lunes, 29 de septiembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO

El doctor Oscar Martel conversaba con su esposa sobre el almuerzo con compañeros de promoción y le comentaba algunos detalles. Prefirió obviar decir algo sobre el problema de  su amigo Fernando, era lo más recomendable por el momento primero debía encontrar la manera de cómo ayudarlo.
Antes de ir a dormir, Oscar conversó un momento con sus hijas en la sala del hogar, las veía contentas y animadas a cada una con sus proyectos, Merry todavía no decidía nada sobre su futuro pero le habló a su padre que tomaría clases de Inglés, para perfeccionar lo que había aprendido en el colegio. Fanny seguía trabajando al lado de su tía Gema y con su madre ya habían hecho las paces. Liza habló poco, solo que al igual que su hermana mayor trabajaba al lado de la tía Gema. De su romance con Américo decidió no comentar, sabía que a su padre no le agradaría demasiado, aunque no se oponía a que siga saliendo con el novio. 
A la hora de ir a dormir las hijas se despidieron de sus padres, Felicia en la alcoba comentó con sus esposo: -Oscar te he notado un poco distraído a la hora que estabamos conversando con nuestras hijas, te ocurre algo o tienes un problema en el trabajo-.
-No querida todo esta bien, no hay problema- mientras decía esto, recordó que su amigo Tesio le dio una tarjeta con su número de teléfono, al día siguiente lo llamaría para saber si podía recibirlo en su oficina. Era importante hablar con él y contarle lo sucedido a su amigo. Por el momento Fernando no tenía porque enterarse.
Tal como lo había pensado la noche anterior, el doctor Martel llamó a su amigo a las nueve de la mañana del nuevo día, él estaba libre un par de horas y podía hablar con Tesio. 
Marcó el número de teléfono de su amigo, era su número directo: -Tesio estimado amigo, te habla Oscar Martel, puedes recibirme en tu oficina, en este momento, es urgente que hable contigo-. señaló
-Que gusto saber de ti amigo, te sucede algo escucho tu voz muy tensa ¿algún problema grave?- preguntó Tesio.
-Si amigo es algo grave que no puedo explicar por teléfono, tiene que ser personal-. respondió el doctor.
-Muy bien, puedes venir cuando quieras, aquí te espero- dijo Tesio a su amigo.
-Gracias, no sabes cuanto te agradezco que pueda hablar contigo. Estoy saliendo para tu oficina en la jefatura, espérame- terminó de decir esas palabras, colgó el teléfono y salió tan rápido como el viento, no podía esperar un segundo más, el problema de Fernando era de vida o muerte. 
Le tomó unos veinte minutos llegar a la jefatura y presentarse para pedir hablar con su amigo, fue recibido de por éste: -Oscar como estás por tus palabras en el teléfono puedo adivinar que es urgente lo que quieres decirme-. 
-Tesio es verdad, es urgente y grave, déjame que te hable para que te des cuenta que no exagero-. el rostro de Oscar Martel se volvió serio y su voz se puso grave. Su amigo Tesio le señaló una silla para que tome asiento. Él hizo lo propio porque vio al doctor un poco nervioso.
El doctor Martel respiró lentamente y dijo: -Tesio lo que voy a decir prométeme que no va salir de esta oficina, es un problema muy serio y muy grave que le sucede a un doctor que es amigo y colega-. 
-Habla Oscar de una vez, que ya estoy preocupado por la gravedad de tus palabras. De esta habitación no va a salir nada, todo será confidencial- contestó Tesio.
El doctor Martel comenzó a contarle a su amigo y jefe de la policía todos los detalles sobre el problema de Fernando Salas el cirujano plástico. Comentó que estaba amenazado de muerte y que su familia corría peligro, comentó también cual era el motivo y porque debía acceder a la operación de cambiarle el rostro a un capo del bajo mundo.
Tesio lo escuchó sin interrumpirlo, la situación era grave, Oscar no exageraba. Espero pacientemente que su amigo termine de hablar para hacerle varias preguntas, entre ellas si Fernando sabía como se llamaba o alguna seña que le de más luces de quién se trataba o quién es este capo, luego agregó: -si viene a la jefatura tu amigo y le enseñamos algunas fotos podría reconocerlo.
-¡Tesio!- exclamó el doctor -nadie debe saber que la policía puede intervenir, ni siquiera Fernando, no sabe que estoy hablando contigo, yo pensé que tú podías ayudarlo sin que sepa este hombre de la mafia que la policía conoce la grave situación. 
-Serenidad Oscar, mantén la calma, vamos a ver como podemos ayudar a tu amigo y de paso echarle el guante a este delincuente que al parecer es un hombre muy importante dentro del mundo del hampa. ¿Tienes forma de comunicarte con Fernando? porque es necesario ganar tiempo para urdir un plan que sea efectivo y que nadie en la familia salga herido o lo que es peor muerto, sabes a que me refiero, ¿verdad?
-Si Tesio, claro que entiendo a que te refieres pero es imposible que pueda comunicarme con Fernando, esta siendo vigilado todo el día y además a tenido que cerrar su consulta por unas semanas para dedicarse hacer una sala de operaciones ¿te das cuenta lo difícil del caso?-sentenció Oscar Martel.
-Claro que me doy cuenta, es un caso complicado porque no tenemos más señas de quien se trata y además tu amigo esta casi secuestrado. Estoy pensando en un plan para sacarlo del peligro en el que se encuentra él y su familia. Tengo algunos informantes que pueden saber algo sobre este hombre y de quien se trata. Oscar, debemos ganar tiempo y demorar lo más que se pueda en implementar la sala de operaciones para esto tienes que comunicarte con tu amigo de alguna manera. Dame dos días para hacer las investigaciones del caso, que nos puedan ayudar a encontrar algunas pistas y crear un plan donde tal vez tengas que intervenir-.
-Tesio te pido por favor que su familia no corra peligro, mi amigo nunca me perdonaría si les sucede algo grave- contestó el doctor.
-Mi deber es proteger a las personas en peligro y salvar la situación atrapando a los malos, si así  podemos decir. En dos días estoy hablando contigo de nuevo, necesito ese tiempo, no te preocupes-.
El doctor Martel comenzaba a dudar si había hecho bien ir recurrir a su amigo Tesio pero debía confiar en él, no en vano era un experimentado policía con varias medallas de honor en su haber y un servicio policial impecable.
-Tesio confió en ti la vida de mi amigo y su familia- contestó el doctor y se despidio del jefe de policía.
De regreso al trabajo Oscar Martel no sabía cómo iba a reaccionar Fernando cuando le hable sobre su amigo de la policía, ¿qué plan secreto iba tenía Tesio para salvar a la familia Salas?. 
Todo esto acontecía alrededor de Fernando y él ni siquiera sospechaba. Su esposa no imaginaba el peligro que corrían sus hijo, ella actuaba en su hogar como todos los días, pendiente de su familia. Pero no había pasado desapercibida la conducta extraña y misteriosa de Fernando, cuando ella le preguntaba algo, el doctor cambiaba de tema o le decía que iba a intervenir a un paciente en una operación delicada por eso estaba un poco preocupado y siempre repetía lo mismo  -todo esta bien querida, no hay de que preocuparse- mentía para no asustar a su esposa. 
En su consultorio que se encontraba cerrado, Fernando Salas ideaba la manera de como implementar una sala de operaciones, el hombre del gabán negro lo llamaba todos los días para saber como iba el tema. El doctor contestaba: -no es fácil hacer una sala de operaciones, se necesitan varios equipos e instrumentos y mantener el ambiente de la habitación completamente desinfectada y aséptica, si no se corre el peligro de una infección que podría llevarlo a la muerte, piense bien lo que está pidiendo que haga, existen otras formas de salir del país, usted debe saberlo mejor que yo-.
-No estoy para discutir ahora, haga lo que le digo y nadie saldrá herido, tiene a su lado uno de mis hombres que no va a dudar en usar su arma si es necesario, le quedan pocos días para terminar y operarme- contestó el mafioso y cortó la comunicación sin darle opción a Fernando de responder.
En sus manos el doctor Salas tenía un juego de bisturís que estuvo tentado en usar contra el hombre que lo vigilaba y matarlo pero el recuerdo de su familia lo  detuvo, su casa también estaba bajo vigilancia por un grupo de hombres que simulaban ser jardineros. De la impotencia y desesperación quiso llorar pero no podía mostrar su angustia delante de este hombre que era parte de la banda y no iba a dudar en matarlo.
Tal como lo prometió Tesio el jefe de la policía, llamó al doctor Martel pasado los dos días: -Oscar debes venir a mi oficina es urgente, ya sabemos quien es este mafioso-. 
El doctor contestó: -Tesio estoy en segundos en tu oficina, no tardo-. 
Cuando se reunieron en la oficina de Tesio, Oscar impaciente preguntó ¿Quién era el capo y cómo iba ayudar a su amigo Fernando?.
-Oscar, el mafioso que ha amenazado a tu amigo, es un pez gordo como decimos en la policía. Se hace llamar el Jefe solo así y es muy peligroso, no solo es buscado en nuestro pais, sino también lo busca la Interpol y el FBI por tráfico de drogas y diamantes, tráfico de personas y asesinatos, tiene una larga lista de gente que se ha llevado al otro mundo. Ahora comprendo porque su afán de salir del país sin ser reconocido no solo por la policía si no por la gente de otras bandas que se la tienen jurada. Estamos ante un hombre que no se detiene por nada y debemos ser muy cuidadosos si queremos salvar a tu amigo y a su familia.
Al doctor se le paralizó el corazón, su amigo y su familia corrían un gran peligro, no solo si lo operaba o no lo operaba, ¿después de ser intervenido el mafioso respetaría su vida?
-Tesio, te pregunto ¿Cuál es el plan para salvar a Fernando y a su familia?-. habló el doctor.
-Hemos pensado con mis agentes que Fernando debe hablar con este hombre y hacer un cambio o un canje, él por su familia, es decir permitir que su familia salga del país y él se quede para hacer la operación y todo lo que sea necesario. Su familia saldría el mismo día de ser libres de la vigilancia del mafioso y viajarían como refugiados políticos, yo me encargo de los documentos y de la colaboración con FBI, ellos también lo quieren, después que su familia esté a salvo nosotros vamos a intervenir para sacar a tu amigo, no te preocupes todo va ser impecable y sin peligro, esta será la segunda parte del plan. Tienes que comunicarte con tu amigo cuando exista una emergencia inventada por nosotros en el hospital donde trabajas para evitar sospechas, estos hombres no van actuar en medio de tanta gente y a la luz del día. En la sala de emergencia hablas con Fernando y le explicas el plan-. señaló con énfasis y confianza el jefe de la policía.
Oscar Martel en silencio movió la cabeza en señal de estar de acuerdo, solo rogaba que su amigo colabore y no se moleste con él por haber hablado con la policía. Dependía de Fernando aceptar el plan de Tesio y convencer al mafioso que amenazaba su vida y la de su familia.


CONTINUARÁ 



         
       
      
             
            
   

 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Fernando amigo de Oscar Martel, comentó con voz grave:
-Esta historia comenzó hace más de un mes, en la clínica donde trabajo, llegó a emergencia un hombre de mediana edad en estado grave, había sufrido un accidente, sus signos vitales eran débiles, el doctor que atendía en  emergencia logró estabilizarlo y me llamaron con urgencia porque necesitaban un cirujano plástico. Su accidente fue manejando una moto a toda velocidad y sin casco de protección. Yo me quedé estupefacto al ver como tenía la cara, mejor dicho no tenía rostro. La frente estaba rota, lo mismo que los pómulos, la nariz y la mandíbula inferior se había partido en tres partes. Lo primero que pensé que no iba a sobrevivir, de inmediato me puse a trabajar para devolverle el rostro y que quede lo mejor que se podía hacer, días después el mismo paciente me confesó que había intentado suicidarse, ahí recién comprendí porque no llevaba puesto un casco. Se comunicaba conmigo por escrito porque no podía hablar, tenía la cara vendada. Su recuperación está siendo lenta pero va por buen camino, yo mismo estoy sorprendido de que esté vivo, su accidente fue gravísimo-. 
Oscar Martel escuchaba a su amigo con toda su atención, hasta ese momento no parecía que algo saliera mal y lamentaba que ese joven hubiera querido quitarse la vida. Sabía que Fernando era un excelente cirujano plástico, entonces, ¿Dónde estaba lo grave de la situación? 
El doctor Fernando Salas tomó un sorbo de su bebida, la mano y los labios comenzaron a temblarle, con voz trémula continuo: -hasta aquí estaba muy satisfecho de mi trabajo y la recuperación del joven iba bastante bien, lo grave de mi situación vino unas semanas más tarde. Era ya de noche y estaba en mi consultorio a punto de cerrar e irme a la casa con mi familia, cuando intempestivamente, entró un hombre vestido todo de negro junto con tres hombres más. Me sobresalté por la forma en la que irrumpieron  y  algo molesto dije: -ya no puedo atenderlo porque voy a cerrar mi consulta-. 
El hombre insistió y no me dejó alternativa, tuve que atenderlo. Llame a mi asistente para decirle que no se preocupe que ya puede ir a su casa y me quedé solo con estos hombres. Me senté en mi escritorio y observé que el único que se sentó fue el hombre que deseaba ser atendido, los otros hombre se quedaron de pie a su alrededor como resguardándolo. Me pregunté en ese instante de que se trataba todo esto, por lo que yo veía, él estaba sano al menos eso parecía y no me equivoqué, lo que quería este misterioso hombre era algo distinto y aquí viene lo insólito. Primero miró sus manos, se limpió una manga de su sobretodo negro, aclaro su garganta y muy serio me dijo: -deseo que cambie completamente mi rostro-. 
-¡Había escuchado bien!-  quería que le cambie el rostro, por lo que observe su cara no necesitaba un cambio, dentro de su tipo físico era un hombre normal. 
Conteste con autoridad: -está escuchando lo que dice, "quiere cambiar su rostro" por lo que yo veo, no necesita cambiar nada-. El hombre me contestó molesto y golpeo mi escritorio: -es necesario que cambie mi rostro, desde la frente, la línea de la cejas, los pómulos, nariz y barbilla-. 
Mientras lo escuchaba dije para mí -este hombre está loco lo que quiere es imposible-.
Contesté con fastidio y casi impaciente: -lo que usted quiere es imposible, yo no puede hacer lo que me pide es mejor que no insista. Retírese de mi consulta que voy a cerrar-.
El hombre me miró fijamente, no me contestó, levantó una mano y ordenó a sus hombres ¡vámonos!.
-Qué bueno- respondió Oscar Martel -te deshiciste de esos hombres-.
-Eso fue lo mismo que pensé yo, por fin se fueron, ya puedo cerrar mi consulta. Mi estimado amigo me equivoqué completamente dos días más tarde aparecieron de nuevo y a la misma hora, antes de irme a casa. Esta vez el hombre no espero que yo diga algo me empujo y me ordenó que me siente: -doctor no deseo ser rudo con usted pero tiene que hacer lo que le dije el otro día-
-Volví a contestar lo mismo que era imposible que realice esa operación. Me cerré y agregué, además que nada me iba hacer cambiar de opinión-.
El hombre se puso de pie dio unos pasos y comentó muy tranquilo: -tiene usted un bonito consultorio y una bonita familia, sé que todas las mañanas viene la movilidad a recoger a sus hijos para llevarlos al colegio, la niña es muy linda y su esposa también-.
-Oscar- dijo Fernando  -se me enfrió el cuerpo, hablaba de mi familia, de mis hijos-. Me enfurecí y me fui contra él, sus hombres me sujetaron y él habló con sarcasmo: -no vuelva a ser eso, si no quiere que le rompa las manos y le aseguro que nunca más volverá a utilizarlas, para un cirujano plástico eso sería lamentable-
-Mi estimado amigo, no me quedó otra cosa que serenarme, me senté en mi sitio y el hombre hizo lo mismo. No podía creer lo que me estaba ocurriendo, pensé en mi esposa y mis hijos, por ellos debía centrarme y calmarme, por fin le pregunte ¿por qué quería hacer una operación de esa magnitud?-.
Contestó en tono burlón: -veo que por fin nos estamos entendiendo, no tengo que explicarle mis motivos solo haga la operación y punto-.
-Si quiere que lo opere tengo que saber cual es el motivo, lo que me pide es casi imposible- contesté.
-Tiene que hacerlo posible- respondió el hombre -tengo que salir del pais y no debo ser reconocido, también tengo que hacer documentos con otra identidad y una foto nueva-. Después me enteré que era un capo del bajo mundo que estaba siendo amenazado de muerte y que había una lucha de poder entre bandas. Sentí que mi vida se desmoronaba que todo lo que había logrado hasta ese momento se perdía.
-Fernando dime ¿cómo llegó este hombre a ti?- pregunto el doctor Martel.
-Resulta que el muchacho del accidente de moto que habia operado, es su sobrino, así se enteró de mi existencia. Estoy amenazado de muerte y mi familia también, no sé que voy hacer, además no puedo operarlo en la clínica eso no está permitido, jamás lo consentiría el director, pensaría que he perdido la cabeza- contestó Fernando. 
-Pero ahí está la solución- comentó Oscar Martel -dile que no tienes  donde operarlo y se dará por vencido-. 
-No sabes lo que dices Oscar, eso mismo se me ocurrió a mí y me dijo que él no podía entrar a una clínica porque sus enemigos se enterarían de su identidad y ese sería su fin. Él sugirió que lo opere en mi consultorio, que me daría el dinero para preparar una sala de operaciones, lo peor fue que luego agregó -si necesita romperme algunos huesos para cambiar mi cara hágalo, no se detenga- finalizó seguro de que yo podía hacer eso. No sabe lo que es una cirugía plástica. Solo respondí que de hacer eso quedaría como un Frankenstein-. 
El hombre me advirtió: -tiene cinco días para preparar una sala de operaciones, ni un día más, sacó de su bolsillo un grueso fajo de billetes y los puso sobre mi escritorio, si necesita más dinero, no se preocupe, yo voy a estar en contacto con usted y antes de irse me lanzó una amenaza "Nada de avisar a la policía, si eso hace no podrá ver nunca más a su familia" y otra advertencia "Si me pasa algo en la mesa de operaciones, mis hombres tienen la orden de liquidarlo" ¡me ha comprendido!- se dio media vuelta y salió de mi consultorio junto con sus hombres. Oscar temo por mi familia, mi seguridad no me importa, quiero que mis hijos y esposa no corran peligro- casi suplicaba Fernando a su amigo.
-Fernando, sé que no puedes hablar con la policía pero yo conozco a un alto jefe que se llama Tesio y el es experto en es te tipo de casos, puedo comunicarme con él y te puede ayudar-
-No, no- dijo Fernando al borde de la desesperación -¡la policía no Oscar! mi familia moriría. Te suplico no hables con ellos, confió en ti que no lo harás.
Oscar Martel vio la desesperación de su amigo y el peligro en el que se encontraba, tenía razón cuando decía que estaba viviendo una pesadilla: -calma no te preocupes no voy a decir nada pero algo tenemos que hacer para que salgas de este grave problema- señaló Oscar. 
-No, no te involucres en mi problema, esta gente es muy peligrosa no dudarían en liquidarte, además tienes familia. Oscar te ruego deja que lo opere como él quiere y que sea lo que Dios mande. 
Oscar Martel guardó silencio y no insistió, su amigo tenía miedo no por él si no por su familia. ¿Cómo podía ayudarlo? no tenía respuesta para ese problema pero en un segundo se le ocurrió una idea, se acordó que Américo Panduro su amigo y congresista tenía una casa de campo, ahí podían esconder a la familia de  Fernando, mientras él hablaba con la policía.
Aunque tenía una gran duda, Américo estaría dispuesto a prestar su casa para ayudar a la familia de su amigo, era una incógnita que no podía resolver en ese momento, tenía primero que hablar con el congresista para saber su respuesta, además ¿Fernando aceptaría poner a su familia en esa casa para qué esté segura? esa pregunta quedaba en el aire.
Uno de los colegas interrumpió la conversación de Oscar y Fernando para decirles que debían ponerse todos de pie para hacer el brindis en honor al presidente y a la promoción y después tomarse  juntos las fotos para tener un  recuerdo del almuerzo.
Fernando se alejó de Oscar Martel, no podía involucrarlo en su problema. Todos los doctores de la promoción levantaron sus copas para hacer el brindis y tomarse las foto de rigor.  
Antes de despedirse Fernando le dijo a su amigo: -Oscar gracias por escucharme y no decir nada, es mejor que salga solo, seria peligroso que te vieran conmigo, me vigilan y me siguen a todos lados-. 
-Fernando, vamos haber cómo te puedo ayudar no te preocupes-. contestó a su amigo y le dio un abrazo de despedida.
Para ayudar a Fernando la respuesta estaba en las manos de su amigo Tesio, un alto jefe de la policía, él sabría que hace y cómo actuar en este grave problema. Al día siguiente lo llamaría  para comentar y resolver el grave dilema de Fernando.
En la noche Felicia vio entrar a su esposo y fue a su encuentro: -querido, ya estás de regreso ¿qué tal fue el almuerzo qué casi se convierte en una cena?- su esposa dijo esto ultimo sonriendo.
-Todo estuvo de maravilla, no te imaginas como me alegró ver a mis colegas, hacer las bromas y recordar los tiempos de estudiantes y eso que algunos de ellos no los veía hace un buen tiempo. Te acuerdas de Fernando Salas, en la facultad éramos muy amigos- comentó su esposo.
-Claro que me acuerdo de él, fuimos a su boda porque él se casó mucho tiempo después que nosotros ¿cómo está y qué dice su familia?- preguntó Felicia.
-Él está bien, muy bien, felizmente y su familia también- respondió el doctor, mientras pensaba como comunicarse con su amigo Tesio. Era importante ayudar a Fernando ahora que sabia su problema, no  podia dejarlo abandonado a su suerte. 


CONTINUARÁ         
 
          
    
     

   
   
        
                     

 

lunes, 15 de septiembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Ramiro lentamente se recuperaba, después de dos días de permanecer dormido fue trasladado a su habitación, Teodora en silencio lo recibió, él con voz pausada le dijo:
-Por favor querida, no quiero reproches y menos advertencias, sé que fui descuidado con mi salud-.
-Ramiro por mi parte no vas a tener ni una palabra, ni un reproche. Tú sabes que has estado cerca de la muerte y creo que eso es suficiente para que aprendas a cuidarte. Tus hijos te esperan en casa, ellos están muy preocupados-. contestó Teodora con voz serena, lo menos que deseaba era iniciar una discusión con su esposo.
Ambos esposos guardaron silencio y no se mencionó una palabra más, en ese instante entró una enfermera para tomar la presión al paciente y controlar en suero que le habían colocado en el brazo. Todo iba bien con su salud, sus signos vitales estaban dentro de lo normal.
-Señor Fuentes- dijo la enfermera -usted es un hombre afortunado y muy fuerte, ha resistido un infarto muy grave, su esposa lo ha traído a tiempo. Ahora debe cuidarse y si todo sigue así dentro de la normalidad, se puede estar yendo a su casa, mañana al medio día, pero a seguir descansando hasta que este totalmente recuperado-.
Ramiro sintió un gran alivio al escuchar las palabras de la enfermera, se iría a casa a descansar y seguir al pie de la letra todas las indicaciones del doctor, reconocía que había sido necio y no había escuchado las palabras de su esposa y del doctor Martel. La enfermera se retiró y a los cinco minutos llegó otra visita, era su médico de cabecera Oscar Martel. Cuando Ramiro lo vio levantó la mano y comentó:
-Oscar por favor no me digas te lo dije, sé que tienes razón, siempre tuviste razón- sentenció al final en voz baja.
-Mi estimado Ramiro, no voy a decir nada, no quiero que te esfuerces y menos que te agites, aun estás delicado, debes guardar reposo. Lo único que voy a recalcar es que a Teodora le debes la vida, ella actuó con rapidez para traerte al centro de salud de otra manera no estarías aquí conversando conmigo, has caso en todo lo que ella  te diga. Además piensa en tus hijos, ellos te necesitan y están muy jóvenes para tomar las riendas del banco que tanto te preocupa. En tu mente tiene que haber este orden, primero tu salud, luego tu familia y al último el banco. Espero que entiendas y comprendas lo que te digo-.
Ramiro estaba de acuerdo con las palabras del doctor Martel, él había vivido un episodio grave tan grave que comentó: -Oscar al caer al piso de mi habitación, yo escuchaba a lo lejos la voz de Teodora que me llamaba ¡Ramiro, Ramiro! luego me vi caminando dentro de un túnel y al final de éste vi una luz brillante que me heria la vista pero yo seguía en esa dirección, después de eso no recuerdo nada, creo que quedé inconsciente y al despertar estoy aquí en esta habitación, junto a mi mi querida esposa-.
-No es la primera vez que escucho esa historia, a varios pacientes les ha sucedido lo mismo cuando han estado cerca de la muerte. Es mayor el motivo para que te cuides- finalizó el doctor.
Ramiro y Teodora juntaron sus manos para estar más cerca. El doctor Martel se despidio de los esposos no sin antes hacer una última advertencia: -no debes agitarte, y menos hacer algún esfuerzo, cuando te den el alta voy a visitarte en casa, guarda reposo y olvida el banco. La próxima, de repente no hay una próxima ¿me comprendes?-. 
-Si Oscar, esta vez voy a seguir todas la indicaciones, sin revelarme, te prometo que así será- aseguró Ramiro.
En su carro, el doctor Martel imaginaba como hubiera sido si Ramiro se iba de este mundo, pensar en eso lo sacudió, él era un buen amigo que estaba realmente asustado con lo que había vivido. Decidió pensar en otra cosa, estaba en dirección a su casa y sintió una gran alegría de saber que su familia lo esperaba y que Merry su hija menor terminó por fin su castigo, ya era hora de que esté en la mesa junto a toda la familia, se le extrañaba aunque todos sabían que estaba en su habitación. El padre amaba la carita de alegría de Merry y su linda sonrisa que ahora vería como siempre junto a la familia libre y sin castigo.
Al llegar a su casa vio que también llegaba Fanny, la abrazo y le dio un beso en la frente y luego comentó: -¿que tal tu día? ¿todo bien?-.
-Si padre todo bien y tranquilo, cada día aprendo más sobre el manejo de una empresa que no es fácil. La tía Gema tiene todos mis respetos al ser una empresaria exitosa y por supuesto también aprendo de ti, al ser el mejor doctor del mundo- agregó Fanny que sentía que su padre era su piedra angular donde ella podía apoyarse por siempre.
La familia estaba junta al final de la cena, Oscar Martel comentó en la mesa lo sucedido con Ramiro su amigo y paciente, todas sus hijas y esposa lo conocían y sabían que era un buen amigo: -por un momento pensé que se nos iba, pero fue un gran susto, gracias al cielo todavía está entre nosotros-.
-Que bueno Oscar- dijo Felicia -Teodora debió estar tan nerviosa, mañana la voy a llamar para saber como está ella y su esposo-. 
Antes de ir a dormir Merry quería hablar con su padre en el estudio, cuando estaban solos conversando su hija menor comentó: -padre tengo un serio problema, no sé que voy a estudiar, estoy con tremenda confusión en la cabeza, no me decido por nada, Fanny termina administración y Liza biología, yo estoy en el aire, sin saber que hacer, ayúdame aclarar la mente y tomar una decisión, ¿tú alguna vez tuviste duda de lo que ibas a estudiar?- preguntó Merry 
El doctor Martel respondió a su hija: -no debes angustiarte, ni apresurarte en tomar una decisión calma y serenidad, si estás confusa puedes esperar un poco, mientras sigue algún curso libre que te ayude aclarar la mente. En mi caso no tuve duda por la tragedia tan grande que vivieron mis padres, perdieron dos hijos, yo era un niño y no pude ayudarlos, todo aquello hizo inclinarme a la medicina para apoyar a Nany en caso se enferme, mi padre se fue, y yo pude ayudarlo en algo. No te apresures mi niña toma las cosas con calma- fue el consejo del doctor a su hija. 
Merry tomó las palabras de su padre en serio, él tenía razón, ella iba a pensar con calma para decidir que camino tomar, ya había hablado con varias de sus amigas, incluyendo su amiga Ivon que se sorprendió con la llamada de Merry: -amiga, no sabía nada de ti, ¿donde has estado? las amigas del grupo decían que estabas de viaje-. 
-No Ivon, no estuve de viaje, tengo que ser sincera, estuve castigada por lo que hice al irme de casa sin permiso, en fin todo paso y aprendí mi lección ¿qué te parece si nos vemos el fin de semana para ir al Mall y pasear con el resto de las amigas del grupo?- respondió Merry
-No Merry, ahora no puedo ir al Mall, me voy a mi casa de playa dos semanas ¿tú quieres venir?- preguntó Ivon.  
-Irme a la playa ahora ni pensar Ivon, mis padres recién están bien conmigo, no deseo disgustarlos, a tu regreso de la playa nos vemos- Merry se despidio de su amiga y colgó el teléfono.
Algo inesperado para el doctor Martel antes de irse a dormir,  fue cuando su esposa Felicia le entregó una invitación, él olvido que en dos días era el almuerzo de la promoción de su universidad:
-Felicia como pude olvidar, el almuerzo- habló el doctor.
-Esta invitación llegó en la mañana, pensé que ya lo sabias-. contestó Felicia.
-No, no sabía que tan pronto ya era el día del almuerzo, de todas maneras quiero ir para ver a todos mis amigos con los que estudié y viví buenos momentos en la facultad-. dijo sonriendo Oscar Martel.  
Los días pasaron muy rápido, el doctor venía de visitar a su amigo Ramiro con la satisfacción que estaba en plena recuperación y que seguía al pie de la letra sus indicaciones. 
El almuerzo era ese día y se celebraba en un conocido club de la ciudad. El doctor Martel entró al salón del comedor, todos sus compañeros de la facultad de medicina estaban conversando y tomando algunos aperitivos, él saludo a  sus conocidos, no quería negarlo pero estaba emocionado, eran amigos de toda una vida y experiencias en la universidad. La alegría llenaba el salón, los colegas se contaban anécdotas de su experiencia en la carrera, hacian bromas que eran inevitables, las palabras de bienvenida por el presidente de la promoción y la entrega de los recuerdos, eran medallas de conmemoración por un año más de aniversario. El almuerzo fue un éxito y la comida deliciosa y bien servida, las bebidas también estaban bien elegidas. Entre uno de los grupos, Oscar Martel vio a su amigo Fernando, de él no sabía nada desde hace un tiempo, en la facultad fueron muy amigos y en varias ocasiones estudiaban juntos para rendir los exámenes, la vida los había llevado por diferentes caminos por eso  sintió gran alegría de verlo y se acercó a él. 
-Fernando ¡cómo estás!- exclamó -¿tanto tiempo qué no sé de ti?  ¿donde estás trabajando?- preguntó al final.
-¡Oscar!- respondió su amigo sorprendido -es cierto es una vida que no nos vemos, estoy tan ocupado que no tengo tiempo para nada, trabajo en una clínica y tengo mi consultorio en la Av. del Parque , sabes que mi especialidad es la cirugía plástica y también en quemados, es decir personas que han sufrido quemaduras- respondió su amigo.
-Si, si recuerdo tu especialidad y como hacías tus prácticas en diferentes hospitales, tu sabes que yo soy médico internista y creo que nuestras especialidades nos han ido alejando pero aquí estamos de nuevo ¿cuéntame cómo te va?- preguntó el doctor Martel a su amigo. 
El rostro de Fernando se ensombreció y por algunos segundos guardó silencio, Oscar Martel se dio cuenta que a su amigo le sucedía algo, la gravedad de su expresión en el rostro no mentía:
-Oscar la verdad estoy viviendo una pesadilla, nunca pensé que esto me podía pasar, nosotros somos amigos y sé que puedo confiar en ti para contarte lo que me está sucediendo, sé que no vas a comentar con nadie.  
-Fernando me estas preocupando qué es lo que sucede y porqué tanto misterio- respondió Oscar Martel. No quería imaginar nada grave, su amigo Fernando era una buena persona, tenía esposa e hijos, entonces qué lo atormentaba al grado de no poder vivir en paz. 


CONTINUARÁ             
        
            

                    

 

martes, 9 de septiembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Felicia regresó a su casa pasado el media día, se encontró con su esposo y le contó lo sucedido con su hermana  Gema: -no sé que puedo hacer Oscar, no encontré a mi hermana en su oficina, estoy segura que ella no quiere hablar conmigo, me siento desolada-. comentó Felicia con tristeza.
-Me preguntas mi querida Felicia, yo estaría muy enojado contigo si estuviera en la posición de Gema, tú fuiste muy injusta y demasiado ruda con ella, no quiero empeorar las cosas por eso te digo, ve a su casa en la noche y trata de hablar con Gema para disculparte-. respondió el doctor a su esposa, la vio realmente preocupada y no quería hacerla sentir peor de lo que ya se sentía.
-Si, eso haré, voy a visitar a Gema en la noche para hablar, debemos volver hacer las hermanas unidas de siempre- contestó con más ánimo y seguridad la esposa del doctor Martel.
Alrededor de las ocho de la noche, Felicia fue a visitar a su hermana, en su casa ya sabían donde había ido, por ese lado no tenía problema. Llegó hasta la puerta de  la casa y tocó el timbre, nadie contestaba, dijo en voz alta: -que raro que no haya nadie en casa o Gema no quiere abrir la puerta- no se desanimó y volvió a insistir, no podían entrar en un juego de la niña malcriada, las dos eran bastante creciditas para hacer eso. Pasaron unos minutos y Gema salió por una de las ventanas para ver quién tocaba y se dio cuenta que era Felicia, desde arriba preguntó: -¿si vienes a molestar con tus palabras de indignación, te aseguro desde ahora que no estoy para esos pleitos?.
-Gema por favor abre la puerta que yo quiero conversar contigo y no pelear-. agregó Felicia.
La puerta se abrió en automático, Felicia entró hasta la sala, su hermana salió a recibirla, estaba con una bata de baño recién salía de la ducha, por su expresión podia adivinar que seguía molesta con ella y que no sería fácil que la perdone.
Felicia fue la primera que habló: -hoy en la mañana fui a buscarte a la empresa y no estabas, comprendo que no quieras hablar conmigo después de mi lamentable actuación, fui injusta y di por hecho de que tú habías intervenido para que Fanny termine su compromiso con Umberto. Me siento avergonzada y quiero pedirte perdón para volver hacer las hermanas de siempre. Ahora sé que tú nada tuviste que ver en el tema-.
Gema le señaló uno de los muebles, no deseaba discutir y contestó: -realmente Felicia estoy sorprendida por tus palabras, si me preguntas no estaba dispuesta a escucharte porque en esa oportunidad no solo fuiste injusta si no que diste por cierto, algo en lo que yo jamás intervendría, Fanny es una joven inteligente y sabe muy bien lo que hace y los pasos que da. Yo lamento tanto como tú que ella haya terminado su compromiso con Umberto que siempre me pareció un joven excelente, es más ignoraba lo que había sucedido entre ellos pero tu hija sabrá porque tomó esa decisión. Tus palabras me hirieron y me hicieron sentir que no éramos familia, ahora en cambio veo que has recapacitado y lo celebro. Felicia deja que tus hijas vivan su vida, no intervengas ni sueñes tus sueños a través de ellas  - finalizó Gema.
La dos hermanas se fundieron en un abrazo fraternal, siempre habían sido muy unidas y su niñez la vivieron felices. Gema quizó aclarar algo más a su hermana y habló con seriedad:
-Es verdad que nunca me faltaron pretendientes como dices y no me casé porque tal vez no encontré el hombre que entendiera mi forma de ser. Mi trabajo es lo más importante, soy responsable de mi empresa y me gusta trabajar, me siento feliz ocupada en ello. Felicia no tienes derecho hablar libremente sobre mi vida personal, si no conoces la verdad de mis sentimientos y de mi forma de ser- sentenció Gema sin molestarse.
-Perdóname Gema, prometo que no volverá a pasar, quiero que seamos las hermanas de siempre y olvidar este lamentable incidente ocasionado por mi insensatez, te prometo que nunca voy a dudar de ti ni hablar, ni dar por hecho situaciones equivocadas, perdona si te ofendí- contestó Felicia. 
Gema y Felicia lloraron juntas, la primera perdonó a su hermana, la vida tenia que continuar y era importante volver a recomponer  la familia. Las hermanas se quedaron conversando hasta tarde, recordaban su infancia y los juegos que inventaban para entretenerse, lamentaban que sus padres ya no estén en este mundo, los recordaban con amor y también con alegría. Felicia se quedó a dormir en el cuarto de huéspedes en la casa de Gema. Llamó a su esposo para decirle que no se preocupe que iba a dormir en casa de su hermana. 
Al día siguiente  desayunaban en el comedor y Gema comentó: -Felicia ha sido bueno que te quedes a dormir en mi casa debemos hacerlo por lo menos una vez al mes. Estar juntas, conversar y olvidarnos del mundo, además de recordar las cosas que vivimos y las experiencias que tuvimos, ¿Qué te parece mi propuesta?-. 
-Si, mi querida hermana, estoy de acuerdo, es bueno reunirnos como tú dices una vez al mes para estar juntas y conversar de todo sin ser interrumpidas. Me ha gustado hablar contigo sobre mis hijas y las ideas equivocadas que tenía, prometo no ser tan insistente con temas que les competen a ellas resolver y dejar que vivan su vida. Gracias por hacerme ver lo errada que estaba, Oscar me advirtió que no debía actuar de esa manera con nuestras hijas y sé ahora que tenía razón- comentó Felicia.  
Las dos hermanas prepararon el desayuno y conversaban en el comedor, luego Gema se fue arreglar para ir a trabajar como todos los días. Felicia se despidio de ella y agregó: -te espero como siempre este domingo en el almuerzo familiar- abrazó a su hermana y se marchó a casa.
Cuando llegó a su hogar, comprobó que sus hijas y su esposo habían partido a trabajar, Merry en su habitación cumplía su castigo. Miró el calendario y vio que solo faltaban cuatro días para que su hija menor termine su aislamiento ya era tiempo de que ella esté junto a la familia, solo esperaba que aprenda la lección y que no vuelva a repetir lo mismo, eso sería lamentable. 
El doctor Martel llamó a su esposa para saber como estaba y si ya había hecho las paces con su hermana, se alegró cuando Felicia le dijo que si y que todo había vuelto a la normalidad -que buena noticia Felicia, es así como debe ser- comentó el doctor, luego los esposos se despidieron. 
A los pocos minutos de colgar el teléfono en su consultorio Oscar Martel recibió una llamada urgente, se trataba de Teodora esposa de su paciente Ramiro Fuentes, ella entre sollozos le decía que su esposo estaba grave en la clínica: 
-Oscar por favor tienes que venir para que veas a Ramiro, esta en la unidad de cuidados intensivos, creo que tuvo un infarto- terminó de aclarar Teodora.
El doctor Martel apenas podía entender lo que decía Teodora, su voz no era clara pero contestó que iba lo más pronto posible, cuando colgó el teléfono pensó en su amigo y dijo: 
-Ramiro seguro volvió a las andadas y el trabajo lo absorbido completamente. Este paciente no entiende que su salud y su familia están primero-. 
Llegó a la clínica tan rápido como pudo el doctor Martel, preguntó por su su amigo Ramiro y por el doctor que lo atendía. En uno de los pasillos encontró a Teodora y la saludo, ella le comentó como había sido el incidente sobre su salud: 
-Oscar desde hace más de una semana Ramiro comenzó a ir de nuevo al banco y se quedaba todo el día, él me comentó que solo era para ver y firmar algunos papeles pero sé por su asistente que hubo un grave problema de finanzas y el banco corría peligro, tú sabes que en estos momentos la situación económica no es estable. Ramiro comenzó a trabajar en exceso y como consecuencia hoy en la mañana se sintió mal, cayó desmayado al piso en la habitación, yo estaba asustada no sabía que hacer entonces llame a la ambulancia de emergencia y aquí nos tienes-. finalizó Teodora preocupada por su esposo y su salud.
Oscar Martel conversó con el médico a cargo del paciente se informó como iba  y que tan grave era su estado, luego se acercó a Teodora para explicarle con calma que había pasado con Ramiro.
-Teodora tu esposo ha sufrido un infarto, en este instante lo han dormido para estabilizar su corazón, va estar así dos días, lo que ha sufrido Ramiro es grave y se ha salvado por segundos, mi colega me ha informado que un instante más y estaría muerto, tú reaccionaste rápido y lo trajiste a la clínica, Ramiro te debe la vida-. señaló el doctor Martel.
Con los nervios a flor de piel y lágrimas en los ojos Teodora comentó: -gracias Oscar por informarme, no sabes lo difícil que es Ramiro cuando se trata de hacer caso y cuidar su salud, él solo piensa en el trabajo y el trabajo y por supuesto el banco. Ahora espero que con esto que ha sucedido tome conciencia de cuidar su vida-.
-Si Teodora- contestó el doctor muy serio -sé como es Ramiro y lo complicado que puede ser a veces, debe descansar y olvidarse de lo demás. Ahora tengo irme para atender a mis pacientes, por el momento no tengo nada que hacer aquí, tu esposo está bien cuidado. Sugiero que tu hagas lo mismo ve a casa descansa un poco y luego regresas. He indicado al doctor que lo esta atendiendo que me avise de inmediato si hay algún cambio en su estado- dijo al final.  
Oscar Martel se despidio de Teodora y en el camino pensaba, la vida es un instante y en segundos puede irse si no cuidamos de ella, eso siempre les decía a sus paciente. 


CONTINUARÁ   
       
     
           
                 

 

jueves, 4 de septiembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En la sala la tía Gema y su hermana Felicia, continuaban con la discusión sobre el compromiso de Fanny y Umberto. Por unos segundos las dos guardaron silencio, parecía increíble que ambas hermanas tan unidas estuvieran ahora enfrentadas por un tema que no tenía nada que ver ninguna de las dos, eso correspondía solo a Umberto y Fanny.
Gema por fin habló a su hermana: 
-no puedo creer que subestimes a tus hijas de esa manera, ellas tienen suficiente carácter y personalidad para tomar sus propias decisiones  y caminar con seguridad por la vida. Que poco las conoces, son tres jóvenes maravillosas. No voy a escuchar más  necedades, si me has llamado para decirme todo esto, me voy y no vuelvo a pisar tu casa- finalizó Gema, tomó su cartera dio media vuelta y se fue sin despedirse. Felicia no tuvo tiempo de articular palabras, su hermana la dejó sola en la sala. Pensó que se había excedido al hablar con Gema y que tal vez estaba equivocada pero ya no habia marcha atrás, dijo lo que tenía que decir y no pensaba pedir disculpas. 
En el segundo piso de la casa, Liza y Merry no dejaban de llorar, la tía Gema no pensaba regresar a visitarlas y ellas la querían, como a una segunda madre. 
Merry consternada agregó: -Liza seguro que ahora ni tú ni Fanny van a seguir trabajando en la empresa de la tía, ella no va a querrer tener más problemas con nuestra madre-.
-No estoy segura de ello Merry- respondió Liza -la tía no actuaría de esa forma. Imagino que la ruptura del compromiso de Fanny tiene que ver con la discusión, algo de eso escuché cuando entraba en la casa. Yo puedo asegurar que la tia Gema jamás nos ha hablado de ese tema, ella siempre está preocupada administrando su empres,  un día cuando estaba en su oficina me dijo en confidencia  que pensaba en un futuro heredarnos su empresa. Te imaginas tamaña responsabilidad, al heredarnos su farmacéutica-.  
-¡Liza!- contestó sorprendida Merry -me estás diciendo que somos las herederas de la tía Gema, no puedo creer es demasiado de su parte-.
-Si Merry, ella cuando me dijo aquello estaba muy seria y no bromeaba, por favor mantén en secreto esto que te acabo de confiar- advirtió Liza a su hermana.
Fanny no sabía nada de la discusión de su madre con la tía. Al llegar a casa vio que estaba sola en la salita de entrada, la saludo, iba a seguir su camino pero la madre la detuvo: -Fanny no sé si mañana van a poder ir a trabajar a la compañía de Gema, he tenido una fuerte discucion con ella y su reacción puede ser negativa con ustedes-.
-¿Madre, sobre qué han discutido con la tía?- Fanny la observó y se dio cuenta que era por ella -por favor no me digas que ha sido porque he roto mi compromiso, si es por eso, te aseguro desde ahora  que estás equivocada, la tía es la persona más buena y considerada de este mundo y tú imaginas que ella es culpable de algo-. Fanny terminó de hablar al borde de las lágrimas, se retiró de la presencia de su madre, no podía mirarla sentía tristeza y vergüenza de ser la culpable o el pretexto de una discusión entre hermanas.
Liza, Fanny y Merry en el dormitorio de ésta última, conversaban, Merry ponía a Fanny al tanto de lo sucedido y la tristeza que sentían: -mañana tal vez no puedan ir a trabajar- comentó Merry.
Fanny habló con seguridad: -Merry... Liza y yo vamos a ir de todas maneras a la farmacéutica y que sea la tía Gema en persona la que nos diga que no quiere nuestra presencia en su compañía, no puedo creer que mi madre culpe a su hermana sobre un tema que solo nos pertenece a Umberto y a mí, fue nuestra decisión-. 
-Estoy de acuerdo contigo Fanny- dijo Liza con vehemencia -iremos y que sea ella en persona que no diga que no trabajamos más a su lado-.
Las hermanas se habían propuesto apoyar a la tía Gema y no pensaban faltar el respeto a su madre pero querían hacerle ver que estaba equivocada: 
-Fanny, Merry- dijo Liza -cuando llegue nuestro padre permitan que sea yo la que hable con él, voy a buscar el momento oportuno, es mejor así ¿están de acuerdo conmigo?- preguntó Liza a sus hermanas, ellas estuvieron de acuerdo. Fanny, no deseaba hablar nada sobre su compromiso, ni de la discusión entre su madre y la tía Gema.
En la noche después de la cena, cuando todo era paz y silencio en el hogar, el doctor Martel estaba en su estudio, Felicia en la cocina daba las últimas instrucciones a Alejandrina sobre el almuerzo del día siguiente, tenía un fuerte dolor se cabeza que la hacía sentirse mal, en la cena casi no había conversado y sus hijas no hicieron comentarios del altercado entre su madre y la tía Gema. Al terminar de cenar la familia en el comedor, Liza se percató que su padre se encontraba en el estudio y no dudó en entrar para conversar con él y contarle lo sucedido en la casa. Oscar Martel escuchó a Liza y se conmovió con el problema, ¿como podía su esposa actuar de esa forma con su hermana?, ellas siempre fueron bien unidas y solo tenían palabras de halago entre las dos. 
-Liza, ya me parecía que había sucedido algo porque tu madre estaba demasiado callada y ustedes evitaban conversar con ella-. comentó el padre.
-Si... fue un episodio muy terrible y bochornoso, no sé que hizo la tía Gema para que mi madre la trate mal y le diga palabras fuertes, creo que la culpa sobre el fin del compromiso de Fanny. No deseo que pienses que vengo a exagerar con mis palabras pero sería bueno que hables con ella-. agregó Liza al final. 
El doctor Martel imaginaba las palabras de su esposa para con su hermana, conocía bien a Felicia y sabía que podía ser  desagradable al molestarse, pero con Gema no podía ser ligera de palabras, ella siempre fue bienvenida al hogar de los Martel y el doctor la apreciaba demasiado. La puerta de su estudio estaba abierta y cuando vio pasar a su esposa la llamó, era mejor conversar en un terreno neutral y evitar la discusión en el dormitorio que era un lugar para descansar y dejar los problemas afuera. Sus hijas dormían cada una en sus alcobas. 
-¿Felicia tienes algo qué comentarme sobre tu hermana?- preguntó en doctor con un tono amable para evitar poner a su esposa molesta.
-Ahora que lo mencionas Oscar, si, hemos tenido una fuerte discusión- respondió algo alterada y comenzó a contarle cada paso y cada palabra que hubo en la conversación con Gema  -la verdad Oscar estoy muy disgustada con ella- dijo al final. 
-Me sorprende que hayas tenido palabras duras para Gema que siempre fue tan buena y considerada contigo, que nos salvó en una ocasión de perder nuestra casa al hacernos un préstamo para liquidar la hipoteca que nos estaba asfixiando y luego pudimos devolver ese préstamo sin pagarle intereses, ¿te acuerdas?-preguntó el esposo -además de querer a nuestras hijas como si fueran sus hijas- terminó de decir.
-Si recuerdo que Gema siempre ha sido muy amable con nosotros- respondió su esposa esta vez sin alterarse
-Entonces porque esa actitud de desconfianza y maltrato hacía ella. Deseo pedirte que olvides de una vez por todas el compromiso de Fanny, nuestra hija tomó su decisión por cuenta propia y ni tú, ni yo la podemos obligar a cambiar. Querida Felicia vas a llamar a tu hermana, te vas a disculpar y harás las paces con ella, el domingo para el almuerzo la familia debe estar completa y eso incluye a Gema. Recapacita y reconoce tu error- fue lo último que dijo su esposo, luego se puso de pie beso a su esposa en la frente y se retiró para ir a dormir. Felicia iba a decir algo más y el doctor se detuvo volteó y habló -sin escusas querida, sin excusas- repitió con firmeza estás palabras y sin prisa subió las escaleras para ir a su habitación.
En el estudio se quedó a solas Felicia, reflexionaba sobre lo que su esposo habia comentado comenzaba a comprender que se había excedido en sus palabras y había herido a su hermana sin tener culpa alguna. Reaccionó con rabia y no pensó que Gema nada tenía que ver en el asunto. 
Habló en voz alta: -mañana voy a llamarla, ahora no es conveniente, debo disculparme con ella-. 
Al día siguiente cuando todos se habían ido al trabajo después de tomar el desayuno, Merry se encontraba en su habitación estudiando, Felicia tomó el teléfono para llamar a Gema, primero nadie contestaba la llamada en su casa, -seguro ya está en la farmacéutica- pensó. Llamó a la empresa y la asistente le dijo que estaba en una reunión y no podía hablar, luego cuando volvió a llamar media hora más tarde, la asistente le dijo que había salido. Eso era raro, Gema no abandona con facilidad su empresa. Entonces se dio cuenta que su hermana la estaba evitando, no deseaba hablar con ella, en pocas palabras le decía no quiero saber de ti. 
¿Qué iba hacer ahora? lo mejor sería presentarse en la oficina y hablar personalmente con Gema, hasta un punto le daba la razón, ella fue muy desconsiderada y habló sin pensar.
No quería dejar pasar las horas sin resolver este conflicto, se alistó para ir a la oficina de su hermana, dejó bien claro a Merry que saldría un  momento y Alejandrina le ordenó que se encargue de la casa. Salió bien arreglada como era su costumbre, llegó a la oficina de su hermana antes del medio día y se dio con la sorpresa que Gema no se encontraba y estaría fuera todo el día. No habia que ser adivinos para darse cuenta que su hermana no quería saber de ella y menos hablar. Felicia sintió tristeza, su hermana no se encontraba en la oficina pero ella no se iba a rendir, más tarde iría a su casa para conversar y volver a ser las hermanas unidas de siempre.


CONTINUARÁ              
             
 
                      
   

 

miércoles, 27 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

La conversación entre Fanny y su madre no había concluido, Felicia tenía muchas preguntas para su hija:
-¿Cómo reaccionó Umberto cuando hablaste de terminar el compromiso?-
-Madre, eso ya no tiene importancia, él no estuvo de acuerdo al principio y luego aceptó mi decisión que más puedo decir, darle vueltas a la conversación no tiene sentido- respondió Fanny a su madre con un tono conciliador.
-Tiene importancia- contestó su madre -si sus padres llaman por teléfono para averiguar que sucedió contigo que les voy a decir, por ese motivo te pido que pienses bien y te retractes para regresar con Umberto y tu compromiso-.
Fanny se puso nerviosa con la insistencia de su madre y agregó: -te pido por favor, no insistas más con el tema, el compromiso se terminó y no creo que Umberto tenga muchos deseos de escuchar mi voz de nuevo para hablar de nosotros-.
-Felicia- exclamó -¡cómo te atreves hablarme de esa forma! has roto el compromiso y te llenas de razones, sigo pensando en los padres de Umberto que explicación voy a darles-.
Fanny se dio cuenta que su madre no estaba comprendiendo lo que decía, ella  pensaba en la boda y en los padres del novio, fue un gran error no hablar antes. Para terminar la conversación Fanny se puso de pie para ir a su habitación hasta la hora que llegue su padre y se siente la familia a cenar: 
-Madre- comentó -me voy ha retirar hasta la hora de la cena- salió de la sala sin esperar que su madre le de la venia y subió a su habitación.
Felicia se quedó sola y sin palabras, trataba de serenarse, la noticia del rompimiento con Umberto la había sacado de sus casillas, en un instante de lucidez dijo a solas -el mundo ha cambiado tanto y no me di cuenta- ¿soy yo la que está equivocada o no?- se interrogó en voz alta y pensó: -esta situación tiene más actores, Fanny no tomaría tan alegremente una decisión de esa naturaleza. Estaba casi segura de que persona se trataba.
En su habitación la hija mayor de Felicia se encontraba perturbada por la conversación con su madre, se dirigió al closet, sacó su vestido de compromiso, era hermoso y romántico, tenía que reconocer que en ese momento de la celebración disfrutó de la reunión y de la compañía de Umberto pero con el paso de las semanas todo perdió su color, tenía demasiadas dudas y ante ella todo pasó muy rápido, tanto que no pudo opinar o tomar la palabra sobre su boda y su vida junto a Umberto. Rogaba que la actitud de su padre sea más comprensiva y no la haga sentir culpable, bastante tenía con la reacción de su madre.
Fanny no se equivocó a la hora de la cena su padre le dijo que al terminar en el comedor quería conversar con ella. Liza aun no sabía nada de lo que sucedía con su hermana por eso su actitud era la de siempre, terminada la cena subió a conversar con Merry que seguía cumpliendo su castigo mientras Fanny hablaba con su padre en el estudio y Felicia atendía el teléfono, la llamaba la madre de Umberto y ella trataba de dar una explicación que fuera creíble sin culpar a nadie del por qué se terminó el compromiso. 
El padre con tono sereno en la voz preguntó a su hija que había pasado y por qué rompió el compromiso: -trato de entender pero quiero que me expliques tus razones- comentó.
Fanny volvió a explicar lo mismo que le había hablado a su madre que no deseaba casarse todavía y que su intención nunca fue herir a nadie ni decepcionar a sus padres -tenía muchas dudas padre y no sabía que hacer, entonces pensé que decir la verdad era el camino-.
Oscar Martel dijo: -nunca imagine que te sentías tan mal, todo parecía ir todo muy bien entre los dos, supongo que Umberto no estuvo de acuerdo-. 
-Si al principio y eso es lo que me hace sufrir, Umberto es una persona muy razonable y al final aceptó- confesó Fanny a su padre.
-Vamos a dejar las cosas como están, no se hable más, ustedes son jóvenes y el mundo no se acaba por que se rompió el compromiso, pero Fanny que esto te enseñe, si no estás de acuerdo, habla, no te dejes llevar por lo que diga yo o diga tu madre-. recomendó el doctor Martel a su hija.
-Gracias padre por comprenderme, sé que tienes razón y que puedo confiar en ti, habla con mi madre para que se calme, ella sigue pensando en la boda- contestó Fanny.
Oscar Martel sonrió, sabía que Felicia era una tormenta que tendría que aplacar y no sería fácil. No había terminado de pensar en aquello cuando su esposa entró al estudio: -Oscar- dijo con tono serio: 
-Hablaste con Fanny para que entre en razón y vuelva con Umberto?-
-Si te calmas Felicia y me dejas hablar voy a explicarte lo que he conversado con tu hija, te adelanto que no va ha volver con su novio, el compromiso se acabó definitivamente- habló el doctor.
La madre se tocó la frente y casi se desmaya, apenas podía hablar: -no puedes decir que no va a volver con Umberto, te pido que me ayudes a convencerla, su proceder es equivocado. suplicó Felicia llorando.
-En este momento no te reconozco querida, estas actuando de una manera que me desconcierta, si no te tranquilizas, no vamos hablar-. respondió molesto el doctor y esta vez iba en serio.
-Oscar, no comprendes que toda la boda ya estaba planificada y era un sueño que se hacía realidad, mi hija mayor se casaba, eso me llenaba de felicidad- terminó de decir su esposa y se sentó en el pequeño sillón del estudio.
-Felicia, lo que voy a decir es muy claro y no lo voy a repetir, ni tú ni yo debemos interferir en la vida de nuestras hijas imponiéndoles nuestra voluntad, deja de pensar si se casan o no, ellas en su momento van a decidir como quieren vivir. No intervengas más en la decisión de Fanny, eso debe quedar bien claro, si me preguntas que quiero para mis hijas te contestó como un padre egoísta "No deseo que nuestras hijas se vayan de casa, quiero que se queden para siempre a nuestro lado y en el hogar" pero sé que esto no puedo ser, ella deben vivir su vida y lo importante es que sean felices. Te pongo un ejemplo, yo no estoy de acuerdo con Liza y su romance pero no intervengo que ella sea la que decida que hacer y yo voy a respetar su decisión. Te ruego que zanjemos esta conversación y volvamos al clima de paz en nuestro hogar- concluyó el doctor y observó que su esposa iba a decir algo y entonces agregó: -si es sobre el tema de Fanny eso esta cerrado- se puso de pie y dio fin a la conversación.
Felicia se quedó sola en el estudio y muy tarde subió a su alcoba, su esposo dormía y ella seguía inquieta y molesta por el compromiso de su hija y la boda que ya no sería. ¿Había alguien más qué estaba detrás de las ideas de Fanny?  pensó en Liza pero su hija mayor, le dijo que ella no tenía nada que ver en sus ideas. La cabeza le daba vueltas era hora de dormir y relajarse para poder despejar la mente y pensar que hacer al día siguiente.
Al día siguiente, la vida en la casa de la familia Martel parecía que había recobrado su clima de serenidad y amor. Las hijas mayores desayunaron y partían al trabajo, Fanny apenas habló con su madre, el doctor se despedía de su esposa y salía con prisa a visitar un paciente y Merry ya contaba los días en que se cumplía su castigo y sería libre otra vez.
Felicia tomó el telefono y llamó a su hermana Gema para pedirle que venga en la tarde que deseaba conversar con ella: -mi querida hermana, por favor ven a visitarme en la tarde deseo hablar contigo de un tema urgente que no puede esperar ni hablar por teléfono- terminó de decir Felicia y Gema aceptó, estaría en casa de su hermana a las cuatro. 
Hasta ahí todo iba bien, la mañana transcurrió sin novedades y casi al final de la tarde llegó Gema a visitar a su hermana que la requería con urgencia.
La hermana de Felicia entró muy feliz en casa  y al verla la saludó con un abrazo, le enseñó su cartera nueva que recién habia comprado. Gema era amante de la carteras, tenía una gran colección de ellas.
-¿Felicia dime qué te parece mi cartera nueva? la vi en una vidriera y me enamoré de ella al instante, recién la acabo de comprar-. dijo sonriente.
Felicia contestó con voz grave: -si esta bonita, es un gran bolso, yo sé que a ti te encanta coleccionar carteras-.
Las dos hermanas se acomodaron en la sala y Gema preguntó: -¿qué es lo que querías conversar conmigo? había mucha urgencia en tu tono de voz-.
Sentada frente a su hermana, Felicia preguntó sin rodeos: -¿qué ideas has metido en la cabeza de Fanny qué ha roto su compromiso con Umberto?-.
Gema estaba atónita con las palabras de su hermana, ella ignoraba que Fanny hubiera terminado su compromiso: -espera un momento- respondió -a que te refieres con que yo he tenido que ver con el fin del compromiso de Fanny-.
-No te hagas la que no entiendes- Felicia acusó a su hermana de ser la causante de todo -tú siempre has sido una persona que no está de acuerdo con el matrimonio- levantó la voz -¡toda la vida para ti fue importante el trabajo, solo el trabajo! Tu empresa siempre estuvo primero y sé que pretendientes nunca te faltaron pero para ti el trabajo era lo primero y ahora esas ideas se las pasas a mis hijas, no eres una buena influencia para ellas- dijo al final molesta.
Gema había escuchado suficiente se puso de pie y contestó airada: -has perdido la cabeza con todo lo que dices, estás equivocada, yo jamás he hablado con mis sobrinas sobre el tema-.
Merry al escuchar las voces en alto salió de su habitación, no comprendia que pasaba, su madre y su tía estaban discutiendo no podía ser, ellas eran muy unidas.
Por otro lado Liza que entraba a casa en ese momento también escuchó algo de la discusión, caminó hasta la sala y preguntó: -¿madre que sucede?.
-No intervengas Liza, sube a tu habitación, esto es entre tu tía Gema y yo- contestó su madre.
-Madre, escuche sus voces en alto desde la calle, como no voy a intervenir están discutiendo-. respondió Liza.
-Liza obedece a tu madre y ve a tu habitación- agregó la tía Gema.
La joven subió a disgusto al segundo piso y vio a Merry asustada, ella le preguntó: -¿Liza qué pasa con la tía y nuestra madre?-.
-No sé Merry, solo sé que están molestas las dos y es seria la discusión, la tía Gema es acusada de algo por nuestra madre- Liza abrazó a su hermana más pequeña y las dos seguian oyendo los reproches de su madre a su hermana Gema, al parecer la acusaba de algo pero no sabían de que se trataba. Liza se daba cuenta que su madre era injusta y deseaba llorar, ella quería mucho a la tía Gema.



CONTINUARÁ      
 

   
 
     
     
  
                

 

miércoles, 20 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza en su habitación consolaba a su hermana Fanny, mientras ella lloraba sin poder reprimirse y repetía: -Liza que puedo hacer en estas circunstancias, tengo un poco de temor de hablar con nuestra madre, tú sabes lo feliz que estaba con mi compromiso  y al hablar con Umberto siento el mismo temor-.
-Fanny- contestó Liza -nunca debiste aceptar el compromiso si no estabas segura, ahora las cosas se complican aun más pero si quieres mi opinión con el primero que tienes que hablar es con Umberto, él debe saber que sucede contigo y porque no deseas continuar con el compromiso, después de aclarar aquello puedes hablar con nuestra madre y escucharla en silencio todo lo que tenga que decir sin que tú repliques o le lleves la contraria, nunca debiste aceptar ni dejarte llevar por los deseos de nuestra madre. Voy a decirte lo que pienso Fanny, tu vida te pertenece a ti y nadie debe decidir que camino vas a tomar u obligarte a compromisos, ni a matrimonios que no deseas. Esto no es un juego-.
-Tienes razón Liza, yo me deje llevar y no pensé en nada más- contestó Fanny.
-Quiero preguntarte ¿por qué tantas dudas? Umberto es un joven bueno, de buen carácter y brillante futuro, además está muy enamorado de ti, no comprendo porqué dudas-.
-Liza, es que todo ha sido tan rápido, siento como si hubieran planificado cada paso de mi vida y yo no hablaba, si no todo lo contrario, aceptaba y aceptaba, es el momento de decir basta, hasta aquí, no deseo que nadie me diga como vivir,  quiero tomar mis decisiones estén bien o estén mal-.
-Todo lo que me dices está bien, pero porque dejaste pasar el tiempo, eso si fue un error grave de tu parte, ahora debes de hablar claro. Primero con Umberto, él merece una explicación y una buena explicación y luego hablar con nuestra madre aunque de el grito al cielo, tú eres dueña de tus decisiones y solo tú puedes mandar sobre ellas. Fanny no esperes más, debes conversar cuanto antes, los días pasan y es importante aclarar todas tus dudas-. concluyó Liza.
Fanny no dejaba de llorar, se arrepentía de no haber detenido las cosas a tiempo y permitió que su madre maneje el compromiso sin pedir  su opinión, ella era una excelente madre pero no puede decidir como deben vivir sus hijas. 
-Liza, reconozco que tuve la culpa en todo esto, desde un comienzo no hablé claro y mira tú lo que ha pasado. Mañana mismo debo hablar con Umberto, nos vamos a encontrar en nuestro café de siempre- respondió Fanny.
-Es mejor hablar en un lugar neutral- dijo Liza -y que digas lo que sientes con la verdad, Umberto es una persona razonable y creo que va entender tus dudas, de repente él también tiene dudas y no ha dicho nada hasta el momento. Tu problema ha sido dejarte llevar por los bonitos festejos y la celebración, la vida real no es una fiesta interminable, si no algo verdadero día a día-. 
Las dos hermanas se abrazaron, era el momento de enfrentar la realidad y la verdad de lo que era la vida adulta. Fanny se sentía mejor y más calmada, tenía las ideas claras después de hablar con Liza. Ahora hablar con Umberto era el paso siguiente, él era la otra parte interesada y deseaba que todo quede bien, entre los dos, no se merecía verdades a medias.
-Gracias Liza, me siento mejor después de hablar de este tema, demás está decir que esta conversación queda entre las dos, es mejor que me vaya a dormir- dijo Fanny -mañana me espera un día complicado, debo estar preparada-.
Liza besó la frente de su hermana y le deseo todos los parabienes, de Umberto no sabía como iba a reaccionar pero de su madre podía presentir un huracán que caía sobre la casa.
El nuevo día traía para toda la familia un despertar radiante, Liza y Fanny se iban a trabajar después de desayunar, el doctor Martel tenía como siempre trabajo en el hospital pero como cada mañana desde que Merry estaba castigada la visitaba en su habitación para conversar con ella y saber cuanto había avanzado en sus estudios de preparación, su hija menor aun no sabía que iba a estudiar, tenía algunas ideas pero nada claro. El padre la animaba a investigar sobre varias carreras y aconsejaba que no se apresure en escoger. 
Liza y Fanny también hablaron con Merry cuando recién estaba castigada pero no querían torturarla con sermones, le hicieron ver que no había procedido correctamente pero que seguía siendo la querida hermana de siempre y que nunca debía volver hacer algo así. Merry estaba desolada con su actitud y se sentía culpable de haber hecho sufrir a la familia.
Al finalizar su horario de trabajo Fanny salió para encontrarse con Umberto como habían quedado el día anterior, antes de irse habló con Liza y le pidió que le desee suerte, Liza contestó: -Fanny conversa con calma y se clara en tus ideas, además de tener tacto para aclarar la situación-.
Cuando llegó Fanny al pequeño café, un lugar tranquilo y algo romántico ya la esperaba Umberto que sonreía con cara de felicidad: -mi querida Fanny- dijo -has salido más temprano del trabajo-.
-Umberto, sabes bien que trabajo medio día y luego estoy libre para disfrutar en algo las vacaciones de verano hasta que comience de nuevo la universidad-. contestó Fanny que dudaba en que momento hablar sobre el tema del compromiso. 
Fanny pidió un cappuccino con unos bombones de chocolate que le fascinaban y Umberto un café americano, conversaban de como les había ido y cosas sin mucha importancia hasta que el joven enamorado tocó el tema de las telas que estaba escogiendo su madre para su vestido de madrina en la boda, Fanny hizo un gesto y lo detuvo, no podía callar más debía hablar y ese era el momento:
Unos segundos de silencio que parecían una agonía para Fanny, pero al fin habló y explicó a Umberto sus dudas y temores con respecto al compromiso y porque no deseaba casarse todavía: -todo está ocurriendo tan rápido y nosotros hemos dejado que nuestras madres decidan. Umberto es el momento de detener esto y darnos un tiempo para pensar, no deseo herir tus sentimientos pero es lo mejor para los dos, si al cabo de un tiempo queremos volver porque nos damos cuenta que lo deseamos, volvemos-. Comentó Fanny y observó la reacción de Umberto. 
Umberto miró a Fanny con seriedad que estaba hablando terminaba con él, ya no quería una vida juntos: -Fanny siento que tus palabras van en serio y no son bromas, estás terminando nuestro compromiso y dices para alivio mío que si queremos volver en el futuro, volvemos y ya. Todo lo que hemos vivido en este tiempo no significa nada para ti. Lamento que hables de esa forma y que estés tan decidida a terminar, creo que no hay manera de que cambies de opinión, rompes mi corazón y eso no es nada para ti. Ahora es mi orgullo el que esta hablando por mí, sé que  vas a lamentar cuando te des cuenta de tu error, nadie te va amar como yo. No quiero volver a saber  nada de ti ni de tus dudas y menos de tu vida-. respondió Umberto y antes de retirarse Fanny le entregó la bella sortija de compromiso en su cajita de terciopelo rojo. 
-Los gemelos que me regalaste para el compromiso, los envió mañana o pasado-. fue la respuesta cruda y final de Umberto, ya no había nada más que hablar, todo habia quedado claro. Arrugó una servilleta de papel  y la dejó sobre la mesa con la cuenta cancelada, se retiró sin mirarla ni decir adiós.
Fanny lloró, no hubiera querido que las cosas terminen de esa manera, ella quería seguir una amistad con Umberto pero él había reaccionado molesto, herido y la habia rechazado por el final del compromiso. La madre de Umberto que iba a pensar de ella,  que era una muchacha díscola, que no sabia lo que quería de la vida, Fanny sabía que no era cierto pero tendría que vivir con ello un tiempo. Su madre en cambio era el gran dilema, pensaba en como conversar con ella para decirle que el compromiso con Umberto había terminado. Al llegar a casa iba hablar, no debía pasar más tiempo. Cerca de la siete de la noche en la casa de la familia Martel todo era paz, el doctor aun no llegaba de su trabajo y Liza estaba con Américo en una reunión de amigos y Merry en su habitación. Era el momento apropiado para conversar con su madre que estaba en la cocina dando las últimas indicaciones a la señora del servicio para que prepare la cena.
Fanny espero pacientemente que su madre vaya al comedor para decirle: -madre deseo hablar contigo es importante, podemos ir a la sala-.
-Justo contigo también deseo hablar sobre unas telas preciosas que he visto y creo que van con tu gusto para el vestido de novia, en verdad son hermosas Fanny- comentó la madre con entusiasmo y se acomodaron en los sillones de la sala.
Fanny no encontraba las palabras para dirigirse a su madre, puso las manos sobre su regazo y comento: -Madre hoy día he terminado mi compromiso con Umberto, ya no habrá boda, él está de acuerdo conmigo- fue directa y mintió en esto ultimo, Umberto no estaba  de acuerdo con ella pero aceptó romper el compromiso.
-Escuché bien lo que has dicho Fanny que el compromiso se ha terminado y que ya no hay boda, en que has pensado para obrar así, Umberto es un joven tan correcto y amable, además sus padres estaban de acuerdo con la boda- Felicia levantó la voz -¿cómo has podido acabar con el compromiso? ¡ustedes están hechos el uno para el otro!- exclamó con ira y sus mejillas estaban rojas.
-Madre lo siento si estas molesta conmigo pero esto es lo único que voy a decir, es mi decisión y no voy a cambiar de idea-. aseguró Fanny.
-Seguro Liza te ha metido esas ideas en la cabeza- contestó la madre furiosa.
-Madre no metas a Liza en esto, la idea ha sido mía, solo mía, perdona por dejar que pase el tiempo y no hablar antes con claridad sobre lo que deseaba- terminó de decir Fanny. 
Felicia lloraba que pasaba con su hija mayor porque esa idea de acabar el compromiso, donde estaba su error para criarla.
-Madre- volvió a decir Fanny  -discúlpame por favor y comprende, soy joven todavía y quiero descubrir mi mundo, puedo vivir casada o soltera, eso no me hace cambiar como ser humano, además puedo comprometerme más adelante, no digo que no puede pasar-. contestó Fanny asustada por la reacción de su madre.
-¿Qué van a decir los padres de Umberto? que has estado jugando al compromiso qué has jugado con ellos- decía Felicia y lloraba desconsolada, siempre habia sido su idea ver a sus hijas casadas y que cada una forme su hogar.
Fanny sabia que esta tormenta duraría varios días, su madre no se daría por vencida e insistiría aun más. A la joven solo le quedaba comprender y tener paciencia con ella.


CONTINUARÁ