Fanny como había prometido no se alejó demasiado de la casa y regresó a tiempo cuando servían el almuerzo, ya el hambre apretaba y era necesario comer algo:
-Américo tengo que decirlo, tu casa y los alrededores son hermosos, es para descansar sin pensar en el futuro-. comentó Fanny.
-Me alegra que te guste- respondió Américo -mi abuelo puso la primera piedra de esta casa que comenzó con un solo ambiente y luego fue creciendo poco a poco, mi padre hizo varios arreglos y agregó algunas habitaciones que yo terminé de construir. Aquí he pasado muchas vacaciones y fines de semana. Por favor es hora de disfrutar el almuerzo-. señaló Américo
La comida se veía exquisita y no solo eso, también sabía exquisita, Liza y Fanny disfrutaron de los platos seleccionados para la ocasión, Américo conversaba con ellas y les contaba varias anécdotas vividas en el lugar, los juegos y las reuniones de su familia: -no saben como añoro esos tiempos cuando nada te preocupaba más que estar bien y ser feliz, en esta casa he vivido momentos alegres. La señora del servicio tiene años trabajando para mi familia, ella y su esposo cuidan y mantienen la casa cuando no estoy- comentó Américo
Liza y Fanny disfrutaron el almuerzo junto Américo, al final tomaron unas copas de vino y salieron a la terraza donde había un lugar confortable para descansar y terminar de pasar la tarde con una amena conversación.
Américo que no podía ocultar su pasión por la política comentaba sobre los planes del gobierno para enfrentar la crisis que se estaba viviendo en esos días, él se apasionaba cuando explicaba cada detalle del plan de desarrollo, era indudable, había nacido para ser político y sus ideas eran de avanzada si llegaba a un puesto de mando. Él quería que sea el ciudadano el que intervenga para buscar y potenciar las soluciones, es decir buscar en la colectividad la participación popular.
-Es necesario- decia Américo -crear las corporaciones de desarrollo departamental, en eso está nuestro presidente, él es el principal gestor de este sistema, donde intervengan directamente los alcaldes y representantes de los gremios locales. Así se discutirán los planes y proyectos de desarrollo, hay muchos problemas que requieren nuestra atención como gobierno. Dirigir el país no es fácil y mucho menos cuando el dinero no sobra. Hay demasiados planes muy ambiciosos para las regiones, si se llevan acabo vamos a salir de esta situación económica que dificulta el desarrollo-.
-Américo- comentó Fanny sin temor a equivocarse -ojalá todo salga como proyecta el presidente y que podamos vivir un futuro mejor-.
Liza estaba callada, ella observaba y escuchaba a su novio y prefirió guardar silencio, sabía que Américo se apasionaba con esos temas y que sin duda sus intenciones de arreglar el pais eran buenas.
Antes de que muera la tarde salieron a dar un paseo Américo las llevó hasta el riachuelo de agua cristalina, él comentaba que la corriente que lo alimentaba bajaba directo de lo alto de la cordillera.
-Un día siendo todavía un niño- comentó Américo -subí a lo alto de la cordillera con mi abuelo, él quería enseñarme donde nacía el riachuelo, por supuesto no pudimos llegar hasta el nacimiento de esa agua cristalina porque era muy alto y yo me estaba comenzando a sentir mal y cansado, la altura me afectó. Lo que si puedo decir que desde lo alto, el valle se veía hermoso, era un privilegio estar en ese lugar-. al terminar de explicar, señaló las montañas de la cordillera que estaban muy cerca.
Casi oscurecía cuando Américo indicó que ya era hora de partir: -la ciudad nos espera- dijo sonriendo.
Fanny y Liza se apresuraron a seguirle el paso y subir al carro para regresar. Habían pasado un día relajado y tranquilo, además recibieron una clase de política y proyectos de gobierno.
En casa, la familia Martel reunida, comentaban sus diferentes experiencias. Mery estaba muy contenta por su amiga Elsy, no dejaba de comentar todos los planes que tenía cuando se vaya a estudiar a Inglaterra.
El doctor Martel decía que es bueno que los hijos de Ramiro se preparen bien para poder manejar en el futuro el banco que su padre había fundado: -es una gran responsabilidad si quieren que el banco avance en el tiempo y esté bien fortalecido en manos de la familia-.
Liza se quedó hasta el final para conversar con su padre, quería hablar de algunos temas con él, cuando sus hermanas y su madre se retiraron, ella le pidió a su padre un momento:
-Padre deseo hablar contigo, puedes concederme un instante- agregó Liza.
-Mi querida Liza, estoy a tu disposición, ¡qué deseas!- exclamó el doctor.
-Padre toma asiento- Liza le señaló a su padre un sillón -como bien sabes desde hace varios meses estoy saliendo con Américo y creo que ya es hora de que pueda invitarlo a la casa ¿no te parece?-.
El padre observó a su hija, pensó que tenía razón hasta un punto, Liza deseaba que su novio entre a formar parte de la familia, esa idea no convencía mucho al doctor, no le caía mal Américo, era una buena persona, pero sus resistencia de tener un político como pariente no le agradaba. Todos conocían sus motivos pero ya era tiempo de que el novio de Liza entre a la familia.
-Liza, estoy de acuerdo en conceder el permiso para que Américo entre y puedas recibirlo en casa, no te preocupes tienes mi bendición- dijo al final el padre y se puso de pie, beso a su hija en la frente y se retiro a descansar.
Liza respiro tranquila, no imagino que tan rápido su padre le de el permiso para recibir a su novio en casa. Se fue feliz a descansar.
En la habitación su esposa lo espera despierta, tenía gran curiosidad de saber que había conversado con Liza: -¿Oscar qué deseaba nuestra hija?- preguntó.
-No es ningún secreto, solo me pedía permiso para que pueda recibir Américo en casa, yo le dije que si que no hay problema- respondió el doctor.
-Que bueno que estés de acuerdo, ya era tiempo de que Liza pueda recibir Américo, ella tiene casa y es lo correcto recibir a su novio como debe ser- agregó Felicia.
-Si, es cierto, mi querida Felicia veo la felicidad en tu rostro, tu siempre estuviste de acuerdo con este romance ¿verdad?- dijo al final el doctor.
-No voy a mentir es verdad hacen una linda pareja, además Américo es una persona honrada y de buenas intenciones, no tengo objeción con su romance-.
-Esta bien, ahora que estamos de acuerdo, es mejor dormir no deseo discutir a estas hora de la noche- señaló el doctor.
-Oscar solo deseo hacer un último comentario- dijo Felicia acercándose a su esposo -No siento mucha felicidad de que Elsy se vaya tan pronto a estudiar lejos, ella todavía es muy pequeña, ¿no te parece?-.
-Felicia estoy de acuerdo contigo pero Elsy no es nuestra hija, sus padres saben lo que hacen, la joven no va a un sitio solitario, además Teodora su madre va ir con ella. Elsy y su hermano Luis están siendo preparados para dirigir en el futuro el banco de su padre, es su destino y responsabilidad. Ahora vamos a dormir ya es tarde- dijo el doctor y dio media vuelta, enseguida quedo dormido.
Felicia respiró profundamente, siempre le había sorprendido con la rapidez con que su esposo podía dormir, para ella nunca fue fácil tal acción, siempre estaba preocupada pensando en sus hijas o como organizar el hogar para toda la familia.
El amanecer de domingo comenzó temprano para la familia Martel, era el día del almuerzo familiar y como siempre todos se reunían para celebrar. Este domingo iba hacer diferente había un invitado más, era un secreto para todos menos para Felicia que contaba con su aprobación. Al medio día cuando las campanas del reloj tocaban las doce, apareció Américo con dos hermosos ramos de flores, uno para Liza y otro para la madre de familia, además traía un exquisito postre para el almuerzo. El novio de Liza muy ceremonioso y educado saludó a Felicia con las flores, ella agradeció con palabras de protocolo:
-Américo no se hubiera molestado, las flores son hermosas y al postre le haremos el honor después de almuerzo- comentó feliz.
-Mi querida Liza estas flores son para ti, espero te gusten- abrazó a Liza que lo invitó a pasar a la sala.
La hora de almuerzo fue al comienzo un poco incómoda, el doctor no se sentía muy feliz pero trató Américo con confianza, las hermanas de Liza escuchaban la conversación de los demás y la tía Gema comentaba las últimas novedades de su empresa: -hemos adquirido dos ambulancias para dar el mejor servicio que se necesita, con esta adquisición tenemos cuatro- dijo esto muy alegre.
En un momento en el comedor se comenzó hablar de política y el doctor Martel intervino.
-Yo comprendo que el tema es muy interesante mi estimado Américo pero voy hacer hincapié en que a la hora del almuerzo ese tema esta vedado. Espero me comprendas-. dijo con énfasis el doctor.
-Doctor usted es dueño de casa y jefe de la familia por lo tanto estoy a sus ordenes y comprendo lo que me pide- aseguró Américo.
Liza se sintió un poco incómoda con las palabras de su padre pero le dio la razón, ese tema era mejor dejarlo para otro momento y lugar.
El almuerzo terminó muy bien, todos pasaron al jardín para tomar el café y conversar de temas amenos que no despierten discusión. El día llegó a su fin a las siete de la noche y Nany se despedía de su nuera y nietas, Américo fue muy formal con ella, sabía que era la matriarca de la familia. Nany sonrió y dijo:-A
Lunes muy temprano como siempre el doctor Martel iniciaba su día de trabajo, tenía una cita en el congreso con un paciente que le había pedido que por favor lo atienda en su oficina. Era el presidente del congreso y amigo del doctor.
-Mi estimado, es necesario que se haga estos exámenes que voy a mandar, tiene elevada la presión, además voy a recetar esta medicina y luego que tenga los resultados de los exámenes me los envía con un asistente, es mejor que hoy descanse en su casa- dijo el doctor y se despidio.
-Gracias doctor- contestó el presidente del congreso -seguiré al pie de la letra sus indicaciones-.
Oscar Martel se encontró con Jorge Redondo cuando salía de la oficina del presidente.
-Mi estimado amigo ¿cómo estás?- saludo Jorge con entusiasmo.
-Bien, estoy bien, hace unas semanas que no nos vemos- terminó de decir estas palabras y ambos amigos, vieron a Tesio Castello el jefe de policía que corría con sus agentes por los pasillos del congreso. En su cara se podía leer el peligro.
-¿Tesio que sucede?-preguntó el doctor.
Un segundo se detuvo Tesio y dijo -no puedo hablar ahora es una emergencia ¿dónde queda la oficina del congresista Américo Panduro?-.
Jorge contestó -Sigue de frente por el pasillo, es la segunda puerta-.
Sin agregar una palabra más, Tesio corrío por el pasillo, sus agentes lo seguían ¿Cuál era la emergencia y qué tenia que ver en todo aquello Américo?.
Jorge Redondo agregó: -será que alguien lo ha denunciado por algo que hizo o tal vez vienen a interrogarlo. En política nunca se sabe, mi estimado doctor-.
Oscar Martel no contestó a su amigo y se quedó pensando que debía ser algo grave por la expresión en el rostro de Tesio Castello jefe de policía.
CONTINUARÁ


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