lunes, 12 de agosto de 2024

TRES HISTORIAS...¡5,500 MSNM!

Ya era de noche, en la casa de la familia Sánchez habían terminado de cenar. En la sala cómodamente sentados Amanda, su hermana Nora y su esposo Gerardo, conversaban sobre la visita de sus hijos que ya habían partido, cada uno a sus respectivos hogares y trabajos en los países donde vivían. 
En los días que los muchachos estuvieron presentes, la casa se llenó de vida, alegría y conversaciones sobre los recuerdos de cuando eran pequeños y como se fue desarrollando la vida en la casa de la familia.  
Amanda recordaba cuando celebraba los cumpleaños de cada uno de sus hijos, el hogar se llena de niños para celebrar y cantar ¡Happy birthday! qué días felices aquellos y que emoción ver la alegría de sus hijos al recibir sus regalos. Luego vino la adolescencia y después la adultez de los jóvenes que buscaban encontrar su propio espacio y camino. Ni Amanda ni Gerardo sospecharon alguna vez que sus hijos iban a escoger vivir y desarrollar sus carreras en otros países. 
-Gerardo- comentó, Amanda -dentro de unos meses debemos viajar para visitar a Lucy, no es  fácil para ella venir a vernos. Su trabajo la absorbe demasiado-. 
-Si, creo que tienes razón, debemos planificar un viaje para visitar primero a Lucy, ella nos espera con mucha ilusión, además quiero tener en mis brazos al pequeño Nicola. Después podemos visitar a nuestros muchachos- contestó el esposo pero en su mente tenía planificado desde hace varios días otro viaje, uno que su voluntad se lo imponía, era algo que lo atormentaba y deseaba realizar. 
Nora que estaba presente con ellos en la sala comentó -Mis sobrinos nos llenaron de alegría, su visita fue el mejor regalo que tuviste mi estimado cuñado- después agregó -haciendo un paréntesis sobre los viajes y las visitas que desean hacer a mis sobrinos, quiero contarles que hoy tuve un día muy difícil en el hospital de Maternidad donde trabajo, tuvimos varias sesiones de partos como ya es común en un hospital de esa naturaleza, pero hubo un caso que si nos hizo desesperar y preocupar por las consecuencias que podía traer. Entró al hospital una mujer a las ocho de la mañana con dolores terribles de parto, tenía contracciones y es aquí donde se presentan los problemas. Estaba por traer al mundo a su octavo hijo, pero tenía una gran dificultad, la criatura se encontraba atravesada dentro del vientre y no podía nacer, el tiempo lo teníamos en contra, se debía practicar una cesárea y ese fue un gran dilema. La señora por su religión se negaba a que le practiquemos la operación y muchos menos ponerle algún tipo de medicina que calme el dolor. Ella decía que era la voluntad de Dios que esto suceda y que su religión le prohibía cualquier tipo de medicina para aliviarla. Una enfermera le habló sobre las consecuencia de no operar -la criatura puede morir y usted también puede perder la vida, piense en sus otros hijos y en su esposo, ¿Qué van hacer sin usted?-. La mujer se cerró completamente no iba a permitir una operación o que le pongan algún sedante. Suplicando a todos dijo -Dios ha dispuesto que así sea, si debo morir, tengo que respetar su voluntad. El doctor Arena fue directo con ella y contestó -usted está en el hospital de Maternidad no podemos dejarla morir ni tampoco a su bebé, es necesario actuar cuanto antes-. La señora no escuchaba al doctor, ella seguía repitiendo que Dios era su refugio y que solo él podía salvarla. Cansados de escuchar las mismas palabras la dejamos a solas en la sala de emergencia para que reflexione  y con una enfermera nos fuimos a buscar a su esposo a él se le explicó claramente cual era la situación. Para salvar a la madre y al hijo, debía firmar un documento y otorgar el permiso para operar a la esposa. El hombre dudó, repitió las mismas palabras que su señora, entonces hablé -Si no vamos a operar a su esposa, en este momento debe llevarla  a otro hospital, si muere en el camino, esa será su responsabilidad- terminé de explicar. El esposo al oír  mis palabras y las consecuencias de lo que podía suceder reaccionó y por fin firmó el permiso para proceder con la cesárea. Si nos demorábamos unos minutos más la criatura hubiera comenzado a tener sufrimiento fetal con consecuencias devastadoras para el bebé. La cesárea le salvó la vida a la hermosa niña y a la madre. Es terrible cuando se involucra a Dios en asuntos terrenales y se quiere forzar situaciones. El doctor Arena y su equipo realizaron la operación y todo llegó a un final feliz.  Se vivieron momentos de tensión y complicaciones, estabamos frente a la vida o la muerte de esta mujer. Tratamos de convencer al esposo para realizar una operación y esterilizar a la esposa para que no tenga más hijos. -No es bueno que una mujer tenga tantos hijos, eso va en deterioro de su salud- le recomendamos que era lo mejor. El esposo no quiso escuchar simplemente exclamó -¡No, no y no! no lo voy a permitir, nosotros tendremos la cantidad de hijos que Dios disponga-. No insistí, lo que suceda en el futuro con esta familia es su responsabilidad. Una de las enfermeras le dio un folleto sobre el control de la natalidad de forma natural. El esposo lo recibió, lo dobló y guardó en su bolsillo. Fue toda su respuesta.  
Amanda y Gerardo comentaron sobre el caso, parecía que las complicaciones vienen en todas las direcciones a la hora de un parto. 
Amanda contestó -Nora es increíble lo que nos cuentas sobre este caso, parece sacado de tiempos bíblicos-.
-Nadie en la sala de emergencia podía creer lo que sucedía en ese momento, la terquedad a la que puede llegar una persona en nombre de su religión. No importa que su vida este en peligro o la vida de su hijo. Por otro lado, tengo que decir que en mi consulta privada, he tenido bastante trabajo también esta semana. Cada día más mujeres prefieren dar a luz en la comodidad de su hogar. La tasa de nacimientos en nuestro país aún es alta. Por cada pareja nacen de tres a cuatro niños, en las clases sociales de bajos recursos y en la clase media y la clase alta los nacimientos son de un niño o dos como máximo. Si los dos padres trabajan se complica aun más la situación estas parejas suelen tener solo niño, esto suponemos es el camino del futuro-. finalizó Nora sus comentarios.
-Suponemos que esto puede pasar- comentó Amanda -criar hoy en día varios hijos es complicado y caro para los padres, el costo de vida sube cada día más-.
Nora se despidió de su hermana y Gerardo, ya era tarde y al día siguiente tenía que madrugar, como siempre el trabajo la ocupaba. 
Amanda preguntó a su esposo antes de ir a dormir -¿qué te parece si desde mañana buscamos  comprar los pasajes para Italia? recuerda que tenemos que revisar pasaportes y hacer algunos documentos. Comprar los boletos de viaje con dos meses de anticipación nos saldría más cómodo-.
Gerardo no contestó en el instante, estaba pensando la manera de decirle a su esposa que él quería realizar primero otro viaje. 
-Lucy recién a viajado de regreso a Roma- exclamó el esposo -debemos dejarla que se instale, además ella nos tiene que avisar a donde tenemos que llegar si a Roma o a Milán-.
-Entonces vamos a esperar que nos diga Lucy cuando debemos viajar- fue la respuesta de Amanda.
No era el momento, pensó Gerardo para proponerle a su esposa otro viaje, conversar sobre ese tema sería mejor hacerlo en la mañana mientras desayunaban tranquilos en el comedor. Se acostaron para dormir y pronto el sueño profundo los invadió, 
Con el primer rayo de luz del nuevo día, Gerardo se levantó, había dormido profundamente toda la noche pero en los últimos días en las mañanas al levantarse sentía un pequeño dolor como una punzada en el lugar donde tenía el corte de la operación, el doctor Montes que lo trataba le decía que eso se debía a que la herida estaba cicatrizando -te hemos realizado un corte profundo, tienes que tener paciencia y darle tiempo a tu cuerpo para que sane completamente- con estas palabras le aseguraba que todo iba bien.
Después de bañarse y cambiarse se dispuso a tomar el desayuno junto a su esposa en el comedor, Amanda ya tenía todo preparado y servido sobre la mesa. Gerardo dudó unos segundos y luego pensó que era el momento para tratar el tema del viaje que quería realizar.
-Amanda querida- dijo con voz serena -he pensado mucho en estos días y deseo hacer un viaje que es más corto que viajar a Italia y está dentro de nuestro país-
Su esposa tomó atención de sus palabras ¿qué deseaba hacer Gerardo?, se preguntó y luego contestó 
-¿cuál es ese viaje que deseas hacer y a donde?-.
-Deseo ir hasta la montaña, subir para visitar mi pueblo. Esta idea no me deja tranquilo, quiero visitar el lugar de descanso de mis padres, conversar con mis hermanas que viven todavía en la casa familiar-.
Un segundo de silencio, Amanda no sabía qué contestar, su esposo recién tenía un mes de operado y quería ir hasta la montaña,  era un viaje muy agotador ¿Qué decirle ahora para convencerlo de no hacer el viaje debido a su salud?. Gerardo no escucharía sus palabras y querría realizar  el viaje de todas maneras. ¿Qué decisión tomar ahora? pensó ¿cómo convencerlo que ese viaje no debía realizarlo. Su esposo podía ser a veces muy vehemente cuando se proponía algo. ¡Qué dolor! y ¡Qué preocupación!... para Amanda. 

CONTINUARÁ     
      


              

 

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