El doctor Martel reunido con su amigo Jorge Redondo, en un conocido restaurante, hablaban del congresista Américo Panduro sobre su candidatura en las próximas elecciones por la presidencia. Solo estaban ellos dos, Tesio el otro amigo, no había podido asistir al almuerzo por encontrarse con demasiado trabajo en las investigaciones que realizaba.
Jorge Redondo sugirió al doctor:
-Oscar te has quedado en silencio, que te parece mi idea de que Américo y tú conversen sobre su candidatura a la presidencia-.
Al doctor Martel no le agradaba la idea y muy serio contestó: -mi estimado Jorge, yo no suelo intervenir en asuntos o decisiones personales y peor si son de índole política. Si bien es cierto que conozco Américo, no tengo la confianza suficiente para conversar sobre su vida personal, ni sus ideas políticas-.
-Comprendo Oscar, sé que tú eres una persona muy discreta y no deseas este tipo de encargos pero si te cuento es para que me puedas ayudar a convencer a nuestro amigo que está muy entusiasmado con la idea-.
-Me vas a tener que disculpar, pero te soy sincero no me pidas ese favor porque no voy a intervenir en las situaciones políticas. Además estoy seguro que tú puedes hablar con él con toda la autoridad que te confiere el partido ¿no es así?-.
El doctor Martel había lanzado una pregunta a su amigo, éste no contestó, solo dijo: -Oscar no te preocupes comprendo tu posición y la respeto-.
-Gracias por comprender y ahora que te parece si disfrutamos de un delicioso almuerzo y cambiamos de tema- respondió el doctor.
Ambos amigos lamentaron que Tesio no haya podido asistir al almuerzo, siempre era agradable reunirse con los amigos de la juventud y conversar de los buenos tiempos. Jorge Redondo resentía que el doctor no tuviera el ánimo para hablar con Américo, él se había enterado que hay personas del partido muy molestas por su candidatura y esto podía ser contraproducente para la carrera de Américo y su posición en el congreso. Jorge Redondo le tenía aprecio y admiraba la facilidad y la pasión para comunicarse con la gente en el partido y fuera de éste.
Américo no sabía nada de estos comentarios dentro del partido, él conversaba con el presidente y éste siempre le había demostrado estar de acuerdo con su postulación, aunque las últimas encuestas decían que el presidente no tenía toda la aceptación de los ciudadanos. La economía no andaba bien y se podía sentir en el poder adquisitivo de las personas y en al campo político las acciones terroristas estaban comenzando hacer mella en el ánimo del pais, era un ambiente poco propicio para pensar en candidaturas.
El almuerzo fue animado y la conversación estuvo acompañada de varias anécdotas interesantes y algunas graciosas por el lado de Jorge Redondo, Oscar Martel reía con sus ocurrencias pero por momentos no dejaba de pensar en Liza y su romance con Américo Pandura, no en vano se negaba a consentir tal situación.
En la noche al llegar a casa el doctor comentó con su esposa sobre la reunión con su amigo y la situación del congresista: -Mi querida esposa, después de contarte lo que Jorge me pidió, estarás de acuerdo conmigo del por qué no me gusta que salga con Liza, más tarde voy hablar con ella sobre el tema-.
-Oscar estás exagerando, la vida privada de las personas no tienen que ver con el aspecto público. Américo no está publicando su vida ni sus salidas con Liza, ellos son muy discretos- contestó su esposa.
-No estoy de acuerdo contigo Felicia- dijo molesto el doctor Martel, en ese momento Alejandrina interrumpió la conversación para decir que la cena estaba servida.
La familia congregada en el comedor conversaba animadamente y disfrutaban de la cena preparada por Alejandrina que tenía una excelente sazón. A la mesa faltaba Merry que estaba en su habitación cumpliendo su castigo, la familia en general la extrañaba pero, debía cumplir su promesa, ella cometió una falta grave y eso no se podía disculpar. La que estaba muy callada en la mesa era Fanny, de esto se dio cuento su padre que le preguntó: -Fanny, ¿sucede algo?, te noto muy callada y pensativa ¿has tenido un mal día?-.
Fanny reaccionó con un sobresalto y contestó: - no padre todo esta bien, solo los estaba escuchando conversar-.
Liza observó a su hermana y notó su sobresalto, algo le preocupaba o tal vez estaba distraída, su madre también noto su comportamiento demasiado silencioso, Fanny no era así, ella siempre intervenía en la conversación familiar y ahora estaba callada.
Terminada la cena el padre de Liza la llamó a su estudio, cuando entraron cerró la puerta y preguntó a su hija sin rodeos: -Liza quiero que seas sincero conmigo ¿estás saliendo en serio con Américo o son amigos?-. en otra ocasión el doctor no hubiera preguntado pero esto era algo complicado y debía saber la verdad.
Liza con las mejillas rojas contestó: -padre me sorprende tu pregunta, creo que eso corresponde a mi privacidad pero voy a ser sincera para aclarar mi situación, si estoy saliendo con Américo como enamorados, estamos en la primera fase y me siento muy bien a su lado, él es bastante atento conmigo y siempre tiene un detalle para mí. Me gustaría que pueda entrar a casa, creo que ya es tiempo, ¿no te parece?-. Liza interrogó a su padre y esperaba su reacción.
Oscar no esperaba una respuesta así, sabía que Liza era bastante madura para tomar sus decisiones pero esto lo desarmó. Se tomó unos segundos para responder: -hija esta bien invítalo a la casa la próxima vez. Ahora me retiro a descansar para mí ha sido un día muy complicado-. el padre beso a su hija en la frente y se dirigió a su habitación, estaba algo triste pero debía aceptar la realidad, era parte de la vida, sus hijas algún día tenían que irse del hogar.
Liza se dio cuenta de la tristeza de su padre pero pensó que pronto se le pasaría, ella estaba comenzando a sentirse enamorada.
Fanny fue la primera en ir a su habitación, cerró la puerta y del cajón de su velador tomó la sortija de compromiso, se la colocó en el dedo y dio unos pasos, era hermosa la joya, no podía dudarlo, ella miraba su mano y el diamante brillaba con la luz de la lámpara, luego se sentó al borde de la cama y su corazón comenzó a latir más fuerte, parecía que se iba a salir de su pecho, que terrible dilema, no sabía que hacer, como hablar del tema que le causaba inquietud y tristeza. Se aseguro de que sus padres estaban en su cuarto, abrió su puerta y con pasos lentos fue hasta la puerta, la abrió sin tocar para no hacer ruido y entró, Liza se alarmó al ser interrumpida de esa forma:
-Como entras sin tocar, ¡Qué sucede contigo Fanny!- exclamó
-Liza, ya no puedo más- comentó Fanny parada en el medio de la habitación -tengo que hablar con alguien sobre esto que me destruye el alma, no sé que voy hacer-.
-Hermana, por favor de que hablas, me estás asustando ¿qué es lo que te ocurre? te veo al borde del llanto-. habló Liza preocupada.
Fanny, le entregó a su hermana la sortija de compromiso y comentó: -no puedo seguir teniendo esta sortija tengo muchas dudas sobre mi compromiso, no sé si quiero seguir adelante, estas dudas me estas quitando la calma y no puedo dormir-.
Liza se preocupó preocupo por su hermana, de que estaba hablando: -estás escuchando tus palabras ¿por qué has esperado tanto tiempo para hablar? y ¿por qué tantas dudas? siempre te he visto feliz al lado de Umberto-.
-De eso se trata- contestó Fanny -no sé si debo continuar con el compromiso, ayúdame Liza-.
-¿Cómo te puedo ayudar?, no tengo idea, tus palabras me han sacado de mis pensamientos. Fanny esto es muy serio ¿has hablado con Umberto sobre tus dudas? y nuestra madre que está tan contenta con tu compromiso, ella ya piensa en la boda, te imaginas como va a reaccionar-. agregó Liza.
Fanny lloraba: -no sé que hacer, esto para mi es nuevo, yo no deseo herir a nadie y menos causar problemas, algo tengo que hacer para solucionar este problema-.
Liza abrazó a su hermana que estaba en un gran dilema porque su compromiso era serio con celebración e invitación de los padres de Umberto, por último éste que va a decir cuando Fanny hable con él. En buen lio estaba metida su querida hermana, qué iba a decir su madre si Fanny rompía el compromiso. Liza pensaba como ayudar a Fanny, ella no tenia idea de que hacer ni como aconsejar a su hermana que le pedía ayuda.
CONTINUARÁ