martes, 12 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Martel reunido con su amigo Jorge Redondo, en un conocido restaurante, hablaban del congresista Américo Panduro sobre su candidatura en las próximas elecciones por la presidencia. Solo estaban ellos dos, Tesio el otro amigo, no había podido asistir al almuerzo por encontrarse con demasiado trabajo en las investigaciones que realizaba.
Jorge Redondo sugirió al doctor:
-Oscar te has quedado en silencio, que te parece mi idea de que Américo y tú conversen sobre su candidatura a la presidencia-.
Al doctor Martel no le agradaba la idea y muy serio contestó: -mi estimado Jorge, yo no suelo intervenir en asuntos o decisiones personales y peor si son de índole política. Si bien es cierto que conozco Américo, no tengo la confianza suficiente para conversar sobre su vida personal, ni sus  ideas políticas-.
-Comprendo Oscar, sé que tú eres una persona muy discreta y no deseas este tipo de encargos pero si te cuento es para que me puedas ayudar a convencer a nuestro amigo que está muy entusiasmado con la idea-. 
-Me vas a tener que disculpar, pero te soy sincero no me pidas ese favor porque no voy a intervenir en las situaciones políticas. Además estoy seguro que tú puedes hablar con él con toda la autoridad que te confiere el partido ¿no es así?-.
El doctor Martel había lanzado una pregunta a su amigo, éste no contestó, solo dijo: -Oscar no te preocupes comprendo tu posición y la respeto-.
-Gracias por comprender y ahora que te parece si disfrutamos de un delicioso almuerzo y cambiamos de tema- respondió el doctor.
Ambos amigos lamentaron que Tesio no haya podido asistir al almuerzo, siempre era agradable reunirse con los amigos de la juventud y conversar de los buenos tiempos. Jorge Redondo resentía que el doctor no tuviera el ánimo para hablar con Américo, él se había enterado que hay personas del partido muy molestas por su candidatura y esto podía ser contraproducente para la carrera de Américo y su posición en el congreso. Jorge Redondo  le tenía aprecio y admiraba la facilidad  y la pasión para comunicarse con la gente en el partido y fuera de éste.
Américo no sabía nada de estos comentarios dentro del partido, él conversaba con el presidente y éste siempre le había demostrado estar de acuerdo con su postulación, aunque las últimas encuestas decían  que el presidente no tenía toda la aceptación de los ciudadanos. La economía no andaba bien y se podía sentir en el poder adquisitivo de las personas y en al campo político las acciones terroristas estaban comenzando hacer mella en el ánimo del pais, era un ambiente poco propicio para pensar en candidaturas.
El almuerzo fue animado y la conversación estuvo acompañada de varias anécdotas interesantes y algunas graciosas por el lado de Jorge Redondo, Oscar Martel reía con sus ocurrencias pero por momentos no dejaba de pensar en Liza y su romance con Américo Pandura, no en vano se negaba a consentir tal situación. 
En la noche al llegar a casa el doctor comentó con su esposa sobre la reunión con su amigo y la situación del congresista: -Mi querida esposa, después de contarte lo que  Jorge me pidió, estarás de acuerdo conmigo del por qué no me gusta que salga con Liza, más tarde voy hablar con ella sobre el tema-. 
-Oscar estás exagerando, la vida privada de las personas no tienen que ver con el aspecto público. Américo no está publicando su vida ni sus salidas con Liza, ellos son muy discretos- contestó su esposa.
-No estoy de acuerdo contigo Felicia- dijo molesto el doctor Martel, en ese momento Alejandrina interrumpió la conversación para decir que la cena estaba servida. 
La familia congregada en el comedor conversaba animadamente y disfrutaban de la cena preparada por Alejandrina que tenía una excelente sazón. A la mesa faltaba Merry que estaba en su habitación cumpliendo su castigo, la familia en general la extrañaba pero, debía cumplir su promesa, ella cometió una falta grave y eso no se podía disculpar. La que estaba muy callada en la mesa era Fanny, de esto se dio cuento su padre que le preguntó: -Fanny, ¿sucede algo?, te noto muy callada y pensativa ¿has tenido un mal día?-.
Fanny reaccionó con un sobresalto y contestó: - no padre todo esta bien, solo los estaba escuchando conversar-.
Liza observó a su hermana y notó su sobresalto, algo le preocupaba o tal vez estaba distraída, su madre también noto su comportamiento demasiado silencioso, Fanny no era así, ella siempre intervenía en la conversación familiar y ahora estaba callada. 
Terminada la cena el padre de Liza la llamó a su estudio, cuando entraron cerró la puerta y preguntó a su hija sin rodeos: -Liza quiero que seas sincero conmigo ¿estás saliendo en serio con Américo o son amigos?-. en otra ocasión el doctor no hubiera preguntado pero esto era algo complicado y debía saber la verdad. 
Liza con las mejillas rojas contestó: -padre me sorprende tu pregunta, creo que eso corresponde a mi privacidad pero voy a ser sincera para aclarar mi situación, si estoy saliendo con Américo como enamorados, estamos en la primera fase y me siento muy bien a su lado, él es bastante atento conmigo y siempre tiene un detalle para mí. Me gustaría que pueda entrar a casa, creo que ya es tiempo, ¿no te parece?-. Liza interrogó a su padre y esperaba su reacción.
Oscar no esperaba una respuesta así, sabía que Liza era bastante madura para tomar sus decisiones pero esto lo desarmó. Se tomó unos segundos para responder: -hija esta bien invítalo a la casa la próxima vez. Ahora me retiro a descansar para mí ha sido un día muy complicado-. el padre beso a su hija en la frente y se dirigió a su habitación, estaba algo triste pero debía aceptar la realidad, era parte de la vida, sus hijas algún día tenían que irse del hogar. 
Liza se dio cuenta de la tristeza de su padre pero pensó que pronto se le pasaría, ella estaba comenzando a sentirse enamorada. 
Fanny fue la primera en ir a su habitación, cerró la puerta y del cajón de su velador tomó la sortija de compromiso, se la colocó en el dedo y dio unos pasos, era hermosa la joya, no podía dudarlo, ella miraba su mano y el diamante brillaba con la luz de la lámpara, luego se sentó al borde de la cama y su corazón comenzó a latir más fuerte, parecía que se iba a salir de su pecho, que terrible dilema, no sabía que hacer, como hablar del tema que le causaba inquietud y tristeza. Se aseguro de que sus padres estaban en su cuarto, abrió su puerta y con pasos lentos fue hasta la puerta, la abrió sin tocar para no hacer ruido y entró, Liza se alarmó al ser interrumpida de esa forma:
-Como entras sin tocar, ¡Qué sucede contigo Fanny!- exclamó
-Liza, ya no puedo más- comentó Fanny parada en el medio de la habitación -tengo que hablar con alguien sobre esto que me destruye el alma, no sé que voy hacer-.
-Hermana, por favor de que hablas, me estás asustando ¿qué es lo que te ocurre? te veo al borde del llanto-. habló Liza preocupada.
Fanny, le entregó a su hermana la sortija de compromiso y comentó: -no puedo seguir teniendo esta sortija tengo muchas dudas sobre mi compromiso, no sé si quiero seguir adelante, estas dudas me estas quitando la calma y no puedo dormir-.
Liza se preocupó preocupo por su hermana, de que estaba hablando: -estás escuchando tus palabras ¿por qué has esperado tanto tiempo para hablar? y ¿por qué tantas dudas? siempre te he visto feliz al lado de Umberto-. 
-De eso se trata- contestó Fanny -no sé si debo continuar con el compromiso, ayúdame Liza-.
-¿Cómo te puedo ayudar?, no tengo idea, tus palabras me han sacado de mis pensamientos. Fanny esto es muy serio ¿has hablado con Umberto sobre tus dudas? y nuestra madre que está tan contenta con tu compromiso, ella ya piensa en la boda, te imaginas como va a reaccionar-. agregó Liza.
Fanny lloraba: -no sé que hacer, esto para mi es nuevo, yo no deseo herir a nadie y menos causar problemas, algo tengo que hacer para solucionar este problema-.
Liza abrazó a su hermana que estaba en un gran dilema porque su  compromiso era serio con celebración e invitación de los padres de Umberto, por último éste que va a decir cuando Fanny hable con él. En buen lio estaba metida su querida hermana, qué iba a decir su madre si Fanny rompía el compromiso. Liza pensaba como ayudar a Fanny, ella no tenia idea de que hacer ni como aconsejar a su hermana que le pedía ayuda.


CONTINUARÁ         

        
                  

      

 

miércoles, 6 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En la tranquilidad de la noche el doctor Martel conversaba con su esposa en la habitación, ya había pasado la hora de la cena y la familia descansaba, solo faltaba la presencia de Liza, ella había salido con Américo al cine, éste la había invitado para conversar y ver una pelicula. 
Felicia mientras cepillaba su cabello frente al espejo comentó: -Liza sigue saliendo con Américo, creo que uno de estos días debemos invitarlo a cenar, ya es tiempo que entre a la casa, ¿no te parece Oscar?-.
-Mi querida Felicia de ese tema no deseo hablar, aún no es tiempo, además nuestra hija y Américo están saliendo como amigos, ella misma me lo ha confesado el otro día que le pregunté. Esperemos que las cosas tengan más claridad y entonces veremos. Lo que si es importante que te diga,  debes hablar con Merry, ya van cinco días que está cumpliendo su castigo y tú hasta hora no le has dirigido la palabra, ¿Qué sucede? ¿Porqué no hablas con ella? con esa actitud la haces sufrir-.
Felicia volteó a mirar a su esposo, ¿Qué  estaba diciendo? ¡qué ella debía hablar con Merry! un tanto ofuscada contestó:- Oscar me sorprenden tus palabras, quieres que hable con Merry después de lo que me hizo pasar, el sufrimiento que vivimos todos al pensar que no la íbamos a volver a ver o qué algo malo le había sucedido. Sentí que me arrancaban el corazón del pecho, mi hija, mi querida hija no estaba en ninguna parte, lloré demasiado para que ahora la perdone como si no hubiera pasado nada, lo siento no puedo hablar con ella-.
-No voy a insistir sobre el tema, pero ella quiere hablar contigo, pedir perdón por lo que hizo, nuestra hija está sufriendo, por lo menos escúchala es tu deber de madre-. 
Las luces de la habitación de los padres se apagaron cuando sintieron que Liza había llegado a la casa y entraba a su habitación, la familia estaba completa y eso era una tranquilidad para Oscar y Felicia. La conversación también se había terminado.
La mañana había amanecido llena de sol, era verano y la vacaciones para algunos eran sinónimo de playa, mar y sol. Fanny y Liza por iniciativa propia trabajaban con la tía Gema, mujer empresaria y dueña de su farmacéutica, sus sobrinas la querían demasiado y ella correspondía de igual manera. Gema hermana de Felicia siempre estaba presente en la vida de la familia y era muy unida a su hermana.
Alrededor de las diez de la mañana Felicia se encontraba arreglando algunas piezas de su guardarropa cuando vio parada en la puerta de su habitación a Merry, su cara tenía una expresión triste y la madre comentó: -debes estar en tu cuarto recuerda que estás castigada- dijo con severidad.
-Madre- contestó Merry -quería conversar contigo pero tú no me das una oportunidad, con tu actitud me estas haciendo sufrir-.
Felicia levantó el rostro y respondió en voz alta: -¡te estoy haciendo sufrir! escuchas lo que estas diciendo, quién con su comportamiento ha hecho sufrir a toda la familia, no tienes derecho hablar así, tú sabemos muy bien lo que sucedió y porque no deseo hablar contigo-.
Merry contestó llorando: -hasta cuando me vas a castigar, haciéndome sentir que soy una mala hija y que no merezco tu perdón- dio media vuelta y se fue a su habitación.
Gema ya conocía lo sucedido y había hablado con su hermana  Felicia el día anterior, le hizo notar que estaba siendo muy dura con Merry y que debía hablar con su hija: -estás actuando con dureza, piensa, es solo una adolescente y todos nos podemos equivocar-. fueron las palabras de Gema a su hermana. 
Felicia terminó de acomodar la ropa y algunas blusas y luego fue al cuarto de Merry, su esposo y su hermana tenían razón, era el momento de hablar con su hija, su castigo estaba siendo doble y debía detenerse, no era justo para ella ni para Merry.
Felicia entró al cuarto Merry, ella estaba sentada frente a su escritorio, estudiando su libro de historia, volteó a mirar a su madre y ésta comentó: -quieres hablar conmigo, vamos hacerlo con serenidad primero yo quiero escuchar todo lo que tengas que decir y luego tú me vas a escuchar a mí ¿De acuerdo?-.
La más joven de las hijas contestó con voz temblorosa: -madre sé que me equivoqué, quiero pedir perdón, nunca debí actuar de esa manera, no pensé que tanto dolor podía ocasionar, reconozco que actúe con rabia, la ira nubló mi razón, solo pensaba en viajar y ustedes me lo impedían para nada imagine que podía pasarme algo grave y mi familia no estaba cerca para ayudarme. Cuando te vi llorar en el carro comprendí tu dolor. Quiero pedirte perdón por mi proceder, te prometo no va volver a ocurrir-. Merry terminó de hablar y se secaba las lágrimas, estaba realmente arrepentida de su actuación.
Felicia en silencio pensaba que iba a decir, no quería darle un sermón, las palabras de su hija eran sinceras, estaba arrepentida y le pedía perdón. La madre suavizó su tono de voz y contestó: -Merry si lloré en el carro es porque no sabía donde estabas, imaginé lo peor, que algo había ocurrido y no podías regresar a casa, la idea de perderte me dolía tanto que ya no sentía mi corazon, jamás vuelvas a repetir algo así, no podría perdonarte. Para una madre cada hijo es importante y el dolor de perder uno es tan grande que apenas se puede soportar. Ya no hablemos más de este tema pero vas a terminar tu castigo como hemos quedado, tienes que cumplir tu promesa-.
Merry estuvo de acuerdo con su castigo y abrazó a su madre: -voy a cumplir mi castigo hasta el último día, no te preocupes-.
En la casa de la familia de nuevo se respiraba tranquilidad, las hermanas mayores de Merry regresaban a su casa al rededor de las tres de la tarde, su madre las esperaba para almorzar y conversar sobre su día, las jóvenes se enteraron que por fin su madre había hablado con Merry y parecía estar más tranquila, se podía ver en su semblante
El doctor Martel habló por teléfono con su esposa para decir que no podía llegar almorzar, tenía un día muy ocupado y debía visitar a un paciente en su casa, además de encontrarse para almorzar con su amigo el congresista  Jorge Redondo, Tesio el amigo y jefe de policía, no podía asistir estaba muy ocupado con su trabajo de investigación del cual no podía hablar. 
En la visita a su paciente Oscar Martel le mandó varios exámenes que debía hacerse, sospechaba que su problema estaba en el hígado pero después de los análisis saldría de dudas. Se despidio muy cortésmente, era conocido y apreciado por la familia, es más, su paciente era hermano de un profesor de su facultad de medicina que ya no estaba, por eso él ahora era su médico de cabecera.
Se encontró con su amigo Jorge Redondo como habian acordado en un restaurante famoso por tener una exquisita comida. Al verse se saludaron con amistad y alegría, se conocían de toda la vida. ¡Oscar! ¡Jorge! decían mientras se abrazaban. El gusto de volverse a encontrar era real y sincero.
Jorge Redondo con voz misteriosa comentó: -Oscar aparte de la alegría de reunirnos por supuesto, somos amigos desde el colegio, tengo la confianza de hacerte un comentario que debe quedar entre nosotros, nadie más debe saber de esto, tienes que prometerlo-.
Oscar Martel se preocupó por las palabras de su amigo y respondió: -si Jorge, te prometo que no hablaré con nadie de lo que me digas en este momento-.
Jorge Redondo agregó: -Sé que tú eres muy amigo de Américo Panduro, es más él es uno de tus pacientes en el congreso y últimamente está saliendo con una de tus hijas por ese motivo me atrevo a decir o a contarte esto-.
Al escuchar esto, el doctor se puso tenso ¿qué pasaba o qué sucedía con el congresista Panduro y qué tenia que ver Liza en todo eso, de inmediato contestó -si, Américo es mi paciente y amigo pero dime porque tanto misterio, ¿qué tiene que ver mi hija en esto? ¿sabes algo de él?- dijo el doctor Martel impaciente.
-Calma amigo, Liza no tiene nada que ver, es un tema político, si la mencioné es para corroborar que lo conoces y es ha llegado a tu familia-. contestó Jorge.
-Por favor habla, ya me estas poniendo nervioso- dijo el doctor.
-Por la confianza que existe entre ustedes, puedes hablar con Américo y decirle que en el partido hay muchas personas que no están de acuerdo con su idea de postular a la presidencia en las próximas elecciones. Tú sabes que soy de su mismo partido y escucho comentarios no siempre buenos. En el partido él es muy considerado pero algunos dicen que es joven y que puede esperar a otras elecciones. Oscar, habla con él para que deseche la idea, hazlo entrar en razón. Nuestro presidente le tiene aprecio pero yo pienso que debe esperar un tiempo más -. terminó de hablar el congresista.
Era ese el motivo de la conversación, el doctor Martel no estaba de acuerdo con su amigo y no le agradaban los temas políticos y menos involucrarse a dar consejos Américo, al cual le tenía un aprecio medido. Desde hace varias semanas no hablaba con él. 


CONTINUARÁ           
        
 
            
     

 

martes, 29 de julio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Merry dentro del carro trataba de hablar con su madre para que al menos le diga algo pero fue inútil, Felicia seguía llorando, pasaron algunos minutos para serenarse y tratar de recomponerse, respiró con serenidad prendió el carro y partió. En el camino Merry volvió a insistir: 
-Madre perdóname por favor, perdóname, no pensé lo que hacía-. 
Felicia contestó con seriedad: 
-Guarda silencio Merry, no quiero escucharte, en la casa tu padre espera ya hablaras con él-.
Merry obedeció lo que su madre le pedía, recién se daba cuenta de toda la tristeza que le había causado y no sabía como reparar la herida, miraba a su madre por el espejo y reconocía que su dolor era muy grande. Al llegar a la casa tendría que hablar con su padre e imaginaba que iba a decir éste para llamarle la atención. 
Felicia manejaba con cuidado a esa hora de la noche, no había carros en la calle y los que habían eran muy pocos, quería calmarse para llegar a casa más serena y poder hablar con su esposo e hijas mayores. A la hora de llegar estacionó el auto en el garaje. Con voz impersonal le dijo a Merry que baje del carro y entre a la casa. Ésta obedeció sin reclamar, al entrar a la sala Liza y Fanny salieron a su encuentro para increparle su actitud y su mala conducta, pero su madre las detuvo: -Liza, Fanny por favor dejen que su hermana vaya al estudio donde la espera su padre-.
-Madre esto es imperdonable- exclamó Liza -no puedes pasar por alto su falta- dijo con voz autoritaria Liza-.
-Fanny, Liza ya vieron que su hermana estaba bien y estaba en casa, ahora les pido por favor que vayan a sus habitaciones, es tarde y mañana tienen que ir a trabajar con la tía Gema, la responsabilidad del trabajo está primero-. ordenó Felicia a sus hijas para evitar más laberintos, sus hermanas podían ser muy rudas con Merry por lo que había hecho.
Cuando ambas hijas subieron a sus habitaciones, Felicia giró hacía su hija menor para decirle que su padre la esperaba en el estudio. Merry trató de acercarse a su madre pero esta estaba tan molesta que  le ordenó: -Ve hablar con tu padre no debes hacerlo esperar más. 
Merry abrió la puerta del estudio, su padre estaba sentado en su escritorio leyendo unos papeles pero en realidad fingía leer porque no podía concentrarse debido al problema que había ocasionado su hija menor.
-Padre, aquí estoy para pedirte perdón por mi falta, sé que cometí un grave error- dijo Merry con voz opacada.
-Pedir perdón, tú crees que eso es suficiente, tienes idea del alcance de tu falta, crees que es correcto lo que has hecho. Tu madre ya no sabía a quien llamar para ubicarte, yo pensaba que habías sufrido un accidente y llame a cuanto hospital conozco, policía, bomberos. Crees que pedir perdón te hace inocente- levantó la voz el padre -hemos vivido momentos de angustia y desesperación y tú que hacías estaba de lo más contenta en casa ajena y lo que es peor pensabas quedarte a dormir en ese lugar, ¿Para qué?, para castigarnos por no dejarte viajar a para matarnos de dolor pensando que algo grave te habia sucedido-.
Oscar Martel estaba furioso, quería controlarse para no decir más pero la falta de Mery le dolía en el alma. ¿Dónde estaba la joven dulce y juiciosa que era?, había cambiado en tan poco tiempo que nadie se dio cuenta. Lo más terrible era esa idea de castigarlos sin medir las consecuencias del dolor y sufrimiento en la familia porque no sabían donde estaba.
-Padre- por favor dijo Merry -no medí las consecuencias, soy culpable pero no me juzgues con dureza, fui inconsciente y caprichosa, pido perdón mil veces, merezco el peor de los castigos o si deseas golpéame, tal vez así te puedas calmarte-. 
El padre miró a su hija, pegarle como si eso pudiera cambiar las cosas. La niña ya no estaba más, ahora era una joven que su padre no reconocía y que cometió una falta grave.
-Me dices que te pegue, eso va a cambiar en algo lo que has hecho, tu falta mereces un castigo y tú te lo vas a imponer, dime cual es tu castigo-.
Merry con el rostro bañado en lágrimas, volvió a pedir perdón, le dolía que su padre la viera de una forma equivocada, pero reconocía que debía tener un castigo y contestó: - padre que mi castigo sea no salir de mi habitación todo el mes, no voy hablar por teléfono con nadie y mis alimentos los comeré en mi habitación, no voy a estar durmiendo porque desde temprano me pondré a estudiar para prepararme a la universidad. No deseo molestarlos con mi presencia por eso no hablaré con ninguno de ustedes-.
El padre quería abrazar a su hija porque estaba bien y se encontraba en casa pero no podía pasar por alto su comportamiento, Merry tenía que comprender que habían límites que no debía pasar y menos con una segunda intención, todavía era muy joven. Por ese motivo agregó: -bien que ese sea tu castigo y vas a cumplirlo hasta el final, desde este mismo instante comienza, ahora ve a tu habitación-.
Merry caminó lentamente hasta la puerta espero que su padre la abrazara pero no sucedió, el doctor Martel estaba demasiado molesto y algo decepcionado por la actitud de su hija.
Felicia aún estaba en la sala a oscuras y sentada frente a la ventana  Merry la vio al salir del estudio de su padre y quiso hablar con ella, la madre se lo impidió con palabras secas: -Merry  ve a dormir, ahora no voy hablar contigo-.
La más joven de las hijas subió a si habitación estaba triste y sentía en su corazón el dolor que había causado a su familia, no tenía sueño, la atormentaba la culpa, debía cumplir su castigo tal como se lo había prometido a su padre.
Felicia y su esposo hablaban sobre lo sucedido con Merry, estaban desconcertados pero a la vez sentían un gran alivio de que su hija estaba en casa sana y salva y lo más importante no salió de viaje fuera de la ciudad.
Al amanecer del nuevo día la familia desayunaba en el comedor, menos Merry que estaba en su cuarto desayunando y preparando los libros que iba a leer, su castigo sería largo y tedioso pero ella no podía quejarse. La madre en el comedor advirtió a sus otras hijas, no molestar a su hermana ni querer entrar a su habitación ella estaba cumpliendo el castigo que se había impuesto. 
-Madre- dijo Fanny -no vamos a ver a Merry todo el mes- 
-Si, así es y no es broma, ella está castigada y no vamos hablar más del asunto-.
Fanny y Liza terminaron de desayunar y salieron como cada mañana a trabajar con la tía Gema. El verano comenzaba a despuntar y el sol y la playa eran la estación. Liza seguía saliendo con Américo, que en algunas ocasiones la recogía del trabajo y paseaban por la ciudad o la invitaba almorzar. Liza sentía cada vez la cercanía de su pretendiente, ambos pasaban momentos gratos conversando y intercambiando ideas, como cuando Américo le preguntó: -¿Liza no crees que ya es tiempo de que me aceptes y pueda entrar a tu casa como novio oficial?-.
Esta pregunta removió los sentimientos de Liza, solo atinó a contestar dame tiempo Américo, en este tiempo nos estamos conociendo, además mi padre todavía no acepta la idea de que salgo contigo, solo necesita tiempo para aceptar tu presencia-. 
Era verdad al doctor Martel todavía no le agradaba la idea de que su hija salga con Américo Panduro pero estaba dispuesto a respetar la decisión de Liza, como había hablado semanas atrás con el congresista.
Oscar Martel no iba ha intervenir en la opinión de Liza, él como siempre seguía trabajando, tenía pacientes que atender y esa misma tarde se encontraba en su consulta cuando entró un nuevo paciente para que el doctor lo atienda 
-Buenos tardes doctor vengo a su consulta para que me diga que es lo que tengo-. dijo Renato el nuevo paciente.
-Bueno Renato, dígame usted cuales son sus síntomas y luego vamos hacer el examen físico- contestó el doctor.
El paciente le explicó una serie de dolencias y señalaba diferentes partes de su cuerpo que más le molestaban, entonces lentamente tocó sus brazos y muy serio se dirigió al doctor: -sabe, yo todos los días siento como mis venas se levantan de mi piel y puedo verlas-.
Oscar Martel dejó su lapicero sobre el escritorio y observó al paciente ¡qué estaba diciendo! ¿Qué podía ver sus venas fuera de su piel?. 
Con serenidad contestó: -¿está usted seguro de lo que me dice?-.
-Doctor duda de mis palabras, yo sé lo que digo y es verdad- contestó con molestia el paciente.
Oscar Martel levantó una de sus manos para que se serene y respondió: - muy bien vamos a examinarlo y luego  me indica donde siente más dolor-. Tomó su estetoscopio y comenzó hacer el examen físico, le tomo la presión, escuchó su corazón, sus pulmones y comprobó que aparentemente su cuerpo funcionaba bien, comprobó además que ya se había calmado. Lo que le preocupo al doctor era su mente, estaba en un estado un tanto alterado por eso le recomendó: -Mi estimado Renato voy a mandarle una pastillas para que pueda dormir y relajarse, su cuerpo está funcionando bien pero lo voy a transferir a una interconsulta con el departamento de psicología-.
El paciente airado contestó: -doctor, me está diciendo que estoy mal de la cabeza-
-Cálmese por favor, jamás podría  decir algo así a un  paciente, si lo envió a otro consultorio es para que lo ayuden a comprender que le sucede y pueda aprender a manejar la situación con serenidad. El profesional que lo atienda lo va ayudar-. el doctor se puso de pie, lo acompaño hasta la puerta y agregó -con este documento usted va ir directamente a su nueva consulta, no se preocupe-. dijo estas palabras para finalizar la consulta.
El doctor Martel siempre había comprendido a sus pacientes, era muy profesional, nunca faltaría el respeto a ninguno de ellos, cierto que era un caso que él no podía atender porque no estaba dentro del campo de la salud que ejercía.


CONTINUARÁ         
 
  
                  
  
  

 

miércoles, 23 de julio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Merry llegó a la casa de Ivone su amiga y compañera de colegio, se asombró al ver que ésta no estaba preparada ni lista para partir a la aventura del viaje. Preguntó muy seria: ¿Ivone qué pasa por qué no estás lista? se nos hace tarde y todavía tenemos que recoger a las demás compañeras-. 
-Perdona Merry por no haberte llamado por teléfono para decirte que mi madre se negó a darme el permiso para viajar y lo mismo pasa con las demás amigas, ellas han tenido serios problemas con sus padres y les han negado el permiso, lo siento amiga debí avisarte- contestó Ivone con tristeza en la voz. 
-Es algo grave no haberme llamado para decirme que no iban a viajar, yo también he tenido problemas en casa y sin embargo, pienso viajar de todas maneras, tengo dinero ahorrado y no necesito pedirles a mis padres-. 
Ivone contestó a Merry: - mi estimada amiga ese no es el caso de todas las demás, necesitamos el dinero que nuestros padres nos puedan dar, creo que debemos olvidar la idea del viaje para cuando tengamos más edad, en el fondo tiene razón, nos puede suceder algo y como nos comunicamos con ellos, piensa, eso sería peligroso y un desastre-. 
Merry no contestó enseguida a su amiga, estaba tan molesta que no pensaba con serenidad, quería hacer el viaje y sentía que todo se lo impedía. Después de varios segundos tomó una decisión, llena de frustración Merry comentó: -Ivone puedo quedarme a pasar el día en tu casa, no quiero regresar a la mía tan pronto, mis padres tienen que comprender mi deseo de viajar además, ellos no saben donde estoy y que tú eres una de las amigas con las que pensaba viajar, no tienen tu número de teléfono ni dirección-.
-Merry no tengo inconveniente que pases el día conmigo en casa, mi madre no dirá nada porque tampoco conoce a tu madre y no sabe tu número de teléfono- contestó Ivone y le mostró las últimas revistas que había comprado sobre sus artistas favoritos y lo último en música que sonaba en su equipo. Las dos adolescentes estaban tranquilas comentando sobre sus artistas y cantantes más queridos, no median el alcance de sus acciones. 
A la casa del doctor Martel llegó Felicia al medio día,  Alejandrina presurosa le comentó sobre Merry y su salida a la calle con su mochila en la espalda: -señora la niña se despidio y dijo que iba a pasear eso fue todo lo que habló-. 
Felicia no quería creer lo que escuchaba, Merry había salido con su mochila dispuesta a realizar el  viaje del que tanto hablaba y pasar sobre su autoridad. No Merry no era así, ella siempre demostró ser una joven juiciosa. La madre quería asegurarse y subió a la habitación de su hija, ahí comprobó que no estaba la mochila como decía Alejandrina y además no estaba su dinero que guardaba en el cajón de su velador. Podía ser posible que Merry se atreviera a salir sin el permiso de sus padres. 
La madre reaccionó de inmediato, no quería que las jóvenes comiencen su viaje sin el permiso de sus padres. Buscó la lista de los números de teléfono de las compañeras de colegio, cada madre tenía una lista de las familias, comenzó a llamar a las que sabía que eran más cercanas a Merry pero en casa de ninguna de ellas estaba su hija. Greta una de sus compañeras de colegio sin saberlo cometió el grave error de comentar con su madre que Merry había salido de viaje muy temprano, Felicia se enteró de esto y casi se desmaya, agradeció a la familia por el aviso. Cuando colgó el teléfono trató de serenarse pensó que Greta no podía tener razón, Merry no había salido de casa muy temprano, entonces no podía haber iniciado el viaje. Su desesperación y sobre todo su preocupación crecía a cada instante, había llamado por teléfono a todas las compañeras de Merry y las que se supone iban a viajar, incluso ellas no sabían el paradero de Merry. Felicia ignoraba el teléfono y la dirección de Ivone porque esta alumna entró al colegio fuera del tiempo de matrícula, por ese motivo no la habían incluido en la lista de padres de familia. Alejandrina miraba con tristeza a la madre de Merry: -señora debe calmarse, no creo que la niña se haya ido a ese bendito viaje sin decir nada, ella no es así-. terminó de decir.
-Alejandrina estoy comenzando a pensar que Merry a cambiado demasiado y no nos hemos dado cuenta, se ha convertido en una joven obstinada que quiere hacer su voluntad, según ella ya es independiente- dijo Felicia con tristeza, recordaba  a Merry cuando era una niña dulce y pequeña.
Liza y Fanny llegaron a casa después del trabajo en la empresa de la tía Gema, vieron a su madre con el rostro desencajado por la angustia, Liza preguntó: -¿madre que ha sucedido, por qué estás así?
-Liza tu hermana Merry ha desaparecido no sabemos donde está- contestó con una voz que apenas se podía oirá.
-¿Cómo qué ha desaparecido madre? Merry no puede haberse ido a ese viaje del que tanto hablaba, ella sabe que no podía hacerlo sin permiso-. respondió Fanny.
Las horas pasaban y de Merry no se sabía nada, Felicia no sabía si llamar a su esposo para contarle lo sucedido, él era el padre y debía estar al tanto de lo que sucedía, tal vez no se ha ido de viaje si no le ha pasado algo, un accidente o lo que es peor un secuestro al verla sola los delincuentes podían pensar que era presa fácil, las ideas más terribles cruzaban por la mente de la madre que lloraba por su hija. 
Liza comenzó a llamar a todas las agencias de viaje para preguntar si una joven llamada Merry Martel había comprado un boleto para viajar, las llamadas fueron infructuosas... nada, no había nadie con ese nombre que viajara en una de las empresas de buses. 
Felicia no pudo esperar más y llamó a su esposo para decirle lo que pasaba con Merry, le comentó todo lo que habían hecho para buscarla pero había sido en vano. El doctor Martel le habló a su esposa que iba a llamar los lugares de emergencias. Llamó a los hospitales, policía, bomberos, para saber si alguno de ellos habían recogido a una adolescente que llevaba una mochila negra y vestía una casaca roja, nadie sabía nada de la joven, nadie podía dar con su paradero.
Era de noche y la familia lloraba la desaparición de Merry ¿Dónde podía estar? o ¿Qué la había pasado? se preguntaban, no querían pensar lo peor. Oscar Martel desesperado seguía llamando desde su hogar a las diferentes clínicas pero su hija no aparecía, se negaba a pensar que su hija estaba muerta y que la vería entrar como el recuerdo de sus hermanos, no podía ser.  Felicia, Liza y Fanny lloraban desconsoladamente  ¿dónde más buscar? ¿a quién preguntar?.
Ajena a todo este dolor el sufrimiento de su familia Merry jugaba con su amiga Ivone en su habitación, en un momento del juego Ivone preguntó: -Merry no lo tomes a mal pero no crees que es mejor que llames a tu casa y les digas donde estás deben estar preocupados, son casi las diez de la noche-.
-No amiga no pienso ir a mi casa, ellos deben aprender que ya soy adulta y puedo manejar mi vida, más bien quiero pedirte si le dices a tu madre que vamos a tener una pijamada y me quedo a dormir hasta mañana- habló Merry como pidiendo un favor a su amiga.
Vito el hermano menor de Ivone había escuchado en la puerta de la habitación sin querrer la conversación de Merry y fue a contarle a su madre lo que sucedía con ella y sus padres. Margo madre de Ivone no tenía el teléfono de la casa de Merry pero Vito era amigo de una de las amigas de su grupo y le dio el teléfono, así fue que se armó una cadena de madres para por fin dar con el teléfono de la familia Martel, por supuesto que Margo había sido discreta y no había contado nada sobre el real problema de la joven.
Margo llamó a la familia Martel y Felicia contestó el teléfono, eran las once de la noche cuando escuchó la voz de la madre de Ivone comentando todo sobre Merry y desde que hora estaba en su casa, ella le dijo a Felicia: -Si deseas la dejas que duerma aquí en casa y yo mañana temprano la llevo a tu casa-.
Felicia sentía que le regresaba el alma al cuerpo y con voz apenas audible contestó: -te agradezco infinitamente lo que has hecho, pero no, yo voy a ir a recogerla en este instante dame tu dirección por favor-. 
Margo le dio la dirección y se despidio, era mejor no decir nada a Merry, ella debía esperar a su madre.
La madre lloró delante de sus hijas y esposo, les dijo que Merry había estado todo el día en casa de Ivone y que iba a recogerla, el padre también quizo ir pero Felicia lo detuvo: - no Oscar es preferible que yo vaya, tú ahora estás demasiado molesto y puedes ser muy rudo con ella, déjame ir y luego en casa hablas con tu hija, más tranquilo. Liza y Fanny se abrazaban de felicidad Merry estaba bien aunque había cometido una falta grave que había hecho sufrir a la familia.
La madre de Merry llegó a la casa de Margo, madre de Ivone, eran cerca de las doce de la noche, tocó el timbre y abrió la puerta Vito el hermano menor y el que había contado todo a su madre. En la sala estaban Merry, Ivone y la madre de ésta, Felicia saludó a todos agradeció, la ayuda que le habían brindado a Merry y a ella misma, con una sonrisa que apenas podía disimular le dijo a Merry que era hora de irse. Las dos se despidieron muy agradecidas y Felicia fue hasta el carro abrió la puerta de atrás y le dijo a Merry que suba, su primer impulso fue lanzarle una bofetada por todo lo que había hecho pasar a la familia pero se contuvo, ella jamás había golpeado a sus hijas. 
Merry subió en silencio al asiento de atrás, la madre no decía nada, solo cuando estaba frente al timón se abrazó a éste y se puso a llorar desesperadamente pensando que a su hija le había pasado algo grave, algo terrible y que nunca la volvería a ver. Merry nunca había visto así a su madre en ese estado, ella le pedía perdón una y otra vez pero Felicia seguía llorando sin poder contenerse, el dolor le oprimía el pecho y no podía hablar. 


CONTINUARÁ  
 
  
 
             
     
  
   
     

 

martes, 15 de julio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza estaba nerviosa, esperaba alguna respuesta de su padre, cuanto más demoraba en decir algo, eso se podía traducía en un ¡no! rotundo. Los segundos que pasaban parecía eternos, entonces el padre por fin habló.
-Liza van ir contigo Fanny y Umberto- comentó y luego agregó. -está bien no hay inconveniente que aceptes la invitación para asistir a la fiesta de fin de año, solo pido que tengan cuidado y si vas con tu hermana las dos regresan juntas ¿está claro?- preguntó el doctor
Liza saltó de alegría, abrazó a su padre, le dio un beso en la mejilla y exclamó: -¡gracias padre! vamos a tener cuidado, es un club privado y no hay problemas con la seguridad-. 
Liza sonreía de felicidad, fue a buscar a Fanny para darle la buena nueva y entre las dos elegir que vestido iban a usar para la fiesta. Ella tenía en mente un vestido de color amarillo suave que lo había usado pocas veces, estaba confeccionado con tela de gasa fina y tenía un corte muy asentador a su figura, si hacía frio en la noche llevaría un chal de hilo brillante perfecto para la ocasión.
En la sala el doctor Martel estaba serio, su esposa Felicia iba a comentar algo pero él le hizo una señal con la mano para que guarde silencio y agregó: -querida por favor no digas nada, yo sé que tu estás muy contenta de que Liza salga con Américo, pero te digo desde ahora, no estoy de acuerdo, no me agrada la situación y no voy a cambiar de idea-.
-Oscar no pretendo convencerte de lo contrario, solo quiero decir que debes tener calma, Liza es una joven prudente y se a ella no le agrada algo, simplemente se retira-. contestó Felicia a su esposo.
-Sé que Liza es una joven prudente pero Américo es un gentleman y va hacer lo imposible para conquistar a Liza. No estoy pensando mal de él, sé que es un hombre serio y correcto solo tengo algunos reparos que son para mí un impedimento-. respondió reflexivo el doctor. 
Felicia hasta un punto comprendía a su esposo, la tragedia que había vivido en el pasado era para él un terrible recuerdo de su niñez, en la actualidad las cosas habían cambiado,  pero no había manera de hacerlo pensar diferente. El padre quería un mundo sin sufrimientos para sus hijas y ella no sabía si eso podía ser posible.
Al día siguiente en la casa del Doctor Martel se vivía momentos de algarabía, en la noche era la fiesta de año nuevo, Liza y Fanny se preparaban para lucir espléndidas con su arreglo, vestidos y  zapatos, debían hacer juego con las carteras. Las dos hermanas habían separado cita en el salón de belleza, querían arreglarse el cabello para que todo vaya de acuerdo con la ocasión. Merry veía ir y venir a sus hermanas con los vestidos en las manos para mostrárselos a su madre y ella les daba el visto bueno. Felicia como siempre apoyaba a sus hijas y les brindaba su consejo y aprobación,  la hija menor en cambio no tenía compromiso de fiestas, todas sus amigas se habían ido a sus casas de playa para vivir con felicidad la fiesta de fin de año.
Felicia se ocupaba de la cena para celebrar el fin de año en casa, la iban a pasar junto a Nany, su hermana Gema, Merry y su esposo Oscar. Eran las personas suficientes para celebrar una noche divertida y amena, además Felicia y Oscar en el pasado habían asistido a tantas fiestas que no extrañaba asistir a un baile. Cuando fue a un baile por primera vez con Oscar, se quedó asombrada de lo gran bailarín que era, realmente era imposible aburrirse a su lado, no paraba de bailar y lo hacía con mucha gracia y elegancia. Felicia sonreía de tan solo recordar los buenos momentos que vivieron juntos en la época de enamorados. Luego vino el matrimonio, la responsabilidad de una familia y ya no podían salir tan seguido a divertirse pero siempre que podían escaparse para ir alguna reunión lo pasaban muy bien.
Merry en la habitación de sus hermanas las ayudaba a vestirse y se reía con las ocurrencias de éstas, faltaba poco para que vengan a recogerlas. Américo había prometido llevarlas al club junto con Umberto. 
Felicia terminaba de organizar la cena de la noche de año nuevo, consistía en un pollo al horno, ensalada rusa y como siempre el vino y champan para brindar luego de terminar de organizar todo en el comedor subiría a su habitación para ducharse y cambiar su ropa por un vestido elegante y festivo, sin olvidar la prenda amarilla que debía ponerse, todo se convertía en un ritual de fin de año. Los recuerdos que atesoraba de su hijas pequeñas era vestirlas con algo amarillo que significaba buena suerte para todo el año.  Su gran felicidad ver a sus pequeñas vestidas de amarillo con lazos del mismo color y zapatitos blancos, sus tres hijas eran el centro de su vida.
El doctor Martel había despedido más temprano el fin año con los compañeros de su trabajo, todos juntos habian brindado por la dicha del año que iba a comenzar. Llegó a casa cerca de las ocho de la noche, antes había pasado a recoger a su madre que lo esperaba lista con su vestido elegante de año nuevo. Nany quería ver a sus nietas antes de que ellas partan a su fiesta para abrazarlas y darles el saludo de fin de año. ¡Qué felicidad! poder pasar con su hijo y su familia juntos la celebración del año que se iba. 
Diez de la noche sonó el timbre de casa, era Umberto que venía para estar con Fanny y juntos partir con Liza y Américo a la fiesta. El joven estaba vestido con un atuendo elegante y propio para la ocasión, lucía atractivo, cuando Fanny bajó a recibirlo ambos se sorprendieron de verse tan elegantes formaban una pareja joven y hermosa. Toda  la familia reunida en la sala conversaban Liza se veía muy bella con su vestido, la familia había felicitado a las dos hermanas por su arreglo. Al cabo de media hora sonó de nuevo el timbre, Liza corrió a abrir la puerta, sabía que era Américo y le explicó que era mejor no entrar para no incomodar a su padre: -Américo, mi padre no esta muy contento y no deseo incomodarlo, yo te prometo que le voy a dar tus saludos de fin de año. Ahora es bueno irnos pronto, voy a llamar a Fanny y Umberto-. 
Américo lucía impecable con su atuendo, tenía porte para llevar la ropa... que siempre era fina y de buena calidad, nada se le podía criticar con respecto a su elegancia. 
Liza y Fanny se despedían de su familia, Umberto las escoltaba hasta el carro de Américo, momentos antes Liza se despidio de su padre y lo abrazó: -Padre gracias por todo, siempre piensas en tus hijas- estas palabras las dijo a su lado y se despidio.
Las dos hijas mayores habían partido a su fiesta y a los minutos llegó la tía Gema para pasar la noche en familia, le gustaba vivir estos festejos en casa de su hermana, quería mucho a las hijas de ésta y siempre decía que eran sus herederas.
La cena transcurrió en un ambiente festivo y ameno, todos brindaban porque el próximo año sea mejor que el que terminaba. Aunque Gema no se podía quejar en los negocios, le había ido muy bien, comentaba que deseaba lo mejor para toda la familia y mucha prosperidad. 
Dos de la mañana terminaba el festejo para la familia Martel, era la madrugada del nuevo año y las despedidas y brindis se acabaron.
Fanny y Liza llegaron de su fiesta a las cinco de la mañana, entraron muy despacio a su casa y se fueron a descansar, su madre las había sentido llegar y se quedó más tranquila al saber que estaban de regreso.
Mas tarde las dos hermanas en la sala contaban a sus padres lo bien que lo habían pasado, el club era  precioso y su decorado de año nuevo espectacular, la fiesta y la música alegre y divertida: -madre hemos bailado sin parar toda la noche- dijo Fanny. 
-Si, madre estoy de acuerdo con Fanny, todo fue muy alegre y divertido- agregó Liza.
En los días siguientes, la vida volvió a la normalidad en la casa de la familia, los festejos de fin de año terminaron y el nuevo año exigía atención.  Fanny y Liza trabajaban medio tiempo en la empresa de la tía Gema y Merry se quedaba en casa iba a descansar todo el mes de enero, ella tenía otros planes en mente.
En su habitación Merry miraba con atención el calendario, la fecha, tres de enero era justo el tiempo de volver a insistir con respecto a su viaje. Su padre ya había salido a trabajar, sus hermanas también. Su madre estaba sola y se arreglaba para salir a ocuparse de unas diligencias, entonces Merry se dijo a si misma es el momento:
-Madre, ¿puedo hablar contigo?- preguntó.
-Dime querida que es lo que deseas- contestó Felicia a su hija.
-Madre, por favor necesito tu permiso para viajar, ya tengo todo planificado y sé por donde vamos a comenzar el viaje mis amigas y yo- respondió Merry.
La madre respiró profundamente como tratando de calmarse y tener paciencia con esta hija que volvía a insistir en lo mismo, se detuvo en medio de la habitación y habló con seriedad: -Merry voy a decir esto por última vez y no quiero volver a repetirlo, no vas a viajar sola con tus amigas, estoy segura que ellas tampoco tienen el permiso de sus padres, no insistas en algo que no va ser, son menores de edad y no pueden irse por un mes ni veinte días por esos caminos. Si les sucede algo cómo vamos a saber para ayudarlas. Estas son mis palabras definitivas ¡no vas a ir a ese viaje!, se terminó la discusión. ¡no insistas!-levantó un poco la voz para dar a entender a su hija que estaba molesta con su insistencia y que se terminaba el viaje sin haber comenzado.
Merry iba a insistir y su madre la detuvo: -¡No! basta ya!- exclamó -Ahora ve a tu habitación es una orden-. dijo al final.
La joven salió de la habitación de su madre llena de ira y se encerró en su cuarto,  espero pacientemente a que su madre se vaya a realizar sus diligencia, estaba segura que no regresaría hasta la hora de almuerzo. Una vez sola en casa y molesta tomó su Mochila bajó las escaleras y comentó con Alejandrina: -ya vengo, voy a salir un rato-.
-Niña a donde va- preguntó la señora del servicio.
-Voy a pasear, no te preocupes-. respondió Merry, llevaba la mochila en la espalda y su dinero en los bolsillos. Salió de su hogar, tenía el itinerario de viaje en su mente, iría primero, a la casa de Ivone, una de las amigas con la que pensaba viajar, seguro ya estaba lista esperándola para viajar con el resto de sus amigas. A sus padres los llamaría desde un teléfono cuando se encuentren lejos de la capital para que se enteren donde está. 
La más joven de la familia no sospechaba ni por un segundo la tormenta que se iba a desatar en su hogar, el sufrimiento y dolor que ocasionaba  a sus padres y hermanas. 


CONTINUARÁ  
   
     
  
                          
 
   

 

miércoles, 9 de julio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

-Merry no puedo creer lo que me dices con respecto a Liza y el congresista Américo Panduro, él es un hombre muy conocido además de pertenecer al partido de nuestro presidente -comentó la tía Gema.
-Pues créalo mi querida tía porque es verdad, es más- se acercó a la tía  y dijo en voz baja -me he enterado de casualidad que Américo va a invitar a Liza a una fiesta de año nuevo, mi padre aún no lo sabe, pero no sé que va a pasar porque no está de acuerdo con que Liza salga con el congresista- finalizó Merry muy seria.
La tía Gema se tapó la boca en un gesto de complicidad y contestó: 
-Nosotras no vamos a decir ni una palabra, dejemos que sea Liza la que le cuente a tu padre-. 
-No te preocupes tía, yo no diré una  palabra, soy una tumba-. con la mano Merry hizo una señal de cerrar la boca.
Felicia anunció que la cena estaba servida y que se podía pasar al comedor, la familia siempre cenaba antes de las doce para luego brindar y darse el abrazo de navidad. Una música suave de villancicos sonaba de fondo, todos los presentes sentados en la mesa festejaban la decoración, todos estaban de acuerdo, la mesa lucía espléndida y la cena ni hablar, un asado con papas doradas en el centro, bocaditos, vino y champán, además del chocolate y panetón.
-Felicia te luciste esto está hermoso y la cena deliciosa- decía Nany y todos le daban la razón, Felicia sonreía, estaba orgullosa de su mesa y de su cena.
-Mi querida hermana esto es un festín con vino y asado- habló Gema.
El doctor Martel llamó la atención de toda la familia para decir unas palabras -quiero hacer un brindis por mi esposa que siempre se luce en estás fechas, por mis hijas que son jóvenes hermosas e inteligentes, por mi madre que me bendice con su presencia y por Gema que nos acompaña siempre con su calor de tía- levantó su copa y exclamó -¡Salud por mi querida familia!-. 
Todos al unísono levantaron sus copas y brindaron con el fino vino tinto que acompañaba el asado, el champan siempre lo guardaba para las doce después de que nazca el niño. 
La familia en pleno disfrutaba de la cena y la conversación, Gema sabía el secreto de Liza y la miraba sonriente, no preguntó por las flores para no iniciar una discucion sobre ello. A su padre le podía disgustar el tema.
Terminada la cena la familia paso a la sala para esperar las doce las copas y el champán estaban en una bandeja esperado que sea la hora del brindis, la conversación alegre y amena no se interrumpió hasta que sonó el teléfono, era para Liza. La joven corrío a responder mientras un ambiente de tensión  se hizo en la sala. Felicia rompió el silencio  para distraer a su esposo y que la noche no termine en disgusto. 
Liza fue breve no tardó mucho tiempo en hablar, era Américo que la llamaba para desearle una feliz navidad:
-Que bueno poder conversar contigo y desearte una feliz navidad, tal vez el próximo año estemos juntos celebrando en familia- Liza no contestó a estas palabras pero si le deseo una feliz navidad y le dio las gracias por las flores y los saludos, luego se despidio de él para no crear malestar en su padre. Américo comprendio la situación y cortó.
Al regresar al comedor Liza comentó que la llamada había sido para ella, no deseaba mentir y habló brevemente de Américo y los  saludos que mandaba a toda la familia, luego pidió a Merry que le alcance su copa de vino para seguir brindando con el resto de la familia.
El doctor Martel no hizo comentario alguno sobre la llamada de teléfono, vio su reloj y dijo: -solo faltan diez minutos para las doce creo que nos ponemos de pie y servimos el champán. Felicia junto a  Fanny se dispusieron a llenar las copas cuando sonó las campanas de las doce, la familia en pleno se dio el abrazo de navidad las hijas, Nany, Gema, Felicia y Oscar se abrazaban con alegría luego cada quien tomaba su copa para brindar por la noche buena y el nacimiento del niño, después el ritual de cada año, abrir los regalos. Cada quien recibía su presente y no faltaban los comentarios y las bromas además de las gracias por tal lindos regalos. La celebración duró cerca de las dos de la mañana, era un nuevo día y todos comenzaban a sentir sueño. Nany se quedaba a dormir en casa de su hijo y Gema se despedía para partir a su casa que quedaba muy cerca de la casa de su cuñado y hermana, eran pocas cuadras las que tenía que manejar. 
Felicia al despedirse de su hermana comentó: -llámame ni bien llegues a tu casa por favor no me tengas preocupada pensando que te ha pasado algo-.
-No te preocupes voy a estar bien- respondió Gema -yo te llamo para que estés tranquila-.
Las dos hermanas se despidieron con un abrazo, Gema se retiró a su casa, estaba cansada habia sido una noche muy familiar y el vino y champán comenzaban hacer su efecto.
Al día siguiente toda la familia se levantó tarde, excepto Nany, ella tenía costumbre de levantarse muy temprano desde hace años, ya no podía dormir más de cinco horas, camino despacio para no despertar al resto, se fue a la sala se sentó en uno de los sillones y se puso a decir sus oraciones, como salía hacerlo cada mañana en su casa, para ella era una paz saludar a Dios y darle las gracias por las cosas buenas que le había concedido. En sus oraciones pedía por cada miembro de la familia y por el hijo que se fue y no sabía nada de él. Rogaba que lo proteja y que lo traiga de nuevo a casa antes que ella se vaya de éste mundo.
Cuando en el reloj del comedor eran las once de la mañana la familia en pleno ya se había levantado y cambiado para tomar el desayuno de navidad, chocolate y panetón era la tradición, eso no podía faltar en casa de la familia Martel. 
El resto del día fue tranquilo y muy familiar, se almorzó tarde y se comieron sanguches, Felicia no cocinaba ni preparaba nada especial después de navidad. La cena de la noche anterior, habia sido suficiente.
En el transcurso de la semana Fanny y Liza estaban poniéndose de acuerdo si iban a trabajar medio tiempo en el verano en la empresa de la tía Gema. Ellas siempre ayudaban a su tía y de paso ganaban un dinero que nunca estaba de más. Al final se pusieron de acuerdo para trabajar, la tía esperaba su llamada para incluirlas como practicantes de verano en la empresa. Más tarde llamarían a Gema para decirle que las incluya en el trabajo de verano.
 Antes que Fanny se retire de la habitación de Liza, ésta le pidió que cierre la puerta porque quería conversar con ella. 
Liza con un tono misterioso en la voz comentó: -Fanny quisiera pedirte un favor, si es posible que tú y Umberto nos acompañen a mí y a Américo a una fiesta de año nuevo, él me invitó desde la semana pasada-.
Fanny observó unos segundos a su hermana era la primera vez que le pedía algo así: -Liza el congresista te ha invitado a una fiesta y quieres que te acompañe para que nuestro padre no se moleste-.
-Si algo así- contestó Liza -sabes bien que Américo no es del agrado de nuestro padre. Él desea que desaparezca-.
-No sé Liza- exclamó Fanny -creo que Umberto tiene otros planes para celebrar el año nuevo en la playa, tengo que consultarlo con él-. 
-Por favor Fanny acompáñame, vamos a pasarlo muy bien, la fiesta es en un club privado y también cerca de la playa- agregó Liza con la esperanza de que su hermana acepte.
-Mañana te contesto, debo preguntar a Umberto- respondió con una sonrisa cómplice, luego salió de la habitación de Liza.
Faltaban tres días para el nuevo año y Fanny había aceptado acompañar a su hermana, Umberto estuvo de acuerdo. 
Ahora faltaba lo más complicado hablar con su padre pero primero buscaría la ayuda de su madre para que sirva de mediadora. Felicia gustosa aceptó hablar con su esposo, él debía de estar sereno para que comprenda que sus hijas eran jóvenes y querían ir de fiesta.
En la noche después de cenar cuando el doctor estaba relajado y tranquilo, Felicia habló con él, le explicó la situación y éste como respuesta contestó: -que venga Liza quiero hablar con ella-.
Felicia llamó a su hija, Fanny y Merry sabían de que se trataba, solo esperaban que su padre le de el permiso. 
Cuando su hija se hizo presente el padre preguntó: -Liza estás saliendo con Américo-.
-Si padre, nos estamos conociendo, es una persona agradable y gentil- contestó un poco turbada.
-Yo tenía la esperanza de que no fuera así, sabes que es bastante mayor que tú y que es una persona que pertenece al mundo de la política-.
-Si padre, sé todo eso, pero creo que no tiene nada de malo ir a una fiesta de fin de año con él, además Fanny y Umberto nos acompañan-. 
El doctor junto sus manos, un silencio prolongado lleno la sala, se acordó de la conversación que había tenido con el parlamentario, al parecer Américo estaba haciendo una buena amistad con Liza. La madre estaba cerca y comentó: -Oscar son jóvenes quieren ir a una fiesta, eso no debe ser problema-.
Si, tal vez no tenga nada malo pero al padre no le agradaba demasiado la idea, su hija Liza era una joven brillante y él quería lo mejor para ella. Reconocía que Américo era un hombre inteligente y capaz pero pertenecía al mundo político y el doctor tenia recuerdos dolorosos sobre ello.


CONTINUARÁ          
     
   
         
      

   
 

 

jueves, 3 de julio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Merry volvió a insistir sobre su viaje, ella estaba preparada desde hace tiempo para realizar el viaje no alcanzaba a comprender la negativa de sus padres. No era acaso verdad que pronto cumpliría la mayoría de edad.
Su madre contestó ante tanta insistencia:
-Esta bien hagamos ese viaje, juntas podemos ir conociendo ciudad por ciudad en un par de semanas, no creo que tus amigas se opongan- dijo al final la madre de Merry.
-¡No, nunca!- casi gritó Merry -no vamos a viajar contigo madre? ¡eso es algo imposible!-.
El doctor Martel estaba presente y no iba a tolerar la conducta de su hija, con voz severa contestó: -Merry no permito que levantes la voz a tu madre e insistas en hacer un viaje que no va a suceder, es mejor que te olvides de eso. Cuatro adolescentes no pueden viajar sin un adulto, se acabo la conversación no deseo escuchar una palabra más-.
Merry vio que su padre estaba molesto, nunca antes le habló con tanta severidad, insistir más sobre el tema en ese momento era equivocado, pensó para si misma "mejor espero que pasen las fiestas de fin de año, total de todas maneras en estos días no podemos viajar". Más serena respondió:
-Padres, tienen razón no voy a insistir más sobre el viaje- fueron sus palabras finales, se levantó en silencio del sillón donde estaba sentada y subió a su habitación pero alcanzó a escuchar lo que decia  su madre: -Querida Merry vivamos las fiestas de navidad con paz y amor familiar-.
Merry no contestó y se encerró en su habitación en lo ultimo que pensaba era en celebrar la navidad.   
-Nunca imagine que esté seria el comportamiento de nuestra hija -comentó el doctor con fastidio- Merry se está esforzando en hacernos pasar momentos difíciles-. 
-No pienses de esa manera Oscar, es una niña que esta queriendo gritar su independencia pero debe saber que todavía es muy joven para ello. En los próximos días se va olvidar de este absurdo viaje y volverá hacer la hija dulce de siempre- contestó su esposa.
Merry en su habitación cavilaba con tranquilidad "no es el momento de insistir" ahora vamos a celebrar la navidad. La más joven de las hijas de la familia no quería dejar a tras su idea del viaje, ella suponía que sus otras amigas estaban en la misma situación, no era gracioso viajar con las mamas luego dijo -"Vamos a ver cómo solucionamos este problema, después de las fiestas de fin de año"- luego tomó su mochila y la guardó en el fondo de su closet.  
Al día siguiente un nuevo día comenzaba amanecer, solo faltaban dos días para celebrar la noche buena, el ambiente en la casa de la familia Martel era alegre, los regalos envueltos con vistosos y coloridos papeles, estaban bajo el árbol, era una fiesta que disfrutaban todos en casa incluidas Nany y la tía Gema. La noche de navidad era especial, habian recuerdos imborrables al respecto. Fanny, Liza y Merry tenían comprados sus regalos y alguna prenda de vestir para inaugurar  esa noche. Sus padres guardaban en secreto que regalos iban a dar a sus hijas. 
Alejandrina la señora del servicio pasaba con su familia esos días de fiesta por eso todas las hijas ayudaban a su madre al decorado de la mesa y a servir la cena.
Antes del medio día un mensajero tocó el timbre de la puerta principal, traía en sus manos una caja  cuadrada de cartón en la tapa decia para el doctor Oscar Martel y más abajo en una esquina se podía leer, de parte de Ramiro Fuentes. Aparte de la caja venia un sobre con una tarjeta de saludos de navidad en la parte de abajo de la misma estaba escrito con letras pequeñas espero que disfruten mi presente familia.
Era inevitable abrir la caja, podía ser algo que se descomponga o maltrate, esta vez nadie tenia miedo de que pueda ser algo peligroso, Felicia fue quién abrió la caja, ésta estaba llena de hermosas fresas tan grandes, rojas y brillantes. Felicia y sus hijas no sospechaban que esas fresas deliciosas era la primera cosecha del jardin de Ramiro Fuentes que le inviaba a su gran amigo el doctor Martel. Madre e hijas dijeron al mismo tiempo ¡Qué fresas tan deliciosas!.
Merry estaba feliz era su fruta favorita, ahora las como con yogurt, Liza quería  probarlas en jugo y Fanny exclamó -¡No, por favor! yo las quiero con dulce encima-.
-Calma mis queridas hijas- dijo la madre -las fresas han sido enviadas a su padre y él debe ser el primero en verlas y probarlas después pueden comer lo que deseen- Alejandrina llamó -lava bien estás fresas y a la heladera-.
La señora del servicio contestó -son una gran cantidad de fresas señora Felicia, nunca voy a terminar de lavarlas- sonriendo fue camino al lavadero.
Para ese día las sorpresas no habian terminado en casa de la familia, una hora más tarde apareció otro mensajero con una gran canasta de preciosas flores para Liza, no era necesario adivinar quien las mandaba. Sus hermanas y su madre rodearon a Liza que tenia la tarjeta en la mano, ésta leyó en voz alta "Para mi querida Liza de su admirador más rendido".
Fanny sonriendo dijo: -Liza Américo no se cansa de mandar flores, tengo que decir que son hermosas-
-Si, es un arreglo de flores muy bello-contestó la madre. 
Solo Liza quedó en silencio, no sabia que pensar o que hacer, Américo Panduro quería algo con ella o era solo una gentileza de su parte por haberlo acompañado a la cena de gala en días pasados que ha decir verdad la paso muy bien, el ambiente fue agradable y la gente que conoció también. Ella no estaba convencida de los avances del congresista o tal vez no estaba lista para una relación seria con él. No quería imaginar nada ni hacerse ideas de algo serio sobre el tema. Guardó la tarjeta y le dijo a su madre: -por favor quiero que seas tú la que escoja el lugar donde poner la canasta de flores-. antes que sus hermanas digan algo, Liza subió a su habitación.
-¿Madre crees qué Liza acepte al congresista?- preguntó Fanny.
-No vamos adelantarnos a ninguna situación, ustedes guarden silencio y no vayan a molestar a su hermana- respondió la madre con severidad. 
Al que no le hizo ninguna gracia fue al padre cuando llego a su casa en la noche y vio el gran arreglo floral en la mesa del recibidor, no necesitaba preguntar, sabia quien lo habia mandado. Vio las flores y dijo en voz baja: -tengo pendiente una conversación muy seria con este caballero que está molestando a mi hija-.
Felicia observó a su esposo, podía adivinar que no estaba a gusto con Américo, no hizo comentario al respecto y para cambiar de tema le comentó sobre las fresas que habia mandado Ramiro Fuentes, al doctor le cambio el animo y sonrió -Felicia esas fresas son de su jardin él las ha cultivado con ayuda de su jardinero-.
-Querido ven para que las veas se ven hermosas y deliciosas-. agregó su esposa.
En la cocina, abrió la heladera Felicia y le mostró a su esposo que habia una invasión repleta de fresas.
-No puede ser tendremos fresas para tres meses- y comenzó a reír tenia que llamar a Ramiro para agradecer tan original regalo. 
A la hora de la cena, la familia no habló sobre las flores, el tema no se toco ni por asomo, era mejor de esa manera, además Liza no tenia muchas ganas de hablar como otras veces. Las fresas de Ramiro fueron el tema principal y el postre para terminar de cenar.
Al día siguiente Oscar Martel recibió una gran sorpresa en su consultorio, la visita del congresista Américo Panduro.
-Mi estimado doctor- dijo sonriente -no he venido por una consulta, he venido porque los dos tenemos una conversación pendiente-. 
El doctor no lo recibió de buen agrado pero dejo que hable para enterarse que quería decir. Américo se dio cuenta de la seriedad del padre de Liza y habló con calma y cortesía, no deseaba conflictos con él,  solo quería su permiso para cortejar a su hija y no deseaba pasar por encima de su autoridad.
El doctor lo escuchó con calma sin exasperarse y luego respondió:- Américo voy a ser directo contigo y hablar sin protocolos, no deseo, ni quiero que salgas o invites a Liza a ninguna parte, no deseo que la cortejes, tú para ser congresista eres joven pero para salir con mi hija no, ella tiene veintitrés años y tu vas a cumplir cuarenta, además me gusta mantener a mi familia lejos de publicaciones o noticias-. sus palabras fueron ásperas, sin delicadeza alguna. Américo no esperaba una reacción así del padre de Liza, éste fue demasiado directo.
-Doctor Martel creo que me conoce lo suficiente para darse cuenta como soy, mis intensiones con Liza son serias y no voy a exponerla a noticias o malas interpretaciones. Ella es para mí lo primero la voy a proteger siempre.
-Américo es mejor no insistir, te he hablado lo que pienso y punto- contestó el doctor. 
El congresista Panduro no pensaba dejar el tema y agregó: -¿Oscar por qué no dejamos que Liza escoja si quiere salir conmigo?, si ella dice que no, te prometo salir de su vida y nunca más me volverías a ver. Me gustaria contar con tu permiso, creo que en realidad lo que más te molesta es que yo sea político sé que ese mundo no es de tu agrado-.
El doctor sabía que Américo tenia razón con respecto a la política pero estuvo de acuerdo, era razonable lo que decia: -esta bien, estoy de acuerdo- el padre de Liza conocía que  su hija no quería casarse si no seguir con su carrera para dedicarse a la investigación, no habia nada más que hablar se despidieron cordialmente y Américo se retiró.
El doctor estaba dispuesto a olvidar el tema y seguir con su trabajo y su vida familiar. La navidad era al día siguiente, solo quería celebrar con su familia una fiesta de paz y amor como cantaban los villancicos de navidad.
En la casa del doctor Martel todo era felicidad la música navideña de fondo acompañaba la celebración, Nany vestía su ropa de navidad. La tia Gema estaba sorprendida con las noticias que Merry le contaba sobre Liza y las flores, regalo de Américo. Fanny vivia feliz el romance con Umberto su novio que más temprano vino a su casa trayendo un regalo para la novia más hermosa decia él. Felicia no dejaba de ir de un lado para el otro, la mesa debía lucir impecable con su decorado de navidad, en unas horas más sería media noche y la cena, el vino y champan estaba listos para comer y brindar.  Nada debía faltar en la noche de celebración  
El ambiente en la casa de la familia era de alegría las luces en al árbol de navidad alumbraban el hogar, que felicidad sentía el doctor al ver a toda su familia reunida, tal vez en el fondo de su corazón deseaba que fuera siempre así, que nada cambie y que nunca se acabe, rogaba también que sus hijas siempre vivan junto a él.


CONTINUARÁ 


 
 
   
             
            
  
 

 

martes, 17 de junio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Con la invitación del congresista Américo Panduro a la cena en la casa del embajador de su partido Liza apenas tenía tiempo de prepararse, Felicia se sentía feliz por su hija, el congresista era una persona muy conocida y de buena fama en el ambiente político, era en pocas palabras un buen partido si su hija deseaba aceptarlo, pero para sí misma la madre pensó -no debes adelantarte a ningún hecho Felicia. Es solo una invitación y nada más- en su fuero interno no podía dejar de sonreír de alegría.
Ayudó a Liza en todo lo necesario para que el día de la cena ella luzca hermosa y elegante, sin exagerar, nada podía ser peor que un exceso de arreglo o un vestido que no se vea elegante. Felicia sugirió ir al taller de modas de "Beverly" la dueña era muy reconocida  porque vendía los  vestidos más  elegantes, con  colores de moda y de telas muy  finas. Después de probarse varios escogieron uno que hacía resaltar la belleza natural de Liza sin que sea exagerado, ella era hermosa y no necesitaba demasiados adornos. El mismo día de la cena, en la mañana Liza recibió un bello ramo de flores que le enviaba Américo, con una nota que decía "Para la flor más hermosa, esto puede sonar a cliché pero es verdad mi querida Liza".  En la tarde la joven fue al salón de belleza para que la peinen y maquillen, con todas estas idas y venidas, ella no había notado la molestia de su padre el doctor Martel. Éste se sentía un tanto incómodo, no le agradaba en lo absoluto que su hija salga con el congresista Panduro y le molesto más aun que no fuera consultado sobre la cena. 
-Felicia- dijo molesto su esposo cuando se encontraban a solas en su habitación -en que momento Liza fue invitada por el congresista a la cena del embajador, no se me consultó en momento alguno si estaba de acuerdo-.
-Querido Oscar fue hace apenas unos días, como tú siempre estás ocupado Liza aceptó porque pensó que no había ningún inconveniente y que tú estarías de acuerdo, además Américo es una persona correcta y muy seria, no veo nada de malo que nuestra hija acepte la invitación a una cena formal- contestó Felicia con un tono de felicidad en la voz que no podía disimular. 
-Voy hablar con Liza para que me explique, no estoy de acuerdo que haya aceptado esa invitación- contestó el doctor a su esposa.
-Te ruego Oscar, no arruines la felicidad de tu hija con reparos que existen solo en tu mente- respondió Felicia apenada por la opinión de su esposo y el fastidio de la invitación 
Oscar Martel salió de la habitación, no deseaba discutir con su esposa, él no estaba de acuerdo con que su hija asista a la cena.  Llamó a Liza a su estudio para hablar con ella y comentó: -Liza ¿En qué momento me ibas a comunicar sobre la invitación del congresista Panduro?-.
La joven preocupada por el tono de voz y la pregunta que le hizo su padre contestó: -fue hace unos días que vino a la casa a buscarme y me invitó a la cena, no vi nada malo en aceptar, es una persona respetuosa, tú mismo me lo has dicho en varias ocasiones, no comprendo ahora tu molestia. Él ha sido muy correcto conmigo-.  
Era un poco tarde para negarle a Liza el permiso de asistir a la cena, dentro de una hora vendría a recogerla Américo Panduro, en esos minutos mientras su hija terminaba de arreglarse hablaría  con él, no era posible que se tome licencias que no estaban permitidas.
En el segundo piso en la habitación de Liza estaban sus hermanas y su madre ayudándola con los últimos retoques, la joven se miraba en el espejo y se veía tan bella como una flor al amanecer. El vestido, maquillaje y peinado la hacían lucir elegante, distinguida y hermosa.
Fanny y Merry no dejaban de halagarla, Liza estaba sonrojada por tantas palabras de admiración de sus hermanas y su madre no dejaba de sonreír y decirle que lucía bella.
-Por favor- exclamó Liza -no me digan nada más porque voy a pensar que es verdad, aquí las únicas bellas son ustedes y nuestra madre, no me hagan sonrojar- luego dio una vuelta y se miró en el espejo éste le devolvió la imagen de una linda joven.
Mientras Liza terminaba su arreglo con ayuda de su madre y hermanas, en la sala de la casa conversaban el padre de Liza y Américo Panduro, éste habia llegado hace unos minutos, el doctor lo recibió y no estaba muy feliz con la invitación a su hija y así se lo hizo saber.
-Américo yo te he dado mi confianza y te he brindado mi amistad, te digo de frente y sin rodeos, no me agrada que hayas invitado a mi hija a la cena  en la casa del embajador, ella no conoce el mundo de la política y no deseo que la conozca- el doctor habló molesto y Américo Panduro se dio cuenta que no estaba fingiendo, ni sonreía complacido.
-Oscar Martel mi intención jamás ha sido pasar por encima de tu autoridad de padre de abusar ni de tu confianza, pensé en Liza para invitarla porque es una joven muy agradable y educada además de hermosa. Jamás imagine que podías molestarte-.
El padre de Liza iba a contestar pero en ese instante entró en la sala Liza con su madre y hermanas e interrumpió la conversación, el doctor ya no podía decir nada más para no estropear el momento de felicidad de su hija. Además Liza se veía tan linda que Américo no dudo en decirle que iba ser la envidia de los presentes en la cena, la joven sonrió y dio las gracias por sus palabras.  
-Américo- habló Felicia -creo que se hace un poco tarde es el momento de que se vayan para llegar puntuales a la cena.
-Si es cierto la hora nos va a ganar, gracias señora por recordármelo y gracias doctor Martel por concederme el permiso de salir con su hija- dijo muy solicito Américo.
Al padre de Liza no le hizo mucha gracias sus palabras ni la compañía para su hija, ya habría tiempo de conversar con el congresista  y aclarar algunos puntos. 
Nadie sabe como se entero la prensa de la cena el la casa del embajador pero habían varios periodistas apostados en la puerta de la casa para tomar fotos de los diferentes invitados y de Américo Panduro con su nueva acompañante, todos se preguntaban quién era la joven que estaba a su lado, nunca antes la habían visto. La noticia sería primera plana en varios diarios al día siguiente. Mientras tanto Liza y Américo disfrutaron de la cena y de la reunión que estuvo muy amena, muchos de los amigos insinuaban que era su nueva pareja. Liza trató de sonreír y disfrutar de la velada, todos los que lo rodeaban fueron muy amables con ella, después de todo era la pareja del congresista del momento.
En casa de su familia, el doctor hablaba con su esposa de lo molesto que estaba, no quería a su hija en compañía de Américo, aunque reconocía que era un hombre agradable y formal, no deseaba que Liza esté expuesta a tantos comentarios.
-Oscar creo que estás exagerando- comentó Felicia.
El doctor respondió: -no estoy exagerando quiero a mi hija lejos de comentarios que no siempre pueden ser buenos, además ella todavía es muy joven.
-Querido, es una invitación es muy posible que ya no la vuelva a invitar- agregó su esposa con serenidad. 
-Ojalá así sea y Américo Panduro desaparezca de nuestras vidas- dijo el doctor imaginando lo peor.
-Oscar vamos a tomar un té caliente y te habló de como vamos a celebrar la navidad, que vamos a preparar en la cena, tú sabes bien que siempre están invitadas Nany y Gema. Nuestras hijas han preparado sus regalos y quieren que pasemos una noche buena en la paz y con  amor familiar-. dijo  Felicia todo esto para que su esposo se relaje y olvide su molestia. Tomaron el té en la sala y hablaban de la celebración de noche buena. La presencia de Merry los interrumpió, ella estaba feliz de verlos juntos porque así podía hablar con los dos a la vez y pedir el permiso que necesitaba.
-¡Qué bueno que estén los dos aquí en la sala! porque así puedo decir lo que tengo pensado hacer después de las fiestas de navidad- Merry se sentó muy cerca de sus padres y prosiguió: -padre, madre voy hacer un viaje en enero junto con mis amigas de colegio, vamos a ir con mochilas y calculamos que el viaje va a durar un mes. Pensamos visitar varias ciudades del sur del país, solo vamos las cuatro amigas, quiero que me den su permiso, por el dinero no se preocupen yo tengo bastante ahorrado de las clases con mis alumnos-. terminó de decir Merry y esperaba la respuesta de sus padres.
Felicia y su esposo miraban a su hija perplejos, habían escuchado bien, Merry se iría de viaje con sus amigas, solo las cuatro durante un mes.
-Merry- contestó el doctor -desde ahora te digo que no cuentes con mi permiso, es un viaje que no pueden hacer cuatro menores de edad solas y durante un mes. No, no y no-
-Merry tu padre tiene razón, son demasiado jóvenes para hacer ese viaje-. agregó la madre con voz serena para que su hija comprenda lo que decían.
No, la joven no estaba dispuesta a comprender, ella quería hacer ese viaje junto a sus amigas, por eso contestó: -Madre- levantó la voz -nunca me dejan hacer lo que deseo, con el pretexto de que soy menor, pero se acabó, yo quiero hacer ese viaje, he sacado buenas notas, quiero un premio y puede ser ese viaje-.
Los padres no podían creer la reacción de su hija menor que siempre había sido una niña razonable, ¿Por qué insistía en un viaje que no iba a realizar sin la compañía de un adulto?. 


CONTINUARÁ