En su oficina del municipio de San Pablo, Lázaro Ventura planeaba como iban hacer los festejos por la inauguración del puente, quería planificar cada detalle para que no quede ningún hilo suelto, faltaban solo dos semanas para las fiestas.
De pronto irrumpe en la oficina la secretaria Manuelita con un sobre en la mano, el alcalde Ventura la mira y enseguida piensa que se trata de otro panfleto pero Manuelita comenta:
-Señor alcalde el mensajero ha traído esta carta del municipio de Santa Emilia, creo que es la respuesta que usted estaba esperando.
-Manuelita deme usted pronto esa carta- dijo con energía el alcalde Ventura.
Tomó la carta en sus manos y entonces abrió el sobre, era la respuesta del alcalde Teodoro Cerillo. La carta era breve, en ella estaban escritos los saludos de protocolo y fijaba la fecha para solucionar los límites de las tierras en conflicto. La fecha estipulada era dentro de un mes.
Lázaro Ventura se frotaba las manos, todo salía conforme lo había planeado porque sería primero la inauguración del puente y luego la solución de los límites, el pueblo de San Pablo tenía motivos para festejar.
Lázaro Ventura se frotaba las manos, todo salía conforme lo había planeado porque sería primero la inauguración del puente y luego la solución de los límites, el pueblo de San Pablo tenía motivos para festejar.
-Manuelita traiga usted su libreta de notas porque en este momento vamos hacer la lista de los invitados a la inauguración- dijo el alcalde Ventura señalando la carta del alcalde Cerillo.
Manuelita regresó a la oficina con la libreta de notas en la mano para apuntar los nombres de los invitados, nadie importante en San Pablo quedaría sin su invitación.
En primer lugar estarían los directivos de la mina, Mariano Arias, dueño de medio pueblo, autoridades del municipio, comerciantes y público en general. Lázaro Ventura no quería dejar de invitar a Hipólito Mancilla hombre importante de Santa Emilia y sobre todo al alcalde Teodoro Cerillo y autoridades del municipio de Santa Emilia.
En primer lugar estarían los directivos de la mina, Mariano Arias, dueño de medio pueblo, autoridades del municipio, comerciantes y público en general. Lázaro Ventura no quería dejar de invitar a Hipólito Mancilla hombre importante de Santa Emilia y sobre todo al alcalde Teodoro Cerillo y autoridades del municipio de Santa Emilia.
-Tenemos que preparar estas invitaciones Manuelita y mandarlas lo antes posible, todos los invitados deben estar presentes, vamos a celebrar por todo lo alto esta inauguración- Lázaro Ventura desbordaba de entusiasmo.
Cuando se terminó de preparar la lista, Manuelita se retiró de la oficina para mandar hacer las invitaciones, no había tiempo que perder.
Lázaro Ventura no había olvidado el problema de los panfletos, pero ahora su entusiasmo por la inauguración del puente era mayor, por el momento mantenía al secretario del partido que era el principal sospechoso, ocupado en otros menesteres, quería estar seguro que era el autor de los panfletos.
El alcalde Ventura pensaba,¡no¡ - nada podía ensombrecer su alegría, las cosas iban bien, él planificaba a futuro, quería ser reelegido como alcalde en la próximas elecciones.
Tres días más tarde llega a Santa Emilia la invitación del alcalde Ventura para Teodoro Cerillo y autoridades.
Teresa la secretaria le entregó al alcalde Cerillo un sobre -Señor este sobre ha llegado es del municipio de San Pablo, está dirigido a usted.
El alcalde Cerillo comentó fastidiado -y ahora que desea Ventura con que tema va salir- abrió el sobre y leyó la invitación:
-Hum...nos invita a la inauguración del puente que se realizará dentro de pocos días, si cree que voy asistir está muy equivocado.
-Hum...nos invita a la inauguración del puente que se realizará dentro de pocos días, si cree que voy asistir está muy equivocado.
-Señor alcalde permitame hacer una sugerencia, creo que es buena idea que usted acepte la invitación, así se crea un clima de amistad.
Teodoro Cerillo no estaba muy convencido, aún recordaba la actuación bochornosa del alcalde Ventura y la acusación a su persona.
-Teresa tengo que reconocer que usted tiene razón, no sería bien visto que yo haga ese desaire, todo sea por la paz y la buena vecindad- terminó por decir fastidiado, Teodoro Cerillo
Las nubes de la discordia parecían haberse disipado, entre los dos alcaldes, todos esperaban que cuando llegue el día de la inauguración la cordialidad y la amistad prime entre los invitados.
Teodoro Cerillo tampoco quería quedarse atrás respecto a celebraciones y bombardas, él también estaba planificando la inauguración de la carretera, ésta iba directo a la ciudadela pre-inca, las obras estaban muy avanzadas y esa sería una gran fiesta en el pueblo.
La primavera llenaba de flores la plaza principal de Santa Emilia, el clima estaba en su mejor temporada.
En la Tienda de doña Elvira, Barzan Torre-Alba traía el reparto de los productos lácteos, él tenía la esperanza de encontrar a Rafaela e invitarla a salir, pero ella no estaba en la tienda, había salido a visitar a Celina al hostal "Bienvenidos" propiedad de su familia y a dejar las mermeladas de cada mes.
Siempre era agradable conversar con Celina, ella era una persona alegre y vivaz.
Rafaela comentaba que pronto tendría que viajar unos días a la capital porque la boda de su amiga Marguitte estaba cerca y ella no podía faltar.
Rafaela comentaba que pronto tendría que viajar unos días a la capital porque la boda de su amiga Marguitte estaba cerca y ella no podía faltar.
-Lamento, ir a la boda de mi amiga sin un acompañante, pero no puedo faltar, soy una de las damas de honor- comentaba Rafaela un poco triste.
-Porque no invitas a Barzan para que te acompañe, no creo que él se niegue- decía Celina a su amiga.
-No, no puedo pedirle que me acompañe, yo muero de vergüenza decirle algo así, además no tenemos la suficiente confianza y él está todavía de luto.
Con estás palabras, Rafaela terminó su visita y se despidió de Celina, iba caminando por la calle principal cuando una camioneta paro a su costado, era Barzan que la había visto venir.
-Rafaela ¿cómo estás?- preguntó y se bajo de la camioneta- vengo de la tienda de doña Elvira y no te encontré- Barzan buscaba palabras para invitarla a salir pero no sabía cómo iniciar la conversación, hasta que se animó y dijo: Rafaela quería invitarte a salir esta noche.... tal vez, podemos pasear e ir a comer algo.
A Rafaela la idea le agradó y aceptó de buen talante su invitación. Era poco tiempo que conocía a Barzan pero él le inspiraba confianza, ella, no sabía explicar el porqué.
Al llegar a la tienda, no comentó nada con su madre con respecto a la invitación de Barzan.
En la noche se alistaba Rafaela para salir, no quería considerar la invitación cómo una cita, solo era una reunión de amigos. Doña Elvira la observaba sorprendida y preguntó -¿dónde vas Rafaela? te veo tan arreglada.
-Madre voy a pasear con Barzan, él me ha invitado a salir... ¿te parece que estoy muy arreglada? solo es un paseo y nada más.
-No, Rafaela, estás bien, solo llamó mi atención porque tú nunca sales a esta hora.
Barzan llegó puntual a recoger a Rafaela, saludo a doña Elvira y luego los dos salieron. Al comienzo la conversación se torno un poco lenta, no sabían que decir, pero luego de unos instantes de romperse el hielo, ambos conversaban y recordaban sus vida de adolescentes en Santa Emilia. Cenaron en el comedor del hostal de Celina.
Todos sabían en el pueblo que tenía una excelente cocina.
La noche y la conversación con Barzan fue amena, Celina se acercó a saludarlos, ella se sentía feliz con la visita de sus amigos.
Barzan comentaba a Rafaela que cada día le gustaba más la idea de quedarse a vivir en Santa Emilia, él casi había olvidado el pueblo y la vida tranquila. Rafaela a su vez contaban a Barzan las dudas sobre su futuro y porque regresó al pueblo. La noche se había convertido en una reunión entretenida, ambos hablaban sobre algunos pasajes de sus vidas y que nunca antes se habían encontrado mientras vivían en la ciudad.
La reunión terminó, con un brindis, Barzan acompaño a Rafaela hasta su casa y luego partió al fundo. En el camino pensaba que se sentía bien en compañía de Rafaela y quería repetir otra salida.
Dos semanas habían pasado desde la entrega de las invitaciones a la inauguración del puente. San Pablo se había vestido de fiesta y la gente caminaba por doquier. Era un éxito la celebración, los invitados sentados en el estrado, escuchaban las palabras de agradecimiento del alcalde Lázaro Ventura. Todos celebraban la alegría de la fiesta.
Doña Elvira, Rafaela, Tadeo, su esposa, Barzan también fueron invitados. La población en general esperaba la noche porque en la plaza principal habrían fuegos artificiales, bandas de música y una gran feria de deliciosos platos típicos de la región.
CONTINUARÁ.
Al llegar a la tienda, no comentó nada con su madre con respecto a la invitación de Barzan.
En la noche se alistaba Rafaela para salir, no quería considerar la invitación cómo una cita, solo era una reunión de amigos. Doña Elvira la observaba sorprendida y preguntó -¿dónde vas Rafaela? te veo tan arreglada.
-Madre voy a pasear con Barzan, él me ha invitado a salir... ¿te parece que estoy muy arreglada? solo es un paseo y nada más.
-No, Rafaela, estás bien, solo llamó mi atención porque tú nunca sales a esta hora.
Barzan llegó puntual a recoger a Rafaela, saludo a doña Elvira y luego los dos salieron. Al comienzo la conversación se torno un poco lenta, no sabían que decir, pero luego de unos instantes de romperse el hielo, ambos conversaban y recordaban sus vida de adolescentes en Santa Emilia. Cenaron en el comedor del hostal de Celina.
Todos sabían en el pueblo que tenía una excelente cocina.
La noche y la conversación con Barzan fue amena, Celina se acercó a saludarlos, ella se sentía feliz con la visita de sus amigos.
Barzan comentaba a Rafaela que cada día le gustaba más la idea de quedarse a vivir en Santa Emilia, él casi había olvidado el pueblo y la vida tranquila. Rafaela a su vez contaban a Barzan las dudas sobre su futuro y porque regresó al pueblo. La noche se había convertido en una reunión entretenida, ambos hablaban sobre algunos pasajes de sus vidas y que nunca antes se habían encontrado mientras vivían en la ciudad.
La reunión terminó, con un brindis, Barzan acompaño a Rafaela hasta su casa y luego partió al fundo. En el camino pensaba que se sentía bien en compañía de Rafaela y quería repetir otra salida.
Dos semanas habían pasado desde la entrega de las invitaciones a la inauguración del puente. San Pablo se había vestido de fiesta y la gente caminaba por doquier. Era un éxito la celebración, los invitados sentados en el estrado, escuchaban las palabras de agradecimiento del alcalde Lázaro Ventura. Todos celebraban la alegría de la fiesta.
Doña Elvira, Rafaela, Tadeo, su esposa, Barzan también fueron invitados. La población en general esperaba la noche porque en la plaza principal habrían fuegos artificiales, bandas de música y una gran feria de deliciosos platos típicos de la región.
CONTINUARÁ.