Liza y su padre salieron del hospital por una puerta pequeña para no encontrar a los periodistas que estaban en la puerta principal esperando más noticias sobre la salud del congresista. Todos los noticieros informaban, la manera en que había sucedido y la rapidez con que actuó la policía.
El oficial a cargo de la investigación Tesio Castello declaró brevemente a los noticieros y el doctor encargado de la operación también declaró a la prensa para que sepan cual era el estado de salud del congresista Américo Panduro.
Liza y su padre regresaban a casa, en el camino estaban en silencio, al entrar al hogar se encontraron con la madre que se acercó a su hija, ya sabía por los noticieros lo que había ocurrió con Américo. Al ver a Liza la abrazó y comentó:
-Querida Liza, todo va estar bien, me he enterado del caso por las noticias, tienes que conservar la calma-.
-Felicia, nuestra hija está tranquila, no la trates como si fuera la viuda, en este momento Américo se encuentra estable y va superarlo. Hablé con el doctor que lo esta tratando y se siente optimista- finalizó en doctor Martel.
-Oscar- dijo su esposa -estoy segura que todo va estar bien, no debemos pensar lo contrario-.
-Madre, por favor no deseo hablar por el momento de este tema, voy a subir a mi habitación- agregó Liza y subió las escaleras al segundo piso, deseaba estar a solas, aun no podía creer lo que había ocurrido, era algo que jamás imaginó, sin embargo recién ahora comprendia la actitud de su padre cuando decía que no deseaba saber nada del mundo de la política.
Américo le había regalado una pulsera que ella usaba, la tomó en sus manos y recién pudo llorar, sentía que era una pesadilla la que vivía en esos instantes.
En la sala del hogar conversaban los padres de Liza, el doctor Martel que estuvo presente en el lugar comentaba con su esposa los detalles de como ocurrió el atentado -no puedes imaginar cuando vi correr a mi amigo el jefe de policía, pensé que no era algo grave, pero al parecer él sabía algo, por ese motivo buscaba a Américo. Fue todo muy rápido, es un milagro que Américo esté vivo, más tarde voy a llamar a Tesio para que me cuente como va el caso, él sabe que tenemos una relación muy cercana por el compromiso de Liza-.
Felicia exclamó: -¡Oscar! van a ir al hospital esta la noche-.
-No, es preferible visitarlo mañana en la mañana, a esas horas debe estar despierto pero no puede hablar demasiado porque recién ha sido operado. Ahora debo irme a trabajar, en este momento me están reemplazando y no puedo abusar de la buena disposición de mi colega- se despidio de su esposa y salió del hogar. No regresaría en todo el día.
La madre de Liza estaba preocupada pero prefirió no interrumpir a su hija, era mejor que descanse y que ella decida a que hora salir de su habitación.
En el hospital, en un momento de descanso el doctor Martel llamó a su amigo Tesio para preguntar que sabía y como iban las investigaciones del caso.
-Oscar, por los informes que tenemos, el atentado a sido dirigido por profesionales, son gente acostumbrada a este tipo de encargo. No puedo decir más por teléfono, si tienes tiempo ven a la jefatura y aquí te doy los detalles- añadió Tesio.
Al final de su horario de trabajo en el hospital, el doctor Martel salió con dirección a la jefatura donde lo esperaba su amigo Tesio.
El jefe de policía al recibirlo comentó: -Oscar, nosotros nos enteramos de este caso por uno de mis informantes que ahora mismo se encuentra desaparecido, lo estamos buscando temo que le puede haber pasado algo. Este hombre hizo contacto conmigo para decirme lo que iba a suceder, mis sospechas son de que el encargo vino desde adentro del partido, alguien o más de uno, no quiere que Américo se presente a las próximas elecciones. No puedo asegurar esto porque necesitamos pruebas para señalar quienes son. Hemos encontrado abandonada la moto que usaron en el atentado a unas cuadras del congreso y como era de esperar la placa es falsa. Un hombre vio desde su ventana a dos hombres que abandonaban la moto y se cambiaban de ropa, caminaron por la calle y se perdieron entre la gente. Nosotros seguimos investigando para llegar al fondo de este caso, necesito hablar con Jorge Redondo para obtener más información, él conoce por dentro su partido. Eso es todo lo que puedo decir por el momento, no tengo más detalles- añadió Tesio.
El doctor Martel agradeció a su amigo el informe de los hechos: -gracias, por tu información sé que eres muy profesional y vas a llegar al fondo de este caso, por mi parte no saldrá palabra alguna de lo que hemos conversado.
Mientras no llegaba el padre a su hogar, Fanny, Merry y Felicia comentaba lo sucedido, Liza no había salido en todo el día de su habitación, apenas probó bocado, no tenía hambre. El doctor a su llegada encontró a la familia reunida en la sala, se percató que Liza no estaba y después de saludar a todas, subió al segundo piso para hablar con ella.
-Liza- dijo el padre -no queremos que te enfermes por no alimentarte. es importante que estés bien para ayudar a Américo a que se recupere. Aquí lo mejor es que él se encuentra estable y el colega que lo atiende me ha dicho que su recuperación es segura. Te pido que por favor bajes para que te reúnas con la familia, tus hermanas y tu madre se preocupan por ti-.
Liza obedeció a su padre, en el fondo tenía razón, estar sin probar alimento no le iba a hacer bien. Se reunió con la familia en el comedor y trató de comer lo mejor que pudo. El resto de la familia no habló sobre el caso de Américo nadie quería que Liza se ponga triste.
Al día siguiente como prometió el doctor Martel llevó a su hija al hospital, Américo estaba despierto en su habitación en compañía de sus padres, las visitas solo eran de media hora y por orden del doctor no debía hablar.
Liza se presentó con su padre y saludaron Américo y a los padres de éste, la conversación fue breve, nada debía perturbar al paciente.
-Qué bueno que ya estés despierto- añadió Liza -no hables por favor, son órdenes de tu doctor, no nos podemos quedar mucho tiempo, yo voy a regresar mañana en la tarde, no te agites, ni trates de hablar- tomó las manos de Américo y se despidio, la visita fue breve. Liza estaba nerviosa, no sentía que estaba en confianza, además no quería que Américo se agite por tratar de conversar con ella.
En el hospital atendían al paciente con esmero, cada dos horas pasaba una enfermera para controlar su presión y signos vitales, Américo se estaba recuperando cada día y se sentía fuerte, podía caminar por la habitación y hablar, no como él acostumbraba pero podía decir cómo se sentía y que además las fuerzas regresaban a su cuerpo.
Una tarde que Liza había ido a visitarlo, Américo le comentó: -mi querida Liza es muy probable que mañana me den de alta, me siento mejor y el doctor dice que puedo seguir mi recuperación en casa. Mi madre se está feliz, ella pensaba que iba a perder a su hijo. Tú puedes venir a casa todo el día si así lo prefieres-.
-¡Qué felicidad!- exclamó Liza -por fin te vas del hospital, eso es un buen signo. En cuanto a visitarte todo el día sabes bien que no puedo, ya empezaron mis clases de la universidad, este es mi ultimo año y debo esmerarme para terminar con excelencia. No te enojes sabes bien que voy a ir a verte pero dentro de un horario- dijo esto último con una sonrisa.
Las investigaciones con respecto al caso del atentado al congresista Panduro seguían su curso, Tesio Castello había citado al congresista Jorge Redondo, necesitaba información y sobretodo nombres para ser investigados, al parecer habían varios sospechosos que podían ser los autores intelectuales.
Jorge Redondo se presentó en la jefatura al ser llamado por el jefe de policía, él no era el único, antes habían sido llamados otros congresistas.
Tesio dijo a su amigo: -disculpa Jorge estás citado en calidad de testigo, vamos a grabar tu declaración que debe ser verás y objetiva-.
A Jorge le sudaban las manos cuando escuchó las palabras de Tesio, en ese momento era el jefe de policía el que hablaba y él debía declarar todo lo que sabía al respecto del partido.
CONTINUARÁ


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