El cuerpo de Mateo se mantenía inmóvil no podía moverse, escuchaba la voz del soldado que hablaba.
Hemos cruzado la cordillera y estamos en tierras de Chile, aquí nos vamos a encontrar con el ejército de Bernardo O'Higgins. Estamos cansados y tenemos hambre, el camino ha sido largo y estuvimos expuestos a las inclemencias del clima.
En Chile debemos librar otras batallas, pero la batalla de Maipú será la que selle la Independencia de este país. La lucha será cruenta, dura y violenta, muchos de mis compañeros van a morir pero nos queda la convicción que luchamos por la causa de la Independencia y la libertad.
Mi nombre jamás será escrito en las páginas de la historia, seré como muchos soldados anónimos, pero tengo la paz de que estuve en el lugar de los hechos y formé parte del ejército libertador, acompañé al General San Martin en todas las batallas que se libraron por causa de la Libertad.
El general nos habla para levantar nuestra moral y seguir adelante: -después de proclamar la Independencia de Chile, debemos llegar al Perú por el camino del mar, este es el último bastión del ejército realista. Es necesario asegurar la Independencia de toda América, la historia nos lo exige-. También nos dijo que se debe evitar el desorden y la anarquía, porque si esto sucede, los paises sería ingobernable y las consecuencias lamentables.
Luego de declarar la Independencia de Chile, el ejército Libertador y El General San Martin nos vamos a embarcar rumbo a Perú. Es en este lugar donde se entrevistará con el Virrey la Serna en Punchauca, la reunión resultará un fracaso debido a las posturas opuestas de ambas partes. Días después el Virrey la Serna abandonará Lima y partirá rumbo a España. Como dije antes el General no deseaba la guerra ni la muerte de los soldados pero en esas circunstancias no había otro camino.
Con un discurso vigoroso el General Don José de San Martin declaró la Independencia del Perú un 28 de Julio de 1821. Con ello se da un paso gigantesco hacia el futuro como país independiente y América queda en nuestras manos.
Yo voy a morir en tierras peruanas, nunca regresaré a mi país, ni al lado de mi amada. Antes de morir seré testigo de una ultima reunión en privado entre el General San Martin y Simón Bolívar que ha llegado a tierras peruanas, nadie sabrá jamás que se habló en aquella reunión, fue a puerta cerrada. Al término de ese encuentro, El General San Martin se despedirá del Perú y partirá a Chile luego a Mendoza para seguir al final su camino al destierro en Francia.
Yo seguiré librando batallas junto a Simón Bolívar para asegurar la emancipación definitiva del Perú y de América. Me entristece decir que mi muerte será causada por una herida mortal de bayoneta, ese fue mi fin y mi destino.
De pronto, en medio de la noche silencio en la habitación, Mateo ya no escuchaba la voz del soldado y con un movimiento brusco logró despertar, todo daba vueltas en su cabeza debido al mareo. Lentamente con las manos se tocó el rostro para asegurarse que estaba vivo que su cuerpo tenía movimiento y su corazón latía con fuerza. Se sentó al borde de la cama, se controló para no reaccionar con violencia, debía esperar que su cerebro se conecte a su cuerpo, no deseaba perder la calma para no hacerse daño como la vez anterior que golpeó la pared por causa del miedo y la desesperación.
-¿Qué había sido todo aquello?- el soldado Bernardo Torre le contó sus vivencia de la guerra y Mateo no sabía que hacer, fue algo tan extraño que no alcanzaba a comprender.
Completamente despierto, se levantó de la cama, no podía volver a dormir, ahora no sentía miedo pero si una gran ansiedad. Era verdad todo lo que el soldado decia, su uniforme estaba en el baúl y el corte a un costado de la casaquilla era la señal de que su herida fue mortal, tal vez murió en el acto. Fueron días que se vivieron en el pasado para que cada país sea libre de tomar sus determinaciones.
Mateo bajó las escaleras a la cocina para prepararse un té de manzanilla, eso siempre lo calmaba, según su madre era muy efectivo para los estados de ansiedad y falta de sueño. Mientras tomaba el té reflexionaba sobre todo la que había escuchado, lamentaba la suerte del soldado y no quería ser frío pero él no podía hacer nada para cambiar su suerte ni su historia. Ahora Mateo estaba más seguro de donde debía llevar el baúl, que se encontraba en sus manos y era suyo. Él iba a buscar un lugar adecuado.
Amaneció el nuevo día con una brillante luz, Mateo quería volver a estar ocupado con la mudanza ya el primer piso estaba terminado. De todas maneras hablaría con Justa para que su primo venga a recoger algunos muebles que serian dados en donación a las Hermanas de la Caridad, ellas siempre necesitaban muebles y enseres. No deseaba perder más tiempo y comenzó a trabajar en el segundo piso.
El cuarto de sus padres fue lo primero que Mateo arregló para iniciar la mudanza, durante mucho tiempo su padre había guardado todos los objetos y ropa de su esposa. En grandes cajas guardaba la ropa de su madre que estaban impecables y casi nuevas, todo iría a donación.
El teléfono sonó y lo sacó de sus recuerdos, era Amanda Roble que le decía -Buenos días Mateo, tengo excelentes noticia, hay un matrimonio que tiene hijos pequeños y están muy interesado en la casa, desean ir a verla y es posible que pidan un reajuste. ¿Estas dispuesto a hacerlo?- finalizó.
-Amanda buenos días, estoy dispuesto hacer el reajuste siempre y cuando sea un trato justo, tú mejor que nadie sabes que no puede ser demasiado-. contestó Mateo.
-Muy bien mi querido amigo, vamos a visitar la casa en la tarde con este matrimonio y veremos que sucede. Debes tener todo en orden para que se llevan una buena impresión, adiós-. finalizó y cortó la llamada.
Mateo tenía toda la mañana para desocupar y ordenar las cosas de sus padres, tiempo le iba a faltar y cajas también.
En el futuro que nadie le hable de mudanzas, con lo que estaba haciendo era suficiente.
Isoline llegó a visitar a Mateo antes del almuerzo para ayudarlo. Podía apreciar la ropa de la madre de su novio: -tu madre tenía muy buen gusto y sabía de moda, siempre la recuerdo muy arreglada y muy fina sin exageraciones, era una persona especial y llena de vida. Con mi madre lamentamos mucho cuando partió de este mundo- comentaba Isoline.
-Si, mi madre era especial, muy preocupada y cariñosa con su familia- contestó Mateo.
-Querido- dijo Isoline -mañana se inicia una nueva semana y tengo que viajar, el mes se ha pasado demasiado rápido. Mi viaje va a durar tres días y estaré de regreso pronto-.
-Esta bien- dijo Mateo -no te preocupes voy a esperar tu regreso, tengo una semana muy cargada de trabajo, las cosas en la oficina, no van como uno quisiera pero debemos seguir adelante-. Mateo no deseaba hablar sobre su experiencia de la noche con la voz del soldado, todo parecía tan inverosímil que no tenía explicación. Era mejor por el momento no decir nada.
Almorzaron juntos en casa de Isoline, su madre había preparado un delicioso almuerzo que disfrutaron como en familia. Clara, la madre de Isoline conversaba con Mateo con mucha soltura, lo conocía desde niño y conocía a sus padres. Fue una hora agradable y tranquila disfrutando del almuerzo de Doña Clara.
Mateo agradeció la invitación pero tenía que retirarse, Amanda Roble llegaría en cualquier momento con los posibles compradores. Isoline prefirió quedarse para no intervenir en asuntos que correspondían a Mateo: -Mas tarde voy a venir para ayudarte de nuevo con la mudanza- comentó y se despidieron en la puerta de su casa.
Media hora más tarde Amanda Roble y el matrimonio interesado en la casa estaban llegando. Se dieron los saludos protocolares y entraron a la casa, La esposa dijo -Gabriel la casa es tan bonita y espaciosa, los niños van a tener mucho espacio para jugar- comentó llena de alegría.
-Si, es verdad pero debemos esperar para recorrer toda la propiedad y ver si llegamos a un acuerdo- comentó Gabriel.
Todos juntos recorrieron la propiedad y los esposos estaban satisfechos, la casa además de ser espaciosa estaba bien diseñada.
-Si ustedes se animan a comprar la propiedad harán una buena inversión, la casa esta en perfectas condiciones- dijo Amanda.
-Si, así es- agregó Mateo -aquí hemos mi familia y yo, el vecindario es amable y acogedor, los vecinos son personas atentas y educadas- agregó Mateo.
Gabriel el padre de familia contestó -La casa es una bella propiedad, en unos días nosotros les haremos llegar nuestra propuesta- el matrimonio minutos después se despidió.
-Mateo debemos esperar si hay una buena respuesta, yo creo que se va a decidir la venta en estos días. No pierdas tiempo y desocupa la casa pronto- señaló Amanda y también se retiró.
Isoline llegó a los pocos minutos para ayudar a Mateo, juntos harían la mudanza más rápido.
-En la noche voy a llamar a Vicente para que esté preparado en caso tenga que viajar para firmar papeles y cerrar la venta pero debo decirle que no se adelante todavía a nada, tenemos que esperar- conversaba Mateo con Isoline mientras llenaban cajas y separaban lo que se iba y lo que se debía desechar.
Muy tarde en la noche los enamorados se despidieron, Isoline tenía que viajar al día siguiente pero antes Mateo preguntó: -¿te gustaría hacer un viaje conmigo por unos días después que acabe la mudanza y se venda la casa-.
-Mateo, tomo en serio tu propuesta y si me gustaría viajar contigo, tal vez a un lugar exótico y hermoso-. juntos rieron con la ocurrencia de Isoline. Los novios por algunos días no se iban a encontrar.
Era tarde cuando Mateo llegó a su casa iba a llamar a Vicente pero desistió, era mejor no crear expectativas si nada era seguro. De nuevo volvió a pensar en el baúl y en el soldado, su voz era un poco triste aunque serena. Debido a los últimos sucesos, estaba más seguro que nunca a donde iba a llevar el baúl, era solo cuestión de días. Deseaba que su noche fuera tranquila y sin motivos de angustia, quería dormir en paz. Sus deseos se cumplieron porque se levantó al día siguiente descansado, el sueño profundo lo hizo sentir bien. ¡Qué alivio!, ¡Qué serenidad!
Con el descanso pleno se sentía preparado para otro día de trabajo y de escuchar las preocupaciones de Roberto con respecto a los resultado. Mateo siempre lo tranquilizaba para que no caiga en el estrés.
-Mateo- entró Roberto en la oficina -los nuevos resultados arrojan un margen positivo pero aun seguimos abajo del margen que deseamos-
-Roberto por favor, ya te expliqué que debemos esperar y seguir trabajando, no debes solo ver las cosas desde un punto hay que ver los resultados de fin de mes. Ahora déjame trabajar que tengo otros asuntos que atender- señaló Mateo para aclarar su posición.
Aún no había oscurecido cuando Mateo pasó por la casa de sus padres, estaba la luz de la sala encendida, se sobresalto ¿Quién se encontraba en la casa y cómo había entrado?.
Mateo abrió con cuidado la puerta y casi dio un salto, era Justa que salía a su encuentro.
-Joven lo estaba esperando, usted me dijo que le avise a mi primo Valerio sobre los muebles que deseaba donar-.
-Justa casi me has matado del susto pensé que algún desconocido había entrado a la casa- contestó Mateo con cierto temor en la voz.
-Vamos no debemos perder el tiempo, las religiosas no abren la puerta si es muy tarde- agregó Mateo y de inmediato junto con Valerio comenzaron a cargar la camioneta con los muebles y objetos a donar.
La tarea no tomó mucho tiempo y con su carga se dirigieron al lugar donde recibían las donaciones.
Las religiosas se quedaron muy agradecidas con Mateo y le prometieron ofrecer unas misas de salud para que reciba las bendiciones del Señor.
Mateo agradeció el ofrecimiento y después de pagar la movilidad a Valerio regresó a la casa de sus padres para cerrar bien las puertas y apuntar lo que faltaba.
Doña Ernestina que lo vio llegar salió a la puerta para pedirle cinco minutos de su tiempo: -Mateo deseo hablar contigo-.
-Por supuesto Doña Ernestina, pase usted en la sala vamos a estar mas tranquilos- sugirió Mateo.
-Querido hijo gracias por tanta paciencia para conmigo, yo sé que tú estas muy ocupado. El tema que deseo hablar es sobre la venta de la casa para mi prima Estela. He notado que han venido varias personas interesadas en comprar la propiedad. Tengo que confesar que mi prima no puede pagar el precio que pides por la propiedad pero si tal vez, tú y tu hermano hacen un reajuste ella pueda comprar y así vivir junto a mí-.
-Doña Ernestina me está comprometiendo, usted conoce que las propiedades tiene un valor de venta y no puedo vender a un precio por debajo del mercado, yo pido su comprensión- comentó Mateo seguro de sus palabras.
-Está bien Mateo no voy a insistir más en ello, los tiempos han cambiado y las casas han subido de precio- contestó Doña Ernestina.
-Gracias por su comprensión, siempre voy agradecer su amistad y su amabilidad- recalcó Mateo para que su vecina esté convencida de lo que decía.
Mateo lamentó no poder cumplir lo que quería doña Ernestina pero él fue sincero y el aprecio de la propiedad era real.
Los días habian pasado muy rápido e Isoline estaba de regreso. Mateo para ir a visitarla a su casa compró una caja de chocolates. Su corazón dio un vuelco de la emoción, tuvo que detenerse unos segundos en la puerta principal para serenarse. Tocó el timbre , Isoline abrió:
-Mateo pasa por favor, parece que no nos hemos visto desde hace varias semana y solo han pasado tres días ya quería estar de regreso a tu lado, tengo que decir que te extrañe- comentó Isoline.
Mateo la abrazó y le entregó la caja de finos bombones de chocolate. Ella agradeció el presente y entraron a la sala. Su amor recién comenzaba a brillar y había muchas promesas entre los dos, el tiempo... solo el tiempo iba a decidir cual era el futuro para ellos.
CONTINUARÁ
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