domingo, 18 de noviembre de 2018

DOS PUEBLOS...DOS VILLAS

 Mientras Rafaela paseaba con Barzan, le explicaba los detalles de la ciudadela Pre-Inca, sus gruesos muros, como habían sido construidos y la solidez de las edificaciones. 
La gran influencia de la cultura Chavín en su construcción por la presencia de cabezas clavas en los muros que representaban  según los estudios a jaguares animales míticos dentro de sus creencias que resguardaban el lugar. La cerámica en colores tierra, los mantos, finos, textiles con bella iconografía. Barzan escuchaba sorprendido lo que Rafaela le contaba, ella conocía bien el lugar y su historia. 
En otro momento Rafaela comentaba que cuando su padre estaba vivo, un día llegó a sus manos la figura de un guerrero o tal vez un sacerdote que celebraba sacrificios humanos por una cabeza que tenía en una mano y un cuchillo ceremonial en la otra, esta figura su padre la guardó con especial cuidado porque era la prueba de las ofrendas que celebraban a sus dioses en el pasado.  
-Barzan, alrededor de la ciudadela se tejen muchas leyendas, como una de guerreros alados que volaban por el valle, no sé si esto es real o con el tiempo se vuelto solo mitología. Mi padre siempre decía que era necesario estudiar más y hacer investigaciones más profundas en la ciudadela para sacar verdaderas conclusiones. Lo que si es real es que la ciudadela se levanta frente a nosotros como un testigo del tiempo y que la gente que vivía en ella estaban avanzados en cuanto a las construcciones de los edificios, a los tejidos de sus textiles y su forma de vida era trabajar la tierra que les proporcionaba el sustento y defenderla  a cualquier precio, se sabe además que era guerreros y se enfrentaban a otros pueblos, ellos realizaban sacrificios humanos como pago  y agradecimiento a sus dioses cuando ganaban una batalla. 
-Tu padre te enseñó todo esto, es notable  lo que él sabía respecto a la ciudadela, debe haber leído muchos libros- decía Barzan con asombro por los comentarios de Rafaela. 
-A mí padre le gustaba leer mucho sobre este lugar, él era un arqueólogo aficionado, dentro de las cosas que él conservaba  también hay un manto que  encontró en la ciudadela, otro día te lo voy a mostrar. 
Barzan tomó de la mano a Rafaela, con este gesto quería decir que estaba comprometido con ella, no tenía duda sobre ello, pero deseaba saber si Rafaela lo aceptaba, ella guardó silencio un momento y un abrazo entre los dos fue la respuesta.  
Era tiempo de terminar el paseo, la noche había llegado y la luz de la luna alumbraba el lugar, la ciudadela se veía imponente con los reflejos de luz sobre ella. 
De regreso a Santa Emilia, los dos viajaban en silencio,la noche era cómplice y toda la energía del universo estaba con ellos, nada se oponía a sus sentimientos. 


Cuando llegaron a casa de Rafaela se despidieron, con el deseo de volverse a encontrar al día siguiente.
Era tarde Rafaela no quería molestar a su madre y se fue a dormir, había pasado un día hermoso al lado de Barzan.     
Al día siguiente a la hora del desayuno el tío Roberto se preparaba para viajar a su excursión por el valle, él era  experto en acampar y tenía todo preparado para hacer su recorrido de varios días. Su esposa, la tía Mercedes, esperaría el regreso en casa de su hermana Elvira.  El desayuno transcurrió en una amena charla entre Rafaela, su madre y la tía Mercedes, el tío Roberto ya había partido, esta vez él pensaba alejarse más y adentrarse bien en el valle para encontrar valiosos fósiles.
-Elvira- decía su hermana -Te tengo que contar que la familia en la capital está bien, la tía Constansa siempre con sus achaques, ella dice que no se queja y da gracias a Dios de estar viva y en este mundo, a sus 95 años. Te cuento además, que la prima Paquita va tener su cuarto bebe, ella no se ha enterado aun que existe una sobre población en el planeta- la tía Mercedes reía al hacer estos comentarios  -¡ah! y no quiero olvidar que  el primo Edmundo se va a graduar en ciencias políticas. Todos los demás familiares están bien y gozan de buena salud.
Doña Elvira preguntaba por todos sus familiares y amigos cercanos, ella deseaba saber de cada uno de ellos. 
-Elvira, hace tiempo, no viajas a la ciudad, ¿porque no vienes con nosotros a la hora que nos vamos?, no hay excusa de la tienda, porque Rafaela se puede quedar cuidando de ella.  
-Por el momento no puedo mover de Santa Emilia, dentro de dos semanas se van a definir los límites entre San Pablo y Santa Emilia,  debo estar presente porque mi fundo se encuentra dentro de esos límites- contestó dona Elvira un poco preocupada por el temor de no saber los resultados. 
Los temores de doña Elvira eran justificados porque en la primera reunión las cosas no habían ido bien y con los dos alcaldes que tenían cualquier cosa podía suceder.   
Las nubes todavía no se habían disipado en el cielo, el tema de los limites tenia en suspenso a todos los pobladores.  
En las oficinas del municipio de San Pablo también estaban al tanto de la fecha del día  la reunión. El alcalde Lázaro Ventura reunía toda la información sobre el pueblo para estar preparado. 
-¡Manuelita!- llamaba a su secretaria-  ésta de inmediato se presentó ante el alcalde -¿donde están los documentos que solicité?-
-Señor alcalde aquí están- contestó Manuelita con premura.
Lázaro Ventura examinaba con cuidado hoja por hoja, tenía en sus manos los la partida de fundación de San Pablo de hace 180 años, igual que la fundación del pueblo de Santa Emilia, la gente los conocía como los pueblos gemelos, porque casi habían nacido el mismo día. Esta situación era única  en la historia del país. 
El alcalde Ventura quería estar bien informado sobre la historia y límites del pueblo para no tener sorpresas de último minuto. Quería tener solvencia  y conocimiento a la hora de rebatir cualquier inconveniente o confusión. 
Lo que él no sabía es que por su parte Teodoro Cerillo estaba haciendo lo mismo en sus oficinas de Santa Emilia, examinaba los documentos de fundación, de límites, no quería ser sorprendido por su colega Ventura.    
Al parecer las nubes en el cielo permanecían y podían anunciar en cualquier momento terribles tormentas que podían sacudir ambos pueblos. 
La mañana estaba tranquila, Rafaela ayudaba  a su madre en la tienda con la compañía de la tía Mercedes, ella era una persona amena y divertida. Mientras hacían los registros de los productos se presentó en la tienda un encargado de la mina a comprar mermeladas, quesos, mantequillas, miel para el desayuno que celebraban todos los meses los directivos de la mina a sus empleados, era un desayuno de camaradería, la compra que hacían en la tienda de doña Elvira era importante. La mina tenía bastantes empleados.            

Rafaela tomó el pedido y con cuidado, acomodaba los frascos de mermeladas y miel en una caja, los quesos en otra y las mantequillas también. 
Los encargados pagaron la compra y se llevaron el pedido. Para los directivos de la mina era importante mantener las buenas relaciones con los empleados y viceversa, este desayuno servía para estar cerca y crear un buen ambiente de trabajo en la mina. 
La vida cotidiana en el pueblo se mantenía activa, los turistas como siempre llegaban y llenaban los hoteles y pequeños hostales, los paseos por el valle, las visitas a la ciudadela y escalar el gran nevado eran los grandes atractivos. Por las noches los restaurantes y paseos por la plaza principal era la diversión, se respiraba un aire de tranquilidad y alegría.
Los días pasaron rápidamente, la  semana se había completado y el tío Roberto llegó con su valioso cargamento, tenía muchas novedades, sus estudios hacían progresos y los fósiles encontrados eran interesantes. Había uno que era el más valioso, pero tenía que limpiarlo con cuidado y estudiarlo en su oficina de la ciudad para definir bien de qué se trataba. Estaba cansado por el viaje pero satisfecho con su cargamento. No se cansaba de repetir que el valle no solo era próspero, sino interesante para el estudio y para investigar la historia.

CONTINUARÁ      

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