domingo, 24 de septiembre de 2017

UNA NOTICIA

Con la visita de sus padres Salvatore estaba con las manos llenas y ocupado.  
Al tercer día de su arribo a la ciudad, los llevó  a la imprenta para presentarlos con Giuseppe, de inmediato se creó un ambiente de amistad. Ellos hablaban en italiano y  Giuseppe se sentía feliz de estar rodeado de sus compatriotas. 
Había pasado un tiempo largo que él no visitaba Italia y estar rodeado por ellos, era como traer a su memoria recuerdos de la patria. Giuseppe no era de Roma como Salvatore y su familia, él era de Napoles pero igual se sentía feliz de recordar su Tierra.
Los padres de Salvatore estaban encantados de conocer a la persona que había apoyado a su hijo, conversaban con él y le agradecían su ayuda. 
Giuseppe los invitó para almorzar a su casa, su esposa no era italiana pero había aprendido a preparar exquisitos platos italianos. 
El caso de Giuseppe fue distinto al de Salvatore. Él llegó al nuevo mundo para buscar oportunidades y una nueva vida.  Conocía todos los secretos del trabajo de imprenta por lo que con gran esfuerzo y dedicación pudo abrir su propia imprenta en Managua, poco a poco fue creciendo el negocio para convertirse en una imprenta grande e importante. Más tarde formó una familia y se quedó a vivir en las tierras soleadas de Nicaragua.  
A la hora del almuerzo en la casa de la familia de Giuseppe, Salvatore y sus padres compartían la mesa con sus hijos Niccolo, Marcus y su esposa Gracia. El almuerzo fue excelente, los platos verdaderos manjares de la cocina italiana. Gracia que ya sabía que venían invitados había preparado un gran festín y como era costumbre no podía faltar un buen vino para acompañar las pastas, asados y ensaladas. 
El almuerzo transcurrió en un ambiente festivo, de felicidad y anécdotas, todos conversaban y reían.
Cuando llegó la hora de despedirse y retirarse de la casa, el padre de Salvatore volvió agradecer a Giuseppe por el apoyo a su hijo, éste comentó: -Salvatore es como un hijo más y es un excelente trabajador.
Luego, Salvatore y sus padres se fueron al hotel a descansar, más tarde su hijo tenía que regresar a la imprenta, era día de semana y el trabajo lo esperaba.  En la noche vería a Rosanella y comentaría con ella sobre el almuerzo en la casa de Giuseppe y su familia. 
Los días transcurrían entre el trabajo y los paseos, Salvatore y sus padres eran llevados por Rosanella a cada rincón turístico de la ciudad. Los comentarios, las risas y los momentos agradables se pasaban volando. Los días se hacían cortos.
Salvatore se daba cuenta que algo perturbaba a su novia, por momentos la veía preocupada pero ella no decía nada y seguía adelante con los paseos.
Habían pasado veinte días entre risas y recuerdos familiares, era el momento en que los padres de Salvatore tenían que regresar a Italia, su padre no podía abandonar por más tiempo su consulta y a sus pacientes, era hora de despedirse y con mucha tristeza partir de Managua. 
Primero se despidieron de Giuseppe y su familia
y al día siguiente en el aeropuerto se despedían de Rosanella y Salvatore, ambos padres abrazaron a su hijo, fue un momento emotivo su madre no quería llorar, ellos no sabían cuando iban a regresar. 
No hablaron de la enfermedad de su hijo. Estaban felices de haber pasado unos días con él.     
Una hora más tarde el avión partía de Managua con destino a Italia. 
Salvatore y Rosanella caminaban en silencio tomados de la mano, salían del aeropuerto 
-¿Qué sucede Rosanella hace días que te veo preocupada- comentó Salvatore.
Ella no deseaba hablar y menos contarle que le sucedía en realidad, pero Salvatore sospechaba que se trataba de sus padres, casi estaba seguro que en su casa seguía teniendo problemas con ellos, la estaban presionando para que termine su relación con él.
Entonces fue Salvatore el que rompió el silencio y  comentó lo que desde hace varias semanas estaba pensando:
-Rosanella en todos estos días he pensando y quería decirte que debo regresar al mar es importante que siga con mi rutina de ejercicios.  Yo te he comentado que eso favorece  mi estado de salud. Quiero pedirte  que me acompañes para irnos juntos e iniciar una nueva vida. He pensado que San Juan del Sur sería el lugar ideal para comenzar de nuevo ¿qué te parece?
Rosanella no contestó enseguida pero pensaba que quizás sería lo mejor, así estaría lejos de sus padres, de la presión y problemas que había con ellos.
-Tienes razón Salvatore es mejor irnos de Managua y de los problemas que tengo con mis padres, ellos no quieren comprender y quieren  obligarme a terminar contigo. San Juan del Sur me parece  el lugar perfecto, tiene hermosas playas y podemos iniciar nuestra vida. 
En la noche los dos conversaban y planificaban como iban hacer para partir, ambos tenían que dejar arreglados sus respectivos trabajos y compromisos. 
Rosanella dejó en su puesto a Margarita que con gusto aceptó, cerro todos los pendientes en el trabajo entregó sus papeles y documentos a la dirección de la casa de los niños y se preparó para partir.
Por su lado Salvatore habló con Giuseppe para contarle su decisión y agradecer toda la ayuda y molestias que se había tomado, no le comentó lo de su enfermedad, no era necesario.
En menos de dos semanas estaban arreglados todos sus asuntos para partir, no querían perder  más tiempo.
La mañana de la despedida, Rosanella en su casa preparaba lo que iba a llevar, sus trajes de lujo y joyas quedaban con sus padres, ella solo se llevaba lo necesario e indispensable, sus padres al ver lo que estaba haciendo su hija recriminaron su actitud y se inició la discusión de siempre pero esta vez el padre tuvo palabras duras para hija:
-No pienses que voy apoyarte en esto, no regreses a pedir ayuda si te va mal, las puertas de esta casa están cerradas para ti. 
Su madre fue más conciliadora mientras la acompañaba a la puerta le decía -hija todavía estás a tiempo de arrepentirte y quedarte en tu casa, por favor reacciona, piensa que vas a ir a una aventura, no sabes como va a terminar.
-Madre ustedes no pueden disponer de mi vida, no estamos en la época medieval, yo he elegido mi camino y tengo que partir. Ninguno de los dos ha querido conocer a Salvatore y no le han dado una oportunidad-  Rosanella no quiso decir más.  
Luego guardó su maleta en el Jeep rojo que usaba para hacer sus viajes, besó a su madre en la frente, se puso al timón y partió sin mirar atrás, sabía que su madre seguía parada en la puerta. 
En el camino las lágrimas brotaban, ella nunca hubiera querido despedirse así de sus padres pero su decisión estaba tomada y ahora iba a recoger a Salvatore que la esperaba en la imprenta. 
Cuando llegó al lugar, Salvatore la esperaba con su mochila y con el poco equipaje que tenía, Tonino estaba a su lado y ambos listos para partir. 
Se despidió por ultima vez de  Giuseppe con un abrazo y un beso en cada mejilla. Marcus y Niccolo también se despidieron de él. 
Salvatore subió  con Tonino al Jeep,  él y Rosanella tenían un camino que recorrer.  Tomaron la carretera principal, el sol todavía estaba en el cielo cuando el Jeep rojo abandonaba la ciudad de Managua rumbo a un destino desconocido... La ciudad elegida para su nueva vida era San Juan del Sur. La esperanza de comenzar de nuevo los acompañaba.                 
 CONTINUARÁ   
      

domingo, 17 de septiembre de 2017

UNA NOTICIA

Salvatore y Rosanella seguían adelante con su compromiso, ambos se veían después del horario de trabajo, se sentían felices al estar juntos. 
Cuando Rasanella conoció a Tonino éste la aceptó como parte del equipo y muy pronto los tres paseaban por las calles de Managua.
Rosanella le mostraba a Salvatore sus lugares favoritos de la ciudad y alguno que otro fin de semana se escapaban en un viaje a la ciudad de Granada. 
Nada podía ser más perfecto para ellos que la compañía mutua y Tonino a su lado. 
Una noche que regresaban un poco tarde a la imprenta, Rosanella y Salvatore subieron al segundo piso, no había palabras entre los dos, el amor flotaba en el aire, la luz de la habitación quedó apagada, solo la noche era su cómplice, pronto entre los dos no existía espacio que los separe, eran uno solo. El sentimiento, el amor estaba con  ellos. 
Rosanella se quedó al lado de Salvatore hasta el día siguiente. Como era Domingo se tomaron todo el tiempo para levantarse, no había prisa ambos estaban felices, se tomaban de las manos, las palabras estaban demás. 
A media mañana se alistaron para ir a desayunar, salieron con Tonino eran de nuevo los tres. 
En el restaurante pidieron el desayuno y mientras esperaban de pronto sonó el celular de Salvatore, sus padres lo llamaban, como siempre la comunicación con ellos era fluida...conversaban seguido. Le anunciaban a Salvatore que en tres días estaban viajando a Nicaragua querían visitarlo, querían ver como estaba. 
Él  sintió mucha alegría de volverlos a ver pero les advirtió que no tenía un lugar donde recibirlos, sus padres le dijeron que no había problema, ellos se quedarían en un hotel. Era la ocasión perfecta para que conozcan a Rosanella, pensaba Salvatore. 
Al medio día decidieron ir a la casa de Rosanella, ella quería presentar a Salvatore con sus padres, el compromiso entre los dos iba en serio. 
Cuando llegaron a su casa, Rosanella hizo pasar a Salvatore a una sala mientras iba a buscar a sus padres, ellos estaban en su habitación. 
La casa era grande y elegante, todo el ambiente era fino, se notaba gran cuidado en la decoración Salvatore estaba asombrado. 
En la habitación, Rosanella con sus padres conversaba, se inicio una discusión, sus palabras eran de reproche ¿donde has estado? estaban molestos no les agradaba que saliera con Salvatore ¿quién es él? un desconocido decía el padre, no es la persona que hemos soñado para ti. 
Rosanella no quiso discutir con ellos pero dijo -no se olviden que yo soy una persona adulta que trabajo y dependen de mí las decisiones con respecto a mi vida.  
Dio media vuelta y se retiró de la habitación. Lamentaba la actitud de sus padres no alcanzaba a comprender sus razones.   
Se dirigió a la sala donde estaba Salvatore le pidió salir de la casa, tenía que respirar aire fresco se sentía mal e incómoda con sus padres. 
En la calle caminaron en silencio unos instantes tomados de la mano, hasta que Rosanella comenzó hablar: primero le pidió disculpas a Salvatore por el comportamiento de sus padres, le dijo que ellos eran buenas personas pero siempre habían soñado para ella, un matrimonio por todo lo alto con una persona de su misma condición social  -no lo tomes a mal Salvatore-ellos no te conocen, no saben quién eres, poco a poco yo les voy a hablar de ti para que sepan acerca de tu persona, que haces y a que te dedicas- dijo Rosanella para explicar a Salvatore porque sus padres no habían salido a recibirlo.   
Éste se sintió incómodo, pero no quería renunciar a Rosanella, solo comentó. -No sé que puedo decir, la decisión es nuestra y si tu deseas continuamos, somos adultos Rosanella y podemos seguir adelante, no quiero que te sientas mal.
Terminaron el día paseando y conversando sobre ellos, Rosanella regresó temprano a su casa, tenía que hablar con sus padres. 
Salvatore de regreso a la imprenta, se echó en la cama que la noche anterior los había cobijado, pensaba cuál seria su futuro...¿futuro? se preguntaba.
Los padres de Salvatore llegaron a Managua y para ese día Giuseppe le había dado libre para estar con sus padres todo el día. 
Salvatore se alegraba de recibirlos y ellos aún más felices de ver a su hijo que estaba bien a pesar que el tiempo se había cumplido, ya eran más de seis meses. 
Se hospedaron en un hotel cómodo y elegante, conversaron de lo bien que se veía. Su madre no dejaba de mirarlo, su hijo estaba bien.  
Salvatore les habló de sus amigos y recién pudo contar con detalle el porqué de su cambio a Nicaragua, les dijo donde vivía y las cosas que hacía en su día a día, pero mientras hablaba se sentía perturbado, eran dos días que no veía a Rosanella, solo habían hablado  por teléfono.
Al tercer día por fin se encontró con Rosanella,  después del trabajo Salvatore la llevó  a conocer a sus padres, estos quedaron encantados con ella, les agradó su trato y manera de ser, muy pronto estaban los cuatro en una amena conversación. 
Entonces Salvatore aprovechó el momento para decir a sus padres que en unas semanas más se casaría con ella, era una decisión bien pensada -no quiero que se preocupen, Rosanella  conoce todo sobre mi estado  de salud-  comentó al final Salvatore.
Rosanella sorprendida con su petición de matrimonio, aceptó. Sus padres se alegraron con su decisión, ahora su hijo no estaría solo pero al mismo tiempo se preguntaban si era lo más acertado. 
El día había terminado después de despedirse de sus padres en el hotel y de acompañar a Rosanella a su casa.
Ya  en la imprenta, sobre su cama, Salvatore reflexionaba lleno de emociones por la visita de sus padres y por su compromiso, él seguía firme en su decisión  pero desde hace unas semanas venía pensando que era mucho el tiempo que estaba en la ciudad, tenía que regresar al mar, era una prioridad, debía seguir con su rutina de ejercicios que tanto bien le había hecho. 
Tendría que hablar con Rosanella para planificar con cuidado lo que iba hacer y dijo en voz alta, que no tendría  problema con respecto a su situación legal..el mar y  la vida lo esperaban. Tonino a su lado era el testigo silencioso de sus reflexiones.          
 CONTINUARÁ    
     















       

domingo, 10 de septiembre de 2017

UNA NOTICIA

La fiesta organizada en un hotel de lujo por el comité de damas, fue un éxito, lo recaudado era para la casa de los niños sin hogar. 
El dinero sería utilizado para solucionar las necesidades mas urgentes de la casa.
Un importante empresario de la ciudad, donó una gran cantidad de zapatillas en diferentes tallas para los niños de la casa. 
Esa noche de fiesta, todos se sentían solidarios y querían colaborar.   
Rasanella y el comité no podían sentirse más felices, su trabajo era recompensado para ayudar a los niños.
En esos días de trabajo arduo Salvatore había encontrado a Rosanella en dos oportunidades pero los encuentros habían sido casuales, ninguno de los dos lo había buscado. 
Cada uno estaba ocupado desarrollando sus actividades pero Salvatore, no podía dejar de pensar en Rosanella y una noche mientras trataba de dormir dando vueltas en la cama pensaba en voz alta, mientras Tonino a un lado lo escuchaba. 
Se acercaba la fecha en la que se cumplían los seis meses desde que el doctor Francesco le diera en Roma la mala noticia con respecto a su salud. Él se sentía lo bastante fuerte y bien a pesar de su terrible diagnostico. 
Tonino, dijo en ese momento -no puedo más con este sentimiento que me ahoga el alma, voy hablar con Rosanella y que sea ella la que decida si me acepta o no. No tengo la vida comprada pero aún puedo vivir, este sentimiento que me llena de alegría cada vez que estoy cerca de ella.
Luego silencio, Salvatore estaba decidido, lo que debía ser...será pensaba, ya no quería dar más vueltas, ya no quería negar lo que sentía. 
Al día siguiente buscaría a Rosanella en el hogar de los niños que es ahí donde trabajaba y enseñaba educación inicial.  Él necesitaba hablar con ella.
Al día siguiente terminado su horario de trabajo en la imprenta y después que todos se habían retirado, Salvatore subió al segundo piso, se baño, cambió y alistó, quería estar lo más presentable para ella y que lo conozca mejor.  
Salio por un costado de la imprenta, era una puerta independiente que daba a la calle. Si aún tenía suerte podía  encontrarla en la casa de los niños.
Todavía  estaba claro el día, cuando Salvatore 
caminaba por las avenidas, no muy lejos de ahí quedaba la casa.  El corazón se le agitaba en el pecho, era un momento difícil para él, no sabía que iba a decir o cómo hablar con Rosanella. 
Llegó a la casa de los niños, tocó la puerta con decisión. Al abrirse ésta, Salvatore preguntó al portero por Rosanella, el hombre lo quedó mirando y después dijo- un momento por favor. 
Al cabo de unos minutos se acercó Rosanella  -¡Salvatore! que sorpresa casi estaba por retirarme- comentó sorprendida, ella no imaginó que era él, el que la buscaba. 
Al costado de la portería había un pequeño salón donde se recibían las visitas, en ese salón conversaban Rosanella y Salvatore, ella le comentaba que ya habían comenzado a realizarse los trabajo para la casa de los niños, se trataba de solucionar lo más urgente. Pero hubo un instante de silencio incomodo entre los dos, entonces Salvatore fue el que  habló:
-Rosanella, desde que hablamos la primera vez no he dejado de pensar en ti, yo quería preguntar si tal vez tú, me aceptas en tu vida.  
Silencio total, ella lo miraba, no sabía que decir, siempre pensó que Salvatore, la veía solo como una amiga, él, hasta ese momento había sido tan distante y ahora le confesaba esa verdad. 
El silencio de Rosanella fue para Salvatore una espada, estaba seguro que no lo iba aceptar pero Rosanella en ese instante comentó:
-No imagine jamás que tú sentías algo hacia mi persona, siempre fuiste tan distante y ahora me sorprenden tus palabras.
-Si no deseas nada conmigo, dilo, yo me retiro y nunca más vuelvo ha decir una palabra- habló Salvatore con serenidad y dispuesto aceptar su rechazo. 
-Porque decides por mí y no me dejas terminar de hablar, desde que te vi la primera vez me agradó tu manera de ser, tal vez si nos conocemos mejor puede crecer el amor- contestó Rosanella más tranquila al saber los verdaderos sentimientos de Salvatore. 
Salvatore tomó las manos de Rasanella y las beso, con eso sellaban su amor. 
Ella se puso de pie y dijo -es mejor que nos retiremos, la casa es de los niños y ya van a cerrar. 
Todavía no era de noche cuando los dos enamorados salían del hogar de los niños, tomados de la mano, Salvatore invitó a Rosanella a un pequeño restaurante, tenía que decir algo más y esto era importante, quizás ella ahora si podía rechazarlo pero tenía que decirlo, no podía ocultarlo.
En el restaurante se sentaron en una mesa apartada, lo que iba a decir rompería  sus ilusiones al ser rechazado por Rosanella. 
-Hay algo que es importante que sepas y si después de escucharme no quieres saber nada de mí, yo lo voy a comprender y aceptar- dijo Salvatore muy serio y comenzó a contar todo con respecto a su enfermedad y no saber exactamente su tiempo de vida. 
Le contó de su vida en Roma, de sus padres y cual era su profesión.  Le explicó hasta el más mínimo detalle  sobre el incidente en Costa Rica y su traslado a Nicaragua. 
Quería que ella sepa todo con respecto a su persona  para que decida que hacer. Él no quería  ocultar nada, sus cartas estaban sobre la mesa y su vida también. 
Rosanella escuchaba atenta cada palabra de Salvatore, su historia era increíble y lo que había vivido en los últimos meses, era aun más increíble. 
Al terminar de hablar Salvatore agregó -si ahora te levantas y te vas, yo voy a comprender que no quieres nada conmigo y no te puedo culpar.
No hubo rechazo de parte de Rosanella, ella lo había aceptado antes de saber su historia y no había cambiado de idea, quería estar a su lado y así se lo hizo saber. 
Después de esa conversación Salvatore estaba tranquilo, por fin se sentía feliz. 
En el restaurante comieron  algo ligero y salieron a caminar un poco, la noche era especial.  
Unas cuadras más adelante tomaron un taxi, Salvatore acompaño a Rosanella a su casa, ahí se dio cuenta que ella vivía en un barrio elegante y que pertenecía a una de las familias de dinero de la ciudad. 
El sorprendido ahora era él,  ella lo había aceptado pero ¿lo aceptaría su familia?. Él no tenía las mismas posibilidades económicas.   Rosanella a pesar de su posición, era una mujer sencilla, suave y delicada en su trato y eso era lo que más le agradó de ella, luego su espíritu de ayuda hacia  los demás, lo convenció. 
Mientras la abrazaba con amor para despedirse pensaba, porqué la vida tenia que ser tan complicada. 
CONTINUARÁ 
   
                         
  
        
   

domingo, 3 de septiembre de 2017

UNA NOTICIA

Con el dinero que le habían enviado sus padres, Salvatore pudo pagar el hotel y mudarse al segundo piso de la imprenta. Giuseppe Pasquale preguntó a Salvatore porque sus padres enviaban el dinero a su nombre. 
-¿Qué sucede Salvatore cuál es el problema? ¿qué estás ocultando?
Salvatore no tuvo otra salida más que contarle el incidente ocurrido en Costa Rica, no quería que Giuseppe desconfiara de él o piense que estaba involucrado en  algo turbio, solo obvió el tema de su enfermedad, eso no era necesario contarlo, le comentó además que ese había sido el motivo para pedir ayuda a la embajada y  de esa manera es cómo llegó hasta la imprenta. 
Giuseppe después de oír su historia se sorprendió -vaya... dijo, es un verdadero problema el que tienes, pero no te preocupes al menos aquí tienes trabajo.
Salvatore comenzó a trabajar con dedicación, estaba atento al más mínimo detalle, quería aprender todo lo concerniente al trabajo, era una forma de agradecer a Giuseppe por su ayuda.
Tonino, su fiel compañero, estaba también instalado junto a él y muy pronto se volvió el amigo de todos y aceptaba la compañía  mansamente. Tonino se acomodaba en un rincón para no estorbar. Salvatore le había advertido que tenía que portarse bien.   
En la imprenta se trabajaba hasta las seis de la tarde y luego se cerraba, de ahí todo el mundo se iba a casa. 
Salvatore subía al segundo piso, donde en una de las esquinas del depósito tenía una cama y una pequeña cómoda para guardar su ropa. Giuseppe Pasquale le había proporcionado esto para que viva el tiempo que necesite, no era un hotel de lujo pero el lugar era limpio, cómodo, con una gran ventana que daba a la calle. 
Después del horario de trabajo salia a pasear con Tonino para que haga un poco de ejercicio, cenaba algo ligero y regresaba a su casa, como él llamaba al depósito. 
Con el dinero recibido desde Italia, se había comprado dos pantalones, polos, una casaca delgada y zapatillas. Con todas esas compras aun le sobraba dinero, sus padres habían sido  muy generosos con el en envío, pero él no quería molestarlos y por suerte con el trabajo de la imprenta podía vivir un tiempo hasta ver la forma de cómo solucionar su problema.
Muy pronto Salvatore con Giuseppe y sus hijos Marcus y Niccolo se hicieron amigos y lo consideraban uno más de la familia, él se sentía afortunado de contar con ellos. Algunos domingos lo invitaban almorzar a su casa y la esposa de Giuseppe le preparaban ensaladas de verduras porque sabían que era vegetariano. 
Habían pasado casi dos meses desde que llegó Salvatore a la imprenta Mi Favorita, cuando una mañana soleada entró al lugar Rasanella y su amiga Margarita, buscaban a Giuseppe, querían mandar hacer un trabajo de imprenta, se trataba de unas invitaciones para realizar una fiesta que se haría en un hotel de lujo de la ciudad. 
A la fiesta asistirían la gente de la alta sociedad y empresarios, el motivo era recaudar fondos para la casa de los niños sin hogar. Rosanella y su amiga pertenecían al comité de damas de ayuda por los niños. 
Como Giuseppe estaba ocupado le pidió a Salvatore que le muestre el catálogo para escoger el modelo de las invitaciones. 
Después de algunos comentarios y ver los modelos de tarjetas se decidieron por uno. 
Giuseppe también quería ayudar a la casa de los niños y les hizo un precio especial por las invitaciones que estarían terminadas dentro de tres días, era importante que estén pronto para enviarlas a los asistentes.                
Terminada las conversaciones y hecho el trato Rosanella y Margarita se retiraron. 
Salvatore no quería aceptarlo pero Rosanella llamó su atención. 
Él, hasta   ese momento se había mantenido alejado de cualquier compromiso, pensaba ¡qué podía ofrecer!... ¿futuro?. Él mismo no sabía en que momento podía caer al piso y quedar tendido sin vida.
No, no era justo para la otra persona comprometerse con él. 
Se quedó pensativo mientras miraba como se alejaban las dos jóvenes mujeres. 
Era mejor concentrarse y seguir trabajando. Salvatore era consciente de que no podía enamorarse, él no sabía cuál era su tiempo de vida. 
Se cumplieron los tres días y fue Margarita a recoger las invitaciones, no estaba Rosanella con ella, era mejor así, pensaba Salvatore pero sintió curiosidad  por la obra y la casa la de los niños. Margarita le contó cómo se realizaba la obra y la ayuda. Si, él deseaba podía visitar la casa los domingos que era el día que se realizaban las visitas.
El trabajo en la imprenta como todos los días continuaba, Salvatore después de terminar la jornada, se reunía algunos días con Marcus y Niccolo para salir a un bar y reunirse  con otros amigos, pero él se abstenía de tomar, no podía hacerlo, por ello solo pedía una botella de agua y nada más. Marcus le hacia bromas y decía: 
-Eres el amigo más aburrido y sano que conozco, no tomas, eres vegetariano y piensas solo  en trabajar.
Marcus ignoraba la enfermedad de Salvatore y éste solo reía con los comentarios. 
No quería hablar de su salud para qué, no tenía sentido...eso era algo personal.
El siguiente domingo en la mañana Salvatore paseo con Tonino por la ciudad y en la tarde se fue a visitar la casa de los niños. 
Tonino quedó seguro y guardado en el patio de la imprenta, era mejor así.
La tarde estaba fresca, el calor del día había menguado, cuando llegó a la casa de los niños y tocó la puerta  hubo cierto reparo de dejarlo entrar, nadie lo conocía, pero Rosanella que estaba en el lugar lo hizo pasar. Salvatore no imaginó que ella podía estar en la casa un domingo en la tarde.
Rosanella recorrió con Salvatore las instalaciones del lugar, le contó que ella estaba haciendo una lista de las necesidades más urgentes para luego informar al comité de cómo usar el dinero que se iba a recaudar. 
Pasaron los dos juntos una tarde agradable conversando y conociendo a los niños, ellos eran alegres y despiertos a pesar de las circunstancias. 
En la casa estaban bien cuidados, pero como siempre las necesidades eran muchas. 
Salvatore se despidió de Rosanella el terminar la tarde, salio de la casa, caminaba de regreso a la imprenta por las calles de Managua, no quería aceptarlo pero pensaba en ella  y en su compañía.
CONTINUARÁ.