martes, 25 de noviembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza y su padre salieron del hospital por una puerta pequeña para no encontrar a los periodistas que estaban en la puerta principal esperando más noticias sobre la salud del congresista. Todos los noticieros informaban, la manera en que había sucedido y la rapidez con que actuó la policía.
El oficial a cargo de la investigación Tesio Castello declaró brevemente a los noticieros y el doctor encargado de la operación también declaró a la prensa para que sepan cual era el estado de salud del congresista Américo Panduro.
Liza y su padre regresaban a casa, en el camino estaban en silencio, al entrar al hogar se encontraron con la madre que se acercó a su hija, ya sabía por los noticieros lo que había ocurrió con Américo. Al ver a Liza la abrazó y comentó: 
-Querida Liza, todo va estar bien, me he enterado del caso por las noticias, tienes que conservar la calma-.
-Felicia, nuestra hija está tranquila, no la trates como si fuera la viuda, en este momento Américo se encuentra estable y va superarlo. Hablé con el doctor que lo esta tratando y se siente optimista- finalizó en doctor Martel.
-Oscar- dijo su esposa -estoy segura que todo va estar bien, no debemos pensar lo contrario-.
-Madre, por favor no deseo hablar por el momento de este tema, voy a subir a mi habitación- agregó Liza y subió las escaleras al segundo piso, deseaba estar a solas, aun no podía creer lo que había ocurrido, era algo que jamás imaginó, sin embargo recién ahora comprendia la actitud de su padre cuando decía que no deseaba saber nada del mundo de la política.
Américo le había regalado una pulsera que ella usaba, la tomó en sus manos y recién pudo llorar, sentía que era una pesadilla la que vivía en esos instantes.
En la sala del hogar conversaban los padres de Liza, el doctor Martel que estuvo presente en el lugar comentaba con su esposa los detalles de como ocurrió el atentado -no puedes imaginar cuando vi correr a mi amigo el jefe de policía, pensé que no era algo grave, pero al parecer él sabía algo, por ese motivo buscaba a Américo. Fue todo muy rápido, es un milagro que Américo esté vivo, más tarde voy a llamar a Tesio para que me cuente como va el caso, él sabe que tenemos una relación muy cercana por el compromiso de Liza-.
Felicia exclamó: -¡Oscar! van a ir al hospital esta la noche-.
-No, es preferible visitarlo mañana en la mañana, a esas horas debe estar despierto pero no puede hablar demasiado porque recién ha sido operado. Ahora debo irme a trabajar, en este momento me están reemplazando y no puedo abusar de la buena disposición de mi colega- se despidio de su esposa y salió del hogar. No regresaría en todo el día.
La madre de Liza estaba preocupada pero prefirió no interrumpir a su hija, era mejor que descanse y que ella decida a que hora salir de su habitación.
En el hospital, en un momento de descanso el doctor Martel llamó a su amigo Tesio para preguntar que sabía y como iban las investigaciones del caso. 
-Oscar, por los informes que tenemos, el atentado a sido dirigido por profesionales, son gente acostumbrada a este tipo de encargo. No puedo decir más por teléfono, si tienes tiempo ven a la jefatura y aquí te doy los detalles- añadió Tesio.
Al final de su horario de trabajo en el hospital, el doctor Martel salió con dirección a la jefatura donde lo esperaba su amigo Tesio.
El jefe de policía al recibirlo comentó: -Oscar, nosotros nos enteramos de este caso por uno de mis informantes que ahora mismo se encuentra desaparecido, lo estamos buscando temo que le puede haber pasado algo. Este hombre hizo contacto conmigo para decirme lo que iba a suceder, mis sospechas son de que el encargo vino desde adentro del partido, alguien o más de uno, no quiere que Américo se presente a las próximas elecciones. No puedo asegurar esto porque necesitamos  pruebas para señalar quienes son. Hemos encontrado abandonada la moto que usaron en el atentado a unas cuadras del congreso y como era de esperar la placa es falsa. Un hombre vio desde su ventana a dos hombres que abandonaban la moto y se cambiaban de ropa, caminaron por la calle y se perdieron entre la gente. Nosotros seguimos investigando para llegar al fondo de este caso, necesito hablar con Jorge Redondo para obtener más información, él conoce por dentro su partido. Eso es todo lo que puedo decir por el momento, no tengo más detalles- añadió  Tesio.
El doctor Martel agradeció a su amigo el informe de los hechos: -gracias, por tu información sé que eres muy profesional y vas a llegar al fondo de este caso, por mi parte no saldrá palabra alguna de lo que hemos conversado.
Mientras no llegaba el padre a su hogar, Fanny, Merry y Felicia comentaba lo sucedido, Liza no había salido en todo el día de su habitación, apenas probó bocado, no tenía hambre. El doctor a su llegada  encontró a la familia reunida en la sala, se percató que Liza no estaba y después de saludar a todas, subió al segundo piso para hablar con ella.
-Liza- dijo el padre -no queremos que te enfermes por no alimentarte. es importante que estés bien para ayudar a Américo a que se recupere. Aquí lo mejor es que él se encuentra estable y el colega que lo atiende me ha dicho que su recuperación es segura. Te pido que por favor bajes para que te reúnas con la familia, tus hermanas y tu madre se preocupan por ti-.
Liza obedeció a su padre, en el fondo tenía razón, estar sin probar alimento no le iba a hacer bien. Se reunió con la familia en el comedor y trató de comer lo mejor que pudo. El resto de la familia  no habló sobre el caso de Américo nadie quería que Liza se ponga triste. 
Al día siguiente como prometió el doctor Martel llevó a su hija al hospital, Américo estaba despierto  en su habitación en compañía de sus padres, las visitas solo eran de media hora y por orden del doctor no debía hablar.
Liza se presentó con su padre y saludaron Américo y a los padres de éste, la conversación fue breve, nada debía perturbar al paciente. 
-Qué bueno que ya estés despierto- añadió Liza -no hables por favor, son órdenes de tu doctor, no nos podemos quedar mucho tiempo, yo voy a regresar mañana en la tarde, no te agites, ni trates de hablar- tomó las manos de Américo y se despidio, la visita fue breve. Liza estaba nerviosa, no sentía que estaba en confianza, además no quería que Américo se agite por tratar de conversar con ella.
En el hospital atendían al paciente con esmero, cada dos horas pasaba una enfermera para controlar su presión y signos vitales, Américo se estaba recuperando cada día y se sentía fuerte, podía caminar por la habitación y hablar, no como él acostumbraba pero podía decir cómo se sentía y que además las fuerzas regresaban a su cuerpo.
Una tarde que Liza había ido a visitarlo, Américo le comentó: -mi querida Liza es muy probable que mañana me den de alta, me siento mejor y el doctor dice que puedo seguir mi recuperación en casa. Mi madre se está feliz, ella pensaba que iba a perder a su hijo. Tú puedes venir a casa todo el día si así lo prefieres-.
-¡Qué felicidad!- exclamó Liza -por fin te vas del hospital, eso es un buen signo. En cuanto a visitarte todo el día sabes bien que no puedo, ya empezaron mis clases de la universidad, este es mi ultimo año y debo esmerarme para terminar con excelencia. No te enojes sabes bien que voy a ir a verte pero dentro de un horario- dijo esto último con una sonrisa.
Las investigaciones con respecto al caso del atentado al congresista Panduro seguían su curso, Tesio Castello había citado al congresista Jorge Redondo, necesitaba información y sobretodo nombres para ser investigados, al parecer habían varios sospechosos que podían ser los autores intelectuales.
Jorge Redondo se presentó en la jefatura al ser llamado por el jefe de policía, él no era el único, antes habían sido llamados otros congresistas. 
Tesio dijo a su amigo: -disculpa Jorge estás citado en calidad de testigo, vamos a grabar tu declaración que debe ser verás y objetiva-.
A Jorge le sudaban las manos cuando escuchó las palabras de Tesio, en ese momento era el jefe de policía el que hablaba y él debía declarar todo lo que sabía al respecto del partido. 


CONTINUARÁ 
       
              
       
   
             

 

lunes, 17 de noviembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Tesio Castello jefe de policía, llegó hasta la oficina del congresista Panduro pero éste no se encontraba salió y ordenó a sus agentes que sigan buscando, en todos los pasillos y oficinas. Tesio tenía informantes en el lado oscuro de la ciudad y uno de ellos le había comunicado que iban atentar contra la vida del congresista, era por encargo y no se sabía de quien.
Los agentes de policía se dispersaron por los ambientes del congreso para dar con Américo Panduro, hasta que de un momento a otro se escuchó el disparo de un arma, venía de la parte de atrás del edificio, al parecer el congresista Panduro iba a salir a la calle por ese lado. Todo sucedió en segundos se trataba de una moto donde iban dos hombres uno de ellos se bajo y a través de las rejas apunto con un arma y disparo, el tiro fue certero, alcanzó al congresista en el pecho, lo hizo caer al piso. Américo se agarró el pecho el dolor era intenso. Los hombres de la moto fugaron con rapidez, tomaron una calle contra el tráfico y se perdieron entre los carros. El doctor Martel al escuchar el tiro del arma, corrió junto a Jorge Redondo. Tesio Castello ya estaba al lado del congresista cuando el doctor se abrió paso entre los hombres de seguridad y el personal que labora en el edificio. Américo estaba bañado en un charco de sangre, el doctor Martel atinó a decir: -quédate conmigo, no te duermas- en seguida abrió su camisa para tratar detener la hemorragia, mientras pedía en voz alta que llamen a una ambulancia, no se debía perder un segundo, el herido estaba perdiendo mucha sangre. El caos se apoderó del congreso: 
-¡Cómo era posible tamaño atentado! exclamaban muchas voces.
Jorge Redondo estaba paralizado de la impresión, no atinaba hacer nada, felizmente la vida de Américo no dependía de él. El doctor Martel le pidió Tesio que abriera paso a la ambulancia que estaba llegando, se podia escuchar el ruido de la sirena para abrirse paso entre los carros. Todo parecía salido de una película de terror. La ambulancia se situó en la puerta del patio de atrás donde había ocurrido el atentado, al subir al herido, Oscar Martel también subió y les indicaba a los paramédicos cual era el estado del congresista, para que apliquen el procedimiento de emergencia y pueda llegar con vida al hospital más cercano. 
El jefe de policía se lamentaba por lo sucedido, no pudo llegar a tiempo con sus agentes, todo sucedió en segundos al punto de que ni el personal de seguridad del congreso pudo intervenir para evitar el atentado. La policía tomó cartas en el asunto para investigar hasta el fondo ¿cómo y porqué? de lo sucedido y el objetivo, Américo Panduro. 
La ambulancia iba a toda velocidad y se abría paso entre los carros, el hospital más cercano estaba a unas cuadras. Cuando llegaron a las puertas del nosocomio entraron con rapidez para atender de emergencia al paciente, era necesario estabilizarlo y ver si algo se podía hacer para mantenerlo con vida. El doctor Martel entró a la sala de emergencia para hablar con el médico encargado y explicarle cual era el estado del congresista, la sala de operaciones se preparaba para intervenir al herido.
Oscar Martel secó el sudor de su frente y decidió llamar por teléfono a su hija Liza, ella debía saber lo, sucedido. En la oficina de la empresa de la tía Gema se encontraba cuando el padre habló con su hija.
Liza solo atinó a contestar que enseguida salía para el hospital donde se encontraba Américo, con voz temblorosa agregó: -padre por favor sálvalo, Américo no puede morir-. El padre no dio detalles del estado del congresista lo mejor era hablar con Liza personalmente.
La ciudad se enteró del grave incidente por las noticias, nadie podía creer que algo así podia suceder, habían comentarios en las calles y lugares de reunión ¡Un atentado! ¡Qué horror!. Los noticieros no dejaban de informar, alrededor del hospital llegaron las emisoras de noticias y periodistas, era un verdadero tumulto.
Liza en el carro que la llevaba al hospital se tomaba las manos nerviosamente, ella no quería escuchar que Américo ya no estaba en este mundo y que había dejado de existir, sentía miedo escuchar esas palabras, pedía al cielo -Por favor, por favor no puede morir-. Cuando llegó al hospital pudo ver el tumulto que se había formado en la puerta de emergencia, su padre le había indicado por donde podía entrar sin ser vista desde la calle. Liza entró directo a la sala de emergencia donde la esperaba su padre, ella lo abrazó y preguntó: -¿Padre cómo está Américo, es muy grave? ¿no los vas a operar tú?-
-Liza yo no puedo operarlo, los doctores de aquí tiene mucha experiencia y saben lo que hacen, Américo ya está en la sala de operaciones, él está en buenas manos debemos esperar- el padre no comentó con su hija de que había perdido mucha sangre y que eso lo ponía en peligro. 
-Padre cuéntame cómo fue el incidente, sabes algo de eso- comentó Liza.
-Mi querida hija, solo puedo decir que le dispararon en el patio de atrás del congreso, yo no estaba con él. El tiro fue directo al pecho, lo demás ya lo sabes. Serenidad, debemos tener fe de que va a salir bien. A sus padres ya se les comunicó, ellos están viniendo para ver a su hijo. Tú sabes que Américo es hijo único-.
A Liza le parecía extraño conocer a los padres de su novio en esas circunstancias, hubiera querido que fuera distinto: -¿Américo va despertar después de la operación?- preguntó Liza de nuevo a su padre.
-No, después de la operación va estar dormido para estabilizarlo, vamos a esperar  que dice el doctor, lo que más me preocupa en este momento es que se están demorando y eso no es bueno-respondió el padre. Liza tenía que estar al tanto del estado de salud de Américo para evitar sorpresas más adelante.
Los padres de Américo llegaron en ese instante, el doctor Martel se acercó a ellos y se presentó. Los señores habían escuchado a su hijo en varias oportunidades hablar del doctor, éste presentó también a su hija Liza y omitió lo de ser la novia, pero la madre ya sabía la existencia de la joven, Américo había comentado en varias oportunidades de ella. Los padres la observaron un momento y luego la saludaron ahora estaban demasiado preocupados por su hijo y no pensaban en nada más.
Después de otra hora de espera, salió el doctor responsable de la operación y habló con los padres de Américo, con el doctor Martel y Liza. Él dijo lo siguiente: -En este momento el congresista Panduro se encuentra estable, la bala no ha tocado el corazón pero si a creado una lesión muy seria en los pulmones, ha perdido mucha sangre, su pronóstico es delicado pero tengamos serenidad, él es un hombre fuerte y debe recuperarse bien. Ahora nos toca esperar y ver cómo reacciona su cuerpo-. 
La madre de Américo soltó unas lagrimas, se abrazó a su esposo y dijo con tristeza -Qué vamos hacer, nuestro hijo es lo único que tenemos-.
El padre de Américo trató de calmar a su esposa y el doctor Martel comentó a su colega: -entonces, con seguridad hasta mañana lo van a tener dormido-.
-Así es, tú conoces bien como se trabaja en estos casos, sugiero que todos se vayan a descansar y regresen mañana a partir de las nueve, aquí no van a poder ver al congresista, cualquier cambio en su estado de inmediato se les va informar.- el doctor dijo esto y se despidio de todos los presentes para regresar a la sala de operaciones.
-Liza- añadió su padre -debemos irnos, ya sabemos como está Américo, si deseas podemos regresar en la noche pero igual va estar dormido, es más seguro venir en la mañana para que lo puedas ver-.
Liza aceptó la sugerencia de su padre, se despidio de los padres de Américo y salió junto al doctor Martel. En sus pensamientos recordaba la sonrisa de Américo cuando hablaba con ella y la invitaba a salir. 


COTINUARÁ                             

 

lunes, 10 de noviembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Fanny como había prometido no se alejó demasiado de la casa y regresó a tiempo cuando servían el almuerzo, ya el hambre apretaba y era necesario comer algo:
-Américo tengo que decirlo, tu casa y los alrededores son hermosos, es para descansar sin pensar en el futuro-. comentó Fanny.
-Me alegra que te guste- respondió Américo -mi abuelo puso la primera piedra de esta casa que comenzó con un solo ambiente y luego fue creciendo poco a poco, mi padre hizo varios arreglos y agregó algunas habitaciones que yo terminé de construir. Aquí he pasado muchas vacaciones y fines de semana. Por favor es hora de disfrutar el almuerzo-. señaló Américo
La comida se veía exquisita y no solo eso, también sabía exquisita, Liza y Fanny disfrutaron de los platos seleccionados para la ocasión, Américo conversaba con ellas y les contaba varias anécdotas vividas en el lugar, los juegos y las reuniones de su familia: -no saben como añoro esos tiempos cuando nada te preocupaba más que estar bien y ser feliz, en esta casa he vivido momentos alegres. La señora del servicio tiene años trabajando para mi familia, ella y su esposo cuidan y mantienen la casa cuando no estoy- comentó Américo
Liza y Fanny disfrutaron el almuerzo junto Américo, al final tomaron unas copas de vino y salieron a la terraza donde había un lugar confortable para descansar y terminar de pasar la tarde con una amena conversación.
Américo que no podía ocultar su pasión por la política comentaba sobre los planes del gobierno para enfrentar la crisis que se estaba viviendo en esos días, él se apasionaba cuando explicaba cada detalle del plan de desarrollo, era indudable, había nacido para ser político y sus ideas eran de avanzada si llegaba a un puesto de mando. Él quería que sea el ciudadano el que intervenga para buscar y potenciar las soluciones, es decir buscar en la colectividad la participación popular.
-Es necesario- decia Américo -crear las corporaciones de desarrollo departamental, en eso está nuestro presidente, él es el principal gestor de este sistema, donde intervengan directamente los alcaldes y representantes de los gremios locales. Así se discutirán los planes y proyectos de desarrollo, hay muchos problemas que requieren nuestra atención como gobierno. Dirigir el país no es fácil y mucho menos cuando el dinero no sobra. Hay demasiados planes muy ambiciosos para las regiones, si se llevan acabo vamos a salir de esta situación económica que dificulta el desarrollo-. 
-Américo- comentó Fanny sin temor a equivocarse -ojalá todo salga como proyecta el presidente y que podamos vivir un futuro mejor-. 
Liza estaba callada, ella observaba y escuchaba a su novio y prefirió guardar silencio, sabía que Américo se apasionaba con esos temas y que sin duda sus intenciones de arreglar el pais eran buenas.
Antes de que muera la tarde salieron a dar un paseo Américo las llevó hasta el riachuelo de agua cristalina, él comentaba que la corriente que lo alimentaba bajaba directo de lo alto de la cordillera
-Un día siendo todavía un niño- comentó Américo -subí a lo alto de la cordillera con mi abuelo, él quería enseñarme donde nacía el riachuelo, por supuesto no pudimos llegar hasta el nacimiento de esa agua cristalina porque era muy alto y yo me estaba comenzando a sentir mal y cansado, la altura me afectó. Lo que si puedo decir que desde lo alto, el valle se veía hermoso, era un privilegio estar en ese lugar-. al terminar de explicar, señaló las montañas de la cordillera que estaban muy cerca. 
Casi oscurecía cuando Américo indicó que ya era hora de partir: -la ciudad nos espera- dijo sonriendo.
Fanny y Liza se apresuraron a seguirle el paso y subir al carro para regresar. Habían pasado un día relajado y tranquilo, además recibieron una clase de política y proyectos de gobierno.
En casa, la familia Martel reunida, comentaban sus diferentes experiencias. Mery estaba muy contenta por su amiga Elsy, no dejaba de comentar todos los planes que tenía cuando se vaya a estudiar a Inglaterra.
El doctor Martel decía que es bueno que los hijos de Ramiro se preparen bien para poder manejar en el futuro el banco que su padre había fundado: -es una gran responsabilidad si quieren que el banco avance en el tiempo y esté bien fortalecido en manos de la familia-.
Liza se quedó hasta el final para conversar con su padre, quería hablar de algunos temas con él, cuando sus hermanas y su madre se retiraron, ella le pidió a su padre un momento:
-Padre deseo hablar contigo, puedes concederme un instante- agregó Liza.
-Mi querida Liza, estoy a tu disposición, ¡qué deseas!- exclamó el doctor.
-Padre toma asiento- Liza le señaló a su padre un sillón -como bien sabes desde hace varios meses estoy saliendo con Américo y creo que ya es hora de que pueda invitarlo a la casa ¿no te parece?-.
El padre observó a su hija, pensó que tenía razón hasta un punto, Liza deseaba que su novio entre a formar parte de la familia, esa idea no convencía mucho al doctor, no le caía mal Américo, era una buena persona, pero sus resistencia de tener un político como pariente no le agradaba. Todos conocían sus motivos pero ya era tiempo de que el novio de Liza entre a la familia.
-Liza, estoy de acuerdo en conceder el permiso para que Américo entre y puedas recibirlo en casa, no te preocupes tienes mi bendición- dijo al final el padre y se puso de pie, beso a su hija en la frente y se retiro a descansar.
Liza respiro tranquila, no imagino que tan rápido su padre le de el permiso para recibir a su novio en casa. Se fue feliz a descansar.
En la habitación su esposa lo espera despierta, tenía gran curiosidad de saber que había conversado con Liza: -¿Oscar qué deseaba nuestra hija?- preguntó. 
-No es ningún secreto, solo me pedía permiso para que pueda recibir Américo en casa, yo le dije que si que no hay problema- respondió el doctor.
-Que bueno que estés de acuerdo, ya era tiempo de que Liza pueda recibir Américo, ella tiene casa y es lo correcto recibir a su novio como debe ser- agregó Felicia.
-Si, es cierto, mi querida Felicia veo la felicidad en tu rostro, tu siempre estuviste de acuerdo con este romance ¿verdad?- dijo al final el doctor.
-No voy a mentir es verdad hacen una linda pareja, además Américo es una persona honrada y de buenas intenciones, no tengo objeción con su romance-.
-Esta bien, ahora que estamos de acuerdo, es mejor dormir no deseo discutir a estas hora de la noche- señaló el doctor. 
-Oscar solo deseo hacer un último comentario- dijo Felicia acercándose a su esposo -No siento mucha felicidad de que Elsy se vaya tan pronto a estudiar lejos, ella todavía es muy pequeña, ¿no te parece?-.
-Felicia estoy de acuerdo contigo pero Elsy no es nuestra hija, sus padres saben lo que hacen, la joven no va a un sitio solitario, además Teodora su madre va ir con ella. Elsy y su hermano Luis están siendo preparados para dirigir en el futuro el banco de su padre, es su destino y responsabilidad. Ahora vamos a dormir ya es tarde- dijo el doctor y dio media vuelta, enseguida quedo dormido.
Felicia respiró profundamente, siempre le había sorprendido con la rapidez con que su esposo podía dormir, para ella nunca fue fácil tal acción, siempre estaba preocupada pensando en sus hijas o como organizar el hogar para toda la familia. 
El amanecer de domingo comenzó temprano para la familia Martel, era el día del almuerzo familiar y como siempre todos se reunían para celebrar. Este domingo iba hacer diferente había un invitado más, era un secreto para todos menos para Felicia que contaba con su aprobación. Al medio día cuando las campanas del reloj tocaban las doce, apareció Américo con dos hermosos ramos de flores, uno para Liza y otro para la madre de familia, además traía un exquisito postre para el almuerzo. El novio de Liza muy ceremonioso y educado saludó a Felicia con las flores, ella agradeció con palabras de protocolo:
-Américo no se hubiera molestado, las flores son hermosas y al postre le haremos el honor después de almuerzo- comentó feliz.
-Mi querida Liza estas flores son para ti, espero te gusten- abrazó a Liza que lo invitó a pasar a la sala.
La hora de almuerzo fue al comienzo un poco incómoda, el doctor no se sentía muy feliz pero trató Américo con confianza, las hermanas de Liza escuchaban la conversación de los demás y la tía Gema comentaba las últimas novedades de su empresa: -hemos adquirido dos ambulancias para dar el mejor servicio que se necesita, con esta adquisición tenemos cuatro- dijo esto muy alegre.
En  un momento en el comedor se comenzó hablar de política y el doctor Martel intervino.
-Yo comprendo que el tema es muy interesante mi estimado Américo pero voy hacer hincapié en que a la hora del almuerzo ese tema esta vedado. Espero me comprendas-. dijo con énfasis el doctor. 
-Doctor usted es dueño de casa y jefe de la familia por lo tanto estoy a sus ordenes y comprendo lo que me pide- aseguró Américo.
Liza se sintió un poco incómoda con las palabras de su padre pero le dio la razón, ese tema era mejor dejarlo para otro momento y lugar.
El almuerzo terminó muy bien, todos pasaron al jardín para tomar el café y conversar de temas amenos que no despierten discusión. El día llegó a su fin a las siete de la noche y Nany se despedía de su nuera y nietas, Américo fue muy formal con ella, sabía que era la matriarca de la familia. Nany sonrió y dijo:-A
Lunes muy temprano como siempre el doctor Martel iniciaba su día de trabajo, tenía una cita en el congreso con un paciente que le había pedido que por favor lo atienda en su oficina. Era el presidente del congreso y amigo del doctor.
-Mi estimado amigo, es necesario que se haga estos exámenes que voy a mandar, tiene elevada la presión, debemos saber a que se debe, además  voy a recetar esta medicina que debe tomar y luego que tenga el resultado de los exámenes me los envía con su asistente, es mejor que hoy descanse en su casa- dijo el doctor y se despidio.
-Gracias doctor- contestó el presidente del congreso -seguiré al pie de la letra sus indicaciones y pronto nos volveremos a ver-.
Oscar Martel se encontró con Jorge Redondo cuando salía de la oficina del presidente del congreso. 
-Mi estimado amigo ¿cómo estás?- saludo Jorge con entusiasmo.
-Bien, estoy bien, hace unas semanas que no nos vemos- terminó de decir estas palabras y ambos amigos, vieron a Tesio Castello el jefe de policía que corría con sus agentes por los pasillos del congreso. En su cara se podía leer el peligro.
-¿Tesio que sucede?-preguntó el doctor.
Un segundo se detuvo Tesio y contestó -no puedo hablar en este momento, tengo es una emergencia ¿dónde queda la oficina del congresista Américo Panduro?-.
Jorge Redondo fue el que contestó -Sigue de frente por el pasillo, es la segunda puerta-.
Sin agregar una palabra más, Tesio corrío por el pasillo, sus agentes lo seguían ¿Cuál era la emergencia y qué tenia que ver en todo aquello Américo?.
Jorge Redondo agregó: -será que alguien lo ha denunciado por algo que hizo o tal vez vienen a interrogarlo. En política nunca se sabe, mi estimado doctor-. 
Oscar Martel no contestó a su amigo y se quedó pensando que debía ser algo muy grave por la expresión en el rostro de Tesio Castello jefe de policía. 


CONTINUARÁ         
     

            

     
 
        
           
  




 

lunes, 3 de noviembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Martel estaba pensativo después de haber vivido los terribles acontecimientos con su amigo y colega el doctor Fernando Salas, se encontraba en su consultorio, en un momento de su descanso recibió la la visita del congresista y también amigo Jorge Redondo
-¿Cómo estás mi estimado amigo?- saludo Jorge
-¡Qué tal Jorge! que alegría tu visita, espero que no sea nada que afecte tu salud y en caso de ser así, estoy presto atenderte- contestó el doctor Martel.
-Mi estimado amigo a pesar de las presiones del trabajo, en estos últimos tiempos esta complicado, gozo de buena salud, venía a conversar contigo sobre asuntos que necesito hablar para aliviar la tensión. Recuerdas que yo te pedí en varias oportunidades que me ayudes a convencer al congresista y miembro del partido  Américo Panduro que desista de presentarse como candidato a la presidencia en las siguientes elecciones. Ahora reconozco que pude estar equivocado porque él puede ser nuestra carta ganadora en las elecciones para elegir presidente. Tu sabes Oscar que estamos viviendo momentos difíciles, ¡sumamente difíciles!- Jorge guardó silencio unos instantes.
-¿Qué es lo que sucede Jorge?- pregunto el doctor.
-Cómo bien sabes por las noticias, el partido ha sufrido un terrible revés en las últimas elecciones municipales, estas han revelado hasta que punto  nuestro gobierno ha perdido popularidad, esto nos ha hecho reflexionar sobre nuestro presente y futuro. El nuevo alcalde elegido que reemplazó a Eduardo Orrego es Alfonso Barrantes. Nuestro presidente esta realmente preocupado, con este panorama poco alentador, sumado a ello la persistencia del terrorismo que causa grandes estragos ¿qué hacer estimado amigo? es un momento sumamente complicado- se detuvo Jorge para esperar la opinión del doctor Martel.
-Si, es algo complicado lo que ha sucedido ¿Cuál van hacer la estrategia a seguir como partido?- preguntó Oscar Martel.
-Oscar, por el momento estamos con las manos atadas, además eso no es todo- respondió el congresista -no te has enterado de la otra noticia que es un hecho dramático, se trata de la masacre de ocho periodistas en el pueblo de Uchuraccay, eso ha terminado de crear una terrible sensación de tragedia y abandono por parte del gobierno. Se va investigar lo que sucedió, se ha formado una comisión presidida por Mario Vargas Llosa para ir hasta el lugar y averiguar que paso en realidad - señaló Jorge. 
-Esto es inaudito, estamos viviendo tiempos de terror, el presidente Fernando Belaunde debe estar muy preocupado, nada de estas situaciones debieron pasar- comentó Oscar.
Jorge Redondo respiro cansado y agregó -es por ese motivo que estamos preocupados y que nuestro mejor candidato para las elecciones a la presidencia sea Américo Panduro, él ha demostrado ser una persona preparada con un amplio conocimiento en el manejo de gobierno, de ahí es mi reflexión de que pude estar equivocado al decir que no podía presentarse a las próximas elecciones-. comentó Jorge Redondo con tono de arrepentimiento por adelantarse a los hechos. 
-Jorge esto que me cuentas es realmente trágico, nuestro país en este momento debe encontrarse unido para luchar contra las adversidades, vengan de donde vengan. Amigo debes estar bajo mucha presión, no quieres que te mande unas pastillas para aliviar la tensión y puedas dormir bien- preguntó el doctor.
-Oscar no he venido por eso pero gracias por la recomendación, creo que por unos días me hará bien tomar algo- respondió Jorge.
El doctor recetó a su amigo las pastillas y le recomendó que se relaje, hay situaciones que están fuera de nuestras manos y nada podemos hacer contra ello: -Jorge relájate y descansa lo mejor que puedas, estas pastillas te van ayudar- recomendó.
Jorge Redondo se despidio de su amigo, había sido una conversación que alivio su tensión, sabía además que el doctor Martel era una persona de confianza y que él nunca comentaría nada de lo que se habló en su consulta.
Meses después, la comisión investigadora del caso arrojó el resultado de que los pobladores de Uchuraccay, habían confundido a los hombres de prensa con subversivos y por eso les dieron muerte, fue un hecho lamentable que nunca debió ocurrir.
En la noche en su hogar el doctor Martel después de la cena recibió una llamada de su amigo y paciente Ramiro Fuentes que ya se encontraba muy recuperado de su problema de salud que hizo temer a todos por su vida: -mi estimado amigo, te llamo para invitarte almuerzo de despedida que doy para mi hija mayor Elsy, ella se va estudiar a Inglaterra y deseo que este rodeada de su familia y amigos. Tu hija Mery está también invitada, sé que ella es muy amiga de mi hija. La reunión va ser en mi casa este sábado. Espero no faltes, sabes que siempre eres bien recibido-. finalizó
Oscar Martel aceptó la invitación, Mery y Elsy eran muy amigas y se trataban con bastante confianza. Estaba seguro que a Mery le daría alegría despedir a su amiga pero también tristeza porque no se verían por mucho tiempo.
Fanny en cambio tenía una conversación muy seria con su hermana Liza con la que tenía una gran confianza, a su hermana le comentó sobre el encuentro con Umberto y su novia: -Liza no te imaginas lo incómoda que me sentí con ese encuentro, no pensé jamás que podia suceder y que Umberto estuviera saliendo con otra persona-. señaló Fanny.
-Mi querida hermana- contestó Liza -no vas a imaginar que Umberto al no estar contigo se iba a convertir en monje, como es lógico él tiene que seguir su vida y su camino-.
-Si, Liza tienes razón, jamás imagine que podía suceder y tan pronto-. respondió Fanny con tristeza.
-No quiero ser demasiado directa contigo pero fuiste tú quién terminó la relacion, no puedes quejarte y  pretender que él viva aislado del mundo, quieres mi sugerencia, sigue adelante y no pienses más en lo que pudo ser- agregó Liza.
Fanny reconoció que era verdad lo que decia su hermana y señaló: -por favor no quiero que comentes nada con nuestra madre, tú sabes que las cosas con ella se han arreglado y no deseo volver abrir ese capítulo de mi vida-.
Liza sonrió y dijo: -no seas dramática Fanny, por mi parte no voy a decir nada de nada, esto queda entre las dos, nuestra madre no se va enterar-.
Fanny esa noche no pudo dormir bien  le incomodaba ese encuentro con Umberto, además había pasado tiempo y las cosas quedaron claras entre los dos, entonces Liza decia la verdad, estaba siendo dramática y exagerada. 
El sábado Mery y sus padres salían antes de las doce para la casa de Ramiro Fuentes, el almuerzo era ese día y Mery sentía que su amiga Elsy iba a pasar una larga temporada en el extranjero. Se alegraba por ella y la gran experiencia que iba a vivir. Estudiar en otro país era una gran oportunidad para prepararse a un futuro en la dirección del banco de su padre. Ese era el destino de Elsy y su hermano Luis, él seguiría el mismo camino que su hermana.
La casa de la familia Fuentes era elegante, el decorado muy acorde a su posición social, no había ostentación pero si buen gusto. Elsy era una joven amable y sencilla.
-Mery que gusto que hayas venido a mi despedida- comentó Elsy -ven al salón donde estamos reunidos algunos amigos que tú también conoces, los adultos van a otro salón- y se llevó de la mano a a Mery.
Felicia y el doctor Martel fueron al salón que les señaló el mayordomo, ahí los esperaba Ramiro y su esposa Teodora que estaban muy alegres de recibirlos.
-Felicia- dijo Ramiro con seriedad -este hombre, tu esposo, es responsable de mi vida al estar siempre atendiendo mi salud, reconozco que soy un paciente difícil pero ahora he tomado conciencia y sigo al pie de la letra sus indicaciones, no deseo volver a pasar por la horrible experiencia que viví- Ramiro abrazó al doctor Martel y le dio las gracias.
En casa de la familia Martel, Liza invitó a Fanny acompañarla a la casa de campo de Américo, no quería que su hermana se quede sola, un día en el campo le haría bien.
-Vamos Fanny acepta mi invitación, la casa de Américo es muy bonita y los paisajes del campo son hermosos, el clima es fresco en esta época del año, estoy segura te va a encantar-.
Fanny aceptó y las dos hermanas junto Américo pasaban el día en el campo. Liza tenía razón, el lugar era bello, y Américo muy atento, no faltaba nada para pasar un día maravilloso. En un instante de la reunión pidió permiso a Américo y Liza para pasear por los alrededores, no quería estorbar a los enamorados.
-No te vayas lejos Fanny, en un momento vamos almorzar y luego salimos a pasear para que conozcas el riachuelo que pasa muy cerca de la casa.
Fanny prometió no alejarse y salió a caminar, respiraba el aire fresco de la mañana y pensaba que ella sería feliz viviendo en un lugar así. Despertar todas las mañanas con este paisaje que la hacia soñar. 


CONTINUARÁ