Domingo día del almuerzo familiar, Oscar Martel en la sala de su casa revisaba, algunos documentos, no se preocupaba en ir a traer a su madre porque la tía Gema había quedado en ir a recogerla, además todavía era temprano.
El doctor Martel tenía una costumbre desde hace muchos años, él rezaba muy temprano en la mañana para pedir al cielo por su familia, era devoto pero no exagerado. Se acordó de su amigo Fernando y la terrible experiencia que le toco vivir, era un doctor con una carrera brillante y ahora debía empezar de cero en otro país y con otra identidad, la vida suele traer experiencias agradables y también desagradables. Nunca volvería a saber de su amigo. Pidió por Fernando y su familia para que estén seguros.
Felicia llamó a toda la familia a desayunar era el momento familiar sagrado, entró en la sala y dijo:
-Oscar ya esta servido el desayuno vamos al comedor, nuestras hijas se están levantando-.
-Felicia detente un momento, anoche llegó Liza muy tarde, sabía que tenía una fiesta y que iba con Américo pero serían la tres de la mañana cuando la sentí llegar- dijo el doctor.
-Si mi querido esposo, Liza me habló que tenía una fiesta y que iba a llegar tarde, no debes preocuparte nuestra hija es adulta y sabe bien lo que hace, ahora vamos al comedor-. señaló su esposa.
Liza estaba viviendo su romance con Américo, era un idilio real, a los dos les gustaba salir a pasear o asistir a reuniones con amigos, algunos fines de semana iban hasta la casa de campo de Américo y se quedaban todo el día. Disfrutaban de su mutua compañía y salían a caminar por los alrededores, el paisaje del lugar, era soñado.
El desayuno era un preludio familiar, las hijas comentaban como había sido su semana y que planes tenían para la próxima semana que iba a comenzar. Entre ellas no habían grandes cambios ni planes fuera de lo acostumbrado, todas estaban cumpliendo con sus proyectos.
Mery en un momento de silencio en la mesa comentó: -ya he decidido que voy a estudiar y me estoy inclinando por la contabilidad, soy buena con los números y creo que esa carrera me ira bien, aunque también he pensado en estudiar matemática pura, en esa materia no tendría ningún problema pero aun no estoy segura-.
El padre de familia se alegró que su hija menor esté contemplando una carrera para estudiar:
-Merry me parece excelente que pienses en algo que te gusta, piensa todas las cosas que podrías hacer-
-Si padre, estoy pensando cual de las dos es mejor para mí- contestó Merry.
El desayuno transcurrió como siempre dentro de la armonía familiar, Fanny y Liza felicitaron a su hermana menor por la carrera que quería seguir: -escojas cualquiera de las dos carreras te ira bien, estoy segura- comentó Fanny.
Las horas de la mañana pasaron muy rápido muy cerca de las doce del día llegó la tía Gema con Nany la familia en pleno salió a recibirlas, se reunieron en la sala para conversar un momento antes de pasar al comedor. Al doctor Martel le gustaba servir los aperitivos antes de la comida, según decia él, eran saludables.
A la hora de estar en el comedor la Tía Gema comentaba como le estaba yendo en su empresa, ella decía: - estamos en estos momentos teniendo graves problemas con las ventas del instrumental médico y medicinas, este mes nos ha ido regular, en cambio en el servicio de ambulancias estamos mejor, muchas personas nos solicitan este servicio. Tenemos que estar preparados para los tiempos difíciles y para los tiempos de bonanzas, es así en toda empresa. La situación económica en el país también es difícil y eso no ayuda mucho. Disculpen familia no los quiero abrumar con mis problemas- comentó la tía Gema con tristeza.
-Gema, por favor no te preocupes, en realidad todos estamos aquí para apoyarnos y hablar con libertad de lo que nos preocupa. Tienes razón cuando dices que vivimos tiempos difíciles, lo podemos sentir en nuestros bolsillos- contestó el doctor.
La conversación luego giró hacia otro tema, Fanny pensaba viajar antes que comiencen las clases de la universidad, salir fuera de la capital era darse un espacio para ella: -Padres- comentó -estoy pensando hacer un viaje corto, de tres o cuatro días a las playas del norte, quiero estar lejos del barullo de la ciudad y prepararme para lo que pueda venir después, este año es mi último año de estudio y deseo terminarlo con excelencia. ¿Merry tal vez tu desees acompañarme? a las dos nos vendría bien pasar un tiempo entre hermanas-. todos en el comedor esperaban el comentario de los padres y la respuesta de Merry.
-Por mi parte no tengo inconveniente, me gustaría acompañarte y disfrutar del sol y del mar- contestó Merry feliz.
-Mis queridos padres no dicen nada- agregó Fanny.
-Me parece muy buena idea que viajen las dos porque Liza seguro no puede viajar-contestó Felicia.
-Si es verdad, me encuentro bastante ocupada con el trabajo de medio tiempo en la farmacéutica.
-Liza por favor- habló la tía Gema -unos días de descanso antes de comenzar las clases te vendrían bien, piénsalo-.
-Bueno ahora que no tengo inconveniente lo voy a tomar en cuenta pero no aseguro nada- contestó sonriendo Liza.
-Bueno parece que todo ya está decidido, las vacaciones pronto terminan y de nuevo a la vida de estudiante- respondió el doctor y miraba a sus hijas, las dos mayores ya no tenían que pedir permiso pero aun así esperaban que sus padres digan algo o por lo menos estar de acuerdo. El tiempo se había ido muy rápido y sus niñas ya no eran las pequeñas que esperaban que las saquen a pasear. No, no debía ponerse triste, es la vida y eso es suficiente.
El domingo terminó de pasar sin muchas novedades Fanny conversaba en la sala con la tía Gema, sus padres y Nany estaban en el jardín disfrutando de la tarde soleada, Liza había salido con su novio y Merry en su habitación miraba su programa favorito de la tarde.
La tía Gema al percatarse que estaba a solas en la sala con la mayor de sus sobrinas, preguntó:
-¿Fanny que paso con Umberto por qué terminaste el noviazgo?-
Fanny se sonrojó, no sabía que contestar, pero de inmediato dijo: -tía es un tema del que no deseo hablar pero voy a contestarte porque creo que deseas saber que paso-
-Si no deseas hablar Fanny, yo voy a comprenderte, no he querido ser impertinente, solo apelaba a la confianza que existe entre nosotras-. señaló la tía Gema.
-No tía, no es impertinencia pero voy a comentar lo que sucedió entre nosotros. Primero tengo que decir que no fue un motivo grave y eso fue lo que llamó la atención de Umberto, él me preguntaba ¿por qué deseas terminar? el problema para mí fue que yo comencé a preguntarme si deseaba seguir el noviazgo, si no habían otras cosas más que debía descubrir y si él era el indicado para mí. Sé muy bien que perdí a una persona valiosa, pero pienso que cuando uno tiene tantas dudas es mejor continuar el camino a solas. Ahora yo me encuentro tranquila y en paz y espero que él también, no deseo que me guarde rencor, las cosas se dieron de esa manera, eso es todo lo que puedo decir.
La tía Gema contestó: -si eso, era lo mejor para ti, bueno hay que aceptarlo, aunque pudo ser al revés ¿no crees?
-Si, es verdad tía, pudo ser al revés y fuera Umberto el que se alejaba de mí- reflexionó Fanny.
En la noche cuando la casa de la familia Martel estaba en silencio y todos sus habitantes descansaban, Fanny no podía dormir, la tía Gema había removido recuerdos que ella deseaba dejar en el pasado y continuar como siempre. Dos días después del almuerzo familiar ella se encontraría con una sorpresa inimaginable. En su café favorito se encontraba Fanny leyendo unas revistas que estaban sobre una mesita. Le gustaba el lugar porque tenía un ambiente cálido e íntimo, además de servir un café exquisito y unos pasteles deliciosos, muchas veces en compañía de Umberto habían estado en el lugar. En ese instante nada presagiaba lo que pasaría después de unos minutos. Se encontraba muy cómoda disfrutando su café cuando vio entrar por la puerta de vidrio a Umberto con una joven que lo acompañaba, iban de la mano y sonreían felices. Ella no tenía escape por que casi estaban frente a frente, pensó que lo último que deseaba era encontrar a Umberto, qué incómoda situación y que vergüenza estar en el mismo lugar los tres, no podía creerlo. Umberto se acercó a Fanny, la saludó y también presentó a su enamorada que era una joven graciosa y atractiva.
-Umberto que sorpresa encontrarnos y que gusto me da conocerte- se refirió a la joven que lo acompañaba, Fanny estaba nerviosa.
-Hemos venido a este lugar porque aquí sirven un café exquisito, como bien lo sabes, Fanny no te interrumpo más que disfrutes tu café- dijo al final Umberto y se despidio.
Fanny observó que Umberto tomó de la mano a la joven que iba con él. Con ella fue educado y amable pero distante, sintió un brinco en el corazón, no quería admitirlo pero se desataron dentro de ella recuerdos de los dos cuando estaban juntos y solían entrar a ese café, no deseaba estar más tiempo en el lugar, era preferible terminar rápido y salir corriendo. Ya en la calle caminaba despacio las piernas le temblaban y las manos le sudaban, porque tenía ese comportamiento, porque se molesto al ver a Umberto, con esa joven, ella parecía no saber que ellos fueron novios en el pasado. Qué confusión de sentimientos y qué desesperación encontrarse en el mismo lugar, ellos habían terminado hace varios meses entonces nada había que decir ni opinar al respecto. Caminó hacía un parque que estaba cerca, el caminar la tranquilizó y el viento suave de la tarde le hizo bien, recuperó la calma y no pudo evitar soltar unas lágrimas, después de todo Umberto había sido parte de su vida y él habia removido muchos recuerdos y sentimientos. Se sentó en un banco cerca a la pequeña laguna, desde ahí podía ver los peces que se aglomeraban al borde para buscar comida. Que sencilla es la vida de estos peces, comentó, solo nadan y comen todo el tiempo, no debo decirlo pero tal vez sería mejor, ser un pez. Fanny en ese momento no pensaba con coherencia, sus emociones la traicionaban y sus recuerdos también.
CONTINUARÁ


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