Mientras Mauricio manejaba por la carretera al fundo, pensaba en como enfrentar este grave problema.
No quería correr riesgos pero llegado el momento no sabía aun cómo organizar la acción, ni que plan seguir.
No quería correr riesgos pero llegado el momento no sabía aun cómo organizar la acción, ni que plan seguir.
Casimiro el capataz lo iba apoyar y luego pensaría que más hacer.
Era temprano cuando llegó al fundo, el capataz se sorprendió con su presencia de madrugada, él aún ignoraba lo que iba a hacer su jefe.
-Señor Mauricio ¡buenos días! ¿usted tan temprano en el fundo?-. saludó Casimiro.
-¡Buenos días! quiero saber si hay alguna novedad con respecto al camión que merodea por aquí- contestó Mauricio preocupado y con voz grave.
-No hay ninguna novedad señor, desde la última vez que incursionaron en sus tierras no han vuelto aparecer, tal vez ya desistieron y no van a regresar- contestó Casimiro, señalando con dirección a la puerta de entrada.
-Te equivocas- contestó con impaciencia Mauricio -si se han llevado dos vacas, nada les impide que regresen por más, hasta no detener a esta gente, ellos van a seguir- luego preguntó por Dante el muchacho de los establos.
-Él esta trabajando en este momento en los establos, señor-.
-Llámalo de inmediato- ordenó Mauricio -tengo que hablar con los dos para planificar que vamos hacer para detener a estos hombres-.
Mauricio se fue caminando a la pequeña casa que había en el fundo y que servía también de oficina, mientras Casimiro corría a buscar a Dante. Sentado en su escritorio pensaba como hacer con el problema que era grave y que no se podía dejar sin resolver.
Minutos después se presentaron Casimiro y Dante, tocaron la puerta para avisar de su presencia, Mauricio los hizo pasar e indicó que tomen asiento para explicarles el plan a seguir.
Los tres harían guardia en diferentes puntos del fundo para estar atentos y avisar si veían aparecer el camión, juntos tomarían acción para detener a los delincuentes.
-Señor Mauricio, la policía debe estar presente, es peligroso, no sabemos a quienes nos vamos a enfrentar- agregó Casimiro para advertir sobre el peligro.
-No te preocupes vamos a tomar todas las precauciones de seguridad, pero es importante detenerlos. En cuanto a la policía estamos tan lejos de la ciudad, ellos no se van a dar tiempo para atender nuestra denuncia que ya ha sido puesta desde la semana pasada cuando se robaron la segunda vaca-. Contestó Mauricio, decidido a detener a los hombres que actuaban impunemente.
Mauricio señalo los puntos donde cada uno estaría para iniciar la vigilancia, habían pasado varios días desde el último robo y en cualquier momento podían aparecer. Cada hombre se situó en los puestos marcados, descansarían por turnos para no descuidar la vigilancia. El camión tenía que aparecer por el único camino que conducía directo al fundo.
Según indicaban los vecinos que vivían cerca, ellos habían visto el camión merodear por los alrededor cerca de las diez de la mañana.
El primer día de vigilancia, no sucedió nada, el segundo día tampoco había movimiento, Mauricio casi perdía la esperanza de poder sorprenderlos, pero al tercer día cuando eran cerca de las diez de la mañana, en el horizonte vieron aparecer el camión. Sigilosamente los ayudantes y Mauricio se juntaron para esperar y sorprender a los hombres que se acercaron confiados y bajaron del camión para escoger de un grupo de reses, cual se llevarían, fue en ese momento que Mauricio salió al paso para sorprenderlos diciendo en voz alta que se detengan, ellos serían apresados para ser llevados a la policía por denuncia de robo.
-Soy el dueño de este fundo y ustedes no tienen ningún derecho a estar en mis tierras y llevarse a uno de mis animales-. dijo esto con la autoridad de ser el dueño.
Con estas palabras, Mauricio no se dio cuenta que uno de los hombres estaban armados, éste sacó su arma y sin mediar palabra disparó contra Mauricio, cinco tiros que fueron mortales, él cayó al piso sin poder defenderse, Casimiro corrió a su lado para auxiliarlo, Dante estaba paralizado por el miedo.
Los delincuentes, subieron al camión para huir a toda velocidad por el camino que lleva a las montañas.
Los delincuentes, subieron al camión para huir a toda velocidad por el camino que lleva a las montañas.
Mauricio en el suelo trataba de hablar, pero no podía, Casimiro con la ayuda de Dante lo subieron a la camioneta, lo taparon con una manta para mantener el calor de su cuerpo y se lo llevaban a toda velocidad al pueblo.
El tiempo y la velocidad con la que se manejaba eran vitales para salvar a Mauricio, cuando llegaron hasta la puerta de la casa, Nidia sintió el sonido de las llantas de un carro que se detenía, pensó en su esposo y salió a recibirlo, Casimiro trató de detenerla:
-Señora, no por favor- fue en vano, ella preguntó por Mauricio y se desesperó al no verlo, se acercó a la camioneta, quitó la manta que tapaba el cuerpo sin vida de su esposo, dio un gritó desgarrador y cayó desmayada al piso.
Casimiro la tomó en sus brazos para llevarla a la casa, mientras Dante volvía a cubrir el cuerpo con la manta.
Casimiro recostó sobre uno de los mueble en la sala a Nidia y se percató con horror que comenzaba a sangrar, llamó a Dante para decirle que busque a la señorita Mariví, ella estaba en el colegio dictando sus clases, el muchacho salió corriendo para cumplir el encargo.
Con todo el ruido en la sala, doña Amanda salio de su habitación y se asustó al ver a Nidia que apenas podía reaccionar: -¿qué ha sucedido con mi nuera?-. preguntó, vio la desesperación en la cara de Casimiro y pensó lo peor, su hijo no estaba por ningún lado.
-Señora, la señora Nidia esta muy mal hay que atenderla ha comenzando a sangrar- decía Casimiro para advertir sobre su embarazo.
- Debemos llevarla pronto al hospital pero dime ¿donde está mi hijo?-. contestó la madre con nerviosismo.
Doña Amanda hablaba desesperada y preguntaba por su hijo, salió a la calle para buscarlo en la camioneta, entonces vio el cuerpo de Mauricio y colapso por los nervios, no puede ser, repetía. Casimiro no sabía como calmarla y a quien atender primero entre las dos mujeres.
Mariví apareció de pronto traída por Dante, ella vio a su madre en medio del dolor y el llanto de ver a su hijo sin vida. Mauricio había dejado de existir a los pocos minutos de los disparos.
La hija abrazó a su madre para que entre a la casa, ordenó a Casimiro traer el cuerpo de Mauricio a una de las habitaciones y acomodarlo con cuidado sobre la cama, luego ordenó a Dante buscar con urgencia a Agustín que se encontraba en las oficinas del grifo a la afueras del pueblo: -trae a mi hermano que venga pronto, es urgente- Dante salió corriendo de nuevo con el encargo de la señorita Mariví.
-Casimiro llama a Carmela para que se quede con mi madre mientras viene mi hermano, nosotros tenemos que llevar de emergencia a Nidia al hospital esta perdiendo sangre no podemos esperar Agustín. ¡Nos vamos en mi carro!-.
Cuando vino Carmela la señora de la cocina, Mariví le recomendó no separarse de su madre hasta que ella regrese: - Carmela cuídala ella esta muy delicada.-
Entre Casimiro y Mariví cargaron a Nidia que no tomaba conciencia de su estado y preguntaba por su esposo una y otra vez, estaba sufriendo un shock nervioso. En el carro Mariví apenas podía contenerla mientras Casimiro manejaba a todo velocidad por la carretera a Tumbes para llegar al hospital.
Agustín alarmado por las palabras de Dante llegó a su casa y vio una escena desgarradora, su madre no podía hablar junto al cuerpo de Mauricio y Carmela le traía agua de azahar para que tome y calme sus nervios. Agustín se estremeció al ver a su hermano en ese estado, sus lágrimas caían por sus mejillas, su querido hermano al que tanto amaba, respetaba y admiraba ya no estaba. Abrazó a su madre que lloraba junto a su hijo menor. Se quedaron abrazados y en silencio unos minutos.
-Madre ten fe, tu hijo está en un lugar mejor- Agustín decía estas palabras para tranquilizar a su madre.
Al rato, salió de la habitación y llamó a Dante, le pidió que éste le cuente con detalle como fueron los hechos. Acto seguido el muchacho le describió paso a paso lo sucedido desde el primer día que comenzó la vigilancia. Agustín escuchaba sin interrumpirlo se imaginaba la ira de Mauricio ante la injusticia sobre su propiedad.
Para empeorar la cosas, sabia que su hermana Mariví había llevado a Nidia al hospital en estado grave.
En el hospital Mariví internaba a Nidia de emergencia y bajo un shock nervioso, mientras se desesperaba por ver a su esposo. Su estado de salud era delicado, esto lo comprobó el doctor después de examinarla. Salió para hablar con Mariví: -la señora ha perdido su embarazo, la tenemos que intervenir, no hay otro camino, ¿que es lo que ha sucedido para que se encuentre así?-.
Marivi contó al doctor cual era la tragedia que vivía su familia y que la policía ya estaba al tanto de lo sucedido. Contestó que estaba de acuerdo con el doctor para intervenir a Nidia, si no había nada más que hacer. Lamentaba que su cuñada pierda el embarazo que estaba por cumplir los cinco meses.
Después de hablar con el doctor éste se fue a la sala de operaciones, Mariví llamó a Casimiro para decirle:
-Vaya usted a la central telefónica y llama a este número en la ciudad de Talara, es de la familia de Nidia cuéntales lo sucedido y que vengan urgente para estar a su lado, no puedo yo sola atender todo esto, sé que Agustín debe estar en la misma situación con mi madre.
Casimiro salió del hospital para cumplir el mandado y luego de una hora regresó: -señorita Mariví ya me comunique con la familia de Talara, su madre y una hermana de la señora, están saliendo de la ciudad en este momento.
-Señora, no por favor- fue en vano, ella preguntó por Mauricio y se desesperó al no verlo, se acercó a la camioneta, quitó la manta que tapaba el cuerpo sin vida de su esposo, dio un gritó desgarrador y cayó desmayada al piso.
Casimiro la tomó en sus brazos para llevarla a la casa, mientras Dante volvía a cubrir el cuerpo con la manta.
Casimiro recostó sobre uno de los mueble en la sala a Nidia y se percató con horror que comenzaba a sangrar, llamó a Dante para decirle que busque a la señorita Mariví, ella estaba en el colegio dictando sus clases, el muchacho salió corriendo para cumplir el encargo.
Con todo el ruido en la sala, doña Amanda salio de su habitación y se asustó al ver a Nidia que apenas podía reaccionar: -¿qué ha sucedido con mi nuera?-. preguntó, vio la desesperación en la cara de Casimiro y pensó lo peor, su hijo no estaba por ningún lado.
-Señora, la señora Nidia esta muy mal hay que atenderla ha comenzando a sangrar- decía Casimiro para advertir sobre su embarazo.
- Debemos llevarla pronto al hospital pero dime ¿donde está mi hijo?-. contestó la madre con nerviosismo.
Doña Amanda hablaba desesperada y preguntaba por su hijo, salió a la calle para buscarlo en la camioneta, entonces vio el cuerpo de Mauricio y colapso por los nervios, no puede ser, repetía. Casimiro no sabía como calmarla y a quien atender primero entre las dos mujeres.
Mariví apareció de pronto traída por Dante, ella vio a su madre en medio del dolor y el llanto de ver a su hijo sin vida. Mauricio había dejado de existir a los pocos minutos de los disparos.
La hija abrazó a su madre para que entre a la casa, ordenó a Casimiro traer el cuerpo de Mauricio a una de las habitaciones y acomodarlo con cuidado sobre la cama, luego ordenó a Dante buscar con urgencia a Agustín que se encontraba en las oficinas del grifo a la afueras del pueblo: -trae a mi hermano que venga pronto, es urgente- Dante salió corriendo de nuevo con el encargo de la señorita Mariví.
-Casimiro llama a Carmela para que se quede con mi madre mientras viene mi hermano, nosotros tenemos que llevar de emergencia a Nidia al hospital esta perdiendo sangre no podemos esperar Agustín. ¡Nos vamos en mi carro!-.
Cuando vino Carmela la señora de la cocina, Mariví le recomendó no separarse de su madre hasta que ella regrese: - Carmela cuídala ella esta muy delicada.-
Entre Casimiro y Mariví cargaron a Nidia que no tomaba conciencia de su estado y preguntaba por su esposo una y otra vez, estaba sufriendo un shock nervioso. En el carro Mariví apenas podía contenerla mientras Casimiro manejaba a todo velocidad por la carretera a Tumbes para llegar al hospital.
Agustín alarmado por las palabras de Dante llegó a su casa y vio una escena desgarradora, su madre no podía hablar junto al cuerpo de Mauricio y Carmela le traía agua de azahar para que tome y calme sus nervios. Agustín se estremeció al ver a su hermano en ese estado, sus lágrimas caían por sus mejillas, su querido hermano al que tanto amaba, respetaba y admiraba ya no estaba. Abrazó a su madre que lloraba junto a su hijo menor. Se quedaron abrazados y en silencio unos minutos.
-Madre ten fe, tu hijo está en un lugar mejor- Agustín decía estas palabras para tranquilizar a su madre.
Al rato, salió de la habitación y llamó a Dante, le pidió que éste le cuente con detalle como fueron los hechos. Acto seguido el muchacho le describió paso a paso lo sucedido desde el primer día que comenzó la vigilancia. Agustín escuchaba sin interrumpirlo se imaginaba la ira de Mauricio ante la injusticia sobre su propiedad.
Para empeorar la cosas, sabia que su hermana Mariví había llevado a Nidia al hospital en estado grave.
En el hospital Mariví internaba a Nidia de emergencia y bajo un shock nervioso, mientras se desesperaba por ver a su esposo. Su estado de salud era delicado, esto lo comprobó el doctor después de examinarla. Salió para hablar con Mariví: -la señora ha perdido su embarazo, la tenemos que intervenir, no hay otro camino, ¿que es lo que ha sucedido para que se encuentre así?-.
Marivi contó al doctor cual era la tragedia que vivía su familia y que la policía ya estaba al tanto de lo sucedido. Contestó que estaba de acuerdo con el doctor para intervenir a Nidia, si no había nada más que hacer. Lamentaba que su cuñada pierda el embarazo que estaba por cumplir los cinco meses.
Después de hablar con el doctor éste se fue a la sala de operaciones, Mariví llamó a Casimiro para decirle:
-Vaya usted a la central telefónica y llama a este número en la ciudad de Talara, es de la familia de Nidia cuéntales lo sucedido y que vengan urgente para estar a su lado, no puedo yo sola atender todo esto, sé que Agustín debe estar en la misma situación con mi madre.
Casimiro salió del hospital para cumplir el mandado y luego de una hora regresó: -señorita Mariví ya me comunique con la familia de Talara, su madre y una hermana de la señora, están saliendo de la ciudad en este momento.
-Muy bien Casimiro, ahora yo tengo que regresar a la casa para ver a mi mamá, tú no te muevas de aquí hasta que llegue la familia de Nidia y les informes lo que ha sucedido con ella, luego vienes a la casa para decirme cómo se encuentra su estado de salud-.
-Si señorita-. contestó Casimiro y se quedó en el hospital.
Mariví tomó su carro, manejaba de regreso por la carretera a Zarumilla, pensaba en su hermano y la terrible tragedia que estaban viviendo, tuvo que detenerse unos instantes al costado del camino para llorar desesperadamente por el amado hermano que había perdido.
CONTINUARÁ
-Si señorita-. contestó Casimiro y se quedó en el hospital.
Mariví tomó su carro, manejaba de regreso por la carretera a Zarumilla, pensaba en su hermano y la terrible tragedia que estaban viviendo, tuvo que detenerse unos instantes al costado del camino para llorar desesperadamente por el amado hermano que había perdido.
CONTINUARÁ
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