domingo, 25 de abril de 2021

PRIMAVERA DE 1900

Tres días después de su última conversación, Ralph le pedía a su amigo conversar con él. Guillermo aceptó y después de cenar, Ralph sacó una botella de vino, dos copas para brindar e iniciar la conversación.
-Mi estimado amigo- decía mientras servía el vino en las copas -desde hace unos días quería conversar contigo pero no he tenido tiempo. Una semana completa los dos  hemos trabajado demasiado, además yo salía tarde en la noche.
-Si, me di cuenta de tus salidas a la media noche y créeme estaba preocupado, pensé que algo te pasaba- comentó Guillermo.
-No te preocupes, todo está bien, solo asistía a unas partidas de póker con un grupo de amigos, pero eso se terminó porque si te descuidas puedes perder hasta la camisa en el juego. Ellos apuestan grandes sumas de dinero que yo ya no podía darme el lujo de apostar. Te puedo confesar que hubo un par de veces que gané y eso me entusiasmó-. decía Ralph y levantaba su copa para brindar con Guillermo.
Unos segundos después de saborear el exquisito vino, Ralph habló: -Guillermo el motivo principal de esta conversación va más allá de mis salidas a jugar póker. Lo que voy a decir es muy serio y lo he pensado varias veces antes de decidirme- pasaron unos segundos para escoger las palabras y agregó  -Voy a renunciar a mi trabajo y proponerte a ti para mi puesto, estoy seguro que el señor Fischer aceptará mi propuesta, él está muy contento con el trabajo que haces en el almacén y el método práctico y profesional para manejarlo  todo-.
Guillermo interrumpió las palabras de su amigo: -no puede ser Ralph, vas a renunciar a un buen trabajo, lo has pensado bien, el señor Fischer confía mucho en ti.
-Si, lo sé y lo he pensado muy bien todos estos días. Guillermo tengo una oferta de trabajo que para mi es ideal, me han propuesto administrar una plantación de café en la selva de San Ramon-.
-Tú no conoces nada de café y además no sabes como es ese lugar- señaló Guillermo ante las palabras de su amigo, él pensaba que era una locura su decisión 
-Todo se aprende en esta vida, yo voy a dirigir la plantación. Allá hay un capataz que se encarga del cultivo- puntualizó Ralph
Por esos días, se comenzaban a instalar en la selva central plantaciones de cultivo café que adquirían cada día gran demanda en el mercado internacional. 
-Ralph permíteme insistir, vas a renunciar a un trabajo que  conoces como funciona el sistema- con estas palabras quería convencer a su amigo que desista de la decisión.
-Guillermo tú me conoces, yo soy una persona que no puede estar mucho tiempo en el mismo sitio, para mí es la oportunidad ideal de conocer otros lugares, me han hablado tanto de este pueblo que dicen es muy bonito y todavía casi virgen. La próxima semana hablaré con el señor Fischer, él se va a sorprender pero creo que aceptará- contestó Ralph seguro de lo que iba a hacer. Ya no había marcha atrás, lo que diga Guillermo no lo haría cambiar de opinión. 
-Nos conocemos desde hace mucho tiempo y sé que cuando tomas una decisión no hay quien te haga cambiar, solo te pido, piénsalo de nuevo todas las veces que sea posible, pesa los pro y los contra- terminó de decir Guillermo, no quería con sus palabras ser pesado para su amigo.
Como había prometido Ralph al final de la siguiente semana habló con el señor Fischer, éste lamentó la decisión y trató de convencerlo de cambiar de idea pero él ya había aceptado la otra propuesta y se disculpó con su jefe: -lo siento señor Fischer pero mi decisión es firme, quiero agradecer a usted la oportunidad que me dio de trabajar en la empresa, estos cuatro años han sido de un constante aprendizaje y su consideración nunca la voy a olvidar, deseo más bien proponer en mi puesto a Guillermo, él a demostrado ser una persona eficiente y muy profesional, sé que usted esta contento con su trabajo-. 
Otto Fischer había venido observando el trabajo de Guillermo y se dio cuenta que era un buen elemento y como decía Ralph muy competente y trabajador: -Si, es una buena propuesta, la  tomaré en cuenta. Solo quiero decirte esto, tienes dos días para pensar bien lo que vas hacer, si en ese lapso de tiempo no cambias de idea yo tomaré en serio tu renuncia y te puedes ir en paz-. comentó Otto Fischer  para dejar que piense un poco más, en el paso que iba a dar.
Ralph se mantuvo firme y no cambió de idea, su pasión por la aventura de conocer un lugar distinto y exótico de la selva, lo llevaba a decidir su nuevo destino. Su renuncia fue aceptada y se marchó tranquilo con la ilusión de un nuevo viaje.
Ralph le propuso a Guillermo ir con él pero su amigo no aceptó. Él no tenía tanta sed de aventura como Ralph -sé porque lo haces, hay una persona que te detiene, no te culpo es una joven encantadora- comentó sonriendo.
Unos días antes de partir Ralph le dejó a Guillermo el departamento -ahora tu eres el responsable de todo esto, yo ya hablé con el dueño y  aceptó. Ha sido una buena experiencia vivir en la ciudad, ahora debo partir, te deseo todo lo mejor amigo y espero en el futuro volvernos a encontrar, supongo que vendré a la capital de vez en cuando. Esta es mi dirección, me olvidé comentarte, aquí tengo la dirección de Frank te acuerdas de él, estudió con nosotros en el Liceo, a veces me preguntaba por ti, escríbele cuando tengas tiempo-.
-Ralph, gracias por todo, deseo que te vaya muy bien, en serio-. comentó Guillermo y ambos amigos se dieron un abrazo por última vez, Ralph partió a su viaje lleno de ilusión por todo lo nuevo que iba  a encontrar.
Guillermo al quedar solo caminó por todo el departamento, había vivido con su amigo cerca de cuatro meses y parecía una eternidad, sintió que lo iba a extrañar. En sus manos tenía la dirección de dos amigos que se conocían desde de la niñez que pequeño era el mundo, pensó. Leyó la dirección de Frank Wenders, él estaba viviendo y trabajaba al norte de Chile en Antofagasta. Si, en algún momento le escribiría quería saber sobre su vida. 
Otto Fischer habló con Guillermo unos días después de la partida de Ralph, le dio su puesto, además de seguir al frente de los almacenes. 
-Espero, todo funcione como un reloj Guillermo, confió en tu capacidad- dijo estas palabras  para animar a su empleado.
Otto Fischer lo había promocionado y doblado el sueldo. Guillermo se sentía doblemente comprometido con su jefe y la empresa. 
Su romance con Emiliana continuaba cada día mejor y algunas veces cuando la visitaba solía llevarle deliciosos chocolates en forma de corazones, ella feliz abría la caja y probaba los chocolates rellenos de manjar. 
A Emiliana lo que más le divertía era que Guillermo aun no conjugaba bien los verbos en español y él reía cuando le enseñaba alguna palabra en alemán y ella no podía pronunciarla. Ambos jugaban divertidos juegos de palabras y reían con los errores. 
Aníbal y Octavia se sentían felices con el compromiso de su hija e invitaban a Guillermo todos los domingos almorzar, en el comedor se platicaba de diferentes temas y se vivía un momento familiar. 
Después los enamorados salían a pasear y disfrutar de algún dulce, a veces los acompañaba Rubí y otras veces salían solos. 
La niña desde que vio al aparecido no quería ir a jugar al huerto, se quedaba al lado de su madrina, Octavia le comentaba que no debía tener miedo pero no insistía demasiado, era mejor que Rubí olvide aquella experiencia. En cambio  a la pequeña le gustaba la caja de música de su madrina y al igual que Octavia de niña, se quedaba extasiada cuando escuchaba la melodía, ella recordaba los abrazos de su madre y los besos que le daba en la frente.     
El otoño había llegado a la ciudad, cada tarde se sentían cada vez más los vientos fríos que soplaban del sur, los días amanecían con un cielo gris, pronto el invierno estaría tocando la puerta. 
Manuel regresó al colegio para continuar sus estudios y Emiliana continuaba de voluntaria en el hospital. Aníbal cada tanto viajaba al fundo para controlar el manejo de todo, la plata que se invertía debía ser bien administrada, no podía confiar del todo en su hermano menor y a su hermana no debía dejarle todo el trabajo.
Las Damas del Patronato se reunían en casa de Octavia para iniciar las actividades y obras de bien social, sus vacaciones de verano habian terminado, la vida parecía tomar su rumbo y el tiempo se deslizaba en el calendario sin detenerse.
Octavia recibía las cartas de Petra que dirigía a todas las Damas y las leía en las reuniones. Ella comentaba en su última carta que ya estaban trabajando en París en un nuevo negocio junto a Pier, parecía que todo marchaba bien en su vida y eso alegraba a todas. 
Ana Luisa presentó a la nueva amiga que quería formar parte del grupo, su nombre era Angelina, con Octavia ya había conversado sobre esto y ella le dijo que la presente en la siguiente reunion.  Todas al verla le hacían preguntas no por curiosidad si no para conocerla mejor.    
      
Hortensia no asistió a esa reunion pero al día siguiente visitó a Octavia en su casa, ella venía a despedirse junto con su esposo habían tomado la decisión de mudarse al norte, a la ciudad de Paita al lado de su hermana.
-Octavia, no vine ayer porque prefería hablar contigo a solas, para que les cuentes después a todas nuestras amigas y me despidas de ellas. No quería que me hagan preguntas yo no estoy en condiciones de responder ningún cuestionamiento-.
-Pero Hortensia ¿Por qué la mudanza al norte?, sé que es difícil para ti lo sucedido con Rosalina pero debes seguir adelante. Qué sucede con las queridas amigas que se van, primero fue Blanca mi prima, después Petra y ahora tú, no alcanzo a comprender-.
-Cada una de nosotras tenemos motivos diferentes pero todas nos vamos para vivir tranquilas o buscar otro destino, es así la vida querida Octavia. Rosalina en ningún momento se acercado a nosotros y ya ha pasado mucho tiempo desde su boda-.
Era demasiado el tiempo que transcurrió desde la boda y era verdad, Rosalina tomó distancia de sus padres.
-Despídeme de todas por favor, que me disculpen por no decirles adiós personalmente, tú me comprendes Octavia-.
Hortensia se puso de pie para despedirse y no pudo contener las lágrimas, su vida había cambiado y ya no tenía muchas alegrías: -no voy a conocer a mis nietos, los hijos de Rosalina y eso me hace sufrir-.
-Calma Hortensia, toma asiento para que te serenes, voy a pedir a Ondina que traiga un vaso con agua de azahares para que tomes-.
Hortensia volvió a sentarse y tomó el vaso que le ofrecía Octavia, respiró despacio para recobrar la calma, ella mas tranquila se despidió de su amiga y salió de la casa, mientras caminaba por la calle del Naranjo, el aire frío de la tarde la hizo estremecer, seguro el invierno ya estaba cerca pero ella para ese entonces estaría viviendo en Paita disfrutando del pleno sol. 


CONTINUARÁ     
   
 
                    


 

domingo, 18 de abril de 2021

PRIMAVERA DE 1900

Quinto López del Águila no se había quedado tranquilo con las palabras de su hermano Fausto de no entrar al negocio de la compra de algodón. 
Él estaba seguro de que si se iniciaba en el negocio tendrían éxito pero antes de hacer algo al respecto tenía que informarse a fondo de todo lo que era el comercio de algodón. 
Pensó en alguien que conozca ese mundo y que además sea una persona confiable, de inmediato vino a su mente Aníbal, él conocía ese negocio y además poseía un fundo de cultivo de algodón. Por ahora sabía que estaba de viaje, pero a su regreso iría a visitarlo para conversar e informarse de todo con respecto al comercio de dicho cultivo, por el momento era mejor esperar. 
Rosalina veía con cierta preocupación que su esposo pensaba entrar en el negocio que Fausto su hermano le advirtió que espere, porque  no era el momento para ello. Quinto quería arriesgarse y no quería escuchar las palabras de Fausto.
Aníbal tardaría en regresar a la capital dos semanas. Octavia quería que de su esposo encuentre los arreglos de la casa terminados, ella sabía que él se incomodaba con tanto movimiento. Escaleras, pinturas y demás materiales estaban regados por todas partes y en el patio el maestro del tapiz casi terminaba de forrar los muebles que estaban quedando como nuevos y recién salidos de la tienda. No, no se arrepentía de hacer estos cambios, el resultado final lo valía.
Acompañada por Ondina, Octavia entró al cobertizo para sacar algunos muebles que quería arreglar y pintar para volverlos a la vida, eran dos consolas y una cómoda.
-Ondina vamos a mover esta mesa para que el maestro pueda ver las consolas- ordenó Octavia y al girar para mover el mueble sobre una repisa que estaba escondida encontró la caja de música de su madre, que recuerdos tan queridos de su niñez le traía aquella caja.  Su madre le daba cuerda para que la pequeña Octavia se duerma escuchando la hermosa melodía. 
-No puede ser, como fue a parar aquí esta hermosa caja, yo la busque por tanto tiempo y aquí estaba pérdida entre tantos muebles- decía con sorpresa al encontrar tan bello objeto que traía recuerdos de su niñez, se acordaba de las noches en las que  su madre la abrigaba en la cama y escuchaba la melodía que salía de la caja. Con una franela limpió y abrió la tapa en su interior estaba forrada con terciopelo rojo y tenía pegado un pequeño espejo, su madre le contó que esa caja había pertenecido a su madre -ahora es mía y algún día Octavia, será tuya también- lo que no podía recordar es en que momento fue a para al cobertizo y porque estaba ahí, se llenaba de alegría al saber que la había rescatado del olvido y que volvería a escuchar la suave melodía. 
-Vamos Ondina terminemos de hacer esto para llamar al maestro y que trabaje con estos muebles, las consolas quiero donarlas al convento de las religiosas, ellas siempre están necesitando muebles y la cómoda ira al cuarto de huéspedes-.
Con Ondina llamó al maestro y le pidió el arreglo de esos muebles: -si señora, ya estoy terminando con los sillones y estos muebles van hacer los siguientes-.
-Bien maestro todo debe quedar en perfectas condiciones- contestó Octavia mientras caminaba a su habitación para poner la caja musical sobre su cómoda y comentar después con sus hijos y esposo los queridos  recuerdos que le traía tan bello objeto.
Los días pasaron tan rápido que sin darse cuenta se cumplieron las dos semanas, una mañana se escuchó la voz de Aníbal cuando estaba de regreso y entró a la sala:
-¡Dios mío!- exclamó -esta es mi casa, o me equivocado, Manuel fíjate en la puerta si es el número de nuestra casa- habló con tanto entusiasmo y asombro.
-Padre, claro que es nuestra casa, solo que se ve más elegante con los cambios que mi madre ha realizado- contestó Manuel igual de sorprendido que su padre.
-Octavia, ¿Dónde estas Octavia?- y la buscaba por todos lados para felicitarla.
-Aníbal aquí estoy, no hay que gritar-.
-No grito, solo me siento feliz de ver lo bien que ha quedado todo, no puedo creerlo-.
-Espera a que veas la otra sala y el comedor están igual de bien que esta sala-. contestó Octavia mientras llevaba a su esposo e hijo a los otros ambientes.
-Si, es verdad todo se ve tan decorado, los colores de la pintura le ha dado nueva vida a las paredes- decía Aníbal mientras examinaba todo al detalle.
-Padre- saludaba Emiliana y decía -has visto los muebles como han quedado  parecen recién salidos de la tienda-.
-Si todo luce perfecto, tenías razón Octavia, la casa necesitaba arreglos y ha quedado perfecta-.
-Gracias por todos los halagos pero los maestros han sido unos artistas trabajando cada uno en lo suyo. 
-Si si- decía Aníbal -pero tú eres la autora intelectual de todo esto-. comentó Aníbal para felicitar a su esposa que sonreía por lo bien que  habían quedado los ambientes.
El descanso era necesario después de un viaje largo y cansado, Aníbal se baño y cambió de ropa, luego comentaba con su esposa reunidos en el salón: -cuando entre a la ciudad, vi que los trabajos del tranvía continúan y ya han abierto la zanjas para la nueva avenida del Paseo Colón, todo esto es bueno para la ciudad, se necesita avanzar y tener las obras terminadas pronto. Para el resto del país tenemos que construir nuevos caminos y unir las provincias, es un dilema viajar al interior. Estamos en un nuevo siglo Octavia, tenemos que ir adelante con la modernidad y los cambios no podemos detenernos, el progreso y el desarrollo son ahora- comentaba Aníbal con entusiasmo sobre las nuevas obras.
-Es importante pensar en construir caminos y en el progreso del país,  para que la gente pueda tener una mejor vida- terminó de decir Octavia.
Un día después del regreso de Aníbal, Quinto se presentaba en la casa para conversar con él, realmente tenía urgencia de saber todo lo concerniente al negocio del algodón.
Rosalina le había advertido que era muy pronto su visita pero el contestó: -tengo que conversar con Aníbal no puedo esperar más-. salió tan rápido que su esposa no pudo detenerlo.
Para la familia fue una sorpresa que Quinto visite la casa y pida conversar con Aníbal de ser  posible, se disculpó si su presencia era inoportuna. 
-Quinto, buenas tardes- dijo Aníbal al entrar en la sala -a que debo la sorpresa de tu presencia-.
-Señor Aníbal espero no ser molesto al venir a su casa, pero tenía que conversar con usted que conoce tan  bien el negocio del algodón y es una persona seria para hablar de este tema-. 
Luego Quinto pasó a explicar cuales eran sus intenciones de entrar al negocio, quería conocer todo sobre ese mundo y las oportunidades de éxito que podía tener.
Primero Aníbal lo escuchó atento y desde el comienzo fue muy claro con él sobre los pormenores del comercio y los inconvenientes con los que se podía encontrar: 
-Quinto debes tener un buen capital si quieres competir con los grandes compradores de este comercio, además debo decir que el precio del algodón fluctúa según el mercado internacional, si haces un mal movimiento puedes irte de bruces y perder todo tu capital. Nuestro algodón tiene una ventaja es de una fibra fina, excelente y de gran demanda, pero aún así esta sujeto al mercado. Yo te digo esto,  si quieres comenzar en el negocio debes ir con cuidado y con pies de plomo de lo contrario tu capital se puede hacer humo-.
Quinto tomaba en cuenta los comentarios de Aníbal y le preguntaba los detalles del mismo. Tal vez era mejor esperar hasta el próximo año para juntar más capital, no estaba ya muy seguro de este negocio.
Aníbal no quería asustarlo pero era su deber advertirle los detalles y situaciones del asunto, no hacerlo sería grave para alguien que recién comienza en ese negocio. Pidió a Ondina que traiga un vino y dos copas para invitar a Quinto que estaba nervioso y deseaba ganar un espacio en este comercio que podía ser bueno, pero también podía ser esquivo con el éxito.
Los dos caballeros pasaron el resto de la tarde conversando de otros temas además del algodón, cada uno tenía sus propias impresiones de las obras en la ciudad y de la tranquilidad que se respiraba después de tanta protesta por una causa que a la gran mayoría les parecía justa.
Quinto brindaba por las nuevas oportunidades que se podían presentar y Aníbal brindaba por la salud de todos. 
Mas tarde cuando Quinto se retiraba, se despidió de Aníbal agradeciendo sus comentarios y advertencias. 
Antes de dormir en su habitación, Aníbal conversaba con Octavia sobre la visita de Quinto y lo interesado que estaba en el comercio de algodón:  -él quiere ganar dinero con el negocio,  cree que es fácil pero puede hacer una mala inversión y tener pérdidas si no va con cuidado, yo le he advertido lo bueno y lo malo, ya él debe decidir que hacer o no hacer-.
Octavia se cepillaba el cabello frente al espejo e iba ha contestar cuando se dio cuenta que su esposo se había quedado profundamente dormido.  
El domingo como ya se había hecho costumbre, Guillermo fue invitado almorzar a la casa, Emiliana lo recibió y él se percato de lo bien que habían quedado los trabajos de renovación: -todo se ve tan bien decorado, es una gran sorpresa-. decía y admiraba el trabajo a su alrededor.
-Parece otra casa, mi madre escogió los colores y tapices- comentaba Emiliana y señalaba los muebles.
Almorzaron juntos toda la familia, la conversación fue amena y entretenida, después Guillermo invitó a Emiliana a salir de paseo y a comer helados en la fuente de soda, muy famosa del centro de la ciudad. Ella aceptó feliz y se puso  un bonito vestido y un sombrerito haciendo juego,  con ellos iba también Rubí que estaba feliz de acompañarlos a comer helados. 
Ella lucía un gracioso vestido de domingo y un sombrerito igual al de Emiliana.
En el camino Guillermo comentó: 
-A la fuente de soda va llegar mi amigo Ralph, él quiere conocerte y yo le pedí que nos encuentre en ese lugar ¿estás de acuerdo?-.
-Si, no hay problema- contestó pero en el fondo se sentía nerviosa de conocer al amigo de Guillermo, él le había hablado de Ralph y su amistad desde que eran pequeños y estudiaban juntos en el mismo colegio.
Ralph llegó puntual a la cita, Guillermo presentó a Emiliana y a la pequeña Rubí que estaba atenta a su helado para que éste no se derrita. Conversaron mientras saboreaban los deliciosos  helados: 
-Guillermo- decía Ralph -debo felicitarte, tu novia es una agradable persona, además de ser muy linda y Rubí es una niña muy graciosa y educada-  Emiliana agradeció el cumplido y Rubí sonreía con los halagos. Ralph era un caballero y no podía dejar de alabar a las damas que tenía a su lado.
Guillermo llegó un poco tarde al departamento que compartía con su amigo, ya había cenado en casa de Emiliana y se había despedido de ella después de pasar una tarde tan agradable a su lado. 
Los dos amigos conversaron un largo rato sobre las buenas impresiones de Ralph con respecto a la novia de Guillermo. El reloj daban las once cuando se despidieron para ir dormir, al cabo de una hora cerca de la media noche, la puerta de la calle se abría, era Ralph que salía de nuevo. Guillermo se preguntó preocupado ¿a donde iba a esas horas? era la cuarta noche que observaba lo mismo, ¿tenía su amigo una actividad secreta que no quería que Guillermo sepa?. Él no deseaba intervenir en su vida privada, si Ralph no decía nada, entonces era mejor respetar su decisión  y no hacer comentario alguno. 

CONTINUARÁ 
  
   
               


 

domingo, 11 de abril de 2021

PRIMAVERA DE 1900

Emiliana y Guillermo se habían comprometido, ambos querian vivir el sentimiento que los unía. Guillermo conversaba  y trataba de controlarse, tenía muchas emociones en su interior. Una hora más tarde se despedía y antes de salir dijo: -Emiliana quieres que hable con tus padres sobre nuestro compromiso-.
-No es necesario Guillermo, yo voy hablar con ellos y mañana te cuento cual fue su reacción-.
-De acuerdo querida, entonces mañana nos vemos como siempre, en la tarde-.
Besó sus manos y se fue, Emiliana se encontraba muy emocionada, nunca imaginó que Guillermo sentía lo mismo que ella. Ahora debía serenarse para hablar con su madre, a ella le pediría ayuda para después conversar con su padre.
-Madre aquí estás- dijo Emiliana, en su habitación Octavia ordenaba algunas de sus blusas -puedo hablar contigo, debes escucharme por favor-.
-Que sucede Emiliana porque esa voz de preocupación, ¿algo te molesta?- contestó Octavia y se sentó en la cama al lado de su hija-.
-Mamá necesito decirte algo que es muy serio, Guillermo y yo estamos juntos, es decir estamos enamorados. Él me ha confesado lo que siente por mí y yo siento lo mismo por él-.
Octavia no se sorprendió demasiado con la confesión de su hija, algo intuía, pero no quería admitirlo. Su niña había crecido y su corazón sentía los primeros llamados del amor.
-Emiliana estás segura de tus sentimientos, siempre hablabas de Guillermo como un amigo y ahora eso ha cambiado-.
-Si madre, ahora es diferente y necesito que me ayudes para hablar con mi padre, no sé como va a reaccionar-. contestó Emiliana con el temor de que su padre no quiera que Guillermo entre más en la casa.
-Hija, primero deja que yo hable con él, es importante saber escoger las palabras, tu padre es muy sensible con todo lo que tiene que ver con sus hijos-. comentó Octavia y ya podía ver la reacción de su esposo.
-Está bien madre, yo voy a mi habitación para que tu puedas hablar con él- contestó.
Emiliana entró en su cuarto y cerró la puerta, sentía que la emoción la consumían y su corazón no dejaba de latir con fuerza: -Guillermo sentía lo mismo que ella, era un día feliz-  decía en voz baja.
En su habitación Octavia se quedó a solas un instante, quería pensar, su hija tenía un novio, era un sentimiento extraño saber que Emiliana  ya era una joven y  no una niña. El tiempo había pasado muy rápido y ella apenas se  dio cuenta. 
Buscó a su esposo en el salón del escritorio, él estaba terminando de revisar unos documentos relacionados al fundo: -Octavia creo que la próxima semana debo viajar de nuevo- comentó distraído. 
-Aníbal puedo hablar contigo o estás muy ocupado- ella espero su respuesta.
-Por supuesto querida, podemos hablar que sucede, ¿es algo urgente?- dejó de leer los documentos y puso toda su atención.
-Se trata de Emiliana y Guillermo, están enamorados, quieren nuestro permiso para salir juntos y comprometerse-.
Aníbal se puso de pie, algo presentía desde hace un tiempo, no en vano era un hombre de experiencia y veía a Guillermo demasiado interesado en su hija: -no sé que decir Octavia, yo hubiera preferido que nunca suceda esto, sé lo que vas a decir, pero es lo que siento. Mi niña ha crecido y ahora hay un joven interesado en ella. ¿Cómo paso aquello?, porque no sigue con sus quehaceres cotidianos sin pensar en  compromiso alguno- contestó afligido.
-Aníbal solo están saliendo juntos, esa es una primera etapa, tú sabes que todavía falta mucho para hablar de algo más serio-. contestó Octavia y vio que su esposo no lo tomaba muy bien como hubiera sido normal. Aníbal en el fondo se preocupaba por Emiliana y su futuro como cualquier padre.
-Octavia porque no encerramos a nuestra hija en su habitación por unos diez años, ¿no te parece?- decía esto con una ligera sonrisa en los labios.
-Aníbal sé que estas bromeando y que estás de acuerdo conmigo en dar el permiso para que nuestra hija nos presente a su novio-.
-Y si digo que no, qué puede suceder, Octavia-.
-Romperías el corazón de tu hija, ella esta muy ilusionada con Guillermo, dejemos que el tiempo decida, ¿no te parece?, ellos son jóvenes y tienen un camino por andar-. señaló Octavia para que su esposo acepte y de su consentimiento.
En la tarde del día siguiente Guillermo estaba nervioso en la sala, Emiliana le había comentado que sus padres habían dado su permiso y que ahora lo iba a presentar como su novio.
A los pocos minutos sus padres y Emiliana entraron en la sala, Guillermo se puso de pie la presentación fue breve: -padre, madre... quiero presentarles a mi novio-.
Aníbal miraba muy serio a Guillermo y Octavia apenas podía sonreír, había tensión en el ambiente y sintió temor de que Aníbal diga alguna palabra  fuerte al joven que tenía al frente y se veía nervioso.
-Mucho gusto Guillermo- contestó la madre.
El padre todavía no se decidía a decir palabra, hasta que por fin señaló un sillón y habló -toma asiento Guillermo, no debes preocuparte damos nuestro consentimiento para que tú y Emiliana puedan estar juntos-. 
Hubo silencio en la sala pero de inmediato Emiliana abrazó a su padre y le dijo -gracias, yo sabía que comprenderías nuestra situación- luego abrazó a su madre para agradecer su ayuda. 
Guillermo también dio las gracias a los padres de Emiliana por consentir que el siga visitando la casa como novio de su hija. 
El ambiente en la sala se relajo y los cuatro conversaban muy entretenidos, como siempre Aníbal daba sus opiniones sobre el ambiente político y Guillermo lo escuchaba, al final cuando se quedaron a solas Emiliana y Guillermo, éste decía: -fue un momento difícil a la hora de hablar con tus padres pero creo que lo superé y ellos me aceptaron, me siento feliz y tranquilo hubiera sido muy triste que fuera todo lo contrario-.
-Es cierto pero ya paso lo peor, ahora podemos vernos sin problemas- contestó Emiliana con una sonrisa de felicidad. 
Guillermo esa misma noche cuando cenaba con su amigo Ralph le comentaba la buena noticia y éste decía: -tienes que presentarme a esa joven, quiero conocerla, te felicito amigo-.
-Si en algún momento la conocerás es muy linda, fina y educada, sus padres son personas amables.  
Más tarde en su habitación le escribía a su madre dando la buena noticia -madre tienes que conocer a Emiliana, espero que algún día puedas venir por estas tierras-. 
La madre de Guillermo había enviado varias cartas a su hijo desde su partida, en ellas le contaba como estaba su padre y la reacción que tuvo cuando él se fue. -ahora tu padre está más tranquilo y aceptó tu decisión con mucha pena, ha pasado bastante tiempo de tu partida querido hijo-.
Guillermo lamentó no haberse despedido de su padre pero no tuvo otra alternativa.   
La semana había comenzado sin muchos cambios en la familia, salvo por la presencia de Eriberto y su asistente que comenzaban los trabajos en casa de Octavia. Cargados con tarros de pintura y brochas además de unas escaleras, daban los primeros toques de pintura a las paredes. Octavia estaba ocupada eligiendo el color y el tapicero traía la tela que ella había escogido para el nuevo tapizado de los muebles todo era un desastre en la sala y en el patio interior el maestro trabajaba con los muebles para cambiar al nuevo tapiz. 
-Aníbal, se van a ver hermosos nuestros muebles con la nueva tela que es un fino brocado y el color va perfecto con las paredes-.
-Si Octavia, debo darte la razón, el color de la tela es bello y la calidad es superior, has tenido buen gusto, como siempre-. contestó su esposo al ver los trabajos que se hacían en la casa. 
-Pasado mañana debo viajar al fundo, me iré con Manuel antes que comience el año escolar, después va ser muy difícil que pueda acompañarme- comentaba Aníbal a su esposa.
-Bueno, en unas semanas más comienza el nuevo año y Manuel regresa al colegio, el tiempo se va muy rápido y el verano también-. decía Octavia con pena, ella amaba el verano.
Emiliana en el hospital le contaba a su amiga Lorena que ella y Guillermo eran novios.
-Yo te dije Emiliana que él tenía interés en ti y tú no me escuchabas-. 
-Es difícil darse cuenta cuando se trata de uno mismo-. reía Emiliana con su amiga y luego ambas se iban a diferentes pabellones a cumplir con sus tareas.
Teo en varios días no había podido ir a visitar la casa de Emiliana, el trabajo y sus hermanos no lo dejaban libre, en un momento a la hora del almuerzo en casa de Quinto, Teo comentaba con su hermano sobre la boda de Fausto: 
-Tenías que haber estado ahí, fueron dos días de celebración por la boda de Elvira y Fausto, la hacienda se llenó de invitados que disfrutaban de la fiesta. El más feliz era el padre de la novia, el juez Bonilla  brindaba en cada momento por los novios-. reían todos en la mesa celebrando la boda de Fausto con una copa de vino.
-Rosalina- comentó Fausto -quiero llevar a mi esposa un regalo pero yo no se escoger nada bueno para una dama, ella es muy delicada en sus gustos, me gustaría que tú compres un regalo para ella. te pido ese favor-
-Claro Fausto, mañana mismo iré al Gran Almacén  donde venden cosas divinas, finas y algo caras, Elvira tiene preferencia por algo en especial-. preguntó 
-Los perfumes son sus preferidos y no importa el precio es para mi esposa y quiero lo mejor-. contestó Fausto seguro de que Rosalina compraría algo fino. 
-Quinto, dentro de tres días nos vamos con Teo, por esta vez no se va a quedar siguiendo tu sugerencia pero más adelante tal vez- sugirió Fausto cuando se dirigió a Quinto, éste le dio la razón.
-Fausto hay algo que quisiera conversar contigo se trata de entrar al negocio de la compra de algodón, creo que nos iría bien-. decía Quinto a su hermano.
-No es el momento, para entrar a ese negocio, se necesita tener mucho dinero y competir con los grandes acopiadores de algodón es imposible, es mejor esperar-. contestó Fausto     
Teo prestó atención a la conversación entre sus hermanos, pronto se irían de la capital, al menos deseaba despedirse de Emiliana y sus padres antes de partir. 
-Mañana volvemos a ir al puerto, necesitamos terminar con el trabajo de envió de materiales- comentó Quinto y Fausto aceptó -Teo viene con nosotros, necesitamos toda la ayuda posible, después habrá tiempo de pasear por la ciudad antes de nuestro viaje-. mandó Fausto a su hermano menor. 
El día anterior a su viaje, Teo se presentó en casa de Emiliana quería despedirse de ella: -mañana muy temprano voy de regreso a la hacienda quería despedirme de ti y decirte que cuando puedas viajar siempre serás bien recibida en nuestra casa. Emiliana hubiera sido tan bueno tenerte de huésped-.
-Gracias Teo, no esperaba menos de ti, eres una gran persona y en nuestra casa siempre vas hacer bien recibido cuando estés en la capital- contestó a su amigo.
Teo también se despidió de Octavia y Aníbal, ellos le desearon buen viaje y un pronto regreso.
Muy temprano antes que salga el sol, Aníbal y Manuel se preparaban para ir al fundo, era una coincidencia que su viaje sea el mismo día que el de Teo y Fausto.
Manuel se alistaba en su habitación y al ponerse la camisa vio el brazo que había sufrido el accidente, se estremeció al recordar lo sucedido, el doctor había tenido razón al decir que tendría unos sombreados en la piel,  él podía mover sin problema su brazo, fue un milagro del cielo.
Aníbal y Manuel se despedían de Octavia y de Emiliana -en unos días estamos de regreso- dijo Aníbal al partir. 
Octavia ya estaba acostumbrada a los viajes de su esposo y era bueno que Manuel lo acompañe para que aprenda todo sobre el trabajo de su padre y se mantenga ocupado.  
En casa de Quinto a la hora de prepararse para el  viaje, Fausto guardaba con cuidado el regalo que Rosalina había comprado para Elvira, era un perfume de fresca fragancia y una seda fina. Los hermanos se despedían de Quinto y su esposa, a ella le agradecían las atenciones.
-Quinto no quiero escuchar ningún problema sobre tu persona, sigue trabajando como hasta hora, lo estás haciendo bien- le advirtió Fausto a su hermano y partió junto con Teo al viaje   
En el camino de regreso a la hacienda, Teo estaba en silencio, se acordaba de su amiga y repetía una y otra vez: -Adiós mi dulce Emiliana-.
 

CONTINUARÁ   
    
  
 
 

  
 

      


 

domingo, 4 de abril de 2021

PRIMAVERA DE 1900

Al día siguiente en horas de la tarde, Teo se presentó de  nuevo en la casa para saludar a Emiliana, traía con él un hermoso ramo de flores que deseaba obsequiarle.
La joven quedó prendada de las flores y agradeció a Teo su gentileza.
-No te hubieras molestado en traer un obsequio pero quiero decir que son preciosas-.
Llamó a Ondina para que lleve las flores, las ponga en un jarrón con agua y las  traiga de nuevo a la sala.
-Emiliana- contestó Teo -no es una molestia para mí, agasajar a una amiga tan especial-.
Emiliana se sonrojó y no supo que contestar.
De inmediato Teo le preguntó como había sido su mañana  en el hospital.
-Como siempre con mucho trabajo, pero no me quejo, es algo que me está gustando demasiado y lo hago de buena voluntad-.
-Es bueno tener en esta vida algo que nos guste- dijo Teo y luego prosiguió -Emiliana me gustaría invitarte a la hacienda que es mi hogar, queda en una región hermosa con paisajes de fábula-.
Teo se puso de pie y comenzó a describir los paisajes que rodeaban la hacienda, Emiliana casi podía imaginar el hermoso río, las montañas alrededor, la laguna, que estaba muy cerca y para coronar este marco, al fondo la bella y asombrosa cordillera Blanca. -Además tienes que ver cada amanecer, donde el cielo primero se enciende de naranja y luego el sol sube lentamente y se abre paso en el firmamento-. Todo lo que Teo describía era maravilloso y Emiliana soñaba con estar en ese lugar.
- La invitación  a mi hogar es real,  puedes quedarte todo el tiempo que desees. Te mostraría hasta el último rincón de la hacienda que es bastante grande. En una semana partimos con Fausto de regreso a la nuestra casa. 
-Teo, es hermoso todo lo que describes y me agrada la invitación a tu hogar, pero es imposible, mis padres jamás  darían el consentimiento-.
-Pero no viajarías sola, puedes ir con Manuel o la joven que trabaja en tu casa, ella sería tu dama de compañía, además la casa hacienda es grande y cómoda, no es tan elegante como tu casa, pero no le falta nada para recibir invitados. Elvira esposa de Fausto, él se casó con ella hace unos meses, vive con nosotros en la casa, es una persona de trato agradable y fino, estoy seguro que se llevarían muy bien-.
-Son muy amables tus palabras y me da mucha tristeza tener que decir lo siento, no puedo aceptar la invitación- contestó Emiliana, ella no deseaba rechazar la invitación pero sabía que sus padres jamás la dejarían ir a un lugar tan lejano con personas que no conocían-.
-Puedo seguir visitando tu casa Emiliana, tienes algún motivo o compromiso que lo impida-. señaló Teo.
-Las visitas a la familia siempre son bienvenidas en esta casa, estimado amigo- interrumpió Aníbal y Octavia que entraban en la sala para saludar al visitante.
-Señor Aníbal, señora Octavia- agregó Teo -que gustó volver a encontrarme con ustedes-.
Teo y los padres de Emiliana conversaron el resto de la tarde sobre diverso temas de la ciudad y sobre la visita de Fausto a su hermano Quinto.
-Si, es verdad- decía Teo -Fausto quiere ver como marchan los negocios aquí en la capital, según Quinto todo está bien-.
Teo, decía la verdad, en la casa de Quinto, Fausto revisaba los libros contables y preguntaba a su hermano cada detalle del negocio:  -esta es una empresa familiar por lo tanto debo saber cada punto del negocio y cada gasto que se hace, nada puede quedar sin ser registrado y comunicado-.
-Si, lo sé hermano, pero como puedes ver todo va muy bien, el negocio está dando sus frutos y yo estoy trabajando para que siempre sea así-. contestaba Quinto sin reservas.
-¿Donde fue Teo? que desaparece y no se sabe nada de él-. preguntó Fausto a Rosalina cuando ella entraba al salón del escritorio con la vianda del café.
-Él ha ido a visitar a Emiliana, una amiga que conoció el día de mi boda, me pidió su dirección y yo se la di, mi amiga es una joven muy gentil-.  Rosalina se desvivía atendiendo todo el día a sus cuñados, quería que se sientan cómodos en su casa. 
-Fausto- comentó Quinto -quiero felicitarte por tu boda que se realizó hace unos meses, como tú sabes yo no pude asistir, pero me da gusto por ti, ya era hora que te asientes y formes un hogar-.
-Si, no me puedo quejar Elvira es una buena esposa y ahora es la señora de la casa, ella es la hija del juez Bonilla. Estuvo mucho tiempo estudiando con las religiosas en un colegio para señoritas en la ciudad de Trujillo.
-Si recuerdo a la señorita Elvira Bonilla, ella es realmente una buena elección, te felicito hermano, ahora, es la señora de Fausto López del Águila-. rió Quinto para festejar a su hermano.
-Tú tampoco te puedes quejar, Rosalina es una esposa atenta y amable, debo felicitarte también-. ambos hermanos comentaban felices. 
-Fausto, volviendo al tema de la empresa, mañana tengo que ir al puerto, hay una carga que debo recibir, viene del extranjero, es un pedido puntual-. agregó Quinto.
-Entonces iremos al puerto quiero ver lo que viene en esa carga, siempre trabaja a pedido, nunca traigas mercadería sin un adelanto de dinero, no lo olvides. Quiero que venga con nosotros Teo, estoy pensando en dejarlo aquí contigo para que te ayude en lo que se necesite-.
-No es necesario aun Fausto, el negocio todavía no es tan grande como para necesitar otra persona-. 
-Bien eso lo veremos otro día-. contestó Fausto y terminó de tomar su café.
El hermano mayor de Quinto, no sabía nada con respecto a la distancia que éste y Rosalina habian tomado con los padres de ella. Él creía que todo marchaba bien con la familia política. No conocía a Hortensia y a Hipolito.
Quinto, aprovechó el buen humor de Fausto para decirle que deseaba mudarse de casa por una que esté más cerca del centro.
-No veo la necesidad Quinto, es cierto que está un poco alejada, pero no demasiado del centro, además de ello tiene todas las comodidades y un jardín donde Rosalina puede entretenerse cultivando sus flores-. señaló Fausto para dar por terminada la conversación.    
En casa de Emiliana cuando Teo se despidió de la familia y se retiró, ella comentó con su madre sobre la invitación a la hacienda. Octavia contestó a su hija que ese  viaje era imposible -tu sabes muy bien querida que no conocemos el lugar, ni a la familia-. 
-Si, lo sé madre, eso fue lo que le dije a Teo y espero que lo tome a bien, él parece tan diferente a Quinto, es amable y tiene gran sentido del humor-. Aníbal que estaba cerca había escuchado la conversación y dijo a su hija: 
-Viajar a un lugar tan lejano no es posible y Teo no tiene porque molestarse, solo somos padres que protegemos a nuestra hija y él como un joven honorable debe comprender-. 
Octavia abrazó a Emiliana, la sola idea de que su hija pudiera vivir en un lugar lejano, donde ella no podía visitarla seguido la estremeció, nunca antes había pensado en esa posibilidad.
A toda la familia le extraño que Guillermo no visite la casa esa tarde, tal vez tenía mucho trabajo o había decidido no visitar más a la familia, él no tenia obligación de hacerlo. 
Guillermo, no es que no quisiera visitar a Emiliana, es que había llegado una carga gigante de todo tipo de mercadería por lo que se vieron obligados a contratar otro local. Cada cosa tenía que ser registrada y clasificada y él era el encargado de dirigir la operación. Se hizo de noche y no se terminaba el trabajo con sus operarios, tal vez demoraría un día más o quizás dos. Ralph ya le había advertido sobre esta super carga que venía. Se sentía contrariado y cansado, decidió cerrar todo e ir descansar. Visitar a Emiliana ni pensarlo, era demasiado tarde.
A la hora de almuerzo del día siguiente Guillermo se tomó un descanso y fue a visitar a Emiliana, ella se sorprendió al verlo, él jamás llegaba de visita a esa hora del día, como siempre fue recibido en la sala.  
Guillermo explicó a Emiliana que tenía mucho trabajo y que ese fue el motivo de no visitarla: 
-Emiliana no puedo quedarme mucho tiempo, debo regresar al trabajo, pero quisiera pedirte que me esperes, tengo que hablar contigo sobre un tema que nos concierne a los  dos, por favor no te comprometas con nadie-. no la dejo contestar, tomó una de sus manos la besó y se despidió de ella con la promesa de volver.
Era el más extraño comportamiento y la visita más corta que había recibido, recordó Emiliana. Octavia preguntó a su hija -¿ya se fue Guillermo?, ¿para que vino?-.
-No sé madre solo me dijo que lo espere, que tenía que hablar conmigo-. madre e hija estaban desconcertadas con la visita tan corta de Guillermo.
Mientras tanto Teo, Fausto y Quinto habían viajado temprano al puerto, la carga que esperaban era importante y tenían que supervisar que todo esté conforme, esto les tomaría un día completo.
Octavia comentó con Aníbal la visita de Guillermo y éste dijo -tal vez tenía demasiado trabajo y no coordinaba bien sus palabras a la hora de hablar con nuestra hija-.
-No creo Aníbal, no debes bromear con ello, puede que tenga algún problema y desea confiar en Emiliana-. contestó su esposa.
Felicitas estaba terminando el almuerzo cuando Octavia fue a buscarla -¿Felicitas tu hermano está ocupado con algún trabajo?-.
-No señora justo ha terminado uno hace dos días-.
-Bien, llámalo, dile que necesito contratarlo para que realice algunos trabajos en la casa-.
-Seguro señora ahora el la tarde salgo a buscarlo, él va estar feliz de trabajar para usted-.
-Correcto, que no se demore en venir-. agregó Octavia y salió de la cocina.
Después de almuerzo a las tres de la tarde, Eriberto se hizo presente en casa de Octavia por encargo de Felicitas: 
-Señora para que trabajo soy bueno, mi hermana me dijo que usted me ha llamado-.
-Si Eriberto necesito trabajos de pintura y otros arreglos en la casa- Octavia lo llevó a los diferentes salones para mostrar lo que se necesitaba hacer, hablaron de pintura y de  trabajos en general, llegaron a un acuerdo de precios y contrato, luego Eriberto se retiró de la casa para comenzar a  trabajar al día siguiente.
-Aníbal, en los siguientes días vamos a tener la casa de cabeza por los trabajos que se van ha realizar, debes estar preparado-.
-Bueno Octavia que puedo decir si ya está todo acordado, continuemos con lo que se necesite-. 
Teo visitó de nuevo a Emiliana un día después, le pidió considerar su ofrecimiento para viajar a la hacienda.
-Teo es real, no puedo aceptar tu invitación, se que comprendes cuál es mi situación-. 
-Bien querida Emiliana, tienes razón no debo insistir sobre algo que no está en tus manos resolver y sé que hablar con tus padres sería en vano-.
-Así es Teo, pero siempre eres bienvenido a visitar nuestra casa- puntualizó la joven.
La conversación entre ellos verso en otros temas y por supuesto Emiliana no comentó con Teo sobre la situación de Quinto y Rosalina con respecto a los padres de ella, era algo que no le correspondía decir a pesar que sabía el sufrimiento de Hortensia e Hipólito. En el transcurso de los días Teo no se acercó a visitar a la familia, Fausto y Quinto lo habían puesto a trabajar, éste ultimo le decía -hermano no estás en la ciudad de vacaciones, tienes que ayudar con el trabajo-.
Guillermo llegó a  visitar a Emiliana, por fin había terminado el trabajo que lo tubo ocupado tantos días, estaba misterioso y en silencio cuando ella se presentó en la sala, la saludo y se sentó a su lado. 
-Querida Emiliana es mejor que hable claro para que sepas que pasa conmigo-.  Guillermo habló sobre sus sentimientos hacia ella y del compromiso que quería tener -si tú me aceptas seré un hombre feliz-. Tomó las manos de Emiliana y las besó -sé que no está permitido que me acerque más a ti pero quisiera decir que estoy enamorado y mis sentimientos son verdaderos-. 
Emiliana estaba en silencio, en su corazón sabía la respuesta, eran dos jóvenes corazones que se habían encontrado y deseaban estar juntos para vivir su amor por siempre.


CONTINUARÁ