lunes, 18 de noviembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Alfredo llegó puntual a su cita en el café que habían acordado con Mariene, quedaba a solo a unas cuadras de la oficina. Era en lugar tranquilo donde se podía conversar sin apremio. Mariane llegó al lugar diez minutos después que Alfredo, sintió un gran alivio cuando lo vio sentado en una de las mesas más alejadas donde nadie los iba a perturbar.
-Alfredo ¿Cómo estás?- saludó Mariane y se acercó a él -gracias por venir a conversar conmigo. Es muy importante que hablemos para contarte lo sucedido con Joel y cómo llegó a casa-.
-Mariane, cuando me pediste que viniera para decirme que Joel estaba en casa, yo no dudé un segundo porque también tengo que contar algunas cosas que descubrí en las carpetas de trabajo de tu hermano- contestó Alfredo. 
Mariene estaba seria, no tenía muchos ánimos para sonreír, habló con Alfredo y le contó con detalles como llegó su hermano a la casa: -era una calamidad su aspecto- dijo con tristeza -no quiso que me acerque a él, adujo que su cuerpo no estaba limpio y despedía un terrible olor.  Luego puso mucho énfasis en que no iba a explicarme nada de lo que había pasado en los diez días que no estuvo en casa. Subió a su habitación y se ha encerrado, no pude hablar con él.  Lo que me advirtió es que retire la denuncia hecha a la policía, me dijo que eso era urgente. En esto último insistió.
-Lo que sucede con Joel- contestó Alfredo -es posible que sienta miedo de alguna represalia, hasta este momento no sabemos cual es la responsabilidad de Luis Alberto. Estuve estudiando las carpetas de trabajo de Joel y hay muchas irregularidades, tendría que hablar personalmente con él para que explique muchos detalles. Además de ello hay un un archivo en su computadora que está sellado y no pude abrir. Para empeorar la situación Luis Alberto mandó confiscar su máquina y ya no puedo intentar entrar al archivo. Todo esto parece una pesadilla, es peor si Joel no habla-. 
-Tuve que hablar con el Capitán Guzmán, para retirar la denuncia- dijo Mariane -él no estuvo de acuerdo conmigo y quiere llamar a mi hermano para declarar en la jefatura. Joel nunca se va a presentar para ser interrogado. El Capitán me advirtió que va dejar el caso abierto unos días para que se presente a declarar. Él asegura que Luis Alberto tiene una gran participación en la desaparición o mejor dicho en el secuestro de Joel, fueron sus palabras-. 
Alfredo no dio muchos detalles de lo que había encontrado en las carpetas. Tenía que hablar con Joel para estar seguro porque todo indicaba que él había sustraído dinero de la empresa y depositado en una cuenta del extranjero. Esto último no habló con Mariane, no deseaba ofenderla con acusaciones de robo a su hermano que no estaban probadas. Estuvieron juntos en el café cerca de dos horas, comentaron todas las posibilidades que acusaban a Luis Alberto y a Joel en un papel secundario, todo aquello era especulación, nada era seguro. Tal vez  iba ser posible probar algo si intervenía el Capitán Guzmán.
A la hora de despedirse  Alfredo se dispuso a llevar a Mariane a su casa, ella no aceptó, Joel no debía saber que había amistad entre los dos -Alfredo es mejor que vaya sola en un taxi, mi hermano no debe enterarse de nuestra amistad. Además después que todo esto termine cada uno tiene seguir su camino- finalizó Mariane.
Alfredo abrazó a su amiga y respondió -¿Porqué debemos dejar de vernos? creo que tu hermano no puede condicionar nuestras vidas ni nuestro accionar, yo deseo seguir con esta amistad-.
Mariane no contestó, detuvo su taxi y se fue con dirección a su casa. En el camino pensó que era mejor no acostumbrarse demasiado a la presencia de Alfredo.
En la casa de Mariene todo era silencio cuando  llegó, Asunta salió a su encuentro y le dijo -el joven Joel ya almorzó y preguntó por usted, yo contesté que había salido-. 
-Asunta, cuando regrese mi hermana dile que suba a mi habitación, tengo que hablar con ella- fue la respuesta de Joel.
¡Que bueno! pensó Mariene, ahora si iba hablar con Joel, no perdió un segundo y subió  las escaleras, tocó la puerta de la habitación que estaba con seguro y su hermano abrió -pasa Mariane tengo que hablar contigo- Joel le señaló la silla del escritorio y preguntó -¿retiraste la denuncia a la policía?-.
-Sí Joel, ya retire la denuncia pero el Capitán que ve tu caso quiere que vayas a declarar, él tiene que hacerte varias preguntas y dice que la denuncia puede ser ahora por secuestro ¿Qué opinas?- preguntó a su hermano.
-Mariane, yo he sido muy claro- habló Joel irritado - no voy a declarar y no voy a denunciar a nadie, no debes insistir-. 
-No tienes que irritarte, yo no insisto, pero si no me explicas que ha sucedido, no puedo entender tu actitud... ¿Por qué te niegas hablar?- contestó Mariane impaciente. 
-¡No puede ser que mi propia hermana no entienda lo que estoy hablando!- dijo Joel exasperado.
Mariene se dio cuenta que las experiencias vividas por su hermano habían afectado sus nervios porque perdía con mucha facilidad la calma y temblaban sus manos: -Joel yo solo pretendo ayudarte, no me veas como tu enemiga. Si hablo del Capitán Guzmán, es que él nos puede ayudar, tu caso no puede quedar sin solución.
-Vamos a dejar esta conversación- replicó Joel -deseo pedirte que redactes una carta de renuncia a la empresa, yo la voy a firmar y tú la llevas a la oficina y la entregas en el departamento de recursos humanos. No quiero volver a trabajar en el mismo lugar- la voz de Joel se quebró, no podía seguir hablando, Mariane se acercó a él y lo abrazó. 
-No sé lo que has vivido en esos días de cautiverio pero cuenta conmigo, yo voy apoyar en todo lo necesario, si deseas en este momento voy al estudio para redactar la carta que me pides- dijo Mariane.
Joel estuvo de acuerdo y Mariane fue de inmediato a escribir la carta de renuncia de su hermano. Media hora después, tocó la puerta de la habitación con la carta en la mano, escrita e impresa en la computadora. En un estilo impecable Mariane escribió la carta, Joel la leyó y firmó al instante, estaba de acuerdo con cada palabra que su hermana había escrito, era como si él mismo la hubiera redactado: 
-Mañana mismo voy a dejarla en la empresa como me lo has pedido-.
Del cajón del velador Joel sacó su billetera y preguntó -¿donde la encontraste?-
-Yo no encontré la billetera- respondió Mariane muy seria -un mensajero de la empresa la trajo a casa, tú llevabas tres días perdido y esa cartera fue el punto de alarma que me indicó que algo grave te había sucedido. Pensé varias veces que estabas muerto en algún hospital y sin documentos nadie podía saber quien eras o donde vivías. El personal de limpieza de la empresa la encontró en el ascensor. 
Joel recordó entonces que tuvo un intercambio de palabras y un forcejeo con un hombre que no conocía y con el que salió de la empresa. Ahora comprendia el grado de culpa que tenia en todo este asunto. 
-Gracias Mariane por preocuparte por mí, sin tu denuncia tal vez seguiría perdido tengo que decir que me salvaste la vida- contestó Joel con lagrimas en los ojos, no quería que su hermana lo viera así y le pidió que se retire. 
-Joel no vas a cambiar de idea para ir a declarar con el Capitán Guzman, si alguien es culpable de tu secuestro debe pagar. Además tienes que aclarar que no eres culpable de ninguna falta en la oficina. Habla conmigo por favor- rogó Mariane.
-Mi querida y dulce hermana, solo voy a decir esto, no soy tan inocente como parece pero no he cometido una falta contra la empresa-. 
Mariane se retiró de la habitación, estaba cansada  ya no quería pensar, sentía tristeza y sabia que dentro de dos semanas, se terminaban sus vacaciones y debía volver al trabajo. Para ese entonces rogaba que se resuelva el caso de su hermano. 
Con lo vivido en su cautiverio Joel comenzaba a tener pesadillas, de repente se ponía nervioso y le temblaban las manos, no podía controlarse. Se sentaba en el piso, se tapaba los oídos para no escuchar los pasos que venían a torturarlo. 


CONTINUARÁ      

   
   
  

     
 
   
 

      

 

martes, 12 de noviembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Habían pasado diez días desde que Joel, hermano de Mariane desapareció en un carro negro junto a unos hombres que nadie conocía. De él no se sabía nada y se temía lo peor, la policía investigaba el caso para  encontrar su paradero y esperaba encontrarlo con vida ¿Dónde estaba Joel?, hasta ese momento su familia y la policía no sabían nada sobre su paradero. 
Lejos de la ciudad donde no era fácil llegar, en una casa abandonada y en un cuarto oscuro atado a una silla, se encontraba Joel, al parecer el lugar estaba en un paraje solitario porque no se escuchaban ruidos alrededor, ni de autos ni personas. Nadie imaginaba lo que vivía en su encierro el hermano de Mariane, él temía por su vida, esperaba de un momento a otro ser llevado algún lugar para desaparecerlo y su cuerpo nunca sería encontrado.  
Cansado y al borde de la inanición, Joel esperaba resignado su final, cuando la puerta se abrió y entró al cuarto un hombre vestido de negro con el rostro cubierto, le quitó la venda de los ojos y le mostró la nota que traía escrita en una hoja de papel, ésta decía: 
-Gracias a la denuncia hecha por tu hermana a la policía, te has salvado de un destino trágico. La policía está investigando y haciendo demasiadas preguntas-. Eso era todo lo que se podía leer en la nota. El hombre sin decir palabra alguna volvió a poner la venda en sus ojos, Joel forcejeó con éste al ser sus manos desatadas, como consecuencia recibió un golpe contundente en la cabeza que casi lo desmaya. 
-Quédate quieto si quieres vivir- dijo el desconocido. Luego desató sus pies lo ayudó a pararse, tantos días atado y sin suficiente alimento lo habían dejado débil y sin fuerzas para dar un paso. Entró en la habitación un segundo hombre para ayudar a movilizar a Joel, éste apenas podía caminar, vendado y amordazado lo subieron a un auto, no luchó, solo esperaba su sentencia de muerte. Recordaba lo que decía la nota, pero a esas alturas ya no tenía muchas esperanzas. ¿A dónde lo llevaban? no sabía, nadie hablaba, con lágrimas en el rostro subió al carro. Lejos de la ciudad el vehículo avanzaba por un camino de tierra, Joel en silencio se acordaba de sus padres y de su hermana, se despedía de ellos, estaba seguro que no los volvería a ver. 
Cerca al medio día Mariane no podía dejar de pensar en su hermano, todos esos días habían sido una larga espera, lloraba de tristeza y dolor, ya no tenía la certeza de que estuviera vivo, habían pasado demasiados días. Sentir que ella no pudo hacer nada por ubicar a su hermano la hacía sufrir aun más. Todavía tenía pendiente el contratar un investigador privado, tal vez con él podía encontrarlo más rápido. Su tristeza crecía y no sabía por donde empezar la búsqueda, era como si se lo hubiera tragado la tierra. ¡No, no! no debía imaginar algo así, era su hermano y lo quería de regreso sano y salvo a la familia. Mariane tenía tantos recuerdos felices junto a él y sus padres, los paseos y las bromas entre hermanos alegraban las reuniones y  fiestas de cumpleaños. Sus padres lo consentían y ella nunca sintió celos de ello, Joel era el más pequeño. Ahora todo había cambiado, una sombra oscura caía amenazante sobre la casa con su ausencia  La billetera que guardó en un cajón del comedor días antes la sacó  para guardarla en el velador del cuarto de su hermano, era mejor que si él regresaba la encuentre en ese lugar.
-Señorita Mariane- llamó Asunta - ¿Qué desea para el almuerzo?-.
En lo último que pensaba Mariane era en comer pero contestó sin entusiasmo -Asunta prepara algo ligero, no tengo mucha hambre-. 
Un carro se detuvo en la puerta de la casa, segundos después sonó el timbre con insistencia ¿Quién podía tocar de esa manera tan violenta y sin educación? se preguntaron Mariane y Asunta, ésta última fue abrir y dio un grito -¡Joven Joel! Mariene corrío a la puerta, era su hermano que había regresado de las sombras. Joel entró precipitadamente en la casa y dijo en voz alta al ver que su hermana se acercaba abrazarlo.
-¡No te acerques Mariane! estoy hecho un desastre y despido mal olor-.
-Joel ¿Dónde has estado? te hemos buscado y hasta la policía ha intervenido-. dijo Mariane entre lagrimas.
-¡No voy hablar!- contestó Joel -¡no voy a dar explicaciones! Te pido no insistas y ahora mismo ve a la jefatura y retira la denuncia sobre mi paradero, esto es urgente- Joel fue cortante con sus palabras, no dio pie a más preguntas, Mariane estaba desconcertada con su actitud pero no insistió en hablar como su hermano deseaba. Joel se tambaleó unos pasos y se sujetó a la baranda de la escalera, mientras subía al segundo piso para ir a su habitación, pidió Asunta le traiga una jarra con agua y un vaso.
Mariane no salía de su desconcierto, las lágrimas ahogaban su voz pero decidió no hacer preguntas, que su hermano se tome el tiempo para tranquilizarse y hablar. Lo importante era que Joel estaba vivo y de regreso en casa. 
En su habitación y a puerta cerrada Joel se quitó la ropa harapienta que traía, la envolvió dentro de una bolsa y la dejó a fuera de su cuarto, Justa se la llevaría para quemarla en el patio. La empleada de servicio tocó la puerta, Joel abrió y recibió la jarra con agua, después volvió a cerrar con seguro deseaba estar a solas. De pie, en medio del cuarto se sirvio tres vasos con agua y los tomó seguidos uno a uno, su cuerpo estaba deshidratado y necesitaba agua, calmó su sed. Desnudo entró a la ducha, abrió el grifo y el agua mojó su cuerpo, se jabonó tres, cuatro veces era como si quisiera con ello borrar lo que había vivido esos días de encierro y terror, todo aquello fue una pesadilla, el miedo de perder la vida lo hizo llorar, miró sus pies estaban rojos y sentía un dolor intenso por los golpes que recibió en ese cuarto oscuro. De la misma manera que lavó su cuerpo, lavó su cabello no deseaba tener una sola partícula de suciedad, tierra o polvo. Tenía la piel roja de tanto insistir en restregarse con la esponja, se detuvo para no seguir lastimándose. Salió de la ducha y vistió con una pijama limpia, se acostó en la cama cerró los ojos, al instante el cansancio lo durmió. 
Mariane se alistó para ir a la jefatura y retirar la denuncia que hiciera días antes. Ahora le tocaba hacer frente al Capitán Guzmán y tener que darle la razón cuando le dijo que su hermano era una persona adulta y podía aparecer en cualquier momento. Ella no podía quedarse tranquila, tenia que recurrir a la policía, su hermano podía estar grave en algún lugar y necesitar ayuda.  Antes de salir de su casa vino a buscarla su vecina Concepción, Mariane con mucha educación le dijo que no podía recibirla tenia prisa, debía ir a un lugar, era urgente. 
Concepción se disculpó y le aseguro que no debía preocuparse pero notó que Mariane estaba tensa y casi no se detuvo a conversar.
En la jefatura Mariane pidió hablar con el Capitán Guzmán, él la recibió en su oficina, la notó nerviosa, tensa, entonces preguntó:
-¿En que puedo servirle señorita Mariane?-. 
Mariane pensó que era lo mejor ser directa y no andar con rodeos para hablar -Capitán vengo a retirar la denuncia que hice unos días antes  sobre mi hermano Joel y su paradero, él ha regresado a casa sano y se encuentra bien. Tengo que darle a usted la razón cuando dijo que él vendría solo a casa era una persona adulta, yo estaba tan angustiada que no lo escuche-.
El Capitán Guzmán perplejo miró a Mariane -me dice usted que su hermano apareció y que anule su denuncia, ¿cómo es qué regreso y cuándo fue?- 
-Regresó hace dos horas Capitán- contestó Mariane.
-No puedo anular la denuncia tan fácilmente, debo llamar su hermano a la jefatura para declarar, este caso tiene muchos cabos sueltos que hay que solucionar-.
Mariane insistió -Capitán por favor, escuche lo que tengo que decir, mi hermano no va a declarar, él no quiere hablar con nadie. Ni presentarse ante usted.
El Capitán Guzmán vio a Mariane nerviosa y respondió -podemos anular la denuncia de desaparecido por la denuncia de secuestro, este caso hay que investigarlo a fondo, uno de los autores principales esta suelto y tranquilo en su oficina- omitió decir el nombre de Luis Alberto porque no tenía pruebas y él estaba seguro que el gerente tenía mucho que declarar, si Joel hacía su denuncia.
-Capitán, Joel no desea hacer denuncias ni declarar- volvió a repetir Mariane -él fue muy claro conmigo cuando me pidió que retire la denuncia-. 
-Vamos hacer algo- contestó el Capitán -voy a dejar unos días el caso abierto para darle una oportunidad a su hermano de venir a declarar, si él no se presenta voy a cerrar su caso como aparecido y solucionado-.
Mariane agradecio al Capitán Guzmán y se retiró de la jefatura, éste no estaba muy conforme con los resultados pero sin denuncia no podía seguir investigando, sin cuerpo no hay crimen, Joel estaba en su casa y estaba vivo. 
-Alfredo podemos hablar- comentó Mariane cuando lo llamó a su móvil -tengo que contarte los últimos acontecimientos que han sucedido con respecto a Joel, no puedes imaginar todo lo que ha pasado-. Mariane tenia que hablar con él, confiaba en su amigo. Alfredo aceptó en reunirse con ella pero seria en un café cerca a la oficina, Joel no podía enterarse de la amistad que existía entre su hermana y Alfredo. 


CONTINUARÁ             

         

           

 

lunes, 4 de noviembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

En sus manos tenía Mariane la billetera de Joel, ya sabía lo que contenía en su interior, Alfredo estaba a su lado y comentó con él. 
-Tal vez debería comenzar en forma privada una investigación para saber ¿donde está Joel? lleva desaparecido más de una semana y la policía no tiene respuestas- 
-Mariane- contestó Alfredo -la policía recién ha comenzado la investigación recuerda que hace dos días se cumplieron las cuarentaiocho horas que indica la ley para iniciar los interrogatorios. Debemos esperar, el Capitán Guzmán al final de las pesquisas, me aseguro que regresaría para seguir con la investigación- 
-No es fácil aceptar lo que me pides, es mi hermano el que ha desaparecido, ya tienes muchos días y no sabemos nada de él, siento que voy a morir de solo imaginar que puede estar viviendo- aquí se detuvo Mariane, no quería terminar de decir lo que pensaba. Se preguntaba qué le diría a sus padres si llegan a la casa y se enteran lo sucedido a Joel, sufrirían lo indecible, la madre era delicada de los nervios y su padre no sería indiferente en nada. ¡Qué dolor!  ¡Qué desesperación! ¿Cómo enfrentar está tragedia?. 
Las lágrimas bañaban su rostro y con voz entrecortada habló -Alfredo es mi hermano, necesito saber ¿Dónde está?, ¿Qué pasó con él?, pienso en mis padres, tengo que hacer algo para encontrarlo esté donde esté-.
Alfredo comprendia a Mariane y su sufrimiento, tenía razón en lo que decía, era su hermano pero viendo fríamente la situación hasta la policía se encontraba con las manos atadas, toda pista del paradero de Joel se perdía cuando él subió a ese carro y partió en medio de la oscuridad. No tenían el número de placa, la única información que se manejaba era que subió a un carro negro, grande y de modelo antiguo. 
El Capitán Guzmán con uno de sus agentes había regresado al lugar de los hechos para investigar si habia cámaras en la calle, se dio con la sorpresa que no existía ninguna. La tienda que se encontraba al frente del edificio de la empresa, tenía una cámara pero ésta no apuntaba hacía la calle sino adentro del local. Alfredo tenía conocimiento de estos detalles porque el Capitán estaba en comunicación con él y éste le comentó  a Mariane para que ella esté al tanto de la investigación 
-Nosotros no podemos hacer nada por nuestra cuenta- respondió Alfredo -dejemos que la policía haga su trabajo, ellos saben que acciones tomar en este caso-.
La hermana de Joel secó sus lágrimas con el pañuelo de Alfredo y contestó -No puedo esperar a la policía, creo que es mejor que contrate un investigador privado para que siga la huellas de Joel-.
-Espera unos días, por favor- sugirió Alfredo -la policía para ese entonces tendrá un resultado, si no es así, yo mismo te ayudo a conseguir un buen investigador-.
Mariane no estaba muy segura de lo que proponía  Alfredo, ella había esperado demasiado y no estaba dispuesta a esperar un día más. 
Sin que su amigo se entere iba a contratar al día siguiente un investigador privado, necesitaba saber lo ocurrido a Joel, era necesario enfrentar de una vez la verdad sobre su paradero.
Era cerca de la media noche, cuando Alfredo se despidió de Mariane y ésta se quedó sola en casa, abrió la billetera de Joel que tenía en las manos, hasta ese momento estuvo guardada en un cajón. Examinó con cuidado el contenido, seguía pensando que era imposible que alguien se vaya de fiesta sin billetera ni dinero y en el caso Joel, menos. A su hermano le había pasado algo, de ello estaba segura, tuvo que contener las lágrimas para pensar con serenidad y planear cual iba hacer el siguiente paso. Rogaba al cielo que se encuentre vivo, porque de no ser así, sería un dolor y una tragedia irreparable para la familia. 
Ajeno a todo el dolor que vivia su hermana, Joel padecía una tortura indecible, seguía amarrado a una silla en un cuarto oscuro, había perdido la noción del tiempo y comenzaba a perder la esperanza de salir vivo de ese lugar. Pidió hablar con la persona que había ordenado su secuestro, tenía que llegar algún acuerdo, sospechaba que era Luis Alberto pero no estaba seguro, era mejor no mencionar su nombre para tener una oportunidad de vida, si ignoraba la identidad de la persona, tendría alguna ventaja. Cuando le quitaban la mordaza que llevaba puesta, Joel pedía hablar con la persona al mando, nadie contestaba, nadie hablaba, él no podía ver a sus verdugos por la venda que llevaba en los ojos. No sabía cuanto tiempo estaría en esa prisión y si saldría vivo de ahí. 
En la jefatura el Capitán Guzmán trataba de unir las piezas del caso que tenía en la manos, uno de los agentes que seguía la investigación  entró rápidamente en la oficina y habló  -Capitán, hace una hora encontré a la señora que tiene un puesto en la esquina de la cuadra, cerca a la empresa donde trabaja Joel. Ella vende galletas y caramelos, cuando pregunté se había visto algo sospechoso en la avenida la noche del viernes de hace más de una semana, me comentó que llamó su atención un carro negro grande y antiguo que no es común ver rodar por las calles de la ciudad. Le pregunté por la placa y ella solo se acordaba de los dos últimos números pero dijo que el guardafango delantero estaba golpeado y tenía un gran raspón. Lamentó ese descuido porque era un carro muy bonito y tenía un gran parecido con el carro que manejaba su padre que fue chofer de una familia muy adinerada. No pude obtener más información era todo lo que recordaba- afirmó el agente. 
El Capitán Guzmán con está información, mandó buscar ese modelo de carro, la investigación cada vez se centraba más en el auto y disminuía el número de posibilidades. Si encontraban el vehículo encontraría a los culpables. Ordenó de nuevo un interrogatorio a Luis Alberto y Alfredo pero los citó en la jefatura.
Alfredo llegó a la citación  dos horas más tarde, el Capitán al mando lo interrogó, esta vez la presión y las preguntas fueron más directas. La policía quería encontrar alguna incongruencia o falta para saber si decía la verdad pero Alfredo se mantuvo sereno y contestó todas las preguntas que le hacían, no falló ninguna y parecía que no tenía que ver nada en el caso de Joel. Por el contrario Luis Alberto llegó más tarde al interrogatorio pero estaba acompañado de su abogado. Al Capitán Guzmán no le agradó esta actitud, le hizo levantar sospechas, aunque reconocía que estaba en su derecho de traer  un abogado. A la hora del interrogatorio el Capitán presionó a Luis Alberto con preguntas directas y en varias oportunidades lo hizo dudar, ¿Escondía algo el jefe de Joel?  ¿Sabía más de lo que decía? Su abogado es el que dio por finalizado el interrogatorio al aducir que no existía prueba alguna contra su defendido para sospechar de él, por lo tanto no había nada más que decir. Ambos personajes se pusieron de pie y salieron de la jefatura. En la puerta se encontraron con Alfredo y todos juntos partieron en el mismo carro. 
Antes de entrar a las oficinas Luis Alberto dijo -Alfredo espero que en tu interrogatorio no hayas comprometido a la empresa, eso seria lamentable-.
-Luis Alberto- contestó Alfredo -la empresa no tiene nada que ver en este caso y yo he contestado solo con la verdad a las preguntas del Capitán Guzmán-.
En la jefatura de policía, los agentes no estaban tan convencidos de las declaraciones e inocencia de Luis Alberto, habian ciertas dudas como qué hacia ese día y en las horas en las que vio por ultima vez a Joel antes del secuestro. Lo lamentable era que no habian pruebas concluyentes que lo señalaran, él era  un gerente y uno de los dueños de la empresa, sus palabras tenían valor. 


CONTINUARÁ    
   
     
                

 

lunes, 28 de octubre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Se habían cumplido las cuarentaiocho horas desde que Mariane había hecho su denuncia y el Capitán Guzmán con uno de sus agentes fue a visitar la empresa donde trabajaba Joel. Quería conocer de cerca en el lugar donde se realizaron los hechos. Para comenzar su investigación, era necesario interrogar a todos los que estuvieron cerca a Joel el día de su desaparición. 
El Capitán Guzman se presentó y pidió hablar con el jefe de Joel. Alfredo de la Guerra se presentó con el Capitán y lo hizo pasar a su oficina, después de las presentaciones del caso comenzó el interrogatorio. Alfredo contestó con tranquilidad todas la preguntas que le hacían, cómo, donde estuvo cuando fue último instante que habló con Joel y cual era específicamente el trabajo que hacía su empleado. Alfredo explicó con detalles el trabajo que realizaba Joel, explicó también que por el momento trabajaba muy de cerca con Luis Alberto, Gerente y uno de los dueños de la empresa, en un proyecto llamado "Costa Azul" explicó de que se trataba el proyecto. Alfredo en todo momento contestó tranquilo todas las preguntas que le hiciera el Capitán Guzman, éste no tenía sospechas de su persona porque contestaba tranquilo sin dudar o perder la calma. Terminado el interrogatorio con Alfredo, el Capitán preguntó quienes más estuvieron el último viernes fatídico antes que desaparezca Joel. Alfredo le pidió al capitán que el interrogatorio a los demás empleados lo hiciera en su oficina para guardar al discreción y que no se convierta en un escándalo en la oficina. El capitán Guzmán accedió al pedido, no tenía inconvenientes. Alfredo llamó uno a uno a los amigos más cercanos de Joel para ser interrogados. Cada uno explicó y contestó las preguntas que le hacían, hasta ese momento nadie parecía sospechoso de lo ocurrido a su compañero. Terminado el interrogatorio, el Capitán pidió Alfredo llevarlo a los ascensores donde se encontró la billetera del susodicho, éste no tuvo inconveniente y lo llevó al lugar. El capitán entró al ascensor vio cada esquina de la caja de metal y junto con Alfredo bajo al primer piso, contó los pasos hasta la puerta de salida, observó que era de vidrio y se podía ver la calle, cualquier acto violento podía ser visto por los empleados de seguridad, volvió a regresar hasta el ascensor, donde comentó. -Si se encontró la billetera del empleado en el piso del ascensor tuvo que haber un forcejeo violento entre Joel y otra persona, en este caso puede ser el hombre que lo acompañaba- esa era la deducción del Capitán y agregó -está es una premisa que debemos investigar-.
Luego pidió Alfredo llamar para interrogar a Luis Alberto, éste comentó que era mejor ir a su oficina para mantener la discreción -Capitán Guzmán en la oficina del gerente va estar más cómodo para hacer las preguntas del caso-. aseguro Alfredo. El Capitán y su agente estuvieron de acuerdo y siguieron Alfredo hasta el piso donde quedaba la oficina de Luis Alberto, después de las presentaciones del caso comenzó el interrogatorio, Alfredo se retiró a la sala de espera para dejar al Capitán y a Luis Alberto para que conversen en privado. 
El Capitán había gravado todos los interrogatorios y Luis Alberto no podía ser la excepción, una a una se hicieron las preguntas y el gerente contestaba con un tono de excesiva confianza y altivez. Al Capitán Guzmán le parecía algo sospechosa su actitud cuando preguntó si sabía con quién había salido su empleado y el negó conocer a Joel tanto como para saber que hacía con su vida privada. Se supone que Joel era su empleado de confianza y confidente en temas contables y de logística del proyecto "Costa Azul" que desarrollaban juntos, como podía decir que no conocía bien a su empleado. Guzmán no creía en todas las respuestas, habia algo en él que lo hacía desconfiar. El caso comenzaba a complicarse y tal vez el hombre que tenía al frente sabia más de lo que decía.
Antes de retirarse el Capitán pidió hablar con los guardias de seguridad, los tres hombres contestaron lo mismo, que no sospecharon nada extraño porque entre Joel y el otro hombre había gestos amistosos y de confianza. Al salir a la calle subieron a un carro negro de modelo antiguo, no tomaron la placa, todo parecía muy familiar. En ese punto, al subir al carro toda pista de Joel se perdía, ¿Dónde habían ido a esas horas?, ¿Qué había pasado con él?, ¿Un carro antiguo negro?, ¿Cuántos carros habían en la ciudad con esas características?. Las preguntas quedaban en el aire. 
Antes de despedirse el Capitán le dijo Alfredo -es posible que regrese, este caso es demasiado sospechoso-. Alfredo no contestó, a él también le parecía sospechoso, sobretodo después de estudiar con cuidado las carpetas en las que trabajaba Joel. 
De regreso a la Jefatura, el Capitán Guzmán, hombre experimentado y ducho en la investigación ordenó a dos de sus agentes buscar carros negros de modelo antiguo, por alguna pista se debía comenzar. La billetera era otro cabo suelto, aquí debía darle la razón a la hermana de Joel cuando dijo -nadie se va de fiesta sin dinero, documentos y tarjetas de crédito-. Por el momento la policía no podía señalar un culpable, partiendo de esta premisa "Si no hay cuerpo, no hay crimen". 
Cuando el jefe de policía se retiró de la empresa, Alfredo llamó desde su oficina a Mariane comentó con ella la visita del Capitán y su agente, la investigación había comenzado, le pidió además visitarla en su casa después de salir de la empresa para hablar sobre los detalles de lo que había conversado con el Capitán Guzmán. No se podía dejar de pensar de que cabía la posibilidad de que Joel aparezca de un momento a otro, esta idea también la barajaba la policía.  
La hermana de Joel se sentía devastada, habían transcurrido muchos días, tenía la esperanza  de encontrarlo en algún lugar, no quería pensar en una tragedia pero los días pasaban y Joel no aparecía.
Concepción fue a visitar a Mariane, ella no sabía nada de la tragedia que estaba viviendo su vecina.
-Mi estimada Mariane se que no es el momento para visitas pero no tengo con quien hablar en este momento. Tú sabes que Beti-Flor ha regresado al día siguiente de su partida, la verdad no pensé que eso iba a suceder, ella se encuentra muy triste con la experiencia vivida en el encuentro con Magda- Concepción comenzó a relatar los detalles del viaje, fue así como Mariane se enteró de lo que había pasado Beti-Flor. Al final de la conversación Concepción preguntó ¿qué puedo hacer para que se anime y vuelva hacer la joven alegre y feliz que era?-.
Mariane contestó -Concepción, debes darle tiempo para que procese lo ocurrido, es cierto que ella se fue con la idea de encontrar a su madre y no fue así, dale tiempo, Beti-Flor necesita asimilar y superar lo vivido en Cajamarca. No la presiones, ella va volver a sonreír de eso estoy segura. Es joven y tiene un mundo de posibilidades-.
El calor del verano en el mes de febrero se sentía cada vez más fuerte, en la sala conversaban Mariane con su vecina, este era el lugar más fresco de la casa. Concepción antes de despedirse preguntó:
-¿Mariane cuando viene Alegría? se le extraña en el grupo de amigas, todas preguntan por ella-.
-Mi madre regresa a finales de febrero, ella esta feliz en la casa de campo, dice que ahí no se siente demasiado el calor de la ciudad-. En el fondo Mariane rogaba que sus padres demoren todo lo que podían demorar, con ellos en casa y Joel desaparecido la vida se volvería una tragedia  
Concepción se despidió de su vecina y con una actitud menos nerviosa regresó a su hogar, hizo la promesa de no presionar a su hija y dejarla que se tome su tiempo.
En cambio otra era la realidad de Joel, él estaba viviendo la peor de las tragedias, no sabía cómo iba a terminar. En pocas palabras temía por su vida, nadie sabía donde estaba, la gente que lo secuestro lo tenía escondido en un lugar lejos de la ciudad. Él había creído que iba a estar libre en pocos días pero se equivocó, no tenía idea a quien se enfrentaba. Se acordó de sus padres y hermana, que vergüenza sentirían al saber la verdad de su paradero y el porque estaba ahí. 
Sonaron las cadenas de la puerta unos pasos se acercaron y lo mismo de todos los días, un arma apuntaba en su cabeza y disparaban, Joel presentía que un disparo podía ser el definitivo para desaparecerlo de la tierra.
Más tarde un hombre con el rostro cubierto sacó la venda de los ojos de Joel para que lea la nota escrita, en ella decía:
"No pienses que estás a salvo, puedes desaparecer en cualquier momento y nadie te va a encontrar. Después de leer esto, seguía el rito de la toalla mojada en los pies, su sufrimiento parecía infinito, luego le volvían a vendar los ojos. Joel se sentía acabado, humillado, lloraba pidiendo clemencia. 
Lejos de toda esta tragedia que vivía su hermano, Mariane conversaba con Alfredo en su casa, él trataba de consolarla y en su relato con respecto a la visita de la policía, omitió decir lo que estaba haciendo su hermano desde hace algunos meses. No deseaba avergonzarla, Luis Alberto sabía lo que hacía Joel y tomó la justicia en sus manos, no podía señalarlo ante la policía como culpable no habian  pruebas.
Por primera vez Alfredo se encontraba ante un caso de esa naturaleza en la oficina, no deseaba hacer sufrir a Mariane, su corazón comenzaba amarla y se estaba convirtiendo en una persona muy importante para él.
No era el momento de hablar de sus sentimientos, se conformaba con estar cerca y ayudarla a superar su tristeza. Mariane decidió confiar en Alfredo y juntos buscar a su hermano Joel, ¿ Dónde comenzaría su búsqueda?, no estaba claro. 


CONTINUARÁ    
          

  
                               

 

lunes, 21 de octubre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

El avión de Beti-Flor aterrizó en la ciudad de Cajamarca, ella bajó del avión junto con los demás pasajeros, recogió su maleta y en la salida del aeropuerto tomó un taxi. Al chofer le dio la dirección de la casa de Magda y esperó tranquila llegar a su destino. No muy lejos del centro el taxi se detuvo, el chofer confirmó la dirección y se dirigió a Beti-Flor -señorita, hemos llegado, está es la dirección de la casa-. 
Beti-Flor contestó -gracias aquí es donde me quedo- bajó del carro mientras el chofer le alcanzaba su maleta. El taxi partió y la joven de pie frente a la puerta principal, respiró profundamente. La casa en realidad era una casona antigua pero muy bien conservada, tenía un gran portón de madera totalmente labrado con bellas figuras, se acercó a la campanilla para tocar la puerta, segundos después una señora abrió y preguntó que deseaba, Beti-Flor contestó que buscaba a la señora Magda -vengo de parte de la señora Concepción- agregó.
La señora la hizo pasar al salón principal y luego fue a buscar a la señora de la casa. Pasaron varios minutos que parecían una eternidad, Beti-Flor admiraba el decorado del salón que era bastante grande, los muebles tenían hermosos tapices, las mesitas lucían lámparas  finas y los cuadros en las paredes tenían pinturas típicas de la ciudad, una gran alfombra completaba el conjunto. Magda vivía en una gran casa, eso se podía ver. Muy cerca se sintieron  pasos, una figura entró en el amplio salón, era Magda, hermana de Concepción. La mañana se acerca al medio día cuando Beti-Flor giró sobre sus pies y estaba frente a ella, una señora con actitud altiva pero aun hermosa. Magda quedó mirando a la joven que tenía al frente, no habia duda era su fiel retrato de cuando ella era una joven de veinte años. Pasaron unos segundos en silencio y luego Beti-Flor se presentó -¿Magda cómo está? soy la hija de Concepción- dijo sin dudar.
-Si, sé quien eres, no tienes que presentarte- en ese instante una voz masculina interrumpió para preguntar.
-¿Magda quién es? ¿Quién ha venido?- el que hablaba era el esposo.
Ella contestó -es la hija de mi hermana Concepción-. Beti-Flor escuchó sus palabras y dio en paso atrás.
El esposo de Magda ya estaba junto a ellas cuando habló -por fin conozco a un familiar de mi esposa, ella siempre dice que no tiene familia, disculpe señorita yo soy Ignacio esposo de Magda y trabajo de Intendente en la Municipalidad de la ciudad, ¿Cuál es su nombre?- preguntó Ignacio al final.
-Mi nombre es Beti-Flor y cómo dijo su esposa, soy hija de su hermana Concepción-.
Ignacio después de presentarse dijo sonriente -por favor nada de protocolos usted es bienvenida en esta casa, Magda es su tía y toda su familia es recibida con alegría en mi hogar, además puedo observar que el parecido entre usted es asombroso-. 
Beti-Flor sonrió al esposo de Magda, él era un hombre bien educado, amable, además de sincero. Observó que Magda no estaba muy contenta con su presencia, al parecer Ignacio no sabía nada de la familia de su esposa.
-Tengo que decirle señor Ignacio que usted tiene una gran casa, es muy hermosa y antigua- agregó Beti-Flor.
-Esta casa era de mi abuelo, luego mi padre la heredó y después paso a mi hermano Roberto  y a mí. Él vive en nuestra hacienda y se encarga del ganado pero nos visita muy seguido- contestó el esposo de Magda, ésta se mantenía en silencio sin decir palabra. 
-Querida esposa- comentó Ignacio -debo dejarlas para que ustedes conversen, seguro que tienen mucho de que hablar. Mi esposa no viaja a la capital desde hace años, ella siempre me dice que nada de importancia ha dejado allá.
Ignacio Martínez, se puso de pie se despidio de su esposa y comentó con Beti-Flor -mi estimada, siéntase en su casa, mi hogar, es su hogar-. 
Magda recuperó el aliento cuando su esposo se retiró del salón, ella había tenido el corazón en la mano al pensar que Beti-Flor podía hablar algo de la familia. Se dirigió a la joven y preguntó en forma desagradable -¿para qué has venido? Concepción sabe muy bien que yo no deseo visitas de familia es más, no tengo familia-. 
-Vine porque deseaba conocerte, hablar contigo y saber de mi padre- respondió la joven con voz temerosa, no esperaba una reacción así.
-Yo no deseo conocerte ni hablar contigo, aquí nadie sabe de tu existencia, tú eres el recuerdo de lo que yo quiero olvidar. No tienes padre, no tienes madre, no hay un vínculo entre las dos- contestó Magda con voz llena de ira y fuera de si. 
Cada palabra que escuchaba Beti-Flor era como una herida en su corazón, como podía hablar de esa manera, ni siquiera la conocía. Ella insistió -no comprendo porque actúas de ese modo, no me conoces, tengo derecho a saber quien es mi padre-.
Magda levantó la voz y contestó -no voy hablar del pasado, debes irte y no regresar nunca más. Aquí no hay nada para ti.
Beti-Flor se puso de pie y dijo con fuerza en la voz -me voy pero antes tengo que decirte que eres un ser malvado, no tienes corazón, para mí no existes y mi madre Concepción tenía razón cuando me habló de ti, tengo que agregar que se quedó corta. Vine con la ilusión de encontrar un ser humano cálido pero me equivoqué-. 
Con las voces en alto entraron dos niños al salón, el mayor tendría diez años y el más pequeño tendría seis. Preguntaron -¿mamá qué sucede-. Magda suavizó su timbre de voz y los mandó a jugar al patio que quedaba bastante lejos del salón. Ellos no debían escuchar nada de lo que hablaba con Beti-Flor. 
La joven continuó -nadie sabe de mí, ¡bueno! yo podría amenazarte con decirle a tu esposo y a todos los que te rodean, quien eres y que yo soy tu hija pero no te preocupes, no soy como tú, mi madre me enseñó a tener corazón. Me voy y nunca vas a saber de mí, de eso estoy segura.
Beti-Flor con su maleta en mano salió de la gran casona, no sabía a donde ir estaba tan perturbada que no pensaba con claridad tuvo que detenerse y respirar hondo para conseguir tranquilizarse. Tomó un taxi al aeropuerto para comprar su pasaje de vuelta a la capital, tenía que alejarse dejar la ciudad cuanto antes, ella no quería volver a ver a Magda. En el aeropuerto recibió malas noticias no había pasaje hasta el día siguiente a las cinco de la tarde, no le importó compró el ticket de avión para irse de la ciudad. Regresó al centro y a unas cuadras de la catedral encontró un hotel, tomó una habitación; por suerte sus padres le habían dado una generosa bolsa de viaje. En la habitación a solas lloró con tristeza y dolor, ella nunca imaginó un encuentro tan violento -¿Qué había vivido Magda para ser de esa manera? No lo quería saber, ya no importaba nada más, ella solo pensaba en regresar a su hogar, a su único y verdadero hogar. En medio de lágrimas recordó las palabras de su abuelo cuando era una niña pequeña y la cargaba en brazos, él siempre le decía: -"Beti-Flor, la flor más hermosa de todo el jardín"-.
El sufrimiento y el llanto la hicieron dormir, al día siguiente desayunó algo muy sencillo en el hotel salió a caminar por algunas calles y a la tres de la tarde partió al aeropuerto, no quería estar una hora más en la ciudad, el recuerdo de Magda y sus palabras la hacían sufrir. Subió al avión a la hora indicada y llegó a la capital en pocas horas, no se de tuvo a comprar ningún regalo o a pasear, solo esperaba estar en su hogar para desahogar todo su tristeza, cuanta razón tenía su madre Concepción al no querer que haga ese viaje, tal vez ella tenía que vivir la experiencia para saber donde estaba su verdadero hogar. 
Llegó a su casa, el taxi la dejó en la puerta, en la ventana de la casa vecina estaba Mariane, ella se asomó porque sintió que un carro se detuvo, tenía la esperanza de que fuera Joel. Se sorprendió al ver que se trataba de Beti-Flor, había regresado tan pronto ¿Qué sucedió con la visita a Cajamarca?, ¿Qué triste experiencia vivió?. Trató de no pensar más en aquello, ella tenía demasiadas tristeza en que pensar, su hermano no aparecía aún. 
Beti-Flor entró en la casa y llamó a su madre, Concepción abrazó a su hija que tenía el rostro bañado en lágrimas. -Madre tu eres mi única madre, nadie más existe, este es mi hogar y tú y mi padre son mi mundo- dijo la joven entre lágrimas. 
Madre e hija se quedaron abrazadas, por el momento no hubo preguntas, solo el sentimiento que las unía.
Mariane en su casa, desde la ventana vio a Beti-Flor entrar a su hogar, se quedó pensando  y por un instante se preguntó ¿Dónde estaba su hermano?  ¿Porqué no aparecía?.
Joel no regresaba, Mariane nunca hubiera imaginado donde estaba su querido hermano y lo que estaba viviendo. 
En un cuarto oscuro, amarrado a una silla de madera se encontraba Joel, la boca y los ojos los tenía vendados, manos y pies amarrados, no podía moverse y apenas si respiraba. Tenía cerca de una semana de estar encerrado en ese cuarto, le daban comida y agua una vez al día, luego lo dejaban solo en ese lugar.  Joel estaba desesperado por salir, no podía saber quien le traía la comida, nadie le hablaba. Lo más grave era la tortura a la que estaba sometido, todos los días escuchaba pasos de una persona que se acercaba, le ponía un arma en la cabeza, tiraba del gatillo, simulando que le iba a disparar, en otro momento, con una toalla mojada golpeaban con fuerza  sus pies desnudos, del dolor no podía gritar.  El hermano de Mariane se daba cuenta que no querían matarlo, pero la tortura lo agobiaba y le restaba fuerza, hasta cuando duraría esa situación, en que momento tomarían la decisión de desaparecerlo para siempre. No sabía si era de día o de noche cuando una persona con el rostro cubierto fue a la habitación, le quitó la venda de los ojos para que lea la hoja que tenía en las manos, en ella decía -No sabes con quien te has metido, si lo ordeno, de aquí no sales vivo-. 
Eran amenazas contra su vida, Joel jamás había vivido algo así, su vida siempre fue cómoda y tenía todo a la mano. Ahora en cambio su ropa eran harapos y su cuerpo estaba sin aseo desde hace varios días. No podía seguir viviendo, suplicó perdón sospechaba quien estaba de tras de la tortura y el cuarto oscuro pero no se atrevía a mencionar su nombre, tenia miedo que si decia algo, sus palabras serian su sentencia de muerte.  


CONTINUARÁ                         
 
         

   
       

 

lunes, 14 de octubre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Beti-Flor conversaba  en la casa de su amiga y vecina: 
-Mariane- decía con entusiasmo -no sabes lo feliz que me siento al saber que por fin mi madre a dado permiso para hacer el viaje. Hoy día muy temprano me dijo que si deseaba viajar tenía su autorización   para hacerlo. ¡Estoy qué no puedo creerlo!  En pocos días voy a conocer a mi madre de nacimiento-.
Mariane escuchaba a su amiga sin interrumpirla, al parecer Beti-Flor no sabía que el día anterior Concepción la había visitado y después de una larga charla se convenció que era necesario dejar viajar a su hija, además su esposo Noel también intervino para convencer a Concepción que era importante que haga ese viaje. En la noche del mismo día que habló con Mariane, Noel en su habitación conversó con su esposa para que se acaben de una vez las discusiones entre madre e hija y vuelva la paz al hogar. 
-Concepción- dijo Noel -Beti-Flor debe hacer el viaje y conocer a su madre de nacimiento, conversar con ella y enterarse porque tomó la decisión de dejarla en tus brazos. No sientas celos, nuestra hija no va dejar de querernos como sus padres. Magda será su madre y nosotros siempre seremos sus padres.   -Noel- contestó su esposa afligida -no me opongo a que nuestra hija viaje, ni tampoco siento celos que conozca a su verdadera madre, mi real preocupación es cómo va a recibirla Magda. Tú no conoces a mi hermana, ella es complicada y de carácter difícil. Beti-Flor puede sufrir una real decepción y yo no deseo que viva una situación dolorosa para su edad.
Noel tenía la misma preocupación pero contestó -Han pasado muchos años desde que Magda se alejó de tu familia, de repente ha cambiado, seguro que ya no es la misma de su juventud, debemos tener esperanza, no puedes ahorrarle a Beti- Flor situaciones de la vida en cada día,  ella debe enfrentar la realidad de su nacimiento. 
-No sé que puedo contestar a tus palabras, ni estoy segura que pueda ser verdad que mi hermana haya cambiado, voy a dejar que Beti-Flor realice el viaje y ruego que yo sea la que está equivocada- finalizó Concepción y dudaba de sus palabras y de lo que pensaba su esposo.
En la casa de su amiga Beti-Flor comentó de  nuevo: -Mariane, esta tarde voy hacer mi equipaje, tengo que planificar con cuidado que ropa debo llevar. Mi madre ha prometido que iré con ella a comprar mi pasaje de avión, no veo la hora de estar volando a la ciudad de Cajamarca donde vive Magda. ¡Por fin  voy a conocerla y hablar con ella! siento un poco de temor ¿Crees qué debo decirle madre, ni bien la conozca?-. 
Mariane tenía frente a ella, a una joven llena de vida y entusiasmo, no tenía una respuesta segura para su amiga, no sabía si era correcto que la llamé madre, si recién la iba a conocer, solo atinó a decir algunas palabras: -Beti-Flor, te sugiero que esperes un poco antes de tratarla con confianza, ella no sabe que estás viajando para conocerla, es mejor obrar con precaución. Preséntate y conversa con ella primero antes de precipitarte, tratarla bien, la confianza puede venir después- contestó, Mariane no conocía a Magda ni estaba segura de cómo iba a reaccionar. Concepción había hablado de su hermana el día anterior y lo que dijo era para tomarlo en cuenta.
-Mi estimada amiga debo despedirme- comentó Beti-Flor -tengo una tarde llena de cosas que debo hacer, comenzando con mi equipaje. El entusiasmo por el viaje no me deja descansar, ahora es cuando la realidad se impone- se despidio de Mariane y se fue feliz a su casa. Estaba alegre y sin problemas en su vida, Noel y Concepción la habían educado así.
Cuando Mariane se despidio de Beti-Flor no tenía manera de dejar de pensar en Joel, tal vez era mejor  buscar de nuevo en su habitación, alguna pista de su paradero que pudo haber olvidado. Justa la empleada del servicio se presentó en la sala y comentó: -Señorita, un hombre joven ha venido a buscarla, dice que se llama Alfredo de la Guerra y pregunta si puede recibirlo-.
Mariane estaba sorprendida, Alfredo no la había llamado para decir que venía a su casa, mandó a Justa hacerlo pasar y ella se arregló el cabello frente al espejo de la estancia. Llevaba puesto un fresco vestido de flores porque las temperaturas del verano, eran altas.
Alfredo entró en la sala para saludar a Mariane, se disculpó por llegar sin avisar -Mariane por favor me perdona por no llamar, pero era urgente que hable con usted en persona-.
-No se preocupe Alfredo es usted bienvenido- contestó y luego agregó -si viene a decirme que no haga la denuncia con respecto a mi hermano, debo aclarar que ya la presente en la jefatura el día ayer, tienen que pasar cuarentaiocho horas para comenzar la investigación. El capitán Guzman así me lo ha prometido-. Mariane le señaló Alfredo un asiento cerca de ella.  
-No la puedo culpar de hacer su denuncia, Joel tiene varios días de estar no habido-.
-Van hacer seis días con este que no sabemos nada de él, no puedo estar tranquila si no sé que ha sucedido con mi hermano, no deseo pensar lo peor- contestó Mariane y se mantuvo lo más serena que podía estar delante de Alfredo, no quería llorar ni perder la calma.
Alfredo de la Guerra no comentó con Mariane lo que había descubierto en los documentos de la empresa, aún no estaba seguro que pasaba y que tenía que ver Joel con todo aquello.  Habían movimientos turbios de dinero, no muy claros, era muy preocupante la situación. 
La conversación entre Alfredo y Mariane se basó al rededor de los últimos movimientos de Joel en la empresa, sus amigos decían que estuvo muy silencioso y distraído dos días antes del día viernes y que habían notado que en las últimas semanas Joel se quedaba en la oficina después de la hora del cierre, gastaba dinero sin preocupación.
-Tal vez- comentó Mariane -debería yo hablar con estos amigos que estuvieron cerca de mi hermano el día viernes, ellos pueden decirme algo más de lo conversado con usted por ser el jefe-. 
-No creo Mariane, yo no los he intimidado, ni ellos se han sentido cortos de hablar conmigo, dejemos que la policía en su momento realice las investigaciones del caso-. 
Alfredo y Mariane se sentían en confianza para conversar, ninguno de los dos se incómodo al hablar con el otro, entre ellos se había iniciado una conversación sincera. Alfredo quería apoyar a Mariane en todo lo que estuviera a su alcance, él deseaba que este peligroso asunto se aclare cuanto antes.
Al despedirse Alfredo, sugirió a Mariane que no piense en nada grave con respecto a su hermano y le aseguró que el iba a colaborar con la policía en todo lo que sea necesario. 
-Mi interés es que todo este asunto llegue a un final feliz- dijo Alfredo al salir de la casa -Joel va regrese con la familia, estoy seguro. Me justaría volvernos a encontrarnos  para hablar sobre los avances en la investigación de la policía- aseguró Alfredo al final.
En todo momento Mariane estuvo de acuerdo con él, sintió que era sincero y que realmente quería ayudar a descubrir el paradero de Joel. Se despidieron en la puerta principal y al cerrar, Mariane se derrumbó, todo su valor desapareció y lloró por su hermano, pensó en sus padres y el dolor que causaría en ellos si algo terrible le sucedió a su querido hijo.
Dos días después que Beti-Flor habló con Mariane sobre su viaje, ella y sus padres iban directo al aeropuerto, su vuelo salía a la 10 de la mañana. Concepción en casa había conversado con su hija y explicado lo necesario para que sepa como dirigirse a Magda. 
Beti-Flor para que su madre no se preocupe contestó: -Madre no pienses que soy una niña pequeña que no voy a saber como manejarme frente a tu hermana, hasta el momento no sé como debo llamarla pero el tiempo dirá que debo hacer-.
La familia llegó al aeropuerto, Beti-Flor era la más sonriente y feliz, con su pasaje en la mano sentía que ya había dado un gran paso, a su vida, luego comentó a Concepción:  
-Madre no te preocupes por mí, voy a estar bien. Padre, sé cómo llegar a la dirección de la casa de Magda, no quiero que ninguno de los dos se angustie ni preocupe por mí- dijo al final Beti-Flor, luego abrazó a sus padres para despedirse.
Su vuelo estaba por salir y debía llegar a la sala de embarque. Sus pensamientos no la dejaban en paz, tenía mil preguntas que hacer y las haría en su momento. ¿Cómo sería recibida por la hermana de Concepción? no sabía que esperar. Rogaba al cielo, tener la oportunidad de hablar con ella y conocerla mejor. Subió al avión llena de confianza y serenidad, la esperaba una nueva oportunidad de resolver ciertos conflictos de familia.


CONTINUARÁ        
      
    
   
        
  
 
  
        

 

lunes, 7 de octubre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Mariane arregló las flores que Beti-Flor habia traído, pensaba con calma que podía decirle a su joven amiga con respecto al problema que había surgido con su madre Concepción.
Beti-Flor atenta esperaba las palabras de Mariane, ella era su última esperanza para convencer a Concepción que necesitaba hacer ese viaje.
-Las flores están hermosas- dijo Mariane -sus colores son bellos y alegres, en la consola de entrada se van a ver preciosas Gracias por el regalo y no te preocupes no creo que seas una persona interesada-.
Beti- Flor sonrió y comentó -que opinas de mis palabras sobre el viaje y el pedido de ayuda con respecto a mi madre. Mariane estoy realmente deseosa de hacer el viaje, para mí no es un paseo, es algo que necesito resolver-.
Después de poner el jarrón sobre la mesita de entrada y admirar lo hermoso que se veía con las flores Mariane comentó -vamos a la sala, ahí estaremos cómodas y podremos conversar con tranquilidad-.
-Siempre me ha gustado tu casa- comentó Beti-Flor mientras seguía a Mariane a la sala -está siempre bien decorada y los colores pastel de las paredes quedan en armonía con el mobiliario y los cuadros-.
Mariane sonrió, sabía que su amiga quería una respuesta, le pidió a Justa la señora del servicio que sirva unos refrescos y galletitas de mantequilla para acompañar, luego agregó -gracias por tus palabras, toda la decoración y adornos de la casa fueron hechos por mi madre, a ella le encanta experimentar nuevos estilos. Mi querida Beti-Flor, sé que esperas que te apoye, por eso te pido que  escuches con atención, lo que voy a decir. Como te hablé desde un principio yo no puedo intervenir en temas familiares que pertenecen a tu hogar, sin embargo, pasado unos días si Concepción viene a visitarme para hablarme del tema, le diré lo que pienso. Reconozco que para ti es muy importante este viaje, pero te pido, no pongas objeciones al hablar con tu madre, explícale con calma porque deseas viajar. Concepción lo único que pretende es protegerte para que no sufras una fuerte desilusión. Tienes que comprender que ella te quiere demasiado y solo quiere tu felicidad.  
-Mariane, sé que tus palabras son ciertas, pero mi madre exagera y pretende que yo viva dentro de una burbuja, que no tenga contacto con la vida real, eso no puedo tolerarlo, ¡me niego a vivir de esa forma! ¡Soy una persona adulta!- recalcó con énfasis Beti-Flor -¡ella no puede dirigir mi vida!- comentó al final.
-A esto es lo que me refiero, no debes perder los estribos, si hablas con serenidad y explicas a tu madre que ya eres una persona adulta, ella te va escuchar- Mariane contestó con seriedad, la joven podía ser muy vehemente, cuando quería conseguir algo 
Mariane y Beti-Flor hicieron un breve silencio en la sala para disfrutar de sus refrescos y deliciosas galletas de mantequilla. La joven quería que Mariane la ayude a convencer a su madre para realizar el viaje, además quería hacerlo ella sola.
-No te prometo nada, pero si tu madre viene hablar conmigo del tema, voy a decir lo que pienso, tú también habla con ella sin perder la calma para convencerla- contestó Mariane.
En la sala las dos amigas conversaban y disfrutaban de los refrescos, fue en ese instante que Beti-Flor preguntó por Joel, no lo veía desde hace varios días, tiempo atrás ella estuvo muy interesada en él, pero para Joel, Beti-Flor era una niña consentida.  
Mariane comentó a la joven que Joel se encontraba de viaje, no quería que Beti-Flor se entere de lo que sucedía con su hermano, luego cambio el tema de la conversación y minutos más tarde se despidió de ella diciendo que tenía algunos asuntos que resolver, se controló para no mostrar su angustia y preocupación.
Las horas del día pasaban y la llamada de Alfredo no llegaba, Mariane comenzaba a perder la paciencia, ella estaba decidida a presentar una denuncia a la policía. Su hermano llevaba cinco días desaparecido, era el momento de investigar que sucedía y para eso estaba la autoridad policial. Se negaba a responder una pregunta que daba vueltas en su cabeza, ¿su hermano estaba muerto?, no podía decir palabra alguna al respecto.
El teléfono sonó a la hora que Mariane se encontraba en el comedor, atendió presurosa la llamada, era Alfredo de la Guerra, no tenía buenas noticias, él comentó que había hablado con sus compañeros más cercanos y ellos no sabían nada de Joel, solo dijeron que el último viernes se habían despedido y salieron dejándolo solo en la oficina. 
-Mariane- dijo Alfredo -no puedo decir nada más sobre tu hermano- él omitió detalles, de lo que había descubierto en los archivos, no podía hablar sobre ello, al parecer Joel tenía malos manejos del dinero de la empresa.
-Entonces, no puedo esperar más tiempo, ahora mismo debo ir a la jefatura de policía para presentar mi denuncia  sobre la desaparición de mi hermano. Lo siento, pero tengo que hacer mi denuncia.  Joel jamás faltaría a la casa tantos días sin decir nada, tiene que haberle ocurrido algo grave- comentó al final y cortó la comunicación sin darle tiempo de responder Alfredo, éste comprendía la situación y la angustia de Mariane, por el momento no había más hacer. Alfredo tenía que averiguar en las carpetas de trabajo de Joel que manejos hacía con el dinero, ¿Luis Alberto estaba al tanto?  
Mariane se presentó en la jefatura de policía para hacer su denuncia. Habló con el capitán encargado de asentar su reclamo. El Capitán Guzmán la escuchó y cuando ella terminó de explicar la situación de su hermano, éste contestó. 
-Señorita, debo esperar que pasen cuarentaiocho horas desde que se registra la denuncia para empezar las investigaciones del caso, antes no podemos hacer nada-.
No podía creerlo, el capitán no había escuchado que su hermano tenía cinco días de estar no habido. 
-Capitán como puede usted contestar algo así- agregó Mariane alarmada.
-Disculpe señorita, su hermano es una persona adulta y puede aparecer en cualquier momento, ya hemos tenido casos así. Yo no puedo distraer a mis agentes con este caso, es necesario esperar que transcurra el tiempo que indica la ley desde que queda asentada la denuncia, no tengo por el momento más que decir- el capitán Guzmán dio por terminada la conversación.
La denuncia quedó asentada en los libros de la jefatura, Mariane estaba sin palabras, salió a la calle sin muchas esperanzas, insistir sería en vano. Ella había explicado sobre la billetera encontrada en el ascensor y el hombre extraño que lo acompañaba al salir de la oficina. Eran las únicas pistas que tenía, pensó que la investigación debía comenzar en la empresa donde trabajaba Joel. 
Alfredo en su oficina pensaba lo mismo que Mariane, la policía en pocos días estaría haciendo preguntas a los empleados. Sobre su escritorio tenía copias de todas las carpetas de trabajo, antes de entregarlas a Luis Alberto se aseguro de copiar uno a uno los archivos, quería estudiarlos con calma para entender mejor que hacia Joel y porque su computadora tenía selladas con claves varias páginas del proyecto "Costa Azul". También se acordó de Mariane, en como se sentiría con el problema de su hermano, quería hablar con ella y deseaba volverla a ver.


CONTINUARÁ          
         
 
              

 

martes, 1 de octubre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Alfredo de la Guerra estudiaba con cuidado las carpetas en las que trabajaba Joel, parecía todo correcto pero si uno comparaba fechas y entrega de cheques, no correspondía como debía ser. El hermano de Mariane estaba trabajando directamente bajo las órdenes de Luis Alberto en el proyecto "Costa Azul". El proyecto en mención era la construcción de un conjunto de edificios de departamentos de lujo y de primer nivel. La familia Águila Roca era propietaria de los terrenos y había planificado estos edificios en un lugar muy exclusivo de la ciudad. 
Joel manejaba la parte logística y contable del proyecto, trabajaba muy cerca de Luis Alberto Águila Roca, es más, la confianza entre ellos era evidente. Las carpetas de Joel no estaban claras, había un desbalance contable que no se podía pasar por alto, Alfredo no manejaba esas cuentas ni tenía que ver con el proyecto, todo aquello era muy sospechoso. Pensó hablar directamente con Luis Alberto para comunicarle lo que había descubierto sobre las carpetas contables de Joel, tal vez él ignoraba la situación. El primer paso antes de hablar o decir algo, seria revisar la computadora de su escritorio de trabajo, ahí debía estar la información completa sobre el proyecto "Costa Azul".  Salió de su oficina y fue a la oficina de los empleados, estos al verlo se alarmaron, ¿Qué hacia el jefe en el escritorio de Joel?, Rodolfo se acercó a saludarlo y Alfredo le pidió que encienda la computadora, luego agregó -quiero que entres a los archivos del proyecto "Costa Azul" -. Rodolfo hizo lo propio y revisó  varios archivos pero habían algunos a los que no se podía ingresar, estaban sellados y con clave. Esto despertó la desconfianza de Alfredo, ¿Porqué tenía sellados esos archivos?, habia algún secreto que deseaba esconder, en la empresa no se podía ocultar información, salvo que sea una orden directa de Luis Alberto. 
Alfredo agradeció a Rodolfo su colaboración, no deseaba levantar sospechas en los demás empleados sobre el trabajo de Joel, era mejor guardar las apariencias por unos días. El siguiente paso sería hablar con Luis Alberto en su oficina, él debía estar informado del tema, además de tener en cuenta la posibilidad de que la policía visite la empresa interrogando a los empleados para investigar el paradero de Joel. Subió al quinto piso donde se encontraba la oficina de Luis Alberto, éste hablaba por teléfono, la secretaria le pidió que espere, pasaron alrededor de veinte minutos cuando recibió el permiso de entrar. La oficina era amplia elegante y con muebles finos, Luis Alberto pertenecía a una familia muy importante y de mucho dinero, eran dueños de una gran empresa constructora, de una empresa procesadora de alimentos, de una empresa de productos químicos además de una cadena de farmacias a nivel nacional, todas estas empresa muy competitivas y conocidas en el mercado. 
Luis Alberto miró unos segundos a Alfredo, le pidió que tome asiento y preguntó -¿a que se debe tu presencia?, estoy bastante ocupado- agregó.
Alfredo notó la frialdad de Luis Alberto, era fácil adivinar que no quería hablar con él, entonces se apresuró en responder: 
- Buenos días- saludó  -vengo a informar que tengo en mi oficina las carpetas de trabajo de Joel que me gustaría comentar contigo, hay cosas que no están claras, además el paradero de este empleado es desconocido, nadie sabe que paso con él-. 
La expresión en el rostro de Luis Alberto cambió, el tema parecía incomodarlo, rápidamente ordenó:
-Alfredo, en el acto deseo que traigas dichas carpetas a mi oficina, del paradero de Joel no sé nada. Yo no puedo estar detrás de lo que hacen los empleados con sus vidas privadas- fue toda su respuesta.
-Te informo Luis Alberto que la hermana de Joel se presentó ayer en la empresa para preguntar por su hermano, supone que sabemos algo, porque su billetera se encontró en el piso del ascensor y los empleados de seguridad, aseguran que lo vieron salir de la oficina  el último viernes acompañado de un hombre que no se sabe quien era, desde ese día nadie conoce su paradero. Un día más que transcurra, la hermana dará parte a la policía para que investigue el caso. Supongo que nadie quiere ver que la empresa esté relacionada con una investigación policial- terminó de hablar Alfredo.
-Llegado el momento, yo personalmente hablaré con la policía si es necesario- contestó Luis Alberto:  
-En la empresa no se va  a permitir ningún escándalo, no te preocupes. Trae en este momento las carpetas de trabajo de Joel. Alfredo no tengo que decirte que de este tema no debes hablar con nadie de la empresa-. Con estás palabras se cerraba la conversación, no había lugar a comentario alguno. Alfredo de la Guerra comprendió que debía retirarse, más tarde con su asistente envió las carpetas mencionadas.
Más tranquilo en su oficina se preguntaba porqué Luis Alberto no habló o mostró preocupación por uno de sus  empleados,  ellos trabajaban en el mismo proyecto, debían tener alguna amistad y confianza. Ahora  qué explicación le iba a dar a Mariane sobre su hermano, hablar de las carpetas de trabajo y sus sospechas era imposible, eso solo agravaría  el caso y no tenía la seguridad de hasta donde estaba involucrado Joel. 
En su casa, Mariane esperaba la llamada de Alfredo para informarle si alguien de la oficina sabia el paradero de su hermano, la espera la inquietaba. Ella no dejaba de pensar que algo malo pudo haberle sucedido, de repente estaba inconsciente en algún lugar o le ocurrió un accidente más grave que se negaba imaginar. Lloraba por la falta de noticias, sus pensamientos volaban rápidamente y no quería saber la reacción de sus padres cuando se enteren  lo que pasaba con su amado hijo. 
A las cinco de la tarde llamaron a la puerta, cuando Mariane fue atender, se dio con la sorpresa que no imaginó, era Beti-Flor con un ramo de flores en las manos.  
-Mi querida amiga- comentó - te traigo este ramo de flores, no quiero que pienses que soy una persona interesada pero detrás de estas flores hay una petición. Ayúdame a convencer a mi madre para que me permita viajar y conocer a mi madre biológica. Mariane, tú conoces mi historia, sé que mi madre ha venido a conversar contigo hace dos días-.
La visita de Beti-Flor sacó a Mariane de sus pensamientos, no quería que la joven sepa que sucedía algo grave con su hermano Joel: 
-Beti-Flor voy a contestar lo mismo que le dije a tu madre, yo no puedo intervenir en asuntos familiares ajenos a mi persona, existe una amistad y confianza entre nuestras familias pero aun así no pudo decir que deben o no deben hacer ustedes-.
-Mariane todo lo que dices es cierto, pero te ruego, habla con mi madre, ella te va escuchar, a mí ni me habla desde hace dos días que tuvimos una fuerte discusión, se niega a comprender que necesito hacer ese viaje, hay preguntas que deben tener  respuestas- respondió Beti-Flor y en su rostro había una expresión de súplica. 
Mariane todavía tenía en sus manos el ramo de flores, regalo de su amiga -vamos a la cocina para buscar un jarrón, estas flores necesitan agua si no se van a marchitar- contestó mientras pensaba que podía decir a Beti-Flor que esperaba su ayuda y consejo.


CONTINUARÁ                                

 

martes, 24 de septiembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Mariane invitó a Concepción un te de manzanilla, la notaba nerviosa y no deseaba que se ponga más triste.
-Concepción, me parece que usted está exagerando- dijo Mariane -Beti-Flor es una joven tan bien educada. Usted la ha criado con mucho amor y buenas costumbres-.
-Si, lo que dices es verdad, tú conoces bien la historia de mi niña, ella en realidad no es mi hija biológica, yo la he tenido siempre rodeada de amor. Mi esposo y yo le hemos dado lo mejor dentro de nuestras posibilidades económicas, la casa que tenemos un día será su herencia. Nosotros no tenemos más hijos Beti-Flor es el centro de nuestras vidas.  Ahora  está estudiando publicidad que es lo que siempre ha deseado- terminó de hablar Concepción.
La explicación de la madre de Beti-Flor era cierto, la joven siempre estuvo rodeada de atención y amor por sus padres, nada podía ser más real que eso, pero habia una verdad que no se podía ocultar, la joven no era hija biológica de Concepción y su esposo Noel, ella lo sabia y lo aceptaba sin problemas al menos se notaba en la relacion familiar con sus padres.
La historia de Beti-Flor comienza veinte años antes, Concepción comentaba con Mariane:
-Tal vez te parezca exagerado mi comentario, pero no es así. Éramos una familia de cuatro hermanos y nuestros padres. La mayor de todos era mi hermana Magda la segunda hija era yo,  la tercera hija era Vania y el ultimo era nuestro hermano Renato. Conformábamos una familia unida y feliz con la exepcion de los problemas que no faltan en toda  familia. Mi hermana mayor Magda era una joven de carácter difícil y complicado, siempre contestaba de manera fría y altanera a nuestros padres, su conducta los hizo sufrir demasiado, con nosotros sus hermanos no era diferente, peleaba muchas veces sin razón. Es mi hermana y no deseo hablar mal de ella pero era la verdad, siempre quería hacer su voluntad y nada la hacia recapacitar. Quería ser independiente y vivir su vida, era muy bonita y pretendientes nunca le faltaron. Tenia veinte años, cuando una mañana me llamó a la habitación cerró la puerta y me dijo con voz atribulada que estaba esperando un bebé, al comienzo pensé que bromeaba y repetí -¡Un bebé!  ¿estás segura?-. Si estoy segura contestó y luego suplicó -no se lo digas a nuestros padres-. En esas circunstancias cómo podía decir algo, les hubiera roto el corazón. Prometí no decir nada, los días pasaban y mi madre que no era distraída con sus hijos se dio cuenta que Magda estaba en estado de espera. Ella tuvo cuatro hijos no fue difícil darse cuenta que sucedía con su hija mayor, a pesar de que mi hermana hizo lo imposible por ocultar su estado de gravidez. Mi madre fue directa con ella y preguntó, mi hermana al comienzo  negó todo, después no le quedó más remedio que admitir la verdad. Eso fue un terremoto en el hogar, lo único que acordamos con mi madre, fue no decir nada por el momento. Las semanas pasaban y ya era inevitable, mi padre tuvo que saber la verdad de lo que ocurría con su hija mayor. En su habitación a solas mi padre al enterarse de la verdad  lloró, él tenia mucho amor por sus hijos y está noticia lo devastó, aun así perdonó a Magda y dijo que el bebé seria criado en el hogar como un hijo más. Mi hermana guardó silencio y aceptó la decisión de mis padres, lo que más le molestaba era no poder salir a pasear, la familia no deseaba oír comentarios de los vecinos. Magda y yo compartíamos la misma habitación y escuchaba sus comentarios no siempre agradables con respecto a su estado. Tengo que admitir que ella jamás dijo quien  era el padre, nosotros nunca supimos la verdad. Llegó el día del parto, nació en casa una hermosa niña, todos estabamos felices menos Magda, recuerdo que no deseaba ver a su hija y mi madre se la llevó a su habitación. Todos los hermanos nos quedamos sin palabras y llenos de ira, cómo Magda podía proceder de esa manera. Mis padres de nuevo perdonaron su actitud, tal vez ese fue su mayor error, siempre disculparon a su hija y nunca le llamaron la tencion. Habia transcurrido solo una semana del nacimiento de la bebé cuando Magda me llamó a la habitación que compartíamos, pude ver que estaba muy arreglada, junto a ella habia una maleta y tenia en los brazos a su hija. Me llamó a su lado y me dijo -yo no puedo tener a esta criatura es mejor que tú la críes, ahora tengo que irme de la casa-. Me entregó a su hija de unos días de nacida. Le rogué y llore que no se fuera que no era necesario, todos en la familia la íbamos apoyarla, ella no escuchó mis suplicas, en vano fueron mis palabras. Tomó su maleta y salió de la casa, aprovechó que no estaban nuestros padres. Paralizada del miedo por la situación y con la bebé en brazos, lloré de tristeza y dolor. Mi hermana se fue sin dar marcha atrás cuando mis padres regresaron y se enteraron de lo sucedido, fue mi padre quien dijo con pesar -Magda ha escogido su camino, nosotros vamos a velar por la bebé-  Mi padre fue el que bautizó a mi niña y le  puso el nombre de Beti-Flor porque decia que era la flor más hermosa del jardín. Con el tiempo no saber nada de Magda causó dolor y enfermedad a mis padres, cinco años después de su partida, ellos se fueron de este mundo con una diferencia de meses. Yo me quede con Beti-Flor y la crie con todo el amor posible. Cuando conocí a Noel le conté mi historia y él me comentó -viviremos con Beti-Flor, ella será nuestra hija- me case y forme mi hogar, no tuve hijos y mi niña se convirtió en el centro de nuestras vidas- terminó su historia Concepción.
Mariane, conocía la historia de Beti- Flor pero no sabia todos los detalles, escuchó en silencio a Concepción, no tenia una respuestas para ella. 
-Mi querida Mariane, si te he contado toda mi historia es porque sé que de estas paredes no va salir ningún comentario, ustedes guardan mi secreto nadie más lo sabe. Para todo el vecindario Beti-Flor es mi hija y punto. Toda esta conversación viene porque hace tres días mi niña me habló muy seria -madre quiero viajar a conocer a mi madre biológica, necesito hablar con ella y saber quien es en realidad, tengo que hacer muchas preguntas- Yo me quede sin respiración por lo que me pedía y me negué a que realice ese viaje. Tuve una discucion con mi hija, no deseo que conozca a Magda, sé que no va a recibir bien a Beti-Flor, su carácter es difícil y no creo que ahora sea diferente. Desde que se fue solo escribió una carta de cinco líneas, donde decia que estaba bien y que vivia en Cajamarca, no quería que nadie la visite. Esa fue su única correspondencia, aun tengo la carta, una sola carta en todos estos años. Mi pregunta es ¿debo dejar que Beti-Flor haga ese viaje?, ¿qué debo hacer Mariane dime algo por favor?
-Concepción lo que usted me cuenta es algo delicado y no tengo respuesta para su pregunta, yo no puedo intervenir en asuntos de su familia- contestó Mariane.
-Te pido que me ayudes, qué harías tú si estuvieras en mi lugar, estoy en un grave dilema. Lo que me da más temor es que Beti-Flor me ha pedido viajar sola no desea que la acompañe. Me dice que  es mayor  de edad y que puede desenvolverse ante cualquier circunstancia- agregó Concepción con voz de ruego. 
El silencio llenó la habitación unos segundos después Mariane contestó -usted quiere mi opinión voy a decirle que haría yo en su lugar, la dejaria viajar, Beti-Flor está en el derecho de conocer a su madre, hablar con ella y resolver muchas preguntas sobre su vida. Todos necesitamos saber la verdad de nuestro nacimiento y de donde venimos-. Fue la respuesta final de Mariane.
Concepción no estaba muy convencida de dejar que viaje su hija, reconocía que Mariane tenia razón pero su corazón le dictaba otra cosa  -gracias por tus palabras tengo que pensar bien que voy a decidir, ese viaje no es de mi agrado- comentó al final Concepción y se despidio.
Mariane lamentaba la situación de Beti-Flor y su madre, ellas tenia mucho que resolver y al final la decisión de viajar le pertenecía a la joven, ella estaba en todo su derecho.
Todavía no se habia cumplido el tiempo de ir hacer la denuncia a la policía sobre su hermano Joel. Habia una llamada que esperaba Mariane de Alfredo de la Guerra, para saber algo sobre su hermano, ella no culpaba a la empresa solo deseaba saber que habia sucedido con Joel el viernes ultimo antes de salir de la oficina.
Alfredo como habia prometido a Mariane averiguar sobre su hermano, tenia ahora en su poder las carpetas de trabajo de Joel,  comenzó a examinar con cuidado cada una de ellas, todo parecía estar en orden. Estas carpetas no pasaban por sus manos, pertenecían al proyecto "Costa Azul" que dirigía Luis Alberto Águila Roca  hijo menor de la familia que eran dueños de varias empresas, entre ellas la empresa constructora que manejaba Luis Alberto. El proyecto era una inversión de varios millones de dólares. La familia habia confiado al hijo menor este proyecto. Al comienzo Alfredo no tomó muy en serio la inspección de dichas carpetas pero al examinar con más cuidado comenzó a darse cuenta que habia varios faltantes y que las cuentas y fechas no coincidían. Se habian girado cheques con sumas que no correspondían. Qué sucedía con todo este asunto, en que arreglos turbios estaba metido Joel, acaso cambiaba las cuentas de dinero  y las depositaba en otro Banco. Decir que robaba dinero de la empresa era temerario y acusar a una persona sin pruebas era aun peor. Tenia que investigar más a fondo el tema, por el momento no podía hablar nada a Mariane sobre estas carpetas, acusar a alguien a la ligera era temerario. Alfredo se preguntó en silencio ¿Tenia todo esto algo qué ver con la desaparición de Joel? ¿qué podía hablar con Mariane para que no llame a la policía?  


CONTINUARÁ