domingo, 10 de septiembre de 2017

UNA NOTICIA

La fiesta organizada en un hotel de lujo por el comité de damas, fue un éxito, lo recaudado era para la casa de los niños sin hogar. 
El dinero sería utilizado para solucionar las necesidades mas urgentes de la casa.
Un importante empresario de la ciudad, donó una gran cantidad de zapatillas en diferentes tallas para los niños de la casa. 
Esa noche de fiesta, todos se sentían solidarios y querían colaborar.   
Rasanella y el comité no podían sentirse más felices, su trabajo era recompensado para ayudar a los niños.
En esos días de trabajo arduo Salvatore había encontrado a Rosanella en dos oportunidades pero los encuentros habían sido casuales, ninguno de los dos lo había buscado. 
Cada uno estaba ocupado desarrollando sus actividades pero Salvatore, no podía dejar de pensar en Rosanella y una noche mientras trataba de dormir dando vueltas en la cama pensaba en voz alta, mientras Tonino a un lado lo escuchaba. 
Se acercaba la fecha en la que se cumplían los seis meses desde que el doctor Francesco le diera en Roma la mala noticia con respecto a su salud. Él se sentía lo bastante fuerte y bien a pesar de su terrible diagnostico. 
Tonino, dijo en ese momento -no puedo más con este sentimiento que me ahoga el alma, voy hablar con Rosanella y que sea ella la que decida si me acepta o no. No tengo la vida comprada pero aún puedo vivir, este sentimiento que me llena de alegría cada vez que estoy cerca de ella.
Luego silencio, Salvatore estaba decidido, lo que debía ser...será pensaba, ya no quería dar más vueltas, ya no quería negar lo que sentía. 
Al día siguiente buscaría a Rosanella en el hogar de los niños que es ahí donde trabajaba y enseñaba educación inicial.  Él necesitaba hablar con ella.
Al día siguiente terminado su horario de trabajo en la imprenta y después que todos se habían retirado, Salvatore subió al segundo piso, se baño, cambió y alistó, quería estar lo más presentable para ella y que lo conozca mejor.  
Salio por un costado de la imprenta, era una puerta independiente que daba a la calle. Si aún tenía suerte podía  encontrarla en la casa de los niños.
Todavía  estaba claro el día, cuando Salvatore 
caminaba por las avenidas, no muy lejos de ahí quedaba la casa.  El corazón se le agitaba en el pecho, era un momento difícil para él, no sabía que iba a decir o cómo hablar con Rosanella. 
Llegó a la casa de los niños, tocó la puerta con decisión. Al abrirse ésta, Salvatore preguntó al portero por Rosanella, el hombre lo quedó mirando y después dijo- un momento por favor. 
Al cabo de unos minutos se acercó Rosanella  -¡Salvatore! que sorpresa casi estaba por retirarme- comentó sorprendida, ella no imaginó que era él, el que la buscaba. 
Al costado de la portería había un pequeño salón donde se recibían las visitas, en ese salón conversaban Rosanella y Salvatore, ella le comentaba que ya habían comenzado a realizarse los trabajo para la casa de los niños, se trataba de solucionar lo más urgente. Pero hubo un instante de silencio incomodo entre los dos, entonces Salvatore fue el que  habló:
-Rosanella, desde que hablamos la primera vez no he dejado de pensar en ti, yo quería preguntar si tal vez tú, me aceptas en tu vida.  
Silencio total, ella lo miraba, no sabía que decir, siempre pensó que Salvatore, la veía solo como una amiga, él, hasta ese momento había sido tan distante y ahora le confesaba esa verdad. 
El silencio de Rosanella fue para Salvatore una espada, estaba seguro que no lo iba aceptar pero Rosanella en ese instante comentó:
-No imagine jamás que tú sentías algo hacia mi persona, siempre fuiste tan distante y ahora me sorprenden tus palabras.
-Si no deseas nada conmigo, dilo, yo me retiro y nunca más vuelvo ha decir una palabra- habló Salvatore con serenidad y dispuesto aceptar su rechazo. 
-Porque decides por mí y no me dejas terminar de hablar, desde que te vi la primera vez me agradó tu manera de ser, tal vez si nos conocemos mejor puede crecer el amor- contestó Rosanella más tranquila al saber los verdaderos sentimientos de Salvatore. 
Salvatore tomó las manos de Rasanella y las beso, con eso sellaban su amor. 
Ella se puso de pie y dijo -es mejor que nos retiremos, la casa es de los niños y ya van a cerrar. 
Todavía no era de noche cuando los dos enamorados salían del hogar de los niños, tomados de la mano, Salvatore invitó a Rosanella a un pequeño restaurante, tenía que decir algo más y esto era importante, quizás ella ahora si podía rechazarlo pero tenía que decirlo, no podía ocultarlo.
En el restaurante se sentaron en una mesa apartada, lo que iba a decir rompería  sus ilusiones al ser rechazado por Rosanella. 
-Hay algo que es importante que sepas y si después de escucharme no quieres saber nada de mí, yo lo voy a comprender y aceptar- dijo Salvatore muy serio y comenzó a contar todo con respecto a su enfermedad y no saber exactamente su tiempo de vida. 
Le contó de su vida en Roma, de sus padres y cual era su profesión.  Le explicó hasta el más mínimo detalle  sobre el incidente en Costa Rica y su traslado a Nicaragua. 
Quería que ella sepa todo con respecto a su persona  para que decida que hacer. Él no quería  ocultar nada, sus cartas estaban sobre la mesa y su vida también. 
Rosanella escuchaba atenta cada palabra de Salvatore, su historia era increíble y lo que había vivido en los últimos meses, era aun más increíble. 
Al terminar de hablar Salvatore agregó -si ahora te levantas y te vas, yo voy a comprender que no quieres nada conmigo y no te puedo culpar.
No hubo rechazo de parte de Rosanella, ella lo había aceptado antes de saber su historia y no había cambiado de idea, quería estar a su lado y así se lo hizo saber. 
Después de esa conversación Salvatore estaba tranquilo, por fin se sentía feliz. 
En el restaurante comieron  algo ligero y salieron a caminar un poco, la noche era especial.  
Unas cuadras más adelante tomaron un taxi, Salvatore acompaño a Rosanella a su casa, ahí se dio cuenta que ella vivía en un barrio elegante y que pertenecía a una de las familias de dinero de la ciudad. 
El sorprendido ahora era él,  ella lo había aceptado pero ¿lo aceptaría su familia?. Él no tenía las mismas posibilidades económicas.   Rosanella a pesar de su posición, era una mujer sencilla, suave y delicada en su trato y eso era lo que más le agradó de ella, luego su espíritu de ayuda hacia  los demás, lo convenció. 
Mientras la abrazaba con amor para despedirse pensaba, porqué la vida tenia que ser tan complicada. 
CONTINUARÁ 
   
                         
  
        
   

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