martes, 17 de junio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Con la invitación del congresista Américo Panduro a la cena en la casa del embajador de su partido Liza apenas tenía tiempo de prepararse, Felicia se sentía feliz por su hija, el congresista era una persona muy conocida y de buena fama en el ambiente político, era en pocas palabras un buen partido si su hija deseaba aceptarlo, pero para sí misma la madre pensó -no debes adelantarte a ningún hecho Felicia. Es solo una invitación y nada más- en su fuero interno no podía dejar de sonreír de alegría.
Ayudó a Liza en todo lo necesario para que el día de la cena ella luzca hermosa y elegante, sin exagerar, nada podía ser peor que un exceso de arreglo o un vestido que no se vea elegante. Felicia sugirió ir al taller de modas de "Beverly" la dueña era muy reconocida  porque vendía los  vestidos más  elegantes, con  colores de moda y de telas muy  finas. Después de probarse varios escogieron uno que hacía resaltar la belleza natural de Liza sin que sea exagerado, ella era hermosa y no necesitaba demasiados adornos. El mismo día de la cena, en la mañana Liza recibió un bello ramo de flores que le enviaba Américo, con una nota que decía "Para la flor más hermosa, esto puede sonar a cliché pero es verdad mi querida Liza".  En la tarde la joven fue al salón de belleza para que la peinen y maquillen, con todas estas idas y venidas, ella no había notado la molestia de su padre el doctor Martel. Éste se sentía un tanto incómodo, no le agradaba en lo absoluto que su hija salga con el congresista Panduro y le molesto más aun que no fuera consultado sobre la cena. 
-Felicia- dijo molesto su esposo cuando se encontraban a solas en su habitación -en que momento Liza fue invitada por el congresista a la cena del embajador, no se me consultó en momento alguno si estaba de acuerdo-.
-Querido Oscar fue hace apenas unos días, como tú siempre estás ocupado Liza aceptó porque pensó que no había ningún inconveniente y que tú estarías de acuerdo, además Américo es una persona correcta y muy seria, no veo nada de malo que nuestra hija acepte la invitación a una cena formal- contestó Felicia con un tono de felicidad en la voz que no podía disimular. 
-Voy hablar con Liza para que me explique, no estoy de acuerdo que haya aceptado esa invitación- contestó el doctor a su esposa.
-Te ruego Oscar, no arruines la felicidad de tu hija con reparos que existen solo en tu mente- respondió Felicia apenada por la opinión de su esposo y el fastidio de la invitación 
Oscar Martel salió de la habitación, no deseaba discutir con su esposa, él no estaba de acuerdo con que su hija asista a la cena.  Llamó a Liza a su estudio para hablar con ella y comentó: -Liza ¿En qué momento me ibas a comunicar sobre la invitación del congresista Panduro?-.
La joven preocupada por el tono de voz y la pregunta que le hizo su padre contestó: -fue hace unos días que vino a la casa a buscarme y me invitó a la cena, no vi nada malo en aceptar, es una persona respetuosa, tú mismo me lo has dicho en varias ocasiones, no comprendo ahora tu molestia. Él ha sido muy correcto conmigo-.  
Era un poco tarde para negarle a Liza el permiso de asistir a la cena, dentro de una hora vendría a recogerla Américo Panduro, en esos minutos mientras su hija terminaba de arreglarse hablaría  con él, no era posible que se tome licencias que no estaban permitidas.
En el segundo piso en la habitación de Liza estaban sus hermanas y su madre ayudándola con los últimos retoques, la joven se miraba en el espejo y se veía tan bella como una flor al amanecer. El vestido, maquillaje y peinado la hacían lucir elegante, distinguida y hermosa.
Fanny y Merry no dejaban de halagarla, Liza estaba sonrojada por tantas palabras de admiración de sus hermanas y su madre no dejaba de sonreír y decirle que lucía bella.
-Por favor- exclamó Liza -no me digan nada más porque voy a pensar que es verdad, aquí las únicas bellas son ustedes y nuestra madre, no me hagan sonrojar- luego dio una vuelta y se miró en el espejo éste le devolvió la imagen de una linda joven.
Mientras Liza terminaba su arreglo con ayuda de su madre y hermanas, en la sala de la casa conversaban el padre de Liza y Américo Panduro, éste habia llegado hace unos minutos, el doctor lo recibió y no estaba muy feliz con la invitación a su hija y así se lo hizo saber.
-Américo yo te he dado mi confianza y te he brindado mi amistad, te digo de frente y sin rodeos, no me agrada que hayas invitado a mi hija a la cena  en la casa del embajador, ella no conoce el mundo de la política y no deseo que la conozca- el doctor habló molesto y Américo Panduro se dio cuenta que no estaba fingiendo, ni sonreía complacido.
-Oscar Martel mi intención jamás ha sido pasar por encima de tu autoridad de padre de abusar ni de tu confianza, pensé en Liza para invitarla porque es una joven muy agradable y educada además de hermosa. Jamás imagine que podías molestarte-.
El padre de Liza iba a contestar pero en ese instante entró en la sala Liza con su madre y hermanas e interrumpió la conversación, el doctor ya no podía decir nada más para no estropear el momento de felicidad de su hija. Además Liza se veía tan linda que Américo no dudo en decirle que iba ser la envidia de los presentes en la cena, la joven sonrió y dio las gracias por sus palabras.  
-Américo- habló Felicia -creo que se hace un poco tarde es el momento de que se vayan para llegar puntuales a la cena.
-Si es cierto la hora nos va a ganar, gracias señora por recordármelo y gracias doctor Martel por concederme el permiso de salir con su hija- dijo muy solicito Américo.
Al padre de Liza no le hizo mucha gracias sus palabras ni la compañía para su hija, ya habría tiempo de conversar con el congresista  y aclarar algunos puntos. 
Nadie sabe como se entero la prensa de la cena el la casa del embajador pero habían varios periodistas apostados en la puerta de la casa para tomar fotos de los diferentes invitados y de Américo Panduro con su nueva acompañante, todos se preguntaban quién era la joven que estaba a su lado, nunca antes la habían visto. La noticia sería primera plana en varios diarios al día siguiente. Mientras tanto Liza y Américo disfrutaron de la cena y de la reunión que estuvo muy amena, muchos de los amigos insinuaban que era su nueva pareja. Liza trató de sonreír y disfrutar de la velada, todos los que lo rodeaban fueron muy amables con ella, después de todo era la pareja del congresista del momento.
En casa de su familia, el doctor hablaba con su esposa de lo molesto que estaba, no quería a su hija en compañía de Américo, aunque reconocía que era un hombre agradable y formal, no deseaba que Liza esté expuesta a tantos comentarios.
-Oscar creo que estás exagerando- comentó Felicia.
El doctor respondió: -no estoy exagerando quiero a mi hija lejos de comentarios que no siempre pueden ser buenos, además ella todavía es muy joven.
-Querido, es una invitación es muy posible que ya no la vuelva a invitar- agregó su esposa con serenidad. 
-Ojalá así sea y Américo Panduro desaparezca de nuestras vidas- dijo el doctor imaginando lo peor.
-Oscar vamos a tomar un té caliente y te habló de como vamos a celebrar la navidad, que vamos a preparar en la cena, tú sabes bien que siempre están invitadas Nany y Gema. Nuestras hijas han preparado sus regalos y quieren que pasemos una noche buena en la paz y con  amor familiar-. dijo  Felicia todo esto para que su esposo se relaje y olvide su molestia. Tomaron el té en la sala y hablaban de la celebración de noche buena. La presencia de Merry los interrumpió, ella estaba feliz de verlos juntos porque así podía hablar con los dos a la vez y pedir el permiso que necesitaba.
-¡Qué bueno que estén los dos aquí en la sala! porque así puedo decir lo que tengo pensado hacer después de las fiestas de navidad- Merry se sentó muy cerca de sus padres y prosiguió: -padre, madre voy hacer un viaje en enero junto con mis amigas de colegio, vamos a ir con mochilas y calculamos que el viaje va a durar un mes. Pensamos visitar varias ciudades del sur del país, solo vamos las cuatro amigas, quiero que me den su permiso, por el dinero no se preocupen yo tengo bastante ahorrado de las clases con mis alumnos-. terminó de decir Merry y esperaba la respuesta de sus padres.
Felicia y su esposo miraban a su hija perplejos, habían escuchado bien, Merry se iría de viaje con sus amigas, solo las cuatro durante un mes.
-Merry- contestó el doctor -desde ahora te digo que no cuentes con mi permiso, es un viaje que no pueden hacer cuatro menores de edad solas y durante un mes. No, no y no-
-Merry tu padre tiene razón, son demasiado jóvenes para hacer ese viaje-. agregó la madre con voz serena para que su hija comprenda lo que le decían.
No, la joven no estaba dispuesta a comprender, ella quería hacer ese viaje junto a sus amigas, por eso contestó: -Madre- levantó la voz -nunca me dejan hacer lo que deseo, con el pretexto de que soy menor, pero se acabó, yo quiero hacer ese viaje, he sacado buenas notas, quiero un premio y puede ser ese viaje-.
Los padres no podían creer la reacción de su hija menor que siempre había sido una niña razonable, ¿Por qué insistía en un viaje que no iba a realizar sin la compañía de un adulto?. 


CONTINUARÁ                           
         

 

martes, 10 de junio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Los días pasaban rápidamente, faltaba muy poco para celebrar la navidad. Merry junto a sus padres y hermanas asistió a su graduación del colegio. Sus notas brillantes eran la felicidad de sus padres, por fin había terminado el colegio ¿Qué felicidad! pensó Merry, ahora si podía descansar y planificar sus vacaciones. 
En casa de la familia ya se vivía el ambiente navideño, todos estaban preparando sus regalos. Liza había comprado algunos presentes pero todavía le faltaba el regalo para Nany. Merry no se hacía problemas, ella había ahorrado suficiente dinero de las clases que daba a sus alumnos y tenía una buena cantidad para gastar, Fanny en cambio si sentía que le faltaba dinero para completar sus regalos, pero ya vería como solucionar el problema, tal vez los haría ella misma para complacer a su familia, que mejor regalo que algo hecho con sus propias manos, imaginó. La idea en la familia era no regalar nada caro ni ostentoso, "la intención es lo que vale" decía siempre Felicia.
El doctor Martel también vivia junto a su familia el ambiente navideño, pero él tenía que seguir como siempre con su trabajo para atender a sus pacientes. Una vez a la semana asistía a una posta médica que quedaba a las afueras de la ciudad, en ese lugar atendía a personas de menores recursos, para él era una manera de retribuir y dar gracias por su familia y las cosas buenas que le había otorgado la vida. En la posta médica trabajaban ad honorem junto a él un grupo de médicos que no cobraban consulta. Ese día la atención se realizaba en forma normal, había gran cantidad de pacientes que esperaban ser atendidos, de pronto, en medio de la sala de espera entró una mujer con un niño pequeño en los brazos dando de gritos y pidiendo ayuda, de inmediato una enfermera se acercó para tratar de calmarla y saber de que se trataba la emergencia, la mujer al borde de la histeria hablaba atropelladamente -¡Por favor ayuden a mi niño!, ¡por favor, por favor! se ha comido ocho pastillas de control natal, las sacó del cajón de mi velador- con la rapidez de la emergencia el personal médico se puso en acción. Oscar Martel corrío ayudar a sus colegas era una peligrosa emergencia, el niño de más o menos tres años, imaginó que las pequeñas pastillas de colores eran caramelos y se tragó la cantidad que la madre decía. Acostaron al pequeño en la camilla y le realizaron al instante un lavado gástrico para que su cuerpo elimine por completo las pastillas y no entren en su aparato digestivo y luego a la sangre con consecuencias devastadoras. El pequeño lloraba y llamaba a su madre hasta que no pudo gritar más porque tenía una pequeña manguera en la boca que llegaba hasta el estómago. El doctor no sabe cuanto tiempo duro la emergencia pero debían asegurarse que no queden rastros de las pastillas en su organismo. Oscar Martel se secó el sudor de la frente y dejó a las enfermeras que calmen al niño, hizo llamar a la madre y con voz severa le dijo: 
-Usted debe tener más cuidado con su hijo, él no puede tener al alcance ningún tipo de medicina, sabe las consecuencias terribles de ingerir esa cantidad de pastillas anticonceptivas en el cuerpo del niño ¡Señora esas pastillas son hormonas y ha podido ser fatal para el pequeño!-. La madre lloraba y pedía perdón por tamaño descuido, entre sollozos preguntó -¿mi niño ya esta fuera de peligro?-.
El doctor se sentía molesto y contestó -debe quedarse unas horas en observación, ahora se encuentra con una enfermera en emergencia pero escuche bien, lo que voy a decir -"no deseo volver a verla en otra emergencia con su hijo"-terminó de hablar con tono severo y caminó a hacia su consultorio para seguir atendiendo a sus pacientes que lo esperaban. No podía creer lo que habia sucedido, un niño pequeño debe estar supervisado en todo momento.
Al terminar su jornada de atención a sus pacientes Oscar Martel se despidio de su colegas y partió a su casa, era casi de noche cuando decidió detenerse en una panadería donde sabía que preparaban el mejor dulce de la ciudad, un turrón delicioso que sabía que en su hogar les gustaba a su esposa e hijas, sonreía mientras imaginaba sus caras de felicidad al saborear el turrón. No podía evitar en ese momento acordarse de la emergencia con el niño en la posta, fue de terror imaginar lo peor que podía suceder a la criatura. Gracias al cielo todo habia salido bien y el niño se recuperó.
Al llegar a su hogar toda la familia lo esperaba, la hora de cenar estaba cerca y por el postre no había que preocuparse, el doctor había llegado con una gran sorpresa. 
Alrededor de la mesa solo faltaba Merry que estaba en su habitación, seguía molesta por la conversación que había tenido con su madre sobre el viaje que pensaba realizar, ella no le había prestado gran atención y eso la tenia fastidiada, cuando la llamaron al comedor se presentó en silencio  se notaba que estaba molesta. Su padre preguntó: -¿Merry que sucede por qué esa cara?
-Padre estoy bien no me pasa nada- contestó Merry.
Fanny comentó: -padre Merry quiere viajar y todavía no obtiene el permiso para ello-.
-Merry- exclamó el padre -he tenido un día muy agotador que te parece si cenamos tranquilos y en otro momento hablamos del viaje-. 
Merry no estuvo de acuerdo con las palabras de su padre pero decidió hacer caso para no complicar más las cosas, las que no serían a su favor, en otro momento insistiría, era mejor esperar además con las cercanías de las fiestas de fin de año no iba a realizar ningún viaje, todo lo pospondría para los primeros días del mes de enero del próximo año. Terminó de cenar junto a su familia y disfrutar del delicioso turrón, luego pidió permiso y se retiró a su habitación, se sentó en la cama y abrió el cajón de su velador donde guardaba el dinero ahorrado, lo volvió a contar, tenía la cantidad suficiente para ir de viaje ya podía imaginar junto a sus amigas los lugares que iban a recorrer en el sur del país, iría solo con su mochila para poder movilizarse más rápido. Por fin cumpliría el sueño de viajar.
Una semana antes de la noche de navidad una visita inesperada llegó a la casa de la familia Martel. Alejandrina la señora del servicio atendió la puerta, era Américo Panduro, Liza salió al encuentro para contestar: -disculpe congresista, mi padre no se encuentra, él viene más tarde-.
-Por favor, Liza disculpe pero esta vez no he venido a buscar al doctor Martel, si no a usted. no sé si puedo pasar para explicarme- respondió.
La joven se sorprendió por las palabras de Américo y lo hizo pasar, ella ignoraba lo que iba a decir. Éste muy atentó accedió a pasar a la sala, él se había quedado con la imagen de Liza en su mente, era una joven de belleza fresca y graciosa, además de educada y trato muy fino, en pocas palabras  quedó impresionado con ella en las dos oportunidades que habia hablado cuando fue a buscar a su padre. Ahora no sabía si la joven iba aceptar su invitación.
-Mi estimada Liza- comenzó hablar -tengo una invitación a una cena formal en la casa del embajador de nuestro partido, es un grupo de congresista que hemos sido invitados, yo pensé en usted si desea acompañarme, para mí sería muy grato si acepta-. 
Liza no sabía que contestar, realmente estaba sin palabras, ellos apenas se conocían además el congresista era muy conocido y seguro habrían muchas mujeres que desearían acompañarlo ¿por qué la escogió a ella? se preguntó.
-Congresista Américo- contestó Liza -no sé si debo aceptar su invitación, estoy segura que parejas no le han de faltar para invitar a la cena-
-Disculpe que insista pero yo he pensado en usted para que me acompañe a la cena, creo que sería un momento perfecto para conocernos- contestó Américo preocupado por una negativa.
La joven guardó silencio unos segundos y luego agregó: -Acepto su invitación, es antes la navidad y no tengo inconveniente en acompañarlo ¿es de vestido largo? preguntó nerviosa.
Américo se sintió aliviado con la respuesta, era la joven más increíble que había conocido, para él fue un gran alivio que aceptara y contestó a su pregunta: -Si mi estimada Liza la cena es formal y con vestido largo.


CONTINUARÁ        
   
  
                       
    

 

lunes, 2 de junio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Llegó la tía Gema ¡qué felicidad! Liza Merry y Fanny estaban felices de recibirla en casa. Ella llegaba de un importante viaje de negocios, era una próspera empresaria y hermana menor de Felicia, además de ser dueña de una empresa farmacéutica que importaba medicinas, toda clase de equipos médicos, su empresa brindaba servicios de ambulancia y un laboratorio de análisis médicos, realmente toda una empresaria. Sus sobrinas la adoraban y ella también sentía lo mismo, es más para Gema sus sobrinas eran las hijas que no tenía porque nunca se casó. Ella vivía para su trabajo y su empresa, no tenía tiempo para salir a reuniones o aceptar un compromiso.
-Mis queridas sobrinas ¿cómo están?- mientras preguntaba sacaba de su maletín regalos que había traído para cada miembro de la familia, hermosos pañuelos, carteras, finos perfumes para su hermana y cuñado al que apreciaba y consideraba mucho, también regalos para Nany a la que estimaba en demasía.
Felicia decia: -Gema por favor no te hubieras molestado, tus regalos estás hermosos... gracias-
-No es molestia para mí es una felicidad traer presentes a mi familia, no sabes como disfruto comprar y pensar que puedo regalar-. contestó Gema.
-Tía gracias, los pañuelos son bellos y las carteras ni hablar- comentó Fanny.
La alegría y felicidad rodeaban a Gema, su hermana y sobrinas eran su familia, sentía alegría de visitarlas y de almorzar todos los domingos en casa de su hermana, era un tiempo que no podía perder.
Felicia y Gema en la sala mas tranquilas conversaban, ellas eran muy unidas se contaban sus confidencias y secretos. Siempre habían sido así desde pequeñas, compartían juegos y en su juventud salían juntas hasta que Felicia conoció a Oscar Martel en la universidad, ellas nunca dejaron de ser un binomio de unión. 
-No imaginas como ha sido este viaje de interesante- comentaba Gema -nos han mostrados los últimos adelantos en equipos médicos que te asombrarías, medicinas de última generación para la cura de diferentes males, estoy sorprendida como avanzan las investigaciones en el campo de la salud, casi no he tenido tiempo de pasear por Nueva York, todos los días eran charlas y demostraciones de los diferentes equipos. La verdad estoy agotada pero feliz, todo esto es bueno para mi empresa-.
-Ya imagino como debieron  ser tus días y esas conferencias, seguro llegabas demasiado cansada en la noche- contestó Felicia. 
La tía Gema fue invitada esa noche a cenar en la casa de Felicia, cuando llegó el doctor Martel, se alegró de ver a su cuñada, ella había estado de viaje más de una semana. La cena se convirtió en una serie de anécdotas que contaban cada miembro de la familia, Fanny hablaba sobre su compromiso con Umberto, Liza comentaba de sus atareados días de universidad, Merry no dejaba de mencionar el fascinante viaje que hizo al sur del país y la Tía Gema hablaba que su viaje a Nueva York fue interesante. Todos tenían algo que decir  y de que hablar, hasta el doctor Martel contó uno de sus últimos casos con los pacientes del hospital. Casi al final de la cena Oscar reparó que estaba sentado a la cabecera de la mesa donde solo habían mujeres, él era el único varón,  se sentía algo así como un matriarcado donde él estaba feliz y bien cuidado. 
Felicia decoraba la casa con buen gusto y bonitos adornos de navidad, el nacimiento y el árbol no podían faltar, en cada rincón del hogar habían luces festivas que anunciaban la noche buena, el hogar lucía repleto de regalos y mensajes de paz.
La familia se preparaba para celebrar la unión y el calor familiar, Nany y la tía Gema estaban invitadas a la noche de paz, ellas debían estar presentes en la cena más importante del año en casa de la familia Martel. 
Felicia y sus hijas armaban el árbol el nacimiento y las luces, nadie salía de casa hasta que todo estuviera terminado. 
Merry se sentaba al frente del árbol para dar su opinión de como había quedado. Liza y Fanny también decoraban sus habitaciones con un adorno navideño. Los días festivos estaban por venir. 
Una tarde cuando casi todo se había terminado Merry comentó con su madre: -cuando pasen todas las celebraciones de fin de año y comience el nuevo año, estoy pensando con mis amigas del colegio  viajar de nuevo al sur del país, somos cuatro amigas que queremos viajar-.
Felicia no tomó mucha atención a las palabras de Merry, ella estaba ocupada organizando la cena de navidad. 
-Madre no me estás escuchando- protestó Merry
-Mi querida niña, en este momento estoy ocupada en organizar la cena de navidad, no puedo distraerme en nada más. Es casi fin de año y debes preparar tus exámenes finales para que saques notas de excelencia como siempre y termines el colegio -. respondía Felicia.
Merry era una alumna destacada en el colegio, siempre sacaba diplomas y ganaba concursos, las ciencias eran su fuerte, enseñaba a sus alumnos menores clases de matemáticas o geometría y así ganaba un dinero que ahorraba  para comprarse algunas cosa que deseaba sin tener que pedir a sus padres. Ella se habia  molestado con su madre porque no tomó real atención a su deseo de volver a viajar al sur con sus amigas, subió a su habitación y cerró la puerta, no deseaba hablar con nadie.
Las fechas cercanas a la navidad también era un tiempo especial para Nany, el recuerdo de sus hijos y de su esposo eran para ella salir a visitarlos el campo santo y pedir por sus almas, sentía una profunda paz estar cerca de ellos. Felipe era el que más la hacia sufrir, su ausencia le dolía en el corazon, cuantos años se habia preguntado lo mismo ¿donde podía estar y por qué se fue? aun conservaba la nota que dejó sobre la mesita de noche en su habitación. La madre tenia la esperanza de que su hijo regrese en cualquier momento y la llamaría de nuevo Madre.


CONTINUARÁ                       

 

martes, 27 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En su habitación el doctor Martel reflexionaba sobre sus recuerdos, después de conversar  con sus hijas y su madre se retiró a descansar, había sido un día agotador y diferente, no negaba que lo había pasado bien en la casa del congresista Panduro, la reunión fue un éxito y su declaración de presentarse como candidato en las siguientes elección fue sorprendente y una primicia, sus intenciones eran claras, llegar a la presidencia del país era un tema fuerte.
En el camino de regreso a su hogar había recordado los momentos difíciles y tristes que vivió su familia,  el sufrimiento casi  lleva a la tumba a sus padres. Murieron sus dos hijos mayores y el tercero se había perdido en la penumbra, este dolor desgarró el corazón de la familia. El doctor Martel sin saber que responder se preguntaba ¿por qué había tomado la decisión de dejar la casa familiar su hermano Felipe? ¿qué lo llevó alejarse de esa manera y causar angustia y desesperación en sus padres? la madre casi pierde la vida al desear morir junto a sus hijos. ¿Dónde estaba este hermano? ¿Seguía vivo o habia muerto en algún lugar? desde su partida, si así se le puede llamar han pasado varios. El doctor fue testigo de todo el dolor de sus padres siendo apenas un niño. 
Felicia notó a su esposo angustiado y triste, con tono de preocupación en la voz comentó:
-Querido ¿qué es lo que sucede, te veo angustiado?,¿ algo te preocupa?-.
-Son recuerdos de familia que me atormentan y me siguen querida Felicia, recuerdos que nunca se van a borrar aunque pase el tiempo, mis hermanos siempre están presentes, no puedo evitarlo. Además mi madre cuando habla de sus hijos sufre y su dolor es real, ella me dice: -al menos sé donde están tus hermanos mayores, voy al campo santo para dejarles flores y rezar por ellos pero de Felipe no sé nada entonces me preguntó ¿qué fue lo que hice mal? ¿en qué me equivoqué con este hijo?-.  Como es de imaginar yo me quedo en silencio, no sé cómo consolarla, no encuentro las palabras para reconfortarla, lo único que puedo contestar: -madre, él tomó su decisión, fue su responsabilidad,  nadie lo botó de la casa-. Yo tampoco comprendo su actitud, han pasado tantos años desde que dejo el hogar que tal vez ya ni esté vivo. No te tortures pensando que fue lo que pasó, no tenemos las respuestas-. finalizó el doctor.
-Felicia contestó: -descansa Oscar, es mejor que duermas, nada podemos hacer para cambiar el pasado, mañana es un día de trabajo y debes estar preparado para atender a tus pacientes-. 
Como única respuesta, el doctor Martel apagó la luz de su lampara sobre la mesita de noche e intentó dormir.
En la mañana muy temprano, Alejandrina en la cocina preparaba el desayuno para la familia, todos se levantaban para comenzar un nuevo día y una nueva semana. Nany se encontraba lista y esperaba a su hijo la lleve a casa, Fanny y Liza también estaban listas para partir a la universidad, Felicia no decía nada, pero ella seguía viendo los preparativos de la boda de su hija mayor a pesar que su esposo le había advertido que se debía esperar hasta que acabe su carrera.
En la mesa del comedor una animada conversación acompañaba a la familia, todos comentaban que pensaban hacer en su día. Antes de que la familia se ponga de pie para partir Felicia se ofreció llevar a Nany a su casa: -no te preocupes Oscar yo me encargo de dejar a tu madre en su casa, Nany está segura conmigo-.
Oscar Martel agradeció a su esposa y  respondió -madre no te preocupes Felicia te llevará a tu casa, yo tengo que terminar de prepararme y para salir atender a mis pacientes en el hospital-. 
-Gracias Felicia por dejarme en casa, no sé como estará la señora que me atiende, nunca me ausento del hogar- contestó Nany.
Minutos antes de partir al hospital sonó el teléfono, era Ramiro Fuentes que deseaba hablar con el doctor, éste al contestar escuchó: - mi estimado amigo solo llamo unos segundos para preguntarte si puedo viajar al extranjero, vamos a celebrar en familia el cumpleaños de mi hija Elsy, ¿tengo prohibido hacer ese viaje por mi salud? 
El doctor contestó: -no Ramiro, puedes viajar sin problema, solo no olvides llevar tus medicinas y tomarlas a la hora indicada. Disfruta el viaje, es muy bueno salir de la rutina del trabajo
-Gracias Oscar, mañana nos vamos con Teodora y mis hijos-. fue su respuesta y cortó.
¡Qué bueno que algunos puedan viajar! pensó el doctor, sería ideal que él y su esposa también se vayan de viaje y así olvidar por unos días el trabajo y los problemas cotidianos que se presentan. Oscar Martel se despidió de su familia y salió como siempre para atender a sus pacientes.
Los días pasaban y por fin llegó el día del regreso de Merry, en casa todos la habían extrañado, hacía falta su presencia y su voz, sus padres fueron a recogerla al aeropuerto, el doctor quería ver a esta hija que extrañó demasiado, era la primera vez que Merry se ausentaba del hogar. 
Cuando se encontraron con ella, los abrazos y besos no podían esperar, en el carro de regreso Merry no dejaba de hablar y comentar todo lo que había conocido, lo que más le había impresionado: -papá mamá tengo que regresar de nuevo a estas ciudades para conocerlas mejor, esta vez debe ser con más tiempo. Todo el viaje fue hermoso con mis amigas estabamos encantadas.
Liza y Fanny recibieron a su hermana felices, por fin estaba en casa, los comentarios y las preguntas no cesaban, Merry abrió su mochila y sacó los regalos que habia traído para Fanny y Liza unos bonitos llaveros y pequeños monederos con paisajes típicos, a su padre una elegante chalina de lana de alpaca para el invierno húmedo de la ciudad y para su padre una elegante cartera de cuero labrado.
-Gracias, Merry por los regalos están tan bellos y útiles- agregó Fanny.
Su madre le dio un beso en la frente para agradecer la cartera tan fina y el padre comentó: -sabía que Merry tenia buen gusto pero no sabía que además era muy delicada para escoger regalos-. 
La normalidad volvía a la vida de la familia Martel, cada miembro familiar se dedicaba a sus ocupaciones y estudios, pronto seria fin de año y las fiestas de navidad estaban muy cerca.
Una noche cerca de las ocho, sonó el timbre, Liza se encontraba cerca y fue abrir, en unos minutos se serviría la cena. Grande fue la sorpresa cuando vio parado frente a ella al congresista Panduro.
-Buenas noches, congresista- saludó.
-Buenas noches Liza- era la segunda vez que se encontraba con la joven. 
-Vengo a buscar al doctor, no voy a tardar demasiado solo serán unos minutos, no quiero importunar-.
Liza lo hizo pasar a la sala principal  conversaron unos segundos y luego se retiró para llamar a su padre. 
El doctor Martel un poco fastidiado se acercó a la sala, pensaba que el congresista estaba tomándose demasiada confianza al interrumpir su descanso a esas horas de la noche.
-Pasó a la sala y dijo: -buenas noches-. 
Américo se puso de pie y agregó rápidamente: -Oscar no deseo interrumpir tu vida familiar pero desde el almuerzo en mi casa no hemos tenido oportunidad de volver hablar y tú sabes que quedó pendiente una respuesta de trabajo entre nosotros. Ahora estoy formando el equipo de personas  que me va apoyar en el trabajo para preparar mi candidatura, conoces muy bien que eso lleva tiempo, yo espero que me tu respuesta sea positiva, realmente eres una persona valiosa y me gustaría contar con tu apoyo-. 
Oscar Martel lo escuchaba atentamente, con la mano señaló un sillón para que tome asiento y él se ubicó al frente. Dejó hablar al congresista sin interrumpirlo y luego que éste terminó el doctor contestó: 
-Mi estimado Américo, primero quiero darte las gracias por haber pensado en mí para ser parte de tu equipo de trabajo, temo que esta vez debo declinar tu propuesta, yo no estoy preparado para entrar al mundo de la política, es más, tengo razones muy poderosas para abstenerme. Soy doctor y no puedo abandonar a mis pacientes. Mi carrera me exige todo el tiempo que puedo dar, es imposible que acepte ser parte de tu equipo. Gracias de nuevo por pensar en mi persona-.
Américo unos segundos titubeó y al instante agregó: - ¿Estas seguro de no cambiar de opinión?, siempre puedes venir a mi oficina-.
-Estoy seguro de mi respuesta y no voy a cambiar de idea- contestó con seguridad el doctor.
El congresista se dio cuenta que Oscar fue claro al negarse a formar parte de su equipo de campaña, lamentó esta decisión pero no insistió, sabía que no iba a cambiar de idea.
Después de despedir al congresistas, el doctor Martel parado en medio de la sala, se acordó de la promesa que se hizo siendo solo un niño, el recuerdo de sus hermanos estaba presente y el dolor de perderlos también.



CONTINUARÁ     
       
           
    
   
  
  
      

 

 

lunes, 19 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En silencio manejaba el doctor Martel por la carretera, los recuerdos vinieron a su mente era inevitables, su negativa de entrar a la política tenía una fuerte razón, no podía aceptar la propuesta de Américo Panduro. 
Sin darse cuenta retrocedió en el tiempo, a la época en que su familia vivió el dolor más grande,  perder dos hijos el mismo día para sus padres fue demasiado.
Oscar Martel tenía dos hermanos mayores, eran jóvenes llenos de ímpetu, energía  e ideales, estaban comprometidos con su partido político, para ese entonces estudiaban en la universidad, pertenecer a su partido los convertía en perseguidos políticos. Ellos participaban en protestas tanto en las aulas universitarias, como en las calle. Repartían panfletos atacando al régimen de turno o protestando a favor de los obreros. Su idea era cambiar el mundo y llevarlo hacia la ideología de su partido, que ellos consideraban era el mejor camino, no se detenían ante nada a la hora de las protestas. Todo esto los convirtió en perseguidos por la policía, las fuerzas del orden querían acabar con estos disturbios. Una tarde mientras las protestas de los estudiantes enardecidos se lanzaban a las calles, un grupo de estos se enfrentó a la policía, como resultado murieron algunos jóvenes, entre ellos se encontraban los dos hermanos mayores del doctor. El sufrimiento y el dolor desgarró el corazón de sus padres al enterarse de dicho accidente, la madre lloraba desesperada se negaba aceptar que habia perdido a sus dos hijos  en sola una tarde. El padre se culpaba de no haber estado más cerca de ellos para hablar  y explicar que no se podía cambiar el mundo con violencia, eso solo los llevaría a situaciones más graves. Oscar Martel era solo un niño cuando vio entrar en la casa los cuerpos de sus  hermanos, el padre los traía para velar a sus hijos y después darles cristiana sepultura. El dolor de la madre era tan grande que se quedó sin habla durante un mes, solo el llanto y su pesar la acompañaban, por un instante también ella deseo morir.
Su padre realizó todos los preparativos para el entierro, la madre del sufrimiento no podía mantearse en pie. El niño Martel se prometió que nunca sería parte de ningún partido ni tendencia política, perder a sus dos hermanos al mismo tiempo lo llenó de sufrimiento y confusión, ver a su familia llorar era para él demasiado, se sentía muy unido a ellos. 
Sus padres nunca pudieron superar esta trágica pérdida. El padre se fue de este mundo pronunciando sus nombres, la madre todas las tardes rezaba un rosario por sus hijos, los tenía muy presentes y sus fotos estaban sobre su velador. 
Tres años más tarde de esta terrible situación que vivió la familia, en un acto inexplicable, que no tenía que ver con la política pero fue un duro golpe, el tercer hermano de Oscar Martel, se fue de la casa sin mediar explicación, sin decir palabra alguna, dejó en su habitación una nota donde se podía leer: 
 -Me voy de esta casa, nadie me necesita, no quiero que me busquen, estoy solo en esto- era un joven adulto y sintió que era dueño de su vida. 
Eso fue todo lo que escribió, no hubo más palabras de su parte, a este hijo se la había dado igual que al resto de sus hermanos, los padres no hacían diferencias. La madre sufría por su actitud, tal vez él no se dio cuenta que cada uno de ellos era importante en el hogar. 
El padre lo buscó por todo el vecindario, preguntó a sus amigos más cercanos para saber si ellos conocían su paradero, nadie supo dar respuesta. Con un policía privado lo buscó durante dos años y no se sabía nada de él, era un misterio su partida. Hasta el presente la familia no conocía  donde estaba y si se encontraba vivo o muerto. Los padres nunca llegaron a entender el proceder de este hijo y la crueldad de su indiferencia. Fue una tristeza que la familia volvió a vivir, la madre no sabía porque  se marchó sin detenerse a pensar el dolor que causaba. El doctor Martel ya adulto se prometió que si este hermano aparecía, él mismo con sus propias manos lo iba a golpear tan fuerte para que sepa el dolor que causó a sus padres. Estas tragedias vividas tan pequeño, marcaron su alma por siempre. Oscar se había quedado como el único hijo en el hogar. 
Su esposa Felicia lo notó muy callado mientras manejaba, estaba segura que eran los recuerdos trágicos que lo atormentaban, ella conocía las historias de sus hermanos y el sufrimiento que causó en su esposo. La reunión y la propuesta del congresista lo habían llevado de nuevo el pasado.
Luego de recorrer un largo tramo en la carretera por fin el doctor llegaba a la ciudad, ya estaba cerca de su hogar, que alivio ya  podía descansar. Se acordó de su madre que la tenía que llevar a su casa. 
Felicia como adivina comentó: -no te preocupes Oscar a tu madre la podemos acomodar en la habitación de Merry, ella esta de viaje, para que puedas descansar, este paseo te ha agotado.
-Si Felicia, tienes razón estoy cansado, quiero llegar a casa y olvidarme del carro. También me he acordado de Merry, supongo que debe estar feliz en su viaje-.
-Nuestra hija debe estar disfrutando el paseo y no se acuerda de nosotros, debemos ser justos con ella, es una hija tan dedicada y estudiosa que no nos da problemas-.  
Por fin el doctor Martel divisaba a unos metros su casa, ya casi llegaba a la puerta de su cochera cuando ésta se abrió, sus hijas salieron a recibirlos, Nany  se quedó esperando en la sala.
-¿Padres cómo están?- preguntó Liza -se ve que lo han pasado muy bien ya es de noche-.
-Si lo hemos pasado bien- contestó el padre.
-La verdad era un lugar muy bonito y la casa ni les cuento, muy cómoda y bella, la comida era sabrosa- habló la madre.
Oscar Martel entró en su casa para saludar a su madre que lo esperaba -¿madre cómo estás? perdona que llegue a esta hora pero no podíamos salir antes de tiempo, el congresista nos detuvo para conversar sobre algunas propuestas-. 
-Hijo no te preocupes- contestó Nany -comprendo cómo son esos compromisos y sobretodo el tiempo que toman. Además Liza y Fanny me han acomodado en la habitación de Merry que está libre. Con mis nietas lo he pasado muy entretenida y quieren que me quede para según ellas hacer una pijamada, se sienten tan felices que me han prestado una de sus pijama-. 
Felicia reía con la ocurrencia de sus hijas pero estaba de acuerdo en que Nany  se quede a dormir, su esposo se encontraba cansado y no quería saber nada de manejar, aunque ella misma podía  llevarla a su casa pero desechó esa idea de inmediato, Liza y Fanny querían que Nany se quede en casa les hacia mucha ilucion estar con ella.


CONTINUARÁ     
              
             

 

lunes, 12 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Nany conocía bien a sus nietas y sabía que eran hijas muy queridas, ella no deseaba entristecerlas con una situación que marcó su vida y la lleno de dolor, no era el momento para esa clase de historias. 
Fanny la sacó de sus pensamientos al preguntar: -¿Nany en tu juventud la vida era más tranquila qué ahora?-.
-Si mi querida Fanny, la gente vivía sin prisa ni stress, había tiempo para la familia, para disfrutar con los hijos en el hogar. Si eras soltera, después del trabajo podías salir con tus amigas y disfrutar de un lonche o tal vez ir al cine, se vivía mejor, con más calma-.
En el cuello de Liza, Nany reconoció la cadena de oro que le había regalado en las navidades pasadas. Ella, había abierto su joyero para regalarle a cada una de sus nietas una joya, era el tiempo de regalar. No quería  esperar partir de este mundo para que puedan heredar algo especial. La abuela le había regalado a Fanny una sortija de oro con una pequeña esmeralda, a Liza le regaló una cadena con un dije de topacio y a Merry una pulsera con pequeños corazones, todas era joyas delicadas y finas, trabajadas en oro que el abuelo le regalaba en cada aniversario de bodas. No eran joyas ostentosas ni exageradas, al contrario cada una era delicada y hermosa. Nany quería mucho a sus nietas y disfrutaba pasar tiempo con ellas, por ese motivo los almuerzos de domingo en casa de su hijo eran muy familiares. Nada disfrutaba más que estar junto a sus nietas, su nuera y su hijo. Trataba de no recordar tiempos llenos de tristeza, que la hicieron sufrir en demasía. Nany había tenido cuatro hijos de los cuales solo le quedaba el menor que era el doctor Martel, se sentía tan orgullosa de este hijo que era su amparo y protección. Sus otros hijos ya no estaban y eso la hacía sufrir no quería que Fanny y Liza vean en su rostro dibujada la tristeza y el dolor. 
Para cambiar de tema la abuela comentó -Mery seguro esta disfrutando en estos momentos de su viaje, ella estaba tan ilusionada en viajar con sus amigas del colegio-.
-Si Nany- dijo Liza con tono de impaciencia -ella no paraba de hablar de su viaje y lo importante que era estar con sus amigas de la promoción, aquí en casa a todos nos tenía un poco aturdidos con las cosas que pensaba hacer. Nosotros solo le decíamos que debía tener cuidado y andar siempre en grupo-.
-Si, Mery a veces puede ser un poco exagerada con sus relatos- contestó Fanny dando la razón a Liza.
-¡No! mis queridas nietas, no hablen así, ustedes como hermanas mayores deben comprender y tener paciencia con su hermana menor. Para Mery es su primer viaje sin la familia, es una forma de declarar su independencia, algo muy delicado en ella- comentó Nany como respuesta. 
La tarde transcurría en casa del doctor Martel con una amena conversación, Nany y sus nietas comentaban todos los pormenores que habían vivido en la semana, fue Fanny quien dijo: -son casi las seis de la tarde y todavía no llegan nuestros padres, creo que van a demorar un par de horas-.
-No importa si llegan tarde- exclamó Liza -Nany se puede quedar a dormir en casa, el cuarto de Mery esta libre y ahí puede descansar, seguro nuestros padres van a regresar fatigados-.
-No sé si debo quedarme- contestó Nany -en mi casa solo esta la señora del servicio y ella me espera para luego asegurar la puerta de entrada, además no he traído nada para dormir, no estoy preparada-. respondió preocupada.  
-Nany no hay problema con tu casa, llamamos a la señora para que cierre bien la puerta y por una pijama ni te preocupes, Liza y yo tenemos bastantes y podemos prestar una, será muy divertido que te quedes a dormir en casa- contestó Fanny
Nany sonrió con la ocurrencia de su nieta mayor, pero era verdad al asegurar que su padre llegaría tarde y cansado del paseo, era mejor pensar en quedarse una noche en la casa de su hijo, no quería molestar a éste con la insistencia de que la lleve de regreso a su casa. 
Oscar Martel en muchas ocasiones le había insistido a su madre para que venga a vivir con él, con su esposa e hijas, pero Nany siempre le decía -no hijo, es mejor quedarme en mi casa, yo tengo una manera de vivir y de hacer mis cosas. Al venir a tu casa tendría que dejar mis objetos más queridos, mis recuerdos y mis muebles que son necesarios para mí pero lo más importante, Felicia y tú necesitan su privacidad y su hogar con las niñas, no quiero importunar con mis manías y costumbres. Es mejor seguir así. El hijo siempre dispuesto a complacer a su madre no insistió más.
En cambio, la tarde en la casa de campo del congresista Pandura estaba de lo más entretenida, la reunion continuaba y la conversación se tornaba  más interesante cada minuto después que hiciera el anuncio de lanzar su candidatura para las próximas elecciones. Era cierto que debía pasar todavía por la aprobación de los demás miembros del partido para ser aceptado oficialmente como candidato, existían otros miembros tan interesados como él en ser los elegidos. 
Ramiro Fuentes y Marcelo Haro se acercaron al doctor Martel que era el que los había invitado almuerzo, el primero comentó: -no sé si deba aceptar ser parte de esta propuesta de ayudar económicamente al congresista, yo nunca he intervenido en política para mí seria un campo nuevo y desconocido-.
Marcelo Haro también tenía sus dudas, él era un empresario solvente y su empresa era sólida en cuanto a ingresos se refiere, las dudas lo asaltaban para él la política era un campo nuevo y minado.
-Yo tengo los mismos reparos que Ramiro- habló Marcelo -no sé si deba entrar para apoyar al congresista Panduro-. 
El doctor Martel los había escuchado y les daba hasta un punto la razón en cuanto a sus dudas, por eso comentó: -el venir a esta reunión, no los compromete necesariamente aceptar estar al lado del congresista. Pienso que si se niegan Américo no se va a molestar, no tiene porque, nada los obliga a un compromiso, nuestro amigo es un hombre comprensivo y amplio de opinión, jamás los va obligar aceptar lo que no desean hacer. Es una persona de pensamientos claros, en todo el tiempo que lo conozco a demostrado ser de una sola línea-. 
Ramiro y Marcelo se sintieron más tranquilos, todavía tenían sus reparos pero las palabras del doctor los tranquilizaron. 
El almuerzo fue exquisito todos estaban de acuerdo, ahora la reunión era en la terraza, los invitados compartían bebidas y tragos cortos, además de bocaditos. Américo Panduro, se acercó al doctor Martel y lo llevó a un lado, deseaba conversar con él, le señaló una sala ubicada al costado del jardín donde tendrían privacidad, con el rostro serio el congresista comentó:
-Oscar Martel ahora estamos en privado, no hay nadie en esta sala, lo que quiero proponerte es que aceptes ser parte de mi equipo para preparar mi candidatura. Sé que falta mucho tiempo y mucha agua debe correr bajo el puente pero si salgo electo deseo nombrarte a ti como mi ministro de salud-.
Oscar Martel por unos segundos no sabía que contestar a semejante propuesta, el congresista prosiguió: -Todavía hay mucho tiempo por delante para que este proyecto se concrete y nuestro presidente debe estar de acuerdo con mi propuesta pero desearía rodearme de gente preparada, solvente de carácter y trayectoria, gente que me ayude a cambiar la realidad que vive nuestro país. No me conteste en este momento, solo quiero que lo pienses- finalizó Américo y lo invitó de nuevo a reunirse en la terraza con el resto de invitados.
Cerca de las seis de la tarde se comenzaban a despedir las personas que habían asistido al evento en la casa de campo, Ramiro y Marcelo se despedían de Américo y del doctor, éste esperaba que otros se vayan para despedirse también, al notar que la casa se iba quedando vacía, el doctor y su esposa se acercaron para dar las gracias por el almuerzo y la recepción, Américo se despidió diciendo sus últimas palabras -Oscar espero que lo pienses y aceptes ser parte de mi equipo-.
El doctor Martel sonrió e invitó a su esposa a subir al carro, Felicia asombrada pregunto: -¿a qué se refería Américo Panduro?- 
El doctor contestó: -quiere que sea parte de su equipo dentro del partido en caso se presente para las elecciones presidenciales, pero todavía hay mucho pan que rebanar y yo no estoy seguro de aceptar su propuesta-.
Un corto camino debía recorrer el doctor para salir a la carretera principal,  a través del espejo retrovisor se podía ver una expresión sombría en su rostro al recordar un triste episodio que vivió su familia, entrar en la política era lo último que podía pensar, no quería vivir de nuevo la angustia y el pesar de tristes recuerdos. 


CONTINUARÁ     
    
 
             
          
   

 

lunes, 5 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En el  camino para ubicar la casa del congresista no hubo problemas, la dirección en el pequeño mapa estaba bien especificada. Américo Panduro había hecho llegar a cada uno de sus invitados estos mapas para que no se pierdan y puedan encontrar la dirección de la casa con seguridad. 
Oscar Martel y su esposa fueron los primeros invitados en llegar. La casa del congresista Panduro era muy bonita, la fachada era de una típica casa de campo. En la puerta fueron recibidos por el personal de servicio que los hicieron pasar a la sala principal. En su interior la casa era elegante pero no ostentosa, tenía una armoniosa decoración acorde con la vida del campo, no era una mansión, ni tenía excesos de lujo pero si era bien iluminada, entraba la luz natural por las grandes ventanas. Américo Panduro salió al encuentro de sus invitados para recibirlos, vestía una  una cómoda ropa para la ocasión, camisa de lino blanco y unos jeans negros, lucía impecable con sus zapatos deportivos, como siempre su vestimenta era apropiada para el momento. Su colonia se podía sentir, era un fino aroma que completaba su atuendo. El siempre lucía elegante o deportivo, según la ocasión, su ropa era fina.  
Con una sonrisa en el rostro se acercó al doctor y a su esposa para saludarlos, ellos también lucían vestimentas impecables, de acuerdo al lugar: 
-Mi estimado doctor- saludó el congresista -que bueno que hayan venido a mi casa de campo, espero más invitados, mientras llegan me gustaría mostrarles la casa-. 
Felicia y el doctor siguieron a su anfitrión, éste les ensañaba cada habitación, la casa estaba situada en un paraje idílico, el día lleno de sol completaba el paisaje. Cada pieza lucía un buen  decorado los colores no eran exagerados y los muebles de buen gusto. Felicia estaba sorprendida con tan bella casa.  Américo les contaba la historia de como fue construida, decía que su abuelo compró el terreno e inicio la construcción y a través del tiempo a ido siendo modificada, primero por su padre y  las últimas reformas las hizo él. Al cabo de un tiempo fue transformándose hasta ser lo que es ahora. Esta casa comenzó con una sola habitación y luego fue aumentando de tamaño hasta ser la que ven ahora.
Terminado el recorrido el doctor y su esposa, comentaron que era una bella casa. Américo los  invitó a pasar a la sala para tomar unos refrescantes jugos de naranja con hielo picado. A los cinco minutos llegaron más invitados, Américo no podía estar más feliz con la asistencia de sus invitados, la reunión iba a ser un éxito, eso es lo que él deseaba. 
Cerca de las once de la mañana estaba completo el número de invitados eran en total diez parejas, las señoras fueron invitadas a pasar a una gran terraza frente a un gran y cuidado jardín, los empleados de la casa les sirvieron refrescos, cócteles y bocaditos. Los caballeros pasaron a un salón con cómodos sillones, ahí se iba hablar sobre los anuncios que daría el congresista Panduro, los presentes estaban atentos a sus palabras. Entre los invitados además del doctor Martel se encontraban varios congresistas del partido de gobierno, como su amigo Jorge Redondo, también se encontraba el banquero Ramiro Fuentes, y el empresario Marcelo Haro, amigos del doctor Martel. En una mesa adjunta dentro del salón estaban servidos cócteles, bebidas, sodas y vinos. 
Américo Panduro de pie saludó a todos los presentes y tomó la palabra: -Antes de comenzar está reunión quiero agradecer a todos su presencia y el haber aceptado mi invitación. Como pueden apreciar entre nuestros invitados se encuentran importantes congresistas del partido de gobierno, pero antes de proseguir quiero informarles que nada de lo que se diga en esta reunión es a espaldas de nuestro presidente el arquitecto Fernando Belaunde. Él está al tanto de esta actividad y de lo que voy anunciar.
Hubo un murmullo de sorpresa en la sala, nadie sabía que tema se iba a tratar, todos estaban a la expectativa.
El congresista Américo, era un político importante y un hombre joven de treintainueve años, tenía por delante una gran carrera, pasaron unos segundos de silencio y luego prosiguió:  -no es mi intención convertir esta reunión en una reunión política pero si necesito hablar al respecto, mis compañeros del partido deben estar informados. Como todos sabemos, nuestro gobierno y el presidente, están haciendo esfuerzos sobrehumanos para conseguir equilibrar la balanza del gasto fiscal y desarrollar proyectos en bien de la población. Cuando asumimos el gobierno, el sector minero y petrolero estatal estaban casi en su mínima producción, se encontraban estancados, a pesar de estos no hemos querido privatizar nuestras empresas, si no todo lo contrario, estamos fomentando la inversión privada para atraer empresas del extranjero que deseen invertir en petróleo y minería. Si bien es cierto cuando comenzó el gobierno del arquitecto Fernando Belaunde todo era euforia y algarabía pero los últimos años han estado marcados de múltiples crisis como la corriente del niño que ha dejado en ruinas el norte del país, sumado a esto en el orden económico hubo síntomas de una crisis mundial que se reflejo en la alza de precios internacionales, al mismo tiempo se ha producido un crisis económica interna, inflación, baja producción y desempleo. El aparato estatal heredado por nuestro gobierno todavía es muy grande, todo esto no es fácil de solucionar de la noche a la mañana. Lamentablemente no estamos recaudando los impuestos necesarios debido a la crisis. Todo esto a traído desconcierto en la población y nuestro ministro de economía actual Carlos Rodrigues Pastor, advierte la necesidad de mayor austeridad fiscal, no podemos vivir en un carnaval de gastos. Sé que todos están informados de esta situación que se vive en el país por los noticieros y los diarios. Existe también otra gran preocupación que comienza azotar al país. El terrorismo ha empezado a causar grandes estragos, se le ha encomendado a las fuerzas policiales la tarea de combatir este problema pero vamos a tener que solicitar el apoyo de las fuerzas armadas en esta tarea. La zona de Ayacucho y otras regiones han sido declaradas en emergencia. Por toda esta situación he decidido lanzar mi candidatura para las próximas elecciones presidenciales, sé que faltan dos años para que concluya el gobierno pero yo desde hoy anuncio mi intención de postularme. Como lo he indicado desde un comienzo, nuestro presidente esta al tanto de todo lo que se habla en esta sala, solo necesito los votos de los miembros de mi partido, en la próxima reunión-. concluyó el congresistas Panduro.
Largos segundos quedó la sala en silencio, todos estaban sin palabras, lo que había anunciado el congresista, era un tema delicado. El congresista Jorge Redondo comentó:
-Mi estimado Américo, por ser miembro del mismo partido levanto mi voz para decir que esto se debe tratar en reuniones internas, no veo la necesidad de anunciarlo ahora. Sabemos que eres un político brillante, con una gran carrera y que nuestro presidente seguro esta de acuerdo contigo, pero se debe someter a votación para definir quien será el próximo candidato a las elecciones presidenciales dentro de dos años-. 
Américo Panduro reaccionó inmediatamente a las palabras del congresista Jorge Redondo para apaciguar el clima y que no se convierta en una discusión: -mi estimado amigo si adelanto mis intenciones es porque deseo pedir su apoyo para mi campaña en caso de ser el elegido, no deseo contrariar a los demás congresistas y como dices debe ser sometido a voto-.
Hubieron varios en la sala que apoyaron las intenciones de Américo, decían que era una promesa en la política y que se necesitaba un cambio, otros guardaron silencio como Ramiro y Marcelo,  ellos todavía no entendían porque habían sido invitados. Más tarde el congresista se acercaría a ellos para pedirles su apoyo económico en la campaña. El doctor Martel en cambio se quedó con las dudas hasta que fueron despejadas por el mismo congresista que le dijo -si logro la presidencia mi estimado doctor, tú serías mi ministro de salud, eres un profesional competente y muy serio- 
Oscar Martel respondió: - agradezco tus palabras pero lo que no soy es político, yo curo a las personas, no podría entrar al mundo de la política, lo siento-
Como respuesta Américo habló: -eso lo veremos en un futuro, ahora no me digas nada definitivo por favor. A mi lado necesito hombres como tú-.
Conversaciones iban y venían en el salón, todos daban sus puntos de vista y lo que concordaba la mayoría era que el congresista Panduro sería un buen candidato, tenía una carrera impecable. 
Una hora más tarde Américo invitó a todos los presentes a pasar al comedor, el almuerzo estaba servido.
La comida fue un éxito, los deliciosos platos iban y venían, la mesa presentaba los mejores vinos y bebidas, los hombres y sus esposas disfrutaban la delicias servidas en el comedor.
Mientras tanto en la casa del doctor Martel,  Fanny y Liza conversaban con su abuela Nany. Las tres almorzaban juntas y le preguntaban como era la vida en su juventud. Nany con gusto les contaba los detalles y las cosas de aquella época. Las ilusiones que tuvo y la intención de casarse con otro antes de conocer al abuelo. Él fue un caballero muy educado pero distante, con el tiempo cambio y se volvió más cercano, pero ese fue un problema que casi termina en divorcio.
-Nany- dijo Liza -como que casi te casas con otro, tenías un novio que no era el abuelo-.
-Si y no, él era demasiado joven para pensar en matrimonio, teníamos la misma edad pero fue una gran ilusión para mí. Lo triste es que luego de unos años me entere que había muerto, pertenecía a la Fuerza Aérea y fue en un accidente mientras volaba. Me sentí muy triste, yo ya estaba casada con tu abuelo pero igual me puse triste al recordarlo, nunca imagine que terminaría así-.
-Nany, el abuelo era bastante mayor que tú-. comentó Fanny.
-Si, así era, a él lo conocí por una amiga que me lo presentó, ella siempre me decía -con este hombre te vas a casar, estoy segura-. Por supuesto tu abuelo no sabía nada de los comentarios que mi amiga hacía. Lo que si puedo asegurarles es que yo no tenía mucha prisa por casarme. La vida nos da sorpresas y aquí estoy con mis queridas nietas hablando del pasado-. 
La conversación se tornaba interesante para Liza y Fanny, mientras le hacían varias  preguntas a Nany, ella sin molestarse contestaba todo, hasta comentarles que al principio el padre de ella no tenía mucha confianza en el abuelo, no le agradaba.
-Mi padre era muy protector conmigo, yo era su única hija de cuatro hijos, él no quería que me case con alguien que no era de su agrado. Más tarde, cuando lo conoció mejor, comenzó a cambiar de idea. El abuelo de ustedes siempre fue un buen hombre y me rodeó de todo lo que él podía darme, jamás puedo decir algo malo de su persona fue un hombre correcto y al final atento y amoroso.   
Liza preguntó: -¿Nany a veces no imaginas como habría sido tu vida si te casabas con el otro novio?
-Mi querida nieta, son preguntas que nunca me hago, prefiero saber que escogí al hombre correcto y forme un hogar- en el rostro de Nany se dibujo la tristeza, ella recordó un episodio del pasado tan terrible que casi la lleva a la tumba, guardó silencio y trató de cambiar el tema, no quería que Liza y Fanny vean su tristeza.  


CONTINUARÁ  
                    
                        

 

lunes, 28 de abril de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Mientras el congresista Américo Panduro esperaba en la sala, el doctor Martel comentaba en la habitación con su  esposa, sobre la visita que había venido: -no comprendo porque ha llegado hasta mi hogar, él sabe que yo no atiendo pacientes en mi casa y menos a estas horas, Liza se lo ha hecho saber-.
-Es mejor que no lo hagas esperar, ve a la sala y entérate que es lo que desea- contestó su esposa.
Oscar Martel de inmediato cruzó el umbral de la puerta y se presentó en la sala donde esperaba el congresista Panduro, éste al verlo se puso de pie y comentó: -Oscar, disculpa que venga a estas horas a importunarte en tu casa pero no voy a quedarme mucho tiempo, el motivo de mi visita es invitarte personalmente para el almuerzo que voy a realizar en mi casa de campo, no muy lejos de la capital, es en Santa Clara, me gustaría tanto que puedas asistir, es este domingo a las diez de la mañana, además quiero pedirte  si puedes invitar de parte mía  a dos personas influyentes de tu entorno, sé que conoces a empresarios y banqueros importantes. Estaría tan feliz que puedas asistir con tus invitados almuerzo-. 
El doctor no solía aceptar invitaciones los domingos porque era el día del almuerzo familiar, él traía a su madre especialmente a la casa para pasar el domingo juntos con su esposa y sus hijas. Se encontraba en un tremendo compromiso y no deseaba decirle que no al congresista.
-Mi estimado Américo, es un día complicado porque mi madre pasa todo el día aquí en mi casa pero por tratarse de ti voy aceptar la invitación y con respecto a llevar otros invitados no estoy seguro de poder hacerlo, haré el intento para complacerte - fueron las palabras finales del doctor.
-Desde ahora te doy las gracias por aceptar mi invitación, van a haber otros invitados serán cerca de veinte personas con sus esposas, me gustaría que lleves a tu esposa Felicia- luego agradeció el congresista y se disculpó por llegar a esas horas a su casa, quería invitar al doctor Martel al almuerzo que era importante para él porque haría algunos anuncios que tenían que ver con el curso de su carrera política. De nuevo volvió a despedirse y se retiró de la casa del doctor, Felicia se acercó a su esposo y dijo: -Oscar escuché las últimas palabras del congresista ¿Estamos invitados a un almuerzo este domingo?- preguntó Felicia. 
-Si, estamos invitados a un almuerzo en la casa de campo del congresista, no podía rechazar la invitación, era un compromiso, me pidió que lleve dos invitados y pensé en Ramiro Fuentes y Marcelo Haro. Si me preguntas por el almuerzo familiar en nuestra casa siempre va ser igual, recojo a mi madre de su casa y la traigo para que nuestras hijas junto a su abuela celebren el almuerzo, por este domingo no estaremos nosotros.- contestó el doctor algo preocupado. 
Al día siguiente muy temprano Oscar Martel se levantó para comunicarse con sus amigos y hacerles participes de la invitación del congresista Panduro, él estaba seguro que aceptarían, porque querían conocerlo y saber quién era en realidad, todos sabían de su fama pero no todos lo conocían en persona, el mismo doctor Martel sentía curiosidad de saber cuales eran los anuncios que iba ha hacer. 
Por suerte después de hablar con sus amigos Ramiro y Marcelo, estos aceptaron la invitación almuerzo del día domingo en la casa de campo. La reunión parecía que iba a ser interesante.
-Oscar- comentó Felicia -a ese almuerzo van asistir las esposas de todos los invitados-.
-Si, querida las esposas van con sus respectivos esposos, es un almuerzo campestre, yo supongo que en algún momento estaremos reunidos en el comedor, realmente no sé cómo va ser la organización pero conociendo a mi amigo el congresista, seguro que todo será a la perfección-.
-Hay algo que debo decirte, dos días antes del almuerzo, nuestra hija Mery viajará junto con su promoción, no va estar presente en el almuerzo con tu madre. Debemos ir a despedirla al aeropuerto- comentó Felicia. 
-Es tan pronto su viaje- dijo sorprendido el doctor -no te preocupes ahí voy a estar para despedirla, mi hija menor se va de viaje, es una nueva experiencia para ella.-
-Es la menor y para mí sigue siendo mi niña pequeña- contestó la madre llena de emoción.
Era verdad, Mery estaba tan feliz que contaba las horas para subir al avión y partir a su viaje al sur del país, nada le parecía más divertido que viajar con sus compañeras de colegio. Ella comentaba con sus hermanas todos los lugares que iba a conocer y ha donde pensaban ir, el tour estaba bien planificado y los diez días no serían suficientes.
Fanny y Liza escuchaban a su hermana menor cuando hablaba del viaje, ellas le hacian mil recomendaciones y sobretodo le repetían, no separarse del grupo ni salir sola a ningún sitio. 
-Deseamos que disfrutes y te diviertas pero  también queremos que no te pase nada. Tener un bonito recuerdo de ese viaje, es una bella experiencia- comentaban Fanny y Liza.
Dos días antes del almuerzo de domingo, Merry y sus padres se dirigían al aeropuerto. Por fin había llegado el día de su viaje, dentro del carro Merry, mentalmente hacía un repaso de la ropa que llevaba en la mochila, ésta la tenía preparada desde hace varios días y esperaba no olvidarse de nada. La promoción de alumnas estaban acompañadas por cuatro profesoras y tres madres de familia para cuidar y vigilar a las treintaicinco jóvenes del colegio, era una responsabilidad que debían manejar con cuidado.
Cuando llegaron al aeropuerto ya estaban reunidas varias de las alumnas, los padres a un lado se quedaban en segundo plano al ver la felicidad de sus hijas por este viaje, sentían que el tiempo había pasado muy rápido y que al terminar el año escolar también se cerraba una etapa de sus vidas. Sus hijas se hacían adultas y ellos no se dieron cuenta hasta ese instante. Merry tomó su mochila y fue a reunirse con su grupo de amigas, sus padres quedaron en el grupo de los padres de familia, todos comentaban lo mismo. La felicidad de ver a sus hijas que se iban a un viaje entre amigas pero sentían algunos  temores que todos viven cuando un hijo se va de viaje.
A la hora acordada las jóvenes viajeras tenían que despedirse de sus padres, el momento de abordar el avión había llegado. Merry se acercó a sus padres para la despedida.
El doctor abrazó a su hija y le dijo las recomendaciones y los cuidados que debía tener, la madre casi entre lágrimas le habló sobre los peligros que pueden pasar si no se es cuidadosa.
Merry abrumada por tantos consejos dijo -madre me voy unos días de viaje no debes exagerar, además es un viaje dentro del país, no me voy al otro lado del mundo. comprendo tu preocupación y te prometo que tendré cuidado, ustedes confíen en mí-. fueron sus palabras antes de abrazar a sus padres y darle un beso en las mejillas. 
Felicia vio alejarse a su hija y comentó a punto de llorar -Oscar, nuestra hija no entiende que solo queremos protegerla, es la primera vez que nos separamos de ella y siento un temor muy grande que  algo le suceda, sé que tiene edad suficiente para darse cuenta de las cosas y que debemos confiar-.
-No te preocupes tanto - dijo el doctor -ha llegado el momento en que debemos tener fe en ella y dejarla crecer para convertirse en adulta-.
La madre de Merry no pudo más y unas lágrimas rodaron por sus mejillas, había pasado el tiempo muy rápido y la niña pequeña, ya no estaba más.
Los padres de Merry salieron del aeropuerto en silencio y casi todo el camino apenas comentaron algo, llegaron a casa y sus hijas mayores no estaban, seguro habían partido a la universidad. 
La vida continuaba y el día domingo llegó, el doctor Martel se levantó muy temprano, esa era su costumbre se disponía alistarse para salir a recoger a su madre y traerla a casa para el almuerzo familiar,  esta vez estarían solo Fanny y Liza pero seguro que la abuela la pasaría muy bien con las ocurrencias de estás dos nietas. Después de dejar todo organizado y Fanny conversaba con su Nany como le decían de cariño a la abuela. Oscar Martel y su esposa partían almuerzo en la casa de campo del congresista Panduro. Salieron temprano para llegar puntuales a la hora indicada, el día estaba precioso y el sol apuntaba en lo alto del cielo. La casa no estaba muy lejos pero debía tomar sus precauciones. El doctor siempre fue un hombre muy puntual para llegar algún sitio era una característica de su personalidad.



CONTINUARÁ                   
   


                    

 

miércoles, 23 de abril de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Ramiro Fuentes tomaba las recomendaciones de su doctor muy en serio, había disminuido sus horas de trabajo y comenzaba a delegar funciones a sus gerentes, eran nuevos días para él, al menos así lo pensaba hasta ese momento. 
Tranquilo en la terraza de su jardín tomando una refrescante limonada pensaba sembrar una nueva planta. ¡Si! era algo que parecía extraño en él banquero después de ser una persona trabajólica. No, no había descuidado su trabajo del banco, si no que ahora tomaba todo con más calma. Creía que era verdad lo que el doctor Martel le dijo en una de sus visitas -no te vas a llevar el banco al otro mundo, dale el pase a tus gerentes-.
Sus palabras tenían mucho de verdad, descansar y tener horas de sosiego son necesarias para funcionar correctamente en el trabajo financiero que tanto demanda.
A su jardinero que le había pedido le consiga una planta de fresa, quería cultivar una mata de esta exquisita fruta en una esquina de su jardín y poder tomar su jugo en el desayuno. Eso sería delicioso y refrescante, de tan solo pensarlo se le hacía agua la boca.
-Ramiro- interrumpió sus pensamientos su esposa Teodora -hoy día debemos definir si hacemos la fiesta de cumpleaños para Elsy, recuerda que ella cumple dieciocho años y debe ser presentada en sociedad-.
Ramiro observó sorprendido a su esposa y le preguntó -¿Quiere Elsy celebrar su cumpleaños con una fiesta?-.
-Por favor querido, no se trata de lo que desea Elsy, ella debe seguir los patrones del protocolo en estos casos. Nuestra hija no puede hacer su voluntad-. contestó Teodora para que su esposo la apoye.
-Mi querida esposa- dijo Ramiro con voz grave -estas equivocada es el cumpleaños de nuestra hija y ella puede celebrarlo como desee. Esto del protocolo ya no existe y quien desea lo realiza y quien no desea no lo hace. Eso es algo que ya no se usa, dejemos que nuestra hija escoja como celebrar su cumpleaños. En nuestra época los patrones de celebración eran diferentes y las jóvenes como tú eran presentadas en sociedad, ahora es distinto-. 
Teodora sabía que era inútil insistir, su esposo había dado su opinión a favor de Elsy y nada lo haría cambiar pero insistió  -Elsy quiere como regalo de cumpleaños un viaje al extranjero,... ¿se lo vas a conceder?-.
-Si eso es lo que ella desea, así será, podemos viajar todos juntos como familia y celebrar según sus gustos- finalizó Ramiro su conversación.
-Esta bien- comentó Teodora -que se haga la voluntad de Elsy en su día de cumpleaños, no voy a insistir, tengo que decir que a mí gustaría una fiesta pero ella desea un viaje-. 
Ramiro se puso de pie se acercó a su esposa le dio un beso y agregó -Todos en la vida hemos querido celebrar nuestro santo como nos gusta, porque no permitir que sea Elsy la que elija- camino unos paso y terminó por decir -me voy al banco, regreso almorzar-.
Con eso daba por finalizada la conversación, nada lo iba hacer cambiar de parecer, Teodora comprendía que su esposo dejaría que sea Elsy quien decida, él sentía gran apego por su hija mayor. 
Cuando Teodora se quedó a solas, se acercó al jardín y dijo en voz alta -ahora resulta que quiere sembrar fresas en nuestro jardín, ¡ay¡ mi esposo tiene demasiado tiempo libre
El doctor Martel había visitado dos días antes a sus pacientes, Ramiro Fuentes que seguía muy bien con su estado de salud y  a Marcelo Haro su pie cada día se encontraba mejor, la piel había cerrado y ya podía caminar. En casa comentaba con su esposa Felicia el gusto que le daba saber que sus pacientes mejoraban día a día.
Felicia haciendo un breve paréntesis, dijo -dentro de cinco días Merry se va de viaje de promoción, está tan feliz que cuenta los días y las horas, tiene su mochila lista para ese viaje-.
-Merry siempre fue muy alegre para todo, no me sorprende su actitud- contestó el doctor -en  cambio a Fanny y a Liza las he visto preocupadas, comienzan para ellas los días de exámenes y trabajos que deben presentar en la universidad. Tienen que estudiar muy fuerte-.
-No te preocupes, ellas son muy responsables siempre están estudiando y haciendo los trabajos que indican sus profesores-. contestó Felicia con un tono de orgullo  por sus hijas.
Oscar Martel se despidió de su esposa y partido al consultorio. Unas horas más tarde cuando se encontraban Felicia y sus hijas reunidas, llegó a la casa una misteriosa caja, Alejandrina fue quien la recibió y llamó -¡señora Felicia! ha llegado una caja y un sobre que trajo un mensajero-. 
Felicia y sus hijas se reunieron en la sala alrededor de la caja -el sobre y la caja traen tu nombre- comentó Liza.
Felicia repitió en voz alta -¡apártense! no se acerquen a la caja, no sabemos que puede tener dentro, Liza ven a mi lado-.
-Madre no exageres por favor, es solo una caja porque no abres el sobre y nos enteramos de que se trata-
-No tiene remitente, Liza por favor apártate de la caja-. exigió la madre.
Fanny habló -hay un nombre escrito en letras pequeñas en una de las esquinas, debe ser el remitente, no creo que sea nada peligroso-.
Merry también habló -madre a quien van a dañar, nuestro padre no tiene enemigos y nosotras tampoco-.
La madre desconfiada no sabía que hacer, Alejandrina fue quien tomó la decisión, trajo un cuchillo de la cocina y con éste comenzó abrir la caja por el lado de la cinta. El asombro fue general, no era ningún objeto que cause peligro ni tampoco un explosivo, al contrario era un hermoso abrigo de diseño y confección impecable además de elegante, el modelo muy clásico pero lo que lo hacia aun más bello  era que estaba hecho con fina tela de lana de Alpaca color tabaco. Felicia y sus hijas no salían de la sorpresa al contemplar dicha prenda. 
-Es para ti madre, la carta dice - Liza leyó en voz alta -Señora Felicia espero que usted acepte este regalo de nuestra parte, es en agradecimiento a su esposo por haber curado a mi esposo. Atentamente Cintia Haro-. 
-Es de Marcelo Haro y su esposa, madre es un regalo. Por favor ponte el abrigo- suplicó Fanny.
Felicia más tranquila se puso el precioso abrigo, realmente era una joya de exportación, dio unos pasos y todas sus hijas dijeron a coro -es hermoso madre, te queda precioso, es tu talla-. 
-Si señora- contemplo Alejandrina dando la razón a las jóvenes -es una prenda hermosa y se ve tan fina y elegante-.
Felicia se encontraba hipnotizada con el abrigo puesto, era tan suave y bello pero luego de unos segundos reaccionó -No, debo quitarme este abrigo, seguro a tu padre no le va a gustar que acepte el regalo, ustedes saben que él es muy estricto en ese aspecto- respondió la madre con pesar.
Todas las hijas lamentaban la reacción de Felicia, era un regalo, no tenía nada de malo pensaron con tristeza. 
En la noche a la hora de la cena la familia se encontraba cenando en el comedor. El padre estaba junto a su esposa que le comentaba lo sucedido en la tarde con la caja y el abrigo. Oscar Martel escuchaba atento todos los comentarios y no decía nada hasta ese momento, luego de unos instantes agregó: -es mejor Felicia que guardes el abrigo, yo voy a llamar a Marcelo para devolverlo, no es necesario que mis pacientes envíen regalos con saber que están bien de salud y el pago de mis honorarios es suficiente-.
-Padre disculpa- contestó Liza -yo no estoy de acuerdo con lo que dices, Marcelo Haro es tu paciente pero además es tu amigo, con el regalo ha querido agradecerte que hayas salvado su pie, no tiene nada de malo-.
-Liza es mi proceder y debo actuar tal como pienso, no deseo escuchar más opiniones de mis queridas hijas, no estoy molesto pero ahora cambiemos de conversación- comentó el padre y nadie se atrevió a contradecirlo.
La cena se había terminado y la familia se ponía de pie, el padre fue directo al teléfono para llamar a Marcelo y hablar con él. 
-Mi estimado doctor, gracias por llamar, el regalo a tu esposa es de parte de mi esposa, ella es la que ha querido enviar el abrigo y yo no podía oponerme-.
-No han debido molestarse, el regalo es muy bonito pero no podemos aceptar-.
-Oscar- agregó Marcelo con seriedad -no te atrevas a devolver el abrigo porque mi esposa se molestaría demasiado y yo tendría un buen problema. Ha sido el deseo de Cintia agradecer con un regalo de la nueva colección de abrigos, espero me comprendas-.
Al doctor Martel no le quedó más opción que agradecer el presente y despedirse de su paciente. Hasta otro día. 
Felicia, feliz con la decisión de su esposo se puso el abrigo para que lo admire y vea lo bien que le quedaba.
Mientras sucedía todo aquello en la familia, sonó el timbre de la puerta principal, Liza fue abrir y se encontró frente Américo Panduro.
-Disculpe- dijo al verlo -mi padre no recibe pacientes a esta hora y nunca atiende en casa-.
-Señorita no vengo como paciente, solo deseo hablar con su padre diez minutos, es todo-. insistió  Américo.
Liza dudo unos segundos y contestó -voy a consultar un momento-.
-Padre han venido a buscarte, es el congresista Américo Panduro, desea hablar contigo unos segundos, está esperando en la puerta-.          
-Liza debes hacerlo pasar, es una persona muy importante, enseguida lo atiendo-.
-Si padre, se qué es el político del momento, lo hago pasar a la sala no te preocupes-. agregó la joven.
Al cabo de unos minutos Américo estaba sentado en la sala principal esperando al doctor mientras admiraba el fino decorado del hogar. No sé atrevió a preguntar a la joven que lo atendió quien era, supuso que era una de las hijas del doctor Martel.



CONTINUARÁ