domingo, 5 de julio de 2020

ALIDA Y GERVACIO

Pasaron solo tres semanas desde que  el pueblo dio el ultimo adiós a Mauricio. La gente lamentaba su partida de una manera tan injusta.
El camión que entró  al fundo había desaparecido era como si se hubiera hecho humo y nadie en el campo podía dar alguna información al respecto. Los días transcurrían y todo seguía igual.
La policía pensaba que  el camión y sus ocupantes habían traspasado los límites de la provincia, se dirigían  hacia las montañas para ocultarse en algún lugar pero tarde o temprano los iban a encontrar. 
Agustín cuando visitaba a Gervacio, comentaba que no había ningún avance sobre el caso de su hermano, él se sentía tan desalentado: -tal vez nunca habrá justicia para mi hermano- decía con voz triste.  
Doña Amanda, su madre, comentaba en la casa: -nada de lo que la policía haga, va a devolverme a mi hijo-  ella no dejaba de extrañarlo y llorar por él.
Eran lamentables los hechos a pesar del esfuerzo que hacía la policía, cuanto tiempo pasaría para encontrar a los culpables, era imposible saberlo.
Una mañana muy temprano mientras organizaban el trabajo Gervacio y Máximo, éste decía: 
-Señor Gervacio, hoy día muy temprano mi padre se ha levantado preocupado, como usted sabe, él es un hombre de 92 años, tiene mucha experiencia en el campo, ha nacido y vivido toda su vida en estos parajes, los conoce como la palma de su mano, cuando él hace una advertencia siempre tiene razón. Antes del desayuno muy serio, me dijo: Máximo algo grave va a suceder, estoy seguro. Yo le pregunte porqué me decía esto y él contestó. Hijo los árboles en el campo han comenzado a florecer antes de tiempo, del suelo brotan como si fueran insectos pequeñas lagartijas que no se veían desde hace mucho tiempo, todo esto es extraño. La temperatura ha subido a niveles alarmantes, esta situación  me trae recuerdos no muy buenos de cuando era niño-. 
Gervacio no prestó mucha atención de lo que decía su ayudante, para él eran exageraciones de un hombre mayor.
Máximo volvió a insistir -tal vez usted piensa que son palabras sin sentido de un hombre anciano  que está delirando, pero yo le digo que mi padre no está equivocado, él sabe leer la naturaleza en el campo, además conversando con nuestro vecino que es pescador, dice que ellos también están preocupados porque en el mar han notado que cuando lanzan sus redes  pescan peces raros que antes no se veían  ¿qué va a pasar señor Gervacio?-. comentaba Máximo alarmado por las advertencias de su padre a las que le daba todo el crédito. 
Gervacio estaba tan absorto en su trabajo que mandó a Máximo a traer el cuaderno para tomar nota sobre los avances de su investigación y ya no escuchaba sus comentarios, solo le daba la razón en cuanto a la temperatura del ambiente. El calor era tan  agobiante cada día que a partir de las diez de la mañana, era imposible concentrarse en el trabajo a campo abierto.  
Alida en la casa también sufría las molestia de las altas temperaturas, se vestía con ropa fresca pero aun así seguía sintiendo las molestias del calor, se preocupaba por Sebastian, que tome mucho líquido para que no se deshidrate y ella hacía lo mismo. 
Salió un instante al jardín con su hijo para tomar aire fresco y como si fuera una aparición, vio que Nidia se acercaba, estaba más delgada, un poco  demacrada y tenía una expresión de tristeza en el rostro.
Nidia se acercó para saludar Alida: -¿cómo estás?- preguntó  -yo recién he llegado de viaje de la casa de mi familia-. 
Alida se sentía feliz de ver a su amiga después de los terribles acontecimientos, ella lamentaba toda la tragedia por la que había pasado Nidia.  La invitó a tomar asiento en el porche, lugar que era mas fresco. Le trajo una limonada fría para que se refresque. 
Alida no se atrevía a preguntar nada con respecto a Mauricio, pensó que eso le haría daño, si solo habían pasado tres semanas,  pero fue Nidia quien sola comenzó contarle lo que sentía con respecto a su tragedia:
-Alida no te imaginas lo que estoy viviendo, en las noches no puedo dormir, tengo pesadillas donde veo a Mauricio y al hijo que perdí, me despierto llorando y nada parece consolarme. El doctor me ha recetado fuertes calmantes para los nervios y aún así no puedo dormir. Sufro de estados depresivos y he guardado las fotos de Mauricio para no llorar sin consuelo cuando las veo. Mi madre me dice lo que yo estoy viviendo, solo el tiempo puede curarlo-.    
Nidia se quedó en silencio y miraba a Sebastian que estaba en su cochecito, se acercó, lo cargo en sus brazos y comentó -este bebe está muy lindo,  a mi hijo le faltaban solo unas semanas para nacer-.
Alida trató de consolar a su amiga pero se dio cuenta que a ella le hacía bien hablar y desahogar lo que estaba sintiendo. 
- Ahora tengo que pensar en mis hijos, ellos preguntan por su padre y ya le hemos explicado lo que ha pasado con él, felizmente Mariví me ayuda mucho a lidiar con eso, aunque ella no tiene  tiempo con el trabajo de la escuela y la administración del grifo. Agustín y Mariví esta haciendo un trabajo excelentes ocupándose de todo. Lo único perturbador es que Agustín va con un arma al fundo y eso le preocupa Amanda, ella esta sufriendo, no te imaginas cómo se siente. Yo la apoyo pero es inconsolable. Después de lo sucedido a Mauricio pensé irme del todo a mi casa en Talara, pero Amanda me suplicó que no me lleve a sus nietos que son lo único que le queda de su hijo- Nidia comentaba esto con Alida y agradecía a su amiga que la escuche.
El resto de la tarde conversaron de todos los acontecimientos y de planes sobre el futuro que Nidia pensaba realizar, no sabía cuando, pero al menos esa esperanza la mantenía viva. 
Mientras las amigas se despedían, Alida comentó: -cuando desees puedes venir a visitarme, las puertas  de mi casa están abiertas y podemos conversar. 
En la noche Alida comentaba con Gervacio sobre la visita de Nidia y lo que estaba viviendo ella y la familia, Sebastian dormía  y el silencio del entorno era acogedor.
-Alida, lo que más me preocupa es que Agustín va armado al fundo, él es un poco impulsivo, tal vez no se controle si ocurre algún episodio grave como el ocurrido a su hermano. Es cierto que debe tener cuidado, pero llegado el momento puede suceder algo grave-. terminó por decir Gervacio.
-Esperemos que no sea así, debemos confiar en nuestro amigo para que tenga calma, sería una tragedia sin nombre  para la familia,la perdida de otro hijo-. 
Los días se sucedían uno a uno sin grandes novedades,  solo se realizaba el trabajo diario pero una noche después de un día agobiante de sol pleno, se desató una tormenta que azotaba el pueblo y el campo sin tregua.
Alida y Gervacio estaban impactados con el espectáculo que les brindaba la naturaleza, nunca habían presenciado algo así. Los rayos y truenos parecían estallar en el cielo y la lluvia torrencial caía con fuerza. Esa noche llovió por varias horas, Gervacio pensaba que era una lluvia de estación y dejó de preocuparse más del asunto.
Al día siguiente después de la noche de tormenta.  Gervacio visitó el terreno donde hacía sus pruebas vio que la lluvia había destruido los avances de su investigación, más de la mitad del terreno estaba estropeado, era necesario comenzar de nuevo el trabajo, todo lo avanzado se perdió.        
Máximo llegó al terreno se quedó sin palabras mientras observaba a su  alrededor el desastre que había ocasionado la lluvia, muy serio dijo:
-Señor Gervacio tenemos que comenzar todo de nuevo, se ha malogrado la investigación de cada cultivo-  luego iba agregar algo más pero Gervacio lo hizo guardar silencio.
-No quiero que me digas nada de lo que tu padre dice, no estoy de humor para escuchar palabras pesimistas-. 
Máximo no habló en toda la mañana, se dio cuenta que su jefe estaba de muy mal humor.  Junto a Gervacio volvió a planificar el trabajo.
Después de un largo día de remover en la tierra todo el trabajo  perdido  y de sufrir las altas temperaturas de calor, esa misma noche se volvió a desatar una tormenta, ésta  parecía más fuerte que la de noche anterior. Gervacio se levantó de la cama, se asomó por la ventana,  comenzó a pensar que el padre de Máximo tenía razón, algo grave estaba por suceder y ese era solo el comienzo.

CONTINUARÁ  

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