Fabian Caldero contestó: -Señorita Mariane yo comprendo la preocupación por su hermano pero la empresa no es responsable del paradero de sus empleados. La billetera fue encontrada en el ascensor porque pudo haberse caído del bolsillo del saco o pantalón y Joel no se dio cuenta-.
-Por favor- contestó Mariane al punto de perder la paciencia -si así hubiera sido no cree que él estaría de regreso en la empresa para reclamar su billetera o buscar en que lugar se cayo.
Fabian Caldero no sabía que responder ante los reclamos de Mariane y se disculpó para ir a buscar al gerente que era jefe de Joel.
-Señor- comentó Alfredo en la oficina del gerente -la señorita que busca a su hermano no entiende mis explicaciones, tal vez, si usted habla con ella pueda comprender mejor-.
Alfredo de la Guerra no estaba con muchas ganas de hablar con Mariane sobre el paradero de su hermano, él tenía asuntos más importantes que atender en su oficina. Caminó por el pasillo no de muy buen humor, entró en la sala de espera para conversar con Mariane.
-Señorita Mariane, nosotros no tenemos responsabilidad alguna sobre el paradero de su hermano, él es una persona adulta y sabe donde va, no es nuestro problema saber que hizo después de salir de la oficina.
-Señor de la Guerra, mi intención no es hacer problemas, si no averiguar que pasó con mi hermano y porque su billetera se encontró dentro del ascensor de esta empresa, vuelvo a repetir nadie se va de fiesta sin documentos ni dinero. Su teléfono no contesta- finalizó Mariane un poco nerviosa.
-Vamos hacer esto- contestó Alfredo -vayamos a buscar en las cámaras de seguridad para ver que paso el viernes que su hermano estuvo en horario de trabajo en la empresa-
-Fabian muestra las cámaras de seguridad a la señorita para que vea a que hora salió su hermano de la oficina- mandó el gerente.
-Disculpe señor- dijo Fabian -pero las cámaras de seguridad se borran al final de la semana para empezar ha gravar de nuevo la semana que comienza-.
-¿No hay un archivo donde puedan estar gravadas las imágenes?- preguntó desconcertado el jefe. Está era una nueva situación y él ignoraba como funcionaba el sistema de cámaras de seguridad en la compañía.
-No señor, el sistema se limpia para que pueda volver a funcionar de nuevo- contestó el jefe de servicio.
Alfredo de la Guerra se encontraba incómodo con los resultados de su gestión, solo se le ocurrió decir. -Señorita Mariane, yo prometo averiguar que hizo su hermano en el horario de trabajo del último viernes y le informo con detalle sobre el caso. Sus compañeros más cercanos deben estar al tanto de los pasos de su amigo-.
Mariane contestó con algo de desánimo -señor de la Guerra, no tengo noticias de Joel desde el viernes que salió de casa muy temprano para trabajar. Disculpe pero voy a esperar solo un día su respuesta, de lo contrario tendré que ir a la estación de policía para hacer la denuncia del caso. No puedo seguir esperando que pasen más días sin tener noticias de mi hermano-.
Alfredo pensó que no era conveniente que la empresa se vea involucrada en un asunto con la policía, eso no era parte de su política, ni una buena publicidad, tampoco podía culpar a la hermana de Joel que se sienta preocupada al no saber donde se encontraba su hermano.
-Por favor, espere usted un día antes de hacer su denuncia, los compañeros de Joel deben estar al tanto de los pasos de su amigo- comentó el gerente, jefe de Joel para convencer a Mariane, ella aceptó su propuesta y rogó en silencio que alguno de ellos sepa algo sobre su hermano. Esperaba además que en el transcurso de las horas Joel regrese a casa. Imaginó cosas terribles como que podía estar perdido o que lo habían asaltado y estaba inconsciente en algún lugar. No pudo contener las lágrimas al salir de la empresa y despedirse de Alfredo de la Guerra.
De regreso a casa Mariane se desespero aun más, su hermano Joel no estaba, tampoco había llamado por teléfono. Esta situación se estaba saliendo de control y no sabía que hacer ni a quien llamar. Solo daba gracias al cielo que sus padres se encontraban de viaje. La familia de Mariane poseía una pequeña casa de campo más arriba del pueblo de Canta, ahí sus padres solían pasar largas semanas de los meses de verano por ser un lugar más fresco que la capital. Ambos padres disfrutaban del clima, del paisaje y sus paseos cerca a las montañas. El padre de Mariane, tenía en el campo una frondosa colección de cactus que cuidaba con esmero y dedicación. La madre dedicaba su tiempo a preparar recetas nuevas con los productos naturales que los campesinos de los alrededores producían.
Si sus padres estuvieran con ella en casa, la madre seguro estaría con una crisis nerviosa al no saber nada de su amado hijo y el padre sufría de presión alta, una mala noticia sobre Joel podía causarle un daño grave a la salud. Con la desaparición de su hijo ambos padres estarían al borde del dolor y el sufrimiento. Era mejor que estuvieran lejos, Mariane hasta el momento manejaba la situación.
No saber nada de su hermano estaba comenzando afectar sus emociones ¿Qué había pasado con Joel? ¿Dónde fue después de salir del trabajo? estás preguntas no tenían respuesta.
Mariane recordó que su hermano tenía una novia, si bien era cierto ya no se frecuentaban, tal vez ella podía saber algo o tenga alguna dirección donde ubicar a Joel. Buscó su teléfono en la agenda de la casa, creía que en esa libreta estaba apuntado su nombre. Encontró la agenda sobre una mesita de la sala, leyó hoja por hoja hasta ubicar el nombre de Magdalena Día. Mariane la recordaba como una joven dulce y agradable, nunca comprendió porque su hermano rompió con ella, fue muy breve el romance. Al comienzo dudó de llamarla pero luego marcó el numero de Magdalena, cuando ésta contestó, la hermana de Joel preguntó si sabía algo sobre su hermano o quizás podía darle algún número de teléfono de un amigo cercano.
-Mariane ¿cómo estás?- preguntó la joven -lamento tener que decirte que no sé nada de Joel desde que terminó nuestra relacion. No conozco a sus amigos lo suficiente como para tener sus teléfonos. Disculpa la pregunta. ¿le ha pasado algo a Joel?-.
No tenía sentido explicarle a Magdalena sobre su hermano, ellos ya no se frecuentaban, entonces no valía la pena comentar algo. -No Magdalena, todo está bien con Joel- fue la respuesta de Mariane, se despidió de ella y apagó el teléfono.
La última esperanza que le quedaba era saber algo de Joel a través de Alfredo de la Guerra éste iba a preguntar a sus compañeros de trabajo, seguro ellos sabían algo de Joel. De no conseguir nada por ese lado, tendría que recurrir a la policía para presentar una denuncia sobre el paradero no habido de su hermano desde hace tres días. La policía debía investigar ¿Dónde está Joel?.
CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario