domingo, 25 de marzo de 2018

EL VIAJE DE REGRESO

Las emociones del viaje y sobretodo el encuentro con sus hermanos tenían a Guo y a sus hija Bao comentando los detalles.
Bao había sacado de la maleta los presentes que compró para su padre y mientras se los entregaba iba diciendo:
Tus hijos, padre, son hombres de bien que se han forjado un camino y han formado sus familias. Zhao se parece tanto a ti, no lo imaginas y Tian también se parece a ti, pero el parecido con el abuelo es increíble. Mis hermanos se alegraron de conocerme y yo a ellos, más. Nosotros que pensamos en un momento que los habíamos perdido, ahora podemos decir que los hemos recuperado.
Bao seguía comentando con su padre los pormenores del viaje, de sus hermanos, de la hermosa casa de Zhao y del taller donde éste hace sus muebles. De Tian y su vida en China, el cargo que ocupa, de su esposa y de que tenía dos nietos, hijos de cada uno de sus hijos.  
Guo preguntaba por cada detalle, por cada lugar y momento que había pasado con sus hermanos y al final de todo aquello la pregunta más importante ¿qué pensaban sus hijos de él? 
-Hija, no me hago ilusiones, tienes que decirme la verdad, yo sabré aceptar la realidad.
Para Bao era un momento difícil, lo mejor era comentar con cuidado lo que Tian y Zhao pensaban de él, omitió algunos detalles que no eran necesarios. 
Ella no habló de odio porque ellos no lo odiaban, pero no deseaban verlo.  
-Padre debes darles un poco de tiempo, todo esto es nuevo para mis hermanos, además siempre han pensado que la familia los había olvidado y no querían saber nada de ellos. Lo que han vivido ha sido muy difícil. 
-Hija, les hablaste que nunca dejamos de buscarlos y que jamás los hemos olvidado, hablaste de todo aquello. 
-Si padre, todo aquello les conté, sobre el dolor que se vivió y la tragedia que cayó sobre la familia después de su partida. No te preocupes cada detalle, cada paso, ellos saben toda la verdad. 
Como respuesta los dos guardaron silencio al principio y después fueron enfáticos, no desean venir a Lima, ellos  quieren olvidar el pasado y seguir adelante con sus vidas.  
Guo sabía  que era lo mínimo que podía esperar, él no estaba en posición de exigir a sus hijos nada. Tal vez solo el tiempo podía decirle que hacer o cómo actuar. 
La alegría de su retorno a Lima y las emociones del encuentro con sus hermanos se calmaron, en el transcurso de los días se volvió a la vida cotidiana.  Bao regresó a su  
trabajo en la empresa a dedicarse a manejar los negocios y aprender más de toda la experiencia de su padre.
Guo por su lado no dejaba de pensar en sus hijos, miraba una y otra vez las fotos que Bao trajo de su viaje. Veía a sus tres hijos juntos, sonriendo felices a la cámara y deseaba ser parte de esa alegría, deseaba poder conversar con Tian y Zhao decirles como los había extrañado y que nunca los había dejado de amar. Tal vez el cielo se apiade de él y le permita vivir hasta que pueda verlos y abrazarlos.  
Mientras tanto, Bao seguía adelante con su romance, ella y Ru Hen se veían a diario y el sentimiento entre los dos se fortalecía. Ambos podían vivir su amor.
Cada mes hablaba con Zhao en Canadá y a Tian le escribía cartas, no quería perder la comunicación  con ellos ahora que los había encontrado. Una mañana tres meses después de su regreso, llegaron a la casa unas grandes cajas, al abrirlas era la mesita de café de la que Bao se había encantado y además un escritorio secreter muy romántico y femenino para que ella escriba todas las carta que deseaba. 
Zhao había cumplido su promesa y le envió esos preciosos muebles. 
Guo y su hija admiraban los muebles eran unas verdaderas obras de arte, con fino acabado y los delicados paisajes del estilo oriental. 
-Estos son los muebles que fabrica  tu hijo padre, son hermosos, ¿no crees? 
Guo le daba la razón eran unas obras de arte, su hijo Zhao era un maestro. 
Bao no perdió el tiempo y llamó a su hermano para agradecer los muebles -no te imaginas lo feliz que me haces con estos regalo. Querido Zhao gracias son magníficos. 
-Solo quiero que los disfrutes y siempre te acuerdes de mí- contestó Zhao al otro lado de la línea.
-Gracias hermano esto es algo especial para mí.
Guo escuchaba en silencio la conversación de su hija y podía imaginar a Zhao al otro lado del teléfono.
Los muebles ocuparon un lugar especiales en la casa. Eran recuerdos del viaje y de su hermano.  
El invierno en la ciudad había llegado, las lloviznas eran casi a diario, el frio se dejaba sentir y el cielo cerrado no mostraba más el sol.  
Ocho meses habían pasado desde que los novios salían juntos. Bao vivía día a día la emoción de su romance con Ru Hen, como una pareja feliz compartían los momentos y salidas a pasear en algún lugar especial, el mundo no podía ser mejor para los dos.
Una tarde conversan tranquilos en la casa de Bao, recordaban a Líang que era la gran ausente en toda esa alegría, recordaron el regalo del cuadro de las peras azules que Ru Hen  pintó para ella. El cuadro como siempre seguía en el lugar donde una vez la madre lo había colgado.  
Una tarde Ru Hen invitó a Bao a su departamento de soltero, quería mostrarle los cuadros que estaba pintando para la próxima presentación en una galería de Nueva York. 
Eran diez  los cuadros a presentar en la galería el siguiente  mes, cuando Bao vio los primeros cuadros quedó impactada, no solo por el arte con los que estaban ejecutados sino porque en cada uno de ellos Ru Hen la había pintado, eran  pequeñas figuras que se escondían detrás o caminaban entre los brillantes colores u las formas en los cuadros. 
En el cuadro que estaba a medio hacer aparecía ella en tamaño natural, Bao se había  convertido en su musa. Todo aquello era un gran detalle  que la había sorprendido, no sabía que decir. 
Entonces fue Ru Hen quien rompió su silencio y preguntó -¿que te parecen los cuadros?
-Son bellos en cuanto al color y las formas realmente me has sorprendido, no sé que más puede decir.
-Solo, dime que iras conmigo a Nueva York para le presentación de mis cuadros el próximo mes.   
-Si, claro que iré contigo, no puedo faltar a esa presentación- contestó Bao con emoción.
Al salir del departamento, Ru Hen la llevó a un lugar que sólo él conocía, ahí había un estanque con peces que según sus tradiciones decían, que los peces eran símbolos de prosperidad y de buena suerte, fue en este lugar donde Ru Hen le preguntó -¿quieres casarte conmigo?-  y sacó de su bolsillo un pequeño estuche de terciopelo con un bello anillo de compromiso que tenía un diamante en forma de corazón. 
No podía creerlo eran demasiadas emociones y ella un poco en broma le contestó -te molesta si lo pienso una semana para darte una respuesta-  el desconcierto de Ru Hen hizo sonreír a Bao que abrazo a su novio y aceptó el compromiso. 
                           

La boda sería dos meses después de la exposición de los cuadros. Era el tiempo máximo, Ru Hen no deseaba esperar más para casarse con Bao.
Cuando los novios le comunicaron su decisión a Guo, éste los felicito, era una gran noticia, un sueño que se hacía realidad. 
La boda no podía ser sencilla ni pequeña, ella era conocida como la heredera de la empresa de su padre y él era un pintor reconocido en el país y fuera de él. Era inevitable una gran boda. Solo por esta vez lo harían de esa manera y después querían vivir tranquilos, sin grandes festejos, ni notoriedad. 
Los arreglos de la boda fueron encargados a una especialista en estos menesteres, ella se encargaría de todo. Bao solo se ocuparía de su vestido de novia, ella quería que fuera a su gusto y estilo.  
Ahora lo más importante para Bao era invitar a sus hermanos, rogaba que acepten venir a pesar de que ellos se habían negado a viajar a Lima. Pensaba que por esta vez y por tratarse de ella, tal vez acepten la invitación. 
Primero habló con su padre para ver si él estaba de acuerdo, Guo no podía estar más de acuerdo,  el  estar junto a sus hijos era lo primero, aunque tenía una gran duda...¿cómo lo iban a tratar?
 No quiso pensar más, lo que sea que tenga que ser, no importa, era más grande el deseo de verlos, de abrazarlos de poder hablar con ellos y pedirles perdón.            

CONTINUARÁ

domingo, 18 de marzo de 2018

EL VIAJE DE REGRESO

La mañana era propicia para conversar en el jardín, los hermanos comentaban sus anécdotas de vida. 
Tian era más serio y reservado. 
En ese momento Bao le enseñaba a su hermano mayor las fotos familiares que había traído para él, al igual que para Zhao.
Tian al mirarlas recordaba algunas sobre todo las del paseo a la playa con su madre, vio la foto de ella sonriendo y se alegró pero cuando vio la  foto de su padre, la expresión de su rostro cambio, la miró unos segundos en silencio y se la entregó a Bao:
-No deseo las fotos de mi padre, no quiero saber nada de él- comentó algo molesto.  
Tian escogió varias fotos que Bao le entregaba. Entre ellas la foto de bebe con su madre que lo tenía en brazos, era la que más le gustó y otra donde estaban los tres hermanos juntos y Tian  cargaba en sus brazos a Bao que era una bebe.  Eran recuerdos de una época feliz, cuando eran una familia. 
El resto de las fotos Bao las guardó y comentó con su hermanos: 
-Ahora que estamos los tres reunidos y después de pasar muchas vicisitudes, sobre todo ustedes, quiero hablarles de un tema que deben saber y les pido no me interrumpan hasta que termine. 
Tian y Zhao estuvieron de acuerdo y a la vez curiosos de lo que su hermana quería decirles. 
Bao entonces agregó -como ustedes saben nosotros tenemos una empresa en Perú y el patrimonio total está dividido en tres partes que le corresponde a cada hermano, ustedes tienen derecho a esa herencia, la que los está esperando. Nuestro padre ha escrito un testamento con respecto a sus bienes.  
Tian fue el primero que habló y con mucha tranquilidad contestó a su hermana: 
-Yo no deseo nada que venga de las manos de nuestro padre, además por el cargo que ocupo no puedo tener signos exteriores de riqueza.
Zhao siguió a su hermano diciendo lo mismo: 
-Bao tú puedes  ver que no necesito nada, con mi trabajo tengo suficiente y la herencia no me interesa.
- No queremos que te molestes, pero esa es nuestra verdad- terminó diciendo Tian.
Bao no se había molestado, era de esperar que sus hermanos se nieguen aceptar su herencia, todo parecía tan complicado, ella no deseaba insistir y crear un conflicto que dañe la reunión entre ellos. 
-Tian, Zhao, no los puedo culpar por lo que sienten y menos obligarlos a recibir algo que no desean, pero era necesario que estén enterrados de lo que les corresponde y tal vez ustedes más adelante decidan que hacer.   
Después de hacer este comentario la conversación entre los hermanos continuo, era palpable la felicidad que sentían  al encontrase después de tantos años y saber que al final estaban bien a pesar de los sentimientos negativos hacia el padre. 
Ese tema era algo que entristecía a Bao, si al menos pudiese lograr que se encuentren con él y lo escuchen, para que sepan toda la falta que  le hizo la presencia de sus hijos, esa sería la felicidad completa para la familia Tan Choi.     
En la conversación Tian contaba a sus hermanos como era  su vida en China y el porque escogió quedarse. Según él, tuvo que ver mucho el encuentro con sus raíces y los cuentos que tantas veces su madre Liang le leía y contaba. 
Comentó además que el trabajo que tenía era muy cercano a las altas esferas del gobierno y no se podía quejar, él podía desde ese puesto ayudar a la gente.   
Bao no quería perder un solo instante de estar al lado de sus hermanos,  no sabía cuanto tiempo pasaría para volverse a encontrar.    
Ella no hizo más comentarios sobre su padre, a sus hermanos les incomodaba el tema. 
Lamentaba la situación pero era comprensible su actitud, ellos habían vivido situaciones lamentables y ahora solo querían seguir adelante.
Tian partía  dentro de dos días y los tres querían disfrutar los momentos de estar juntos, se unieron a ellos en el jardín,  Liza y Ru Hen. La conversación y el ambiente eran cálidos y acogedores, por  momentos Bao miraba a sus hermanos y sentía la felicidad de verlos de estar juntos, de saber que habían formado sus familias y seguían sus vidas. Eran hombres de bien. No podía evitar sentir orgullo por ello, que a pesar de lo vivido se habían forjado un camino. 
Lo que restaba  del tiempo que Tian podía quedarse en Canadá lo dedicaron a pasear, Zhao le mostraba a sus hermanos los encantos de la ciudad y los lugares más turísticos. Era una urbe magnífica, moderna y bella.  
Lamentablemente para los hermanos el tiempo pasaba muy rápido  y después de disfrutar de la compañía familiar había llegado el día en que Tian debía que partir de regreso a China. 
Todos  fueron a despedirlo, en el aeropuerto, la emoción y la tristeza no se podían ocultar, los hermanos se abrazaban, lo que sentía no era fácil de describir se habían encontrado después de años y ahora tenían que separarse. Bao abrazo a Tian con la promesa de estar siempre comunicados, ella le escribiría  una carta cada mes. Era mejor así porque Tian era de pocas palabras. Él abrazó a su pequeña hermana y partió pero antes habían acordado volverse a encontrar el próximo verano en la casa de Zhao.   
Como Bao todavía se quedaba unos días quería disfrutar la compañía de Zhao. 
En las horas que sus hermano trabajaba, salía a pasear con Ru Hen, Liza y el bebe  se unía a ellos.
Conoció a sus hermanos, estuvo con ellos, eso era suficiente para estar feliz. Ella que pensó en un momento que los había perdido para siempre. 
Recordaba a Tian, él era de personalidad fuerte y más callado. Zhao en cambio era alegre, divertido y le gustaba conversar. Lamentaba no haber traído regalos para su hermano mayor porque no sabía que iba a llegar a la reunión pero en Montreal compró algunos presentes para él, su esposa e hijo pequeño. 
Las nubes al menos se habían disipado en la vida de la familia, el encuentro entre los hermanos lograba ahuyentar  los  miedos y preocupaciones, ahora era el tiempo de vivir la vida familiar.         
  
Los momentos que pasó al lado de sus hermanos los recordaría por siempre pero llegó la hora en que tenía partir, los quince días de su estadía en la casa de Zhao pasaron muy rápido, era el tiempo de la despedida. 
Se abrazaron con la misma promesa, mantenerse comunicados, ella lo llamaría por teléfono todos los meses y volvería  el siguiente verano como habían acordado con Tian. 
La despedida fue emotiva, Zhao lamentaba la partida de sus hermanos. 
Ya en el avión a lado de Ru Hen comentaba los detalles del viaje y la alegría de haber visto a sus hermanos. 
Le preocupaba como iba a tratar el tema con su padre, ella que lo había visto sufrir tanto, él nunca dejó de buscarlos y sentir ese enorme peso de la culpa que lo agobiaba. Cómo decirle el rechazo que sentían sus hijos hacia él, sea justificado o no. 
Cuando llegaron al aeropuerto su padre la esperaba, Ru Hen saludo a Guo, él se ofreció a llevarlo a su departamento, Bao se despidió de él  y quedaron en encontrarse al día siguiente, luego padre e hija partieron para su casa, tenían tanto que hablar. 
Bao debía contarle a su padre los detalles del viaja, el encuentro con sus hermanos pero lo haría con cuidado, ella tenía que decirle la verdad, su padre tenía que saber que era lo que sentían sus hijos, cuál era el recuerdo sobre el padre.  
Guo en la casa no podía esperar que su hija le comente los detalles sobre sus hermanos, sentía urgencia de saber de sus hijos ¿cómo estaban? ¿cómo eran? él era realista con respecto a los sentimientos, seguro que lo odiaban, él lo aceptaba... ¡qué podía hacer! 

CONTINUARÁ     

domingo, 11 de marzo de 2018

EL VIAJE DE REGRESO

Zhao continuaba contando a su hermana todas las vicisitudes vividas con Tian. 
Bao no lo interrumpía, ella también estaba deseosa de saber toda la verdad de ese viaje funesto y de los años que anduvieron perdidos.   
Zhao quedó unos segundos en silencio, trataba de recordar los hechos exactos de lo que sucedió con el tío abuelo. 
Entonces  al recordar siguió con su relato:
-Por el cargo que ocupaba Tian pudo seguir la pista de los sucesos desde que detuvieron al tío abuelo Guo Min. Según Tian después de ser duramente golpeado por los guardias,  lo llevaron detenido y con el cuerpo lastimado, no recibió atención médica en ese momento ni después. Lo encarcelaron y estuvo detenido en condiciones deplorables, esto tuvo un impacto negativo en su salud porque enfermó y al cumplir los ocho meses de prisión falleció víctima de  neumonía y otras complicaciones. 
La dureza de la cárcel fue extrema, él no pudo soportar, su hija vino desde la provincia para llevarse el cuerpo. Estos sucesos trajeron mucho dolor a la familia y por temor a las represalias dejaron sus propiedades mudándose a un valle lejano entre las montañas, muy al centro de China. 
Tian y yo al enterarnos de lo ocurrido al tío, años después quisimos buscar a la familia, pero luego desistimos al parecer ellos no querían ser encontrados. 
Bao interrumpió a su hermano para decir:
-Ahora comprendo porque llegó a la casa una carta misteriosa, sin nombre que nos decía que la familia del tío no vivía hace mucho tiempo en el lugar. Algo grave debió suceder y ahora sé que fué.
Zhao comentó -Oponerte a la autoridad suponía  penas muy duras y la prisión, créeme no es un paraíso. 
Al terminar mi servicio militar trabajé un tiempo en una fábrica de muebles  donde adquirí  experiencia en el oficio de carpintería, pero yo quería algo más, mi destino no estaba quedarme a vivir en China y le pedí a Tian que me ayude a salir del país. Por el cargo que desempeñaba  podía hacerlo. 
Al principio él trató de convencerme pero mi decisión estaba tomada, Tian cumplió mi deseo y preparó los documentos que me permitirían salir de China sin problemas, para ese entonces ya habíamos recuperado nuestros nombres verdaderos, esto fue posible gracias a que Tian mandó buscar nuestros expedientes del servicio militar y en ellos estaban los pasaportes con los sellos de ingreso al país y escritos nuestros nombres,  fue una suerte que esos documentos se conservaran., en esa época las personas, documentos y demás, desaparecían con demasiada facilidad.  
Nos despedimos con mucho dolor,  sabíamos que pasaría mucho tiempo para volvernos a ver. 
Llegué: a Canadá un mes de Mayo, viví los momentos difíciles que todo emigrante pasa, comenzando por el idioma, tuve aprenderlo muy rápido y ahora sé tres idioma: chino ingles y español.                
Todos los comienzos son difíciles y el     
mío no tenía porque ser diferente.  Ahora, aquí me tienes, tengo trabajo, una familia y una vida con la que estoy tranquilo, no me puedo quejar.
Tian formó una familia, él se casó un poco antes que yo,  su esposa es profesora, enseña en la universidad, de Shangai y tienen un hijo que completa su felicidad. 
Lamenté mucho no asistir a su boda pero en mi caso no podía y él lo sabía. Nunca hemos perdido el contacto hablamos por teléfono cada tanto.    
Tú, te preguntaras porque nunca escribimos a Lima cuando ya eramos adultos, nosotros vivimos experiencias muy difíciles y  decidimos olvidarnos de la familia tal  como ellos nos habían olvidado.
Bao movía la cabeza al tiempo que decía  -estas muy equivocado así no fueron los sucesos.  Ahora tú tienes que saber la otra mitad de la historia de lo que sucedió en Lima cuando ustedes fueron embarcados en ese viaje absurdo.
Zhao se sorprendió con el comentario de su hermana y ella le contó con detalle la tragedia  que vivió la familia al otro lado del mar. Nunca los olvidaron, nunca dejaron de buscarlos.
Nuestra madre enfermó por su ausencia, ella siempre pensaba en ustedes y no había día que no dijera su nombre. Aunque sé que tú no deseas escucharlo, nuestro padre ha vivido un infierno con la culpa que lo consume por no haberlos protegido y enfrentado al abuelo Huan Yue.
Nadie podía imaginar los cambios que iban a suceder en China cuando se fueron de viaje. El abuelo murió lleno de culpa por perder a sus nietos. La abuela murió al año siguiente. La vida jamás volvió a ser la misma. No pretendo justificar a nuestro padre pero él ha sufrido mucho por su error, si al menos le dieran una oportunidad de escucharlo. 
Zhao de inmediato contestó a su hermana:
-Me dices que nuestro padre ha sufrido por su error, Tian y yo pagamos las consecuencias de su error, fuimos nosotros los que vivimos el exilio injusto. No Bao, no me pidas que lo escuche, no  puedo ni ver su foto y escucharlo o tenerlo al frente  sería peor. El único lugar de los hijos es al lado de sus padres, nada puede estar por encima de ello, ni costumbres, ni tradición.
Lamento la muerte de nuestra madre y me hubiera gustado volverla ver, su recuerdo y sus palabras siempre me dieron  fuerzas para vivir lo que vivimos.  
Zhao estaba molesto y Bao no quiso insistir, los hermanos contemplaban en silencio el jardín que a esa hora de la mañana se veía hermoso. 
-No contestes ahora- dijo Bao para agregar -solo escúchame unos segundos, ustedes vivieron experiencias difíciles siendo aún  niños, no permitas que la cólera o el odio te consuman. No voy a insistir con respecto a nuestro padre pero tenía que contarte lo que sucedió a la familia en los años que estuvieron ausentes.
-Tian llega mañana -comentó Zhao, más tranquilo  -quieres ir al aeropuerto para recogerlo.
-Por supuesto, nada me daría más felicidad que conocer a nuestro hermano, hablar con él y  abrazarlo. 
Por ese día la conversación entre los hermanos había terminado, Zhao le dijo a Bao que iría un rato al taller para trabajar. 
Bao contestó con una sonrisa -que no había problema, ella saldría un momento con Ru En para pasear por la ciudad.
Mientras se alistaba para salir Bao pensaba que iba ser complicado que sus hermanos acepten ver a su padre y no los podía culpar ni reclamar nada. Lo vivido por ellos les había dejado traumas en la mente y el corazón. 
Mientras paseaba por la ciudad con Ru Hen le comentaba la conversación y las palabras duras        

que su hermano había tenido para su padre, Ru Hen dijo:
-No puedes condenarlos, tus hermanos vivieron a una edad muy temprana y lejos de los padres, situaciones que no debieron suceder y lo que es peor se sintieron abandonados.
Era verdad  el comentario de Ru Hen, la decisión del abuelo le había cambiado la vida a toda la familia y hasta su hermano, el tío abuelo murió en prisión.
Al día siguiente nada podía superar la expectativa de ir al aeropuerto para recoger a Tian que llegaba en unas horas. Todos listos y preparados se subieron a la camioneta y en la autopista iban camino al aeropuerto. 
El avión acababa de aterrizar. Bao estaba emocionada en unos instantes más conocería a su hermano mayor. 
Con una sola maleta Tian salía junto a otros pasajeros, Zhao fue el primero en verlo y lo llamó por su nombre. Bao al ver a Tian sonrió, se parecía a su padre pero era el parecido era  mayor con el abuelo, el patriarca Huan Yue, ella no lo había conocido, pero en las fotos que había visto del abuelo  vio  que el parecido con Tian era extraordinario.
Tian abrazó primero a Zhao, el calor fraternal era evidente, luego miró a Bao y comentó en un perfecto español -el último recuerdo que tengo de ti es que dormías en tu cuna y ahora en cambio te pareces tanto a nuestra madre- y abrazó a su hermana menor, luego se disculpó por no traer a su esposa e hijo pero ella no podía dejar la universidad y el viaje de él sería solo de tres días, no tenía más permiso. 
Bao lloraba de la emoción por fin estaban juntos los hermanos el vínculo fraternal era fuerte el llamado de la sangre tenía un gran poder. 
Después de los abrazos fueron presentados con Tian, Liza la esposa de Zhao y Ru Hen que ya se sentía parte de la familia. 
Todos regresaban a la casa de Zhao, ahí estaba la habitación para Tian. Los comentarios del viaje, la alegría de estar juntos, el encuentro feliz de los hermanos animó el almuerzo. Más tarde Tian se fue un momento a descansar, Zhao pidió disculpas y fue al taller.
Liza, Bao y Ru Hen se quedaron  en el jardín comentando los detalles de la reunión y sobretodo el encuentro con Tian.
En la noche la familia fue a un restaurante fino de la ciudad, era el agasajo que Bao quería hacerle a sus hermanos, ella deseaba decirles unas palabras.
Se puso de pie levantó su copa de vino y dijo -por la felicidad de tenerlos a mi lado, por mis querido hermanos y porque este encuentro sea el primero de muchos encuentros para recobrar el tiempo perdido, todos levantaron sus copas por ese brindis.  
La cena estuvo rodeada de felicidad  el vino y la comida eran exquisitos. 
Tian comentaba con todos como era su vida en China, el cargo que desempeñaba era de gran responsabilidad. Su esposa era profesora en la universidad,  ellos se conocieron cuando los estudiantes hicieron una huelga que duró varios días. 
De regreso a casa y cuando todos se fueron a dormir, Bao en su habitación pensaba que era una gran alegría tener a sus hermanos juntos y se dio cuenta que Tian no había preguntado por su padre Guo, seguro pensaba igual que Zhao. 
Entonces Bao comentó a si misma -mañana hablaré con ellos sobre algunas temas que son necesarios y que deben conocer.                
  
CONTINUARÁ

       

domingo, 4 de marzo de 2018

EL VIAJE DE REGRESO


En la casa de Zhao, en la sala cómoda y decorada con buen gusto, conversaban los hermanos. 
Zhao le contaba a su hermana la historia real del viaje y su vida durante todos los años que estuvieron perdidos.
Bao lo escuchaba sin interrumpirlo, él había guardado silencio unos segundos para recordar los hechos con exactitud. Luego comenzó su historia.
-Cuando el barco por fin llegó al puerto de Dalian después de una larga travesía, Tian y yo estábamos cansados y aterrados, no sabíamos lo que nos esperaba todo era  ajeno a nuestras vidas hasta ese momento. Uno de los oficiales del barco que se encargaba de nosotros nos habló para decir que era el momento de bajar y ser entregados a nuestro familiar, en este caso el tío abuelo Guo Min. 
Bajamos por la escalera junto a los demás pasajeros, ya en tierra Tian y yo mirábamos a todos lados, el puerto era impresionante, había tanta gente que iba y venia, la bulla era abrumadora y no podías escuchar bien, nunca había visto algo así. El oficial que nos acompañaba dijo en voz alta el nombre del tío abuelo Guo Min. 
Nuestro tío estaba presente, no muy lejos de nosotros, él nos esperaba en el puerto y se acercó al escuchar su nombre pero ahí también estaba la guardia del puerto que vino  a nosotros para  saber que sucedía y  quienes eramos. 
Pidieron nuestros documentos y preguntaron al oficial del barco de donde veníamos, éste les explicó nuestro caso  y los guardias interrogaron al tío, le exigieron sus documentos y lo más grave fue, que al no estar presentes nuestros padres y como menores de edad, ellos se encargarían de nosotros.  Fue una situación confusa. por más que se dieron las explicaciones del caso. 
Los guardias nos llevaban, el tío se opuso e insistió que eramos sus sobrinos pero no hubo respuesta, se paró delante de ellos  y forcejeo con uno de los guardias, para que nos dejen libres, grave error, lo golpearon hasta caer al piso por oponerse a la autoridad.  
Todo sucedió tan rápido y de manera violenta, Tian y yo comenzamos a llorar, vimos cómo golpeaban el tío y cómo se lo llevaron,  no supimos donde y nunca lo volvimos a ver. 
Eran otros tiempos y nadie podía atreverse a desafiar la autoridad, aun hoy los castigos son duros si te opones al mandato de los guardias. 
Nosotros no comprendíamos lo que sucedía, ni la magnitud de los hechos, Tian y yo estábamos aterrados, después de ver la golpiza que sufrió el tío.  En seguida fuimos llevados a un cuartel, en ese lugar nos hicieron muchas preguntas, por suerte sabíamos el idioma,  nuestra madre nos había enseñado, eso en adelante nos ayudó a vivir y entender lo que nos esperaba en el futuro.  
Zhao miró a su hermana, sus recuerdos
era nítidos y dolorosos.
El oficial que estaba a cargo del cuartel, nos preguntó ¿qué hacíamos en China y dónde estaban nuestros padres? Tian era el que contestaba todas las preguntas. 
El oficial al enterarse de nuestra historia dio la orden y nos dijo: 
-mientras sus padres no estén presentes, ustedes son parte  del estado y se quedan en este  cuartel. 
Con el paso del tiempo, nunca fuimos devueltos a nuestra familia, en ese entonces los niños pertenecían al estado y no podías escoger.  
El nuevo régimen que gobernaba así lo ordenaba. Nadie podía oponerse, pensar diferente y mucho menos protestar. El gobierno mantenía el orden estricto en todo el país. 
Tian y yo nos quedamos en ese cuartel y comenzamos  el servicio militar,  había una gran cantidad de niños como nosotros que eran entrenados y adiestrados en maniobras militares, seguíamos estudios y enseñanza del nuevo orden, ahí solo tenías que obedecer, no había otro camino.  
A los dos se nos asignó un lugar y una cama, nada de protestas y menos llanto, aprendimos que  cometer cualquier error era castigado y los castigos eran severos. 
Otro problema que enfrentamos fue el cambio de nombre, nosotros no habíamos nacido en China por lo tanto debían cambiarnos de nombres, por más que explicamos que nuestros padres eran ciudadanos  chinos no fuimos escuchados. 
Años más tarde luchamos por recobrar nuestra identidad,  mientras tanto cada día  Tian y yo,  repetíamos nuestros nombres para recordar quienes eramos.   
El entrenamiento en el cuartel era estricto y fuerte, los estudios exigentes y cada día nos conscientizaban sobre el nuevo régimen. Nosotros no estábamos acostumbrados a esa vida, era otro mundo. 
En las noches, tenía pesadillas y por mucho tiempo no pude dormir bien, a Tian le sucedía lo mismo, ambos no decíamos nada, teníamos que callar. 
En el día a día entrenábamos y luego asistíamos a largas horas de estudio, aparte cada uno aprendió un oficio, es así como escogí la carpintería, la que aprendí con mucho cuidado y detalle para hacer  muebles finos. Aprendí además que la madera es un material noble que en manos expertas se convierte en finos objetos o muebles. 
También debo decir que Tian me cuidaba y protegía, si tenía que liarse a golpes con alguien  para defenderme lo hacia, él era mi protector y no permitía que nadie me moleste. Estábamos muy unidos, yo admiraba a nuestro hermano mayor.   
   







Estuvimos juntos en el mismo cuartel durante cuatro años, luego Tian fue cambiado a otro destacamento en una provincia cercana a la frontera con Mongolia. Ahí la temperatura era de cero grados y los inviernos parecían no tener fin.
Con este cambio se cerró la etapa de la niñez y comenzaba una nueva. Nuestro carácter y espíritu se habían fortalecido.    
Nunca perdimos el contacto, siempre nos escribíamos y cuando estábamos de vacaciones uno de los dos viajaba para ver al otro hermano.
A pesar de la distancia siempre recordamos a nuestra madre, ella estaba presente. Gracias a que nos enseño el idioma, nuestra vida fue un poco más fácil, si algo se puede decir. 
Mis recuerdos son muy claros, como si hubieran sucedido ayer. En todos esos años siempre pensé que nunca nos iban a encontrar porque teníamos otros nombres o algo peor, nos habían olvidado y desterrado.
La vida en el cuartel no fue fácil, cuando Tian fue cambiado a otro cuartel yo era más grande y había aprendido a defenderme, nadie me molestaba. Dos años más tarde fue removido  a otro destacamento y por un tiempo dejamos de vernos, las distancias eran grandes. Siempre nos quedaba el escribir cartas para saber del otro. 
El reloj marcaba las 2 a.m cuando Zhao le dijo a su hermana que era mejor ir a descansar, más tarde terminaré de contarte el resto de la historia. Bao se puso de pie y abrazó a su hermano. Tantos años de distancia y tantas experiencias lo habían marcado.
A la hora del desayuno Liza comentaba con Bao -tu hermano está en el taller, me dijo que lo esperes  en el jardín que él vendrá en un momento para conversar contigo.
Bao tomó de la mano a Ru Hen que estaba a su lado y le pidió que la disculpe, esa conversación era importante.
-No te preocupes yo pensaba visitar a un amigo que es dueño de una galería, nos vemos más tarde.    Ambos se despidieron con la intención de pasear más tarde, todavía quedaban varios días de permanencia en la ciudad. El encuentro con sus hermanos era lo más importante y agradecía a Ru Hen su comprensión.
En el jardín había un clima cálido y una suave brisa, Zhao y su hermana se sentaron en unos cómodos sillones desde donde se apreciaba el hermoso paisaje.
Zhao siguió la ilación de su  relato donde lo había dejado el día anterior:
-Tian terminó primero el servicio militar y escogió hacer carrera dentro del aparato estatal, él ahora es un alto funcionario en la ciudad de Shangai. Es un funcionario serio y honrado. 
Él siempre estuvo deseoso de saber que había pasado con el tío abuelo Guo Min y el puesto que ocupaba  le permitía hacer las indagaciones del caso, lo que descubrió fue muy triste.   
CONTINUARÁ