domingo, 25 de febrero de 2018

EL VIAJE DE REGRESO

Zhao ya había dispuesto las habitaciones para Bao y Ru Hen, Liza la esposa de Zhao terminaba los preparativos para el almuerzo.
En su habitación Bao abría la maleta para sacar los regalos que había traído para su hermano y  su esposa, además de varias fotos familiares. 
Deshizo la maleta para colgar su ropa, por suerte el clima estaba cambiando y se auguraba un buen tiempo. 
Se refresco la cara, retoco su ligero  maquillaje y cambio de ropa, luego bajo a la sala donde su hermano la esperaba, en ese momento le entregó los regalos para él y para Liza, entre los cuales estaban unas graciosas figuras de jade,  Zhao las vio y comentó: 
-Son hermosas estas figuras, eran de la abuela Xia He, creo recordarlas.
-No- dijo Bao -estas piezas son especialmente compradas como regalo para ti, son de auténtico jade imperial. Sabía que te iban a gustar.
Zhao sonrió a su hermana, realmente eran bellas piezas de arte. Para Liza le trajo perfumes finos y un delicado chal bordado a mano. 
Ru Hen pronto se unió a la reunión y Zhao aprovechó la oportunidad para mostrarles la casa que era amplia, de dos pisos y bien distribuida. Luego los llevó a su taller que quedaba en la parte de atrás de la casa, ocupaba un terreno de trecientos metros. 
Zhao hizo pasar a su hermana y a Ru Hen, en el interior del taller tenía las herramientas y maquinaria necesarias. la carpintería era el oficio con el que se ganaba la vida.
-Es en este taller- explicaba Zhao - donde fabrico muebles de estilo oriental que tienen una gran demanda en el mercado en este país, tengo una lista de pedidos que me llena todo un año. También fabrico todo tipo de muebles pero los que más me piden son estos muebles. Conmigo trabajan dos empleados que me ayudan porque ya no me doy abasto- y al mismo tiempo señalaba una bella cómoda estilo oriental, unas mesitas de café, un pequeño escritorio secreter todos finamente acabados en cada uno de los detalles. Estos muebles estaban listos para ser entregados. 
-Este oficio de carpintería lo aprendí en China y ahora me sirve para mantener a mi familia con tranquilidad-  agregó Zhao.  
Bao vio una mesita de café de la que se enamoró por su acabado y diseño, entonces su hermano le dijo -no te preocupes voy hacer una igual para ti y la voy a enviar a Lima como regalo. 
Bao agradeció a su hermano pero le dijo que no se preocupe que ella no quería molestar. 
Zhao insistió  - querida, estoy a costumbrado a embalar mis muebles a distintas ciudades de Canadá,  no es ninguna molestia hacerlo para ti que eres mi hermana. 
A la hora del almuerzo reunidos todos en el comedor conversaban y degustaban los ricos platos que Liza había preparado, la conversación fue amena y todos reían con los juegos del bebe de Zhao que estaba sentado en su silla de comer, cerca a la mesa, era en verdad un hermoso niño, con los ojos azules de su madre y la expresión sonriente de su padre. A todas luces se veía que Zhao se sentía orgulloso de su familia.
Después de almuerzo Ru Hen y Bao se fueron a descansar,  Zhao,  fue al taller a ver como sus empleados  avanzaban los trabajos.
En la habitación de Bao, Ru Hen comentaba que él conocía Montreal porque había hecho algunas exposiciones de sus cuadros en varias galerías de arte, es un mercado muy interesante, si deseas mañana podemos pasear por la ciudad para no molestar los horarios de trabajo de tu hermano. Bao estuvo de acuerdo. 
El primer día de su llegada a Canadá    
las emociones y recuerdos rebasaban los sentimientos, Bao miraba a su hermano, era increíble el parecido con su padre Guo, los gesto, su modo de hablar, el movimiento de las manos. Era su padre pero más joven.   
Ninguno de los dos hermanos hablaba de los temas delicados para la familia. 
Bao no quería romper la magia que la había conectado con su hermano, quería esperar un poco más para conocerlo mejor. 
Al día siguiente en el carro que Zhao les prestó, Ru Hen salia a pasear con Bao, como le había comentado, él conocía la ciudad. Estuvieron toda la mañana paseando y visitando galerías además de algunos bellos lugares turísticos, la ciudad era moderna y bien cuidada con bellos parques y edificios. 
Mas tarde descansaron en un café con aire romántico y luego Ru Hen la llevó a Bao almorzar a un restaurante que él conocía. En ese lugar Ru Hen le confesaba a Bao:
-Siempre estuve pendiente de ti, siempre preguntaba a la amiga de tu madre la señora Jun ¿cómo estabas y qué hacías? sabía que estabas saliendo con Roberto y tengo que decir que me alegre cuando terminaron,  fue algo bueno nuestro encuentro en el aeropuerto pero si ello no sucedía, de todas maneras yo pensaba buscarte no quería esperar más. 
Bao se sintió halagada con la confesión de Ru Hen, ella  no sabía que él quería tener un compromiso. Nunca la señora Jun le comentó que Ru Hen preguntaba por ella.  
Ambos continuaron su paseo y a media tarde regresaron a la casa de Zhao, él estaba todavía en su taller de trabajo, no deseaban interrumpir y acompañaron a Liza y al bebe en uno de los  salones que daban al jardín interior desde donde se divisaba el taller.
Liza comentaba con Bao en inglés, idioma que ella también sabía, cómo conoció a Zhao y cómo poco a poco se fueron enamorando: 
-Al comienzo tu hermano era muy reservado pero cuando nos fuimos conociendo, él hablada con dificultad el inglés y nos entendíamos con señas,  era algo cómico. Ahora hablamos todo el tiempo y él se siente feliz con el nacimiento de nuestro hijo.
En la noche después de la cena, Zhao le decía a su hermana:
-Querida Bao, nuestro hermano Tian esta llegando dentro de dos días, me ha confirmado su viaje en una conversación telefónica, quiere conocerte y hablar contigo.
Bao no podía sentirse más feliz con este viaje, ver a sus dos hermanos, hablar con ellos, saber que estaban bien, era lo más importante. 
-Es bueno saber que Tian viene, me da tanta felicidad, no puedes imaginar todos estos años sin saber de ustedes, han sido tan difíciles.
-Zhao,  quiero enseñarte las fotos familiares que he traído ¿estás de acuerdo?- comentó Bao
 -Si, claro que estoy de acuerdo, deseo verlas- Contestó 
Bao subio a la habitación y trajo todas las fotos y una a una fue enseñándolas a Zhao con la debida explicación del caso.        
La primera foto fue la de su madre Liang, Zhao la recordaba, ella había sido el centro de su vida cuando era un niño, su madre era una mujer hermosa, luego otra foto donde estaba él de bebe, sonrió nunca se había visto así o al menos no recordaba esa foto, la siguiente foto era de su padre Guo, de pronto silencio, Zhao la miró no comentó, no hubo una sonrisa. Guardó silencio y no dejaba de mirar la foto. 
Bao observaba a su hermano, su dolor era evidente, sus recuerdos no eran buenos.
-En esta foto esta más joven, no lo recuerdo- fue el único  comentario de Zhao.   
  Bao iba enseñarle la siguiente foto pero Zhao la interrumpido de repente y dijo:
-Nuestro viaje fue la experiencia más terrible y dolorosa que hemos vivido Tian y yo. 
En esa época eramos solo unos niños, jamás nos habíamos alejado de nuestra casa, de nuestra familia y sin más ni más, fuimos enviados al otro lado del mundo.  
No comprendo hasta el día de hoy porqué, no puedo entender porqué nuestro padre nos dejó partir. 
Qué pensaba nuestro abuelo que estábamos en la época de la China imperial y él era el emperador dueño de la vida de cada miembro de su familia.  
Por un instante la voz de Zhao se quebró por la emoción y el dolor
Bao lo interrumpido -Por favor hermano es mejor no hablar del tema-   pero Zhao contestó: 
-No hermanita, es  hora de que sepas la historia del viaje de tus hermanos y porqué estuvimos perdidos durante tanto tiempo.   
Los dos hermanos estaban solos en la sala donde conversaban, Ru Hen se había retirado porque comprendía que era un tema familiar que debían hablar solo ellos.  Liza también se había retirado para acostar al bebe.
Zhao comenzó su relato:
-Un día antes de ser embarcados Tian y yo, nuestro abuelo y nuestro padre nos llevaron a otra casa, ahí el abuelo nos habló que ese viaje para nosotros era importante porque debíamos aprender las costumbres y forma de vida en China...ya casi no recuerdo las palabras del abuelo pero estuvo con nosotros hablando varias horas esa noche. 
Al día siguiente fuimos al puerto para ser embarcados, recuerdo que comencé a llorar yo no quería subir al barco, el abuelo me gritó y le dijo a Tian que hasta ese momento se había mantenido en silencio... -cuida a tu hermano- 
Muertos de miedo subimos al barco, junto a otros pasajeros, recuerda que teníamos diez y doce años respectivamente, ya en el barco nos esperaba la persona encargada de cuidarnos. Nos quedaba por delante un largo viaje, una larga travesía por mar. No puedo olvidar ese viaje porque en los días siguientes me sentía mareado y arrojaba todo el tiempo, Tian se sentía mejor pero aun así,  también la paso mal. 
El recuerdo de ese viaje en barco por mucho tiempo me creo pesadillas, cuando  estábamos en medio del mar yo pensaba que nunca iba a terminar que siempre íbamos a estar navegando.
Tian me cuidaba, se hacia cargo de mí, los dos sabíamos que solo nos teníamos el uno al otro...  
 CONTINUARÁ.      
              



domingo, 18 de febrero de 2018

EL VIAJE DE REGRSO

Con las emociones más en calma Bao y su padre leían la carta que Zhao había escrito:
Querida Bao
No sabes la alegría que me da tener noticias tuyas, una de tus tantas cartas enviadas al municipio de la provincia de Shenyang llegó a mis manos desde China. 
Nuestro hermano Tian me la envió. Él a su vez recibió tu carta de un funcionario amigo suyo, ellos se conocen desde el tiempo que hicieron el servicio militar en el mismo destacamento. Este amigo trabaja en dicho municipio y sabía que Tian tenía familia en Perú y como tu misiva pedía información sobre la familia del tío abuelo, su amigo vio por conveniente enviar la carta a nuestro hermano. Como puedes ver yo vivo en Canadá- Montreal  desde hace cinco años y me sentiría muy feliz que aceptes mi invitación para conocernos y hablar de tantos temas relacionados con nuestra familia. 
Espero tu pronta respuesta, tu hermano Zhao
Unas lineas más abajo le mandaba su número de teléfono para que se comunique con él y  le diga cuando iría a visitarlo en Canadá.
La carta de su hermano era corta pero afectiva, Bao miró dentro del sobre y ahí estaba una de sus cartas que muchas veces escribió al municipio, entre otras direcciones. 
Guo que estaba sentado en el pequeño sillón de la habitación de su hija  miraba en silencio la carta escrita por su hijo, no sabía que pensar pero Bao con entusiasmo le dijo:
-Padre voy a viajar a Canadá para visitar a Zhao, el viaje a China lo vamos hacer de todas maneras a mi regreso, es un viaje que los dos nos merecemos, como tu sabes este viaje a Canadá es importante y es algo que los dos esperábamos. 
Bao no hizo mención de un punto importante en la carta y era que su hermano en ninguna línea de la misma, mencionaba a su padre, es más ni siquiera preguntaba por él.
Guo también se había dado cuenta de lo mismo y comentó con tristeza:
-No sé si es conveniente que viajes sola, no sabemos como te recibirá Zhao, ahora es un desconocido para nosotros, debemos pensarlo con calma. 
-Padre, su carta es cariñosa y no tiene un tono agresivo, te pido no te opongas a este viaje, además no voy a viajar sola, voy a pedirle a Ru Hen que me acompañe, estoy segura que no se va negar. Ahora estamos saliendo juntos, los dos tenemos un compromiso. 
Su padre se había dado cuenta de ello y se alegraba por su hija. Ru Hen era un muchacho en el que podía confiar tenía la misma cultura y costumbres de Bao. 
-Esta bien hija, viaja con Ru Hen  y a tu regreso hablaremos de las nuevas  noticia-  y salió de la habitación de Bao.
Guo, caminó hasta el jardín y se sentó cerca al manzano que ya tenía pequeños frutos,  en ese lugar que era su favorito  pensaba que no podía culpar a sus hijos de sentir rechazo hacia él si como su padre les había fallado. Sentía una gran tristeza    
pero a la vez se alegraba, sus  hijos estaban bien y eso era lo más importante.  
Mientras tanto Bao en su habitación, se decía a si misma que escribir tantas cartas, había dado resultados, con eso pudo establecer la comunicación  con sus hermanos. 
La alegría que sentía se ensombreció un instante, en el aire habían demasiadas preguntas y mucho de que hablar con respecto a todos estos años de silencio y distancia con sus hermanos. Tener noticias de ellos, era una gran felicidad.  
Bao, miraba la foto de su madre sobre el velador y comentaba:  
-Madre encontré a tus hijos, cumplí mi promesa-  ella a este viaje a Canadá  iba con la intención de tender puentes con sus hermano, solo esperaba que Zhao la reciba con afecto,  aunque no tenía porque  pensar de otra manera.
En pocos días ya estaba listo el viaje a Canadá Bao iba acompañada de RuHen, él estaba de acuerdo con el viaje y Bao ya se había comunicado con su hermano Zhao para confirmar la fecha exacta que llegaba a Montreal para que él la espere en el aeropuerto. 
Cuando habló por teléfono con su hermano la emoción se desbordaba, ahora por fin lo vería y estarían cerca. 
Guo fue hasta  el aeropuerto para despedir a su hija y a Ru Hen, a éste le pidió que cuide de ella que no la deje sola y a Bao le dijo:
-No insistas en temas, si tu hermano no quiere hablar, se prudente, recuerda que han pasado muchos años y él ya no es el niño que viajó lejos hasta China. 
Guo abrazó a su hija y le dio más recomendaciones, su preocupación era evidente, luego se despidió de ella y la vio partir en su viaje al lado de RuHen.
A los dos los esperaba varias horas de vuelo, se acomodaron en primera clase y se ajustaron los cinturones, el avión partía en ese momento y Bao tenía la esperanza de restablecer los vínculos familiares.  
Las largas horas de vuelo parecían interminables Bao se hacía muchas preguntas pero no quería adelantarse a nada, ni suponer situaciones, Zhao al igual que ella tendría la misma curiosidad de conocer a su hermana, el vínculo de la sangre era muy fuerte aunque hubieran pasado muchos años. 
Bao, había tenido el cuidado de llevar para su hermano algunos regalos y muchas fotos familiares porque él no tenía recuerdos materiales  de su pasado y su niñez. 
Después de viajar toda la noche  y hacer una parada en una ciudad americana, el avión llegaba al aeropuerto de Montreal en Canadá, así lo anunciaba el capitán de la nave.  
Era el momento que tanto esperaba una hora más tarde, estaría conociendo a su hermano Zhao del que su madre tanto hablaba y de los hijos que tanto añoraba.           
 Pasaron los trámites de migración y aduana, ahora era el momento de enfrentar la realidad, Bao tomó la mano de Ru Hen y éste la apretó suavemente para darle ánimos y dijo a su oído -estoy  aquí, contigo, siempre.         

Bao sentía que las emociones golpeaban su pecho cuando salio para encontrar a su hermano que estaba entre las demás personas que esperaban. Zhao tenía en sus manos un cartel que decía "Bienvenida Bao"

Ella se acercó a él y con lágrimas en los ojos lo abrazaba por fin se conocían, Zhao era la copia exacta de su padre Guo pero una versión más joven. El parecido era extraordinario. 
Los dos hermanos estaban sin palabras y Ru Hen observaba la escena. 
Cuando terminó el abrazo, Bao presentó a Ru Hen como su prometido, ambos se saludaron, eran más o menos de la misma edad. 
Zhao les indicó que tenía el carro estacionado muy cerca para llevarlos a su casa, ahí se hospedarían. Bao no quería incomodar a su hermano y dijo -Zhao nosotros podemos ir a un hotel no te preocupes.
Pero su hermano insistió  -en mi casa hay sitio de sobra y no es una incomodidad, eres mi hermana y para ti lo mejor, no lo olvides.
A una cuadra del camino, se divisaba la casa de Zhao y era como él lo había comentado, grande y con una fachada muy hermosa, tenía un jardín bien cuidado en la entrada. 
Zhao abrió la puerta y los hizo pasar a una sala acogedora y bien decorada, a su encuentro salió la esposa que los saludaba, ella era una ciudadana  canadiense y en sus brazos cargaba a un hermoso bebe que era hijo de ambos.
Las emociones se calmaron, Zhao miraba a su hermana menor y la recordaba como la bebe que dormía todo el día en su cuna, ese era el último recuerdo que tenía de ella pero ahora se había convertido en toda una mujer, con un gran parecido a su madre Liang. 
La conversación transcurrió en un clima familiar, luego Zhao los llevó a sus habitaciones que eran confortables y bien iluminadas.
Bao en su habitación recordaba que tenía que llamar a su padre para decirle que todo estaba bien. Le pidió a la esposa de Zhao, Liza el teléfono para llamar a Lima. 
Toda la casa de Zhao era moderna, acogedora  y bien decorada, se veía  que su situación económica era holgada. Boa imaginó que su hermano podía tener apuros económicos pero al parecer no era así. 
Los días que pasaría en Canadá al lado de su hermano estarían  llenos de recuerdos y emociones, Bao había decidido por el momento no mencionar a su padre, era mejor así, Ru Hen estuvo  de acuerdo con ella, los dos hermanos debían conocerse primero.  Era importante saber como pensaba Zhao...

CONTINUARÁ   

           

domingo, 11 de febrero de 2018

EL VIAJE DE REGRESO

Después de leer varias veces la carta que había recibido. Bao con la tristeza en el rostro, la guardó en el sobre,  su padre tenía que verla y darle su opinión. 
Antes de ir a la oficina, pasó primero por el correo para depositar las cartas que ya estaban escritas, con esto tenía  la esperanza que alguien más se anime a escribir para  darle  información sobre su familia. 
Cuando llegó a la oficina su padre  revisaba algunos documentos y unas cuentas, Bao se acercó a él, lo saludo y comentó, mostrando la carta:
-Padre ha llegado esta carta a la casa, la recibí hace una hora,  quiero que me des tu opinión-  y le entregó el sobre.
Guo miró a su hija, por la expresión de su rostro supo que no era nada bueno. Tomó la carta y la examinó con cuidado. No era una dirección conocida, él no la recordaba y lo más importante no traía buenas noticias.
-¿Qué opinas padre? ¿qué podemos hacer- dijo Bao desanimada.
-No podemos hacer nada, no reconozco esta dirección, el pueblo ahora es diferente de  aquel que dejamos hace años. Hija, lo más importante de esta carta es la información... la familia del tío ya no vive en le pueblo, algo grave debió suceder  para que ellos dejen su casa, terrenos de cultivo y  se marchen sin dejar huella. 
Bao sintió que volvía a estar donde comenzó y que ahora tenía que tomar otra ruta pero ¿cómo y hacía donde?. De pronto se iluminó su rostro y dijo:  
-Padre y si contemplamos la idea de viajar los dos juntos a la provincia de donde es la familia, ahora no es como antes, las cosas han cambiado, podemos ir de visita...¿te parece si preparamos un viaje para los dos?  Así también me enseñas  la tierra donde naciste y a los amigos que dejaste allá. 
Guo, imaginaba volver al pueblo de su niñez donde creció y pasó  su juventud, al lugar donde conoció a Liang, se preguntaba ¿todavía existirá la escuela donde ella daba clases? ese viaje  iba hacer un viaje muy duro y lleno de  recuerdos. 
-Hija no sabemos como será el clima político en mi pueblo, no sé cómo nos van a recibir, han pasado tantos años. 
-Padre, si no lo intentamos nunca lo vamos a saber, además piensa que yo también voy a conocer mis raíces, pasear por los lugares donde la familia vivió. 
- Está bien...comencemos a preparar el viaje, tenemos que dejar todo organizado en los negocios y en la casa. Encárgate de ello, yo voy a visitar a  mi amigo el secretario de comercio de la embajada, es mejor saber si es seguro viajar a la provincia. 
Bao no perdió el tiempo, de inmediato comenzó a organizar todo lo referente al viaje, era hora de enfrentar la realidad y descubrir la verdad.
Ese mismo día por la tarde recibió la visita de Ru Hen en la oficina. Su sorpresa fue mayor cuando él la invitó a cenar. La cita sería a las 8. p.m en un restaurante elegante de la ciudad donde se preparaba una comida excelente. 
Bao llegó puntual a la cita y en el lugar ya la esperaba Ru Hen. La cena transcurrió con una conversación amena y los recuerdos que ambos tenían de Liang. 
Ru Hen comentaba lo que había hecho todos los años que no se vieron y Bao le decía que lo que más sabía sobre  él, es que siempre estaba de viaje. De inmediato  se creó entre ellos un clima cómplice y agradable, se sentían los dos en confianza. 
Cuando Bao regresó a su casa no imaginó que su amigo tenía tan buen sentido del humor y una agradable conversación.  Lo había pasado muy bien en su compañía.
Imaginaba que acaso podía encenderse la chispa del amor entre los dos...¡no! era mejor no imaginar eso, como se podía tener una relación con alguien que nunca estaba en la ciudad... que siempre estaba de viaje. 
Pero Bao se equivocaba en los días siguientes Ru Hen la invitó a salir más seguido o iba a visitarla a su casa por las noches. 
Guo miraba con beneplácito la situación pero no intervenía era mejor así. Si algo iba a suceder entre los dos, tenía que ser espontáneo.
Con Ru Hen, Bao no quiso comentar nada de la carta que había recibido desde China y el viaje que planeaba hacer con su padre. Todavía no sabía que iba a resultar de aquello. Ella seguía  organizandolo todo  para poder viajar con su padre lo antes posible y sin preocupaciones. 
Con la confianza que ya existía entre los dos, una tarde mientras conversaban en el jardín, Bao le preguntaba a Ru Hen cómo logró convencer a su padre que lo deje seguir su arte y no hacerse responsable de la lavandería.
-Eso mi querida Bao- decía Ru Hen  -me costó muchas discusiones con ellos para que comprendan que lo peor que podía sucederme era hacer algo que yo no quería. Mis padres me dieron un plazo y si al cabo de ese tiempo no había un buen resultado sobre mi carrera, yo me haría cargo de su negocio sin discusiones. Acepté sus condiciones y después de unos años aquí me tienes, no me puedo quejar,  ellos ahora no tienen nada que decirme. Al contrario soy yo, él que les dice que ya no trabajen más que cierren la lavandería, pero es mi padre él que contesta.
-Hijo, yo trabajo desde que tenía diez años, siempre ayudé a mis padres cuando vivíamos en China y aquí sigo trabajando y lo haré hasta el día que muera, no se hacer otra cosa. 
-Es cierto, la vida de nuestros padres fue dura en China y trabajar es lo único que saben hacer, creo que si lo dejan de trabajar morirían muy pronto. Ellos no están acostumbrados a viajar o pasar las horas haciendo algo distinto- comentaba Bao a Ru Hen sobre sus familias.
-Yo creó que mis padres en el fondo sentían temor que no pueda mantenerme con mi arte, en estos tiempos que corren, todo es más difícil-  agregó Ru Hen.     
Los días seguían su curso y casi todo estaba listo para el viaje a realizar Bao y su padre, cuando Guo invitó a Ru Hen a un almuerzo en la casa. 
En el almuerzo se sirvieron platos típicos de la comida China y se brindó con un buen vino de cosecha. 
Guo conversaba con Ru Hen sobre sus planes en los negocios y la parcela que tenía a las afueras de la ciudad, donde se sentía tan a gusto, donde podía olvidarse de los problemas de la oficina y enterrar sus manos en la tierra para sentir la energía de la vida cuando sembraba algún cultivo. Ese era el único lugar donde descansaba de verdad. 
Unos días antes del viaje ya estaba todo en orden en los negocios y el hogar, todo estaba listo, solo faltaban pequeños detalles.  
Ru Hen quería conversar con Bao era el momento de ser claros y hablar de sus sentimientos.
Bao, escuchaba a Ru Hen, no sabía que decir,  ella no quería ilusionarse y comentó:
-¿Cómo podemos estar juntos, si tu estás,  todo el tiempo de viaje, nunca nos veríamos. No es así como yo quiero vivir.  
-Si eso, es lo que te impide aceptarme puedes estar tranquila  no pienso viajar tan seguido, solo haré los viajes que sean importantes  y si tu deseas puedes acompañarme.
Nunca hubiera imaginado que ella y Ru Hen podían llegar a tener un romance, era algo imposible hasta ese momento y la respuesta de Bao fue sellada con un beso.
-Ru Hen, tengo que decirte que dentro de unos días voy a viajar a China con mi padre es un viaje familiar-  le contó los detalles con respecto a las cartas y las noticias que habían recibido sobre la familia. 
-No importa yo estaré aquí esperando tu regreso y ojalá sea, con buenas noticias- contestó Ru Hen abrazando a Bao. 
En los tres últimos días todo, no podía ser más perfecto para realizar el viaje y cuando Bao terminaba de revisar su lista, la señora Delia llamaba: 
-¡Señorita Bao!  señorita e interrumpió en su habitación. Ha llegado esta carta- dijo con impaciencia.  
Bao tomó la carta, venía de Canadá, miró el remitente no tenía nombre, solo una dirección  -¡no! -dijo en voz alta, ella nunca había escrito a esa dirección... ¡qué malas noticias traía ahora!
Las manos le temblaban al abrir el sobre que venía de Canadá ¿por qué?...pensaba. 
En el interior la carta tenía un nombre y firma, al leer un grito se ahogaba en su garganta y entonces llamó a su padre a viva voz, mientras lloraba... ¡padre! ¡padre!...éste al escuchar que su hija lo llamaba corrió a su habitación para ver que sucedía. Bao al verlo entrar lloraba y le decía: 
-Padre, tus hijos, mis hermanos ¡están vivos! ¡están bien!... aquí tengo una carta de Zhao, está escrita por él-  y le enseño la carta. 
Guo leía lo que su hijo había escrito, de la emoción las lagrimas también bañaban su rostro. Por fin sabía algo de sus hijos, por fin... después de tantos años, ellos estaban bien. 
Padre e hija se abrazaban de felicidad, está carta lo cambiaba todo y el viaje a China por el momento se iba a suspender. Zhao invitaba a su hermana a visitarlo en Canadá y Bao quería viajar lo más pronto para conocer a su hermano...  

CONTINUARÁ.          
   

   

       


    


domingo, 4 de febrero de 2018

EL VIAJE DE REGRESO

Tarde de domingo, en el jardín interior de la casa, conversaban Bao y su novio Roberto. El clima en el jardín era agradable a esa hora de la tarde.
Ambos no se habían visto en varias semanas, no se habían llamado ni buscado como era su costumbre. 
Bao y Roberto sabían que era el final de su compromiso. De alguna manera los dos buscaban palabras que no ofendan al otro. Ellos deseaban quedar como buenos amigos que en su momento compartieron un sentimiento de amor juvenil y que recordarían toda la vida. 
Roberto tomó las manos de Bao y las beso, ella acarició su cabello y dijo:
-Siempre vas a viajar a Francia como era tu sueño.
-Si, tu sabes que para mí es importante hacer una especialidad en Ciencias Políticas en la Sorbona de París. 
Los dos continuaron conversando y hablando de sus planes por separado y que es lo que planeaban  para el futuro, nunca antes lo habían hecho  pero ahora había llegado el momento en que las palabras sobraban, ya no había más que decir. 
Roberto se puso de pie y se despidió de Bao, ella le deseo lo mejor para su vida,  esta vez no lo acompaño hasta  la puerta, era mejor así. Los dos sabían que era el final y sentían que su amistad quedaría por siempre. 
Cuando Roberto se retiró, Bao a solas en el jardín  pensaba que tal vez en su vida, en su destino, no estaba el casarse y formar un hogar. Esta idea la entristecía y no sabía explicarse en que momento el idilio terminó. 
La invadió un sentimiento de tristeza, Roberto en un  momento de su vida  fue su mundo y compartió con él alegrías y tristezas, ahora tenía que continuar su camino y lo que éste le depare para el futuro.  
En las semanas siguientes trató en todo momento de concentrarse en el trabajo y seguir aprendiendo el manejo del negocio. Su padre ya sabía lo que había sucedido con Roberto, ella misma se lo había comentado.  
Guo...guardó su opinión, él sentía un aprecio verdadero por Roberto, pero si los dos decidieron  terminar, él no  podía intervenir, esa había sido su decisión. 
Ahora Bao para disipar su mente se concentró en el plan para emprender la búsqueda de sus hermanos. 
Con las direcciones que tenía de China, pensaba escribir cartas a cada una de estas. 
Comenzaría por el Municipio de la provincia Shenyang de donde era su familia y las direcciones restantes de los amigos de juventud de su padre, si era verdad que los tiempos habían cambiado en el país,  alguien seguro contestaría sus cartas. 
Por el lado de la familia de su madre solo tenía una dirección pero ellos no podían saber nada de sus hermanos porque los pequeños no fueron enviados a la familia materna sino a la familia paterna. Por el momento desecho esa posibilidad, más adelante trataría de ubicarlos. Para ella lo más importante ahora era encontrar a su hermanos.    
Cada cinco días Bao enviaba cartas a las diferentes direcciones,  no importaba cuanto tiempo le tomaba, ella seguía escribiendo cada semana, tenía la esperanza de recibir una respuesta. 
Mientras en las oficinas de la empresa, Bao comentaba con su padre las nuevas ideas que tenía para cada departamento  dentro de las tiendas, a Guo esto le parecía bien,  era importante mantener la comunicación entre los departamento de contabilidad, de ventas, de servicios  al cliente y la gerencia para hacerlos más eficientes.
En las noches cuando Bao estaba en casa, se dedicaba a escribir las cartas pidiendo en cada una información sobre la familia de su tío abuelo, ubicándolos a ellos podría saber que pasó con sus hermanos. 
Para ella y su padre nunca fue una posibilidad que ellos estuvieran  muertos. Tian y Zhao estaban vivo en algún lugar, esa era la esperanza que guardaba en su corazón, de lo contrario quería saber de todas maneras que había sucedido con ellos.  
Cada día que pasaba revisaba el correo que llegaba y no encontraba respuesta a sus cartas, desde que comenzó a escribir habían pasado  dos meses, era pronto para desanimarse, esa posibilidad no estaba en su mente. 
Una mañana en la oficina, Bao conversaba con su padre sobre la necesidad de ampliar el negocio y Guo contestó:
-Antes de pensar en esa posibilidad es necesario investigar cómo esta el mercado y cuáles son sus necesidades, eso lo sabes tu mejor que yo, además ¿crees que es el momento de invertir para ampliar el negocio?. Estamos en este momento  viviendo una crisis y cuando esto sucede la gente deja de comprar,  es algo instintivo porque las personas aseguran primero sus necesidades básicas, lo demás queda en segundo plano.  
Nunca olvides, el mercado está conformado por seres humanos y son ellos los que marcan el vaivén de la ventas y las inversiones. Cuando hay crisis lo mejor es guardar fuerzas para sostener la empresa y prepararse para crecer cuando ésta pase. 
Esa era una de las tantas lecciones que Bao recibía de su padre, él tenía la experiencia de haber pasado por diferentes crisis y sacar adelante la empresa.
En un descanso del trabajo, Bao fue a despedir al aeropuerto a  sus  amigos Benito y Genoveva que se iban de viaje.  
Ellos eran  amigos desde la universidad y viajaban al extranjero por trabajo. 
Bao se despidió de ellos con gran tristeza porque no los volvería a ver por un tiempo bastante largo. Cuando ya salia del lugar, se encontró frente a frente con su amigo Ru Hen que llegaba de hacer un viaje a Nueva York. 
Grande fue la sorpresa entre los dos pues no se veían desde hace varios años, Bao lo único que sabía de él, es que siempre estaba de viaje en alguna exposición de sus cuadros generalmente fuera del país. Por eso le causó sorpresa encontrarse con él.     
Conversaron de lo que cada uno estaba haciendo y Ru Hen la invitó a una nueva exposición de sus cuadros que tendría lugar la semana siguiente, Bao aceptó y le dijo que iría con su padre porque a él también le gustaría verlo de nuevo.  
Ru Hen y Bao se despidieron y cada uno se fue por su camino.
Mientras Bao regresaba a su casa pensaba que le había dado alegría encontrar a Ru Hen, jamás imaginó que sería en el aeropuerto. 
Ella siempre lo recordaba como el niño que sabía dibujar,  ahora en cambio se había convertido un hombre  atractivo. 
A los pocos días de su encuentro llegó a la casa la invitación para la exposición de su obra en una importante galería de la ciudad. 
Ella, como lo había prometido fue con su padre. La exposición de los  cuadros de Ru Hen era brillante tal como acostumbraba hacerlo. 
La paleta de colores que había elegido para su obra,  era cálida y llena de luz. El tema elegido era sobre el verano y el mar. 
Bao y su padre se acercaron para felicitarlo. La galería estaba llena  gente y era grande la expectativa. Ru Hen se alegró de ver nuevamente a Guo y llenó de atenciones a Bao. La noche terminó muy pronto  y se tenían que despedir. 
Mas tarde Bao en la casa conversaba con su padre  sobre la exposición de su amigo,  ella  pensaba que Ru Hen  fue agradable con ellos en todo momento por el recuerdo que guardaba de su maestra Liang.  
Pensar en algo diferente... era absurdo,  además Ru Hen seguro tendría mil ocupaciones,  al igual que ella. 
Su trabajo de escribir las cartas continuaba y justo esa mañana se disponía a llevarlas al correo, cuando la señora Delia tocó la puerta de su habitación para decirle que había llegado una carta.
Bao de inmediato abrió su puerta, tomó la carta. Vio el sobre y la dirección, venía de China, el corazón le palpitaba a mil por hora, alguien había contestado después de casi cuatro meses. 
Las manos le temblaban mientras la abría,  ¿cuál sería la respuesta?  ¿por fin sabría el paradero de sus hermanos?... Mientras leía,  las lagrimas bañaban su rostro, se detuvo, volvió a mirar la dirección en el sobre, era una dirección extraña y no tenía nombre en el remitente, ni al final de la carta..
Se sentó sobre la cama y terminó de leer su contenido, ahí la persona que escribía  decía que  la familia de su tío abuelo hacía varios años que abandonaron el pueblo repentinamente y que no sabía donde se marcharon, ninguno de los vecinos conocía su paradero. La carta era breve y no daba grandes luces. 
Bao lloraba, sentía que una puerta se cerraba. La persona que escribía no puso su nombre en la carta  porque quizás sentía  miedo. Al parecer nada había cambiado al otro lado del mundo. 

CONTINUARÁ