domingo, 24 de abril de 2022

UNA CORTA HISTORIA

Mateo desde la ultima experiencia con el baúl y el soldado que contaba su historia, no tenia duda de lo que iba hacer. Tomó el baúl que había puesto sobre la cama, se detuvo unos minutos para decir en voz alta.
-Lamentó lo que pasó contigo Bernardo Torre pero fue un momento de la historia que tuviste que vivir. No puedo cambiar tu destino y es hora que descanses en paz. Debes sentirte tranquilo, tu lucha no fue en vano porque ahora cada pais del continente es libre de elegir su camino-.
Dichas estas palabras, Mateo levantó el baúl para llevarlo a su carro, días antes había hablado con el director del Museo Militar para entregar el baúl como un testigo del tiempo y de la historia. Cuando llegó al lugar, Mateo se detuvo unos segundos sentía que una brisa de viento lo envolvía no sabia dar explicación aquello pero confiaba en que lo que hacia era correcto, ese baúl ya no podía estar dando vueltas de un lado a otro, debía estar guardado en un lugar seguro. El hombre que se lo entregó a su padre no volvería aparecer y si lo hacia, tendría que ir la buscar el baúl al  Museo Militar. 
Mateo fue interrogado exhaustivamente por el director de dicho local, él dio las explicaciones del caso y aseguro que su padre no tenia nada que ver con el baúl hasta que un hombre que ocultaba su identidad se lo entregó. Grande fue su sorpresa al saber que el baúl había sido robado del Museo un año antes y nadie sabia cual era su paradero. ¿Cómo había sucedido el hecho? no sabia, ¿Cuál fue la intensión de este hombre? tampoco podía dar respuesta. Ahora todas las piezas encajaban en su sitio, recién  comprendia porque el hombre misterioso ocultaba su identidad, él era el autor del robo y no quería ser descubierto, al no poder devolverlo se lo entregó al padre de Mateo.
Después de que todo el asunto quedo aclarado Mateo se despidio del director y salió del lugar, confiaba que en ese local estaría bien guardado el baúl. No comentó con el director del Museo Militar su experiencia y las historias del soldado dueño del uniforme, no tenia caso decir algo al respecto, seguro no creería su historia y lo tomaría como un caso extraño. Para él, era suficiente saber lo que vivió en esas semanas cuando tuvo el baúl en su poder. Conocer la historia de Bernardo Torre y su lucha por la Independencia fue real.
Mateo regresó a la casa de sus padres, faltaban algunos detalles y la propiedad quedaría desocupada. En ese instante sonó el telefono y corrió a contestar, era Amanda Roble que decia: -Mi estimado amigo la casa ha sido vendida, Gabriel Centeno y su esposa han aceptado comprarla, tuve que hacer un reajuste como habíamos  quedado pero fue algo mínimo. Llama a Vicente para que viaje cuanto antes y firme los papeles como el otro dueño de la propiedad-. 
-Amanda es una buena noticia, no te preocupes ni bien corte la comunicación contigo llamo a mi hermano para que venga lo más pronto posible. Gracias por tanto esfuerzo, en estos días no es fácil vender una casa-. contestó Mateo.
Amanda Roble se despidio y una vez finalizada la conversación , Mateo llamó a su hermano: 
-Vicente espero estés bien, tengo buenas noticias, la casa ha sido vendida debes venir para firmar los papeles de la propiedad-.
-Mateo querido hermano es una magnifica noticia, estoy viajando a Lima lo más pronto, no te preocupes, debo cortar ahora  para comprar mi pasaje- finalizó Vicente y cortó la llamada.
Mateo se dedicó a revisar los detalles que faltaban en cada habitación del segundo piso, era una sensación de vacío que lo invadía, no sabia explicar lo que le sucedía. 
Cerró la puerta de la casa para ir a visitar a Domingo el amigo de su padre, le había prometido contar que había sucedido con el baúl.
Domingo lo recibió feliz, apreciaba a Mateo y siempre le tuvo mucha consideración. -Mi estimado amigo, dime que pasó con toda la historia del baúl, estoy muy curioso por saber el final- comentó Domingo cuando se sentaron en el comedor a tomar un café y conversar.
Mateo contó al amigo de su padre cada detalle del asunto y su visita al museo, la sorpresa de saber que había sido robado,  dejó sin palabras a los dos.
-No puede ser, es algo inaudito lo que me cuentas, este hombre que robó el baúl, tuvo agallas para cometer tamaño delito y no ser descubierto, espero que el Museo tome medidas más drásticas con respecto a la seguridad y control de las personas que entran o salen- aseguró Domingo a Mateo.
.Si, de eso estoy seguro, el director estaba muy molesto con la situación y me interrogó para llegar hasta el fondo del asunto. Mi inocencia fue comprobada, no tuve nada que ver con el robo y menos mi padre- terminó de hablar Mateo. 
Domingo y Mateo después de conversar y pasar un rato entre amigos, se despidieron. Antes Domingo le dijo: -Mateo ven a visitarme cuando quieras no te olvides de mí, siempre es muy agradable conversar con uno de los hijos de mi estimado amigo Aurelio. Mateo prometió visitarlo lo más seguido que podía y se retiró.
Vicente llegó a la capital después de cuatro días de la ultima comunicación con su hermano. Mateo fue a recogerlo al aeropuerto y lo hospedo en su departamento: -Mateo que bonito departamento tienes, es muy especioso y tiene varias habitaciones-.
-Si, está bien diseñado pero no es mío, es alquilado- contestó Mateo.
Los dos hermanos se pusieron de acuerdo, era muy tarde para visitar la oficina de Amanda Roble y firmar los papeles para la venta de la propiedad. Mateo llamó Amanda para comunicarle que Vicente ya estaba en la ciudad y que irían al día siguiente para arreglar los documentos y finiquitar la venta.
En la oficina de Amanda Roble al día siguiente Vicente y Mateo se presentaron La familia Centeno y su abogado ya estaba esperando para firmar los papeles y entregar los cheques correspondientes a cada hermano. Amanda y el abogado que representaba a los hermanos también estaban listos.
Después de los saludos y guardar las formas protocolares se inicio la firma de los documentos y cada uno de los vendedores y compradores firmaron los papeles y la entrega de los cheques con la cantidad pactada. La casa tenia nuevos dueños. Los hermanos felicitaron a la familia Centeno y se dio por finalizada la sesión. 
Mateo y Vicente pidieron a la familia Centeno les permitan pasar por la casa para recoger las ultimas pertenencias. La familia aceptó y quedaron en recoger las llaves de la propiedad en una hora.  
En toda esta negociación Isoline no quiso intervenir y menos estar presente, eso era un asunto privado que solo correspondía a los hermanos, ella iba a esperar que Mateo la llame para presentarla con Vicente que ya la conocía pero no sabia que estaban saliendo juntos. 
En la casa de sus padres, Vicente y Mateo, abrieron la puerta e ingresaron era un momento especial, los recuerdos venían a sus mente y fue imposible no comentar sobre ellos.
-Mateo te acuerdas de nuestro padre y su preocupación por pagar la hipoteca cada mes. Él era un hombre muy puntual para cumplir con sus obligaciones, nunca le gustaron las deudas pero compró la casa para proteger a su familia …¿recuerdas?- preguntó Vicente.
-Claro que recuerdo, él siempre quiso protegernos y nuestra madre cuidaba cada detalle y estaba pendiente de todo en el hogar- contestó Mateo.
Vicente abrazó a su hermano para decirle: -Mateo quiero que sepas que mi casa es tu casa y que siempre serás bienvenido, ven a visítame cuando lo desees,  además tengo que decir que a fin de año me caso y espero que estés presente en mi boda, ¿de acuerdo?-
-Vicente, esa si que es una gran noticia, por fin mi hermano va sentar cabeza- comentó Mateo.
-Hablas de mí y tú cuando te casas- agregó Vicente.
-Supongo que en algún momento lo haré, todavía no sé- dijo Mateo.
Vicente se despidio de su hermano: -Mateo tu sabes que tengo que partir de regreso, no puedo dejar mi trabajo por muchos días, te espero en mi boda. No te preocupes por llevarme al aeropuerto llamo un taxi y me voy- dijo Vicente.
Mateo sonrió, Vicente siempre fue así un poco alocado pero era un buen hermano y estaban muy unidos, le prometió estar presente el día de su boda.
La casa se quedó en silencio, Mateo tenia que esperar a los nuevos dueños para entregar las lleves, mientras esperaba, caminó por ultima vez por las distintas habitaciones de la casa. Podía escuchar la voz de su padre cuando llegaba del trabajo cada día y preguntaba ¿donde están todos?-.
Sentía tristeza de estar por ultima vez en la casa que un día fue su hogar y donde vivió momentos felices. El recuerdo de su madre llenaba cada rincón y en ese instante Mateo se quebró, unas lagrimas caían por sus mejillas y el dolor lo sobrecogió. El timbre de la puerta sonó eran los nuevos dueños, Mateo se recompuso y abrió la puerta, saludó a los nuevos dueños les entregó las lleves y les deseo la mayor de las felicidades, -mi familia vivió aquí muchos años felices, espero que ustedes también- se despidio de la familia y se retiró.
Doña Ernestina y Lucinda lo esperaban para despedirse de él. Mateo comprendia a Vicente y su rápida partida, en el fondo no quería sentirse triste por dejar para siempre la casa familiar y todos los recuerdos que guardaba.
Llegó a la casa de doña Ernestina, Lucinda abrió  la puerta y dijo en voz alta: -Madre, llegó Mateo quiere despedirse-.
Lucinda siempre Lucinda, pensaba Mateo al escucharla ¿como hubiera sido si ella y Vicente se hubieran casado? no era mejor que no, los dos no estaban listos para vivir juntos.
-Mateo hijo, ya te vas, espero que vengas a visitarme seguido ahora que estas saliendo con Isoline ¿crees que no lo sé? ¿por qué Vicente no vino a saludarme?- preguntó doña Ernestina.
Mateo sonrío, era de suponer, ellas sus vecinas siempre estaban al tanto de todo lo que pasaba en el vecindario: -doña Ernestina le prometo que haré lo imposible por venir a visitarla siempre y cuando me lo permita el trabajo, usted sabe el tiempo queda corto muchas veces, con respecto a Vicente no pasó a saludar porque tenia que viajar de regreso y no tuvo tiempo pero dejo mucho saludos para las dos- contestó Mateo para disculpar a su hermano.
Lucinda y doña Ernestina abrazaron a Mateo lo conocían demasiado bien para saber que disculpaba a Vicente ante ellas.
-Querido Mateo- dijo doña Ernestina -siempre voy a recordar a tus padres y sobre todo a mi querida Esther nadie como ella para estar presente en el hogar-.
Mateo se despidio en la puerta de sus vecinas, tenia que cruzar la calle para hablar con Isoline.
Al llegar a la puerta de la casa de su novia, Isoline abrió: -¿qué tal fue te fue Mateo?- preguntó. 
-Primero debes disculpar a mi hermano por no saludarte, él no sabe nada sobre nosotros, no tuve tiempo de hablar como puedes ver se fue tan rápido como llegó. Espero me perdones pero tenemos una invitación a su boda a fin de año y el próximo mes deseo que me acompañes a Nueva York para visitarlo ¿estás de acuerdo conmigo?-.
-Mateo, no, no puedo perdonarte- Isoline fingió molestarse para hacerle una broma a Mateo.
-Isoline por favor no puedes molestarte-. contestó Mateo.
-Es una broma mi querido Mateo no estoy molesta y aceptó la invitación a la boda de Vicente y al viaje a New York-. dijo sonriente  para que Mateo no se sienta mal.
Los días en el calendario pasaban era algo inevitable. Mateo e Isoline se veían seguido, mientras ella no estaba de viaje querian aprovechar todo el tiempo que era posible para estar juntos. 
En el trabajo Roberto siempre con la misma  preocupación sobre los resultados que no  eran positivos. 
-Roberto- dijo una mañana Mateo -voy a recomendarte con la gerencia general, para el nuevo puesto de gerente, nadie como tú para llevar la camiseta del banco y vivir pendiente de los resultados. Yo me voy, tengo algunos planes para mi futuro-.
-Mateo no puede ser, tú eres el jefe y nosotros estamos contentos contigo- habló  sorprendido Roberto. 
-Lo sé, mi estimado amigo pero es tiempo de partir para iniciar mi propia empresa, esto lo tengo en mente desde hace mucho tiempo- contestó Mateo y salió de la oficina. En unos días más presentaría su renuncia. Roberto, no salía de su estupor.
Mateo pasó por la florería que estaba cerca a su trabajo, compró un bello ramo de rosas para Isoline, ella estaba en la ciudad y se quedaría dos semanas antes de su próximo viaje. Él quería sorprenderla. 
Estaba feliz porque desde hace varias semanas no habian vuelto las pesadillas o alucinaciones con el soldado Bernardo Torre, era un alivio, solo rogaba que por fin descanse en paz.
Visitó a Isoline en su casa y mientras la esperaba en la sala tenia el ramo de rosas rojas en las manos, eran muy hermosas como Isoline. 
-Mateo- saludó Isoline cuando fue a su encuentro. 
-Mi querida, vine un poco temprano porque quería traerte estas rosas- comentó Mateo -además quiero decirte algo. Nuestra relacion es cada día más seria  y si los dos decidimos vivir juntos no deseo que te vayas asustar si me vez caminar dormido-. 
-¡Mateo eres sonámbulo!- exclamó Isoline. 
-No, nunca lo he sido pero en las ultimas semanas he tenido episodios de sonambulismo, no es peligroso solo asegúrate que la puerta principal esté bien cerrada y esconde la llave-
-¡Oh! Mateo es bueno que me adviertas- contestó Isoline un poco asustada.
Mateo besó a su novia y pensó -Dalila fue un hermoso sueño de adolescente, Isoline era su realidad, su presente y su futuro, nada más importaba. Tomados de la mano la invitó a salir, no quería que nada los interrumpa, solo importaban ellos, su amor y su verdad. 
El futuro se presentaba como un camino feliz y  querian permanecer siempre unidos, así. Mañana tal vez o no sabia cuando, Mateo contaría a Isoline sobre la experiencia vivida con el soldado Bernardo Torre que libró varias batallas para que ellos puedan en el presente caminar tranquilos y escoger su propio destino. 


FIN    
 
      
 


 
     

    
  
  
         
       
 
   
 
           


 

domingo, 17 de abril de 2022

UNA CORTA HISTORIA

El cuerpo de Mateo se mantenía inmóvil no podía moverse, escuchaba la voz del soldado que hablaba.
Hemos cruzado la cordillera y estamos en tierras de Chile, aquí nos vamos a encontrar con el ejército de Bernardo O'Higgins. Estamos cansados y tenemos hambre, el camino ha sido largo y estuvimos expuestos a las inclemencias del clima.
En Chile debemos librar otras batallas, pero la batalla de Maipú será la que selle la Independencia de este país. La lucha será cruenta, dura y violenta, muchos de mis compañeros van a morir pero nos queda la convicción que luchamos por la causa de la Independencia y la libertad. 
Mi nombre jamás será escrito en las páginas de la historia, seré como muchos soldados anónimos, pero tengo la paz de que estuve en el lugar de los hechos  y formé parte del ejército  libertador, acompañé al General San Martin en todas las batallas que se libraron por causa de la Libertad. 
El general nos habla para levantar nuestra moral y seguir adelante: -después de proclamar la Independencia de Chile, debemos llegar al Perú por el camino del mar, este es  el último bastión del ejército realista. Es necesario asegurar la Independencia de toda América, la historia nos lo exige-. También nos dijo que se debe evitar el desorden y la anarquía, porque si esto sucede, los paises sería ingobernable y las consecuencias lamentables. 
Luego de declarar la Independencia de Chile, el ejército Libertador y El General San Martin nos vamos a  embarcar rumbo a Perú. Es en este lugar donde se entrevistará con el Virrey la Serna en Punchauca, la reunión resultará un fracaso debido a las posturas opuestas de ambas partes. Días después el Virrey la Serna abandonará Lima y partirá rumbo a España.  Como dije antes el General no deseaba la guerra ni la muerte de los soldados pero en esas circunstancias no había otro camino.
Con un discurso vigoroso el General Don José de San Martin declaró la Independencia del Perú un 28 de Julio de 1821. Con ello se da un paso gigantesco hacia el futuro como país independiente y América queda en nuestras manos.
Yo voy a morir en tierras peruanas, nunca regresaré a mi país, ni al lado de mi amada. Antes de morir seré testigo de una ultima reunión en privado entre el General San Martin y Simón Bolívar que ha llegado a tierras peruanas, nadie sabrá jamás que se habló en aquella reunión, fue a puerta cerrada. Al término de ese encuentro, El General San Martin se despedirá del Perú y partirá a Chile luego a Mendoza para seguir al final su camino al destierro en Francia. 
Yo seguiré librando batallas junto a Simón Bolívar para asegurar la emancipación definitiva del Perú y de América.  Me entristece decir que mi muerte será causada por una herida mortal de bayoneta, ese fue mi fin y mi destino. 
De pronto, en medio de la noche silencio en la habitación, Mateo ya no escuchaba la voz del soldado y con un movimiento brusco logró despertar, todo daba vueltas en su cabeza debido al mareo. Lentamente con las manos se tocó el rostro para asegurarse que estaba vivo que su cuerpo tenía movimiento y su corazón latía con fuerza. Se sentó al borde de la cama, se controló para no reaccionar con violencia, debía esperar que su cerebro se conecte a su cuerpo, no deseaba perder la calma para no hacerse daño como la vez anterior que golpeó la pared por causa del miedo y la desesperación. 
-¿Qué había sido todo aquello?- el soldado Bernardo Torre le contó sus vivencia de la guerra y Mateo no sabía que hacer, fue algo tan extraño que no alcanzaba a comprender. 
Completamente despierto, se levantó de la cama, no podía volver a dormir, ahora no sentía miedo pero si una gran ansiedad. Era verdad todo lo que el soldado decia, su uniforme estaba en el baúl y el corte a un costado de la casaquilla era la señal de que su herida fue mortal, tal vez murió en el acto. Fueron días que se vivieron en el pasado para que cada país sea libre de tomar sus determinaciones.
Mateo bajó las escaleras a la cocina para prepararse un té de manzanilla, eso siempre lo calmaba, según su madre era muy efectivo para los estados de ansiedad y falta de sueño. Mientras tomaba el té reflexionaba sobre todo la que había escuchado, lamentaba la suerte del soldado y no quería ser frío pero él no podía hacer nada para cambiar su suerte ni su historia.  Ahora Mateo estaba más seguro de donde debía llevar el baúl, que se encontraba en sus manos y era suyo. Él iba a buscar un lugar adecuado.
Amaneció el nuevo día con una brillante luz,  Mateo quería volver a estar ocupado con la mudanza ya el primer piso estaba terminado. De todas maneras hablaría con Justa para que su primo venga a recoger algunos muebles que serian  dados en donación a las Hermanas de la Caridad, ellas siempre necesitaban  muebles y enseres. No deseaba perder más tiempo y comenzó a trabajar en el segundo piso.
El cuarto de sus padres fue lo primero que Mateo arregló para iniciar la mudanza, durante mucho tiempo su padre había guardado todos los objetos y ropa de su esposa. En grandes cajas guardaba la ropa de su madre que estaban impecables y casi nuevas, todo iría a donación. 
El teléfono sonó y lo sacó de sus recuerdos, era Amanda Roble que le decía -Buenos días Mateo, tengo excelentes noticia, hay un matrimonio que tiene hijos pequeños y están muy interesado en la casa, desean ir a verla y es posible que pidan un reajuste. ¿Estas dispuesto a hacerlo?- finalizó.
-Amanda buenos días, estoy dispuesto hacer el reajuste siempre y cuando sea un trato justo, tú mejor que nadie sabes que no puede ser demasiado-. contestó Mateo.
-Muy bien mi querido amigo, vamos a visitar la casa en la tarde con este matrimonio y veremos que sucede. Debes tener todo en orden para que se llevan una buena impresión, adiós-. finalizó y cortó la llamada.
Mateo tenía toda la mañana para desocupar y ordenar las cosas de sus padres, tiempo le iba a faltar y cajas también.
En el futuro que nadie le hable de mudanzas, con lo que estaba haciendo era suficiente.
Isoline llegó a visitar a Mateo antes del almuerzo para ayudarlo. Podía apreciar la ropa de la  madre de su novio: -tu madre tenía muy buen gusto y sabía de moda, siempre la recuerdo muy arreglada y muy fina sin exageraciones, era una persona especial y llena de vida. Con mi madre lamentamos mucho cuando  partió de este mundo- comentaba Isoline.
-Si, mi madre era especial,  muy preocupada y cariñosa con su familia- contestó Mateo. 
-Querido- dijo Isoline -mañana se inicia una nueva semana y tengo que viajar, el mes se ha pasado demasiado rápido. Mi viaje va a durar tres días y estaré de regreso pronto-.
-Esta bien- dijo Mateo -no te preocupes voy a esperar tu regreso, tengo una semana muy cargada de trabajo, las cosas en la oficina, no van como uno quisiera pero debemos seguir adelante-. Mateo no deseaba hablar sobre su experiencia de la noche con la voz del soldado, todo parecía tan inverosímil que no tenía explicación. Era mejor por el momento no decir nada.
Almorzaron juntos en casa de Isoline, su madre había preparado un delicioso almuerzo que disfrutaron como en familia. Clara, la madre de Isoline conversaba con Mateo con mucha soltura, lo conocía desde niño y conocía a sus padres. Fue una hora agradable y tranquila disfrutando del almuerzo de Doña Clara. 
Mateo agradeció la invitación pero tenía que retirarse, Amanda Roble llegaría en cualquier momento con los posibles compradores. Isoline prefirió quedarse para no intervenir en asuntos que correspondían a Mateo: -Mas tarde voy a venir para ayudarte de nuevo con la mudanza- comentó y se despidieron en la puerta de su casa. 
Media hora más tarde Amanda Roble y el matrimonio interesado en la casa estaban llegando. Se dieron los saludos protocolares y entraron a la casa, La esposa dijo -Gabriel la casa es tan bonita y espaciosa, los niños van a tener mucho espacio para jugar- comentó  llena de alegría. 
-Si, es verdad pero debemos esperar para recorrer toda la propiedad y ver si llegamos  a un acuerdo- comentó Gabriel.
Todos juntos recorrieron la propiedad y los esposos estaban satisfechos, la casa además de ser espaciosa estaba bien diseñada. 
-Si ustedes se animan a comprar la propiedad harán una buena inversión, la casa esta en perfectas condiciones- dijo Amanda.
-Si, así es- agregó Mateo -aquí hemos mi familia y yo, el vecindario es amable y acogedor, los vecinos son personas atentas y educadas- agregó Mateo.
Gabriel el padre de familia contestó -La casa es una bella propiedad, en unos días nosotros les haremos llegar nuestra propuesta- el matrimonio minutos después se despidió.
-Mateo debemos esperar si hay una buena respuesta, yo creo que se va a decidir la venta en estos días. No pierdas tiempo y desocupa la casa pronto- señaló Amanda y también se retiró.
Isoline llegó a los pocos minutos para ayudar a Mateo, juntos harían la mudanza más rápido. 
-En la noche voy a llamar a Vicente para que esté preparado en caso tenga que viajar para firmar papeles y cerrar la venta pero debo decirle que no se adelante todavía a nada, tenemos que esperar- conversaba Mateo con Isoline mientras llenaban cajas y separaban lo que se iba y lo que se debía desechar.
Muy tarde en la noche los enamorados se despidieron, Isoline tenía que viajar al día siguiente pero antes Mateo preguntó: -¿te gustaría hacer un viaje conmigo por unos días después que acabe la mudanza y se venda la casa-.
-Mateo, tomo en serio tu propuesta y si me gustaría viajar contigo, tal vez a un lugar exótico y hermoso-. juntos rieron con la ocurrencia de Isoline. Los novios por algunos días no se iban a encontrar. 
Era tarde cuando Mateo llegó a su casa iba a llamar a Vicente pero desistió, era mejor no crear expectativas si nada era seguro. De nuevo volvió a pensar en el baúl  y en el soldado, su voz era un poco triste aunque serena. Debido a los últimos sucesos, estaba más seguro que nunca a donde iba a llevar el baúl, era solo cuestión de días. Deseaba que su noche fuera tranquila y sin motivos de angustia, quería dormir en paz. Sus deseos se cumplieron porque se levantó al día siguiente descansado, el sueño profundo lo hizo sentir bien. ¡Qué alivio!, ¡Qué serenidad! 
Con el descanso pleno se sentía preparado para otro día de trabajo y de escuchar las  preocupaciones de Roberto con respecto a los resultado. Mateo siempre lo tranquilizaba para que no caiga en el estrés.
-Mateo- entró Roberto en la oficina -los nuevos resultados arrojan un margen positivo pero aun seguimos abajo del margen que deseamos-
-Roberto por favor, ya te expliqué que debemos esperar y seguir trabajando, no debes solo ver las cosas desde un punto hay que ver los resultados de fin de mes. Ahora déjame trabajar que tengo otros asuntos que atender- señaló Mateo para aclarar su posición. 
Aún no había oscurecido cuando Mateo pasó por la casa de sus padres, estaba la luz de la sala encendida, se sobresalto ¿Quién se encontraba en la casa y cómo había entrado?.
Mateo abrió con cuidado la puerta y casi dio un salto, era Justa que salía a su encuentro.
-Joven lo estaba esperando, usted me dijo que le avise a mi primo Valerio sobre los muebles que deseaba donar-.
-Justa casi me has matado del susto pensé que algún desconocido había entrado a la casa- contestó Mateo con cierto temor en la voz.
-Vamos no debemos perder el tiempo, las religiosas no abren la puerta si es muy tarde- agregó Mateo y de inmediato junto con Valerio comenzaron a cargar la camioneta con los muebles y objetos a donar.
La tarea no tomó mucho tiempo y con su carga se dirigieron al lugar donde recibían las donaciones.
Las religiosas se quedaron muy agradecidas con Mateo y le prometieron ofrecer unas misas de salud para que reciba las bendiciones del Señor.
Mateo agradeció el ofrecimiento y después de pagar la movilidad a Valerio regresó a la casa de sus padres para cerrar bien las puertas y apuntar lo que faltaba.  
Doña Ernestina que lo vio llegar salió a la puerta para pedirle cinco minutos de su tiempo: -Mateo deseo hablar contigo-.
-Por supuesto Doña Ernestina, pase usted en la sala vamos a estar mas tranquilos- sugirió Mateo.
-Querido hijo gracias por tanta paciencia para conmigo, yo sé que tú estas muy ocupado. El tema que deseo hablar es sobre la venta de la casa para mi prima Estela. He notado que han venido varias personas interesadas en comprar la propiedad. Tengo que confesar que mi prima no puede pagar el precio que pides por la propiedad pero si tal vez, tú y tu hermano hacen un reajuste ella pueda comprar y así vivir junto a mí-.
-Doña Ernestina me está comprometiendo, usted conoce que las propiedades tiene un valor de venta y no puedo vender a un precio por debajo del mercado, yo pido su comprensión- comentó Mateo seguro de sus palabras.
-Está bien Mateo no voy a insistir más en ello, los tiempos han cambiado y las casas han subido de precio- contestó Doña Ernestina.
-Gracias por su comprensión, siempre voy agradecer su amistad y su amabilidad- recalcó Mateo para que su vecina esté convencida de lo que decía.
Mateo lamentó no poder cumplir lo que quería doña Ernestina pero él fue sincero y el aprecio de la propiedad era real.
Los días habian pasado muy rápido e Isoline estaba de regreso. Mateo para ir a visitarla a su casa compró una caja de chocolates. Su corazón dio un vuelco de la emoción, tuvo que detenerse unos segundos en la puerta principal para serenarse. Tocó el timbre , Isoline abrió: 
-Mateo pasa por favor, parece que no nos hemos visto desde hace varias semana y solo han pasado tres días ya quería estar de regreso a tu lado, tengo que decir que te extrañe- comentó Isoline.
Mateo la abrazó y le entregó la caja de finos bombones de chocolate. Ella agradeció el presente y entraron a la sala. Su amor recién comenzaba a brillar y había muchas promesas entre los dos, el tiempo... solo el tiempo iba a decidir cual era el futuro para ellos. 


CONTINUARÁ          

    


       
    
  
 
 
 
        
      
    
 
        
   


 

domingo, 10 de abril de 2022

UNA CORTA HISTORIA

Mateo despertó sudoroso en medio de la habitación, la cabeza le daba vueltas y él trataba de reaccionar. No sabía que había sucedido pero el miedo a morir fue muy real. Caminó unos pasos descalzo y se sentó al borde de la cama, su respiración era pausada, aun no lograba coordinar  sus movimientos.
Las pesadillas o alucinaciones fueron  reales, él pensaba que iba a morir.
El reloj de la mesa de noche marcaba las dos de la mañana, tenía que volver a dormir pero sentía temor de entregarse a la muerte. 
Fue ingenuo al pensar que esos sueños habían desaparecido, todo lo contrario cada vez eran más reales. Se acordó del baúl no deseaba relacionarlo con lo que le estaba sucedía, pero desde que lo abrió su vida entró en un túnel oscuro.
El hombre que entregó a su padre el baúl, tal vez sabía de todo eso y se escondía en las sombras o simplemente desapareció. 
Mateo tomó una decisión definitiva, ahora, él era dueño del baúl y no iba a entrar en juego alguno de esconderse en la multitud. Él solo iba a decidir que hacer con el objeto de valor histórico. Estaba cansado y no buscaría más a Rodrigo o Felipe, cual sea su nombre. Nadie podía acusarlo de nada, el baúl llegó a sus manos y él lo llevaría a un lugar seguro.
Una vez tomada su decisión se sintió más tranquilo, su cuerpo ya coordinaba los movimientos con seguridad y su mente estaba alerta, fue a la cocina a prepararse una manzanilla para despejarse del todo.
En una taza se sirvió la manzanilla caliente y comenzó a beber lentamente, no quería dar más vueltas a lo sucedido pero era inevitable, sus temores se relacionaban con las pesadillas y su cuerpo entraba en otra dimensión.
Aun estaba oscuro cuando Mateo terminó de tomar el té de manzanilla, fue a la sala, se sentó en un sillón, cerró su mente a todo pensamiento negativo y se quedó dormido.
Seis de la mañana, sonó el despertador de su habitación, se levantó de un brinco, odiaba ese sonido pero ahora agradecía que lo despierte. Había dormido mal, su noche fue una pesadilla pero tenía que ir a trabajar, era su obligación.
La responsabilidad lo mantenía alerta en la oficina, debía dedicarse a su trabajo como siempre lo hacía, jamás evadía sus tareas. En la oficina como todos los días  Roberto lo mantenía al tanto de los últimos resultados. 
-Mateo- comentaba éste -nos hemos detenido de sopetón, los números no nos acompañan esto es preocupante- entregó a su jefe  los papeles con el último sondeo.
Mateo leyó con cuidado los resultados que Roberto le alcanzó, después de unos segundos dijo: -debes calmarte, los resultados no pueden ser inmediatos todo esto hay que saberlo leer, recuerda los tiempos son difíciles y demora un poco más en ver las soluciones,  debemos adaptarnos a la circunstancias que vivimos-finalizó Mateo.
-Si, es verdad pero ¿la gerencia general va a comprender eso?, ellos pueden decir que no estamos trabajando- contestó Roberto.
-No creo que piensen así, ellos saben muy bien lo que se esta viviendo en el país y milagros no podemos hacer. Sigamos adelante con el trabajo, peor es quedarnos de brazos cruzados- señaló Mateo para tranquilizar a Roberto.
Parte de la mañana en su oficina Mateo se mantuvo alerta ayudado por dos tazas de café, su falta de sueño y sus pesadillas lo habían agotado. Antes de la hora de refrigerio llamó a Isoline para invitarla almorzar. Ella se disculpó pero no podía aceptar su invitación, tenía una reunión de trabajo que incluía almuerzo y no debía  estar presente. Entonces Mateo la invitó a cenar a su departamento.
-Mi estimado amigo, ahí estaré puntual, a las siete ¿te parece?. Yo llevo el postre- comentó Isoline.
-Muy bien, a la siete en mi casa nos encontramos- ambos se despidieron y terminó la conversación.
Mateo pensó rápido en la cena y en lo que iba a preparar o sería mejor pedir un delivery para sorprender a Isoline con algún plato gourmet, de inmediato desechó esa idea. Él iba a cocinar algo especial para ella, tenía que conversar un tema serio. Para solucionar el dilema se acordó de una receta que su madre le había enseñado con eso estaba seguro que la iba a sorprender. Salió del trabajo media hora antes y en el supermercado compró todo lo necesario para cocinar, por el momento no deseaba pensar en nada más que en su invitación a Isoline.
Cuando llegó a su casa se puso un delantal  y manos a la obra, comenzó a preparar la receta que le dio su madre, un delicioso asado con puré de papa amarilla y una ensalada para acompañar, por supuesto no podía faltar un vino de calidad para cenar. 
Arregló Mateo el ambiente de la casa con velas y flores, todo había quedado a la perfección, la luz de las velas le daban el toque romántico que Mateo necesitaba para conversar con Isoline y hablar sobre su verdad.
Se cambió de ropa, algo más acorde con la ocasión, todo estaba listo para cuando llegue su invitada.
Un instante después sonó el teléfono, era Isoline que le pedía disculpas: -Mateo voy a demorar un poco las cosas se complicaron en la oficina espérame ya llego-.
Respiró profundamente parece que su cena se iba a enfriar y todo se arruinaría, habló en voz alta: -es lamentable esta situación creo que debí invitarla el fin de semana a si el trabajo no interrumpiría la cena-.
Casi había perdido la esperanza de cenar con Isoline e iba ha guardar el asado y el puré en el refrigerador, con gran tristeza tenía que desechar la ensalada cuando sonó el timbre de la puerta, al abrir era Isoline que le pedía un millón de disculpas por la media hora de tardanza.
-Mateo disculpa, fue casi al final de la reunión que un documento no aparecía pero al buscarlo con cuidado en el escritorio lo encontré dentro de una carpeta equivocada, mi asistente debió guardarla por error ¿Todavía podemos cenar? ¿estás de acuerdo?-. dijo Isoline con voz afligida. 
-No te preocupes ya estás aquí y eso es lo único que importa- contestó Mateo un poco nervioso. Era la primera vez que Isoline estaba en su departamento.
-Mateo que hermosas velas y las flores son tan bellas, gracias por tanta molestia, aquí está el postre que prometí, espero te guste, es un estrudel de manzana. Delicioso postre que me encanta-. señaló Isoline y le entregó el pastel.
Pasaron a la sala, se sentaron un momento, ambos prometieron no hablar del trabajo y relajarse para estar más tranquilos y disfrutar de la cena. 
Hablaron sobre temas generales, Isoline alabó el departamento amoblado con buen gusto, Mateo agradeció sus palabras y nervioso comentó. Isoline, estamos saliendo hace algunas semanas, ahora quisiera preguntar si tú y yo podemos ser algo más que amigos. La joven no esperaba una declaración de amor, fue algo inesperado: 
-Mateo yo estoy sorprendida por tus palabras es algo que no esperaba escuchar, no sé que decir, eres una persona muy linda y un buen amigo entonces me he quedado sin saber que decir-.
-No tengas cuidado, es mejor que me hables con la verdad, ahora comencemos con la cena, creo que me equivoqué al pensar que nosotros podíamos ser algo más- finalizó Mateo y se puso de pie para preparar la mesa y calentar el asado. 
Isoline también se puso de pie y lo detuvo poniendo una mano en su pecho: -Mateo no debes apresurarte, no he terminado de hablar.  Nosotros podemos ser más que amigos, si deseas saber que pienso, me agrada tu compañía pero ¿estás dispuesto a esperarme algunos días cuando tenga que hacer un viaje, recuerda es mi trabajo?-.
Mateo no dijo una palabra, se acercó a Isoline y la besó con amor,  la pasión los envolvía y para los dos desapareció el mundo a su alrededor.  
-Mateo debemos serenarnos- dijo Isoline unos segundos después -la cena va estar muy fría y las velas se van a consumir- agregó Isoline.
-No importa, tenemos este amor para encender una habitación- contestó Mateo y sonreía aun abrazado a Isoline: -estoy feliz de estar junto a ti, eso es lo único que importa. Voy a responder a tu pregunta, ¡si! voy a esperar los días cuando estés de viaje, supongo que no va ser para siempre-. 
-No sé que pueda pasar en adelante pero vivamos este amor y este momento que el destinos decida nuestro futuro- contestó Isoline y siguió a Mateo hasta la cocina.
Isoline y Mateo disfrutaron la cena, el asado estaba en su punto y el sabor era exquisito, del puré ni hablar la papa amarilla lo hacía especial: -Todo está delicioso, la carne suave... el puré excelente ¿Quién te enseñó a cocinar?- preguntó Isoline.
-Es una historia larga, lo que si puedo decir que fue mi madre la que me dio está receta- contestó Mateo.
Disfrutaron juntos la cena, tomaron  vino y saborearon el postre, fue en realidad un momento especial para los dos, las luces de las velas acompañaban el romance. Cuando fueron consientes de la hora Isoline ya tenía que despedirse.
-Mateo son casi las doce de la noche, tengo que irme, debo confesar que pase un momento feliz a tu lado. No te preocupes he traído mi carro no es necesario que me lleves- 
-No Isoline, te acompaño hasta tu casa yo te sigo atrás con el mío. No podría dormir sin saber cómo estas manejando a estas horas-.
Los dos enamorados llegaron  a casa de Isoline, se despidieron en la puerta, se abrazaron, parecía que  flotaban, el piso no existía, todo ello era debido a la emoción de estar juntos. 
Mateo llegó a su departamento había sido una noche de profundas emociones, se sentía feliz, nada más existía a su alrededor, Isoline lo había aceptado era el mejor día  -el mundo allá afuera, podía esperar-. 
El fin de semana Mateo se dedicó a la mudanza en la casa de sus padres, eso estaba tomando más tiempo del necesario. 
Sábado en la mañana Isoline lo llamó para encontrarse más tarde, ella pasaría por la casa de los padres de Mateo.
Una hora más tarde la prima Aidé vino a recoger, la consola, el espejo y el mueble verde que había pedido a Mateo, fue un alivio que se llevé esos objetos porque así no tenía más cosas de las que ocuparse. 
-Gracias mi querido primo, todo esto lo voy a cuidar como la tía Esther le hubiera gustado- 
Justa también se llevó algunos muebles  y agradeció a Mateo, le dijo también que su primo estaría al día siguiente para recoger los muebles que serían donados: -Justa puedes escoger más cosas, mi madre estaría de acuerdo.
Mateo trabajó toda la mañana e Isoline vino ayudarlo en la tarde, no era los planes que tenían para estar juntos pero había tiempo de disfrutar la compañía entre los dos.
A media tarde Domingo llamó a Mateo para preguntar si tenia alguna nueva noticia con respecto al baúl. 
Mateo contestó: -Domingo no tengo nada nuevo que comentar pero he decidido no buscar más. No sé con que intención ese hombre dejó el baúl en manos de mi padre, se acabo ahora es mío y está en mi poder-.
Domingo estuvo de acuerdo, Mateo no podía pasar los días buscando alguien que se escondía y daba nombres falsos.
En la noche los enamorados se despidieron, habían trabajado juntos parte del día, era hora de descansar. 
Salieron de la casa y cruzaron la calle, en la puerta de Isoline se abrazaron para despedirse, el amor los llenaba y prometieron verse al día siguiente. Mateo se quedaría a dormir en casa de sus padres quería estar cerca de su novia.
Antes de irse a descansar, sintió curiosidad por volver a examinar el uniforme de Bernardo Torre. Abrió con cuidado el baúl y ahí estaba la casaquilla y el pantalón con las botas junto a las cartas. Mateo levantó la casaquilla, tenía manchas de sangre al lado del corte que el tiempo había desteñido, podía imaginar el dolor que sintió el soldado con la herida en su cuerpo, seguro fue mortal y le quitó la vida. Todo esto eran conjeturas que no lo llevaban a ningún lado. Volvió a cerrar el baúl y prometió no pensar más en él. 
Antes de dormir se bañó, se puso la pijama, apagó el televisor en el que estaba viendo una serie. Un viento frio recorrió la habitación, a los pocos minutos Mateo dormido escuchó una voz que decía: 
-¡No puedes imaginar mi experiencia vivida en la guerra! no eres soldado-. Mateo estaba paralizado y sin aliento. Podía oír la voz del soldado y estaba inmóvil, no escuchaba los latidos de su corazón. El pánico lo congeló y habló en voz alta -¡ESTOY MUERTO, NO SIENTO LOS LATIDOS DE MI CORAZON!- mientras decía esto, escuchó una voz que le hablaba -no estas muerto Mateo, solo estas,  en otra dimensión.


CONTINUARÁ 

     
 
       
         
 
                   
     
         
       


 

domingo, 3 de abril de 2022

UNA CORTA HISTORIA

Mateo se había quitado la venda y contemplaba la mano que ya estaba casi recuperada, movía los dedos y estos obedecían sus órdenes. Sintió un gran alivio al saber que no se había fracturado un solo hueso a pesar que el golpe en la pared fue violento producto de su miedo.
No estaba dispuesto a volver a repetir la acción, primero era su salud antes que nada.
Toda la semana no había tenido pesadillas, ni caminó dormido  en medio de la noche, era una gran noticia no escuchar la voz que hablaba en sus sueños. El quería pensar que estaba liberado de todo aquello. Ahora su única preocupación era encontrar al hombre misterioso, dueño del baúl. 
Mateo salió con Isoline el día anterior, los dos se sentían bien en compañía del otro, eso era fácil de adivinar por las sonrisas de Isoline y la conversación fluida entre los dos.
-Isoline- preguntó Mateo en un momento de la conversación -¿siempre piensas seguir en el mismo empleo y viajar todo el tiempo?-.
-Mi querido amigo, es mi trabajo, no puedo decir que no a los viajes pero todo este mes  estaré en la ciudad, no me toca viajar, a menos que se presente algún cambio de última hora. En algún momento he pensado buscar otro empleo pero no estoy segura, tengo demasiadas dudas, es un poco arriesgado tomar decisiones apresuradas. ¿Por qué la pregunta?- contestó Isoline.
-No, por nada, solo sentí algo de curiosidad sobre tu trabajo, debe ser complicado viajar todo el tiempo-dijo Mateo.
-Soy inspectora en jefe y es mi responsabilidad visitar en cada provincia las oficinas de la empresa para saber si todo marcha bien, tengo que confesar que no es fácil y que regreso muy agotada de los viajes-.
La conversación tomó otro rumbo y ambos disfrutaban saborear los deliciosos helados de una una famosa heladería de la ciudad, parte de la tarde pasaron juntos, hablando un poco del trabajo de sus hobbies y proyectos a futuro.
Cuando Mateo dejó a Isoline en su casa la volvió a invitar para salir juntos: -debemos aprovechar todo el tiempo que estés en la ciudad, me gustaría volver a salir contigo- propuso Mateo.
Isoline estuvo de acuerdo en volver a salir, se sentía bien al lado de Mateo, quedaron en verse el martes por la tarde para un paseo por la ciudad.
En su departamento Mateo buscó el maletín donde guardaba la dirección del hombre de la foto que se supone era dueño del baúl. Ahora tenía una cara, un rostro y un lugar donde buscarlo, tenía que hacer muchas preguntas. Volvió a observar su mano que sostenía el papel con la dirección, era la mano herida, felizmente ya no era necesario seguir usando la venda, podía moverla con libertad y no sentía dolor. Estaba tranquilo, las pesadillas o lo que fuera se habían ido y esperaba no volver a caminar dormido.
Tenía que seguir preparando la mudanza de la casa de sus padres. El fin de semana llenaría dos cajas más y terminaría con el primer piso para seguir con el segundo. Se había propuesto la semana siguiente visitar a su padre en el Campo Santo, tenía casi dos meses de haber partido, fue doloroso despedirse de él, pero era  mejor, estaba sufriendo demasiado por la enfermedad y eso no era bueno. En el mismo lugar se encontraba la tumba de su madre, también dejaría flores para ella,  era un recuerdo lleno de ternura para él, 
El teléfono de su departamento sonó y el timbre lo sacó de sus pensamientos: -mi querido primo- saludo Aidé -que bueno que te encuentre en casa, quería hablar contigo sobre la mecedora del tío Aurelio, no quiero que pienses que te llamo para molestar- señaló la prima.
-No molestas para nada, hay la suficiente confianza entre los dos como para que preguntes lo que sea,  pero te puedo decir que la mecedora se queda conmigo, es un recuerdo querido de mi padre. Si deseas puedes escoger otro mueble- agregó Mateo.
-Entonces con tu permiso puedo llevarme la consola y el espejo del hall y el silloncito verde del corredor, están impecables, sé muy bien que la tía Esther cuidaba sus cosas- contestó Aidé y propuso: 
-¿Puedo ir el fin de semana para recogerlos en la camioneta de mi esposo?-
-Puedes venir- contestó Mateo -yo voy a estar en la casa, pasa por los muebles en la mañana- Mateo se despidió de su prima y ambos cortaron la llamada.
Si Aidé, escogía otros muebles, él se los regalaría, Mateo necesitaba ubicar cada mueble en el lugar correcto, con personas que los cuiden y los aprecien.
Sostenía en la mano el papel con la dirección que le diera el Gran Maestro. Los cipreses 332 Valle Alto. Leyó en voz alta, no quería dilatar más el tiempo, iría a esa dirección  al día siguiente, era hora de conocer a este hombre que había dejado el baúl a guardar con su padre.
Temprano en la oficina Mateo se concentraba en su trabajo, había tenido un sueño tranquilo y profundo se sentía despejado y agradecía al cielo que fuera así. 
Roberto lo interrumpió unos segundos,  tenía que hablar con su jefe sobre la conversación que el otro día no pudo hacer, porque Mateo salió de prisa. 
-Mateo aquí están algunos resultados sobre los cambios que hemos realizado, no son los que deseamos pero hemos avanzado. Con los tiempos que vivimos esto es un adelanto muy bueno- señaló Roberto y le entregó el informe.
En sus manos tenía Mateo el informe de la semana, era muy pronto para ver las señales de éxito pero algo se había logrado: -sigamos adelante esto es una buena noticia.
La asistente Rebeca entró a la oficina para decir: -Mateo el gerente general quiere que vayas en este momento a su oficina, desea hablar contigo-
-Roberto lo siento pero debo cortar nuestra conversación- contestó Mateo y se puso de pie. De su escritorio tomó el informe y salió con dirección a la oficina del gerente.
Tocó la puerta y entró -Buenos días- saludó.
El gerente le señaló un asiento frente a él y habló -quiero un informe de como van las cosas en tu sección Mateo. Los tiempos no son fáciles pero es necesario hacer diversos ajustes-. comentó.
-Señor, estos son los resultados del informe con los números recientes sobre nuestro trabajo- Mateo le alcanzó las hojas -creo que vamos por buen camino a pesar de lo complicado en la economía del país que no ayuda-.
El gerente analizó el resultado de la primera semana: 
-No podemos dormirnos en nuestros laureles, la competencia esta muy fuerte y tenemos que lograr mejores resultados. Voy a quedarme con este documento para analizarlo con cuidado. Sigan trabajando para no descuidar lo avanzado- Mateo se retiró de la oficina confiado en el trabajo de su equipo.
En la tarde dejó la empresa una hora antes de salida, quería ir a la dirección señalada en el papel, deseaba resolver ese dilema que no lo dejaba tranquilo.
Llegó a los Cipreses 332 Valle alto se paró frente a la casa con el número señalado, ésta tenía al frente un pequeño jardin y una ventana junto a la puerta. Se acercó y tocó el timbre varias veces, parecía que no había nadie. Retrocedió y tocó el timbre de la casa vecina, una señora salió atender.
-Buenas tardes señora- saludó Mateo -puede usted decirme si alguien vive en la casa de a lado-
-Buenas tardes, en la casa de a lado no hay nadie en este momento, la persona que vivía solo ocupó la propiedad dos meses. Nos parecía raro pero nunca puso cortinas en las ventanas y no había luz, la casa estaba a oscuras. Mi esposo se acercó una tarde para ver si necesitaba algo pero dijo que no necesitaba nada, agradeció la ayuda y se presentó con el nombre de Felipe Salas-.
Mateo se sorprendió, era otro nombre, del bolsillo de su sacó tomó la foto de la Logia y se la mostró a la señora: 
-Puede ser este hombre el que vivió en la casa- señaló el tercero de la segunda fila.
-Si es él, por el saco puedo reconocerlo, siempre lo vi usando el mismo saco y su cabello peinado con algún gel.
Era un nombre diferente al que dio en la Logia, tal vez los dos podían ser falsos, pensó Mateo. Esto se estaba convirtiendo en un problema y el hombre llamase Felipe o Rodrigo no aparecía, seguro no quería ser descubierto. Mateo se encontraba en una calle sin salida, con nombres falsos y un hombre que definitivamente se escondía. ¿Cuál era el motivo?... no tenía idea.
Agradeció a la señora la información y preguntó por el dueño de la casa -él vive en el extranjero, alquila la casa por Internet- contestó la vecina  
Era comprensible todo apuntaba a un disfraz por parte de este hombre que se mantenía en la sombras. Mateo agradecio la información y se alejó.
De regreso a su departamento no quería pensar más en el asunto, el baúl estaba en casa de sus padres y eso era suficiente.
El martes como habían quedado con Isolina se encontraron en el restaurant cerca al trabajo, después de cenar salieron a caminar por las cercanías, hablaban de su día  y lo complicado que se ponía a la hora de ejecutar las nuevas políticas. 
-Parece que no van a cambiar las cosas por mucho tiempo, realizar una operación de negocio es un verdadero problema, con la economía que no nos da estabilidad- comentó Isoline.
Mateo estuvo unos segundos distraído, quería hablar con ella sobre lo que estaba viviendo con el dichoso baúl pero luego lo pensó mejor y guardó silencio. Ella no le creería o diría que estaba inventando historias.
Tarde en la noche regresó a su casa después de acompañar a Isoline hasta su casa. Se acostó temprano antes de eso revisó algunos papeles de trabajo y durmió profundamente, como si nunca fuera a despertar. Se levantó con el sonido del despertador y se cambió para salir a su oficina, desde ahí llamaría a Domingo el amigo de su padre para contarle las malas noticias.
Alrededor de las once de la mañana marcó el número del amigo de su padre cuando éste contestó  comentó todo lo sucedido: -Domingo estoy como al principio, en nada, la dirección que conseguí no me llevó hasta el hombre del baúl. Tengo una dirección y dos nombres falsos que no me llevan a sitio alguno- finalizó Mateo y comentó más detalles que pensaba podían ser ciertos.
Domingo también estaba sorprendido, ir de un lado a otro no le sirvió de nada: -Mateo tal vez este hombre es un farsante y no quiere ser descubierto-.
-El hombre puede ser un farsante pero lo que hay dentro de ese baúl es real no es falso. Guarda objetos que son parte de la historia. Ya sabré que voy hacer con todo eso- contestó Mateo.
Hablaron sobre algunos detalles más y luego se despidieron.
El resto del día Mateo se dedicó a su trabajo, en un cajón del escritorio guardó la foto y la dirección con los dos nombres del hombre que se había convertido en un misterio.
Desde que leyó las cartas no las había vuelto a tocar no quería manipularlas demasiado para evitar que se rompa el papel, eran testigos de la historia. Lamentaba que el soldado que las escribió nunca pudo enviarlas a su amada, ella jamás  se enteró de sus penas, sus miedos y la esperanza que tenía de volver a su lado.
Mateo recordó que en una de las cartas Bernardo Torre escribía: 
-Pronto vamos a llegar a nuestro destino, en tierras de Chile, ahí debemos quedarnos un tiempo porque hay otra batalla que librar, no deseo preocuparte con mis angustias pero es verdad, tenemos que seguir luchando por nuestra Independencia. No hay otro camino. Querida mía, nos espera la lucha y las horas están contadas, debo confesar que el temor me acecha. Deseo que pidas por mí al creador para que me proteja, deseo declararte todo mi amor.  
Es como si estuviera leyendo la carta en sus manos, Mateo podía recordar cada palabra. Que tristeza no volver a encontrarse con Amelia pero así fue el destino de este hombre que luchó junto a otros al lado del general San Martin.
Mateo esperaba dormir esa noche tranquilo, el sueño pronto lo venció, no sabía cuanto tiempo había pasado pero no podía moverse, ni despertar sentía un peso que apretaba el pecho y su mente solo repetía -¡DIOS MIO VOY A MORIR... NO PUEDO, NO QUIERO!. La presión era cada vez más fuerte, y comenzaba a tener dificultad para respirar, él luchaba por despertar y salir de la pesadilla que lo tenía  atrapado. Parecía todo tan real que su cuerpo casi se entregaba a la muerte.

CONTINUARÁ