernando.
-Es el único camino para salvar a tu familia, no desperdicies esta oportunidad, lo tomas o lo dejas, nada va a salir mal si sigues al pie de la letra lo que digo y con los detalles del caso comentó a su amigo lo que debía hacer para sacar a su familia del pais-.
Fernando Salas no sabía que hacer, tenía miedo y dudaba, su familia correría un gran riesgo si no resultaba el plan. Pero su amigo tenía razón al decir que era el único camino para salvar a su esposa e hijos y sacarlos del medio.
-Esta bien Oscar acepto el plan, no importa lo que suceda conmigo, quiero a mi familia fuera de esto, ellos no tienen la culpa de nada- dijo con angustia Fernando.
-Ni tú tampoco estimado amigo, esta gente te buscó, se acercó a ti y no al revés- dijo Oscar y continuó:
-Ahora te toca convencer al jefe de la banda para hacer el cambio y quedarte con ellos. Después que tu esposa e hijos se hayan ido del país, Tesio y sus agentes te van a rescatar de las manos de este hombre. No temas todo va ir bien, no pierdas tiempo y habla con el jefe-. insistió Oscar a Fernando
-Esta bien Oscar, haré lo que me dices para sacar a mi familia del peligro-.
Un agente va a seguir tu carro con mucho cuidado para no delatarse y corras riesgo. Sigue el plan y todo estará bien-.terminó de hablar Oscar.
El doctor Salas se despidio de su amigo y salió del hospital, de nuevo el hombre de negro lo vigilaba, no lo dejaba solo un momento. Fernando para no levantar sospechas fue a su consultorio como siempre para vigilar como iba la preparación de la sala de operaciones, si así se le podía llamar. Una hora después el jefe llamó a su hombre y éste le comunicó que el doctor quería hablar con él, era urgente.
El jefe aceptó pero se iban a reunir en otro sitio para conversar, se encontraron en en un restaurante cerca a la playa. Fernando hizo un gran esfuerzo para calmar su nerviosismo, debía hablar en forma natural y con  firmeza para convencer al jefe de hacer el canje de él por su familia.
-¿Cual era la urgencia qué tenias para necesitar mi presencia?- preguntó el mafioso.
Fernando con voz segura le comentó lo que deseaba y le dijo que no iba a cambiar de idea, su familia por él -Es a mí a quien necesitas, deja a mi esposa e hijos libres para que pueda operarte con tranquilidad y hacer lo que me pides-.
El mafioso lo observó con detenimiento, hasta un punto tenía razón, al doctor lo necesitaba y no deseaba que salga mal la operación de su rostro, mientras esté médico esté en su poder, nada iba a cambiar: -está bien, aceptó tu propuesta pero tú estarás a mis órdenes y serás vigilado día y noche- sentenció el jefe.
Fernando presentía donde se estaba metiendo, pero su familia era primero: -entonces déjame ir a mi hogar para preparar a mi familia y llevarlos al aeropuerto, van a viajar fuera del país- señaló Fernando y no dijo donde.
El acuerdo había quedado sellado entre el jefe y el doctor Salas, éste no se atrevía a decir nada, se puso de pie y de nuevo con el mismo hombre de negro que lo seguía como su sombra, se retiró.
En el camino a su casa imaginaba la reacción de su esposa ¿por qué tenía que viajar ella con sus hijos? ¿a donde irían? ¿aceptaría la realidad? eran preguntas que no sabía responder. 
Cuando llegó a su casa le dijo al hombre de negro que lo espere afuera, él tenía que hablar con su esposa. Mortificado salió a la calle donde estaban dos hombres que simulaban ser jardineros. Fernando corrío a su habitación, era temprano, todavía su esposa seguía descansando, sus hijos estaban en el colegio. 
-¡Luz despierta, despierta!- repitió -es necesario que te alistes vas a viajar con nuestros hijos a Miami a la casa de tu hermana, yo en unos días me voy a reunir contigo y nuestros hijos, es un asunto muy peligroso, tienes que hacerme caso-.
Su esposa lo miró  extrañada y se preguntó de que película había sacado el tema del peligro: 
-Fernando que estás diciendo, que hay peligro de que hablas, nuestros hijos están en el colegio-
-No hay tiempo que perder en explicaciones debes viajar con los chicos, se trata de una amenaza a mi persona, no te preocupes todo va estar bien si me haces caso. Prepara las mochilas de los muchachos yo voy al colegio a recogerlos, vamos a estar de viaje unas semanas-. dijo al final Fernando y salió para recoger a sus hijos en el colegio.
La esposa del doctor Salas vio que Fernando no estaba bromeando, lo que decía era muy serio, su rostro tenía una expresión de angustia. Se levantó de la cama para alistar las mochilas de sus hijos, su esposo no tardaría en regresar.
Los hijos de Fernando al saber que se iban de vacaciones a Miami, comentaban felices lo que iban hacer en la ciudad. ¡Qué divertido son  vacaciones para nosotros! dijo uno de ellos. De regreso a casa la madre había alistado las mochilas, mientras los niños se cambiaban ella le dijo a su esposo: -Fernando es tan peligroso que nos tienes que sacar del país-. 
-Si querida, gracias por comprender y aceptar esta realidad, yo me reuniré con ustedes en unos días no te preocupes- Fernando besó a su esposa y la abrazó. Casi llora pero se contuvo, no debía preocuparla para que viaje tranquila con sus hijos.
Los chicos estaban listos y las mochilas también, todos juntos subieron al carro, camino al aeropuerto, la hija preguntó: -padre voy a perder varios días de clases como voy hacer para ponerme al día en los cuaderno y presentarme a los exámenes- la niña era más consiente de que algo pasaba.
-No te preocupes hijita, yo ya hablé con la directora para que te tome los exámenes en días posteriores- dijo el doctor.
El hijo varón por ser el menor no se daba cuenta de la situación, para él eran unos días de vacaciones y diversión, su hermana era una agua fiestas.
En el aeropuerto los esperaban sus papeles y pasaportes especiales como refugiados políticos, Fernando le había anticipado a su esposa como iban a viajar. Ella al borde del llanto dijo: -es verdad lo que me dices, vas a venir pronto con nosotros-.
-Si querida no digas nada, ese hombre de negro que me vigila nos puede escuchar y va ser el fin. Pronto voy a estar con ustedes no te preocupes-. Abrazó a su esposa e hijos les dijo que los quería mucho y los vio entrar en el apartado con el resto de pasajeros, para su vigilante todo había sido normal, no se había percatado de la situación y mucho menos a que ciudad viajaban. A la hora de entrar al avión un agente de la policía se acercó a la familia Salas para entregarles sus documentos. El doctor Fernando solo estuvo tranquilo cuando vio que su familia estaba a salvo y viajaba dentro de un avión con destino a Miami. Él no tenía idea si los volvería a ver, su vida era una pesadilla de la que rogaba despertar y volver a la realidad.


CONTUNIARÁ