Gervacio caminó hasta el final del pasillo y se sentó en una de las silla que estaban en fila una al lado de la otra. Pensaba en Alida y en toda la pesadilla en que se había convertido el viaje.
Le preocupaba su salud y pedía al cielo que pronto se recupere, él jamás se perdonaría si le sucedía algo fatal.
Al otro lado del pasillo Alma comentaba con su hermana:
-Vera no sé que voy hacer si algo le sucede Alida.
-Ni siquiera lo pienses, ella va estar bien, solo recuerda eso. Tú eres la primera que no debe rendirse- contestó Vera algo molesta para llamarle la atención a su hermana.
No era posible que Alma piense de esa forma, ahora es el momento de mostrar fortaleza y rogar al cielo por la salud de su querida sobrina.
Pasaron dos horas cuando Gervacio se acercó a Vera, con ella de intermediaria era la única con la que podía hablar, entonces dijo:
-Vera debo ir al laboratorio para entregar mi informe sobre el trabajo de investigación en la selva, regreso lo más pronto para saber cómo sigue Alida.
Vera movió la cabeza en señal de aceptación pero Alma ni lo miró, ni contestó, para ella Gervacio era el culpable de todo y por el momento no quería pensar en nada más, solo era importante Alida y su salud.
Gervacio bajó por las escaleras de emergencia quería caminar, disipar la mente para pensar con claridad, quería recordar todos los detalles del viaje, tal vez en alguno de los lugares recorridos, Alida pudo enfermar y esa información sería importante para el doctor.
Salió de Centro Médico a la calle y una brisa fresca golpeó su rostro, aún era invierno y hacia frío, la casaca que traía no lo abrigaba lo suficiente, pero no importaba nada de ello, solo importaba Alida.
En su casa Gervacio ordenaba el trabajo que estaba cuidadosamente clasificado con los apuntes de Alida y las muestras de las plantas. Al abrir uno de los cierres del pequeño maletín, encontró el diario con las notas de Alida. Todo estaba escrito al detalle, los lugares que habían recorrido, que habían comido y por unos segundos le parecía estar en medio de la selva con los nativos, las plantas y los animales.
Celeste lo interrumpió un momento para preguntar por la salud de Alida, él le explicó a su madre que nada había cambiado desde la noche anterior que fue internada.
-Estoy segura que Alida se va recuperar y esta situación será solo un mal recuerdo, debemos pensar así para que pronto se recupere- sentenció Celeste para aliviar en algo la preocupación de su hijo.
Con todo el trabajo preparado para ser entregado partió Gervacio hacia el laboratorio, luego pediría unos días de permiso para estar cerca Alida.
En cambio en la clínica el tiempo pasaba lentamente, una de las enfermeras que controlaba la temperatura del cuerpo de Alida se sorprendió al ver que ésta había pasado los cuarenta grados, tenía que informar al doctor para saber que hacer.
Salió de la habitación de prisa para llamar al doctor, Alma se alarmó al ver la expresión en el rostro de ella.
-Algo le sucede a mi hija Vera, algo grave pasa- comento nerviosa.
-Calma, dejemos que la enfermara haga su trabajo, por favor serénate, aquí estoy para apoyarte en todo- contestó Vera y tomó la mano de
Alma.
El doctor subió de inmediato al piso para comprobar el estado de la paciente, su temperatura era excesiva y había que proceder con rapidez, ordenó hielo para rodear el cuerpo de Alida pero antes aplicó una dosis más fuerte de antivirus.
Lo que sea que había enfermado Alida estaba haciendo estragos en su interior y atacando los órganos blandos. Su cuerpo se defendía pero no era suficiente debían ayudarla.
El doctor subió la dosis de medicina y esperaba los resultados del examen de sangre, ahí estaba la clave para poder salvar a la joven que yacía inconsciente en la cama.
Una carga de bolsas de hielo entró a la habitación y rodearon el cuerpo de Alida para ayudar a bajar la fiebre. Ella no se movía y sus signos vitales eran débiles.
El doctor Benites cuando salió al pasillo, habló con Alma y Vera, les dijo lo que había sucedido y que hasta un punto era, la reacción normal de su cuerpo a la enfermedad.
-No sabemos que es lo que realmente tiene y como atacarlo hasta no tener los resultados de su examen. Ahora solo la estoy controlando para que no empeore. Los resultados van a estar pronto, el el instituto sabe que es una emergencia- terminó de decir estas palabras y se retiró.
Alma no sabía que hacer, juntó las manos y comenzó a caminar por el pasillo, ahora nada la podía tranquilizar o al menos aliviar, tenía que caminar para no dejarse llevar por los nervios.
Las dos hermanas habían decidido, no decir nada al resto de la familia por el momento.
Alma no podía soportar dar explicaciones a todos. Vera observaba a su hermana y pedía al cielo por la pronta recuperación de Alida.
Pasado el medio día Gervacio regresó al centro medico, Vera y Alma no estaban, ellas habían salido un momento a comer un refrigerio para luego regresar al lado de Alida.
Gervacio preguntó a la enfermara de turno si había algún cambio en la paciente y ella le informó que no:
-La paciente no muestras mejoría y es muy pronto para decir algo más. Estamos al tanto de su salud pero ella sigue en estado de emergencia- fue todo lo que la enfermera dijo.
Gervacio caminó hasta la ventana de vidrio de la habitación para ver a Alida, ahora que Alma no estaba. Ella dormía o al menos eso parecía, la expresión de su rostro era tranquila y no parecía sentir dolor. Se quedó frente al vidrio mirando, hasta que regresaron Alma y Vera, ésta última preguntó si hubo algún cambio en su ausencia, Gervacio contestó que no, luego fue a sentarse al final del pasillo, no deseaba con su presencia poner nerviosa Alma, ella no preguntó nada y solo se sentó en las sillas del pasillo junto a la habitación de su hija.
En el quinto piso del centro medico donde estaba Alida, todo era silencio las demás habitaciones estaban vacías hasta ese momento, Alma y Vera esperaron toda la tarde hasta que la enfermera les pidió que se retiren, para ir a descansar, lo mismo le sugirió a Gervacio
-Es mejor que vayan a descansar, estar tantas horas solo les ocasiona desgaste. Mañana pueden regresar. Si hay algún cambio en la paciente se les comunicara de inmediato- terminó de decir la enfermera.
Los tres se retiraron, Gervacio se despidió de Vera y Alma, tomó un taxi y se fue a su casa la espera era peor, si no se sabía nada de la evolución de la enfermedad. Era como caminar en un lugar desconocido y sin brújula.
En la casa de Alma su hermana Vera se despedía, tenía que regresar al lado de su esposo e hijos a los que les había pedido no acercarse todavía al Centro Médico para no causar más preocupación en Alma.
Los resultados del examen de sangre llegaron al Centro Médico muy temprano en la mañana con el sello de emergencia en el sobre. Fueron directo a las manos del doctor para que los lea.
En su consultorio del primer piso el doctor Benites analizaba los resultados, era algo que él presentía, un virus tropical, pero lo alarmante era que había invadido todo el cuerpo por los altos grados que mostraba la sangre. Ahora que ya sabía de que se trataba, había que poner a la paciente bajo tratamiento para combatir al virus.
El doctor subió al piso para examinar Alida y dar la orden de lo que se le debía aplicar, era urgente hacerlo de una vez, esperar más tiempo podía significar la diferencia entre la vida o la muerte.
Mientras la examinaba no le gustaba como se encontraba, su temperatura seguía alta y su piel estaba completamente pálida.
Alma no podía soportar dar explicaciones a todos. Vera observaba a su hermana y pedía al cielo por la pronta recuperación de Alida.
Pasado el medio día Gervacio regresó al centro medico, Vera y Alma no estaban, ellas habían salido un momento a comer un refrigerio para luego regresar al lado de Alida.
Gervacio preguntó a la enfermara de turno si había algún cambio en la paciente y ella le informó que no:
-La paciente no muestras mejoría y es muy pronto para decir algo más. Estamos al tanto de su salud pero ella sigue en estado de emergencia- fue todo lo que la enfermera dijo.
Gervacio caminó hasta la ventana de vidrio de la habitación para ver a Alida, ahora que Alma no estaba. Ella dormía o al menos eso parecía, la expresión de su rostro era tranquila y no parecía sentir dolor. Se quedó frente al vidrio mirando, hasta que regresaron Alma y Vera, ésta última preguntó si hubo algún cambio en su ausencia, Gervacio contestó que no, luego fue a sentarse al final del pasillo, no deseaba con su presencia poner nerviosa Alma, ella no preguntó nada y solo se sentó en las sillas del pasillo junto a la habitación de su hija.
En el quinto piso del centro medico donde estaba Alida, todo era silencio las demás habitaciones estaban vacías hasta ese momento, Alma y Vera esperaron toda la tarde hasta que la enfermera les pidió que se retiren, para ir a descansar, lo mismo le sugirió a Gervacio
-Es mejor que vayan a descansar, estar tantas horas solo les ocasiona desgaste. Mañana pueden regresar. Si hay algún cambio en la paciente se les comunicara de inmediato- terminó de decir la enfermera.
Los tres se retiraron, Gervacio se despidió de Vera y Alma, tomó un taxi y se fue a su casa la espera era peor, si no se sabía nada de la evolución de la enfermedad. Era como caminar en un lugar desconocido y sin brújula.
En la casa de Alma su hermana Vera se despedía, tenía que regresar al lado de su esposo e hijos a los que les había pedido no acercarse todavía al Centro Médico para no causar más preocupación en Alma.
Los resultados del examen de sangre llegaron al Centro Médico muy temprano en la mañana con el sello de emergencia en el sobre. Fueron directo a las manos del doctor para que los lea.
En su consultorio del primer piso el doctor Benites analizaba los resultados, era algo que él presentía, un virus tropical, pero lo alarmante era que había invadido todo el cuerpo por los altos grados que mostraba la sangre. Ahora que ya sabía de que se trataba, había que poner a la paciente bajo tratamiento para combatir al virus.
El doctor subió al piso para examinar Alida y dar la orden de lo que se le debía aplicar, era urgente hacerlo de una vez, esperar más tiempo podía significar la diferencia entre la vida o la muerte.
Mientras la examinaba no le gustaba como se encontraba, su temperatura seguía alta y su piel estaba completamente pálida.
Media hora más tarde el doctor salió al pasillo para conversar con Alma que lo estaba esperando:
-Su hija ha sido contagiada por un virus tropical, no es contagioso de persona a persona, esto se transmite por la picadura de un insecto que momentos antes pudo haber picado a algún animal y con tan mala suerte después a su hija, de esta manera el virus se ha introducido en su sangre causando su terrible estado. Vamos aplicar el tratamiento para combatir al virus, ahora que ya sabemos lo que tiene. Calma y tener esperanzas de que se va a recuperar.
Alma preguntó al doctor si ahora podía entrar a la habitación, él contestó categórico:
-¡No! ella debe seguir en aislamiento es mejor así, traer la contaminación de la ciudad a la habitación con las visitas no sería bueno para ella que esta con las defensas bajas. ¡no!- volvió a repetir y se despidió.
Alma sintió una gran desolación de nuevo tendría que ver a su hija a través del vidrio, sin poder hablarle y menos tocar sus manos. No podía contener las lagrimas, su hija, su querida hija, pensaba en ella.
Una hora más tarde llegó Gervacio y se enteró del estado de Alida por la enfermera, él se sintió preocupado pero nada podía hacer.
a la hora que vino la tía Vera también se enteró de lo sucedido, Alma le contó al respecto y le dijo que ya estaba bajo tratamiento. Al menos podían respirar un poco tranquilos, ahora que se sabia lo que tenía Alida.
Los días pasaban lentamente para Alma, Vera y Gervacio pero al quinto día del tratamiento una alarma general en el quinto piso. El estado de Alida no mejoraba y en cambio empeoro, su cuerpo comenzó a hincharse, el desconcierto era general, el doctor Benites estaba sorprendido, al parecer el virus era de una sepa muy fuerte que podía resistir a las medicinas de antivirus. Ahora todos estaban en alerta, no sabían que podía suceder en los día siguientes.
CONTINUARÁ
-Su hija ha sido contagiada por un virus tropical, no es contagioso de persona a persona, esto se transmite por la picadura de un insecto que momentos antes pudo haber picado a algún animal y con tan mala suerte después a su hija, de esta manera el virus se ha introducido en su sangre causando su terrible estado. Vamos aplicar el tratamiento para combatir al virus, ahora que ya sabemos lo que tiene. Calma y tener esperanzas de que se va a recuperar.
Alma preguntó al doctor si ahora podía entrar a la habitación, él contestó categórico:
-¡No! ella debe seguir en aislamiento es mejor así, traer la contaminación de la ciudad a la habitación con las visitas no sería bueno para ella que esta con las defensas bajas. ¡no!- volvió a repetir y se despidió.
Alma sintió una gran desolación de nuevo tendría que ver a su hija a través del vidrio, sin poder hablarle y menos tocar sus manos. No podía contener las lagrimas, su hija, su querida hija, pensaba en ella.
Una hora más tarde llegó Gervacio y se enteró del estado de Alida por la enfermera, él se sintió preocupado pero nada podía hacer.
a la hora que vino la tía Vera también se enteró de lo sucedido, Alma le contó al respecto y le dijo que ya estaba bajo tratamiento. Al menos podían respirar un poco tranquilos, ahora que se sabia lo que tenía Alida.
Los días pasaban lentamente para Alma, Vera y Gervacio pero al quinto día del tratamiento una alarma general en el quinto piso. El estado de Alida no mejoraba y en cambio empeoro, su cuerpo comenzó a hincharse, el desconcierto era general, el doctor Benites estaba sorprendido, al parecer el virus era de una sepa muy fuerte que podía resistir a las medicinas de antivirus. Ahora todos estaban en alerta, no sabían que podía suceder en los día siguientes.
CONTINUARÁ