domingo, 28 de junio de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Después de manejar varios kilómetros por la carretera a Zarumilla, Mariví llegó a su casa, apenas vio a su hermano Agustín lo abrazó y los dos lloraban por Mauricio. 
-Debemos ser fuertes por nuestro hermano y nuestra madre- comentaba  Agustín a su hermana. 
-Ahora me voy hacer cargo de todos los trámites legales y hablar con la policía, tú encárgate de preparar a Mauricio y mantente cerca de nuestra madre, ella no puede con el dolor de ver a su hijo con esa ropa y en ese estado tan terrible. El doctor le ha inyectado un calmante para sedarla y duerma un poco. Cuéntame ¿cómo está Nidia?-. termino de decir Agustín.
Mariví aceptó ocuparse de su madre y hermano, además de comentar sobre el estado de salud de su cuñada. 
-Ella esta en el hospital, a perdido su embarazo y  tuvieron que operarla. Ha sufrido un terrible impacto al ver el estado en que se encontraba  Mauricio. Casimiro se ha quedado en el hospital hasta que su familia llegue, ellos ya han salido de Talara- Agustín  lamentó la tragedia de su cuñada, era una triste noticia. Él se sentía afligido por no poder hacer algo más por Nidia.    
En ese momento llegó la policía a la casa, Agustín fue a recibirlos, para que inicien la investigación del caso que ya no era una denuncia por robo, si no ahora era un homicidio. 
Mariví fue a la habitación de su madre que dormía bajo el efecto del fuerte sedante que el doctor le había inyectado. Carmela estaba al pie de la cama acompañando a doña Amanda, Mariví le pidió que  la ayude a preparar a su hermano y a preparar la casa para los  funerales. El dolor la embargaba pero debía sacar fuerzas para cambiar y asear a  Mauricio que todavía vestía la ropa del atentado. 
La policía interrogó por turnos a toda la familia y principalmente a los testigos presenciales que estuvieron al lado de Mauricio. Casimiro todavía se encontraba ausente, él esperaba en el hospital, Dante si estaba presente y contestó todas las preguntas a la policía. 
Cuando los agentes terminaron el interrogatorio hablaron con Agustín: -nosotros vamos a comunicar a todas las estaciones policiales de la provincia para que estén al tanto de los prófugos y del camión pero si estos han traspasado los límites de la zona hacia las montañas, entonces nuestro trabajo será más difícil para ubicarlos en ese vasto territorio-.  
El agente lamentó los hechos y prometió que los buscarían por toda la provincia. Tenía en sus notas la descripción física de cada uno de los hombres que entraron al fundo. Dante les había proporcionado los detalles.  
-El testigo que falta declarar de nombre Casimiro Reyes, debe presentarse mañana en la estación  policial para ser interrogado-. ordenó el agente. 
Además la policía tenía en sus manos un dato importante que Dante les había proporcionado sobre la descripción del hombre que disparo  contra Mauricio, éste tenía una gran cicatriz en la mejilla derecha. Con este dato sería más fácil identificarlo. 
Agustín despidió a los agentes y con Dante fueron a iniciar los trámites legales y abrir la casa para el funeral.
El caso de Mauricio estremeció al pueblo, ¿quien no lo conocía?, todos sabían que era un buen hijo. esposo y padre, sabían además que era generoso y una persona muy tratable y amistosa. La gente  lamentaba su partida y todos querían acercarse para apoyar y dar el pésame a la familia.
Gervacio en esa hora del día, terminaba de arreglar las cosas en el terreno de cultivo donde estaba trabajando, de pronto llegó Máximo, agitado por haber corrido para cumplir el encargo de su jefe, apenas podía respirar, pero alcanzó a decir: 
-Señor Gervacio, usted no sabe lo que ha ocurrido en el pueblo, es una gran tragedia-.
-¿Que ha sucedido? ¿por qué estas tan agitado?- preguntaba Gervacio para darle tiempo a que tome aire y se tranquilice.
Máximo respiró profundamente y comenzó a contarle lo ocurrido a la familia Noble Arredondo y la muerte de Mauricio.  El estado de salud de su esposa Nidia es delicado, ella está en el hospital. 
Gervacio no podía dar crédito a lo que escuchaba, peguntó varias veces a Máximo si estaba seguro de lo que decía  o era una mala información. 
-No señor Gervacio, de todo esto me enterado por gente que lo estimaba y está llorando por su  partida de la manera más trágica-.
El amigo, la persona que había mostrado en todo momento su amistad, ahora se había ido. Gervacio se sintió conmocionado, triste y a la vez lleno de ira, se preguntaba, ¿por qué Mauricio no le avisó para acompañarlo al fundo? las cosas hubieran sido diferentes y su amigo estaría vivo.
Lamentaba profundamente lo sucedido, se despidió de Máximo para ir a su casa y conversar con Alida. Al llegar, se detuvo un instante en la puerta, respiró para serenarse aun sentía la impotencia de no haber podido acompañar a su amigo. Cuando entró a la sala, vio Alida que venía a su encuentro con Sebastian en los brazos. 
-¿Qué sucede Gervacio por qué esa expresión? ¿ha pasado algo con mi madre?-Alida se desespero al ver que su esposo no hablaba.
Segundos después Gervacio habló: -No Alida, no ha pasado nada con tu mamá, es mejor que te sientes para contarte, se trata de nuestros amigos Mauricio y Nidia-. luego paso a contar lo sucedido a la familia y el dolor que estaban viviendo.
Alida lloraba por la familia: -tenemos que ir ayudarlos Gervacio, ellos necesitan nuestro apoyo- contestó a su esposo con apremio. Alida quería salir para ir a su casa y ayudarlos.
-No Alida, ellos ahora necesitan privacidad, nosotros solo seríamos un estorbo. Debemos esperar hasta que abran la casa para los funerales, presentar nuestras condolencias y ahí ofrecer toda la ayuda que necesiten. La familia está viviendo momentos de dolor que nosotros debemos respetar-. comentó Gervacio para detener a su esposa y sus buenas intenciones.  
Alida se quedó en silencio lamentaba tanto lo ocurrido a sus amigos y pensaba en la madre de Mauricio. 
Cuando la casa se abrió para los funerales, la gente hacía cola para presentar sus condolencias, todos eran sinceros con su dolor. 
Doña Amanda apenas podía soportarlo, la pérdida de un hijo es un dolor demasiado grande. Mariví estaba a su lado para atenderla en caso lo necesite.
Alida y Gervacio a los pocos minutos llegaron a la casa para dar el pésame y ofrecer su ayuda en lo que puedan necesitar: -Mariví no dudes en pedirme si necesitan nuestra ayuda, nosotros estamos muy conmovidos con la partida de Mauricio-. comentó Alida y abrazó a su amiga.
-Gracias Alida por venir, esto es demasiado para nosotros, es un momento de dolor y desesperación-. dijo Mariví para agradecer a su amiga.
La casa de la familia Noble Arredondo estaba llena de gente , amigos, vecinos y familiares que no salían de su indignación y tristeza por lo ocurrido. Ramos de flores llegaban  para expresar el dolor y acompañar a la familia.              
 Al día siguiente, pasado el medio día, todos los asistentes marchaban en silencio al pequeño cementerio del pueblo donde se daría el ultimo adiós a Mauricio. 
Nidia no estuvo presente en el velorio, ni ahora en el cementerio, ella seguía muy delicada y los doctores decidieron dormirla para que calme su estado de shock  nervioso que estaba sufriendo. Su madre y su hermana la acompañaban en todo momento.
Casimiro había contado todo esto a la familia la noche anterior cuando llegó del hospital y se presentó en la casa para dar el pésame. Agustín le agradeció toda la ayuda que había prestado y le dijo que fuera a su casa a descansar.
-Casimiro lleva la camioneta al fundo, no quiero que mi madre la vea, para ella sería un sufrimiento recordar los terribles momentos que vivió su hijo. Mañana tienes que venir, son los funerales- agregó Agustín para despedir al capataz. 
Y a si fue como todos reunidos en el cementerio despedían al amigo, hijo, hermano, esposo. Un ramo de rosas que llevaba doña Amanda en las manos fue puesto sobre el cajón donde descansaba Mauricio, esa fue su despedida.
Al terminar los funerales, la familia agradeció a los presentes por acompañarlos en estos momento de dolor, luego fueron a su casa en silencio y cerraron las puertas, pidieron a toda la gente su comprensión por los momentos que estaban viviendo y lo delicada que se encontraba doña Amanda. Agustín fue el que habló en nombre de la familia.    
Alida y Gervacio regresaron a su casa, los ánimos no estaban para conversar, solo hicieron algunos comentarios y el resto del día estuvieron en silencio, la tristeza los invadía al recordar al amigo y los momentos que pasaron  en su compañía. 
Tres días más tarde Nidia salia del hospital, Mariví y Agustín fueron a recogerla, ella había estado dormida todo ese tiempo para que pueda recuperarse, los doctores así lo habían recomendado,  además le dijeron que de ser posible por unos días cambie de ambiente a otro lugar.
Nidia hizo caso al doctor, pero antes de partir de viaje para la casa de su familia fue a espedirse de su esposo al cementerio, el dolor la invadía, su madre le pidió partir a Talara: 
-Hija ahora debes cuidarte, tienes dos hijos pequeños que te necesitan- los niños habían estado en casa de familiares para evitar estar presentes y ver a su padre, solo se les permitió acompañarlo al cementerio después de explicarles lo que había sucedido con él de una forma que ellos puedan  comprender. 
Con sus hijos, su madre y hermana Nidia se despidió de Doña Amanda, Mariví y Agustín.
-Nidia por favor cuídate y nos vemos pronto-. decía la madre de Mauricio para despedir a su nuera y lamentaba lo sucedido a ella. Tanto dolor no era fácil de soportar.           

Con la partida de Nidia y la familia Noble Arredondo de duelo, Alida y Gervacio veían poco a Agustín y a Mariví, ellos estaban organizando su trabajo. Ahora Agustín se ocupaba del fundo a donde viajaba siempre armado, esta vez no sería sorprendido y estaba dispuesto a disparar si alguien entraba a sus tierras con malas intenciones. 
Mariví se encargaba de la administración del grifo y terminar el año escolar con sus alumnos, entre tanto trabajo no tenía tiempo para hacer vida social.
Doña Amanda se había ido con Carmela para que la acompañe unos días a la casa de la playa. El doctor también le había aconsejado cambiar de ambiente.
La vida para ellos no volvería a ser igual, Mauricio era el motor que empujaba a la familia y ahora se había ido, toda la responsabilidad recaía sobre Agustín para sacar adelante el fundo y a la familia.  Él era más reservado y callado que su hermano, pero tenía la misma habilidad que Mauricio a la hora de manejar los negocios.
Alida y Gervacio seguían su vida siempre extrañando al amigo y respetaban la reserva de la familia. Agustín pasaba de vez en cuando por el terreno donde estaba trabajando Gervacio, conversaban y luego partía al fundo. 
Gervacio comentaba con Máximo sobre el trabajo que estaban haciendo y pensaba que la vida podía dar un vuelco inesperado y sorprendernos en cualquier momento.

CONTINUARÁ           

domingo, 21 de junio de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Mientras Mauricio manejaba por la carretera al fundo, pensaba en como enfrentar este grave problema. 
No quería correr riesgos pero llegado el momento no sabía aun cómo organizar la acción, ni  que  plan  seguir.
Casimiro el capataz lo iba apoyar y luego pensaría que más hacer. 
Era temprano cuando llegó al fundo, el capataz se sorprendió con su presencia de madrugada, él aún ignoraba lo que  iba  a hacer su jefe.
-Señor Mauricio ¡buenos días! ¿usted tan temprano en el fundo?-.  saludó Casimiro.
-¡Buenos días! quiero saber si hay alguna novedad con respecto al camión que merodea por aquí- contestó Mauricio preocupado y con voz grave. 
-No hay ninguna novedad señor, desde la última vez que incursionaron en sus tierras no han vuelto aparecer, tal vez ya desistieron y no van a regresar- contestó Casimiro, señalando con dirección a la puerta de entrada.
-Te equivocas- contestó con impaciencia Mauricio -si se han llevado dos vacas, nada les impide que regresen por más, hasta no detener a esta gente, ellos van a seguir- luego preguntó por Dante el muchacho de los establos.
-Él esta trabajando en este momento en los establos, señor-. 
-Llámalo de inmediato- ordenó Mauricio  -tengo que hablar con los dos para planificar que vamos hacer para detener a estos hombres-.   
Mauricio se fue caminando a la pequeña casa que había en el fundo y que servía también de oficina,  mientras Casimiro corría a buscar a Dante. Sentado en su escritorio pensaba como hacer con  el problema que era grave y que no se podía dejar sin resolver. 
Minutos después se presentaron Casimiro y Dante, tocaron la puerta para avisar de su presencia, Mauricio los hizo pasar e indicó que tomen asiento para explicarles el plan a seguir.
Los tres harían guardia en diferentes puntos del fundo para estar atentos y avisar si veían aparecer el camión, juntos tomarían acción para detener a los delincuentes.
-Señor Mauricio, la policía debe estar presente, es peligroso, no sabemos a quienes nos vamos a enfrentar- agregó Casimiro para advertir sobre el peligro.
-No te preocupes vamos a tomar todas las precauciones de seguridad, pero es importante detenerlos. En cuanto a la policía estamos tan lejos de la ciudad, ellos no se van a dar tiempo para atender nuestra denuncia que ya ha sido puesta desde la semana pasada cuando se robaron la segunda vaca-. Contestó Mauricio, decidido a detener a los hombres que actuaban impunemente.  
Mauricio señalo los puntos donde cada uno estaría para iniciar la vigilancia, habían pasado varios días desde el último robo y en cualquier momento podían aparecer. Cada hombre se situó en los puestos marcados, descansarían por turnos para no descuidar la vigilancia. El camión tenía que aparecer por el único camino que conducía directo al fundo.  
Según indicaban los vecinos que vivían cerca, ellos habían visto el camión merodear por los alrededor  cerca de las diez de la mañana. 
El primer día de vigilancia, no sucedió nada, el segundo día tampoco había movimiento, Mauricio casi perdía la esperanza de poder sorprenderlos, pero al tercer día cuando eran cerca de las diez de la mañana, en el horizonte vieron aparecer el camión.  Sigilosamente los ayudantes y Mauricio se juntaron para esperar y sorprender a los hombres que se acercaron confiados y bajaron  del camión para escoger de un grupo de reses, cual se llevarían, fue en ese momento que Mauricio salió al paso para sorprenderlos diciendo en voz alta que se detengan, ellos serían apresados para ser llevados a la policía por denuncia de robo. 
-Soy el dueño de este fundo y ustedes no tienen ningún derecho a estar en mis tierras y llevarse  a uno de mis animales-. dijo esto con la autoridad de ser el dueño.
Con estas palabras, Mauricio no se dio cuenta que uno de los hombres estaban armados, éste sacó su arma y sin mediar palabra  disparó contra Mauricio, cinco tiros que fueron mortales, él cayó al piso sin poder defenderse, Casimiro corrió a su lado para auxiliarlo, Dante estaba paralizado por el miedo. 
Los delincuentes, subieron al camión para huir a toda velocidad por el camino que lleva a las montañas.
Mauricio en el suelo trataba de hablar, pero no podía, Casimiro con la ayuda de Dante lo subieron a  la camioneta, lo taparon con una manta para mantener el calor de su cuerpo y se lo llevaban  a toda velocidad al pueblo. 
El tiempo y la velocidad con la que se manejaba eran vitales para salvar a Mauricio, cuando llegaron hasta la puerta de la casa, Nidia sintió el sonido de las llantas de un carro que se detenía, pensó en su esposo y salió a recibirlo, Casimiro trató de detenerla: 
-Señora, no por favor-  fue en vano,   ella preguntó por Mauricio y se desesperó al no verlo, se acercó a la camioneta, quitó la manta que tapaba el cuerpo sin vida de su esposo,  dio un gritó desgarrador y  cayó desmayada al piso.
Casimiro la tomó en sus brazos para llevarla a la casa, mientras Dante volvía a cubrir el cuerpo con la manta. 
Casimiro recostó sobre uno de los mueble en la sala a Nidia y se percató con horror que comenzaba a sangrar, llamó a Dante para decirle que busque a la señorita Mariví, ella estaba en el colegio dictando sus clases, el muchacho salió corriendo para cumplir el encargo.   
Con todo el ruido en la sala, doña Amanda salio de su habitación y se asustó al ver a Nidia que apenas podía reaccionar:  -¿qué ha sucedido con mi nuera?-. preguntó, vio la desesperación en la cara de Casimiro  y pensó lo peor,  su hijo no estaba por ningún lado. 
-Señora, la señora Nidia esta muy mal hay que atenderla ha comenzando a sangrar- decía Casimiro para advertir sobre su embarazo.
- Debemos llevarla pronto al hospital pero dime ¿donde está mi hijo?-. contestó la madre con nerviosismo.  
Doña Amanda hablaba desesperada y preguntaba por su hijo, salió a la calle para buscarlo en la camioneta, entonces vio el cuerpo de Mauricio y colapso por los nervios, no puede ser, repetía. Casimiro no sabía como calmarla y a quien atender primero entre las dos mujeres.
Mariví apareció de pronto traída por Dante, ella vio a su madre en medio del  dolor y el llanto de ver  a su hijo sin vida. Mauricio había dejado de existir a los pocos minutos de los disparos. 
La hija abrazó a su madre para que entre a la casa, ordenó a Casimiro traer el cuerpo de Mauricio a una de las habitaciones y acomodarlo con cuidado sobre la cama, luego ordenó a Dante buscar con urgencia a Agustín que se encontraba en las oficinas del grifo a la afueras del pueblo: -trae a mi hermano que venga pronto, es urgente- Dante salió corriendo de nuevo con el encargo de la señorita Mariví.
-Casimiro llama a Carmela para que se quede con mi madre mientras viene mi hermano, nosotros tenemos que llevar de emergencia a Nidia al hospital esta perdiendo sangre no podemos esperar Agustín. ¡Nos vamos en mi carro!-. 
Cuando vino Carmela la señora de la cocina, Mariví le recomendó no separarse de su madre hasta que ella regrese: - Carmela cuídala ella esta muy delicada.- 
Entre Casimiro y Mariví cargaron a Nidia que no tomaba conciencia de su estado  y preguntaba por su esposo una y otra vez, estaba sufriendo un shock nervioso. En el carro Mariví apenas podía contenerla mientras Casimiro manejaba a todo velocidad por la carretera a Tumbes para llegar al hospital. 
Agustín alarmado por las palabras de Dante llegó a su casa y vio una escena desgarradora, su madre no podía hablar junto al cuerpo de Mauricio y Carmela le traía agua de azahar para que tome y calme sus nervios. Agustín se estremeció al ver a su hermano en ese estado, sus lágrimas caían por sus mejillas, su querido hermano al que tanto amaba, respetaba y admiraba ya no estaba. Abrazó a su madre que lloraba junto a su hijo menor. Se quedaron abrazados y en silencio unos minutos.
-Madre ten fe, tu hijo está en un lugar mejor- Agustín decía estas palabras para tranquilizar a su madre. 
Al rato, salió de la habitación y llamó a Dante, le pidió que éste le cuente con detalle como fueron los hechos. Acto seguido el muchacho le describió paso a paso lo sucedido desde el primer día que comenzó la vigilancia. Agustín escuchaba sin interrumpirlo se imaginaba la ira de Mauricio ante la injusticia sobre su propiedad. 
Para empeorar la cosas, sabia que su hermana Mariví había llevado a Nidia al hospital en estado grave.
En el hospital Mariví internaba a Nidia de emergencia y bajo un shock nervioso, mientras se desesperaba por ver a su esposo. Su estado de salud era delicado, esto lo comprobó el doctor después de examinarla. Salió para hablar con Mariví: -la señora ha perdido su embarazo, la tenemos que intervenir,  no hay otro camino, ¿que es lo que ha sucedido para que se encuentre así?-.
Marivi contó al  doctor cual era la tragedia que vivía su familia y que la policía ya estaba al tanto de lo sucedido. Contestó que estaba de acuerdo con el doctor para intervenir a Nidia, si no había nada más que hacer. Lamentaba que su cuñada pierda el embarazo que estaba por cumplir los cinco meses.  
Después de hablar con el doctor éste se fue a la sala de operaciones, Mariví llamó a Casimiro para decirle:
-Vaya usted a la central telefónica y llama a este número en la ciudad de Talara, es de la familia de Nidia cuéntales lo sucedido y que vengan urgente para estar a su lado, no puedo yo sola atender todo esto, sé que Agustín debe estar en la misma situación con mi madre. 
 Casimiro salió del hospital para cumplir el mandado y luego de una hora regresó: -señorita Mariví ya me comunique con la familia de Talara, su madre y una hermana de la señora, están saliendo de la ciudad en este momento.                       
-Muy bien Casimiro, ahora yo tengo que regresar a la casa para ver a mi mamá, tú no te muevas de aquí hasta que llegue la familia de Nidia y  les informes lo que ha sucedido con ella, luego vienes a la casa para decirme cómo se encuentra su estado de salud-. 
-Si señorita-. contestó Casimiro y se quedó en el hospital.
Mariví tomó su carro, manejaba de regreso por la carretera a Zarumilla, pensaba en su hermano y la terrible tragedia que estaban viviendo, tuvo que detenerse unos instantes al costado del camino para llorar desesperadamente por el amado hermano que había perdido.

CONTINUARÁ


domingo, 14 de junio de 2020

ALIDA Y GERVACIO


La playa, de un paisaje hermoso y paradisíaco, era tranquila y solaz. Alida después de mojarse los pies en el mar fue al lado de Gervacio. 
Los invitados y la familia caminaron hacia la casa que estaba solo a unos metros del mar, ésta en su tiempo fue construida con cañas de Guayaquil que le daban al exterior un aspecto de cabaña. La casa en medio de la playa, era la única en varios kilómetros a la redonda. En su interior había  una sala decorada con muebles de playa, un comedor amplio y cómodo, además de  varios dormitorios para huéspedes. La cocina lucía un gran ventanal desde donde se podía ver el mar, aparte estaba equipada con muebles y artefactos que permitían preparar los más deliciosos platos gourmet. En resumen la casa contaba con todas las comodidades para pasar un día o varios días de magnificas vacaciones. 
Un día de playa y descanso, le venía bien a todos los presentes para alejarse de la rutina y a los niños para jugar y divertirse en el mar.
Alida estaba encantada con la casa y el entorno, acomodó al pequeño Sebastian en su corralito portátil y le dio varios juguetes para entretenerse, los demás se acomodaron a conversar y a refrescarse. La casa tenía techos altos y grandes ventanas en cada estancia, esto permitía tener un ambiente bien ventilado y fresco en su interior. 
Magdalena y Miguelito con su madre, Mariví y Alida fueron a bañarse, el día de calor y sol brillante invitaba a sumergirse en el mar. Gervacio, Mauricio y Agustín se quedaron en la casa a la sombra mientras cuidaban a Sebastian que jugaba tranquilo. Alida no quería todavía exponerlo al sol, era muy pequeño. 
Doña Amanda disfrutaban ver a sus nietos  jugando en el mar, la alegría de sus risas era contagiosa, Nidia atenta a ellos los cuidaba mientras se bañaban. Mariví mostraba su destreza en el mar y Alida hacia lo propio. 
La mañana era propicia para disfrutar de la diversión,  Alida después de bañarse un buen rato fue a la casa para estar con Sebastian; mientras Gervacio, si así lo deseaba podía ir a bañarse en el mar, era mejor turnarse para estar atentos de cuidar a su hijo, pero los caballeros estaban tan entretenidos con su conversación sobre política y arreglando los problemas del país que desistieron ir al mar.
Cuando regresaron a la casa Nidia, sus hijos, Mariví y doña Amanda, el almuerzo estaba casi listo, preparado por Carmela,  la señora que ayudaba en la casa de la familia Noble Arredondo.
Sentados en la mesa, la familia e invitados disfrutaban de deliciosos pescados recién traídos del mar y preparados como ceviche o fritos, frescas ensaladas, salsas y demás platos preparados por una excelente cocinera, todo esto estaba servidos en la mesa. Se brindó con vino blanco traído por los invitados y se disfrutó de la agradable compañía y del mar. 
El resto del día las mujeres sentadas en el porche de la casa conversaban y admiraban el paisaje, mientras los caballeros disfrutaban de un refrescante baño de mar con los hijos de Mauricio. Sebastian dormía la siesta de la tarde en una de las habitaciones y Alida estaba pendiente de él.
La hora de partir se acercaba y nadie quería irse, todos deseaban quedarse por siempre en la playa pero la realidad de la vida y el trabajo los esperaba. Se quedaron hasta esperar la hora del ocaso del Sol, que parecía sacado de un cuadro de un experto pintor. 
El cielo se encendió en un rojo casi naranja, mientras el Sol lentamente se ocultaba en el horizonte. La naturaleza les brindaba un espectáculo de esplendor que los dejaba sin palabras. 
Ya era de noche cuando Alida y Gervacio se despedían de sus amigos y agradecían todas las atenciones y su compañía. La casa de la playa volvía a cerrarse hasta una nueva visita y quedaba al cuidado de un guardián. 
Al llegar a su casa Gervacio y Alida estaban cansados, el único despierto, descansado y feliz era Sebastian después de haber hecho su siesta de la tarde. 
-Gervacio- comentó Alida -no podía ser un día más perfecto el que hemos pasado hoy, la playa era una pintura y el ocaso de sol, nunca vi algo parecido, hemos disfrutado demasiado-.  dijo Alida feliz al referirse al paseo.  
-Si...la verdad yo también lo he disfrutado, la playa perfecta y la casa una maravilla de construcción y comodidad. Mauricio me contó que fue su padre el que la mandó a construir y que él cuando era pequeño venía muy seguido con sus hermanos y sus padres a pasar varios días de vacaciones, la casa siempre  solía recibir a muchos amigos-.             
Para Alida había sido un día de relax,            
ella no quería recordar su terrible experiencia pasada. 
Los esposos se fueron a descansar, al día siguiente tenían un día de trabajo. 
Gervacio se levantó muy temprano y fue al huerto para ver como avanzaba su cultivo de melón, al verlo pensó que en unos días más se podía comenzar la primera cosecha. 
Entró en la casa, se sentía feliz, llamó a su esposa:
-Alida vamos a tener una gran producción de melón, las semillas han sido excelentes y ha rendido bastante en el huerto-. Se sobaba las manos mientras imaginaba la cantidad de melones que tendrían para el desayuno y el regalo que pensaba hacerle a su amigo Mauricio y a su familia por tantas atenciones que recibían de ellos. 
Gervacio llamó a Máximo su ayudante unos días después para que lo ayude con la primera cosecha  y con el mismo le envió un cargamento de melones de regalo a la familia de Mauricio. Ellos agradecieron el presente que era bien venido.
Los días transcurrían sin grandes novedades, Alida en su hogar atendía a Sebastian cuando escuchó una voz conocida que la llamaba desde la puerta de entrada, la que estaba siempre abierta para los amigos, era Albertina que la daba la sorpresa con su visita.
-Albertina-  exclamó Alida al ver a su amiga en la puerta -pasa por favor, estás en tu casa que agradable que estés aquí-  comentaba mientras la saludaba. 
-Alida quería venir hace tiempo, pero siempre surgía algo o algún recado de mi mamá que no me permitía venir pero ahora, aquí estoy. ¡Qué bonita está la casa! no puedo creer lo cuidado que luce el jardín de la entrada-.
-Gracias, trató de cuidarlo lo mejor que puedo, es mi gran pasatiempo-. 
Las dos amigas conversaban de las últimas novedades, Alida había dejado de ir unos días a Tumbes pero ya era tiempo de viajar a la ciudad, porque desde ahí además de visitar a sus conocidas podía llamar a su madre y saber como estaba, era un rito del que no podía olvidarse.
Albertina le comentaba sobre doña Constanza y de su salud -ella no ha vuelto a ser la misma después de su enfermedad, ahora sale muy poco. Con mi mamá siempre la vamos a visitar, Alida  no dejes de ir a su casa para verla, ella pregunta por ti.-
Albertina se quedó almorzar, ella como siempre jugaba y le cantaba a Sebastian mientras Alida daba los últimos toques al almuerzo. Cuando llegó Gervacio sintió gran satisfacción de encontrar Albertina, él sabía que ella era muy amiga de Alida.
En el almuerzo Albertina comentaba sobre Serena y Amada y lo bien que les iba en la capital  -en unos meses más, yo también voy a viajar para ir a estudiar, mi único problema es que  todavía no me decido que voy a estudiar-. Gervacio le presentó varias alternativas de carreras que a ella le podían interesar. 
Albertina se quedó hasta después de media tarde, era tiempo de despedirse y regresar, ella sabía que a Thelma su madre, no le gustaba que viaje por la carretera de noche. 
Gervacio se despidió, tenía que continuar con su trabajo. En el campo la naturaleza se toma tiempo para crecer y desarrollar, era necesario tener paciencia. Por eso mientras planificaba con Máximo de como iban a dividir el terreno para iniciar su investigación de campo, llegó Mauricio, pero esta vez se veía diferente  ¿qué sucedía con él?  se preguntaba.
-Amigo Gervacio- él nunca lo llamaba así -no puede ser lo que me esta sucediendo, en menos de diez días se han llevado dos vacas, se las han robado esa es la palabra. Mis vecinos del fundo me han contado que ellos han visto un camión donde  las suben, primero fue una y después de unos días regresaron por otra. Tengo que detener esta situación y enfrentar a los delincuentes-. hablaba Mauricio lleno de ira e indignación.
-Calma Mauricio, primero presenta tu denuncia para que la policía se encargue, tú no sabes que clase de gente es, tienes que tener cuidado-. comentó Gervacio para tranquilizarlo.
-Nunca antes ha sucedido esto, jamás nos hemos visto en esta situación.  Ya hice mi denuncia a la policía pero seamos realistas, el fundo queda muy lejos y ellos no se van a dar tiempo para detenerlos, si yo no los enfrento van a regresar otra vez y otra vez como si nada sucediera-.
                       
A Mauricio lo consumía la indignación por lo injusto de su caso. Era cierto cuando decía que nunca antes había vivido algo así, ni en tiempos de su abuelo, ni de su padre, pero todo había  cambiado y según decían los agricultores que eran sus vecinos, no eran gente conocida, ni eran de la zona. Ellos habían venido de otro lugar, esto hacia más complicado su caso.  
Gervacio no sabía como ayudar a su amigo, él se ofreció acompañarlo al fundo para resolver el problema, Mauricio agradeció su ofrecimiento y le dijo que él le iba a avisar cuando partía.
Gervacio vio alejarse a su amigo, sintió igual que él, ira por lo sucedido, a Mauricio le costaba criar cada vaca y no podía ser que otros vengan y sin más, se lleven el fruto de su trabajo y de lo que no era suyo. 
Antes del amanecer Mauricio preparaba su viaje al fundo, él quería hacer guardia por varios días hasta que vuelva aparecer el camión y entonces enfrentar a los delincuentes. Nidia le rogaba a su esposo que tenga cuidado -no te expongas, por favor-.
-No te preocupes allá me espera Casimiro nuestro capataz, con él voy a organizar toda la acción-. Mauricio se despidió de su esposa y partió. Él no le avisó a Gervacio un día antes para que l acompañe y le preste  ayuda, pensó que era mejor no molestar a su amigo con el problema.

CONTINUARÁ        

lunes, 8 de junio de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Como todas las mañanas, Gervacio se despedía de Alida y del pequeño Sebastian, se sentía feliz con su nueva vida familiar en la ciudad de Zarumilla.
En un terreno de cultivo no muy lejos del pueblo, Gervacio preparaba su nuevo campo de investigación. 
Con su ayudante Máximo planificaba el desarrollo del trabajo.
Algunas mañanas, Mauricio pasaba por el lugar camino a su fundo para saludarlo. Esa mañana en especial era para hacerle una invitación.
-Gervacio buenos días- dijo al ver a su amigo -vengo a invitarte a un almuerzo en mi casa el día domingo, Alida también está invitada, los espero al medio día-
-Mauricio es alguna celebración especial o solo una reunión informal-. preguntó Gervacio.
-Es una reunión familiar para celebrar con los amigos- comentaba Mauricio mientras se despedía
-Bien estaremos puntuales el día domingo con Alida y Sebastian, gracias por la invitación- contestó.
En la noche cuando cenaba junto Alida, comentó sobre la invitación a la casa de Mauricio, ella estuvo de acuerdo y preguntó si la familia celebraba alguna fecha especial.
-No, no es una  celebración especial, solo una reunión de amigos para presentarnos a su familia-
La mañana de domingo amaneció con un sol brillante y el cielo claro, la familia se preparaba para asistir al almuerzo. Alida terminaba de vestir a Sebastian con un gracioso conjunto de marinero, ella lucía un vestido de un suave color amarillo de corte muy asentador. Gervacio tenía puesto un pantalón de vestir con camisa que hacía juego. Como presente para el almuerzo, la pareja llevaba dos botellas de vino. 
Al salir de la casa avisaron al guardián que ya regresaban y partieron con dirección a la casa de Mauricio. 
La casa de la familia Noble Arredondo quedaba frente a la plaza principal, tenía una fachada elegante y altos muros que la circundaban. Cuando llegaron tocaron la puerta, la primera en recibirlos fue Mariví  la hermana menor, luego se presentó doña Amanda, madre de Mauricio, era una señora muy fina. Agustín el otro hermano se presentó solo, él ya conocía a Gervacio. Al final de todas las presentaciones, vino Mauricio con su esposa Nidia que tenía cuatro meses de embarazo y dos niños Magdalena y Manuelito.
Mauricio presentó a toda su familia con Gervacio y Alida. La familia y los invitados pasaron a la terraza que a esa hora del día era el lugar más fresco de la casa. La mesa había sido decorada con un mantel de flores y sillas que hacían juego, jarrones de perfumadas lilas completaban la decoración y frente a un jardín bien cuidado los invitados tomaron asiento.
El almuerzo transcurrió en un ambiente alegre  de amena conversación. La comida era exquisita con platos típicos de la región y botellas de vino  para brindar por la nueva amistad. Nidia congenio rápidamente con Alida y conversaba con ella sobre su carrera de enfermera, pero lamentaba no poder trabajar en el hospital porque vivía muy lejos del centro médico, además de tener que cuidar a sus pequeños hijos. Alida noto en sus palabras cierto tono de frustración por no poder ejercer como enfermera. Mariví en cambio estaba feliz de  ser profesora y así se lo hacía saber a Alida. 
Doña Amanda preguntó -¿cómo habían llegado al pueblo ella y su esposo?- Alida contestaba todas las preguntas para satisfacer la curiosidad de sus nuevas amigas. Sebastian esa tarde fue un bebé modelo, se portó muy bien y sonreía a todos  cuando le hacían un cumplido. 
Gervacio, Mauricio y Agustín conversaban sobre los nuevos planes para invertir en el pueblo y de cómo había cambiado la ciudad.                    
El almuerzo fue una reunión tan agradable que los invitados se despedían casi cuando empezaba a oscurecer. En el camino Alida comentaba lo agradable que fue conocer a la familia Noble Arredondo.
A la semana siguiente de la reunión, Alida se enteró por la visita de Nidia que en pocos días abriría una feria con motivo de celebrar la fundación del pueblo. 
-La feria va a ser muy grande y diversa, sería bueno que vayas con Gervacio para que puedas conocerla-  comentaba Nidia para animarla,
Alida sintió curiosidad y quería ir a la feria. Cuando conversaba con Gervacio sobre la visita de Nidia, en la noche antes de ir a dormir, la novedad era la feria, quedaron en que juntos irían a visitarla. 
La feria había abierto sus puertas con gran expectativa del pueblo, Alida no podía más con su impaciencia, esa mañana decidió que iría a visitarla. Preparó a Sebastian le puso un gracioso enterizo con dibujos de pequeños asitos, ella se vistió con un vestido suelto y fresco de verano. Acomodo al bebé en su cochecito y salió con dirección a la feria que quedaba a solo cinco cuadras de la casa. 
Al llegar al lugar, la feria ya tenía bastante publico, había gente que caminaba por todos lados y en  cada puesto donde se vendían variedad de productos, desde objetos para el hogar, telas de variados colores y calidades, perfumes y todo lo que la imaginación podía desear.
Alida se detuvo en un puesto donde vendían hermosas telas, preguntó por algunas,  de pronto se acercó a ella lo suficiente, un hombre para decirle muy serio: -compramos bebés- Alida no hizo caso y quiso seguir su camino, el hombre le cerró el paso y repitió lo mismo, ella se dio cuenta que no estaba bromeando, retrocedió dio un giro y comenzó a caminar para buscar la salida.
Alida caminaba de prisa, sentía pasos detrás de ella, no quiso voltear, su gran temor era que quisiera  llevarse a Sebastian
El camino de regreso a la casa parecía estar a kilómetros de distancia, el corazón le latía con fuerza y la respiración era agitada, solo se sintió segura cuando atravesó el gran portón de entrada a la oficina, de ahí caminó hacía  la casa, abrió la puerta y encontró a Gervacio que acababa de llegar cinco minutos antes, Alida lo vio y se abrazó a él llorando.
-Qué pasa Alida? ¿qué te ha sucedido?- preguntó Gervacio varias veces preocupado, entonces ella le contó lo sucedido en la feria.
-Gervacio, ese hombre no estaba bromeando, sentí tanto miedo que se lleve a Sebastian-. 
-Calma Alida no ha pasado nada grave, pero quedamos en que iríamos junto a la feria ¿por qué no me esperaste?- Gervacio abrazaba a su esposa para calmarla. 
El resto de la semana Alida no quería salir de la casa, para distraerse un poco y olvidar el terrible incidente cuidaba del jardín, de las rosas, las violetas y no se separaba un segundo de Sebastian. Gervacio se daba cuenta que Alida estaba preocupada y se ponía nerviosa.
Cuando comentó este incidente con Mauricio, él muy amable los invitó a la casa de playa que tenía la familia: -con un paseo a la playa Alida se sentirá mejor y va a olvidar lo sucedido- decía Mauricio a su amigo.
Una mañana después de varios días del incidente de la feria, Alida escuchaba las noticias de una emisora local que decía: -la policía desbarata banda que se dedicaba al tráfico humano. En su poder se encontraron dos niños de meses y dos niños de dos años cada uno, los pequeños han sido llevados al hospital por presentar signos de deshidratacion y un alto grado de desnutrición-.                               
 
Alida quedó paralizada al escuchar la noticia, ese hombre no estaba bromeando, ella lo presentía.   
A la hora del almuerzo conversaba con Gervacio sobre la noticia. que había escuchado. 
-Ahora ya no debes preocuparte al salir a pasear, esa banda van estar muchos años en prisión-. contestó 
Gervacio y esperaba que su esposa se sienta más segura, pero ella todavía no podía superar su desagradable experiencia. 
-¡Alida! casi me olvido, Mauricio nos ha invitado a su casa de playa la próxima semana, tenemos que prepararnos-. 
Alida aceptó, un día de paseo, la compañía de sus amigas le vendría muy bien, cambiar de ambiente siempre era bueno. 
La invitación a la playa ya estaba en el calendario, Alida y Gervacio partían con Sebastian a la casa de playa de la familia Noble Arredondo. Llegaron temprano al lugar, Alida bajo del carro, estaba asombrada con la belleza abrumadora del paisaje. La playa de arena blanca estaba formada por el delta del río Tumbes. El mar turquesa, el cielo azul y un sol brillante en el cielo, ella dio unos pasos al mar, pequeñas olas venían a su encuentro, el agua era tibia y el horizonte parecía infinito. Si existía el paraíso, seguro esté paisaje debía tener.


CONTINUARÁ