martes, 24 de septiembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Mariane invitó a Concepción un te de manzanilla, la notaba nerviosa y no deseaba que se ponga más triste.
-Concepción, me parece que usted está exagerando- dijo Mariane -Beti-Flor es una joven tan bien educada. Usted la ha criado con mucho amor y buenas costumbres-.
-Si, lo que dices es verdad, tú conoces bien la historia de mi niña, ella en realidad no es mi hija biológica, yo la he tenido siempre rodeada de amor. Mi esposo y yo le hemos dado lo mejor dentro de nuestras posibilidades económicas, la casa que tenemos un día será su herencia. Nosotros no tenemos más hijos Beti-Flor es el centro de nuestras vidas.  Ahora  está estudiando publicidad que es lo que siempre ha deseado- terminó de hablar Concepción.
La explicación de la madre de Beti-Flor era cierto, la joven siempre estuvo rodeada de atención y amor por sus padres, nada podía ser más real que eso, pero habia una verdad que no se podía ocultar, la joven no era hija biológica de Concepción y su esposo Noel, ella lo sabia y lo aceptaba sin problemas al menos se notaba en la relacion familiar con sus padres.
La historia de Beti-Flor comienza veinte años antes, Concepción comentaba con Mariane:
-Tal vez te parezca exagerado mi comentario, pero no es así. Éramos una familia de cuatro hermanos y nuestros padres. La mayor de todos era mi hermana Magda la segunda hija era yo,  la tercera hija era Vania y el ultimo era nuestro hermano Renato. Conformábamos una familia unida y feliz con la exepcion de los problemas que no faltan en toda  familia. Mi hermana mayor Magda era una joven de carácter difícil y complicado, siempre contestaba de manera fría y altanera a nuestros padres, su conducta los hizo sufrir demasiado, con nosotros sus hermanos no era diferente, peleaba muchas veces sin razón. Es mi hermana y no deseo hablar mal de ella pero era la verdad, siempre quería hacer su voluntad y nada la hacia recapacitar. Quería ser independiente y vivir su vida, era muy bonita y pretendientes nunca le faltaron. Tenia veinte años, cuando una mañana me llamó a la habitación cerró la puerta y me dijo con voz atribulada que estaba esperando un bebé, al comienzo pensé que bromeaba y repetí -¡Un bebé!  ¿estás segura?-. Si estoy segura contestó y luego suplicó -no se lo digas a nuestros padres-. En esas circunstancias cómo podía decir algo, les hubiera roto el corazón. Prometí no decir nada, los días pasaban y mi madre que no era distraída con sus hijos se dio cuenta que Magda estaba en estado de espera. Ella tuvo cuatro hijos no fue difícil darse cuenta que sucedía con su hija mayor, a pesar de que mi hermana hizo lo imposible por ocultar su estado de gravidez. Mi madre fue directa con ella y preguntó, mi hermana al comienzo  negó todo, después no le quedó más remedio que admitir la verdad. Eso fue un terremoto en el hogar, lo único que acordamos con mi madre, fue no decir nada por el momento. Las semanas pasaban y ya era inevitable, mi padre tuvo que saber la verdad de lo que ocurría con su hija mayor. En su habitación a solas mi padre al enterarse de la verdad  lloró, él tenia mucho amor por sus hijos y está noticia lo devastó, aun así perdonó a Magda y dijo que el bebé seria criado en el hogar como un hijo más. Mi hermana guardó silencio y aceptó la decisión de mis padres, lo que más le molestaba era no poder salir a pasear, la familia no deseaba oír comentarios de los vecinos. Magda y yo compartíamos la misma habitación y escuchaba sus comentarios no siempre agradables con respecto a su estado. Tengo que admitir que ella jamás dijo quien  era el padre, nosotros nunca supimos la verdad. Llegó el día del parto, nació en casa una hermosa niña, todos estabamos felices menos Magda, recuerdo que no deseaba ver a su hija y mi madre se la llevó a su habitación. Todos los hermanos nos quedamos sin palabras y llenos de ira, cómo Magda podía proceder de esa manera. Mis padres de nuevo perdonaron su actitud, tal vez ese fue su mayor error, siempre disculparon a su hija y nunca le llamaron la tencion. Habia transcurrido solo una semana del nacimiento de la bebé cuando Magda me llamó a la habitación que compartíamos, pude ver que estaba muy arreglada, junto a ella habia una maleta y tenia en los brazos a su hija. Me llamó a su lado y me dijo -yo no puedo tener a esta criatura es mejor que tú la críes, ahora tengo que irme de la casa-. Me entregó a su hija de unos días de nacida. Le rogué y llore que no se fuera que no era necesario, todos en la familia la íbamos apoyarla, ella no escuchó mis suplicas, en vano fueron mis palabras. Tomó su maleta y salió de la casa, aprovechó que no estaban nuestros padres. Paralizada del miedo por la situación y con la bebé en brazos, lloré de tristeza y dolor. Mi hermana se fue sin dar marcha atrás cuando mis padres regresaron y se enteraron de lo sucedido, fue mi padre quien dijo con pesar -Magda ha escogido su camino, nosotros vamos a velar por la bebé-  Mi padre fue el que bautizó a mi niña y le  puso el nombre de Beti-Flor porque decia que era la flor más hermosa del jardín. Con el tiempo no saber nada de Magda causó dolor y enfermedad a mis padres, cinco años después de su partida, ellos se fueron de este mundo con una diferencia de meses. Yo me quede con Beti-Flor y la crie con todo el amor posible. Cuando conocí a Noel le conté mi historia y él me comentó -viviremos con Beti-Flor, ella será nuestra hija- me case y forme mi hogar, no tuve hijos y mi niña se convirtió en el centro de nuestras vidas- terminó su historia Concepción.
Mariane, conocía la historia de Beti- Flor pero no sabia todos los detalles, escuchó en silencio a Concepción, no tenia una respuestas para ella. 
-Mi querida Mariane, si te he contado toda mi historia es porque sé que de estas paredes no va salir ningún comentario, ustedes guardan mi secreto nadie más lo sabe. Para todo el vecindario Beti-Flor es mi hija y punto. Toda esta conversación viene porque hace tres días mi niña me habló muy seria -madre quiero viajar a conocer a mi madre biológica, necesito hablar con ella y saber quien es en realidad, tengo que hacer muchas preguntas- Yo me quede sin respiración por lo que me pedía y me negué a que realice ese viaje. Tuve una discucion con mi hija, no deseo que conozca a Magda, sé que no va a recibir bien a Beti-Flor, su carácter es difícil y no creo que ahora sea diferente. Desde que se fue solo escribió una carta de cinco líneas, donde decia que estaba bien y que vivia en Cajamarca, no quería que nadie la visite. Esa fue su única correspondencia, aun tengo la carta, una sola carta en todos estos años. Mi pregunta es ¿debo dejar que Beti-Flor haga ese viaje?, ¿qué debo hacer Mariane dime algo por favor?
-Concepción lo que usted me cuenta es algo delicado y no tengo respuesta para su pregunta, yo no puedo intervenir en asuntos de su familia- contestó Mariane.
-Te pido que me ayudes, qué harías tú si estuvieras en mi lugar, estoy en un grave dilema. Lo que me da más temor es que Beti-Flor me ha pedido viajar sola no desea que la acompañe. Me dice que  es mayor  de edad y que puede desenvolverse ante cualquier circunstancia- agregó Concepción con voz de ruego. 
El silencio llenó la habitación unos segundos después Mariane contestó -usted quiere mi opinión voy a decirle que haría yo en su lugar, la dejaria viajar, Beti-Flor está en el derecho de conocer a su madre, hablar con ella y resolver muchas preguntas sobre su vida. Todos necesitamos saber la verdad de nuestro nacimiento y de donde venimos-. Fue la respuesta final de Mariane.
Concepción no estaba muy convencida de dejar que viaje su hija, reconocía que Mariane tenia razón pero su corazón le dictaba otra cosa  -gracias por tus palabras tengo que pensar bien que voy a decidir, ese viaje no es de mi agrado- comentó al final Concepción y se despidio.
Mariane lamentaba la situación de Beti-Flor y su madre, ellas tenia mucho que resolver y al final la decisión de viajar le pertenecía a la joven, ella estaba en todo su derecho.
Todavía no se habia cumplido el tiempo de ir hacer la denuncia a la policía sobre su hermano Joel. Habia una llamada que esperaba Mariane de Alfredo de la Guerra, para saber algo sobre su hermano, ella no culpaba a la empresa solo deseaba saber que habia sucedido con Joel el viernes ultimo antes de salir de la oficina.
Alfredo como habia prometido a Mariane averiguar sobre su hermano, tenia ahora en su poder las carpetas de trabajo de Joel,  comenzó a examinar con cuidado cada una de ellas, todo parecía estar en orden. Estas carpetas no pasaban por sus manos, pertenecían al proyecto "Costa Azul" que dirigía Luis Alberto Águila Roca  hijo menor de la familia que eran dueños de varias empresas, entre ellas la empresa constructora que manejaba Luis Alberto. El proyecto era una inversión de varios millones de dólares. La familia habia confiado al hijo menor este proyecto. Al comienzo Alfredo no tomó muy en serio la inspección de dichas carpetas pero al examinar con más cuidado comenzó a darse cuenta que habia varios faltantes y que las cuentas y fechas no coincidían. Se habian girado cheques con sumas que no correspondían. Qué sucedía con todo este asunto, en que arreglos turbios estaba metido Joel, acaso cambiaba las cuentas de dinero  y las depositaba en otro Banco. Decir que robaba dinero de la empresa era temerario y acusar a una persona sin pruebas era aun peor. Tenia que investigar más a fondo el tema, por el momento no podía hablar nada a Mariane sobre estas carpetas, acusar a alguien a la ligera era temerario. Alfredo se preguntó en silencio ¿Tenia todo esto algo qué ver con la desaparición de Joel? ¿qué podía hablar con Mariane para que no llame a la policía?  


CONTINUARÁ   

                                  
     



 

lunes, 16 de septiembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Alfredo de la Guerra, jefe de Joel estaba impresionado con la presencia de Mariane. No sabía que éste empleado tenía una hermana tan atractiva. En la conversación que sostuvo con ella  había prometido averiguar que hizo Joel el último viernes después de salir de la oficina. Llamó a los compañeros de trabajo que eran más cercanos a él y con los que se iba a las fiestas. Entrevistó en su oficina a uno por uno y todos coincidieron en los mismo, Joel no  salió con ello después del trabajo  para tomar unas cervezas, y relajarse, él se quedó en la oficina hasta más tarde, según sus palabras tenía que terminar unos documentos pendientes, eso fue lo que comentó con sus amigos. 
Rodolfo que era un compañero del grupo fue más explícito al decir que Joel en los últimos días actuaba de manera extraña. 
-Él siempre estaba listo para salir a divertirse- comentó Rodolfo -ahora en cambio parecía no querer ir a ningún lado con nosotros, todos pensamos que tenía una novia secreta que no deseaba presentar. Reímos un poco, le hicimos algunas bromas y luego lo dejamos sentado en su escritorio frente a su computadora, eso fue lo último que supimos de él-.
Alfredo de la Guerra preguntó -¿Qué trabajo era el qué tenía que terminar?-.
-No sé cual era el trabajo que tenía que hacer- contestó Rodolfo -pero en el cajón de su escritorio debe estar la carpeta con el trabajo del que hablaba.
Alfredo sintió curiosidad, quería saber que es lo que estaba haciendo Joel y a que trabajo se refería. Ordenó a Rodolfo traer la carpeta del escritorio de su amigo, éste presuroso fue a la oficina que compartían todos los empleados y del cajón del escritorio de Joel, tomó la carpeta en mención y la llevó a su jefe. Alfredo le pidió a Rodolfo que se retire y con la carpeta en su poder examinó con cuidado los documentos que guardaba en su interior, a simple vista todo parecía en orden, los números coincidían y las fechas también. 
Pensativo y decidido averiguar que hacía Joel en la oficina después del horario de trabajo, mandó a llamar al jefe de servicio Fabián Caldero, a éste le pidió traer al personal de seguridad que estuvo de guardia el último viernes. Cuando se presentaron los agentes, Alfredo les preguntó si habían visto al empleado Joel Torre salir del edificio de la empresa y a que hora. Los tres agentes contestaron que lo habían visto salir alrededor de la siete de la noche, las oficinas a esa hora del día ya estaban sin empleados. Uno de ellos comentó que lo vio acompañado de otro hombre que no sabían quien era, pensaron que tal vez era un empleado más de la empresa. 
Ninguno de los agentes se alarmó porque ambos caballeros conversaban y reían, a unos metros los esperaba un carro negro, los dos subieron al asiento de atrás donde había una tercera persona y se perdieron por la avenida. Lo último que alcanzaron a ver fue que Joel iba en medio de los dos caballeros. 
Alfredo de la Guerra se sorprendió de esto último, un empleado iba con Joel, ¿Quién podía ser?. Les pidió a los agentes que describan físicamente a este hombre, por lo que ellos describieron podía ser cualquier empleado que trabajaba en una de las oficinas. El edificio de la empresa tenía quince pisos con un número respetable de empleados. 
¿Qué había pasado ese día viernes? lo más grave, no se sabía donde estaba Joel. Todo lo ocurrido dejó a Alfredo de la Guerra con más preguntas que respuestas. Cómo presentarse ante Mariane y decirle que su hermano había desaparecido en la oscuridad de la noche. Tenía que darle la razón cuando ella dijo, nadie se hace humo sin dejar huella.
Fabián y los agentes de seguridad se retiraron de la oficina de su jefe, no sin antes de escuchar sus palabras -todo este asunto es de máxima discreción, nadie debe comentar algo al respecto hasta no saber la verdad-
Alfredo llamó de nuevo a Rodolfo a su oficina y le pidió que traiga todas las carpetas en la que trabajaba Joel, quería llegar al fondo de este asunto y pensó que en unos días tendrían a la policía dando vueltas por la empresa y preguntando a los empleados que hicieron el último vienes  para tomar nota de los pasos de Joel. Esto gracias a la denuncia de su hermana, podía culpar a Mariane de recurrir a la policía... ¡no!, ella solo quería saber que pasó con su hermano y donde se encontraba.
Unos minutos más tarde Rodolfo entró en la oficina del gerente con siete carpetas en las que estuvo trabajando Joel, las puso sobre el escritorio y antes de retirarse escuchó las advertencias de Alfredo de la Guerra:
-Rodolfo, quiero que este asunto de Joel se mantenga con discreción, no sabemos que ha pasado con él, por lo tanto silencio-.
-No se preocupe señor, yo no haré comentario alguno sobre el tema- sentenció Rodolfo al final y salió de la oficina. 
Las carpetas estaban sobre su escritorio, Alfredo comenzó a examinar cada una, deseaba tener una respuesta para Mariane. Al día siguiente, la iba a llamar por teléfono para aclarar el tema sobre su hermano, hasta ese instante no encontraba responsabilidad de la empresa por la ausencia de Joel.
Mariane de regreso a su casa se encontraba un poco contrariada después de hablar con el jefe de Joel, no saber nada de su hermano comenzaba a ponerla nerviosa. Como había prometido al gerente, iba a esperar un día para tener una respuesta, luego iría a la policía para presentar su denuncia. Cuantos más  días transcurrían más peligro corría Joel. 
Almorzó algo ligero que Asunta, la empleada de casa le sirvió, esta preguntó a Mariane un poco asustada:
-Señorita, ha pasado algo malo con el joven Joel- 
-Asunta, estoy a la espera de una respuesta, necesito saber donde está mi hermano, son muchos días los que han pasado y él no viene a casa, tal vez le sucedió un accidente y no sabemos donde. Te pido por favor no hacer comentarios con nadie del vecindario, esto es un asunto muy delicado. Si se entera alguien de los vecinos, todos van a hablar lo que les parece. Deseo evitar malos entendidos para no causar dolor a mis padres, ellos por el momento están de viaje y no saben nada de lo que ocurre en casa- contestó Mariane preocupada.
-Señorita yo le prometo que de mis labios no saldrá una palabra de este tema- contestó Asunta con discreción  
El timbre de la puerta principal sonó ¿Quién podía ser? Asunta fue abrir, era Concepción la vecina de la casa de a lado. Se escuchó su voz que preguntaba por Mariane, ella no deseaba recibir visitas no tenia buen ánimo pero ya era demasiado tarde, Concepción estaba a su lado y traía una cara de angustia que la delataba.
En realidad Concepción era muy amiga de Alegría, la madre de Mariane, las dos conformaban un grupo de amigas del vecindario, solían reunirse una vez a la semana en casa de algunas de ellas  para conversar o salir a festejar uno de los cumpleaños. Las señoras conformaban un grupo alegre y divertido, además de ello siempre organizaban rifas para recaudar dinero y ayudar a la casa de los niños con menos recursos. En navidad les llevaban juguetes y ropa para que pasen unas fiestas alegres.
Concepción tenía mucha confianza con la familia de Mariane y siempre la puerta de la casa estaba abierta para ella. 
-Mariane disculpa si te molesto- dijo con voz apagada  -sé que Alegría no está en casa pero necesito hablar con alguien y que mejor que tú que eres la hija de mi mejor amiga y una persona muy comprensiva-.
Mariane no tenía otra salida que escuchar a la amiga de su madre, la invitó a sentarse para conversar su voz denotaba preocupación, Concepción se encontraba triste. 
-Querida, no sé que hacer en este momento, se trata de Beti-Flor, cada día está más rebelde- comentó y se acomodaba el cabello siempre hacia lo mismo cuando se ponía nerviosa. 
Beti- Flor era una joven alegre, risueña y confiada, Mariane no la encontraba rebelde ni mal educada,  era todo lo contrario pero Concepción siempre exageraba para referirse a ella. No lo hacía con el ánimo de molestar sino de protegerla, quería demasiado a Beti-Flor y no deseaba que sufra un dolor en la vida. Mariane conocía la historia de la joven, sabía cual era el secreto que guardaba Concepción.


CONTINUARÁ          
 
     
 
 
     
             

 

lunes, 9 de septiembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Fabian Caldero contestó: -Señorita Mariane yo comprendo la preocupación por  su hermano pero la empresa no es responsable del paradero de sus empleados. La billetera fue encontrada en el ascensor porque pudo haberse caído del bolsillo del saco o pantalón y Joel no se dio cuenta-.
-Por favor- contestó Mariane al punto de perder la paciencia -si así hubiera sido no cree que él estaría de regreso en la empresa para reclamar su billetera o buscar en que lugar se cayo.
Fabian Caldero no sabía que responder ante los reclamos de Mariane y se disculpó para ir a buscar al gerente que era jefe de Joel.
-Señor- comentó Alfredo en la oficina del gerente -la señorita que busca a su hermano no entiende mis explicaciones, tal vez, si usted habla con ella pueda comprender mejor-.
Alfredo de la Guerra no estaba con muchas ganas de hablar con Mariane sobre el paradero de su hermano, él tenía asuntos más importantes que atender en su oficina. Caminó por el pasillo no de muy buen humor, entró en la sala de espera para conversar con Mariane.
-Señorita Mariane, nosotros no tenemos responsabilidad alguna sobre el paradero de su hermano, él es una persona adulta y sabe donde va, no es nuestro problema saber que hizo después de salir de la oficina.
-Señor de la Guerra, mi intención no es hacer problemas, si no averiguar que pasó con mi hermano y porque su billetera se encontró dentro del ascensor de esta empresa, vuelvo a repetir nadie se va de fiesta sin documentos ni dinero. Su teléfono no contesta- finalizó Mariane un poco nerviosa.
-Vamos hacer esto- contestó Alfredo -vayamos a buscar en las cámaras de seguridad para ver que paso el viernes que su hermano estuvo en horario de trabajo en la empresa-
-Fabian muestra las cámaras de seguridad a la señorita para que vea a que hora  salió su hermano  de la oficina- mandó el gerente. 
-Disculpe señor- dijo Fabian -pero las cámaras de seguridad se borran al final de la semana para empezar ha gravar de nuevo la semana que comienza-. 
-¿No hay un archivo donde puedan estar gravadas las imágenes?- preguntó desconcertado el jefe. Está era una nueva situación y él ignoraba como funcionaba el sistema de cámaras de seguridad en la compañía.
-No señor, el sistema se limpia para que pueda volver a funcionar de nuevo- contestó el jefe de servicio.
Alfredo de la Guerra se encontraba incómodo con los resultados de su gestión, solo se le ocurrió decir. -Señorita Mariane, yo prometo averiguar que hizo su hermano en el horario de trabajo del último viernes y le informo con detalle sobre el caso. Sus compañeros más cercanos deben estar al tanto de los pasos de su amigo-.  
Mariane contestó con algo de desánimo -señor de la Guerra, no tengo noticias de Joel desde el viernes que salió de casa muy temprano para trabajar. Disculpe pero voy a esperar solo un día su respuesta, de lo contrario tendré que ir a la estación de policía para hacer la denuncia del caso. No puedo seguir esperando que pasen más días sin tener noticias de mi hermano-.
Alfredo pensó que no era conveniente que la empresa se vea involucrada en un asunto con la policía, eso no era parte de su política, ni una buena publicidad, tampoco podía culpar a la hermana de Joel que se sienta preocupada al no saber donde se encontraba su hermano. 
-Por favor, espere usted un día antes de hacer su denuncia, los compañeros de Joel deben estar al tanto de los pasos de su amigo- comentó el gerente, jefe de Joel para convencer a Mariane, ella aceptó su propuesta y  rogó en silencio que alguno de ellos sepa algo sobre su hermano. Esperaba además que en el transcurso de las horas Joel regrese a casa. Imaginó cosas terribles como que podía estar perdido o que lo habían asaltado y estaba inconsciente en algún lugar.  No pudo contener las lágrimas al salir de la empresa y despedirse de Alfredo de la Guerra.
De regreso a casa Mariane se desespero aun más, su hermano Joel no estaba, tampoco había llamado por teléfono. Esta situación se estaba saliendo de control y no sabía que hacer ni a quien llamar. Solo daba gracias al cielo que sus padres se encontraban de viaje. La familia de Mariane poseía una pequeña casa de campo más arriba del pueblo de Canta, ahí sus padres solían pasar largas semanas de los meses de verano por ser un lugar más fresco que la capital. Ambos padres disfrutaban del clima, del paisaje y sus paseos cerca a las montañas. El padre de Mariane, tenía en el campo una frondosa colección de cactus que cuidaba con esmero y dedicación. La madre dedicaba su tiempo a preparar recetas nuevas con los productos naturales que los campesinos de los alrededores producían. 
Si sus padres estuvieran con ella en casa, la madre seguro estaría con una crisis nerviosa  al no saber nada de su amado hijo y el padre sufría de presión alta, una mala noticia sobre Joel podía causarle un daño grave a la salud. Con la desaparición de su hijo ambos padres estarían al borde del dolor y el sufrimiento. Era mejor que estuvieran lejos, Mariane hasta el momento  manejaba la situación. 
No saber nada de su hermano estaba comenzando afectar sus emociones ¿Qué había pasado con Joel? ¿Dónde fue después de salir del trabajo? estás preguntas no tenían respuesta. 
Mariane recordó que su hermano tenía una novia, si bien era cierto ya no se frecuentaban, tal vez ella podía saber algo o tenga alguna dirección donde ubicar a Joel. Buscó su teléfono en la agenda de la casa, creía que en esa libreta estaba apuntado su nombre. Encontró la agenda  sobre una mesita de la sala, leyó hoja por hoja hasta ubicar el nombre de Magdalena Día. Mariane la recordaba como una joven dulce y agradable, nunca comprendió porque su hermano rompió con ella, fue muy breve el romance. Al comienzo dudó de llamarla  pero luego marcó el numero de Magdalena, cuando ésta contestó, la hermana de Joel preguntó si sabía algo sobre su hermano o quizás podía darle algún número de teléfono de un amigo cercano.
-Mariane ¿cómo estás?- preguntó la joven -lamento tener que decirte que no sé nada de Joel desde que terminó nuestra relacion. No conozco a sus amigos lo suficiente como para tener sus teléfonos. Disculpa la pregunta. ¿le ha pasado algo a Joel?-.
No tenía sentido explicarle a Magdalena sobre su hermano, ellos ya no se frecuentaban, entonces no valía la pena comentar algo. -No Magdalena, todo está bien con Joel- fue la respuesta de Mariane, se despidió de ella y apagó el teléfono.
La última esperanza que le quedaba era saber algo de Joel a través de Alfredo de la Guerra éste iba a preguntar a sus compañeros de trabajo, seguro ellos sabían algo de Joel. De no conseguir nada por ese lado, tendría que recurrir a la policía para presentar una denuncia sobre el paradero no habido de su hermano desde hace tres días. La policía debía investigar ¿Dónde está Joel?.


CONTINUARÁ 
         
  

 

 

lunes, 2 de septiembre de 2024

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Eran los primeros días de febrero el mes más cálido del verano, Mariane terminaba de tomar el desayuno con toda la calma porque estaba de vacaciones y no tenía que salir corriendo para llegara temprano a su trabajo en una empresa multinacional. Desempeñaba el cargo de asistente de gerencia. Su mes de vacaciones lo quería aprovechar de principio a fin. No había conversado con sus amigas para ir juntas de viaje,  dos de ellas se habían casado recién y la tercera no estaba de vacaciones.  
Mariane se lamentaba porque el calor a esas horas de la mañana se comenzaba a sentir muy intenso en la ciudad. Frente a ella y sobre la mesa tenía varios catálogos de viaje, donde se ofrecían vacaciones soñadas. Viajes a lugares exóticos, playas hermosas llenas de sol en el caribe, ciudades preciosas en la costa de España. Mariane todavía no se había decidido a que lugar viajar, en realidad no había planificado nada para el presente año. En cambio fue diferente el año anterior que viajó con cuatro amigas a Rio de Janeiro y pasaron una semana espléndida conociendo las playas de Copacabana y todos los lugares turísticos que ofrecía la ciudad. Realmente lo pasaron muy bien, fue un viaje para recordar. Ahora en cambio sus amigas no estaban libres y ella sola no sabía donde ir de viaje. Tal vez, pensó quedarse en casa para ordenar algunos asuntos pendientes, no se podía quejar su casa era amplia y muy cómoda, su padre la había comprado varios años atrás, cuando él tenía un excelente trabajo y con el dinero de su jubilación hizo muy buenas inversiones que le permitía a la familia vivir con cierta comodidad aunque ya no sostenía a su hija Mariane y a su hijo Joel, ellos eran independientes y corrían con sus gastos. La casa quedaba en las primeras cuadras de la av. Del Viento # 455 dentro de la urbanización Los Rosales cerca a la avenida Brasil en la ciudad de Lima. 
Para Mariane la vida transcurria entre el trabajo, el hogar y sus reuniones de fin de semana, hasta ese momento todo parecía andar bien, sus vacaciones recién comenzaba y ella quería disfrutar el verano. Solo había algo que la molestaba, eran las nueve de la mañana del día lunes, la semana recién comenzaba y su hermano Joel no aparecía, todo el fin de semana estuvo ausente, según él se fue de paseo. Era cierto que su hermano solía ausentarse los fines de semana, se iba con sus amigos y no regresaba hasta el domingo en la noche muy tarde o el día lunes muy temprano para ir a trabajar, jamás faltaba. Esto preocupaba a  Mariane porque su ausencia al trabajo no era una conducta usual en su hermano, 
Joel era un joven atractivo y divertido, le gustaba las fiestas, los viajes y los paseos. Él habia nacido ocho años después que Mariane su hermana mayor, cuando sus padres pensaron que ya no podían tener más hijos llegó Joel al hogar y se convirtió en el centro de la familia, en el engreído de sus padres, sobre todo de la madre que hacía de todo por él. Mariane adoraba a su hermano pequeño y no dudaba en cuidarlo cuando su madre se lo pedía. El padre era menos consentidor pero aun así era su hijo querido. La vida en el hogar transcurria alrededor de este niño. Los años fueron pasando y Mariane se daba cuenta que había que poner un poco de rigor a su hermano para no echarlo a perder, muchas veces le decía a su madre que no debía consentirlo en demasía, era necesario más disciplina. La madre la escuchaba hacía el intento pero no lo suficiente. El padre si ponía más disciplina y le exigía a su hijo cumplir con sus estudios en el colegio y la universidad. De esta forma Joel se había convertido en un profesional, tenía un buen trabajo, era inteligente y se desempeñaba muy bien en su ámbito laboral. 
Mariane terminó el desayuno, la preocupación por su hermano no la dejaba tranquila, se dirigió al dormitorio de éste para ver si encontraba alguna nota o alguna pista que le indique donde podía estar. La habitación de Joel siempre estaba impecable y ordenada, nada había fuera de su lugar, en su escritorio libros, papeles y agendas tenían un orden exacto. Su  closet era lo mismo, la ropa bien colgada y separada por colores, las camisas blancas separadas de las demás. Las colonias ocupaban su lugar en el armario. Mariane sabía que Joel era un poco obsesivo con el orden nada podía estar fuera de su sitio, todo estaba limpio e impecable. Buscó en el cajón del escritorio una agenda o una nota pero no encontró nada, abrió el closet no faltaba ropa y ella recordó que tuvo una conversación con su hermano, el último viernes antes de salir. Éste e iba  a una reunion, bien vestido, impecable y con perfume de una colonia fina, su cabello bien peinado y cuidado.  Así era Joel, cuidadoso en cada  detalle de su vestir y de su persona. 
-Joel- exclamó Mariane cuando vio a su hermano -a donde vas tan elegante y perfumado-
-Mi querida hermana- contestó -voy con unos amigos a una reunión, tal vez regrese tarde en la noche, no me esperes-. Fue toda su respuesta.
-Joel, no puedes tener este ritmo de vida, no hay sueldo que alcance, siempre vas a fiestas o reuniones, tu vida es un carnaval-.
-No te preocupes por mi, querida Mariane, sé lo que hago y a donde voy. Ahora el dinero no es un problema-. Estas fueron sus últimas palabras antes de despedirse de ella. ¿qué trataba de decir Joel por qué tenía una actitud despreocupada?- sé preguntó Mariane.
Cerró la puerta de la habitación de Joel, no encontró nada que le pueda dar un indicio de su paradero, comenzaba a inquietarse no quería pensar que algo malo le pudo haber pasado. 
Trató de distraerse leyendo los catálogos de viajes para ver si se decidía de una vez, donde pasar unos días de verano y sol.  
Al medio día sonó el timbre de la puerta principal, fue a atender Asunta la señora del servicio: 
-Señorita Mariane- exclamó -hay un joven que desea hablar con usted parece un mensajero-.
Mariane atendió rápidamente al joven que venía a buscarla : -es usted pariente del señor Joel Torres-
-Soy su hermana- contestó.
-Vengo de parte de la empresa donde trabaja su hermano, para entregarle este sobre- sacó del maletín un sobre amarillo y lo entregó a Mariane, ésta lo recibió después de firmar un documento. 
Cerró la puerta, dio algunos pasos hasta la sala, abrió el sobre que contenía en su interior la billetera de Joel, no había una nota que explicaba donde fue encontrada y en que circunstancias. Sus tarjetas de crédito, un billete de cien y su documento de identidad estaban dentro de la cartera, esto alarmó más a Mariane porque su hermano no iba a ir a ningún sitio sin su billetera.
Joel siempre tuvo cuidado con sus objetos personales, a veces su hermano era un misterio, que hacía o dejaba de hacer. 
Pensó que la empresa tenía que darle alguna explicación al respecto, era mejor no esperar más e ir a visitar su centro de trabajo.
Fue a su habitación a prepararse no podía dejar de pensar que algo grave pudo ocurrirle  y ella debía averiguarlo.
Mariane llegó al trabajo de su hermano Joel y pidió hablar con su jefe inmediato, el gerente responsable era Alfredo de la Guerra. Éste se encontraba en una junta y no podía recibirla hasta terminar su reunión.  
Sentada sobre un cómodo sillón en la sala de espera Mariane nerviosa se ponía a pensar en mil situaciones, quería saber como habían encontrado la billetera de su hermano y donde.
Después de una hora de espera entró en la sala el gerente, jefe de Joel, se presentó ante Mariane y le preguntó a que se debía su presencia. 
Mariane  agregó: -vengo a conversar con usted porque la empresa ha enviado a mi casa la billetera de mi hermano y sin más explicación me la entregó. Estoy preocupada por él y su paradero, solo tengo su cartera, documento y tarjetas de crédito. 
Sorprendido contestó el gerente: -no tengo conocimiento de lo que usted me habla, debe ser el personal de servicio el que encontró la billetera y el jefe de esa sección la envió a su casa. Voy a pedirle que venga para que hable con usted-.  
Mariane indignada con la actitud indiferente del jefe de su hermano añadió: -supongo que tampoco conoce el paradero de Joel-.
-Supone bien señorita, no sé donde está su hermano- contestó y salió de la sala para llamar al jefe de servicio. 
Fabián Caldero jefe de servicio informado de la situación se presentó ante Mariane y comentó que la billetera de su hermano la había encontrado el personal que hace la limpieza dentro del ascensor, exactamente en una esquina del piso, me la entregaron y yo procedí a enviarla a su casa. De su hermano no se nada y menos cual es su paradero. 
Entonces me veo obligada- sentenció Mariane -hacer una denuncia a la policía  sobre la desaparición de mi hermano dentro de la empresa donde trabaja. Como puede ver usted nadie se va de fiesta sin su billetera, dinero ni documentos que fueron encontrados dentro del ascensor en esta empresa-.
Ninguna persona del trabajo podía decir que había pasado con su hermano, no había explicación sobre su paradero. Mariane estaba al borde de una crisis de nervios, Joel no podía desaparecer sin dejar huella.



CONTINUARÁ