lunes, 27 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

La primera reacción de todos los presentes al ver el cuadro en el que se encontraban los habitantes de la casa fue de pavor y sorpresa. Alegría y Concepción corrieron al lado de Esperancita, la amiga entrañable. La abrazaron y verificaron que estaba con vida, la policía llamó a la ambulancia, madre e hijo serían trasladados al hospital más cercano.  
Roberto el hijo de Esperancita también estaba con vida  pero igual que su madre se encontraba muy débil.
-¿Por qué Esperancita?- preguntó Concepción -no debiste llegar a este extremo, hubieras buscado nuestra ayuda, todas tus amigas del grupo te estaríamos apoyando-.
Esperancita solo alcanzó a decir -no quería molestar a nadie, ya no tengo dinero para vivir-.
Alegría comentó -no quiero que hables más, estás muy débil, todas tus amigas estamos contigo y vamos ayudarte a solucionar este problema, no pienses más en ello y no te preocupes-.
-No tengo dinero para pagar un hospital, es mejor dejarme morir-. contestó Esperancita con voz apagada.
Concepción con energía respondió -¡nada de pensar en morir! tú tienes muchos años de vida por delante y esto se va a solucionar-.
Mientras esperaban la ambulancia, Alegría y Concepción notaron que en la casa  faltaban algunos muebles, los adornos finos, la vajilla fina, los cubiertos de plata ya no estaban, al parecer la gran amiga había estado vendiendo estos objetos para seguir viviendo. En la casa también habian cuadros de un valor considerable que pertenecían algunos pintores famosos en el país, estos no se encontraban en su lugar, las paredes lucían vacías. Notaron además que el juego de té de plata no estaba sobre uno de los aparadores en el comedor. Ese juego, lo había comprado el abuelo y era de gran valor. Constaba de una tetera, azucarera, jarrita pequeña para la leche y una hermosa bandeja todo esto  trabajado en plata 925, certificada. 
Esperancita había vendido sus joyas que no eran poca cosa, todas tenían piedras preciosas como diamantes, rubíes, esmeraldas que ella en los buenos tiempos solía usar para ir a las reuniones o fiestas a las que eran invitados por sus amigos de la alta sociedad. Nada de esto existía ahora, el joyero donde se guardaban se encontraba vacío. Era una gran tristeza para sus amigas ver a Esperancita en un estado de desolación y angustia, Alegría y Concepción se preguntaban, si su amiga había querido terminar con su vida porque sentía que no había otro camino. Su hijo al ver el estado de la madre también quizo terminar con su vida. Los dos no sabían que hacer ni a donde ir. 
Antenor que estaba junto Alegría y Concepción comentó -su amiga ha olvidado que esta casa es un capital que ella puede usar. Vende la propiedad porque ya no la puede mantener, se muda a un departamento más pequeño y  la plata restante la puede invertir para tener un ingreso mensual. Roberto puede trabajar, aun es un hombre entero, vamos a pensar como lo ayudamos a conseguir un empleo, el asunto es no perder la perspectiva de que existe una solución-.
Esperancita apenas podía escuchar la conversación de sus amigos, ella nunca se había preocupado por el dinero ni jamás llevó las cuentas de la casa, de eso se encargaban primero el abuelo  y después su esposo. Es por ese motivo que no estuvo enterada de como iban la finanzas de la familia, hasta que se vio obligada a vender sus valiosas pertenencias porque ya no tenía dinero en el banco. 
El abuelo en su momento había sido un hombre muy importante, era recibido en los mejores salones y fiestas. Él supo administrar su fortuna y hacerla crecer, no podemos decir lo mismo del hijo, cuando éste heredó el dinero de su padre, se dedicó al derroche con terribles consecuencias.
Por otro lado el Capitán Guzmán realizaba las investigaciones del caso junto a sus agentes para asegurar que no hubo algún delito de terceras personas. Interrogó a cada uno de los presentes que se encontraban en la casa y sobretodo a Concepción que fue la primera en notar que algo raro sucedía con su amiga. Hay que decirlo, gracias a ella se salvó Esperancita y su hijo, de no haber sido así probablemente los hubieran encontrado muertos y en estado de putrefacción. Alegría y Antenor le daban las gracias por este hecho de gran amistad. 
Unos instantes más tarde llegaron la ambulancias y los paramédicos para socorrer a los enfermos, si es que así se les podía decir. Con los primeros auxilios fueron llevados en dos ambulancias al hospital, ahí se quedarían hasta recuperarse. Todo el vecindario se puso en alerta al ver llegar a las ambulancias. Se enteraron del caso de Esperancita y su hijo, se ofrecieron  ayudar, en lo que hiciera falta. 
Ajena a toda esta situación en el vecindario, Mariane y Alfredo disfrutaban de su cena en un elegante restaurant de la ciudad, ellos estaban felices, no había duda sobre  sus sentimientos y comenzaban a vivir su romance sin temor. 
Joel se encontraba lejos, en la casa de campo de sus padres, salía todas las mañanas muy temprano para hacer largas caminatas al aire libre, el viento en su rostro le despejaba la mente y encontraba la paz que tanto necesitaba en medio de la naturaleza. Por encargo de su hermana llamaba a su madre cada semana para que sepa que él está bien. 
Después de disfrutar de una exquisita cena, Alfredo se ofreció a llevarla a su casa, cuando los dos llegaron habían muchos vecinos, entre ellos el grupo de amigas de Alegría. Concepción se acercó a saludarla y Mariane preguntó que sucedía por qué tantos vecinos reunidos, Beti-Flor fue la encargada de ponerla al corriente de los hechos sucedidos momentos antes. Alfredo y Mariane no salían de su asombro, no podía ser que Esperancita y su hijo pasaron por unos momentos de tanto peligro. 
Antenor en voz alta pidió la atención de los vecinos reunidos en su casa: -todos aquellos que deseen colaborar con Esperancita pueden hacerlo, se va abrir una cuenta en el banco para ayudar a nuestra amiga a pagar los gastos del hospital-. En ese instante nadie dudó en querer ayudar a la estimada amiga, muchos de los presentes, se acercaron Antenor para dar su colaboración de dinero en efectivo. 
Alfredo comentó a todos los vecinos reunidos en la sala: -yo me ofrezco en persona a conseguirle un trabajo a Roberto como agente de seguridad en la empresa, él puede presentarse cuando lo necesite-.
Los vecinos celebraron el ofrecimiento de Alfredo y ya sabían que él y Mariane eran una nueva pareja.
Beti-Flor al lado de Mariane comentó -mi querida amiga que felicidad saber que estás comprometida, mi deseo es que pronto se casen y sean muy felices-. sus palabras fueron sinceras.
-No, Beti-Flor- contestó Mariane -no debemos adelantarnos a los acontecimientos, no sé que puede pasar en el camino y no quiero pensar, ahora solo deseo vivir este romance que me llena de amor-. fue la respuesta de Mariane a su joven amiga, ella no deseaba ilusionarse hasta no estar segura.


CONTINUARÁ                                 

 

lunes, 20 de enero de 2025

TRES HISTORIAS...¿DONDE ESTÁ JOEL?

Mariane se acercó Alfredo para saludarlo, éste se puso de pie de inmediato, se disculpó por llegar sin avisar a esas horas de la mañana:
-Mariane no quería molestar  deseaba hablar contigo y preguntar si en realidad existe un futuro para nosotros, si en este momento me dices que no, yo no insisto más y nunca vuelvo a molestarte-.
-Alfredo- contestó Mariane -por favor toma asiento, no te preocupes por venir a esta hora, no es tan temprano. Con respecto a tu pregunta puede decirte mil veces si existe un nosotros, tengo que disculparme, yo estaba equivocada, me gustaría empezar todo de nuevo para que no existan dudas entre tú y yo, reconozco que mi actuación no estuvo bien, me preocupe por Joel sin considerar tu persona. Ahora puedes disculparme- sentenció Mariane.
No hubo respuesta, Alfredo se acercó a ella la abrazó y besó, los dos deseaban un nuevo comienzo, en ese momento no existía el mundo a su alrededor. Se prometieron que antes de decir algo debían pensarlo bien. En ese instante llamó Alegría: -¡Mariane! ¿Quién nos visita?- preguntó.
-Es mi madre- comento Mariane  -Alfredo me gustaría presentártela creo que es un buen momento-.
La madre de Mariane entró para saludar y su hija aprovechó la ocasión para presentarlos, Alfredo muy atento la saludó -señora cómo está,  es un gusto conocerla-.
La conversación entre ellos fluyó amigablemente, Alegría estaba feliz de conocer a un joven tan educado y atractivo, hacía una linda pareja con su hija, los dos se veían tan bien juntos. Antenor al escuchar las voces en la sala también se acercó a preguntar quien había venido. Su hija los presentó:
-Padre te presentó Alfredo- dijo algo turbada -es mi novio-.
Antenor muy serio lo saludó, pero fue amable con él, recién lo conocía no podía hacer un juicio sobre su persona, tenía que tratarlo más a fondo.
-Ha sido un placer conocerlos pero ahora debo retirarme, tengo que ir a trabajar en realidad me vine aquí primero para despejar algunas dudas. Ahora que todo está bien debo despedirme- comentó Alfredo y se puso de pie.
Mariane lo acompañó hasta la puerta, estaba feliz que los nubarrones oscuros se hallan disipado y el cielo era más azul que nunca. Al despedirse Alfredo comentó
-Fue muy grato conocer a tus padres, creo que ahora no va existir dudas entre los dos-
-No hay dudas y todo es más claro que nunca. Joel está en la casa de campo de mis padres y va a quedarse ahí un buen tiempo, dice que desea encontrar paz y tranquilidad después de lo vivido, no quiere saber nada de nadie al menos por un tiempo-. Aseguró Mariane.
Los novios quedaron en verse para cenar, Alfredo invitó a Mariane a un restaurante muy famoso por su exquisita comida. A las siete de la noche era la cita. 
Cuando Alfredo se fue, Alegría preguntó a su hija donde había conocido a este nuevo pretendiente. Mariane comentó que fue en una reunión, no podía decirle la verdad de como se conocieron porque Joel estaba en el centro de la historia. La madre no contenta con ello le hizo una serie de preguntas que Mariane supo responder y dejarla por el momento tranquila. 
-Madre debo salir, tengo que hacer algunas gestiones y prepararme para regresar al trabajo, mis vacaciones se acabaron y debo confesar que fueron unas vacaciones atípicas, las que nunca voy a olvidar-.
Mariane subió a su habitación para terminar de arreglarse. Alegría en la sala conversó con su esposo.
-Antenor, estoy feliz por nuestra hija y su compromiso pero también estoy triste porque se va ir de la casa y no la vamos a ver seguido-.
-Alegría, no te adelantes a los hechos, no sabemos que va pasar, solo debemos sentir felicidad al saber que nuestra hija es feliz. Nosotros no somos eternos y ella debe encontrar su camino- respondió Antenor a su esposa. El padre no habló más pero en el fondo sentía una gran triste, su amada hija, tal vez se case y se vaya a vivir junto al caballero que había escogido. Pero existía una gran verdad, todavía debía correr mucha agua bajo el puente para que se definan las cosas. Para los padres siempre es difícil aceptar y despedirse de un hijo que se va  del hogar.
Alegría tenía que darle la razón a su esposo, ellos no eran eternos, era una satisfacción saber que Mariane no se quedaba sola. En ese instante de plena conversación, la puerta de calle se abrió, era Concepción que venia a saludar a Alegría. Antenor se puso de pie y se retiró a su estudio, la vecina era muy amable pero cuando hablaba no paraba de conversar. Las amigas tenían que saludarse y hablar de sus temas pensó el esposo.
-¡Alegría!- dijo Concepción mientras abrazaba a su amiga -no sabes la felicidad que tengo de que hayas regresado de tu viaje, nuestras amigas del grupo te han extrañado tanto. Tengo que contarte algo muy importante, tienes una hija maravillosa, ella tuvo tanta paciencia conmigo y con Beti-Flor. Escuchó nuestros problemas y nos ayudó a resolver situaciones complicadas, ya te contaré más adelante los detalles-.
-Mi querida Concepción -contestó Alegría -yo también las he extrañado y no veía la hora de regresar, tenemos que reunirnos el viernes siguiente para celebrar el cumpleaños de Mercedes-.
-¡Si! de todas maneras tenemos que celebrar a Mercedes y por supuesto tu regreso- con una actitud misteriosa Concepción continuó -Alegría, no pretendo perturbarte recién has llegado pero hay algo  que me esta molestando y debo decirlo- unos segundos en silencio y comentó -desde hace tres días observó que en la casa de nuestra amiga Esperancita (así la llamaban todos) no hay movimiento, nadie entra ni sale. Tú sabes muy bien que ella vive solo con su hijo y no veo a ninguno de los dos. Estoy preocupada-. concluyó Concepción.
-Mi querida amiga, seguro se han ido de viaje y no han avisado a nadie-.
-No, no Alegría, esto no es normal me parece que algo pasa, la casa esta a oscuras y no hay movimientos de vida, creo que debemos avisar a la policía o a los bomberos-. Concluyó nerviosa. 
Concepción, era una persona muy atenta y siempre estaba pendiente de lo que sucedía en el vecindario, nada se le escapaba, conocía la vida de casi todos los vecinos. Ella fue la primera en  enterarse que Teresita hija de otra familia del vecindario, se fugó del hogar con su novio y esto debido a que sus padres se oponían al noviazgo. La joven hasta la fecha no regresaba con sus padres, de esto había pasado más de un año. Por eso cuando ella decia algo tenían que escucharla.  
Esperancita era parte del grupo de amigas de Alegría y Concepción, vivía con su hijo que era un hombre adulto. El abuelo y suegro de Esperancita hizo una gran fortuna en la época de la explotación del caucho, por ello vivieron una etapa de oro en sus vidas pero cuando el abuelo murió y el hijo  heredó la fortuna, no supo administrar el dinero, gastaban como si no hubiera un mañana. Compraban joyas, hacían viajes y otros gastos sumamente costosos. En pocas palabras despilfarraban el dinero. Sumado a todo esto, las malas inversiones se llevaron la fortuna. Llegó el momento en que el dinero se acabó. Debido a esta situación el esposo de Esperancita entró en una depresión profunda y murió, dejando a su esposa e hijo en el infortunio. Para agravar el cuadro de la familia, Roberto el hijo no sabía como ganarse la vida, fue criado con demasiada contemplación y consentimiento.  En resumen no tenían como vivir, al parecer las joyas de la madre también se habían acabado y no sabían que más vender para el sustento. Su situación era grave, esto último lo ignoraba el grupo de amigas del vecindario, Esperancita era muy orgullosa y nunca contó a las demás nada sobre la situación dentro de su hogar.
-Alegría, creo que debemos actuar, estoy segura que algo malo sucede - Agregó Concepción impaciente y se persignó llena de devoción.  
La corazonada de Concepción podía ser cierta y para salir de dudas Alegría contestó: -Si tienes ese presentimiento y has observado que algo pasa, llamemos a la policía para que allanen la casa y puedan ver que sucede adentro-.
Antenor sin proponérselo escuchó la conversación de su esposa y su amiga, estuvo de acuerdo con Alegría. 
-Ahora mismo debemos llamar a la policía pero antes de actuar, vayamos a tocar la puerta para saber si están- comentó el esposo.
-¡Antenor!- exclamó Concepción -más temprano yo llamé a la puerta varias veces, toque el timbre y nadie contesta. Estoy alarmada no sabemos nada de Esperancita y su hijo-.
El esposo sin perdida de tiempo llamó a la policía, ellos eran los únicos que podían entrar a la casa para investigar que sucedía en su interior. Cuando llegaron las fuerza del orden, comandados por el Capitán Guzmán forzaron la puerta, adentro se encontraron con un cuadro deprimente. La casa estaba en desorden y había mucho polvo acumulado como si no se limpiara desde hace varias semanas. Lo más terrible fue subir  las escaleras al segundo piso, en la primera habitación estaba Esperancita en su cama, aún con vida y muy débil, en la siguiente habitación estaba Roberto hijo de ésta, también en  cama y al borde del desmayo. Ambos presentaban un fuerte cuadro de deshidratación se encontraban semi inconscientes, la escena parecía de espanto. Era como si la madre y su hijo se entregaban a la muerte sin tener otro camino, ni destino.


CONTINUARÁ         
              
           

 

lunes, 13 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

En la sala de conferencias quedaron solo Alfredo y Augusto, Gerente General de la empresa. Luis Alberto iba camino al aeropuerto y Joel ya se había retirado.
Augusto comentó -ahora que hemos solucionado el problema de mi hermano que ha sido un trago amargo, esto fue algo que nunca debió darse, Luis Alberto no me dejó otro camino. Alfredo el proyecto "Costa Azul" ha quedado sin dirección, necesito un hombre de confianza para dirigir la obra, he pensado que tú puedes ocupar ese cargo, estás preparado para llevarlo a cabo hasta el final, conoces muy bien como realizarlo-. 
Alfredo respondió incrédulo -agradezco la confianza en mi persona, voy a poner todo mi empeño para que llegue hasta el final  con el éxito que debe ser-.
-Es muy bueno estar de acuerdo en este campo, el proyecto debe estar bien construido y terminado, no no podemos detener todo lo avanzado-.  Finalizó Augusto, se puso de pie, felicitó a Alfredo y se fue camino hacía su oficina.
La sala quedó en silencio, nadie podía imaginar que momentos antes hubo una gran discusión entre los hermanos dueños de la empresa. Alfredo tenía otra responsabilidad más por encargo del Gerente, el proyecto "Costa Azul" estaba en sus manos. Debía dirigir, analizar cada paso y ejecutar la obra dentro del presupuesto que estaba planificado, además de entregar el proyecto en el plazo pactado, era todo  un desafío.
Cuando Augusto se fue a su oficina estaba molesto por lo ocurrido con Luis Alberto, el hermano mayor no tuvo otra salida que cortar el problema de raíz el problema. 
Una hora más tarde Alfredo llamó a Mariane para comentar con ella todo la sucedido. La invitó a cenar en un restaurante muy conocido por él, el lugar era acogedor e íntimo. Mariane llegó al poco tiempo y como siempre puntual, era su costumbre.
Cuando vio a Alfredo en la mesa que había reservado se acercó, ambos se saludaron con amor, él estaba contento de encontrarse con ella.  
Alfredo sujetó la mano de Mariane y con voz pausada dijo -tengo tantas cosas que contarte que no sé por donde empezar, primero debo comentar que el problema de Joel está resuelto, al menos en lo concerniente a la empresa. En ese mismo instante comenzó a decir como fue la conversación con Augusto y su hermano, cada detalle, cada palabra y al acuerdo que habían llegado. Con respecto a Luis Alberto ya no estaría más para dirigir el proyecto: -Mariane, solucionados estos graves problemas, podemos vivir por fin nuestro romance y pensar en nosotros, que todo el mundo se entere que estamos juntos. Podemos salir a pasear y viajar si así lo deseamos, con Joel no comenté de lo nuestro, creí que tú querías ser la que se lo diga, si no estás de acuerdo puedo hacerlo yo, tú ¿Qué opinas?-. termino de hablar Alfredo.
Mariane se tomó unos segundos para contestar, lo que escuchó de los labios de Alfredo no le gustó: 
-Debo ser sincera contigo- respondió Mariane -Luis Alberto se va muy tranquilo sin recibir el castigo que merece y todo el peso de la ley, mientras mi hermano está sufriendo una serie de problemas nerviosos y estuvo al borde de la muerte, eso no me parece justo-. 
-Estoy de acuerdo Mariane- respondió Alfredo  -pero Joel desde un comienzo no quiso presentar una denuncia a la policía, él deseaba terminar todo el caso de una vez, por eso firmó un acuerdo confidencial-. 
Mariane estaba molesta, ella quería que Luis Alberto se presente ante la policía para declararse culpable por lo que hizo, fue algo tan repudiable y atroz. Cómo iba pensar en ella y su romance, no era el momento para ello.
-Debes disculparme, no puedo pensar en mí ni en ningún romance, mientas no hable con Joel,  necesito aclarar ciertas cosas que me están molestando de todo este asunto. Alfredo no existe un nosotros-. Mariane fue clara al decir esto último, se disculpó y se puso de pie, ella lamentó su decisión, era algo que debía hacer.
Alfredo confundido y triste se quedó solo en la mesa  del restaurante, no imaginó que tanto le molestaba a Mariane, la decisión de su hermano. Pensó que tal este romance no tenía futuro y que era mejor olvidarse de todo. 
Mariane llamó por teléfono al hotel para comunicarse con su hermano, este desde su habitación contestó, ella le dijo que iba en camino al hotel para hablar con él: -Mariane es tarde, pensé que ya estaba en casa- exclamó Joel.
-Joel necesito hablar contigo, es importante, me he enterado de  todo el problema y de la solución a la que han llegado, estoy en camino, espérame en el lobby- insistió Mariane.
Los hermanos se encontraron en el hotel donde se hospedaba Joel, Mariane no dudó un segundo y muy directa le dijo a Joel lo que pensaba sobre el acuerdo -debiste presentar una denuncia contra Luis Alberto para que el pueda responder por su delito-.
-Mariane, voy a decir esto por última vez y no quiero volver hablar del tema -respondió Joel con énfasis -no voy presentar una denuncia porque yo también soy culpable de lo que pasó, no deseo que se ventile mi terrible error en una corte, en un juicio, en pocas palabras siento vergüenza por haber actuado del modo que lo hice y por otro lado no deseo que nuestros padres se enteren que su hijo se convirtió en un delincuente. Para mí este asunto está cerrado, sé que con el tiempo voy a superar mis dolencias nerviosas y pesadillas, lo que necesito es alejarme de la ciudad y estar en un lugar donde pueda encontrar paz. Mañana mismo parto hacia el campo, a la casa de nuestros padres para encontrar la serenidad que necesito. La vergüenza me consume por eso no quise ver ni hablar con nuestros padres-.
Las palabras de Joel no dejaron dudas a Mariane, ella iba a respetar la decisión de su hermano, su preocupación la llevo a dudar, pero ahora sabía que él no iba a cambiar de idea.
-Si es lo que has decidido, entonces yo no tengo más que decir- sentenció Mariane -Joel solo quiero pedirte una última cosa y no puedes decir que no, llama por teléfono a nuestra madre, ella no vive si no sabe de ti. Tú sabes que ella sufre de los nervios-.
Joel prometió que al día siguiente llamaría  a Alegría, su madre,  para que sepa que está bien y se quede tranquila. Los hermanos se despidieron con un abrazo, Mariane comentó -me alegra verte de nuevo y saber que estás vivo, no sabes todo lo que lloré al no saber donde estabas-.
Mariane tomó el camino de regreso a su casa, llegó muy tarde, entró sigilosamente y fue directo a su habitación, era una mujer adulta, sus padres no la esperaban despiertos. Antes de acostarse pensó en Alfredo, quiso llamarlo pero desistió, él ahora seguro no quería saber nada de ella. Después de su última conversación las cosas no habían quedado bien entre los dos. 
Mañana trataría de ponerse en contacto con él para conversar y saber si aún había un nosotros.
Muy temprano amaneció, un rayo de sol penetró por la ventana de Mariane, ella todavía dormía y no quería levantarse, estas vacaciones fueron demasiado agotadoras, pasaron cosas que nunca olvidaría,
Alegría toco la puerta del dormitorio, eran casi cerca de las nueve, el reloj no perdonaba el tiempo pasaba muy rápido: - Mariane Joel llamó temprano, habló primero conmigo y después con tu padre, nos comentó que está bien y que se va quedar un tiempo en la casa de campo, quiere estar en contacto con la naturaleza. Me siento más tranquila ahora que hable con él-.
Mariane sonrió a su madre, ella estaba más calmada y nada la angustiaba -que bueno que Joel se haya comunicado ustedes- sentencio.
-Señorita Mariane- interrumpió Asunta -la busca un caballero que dice llamarse Alfredo, está en la puerta de calle-.
-Asunta has lo pasar a la sala por favor, dile que enseguida estoy con él-. contestó Mariane con prisa.
-Madre tengo que levantarme, ¡no puede ser! Alfredo ha venido como es posible- mientras decia esto, el corazón le palpitaba a cien por hora, estaba emocionada, feliz y a la vez sentía temor, se detuvo de golpe y pensó, tal vez solo viene a decirle que ya no quiere saber nada de ella y que es mejor que cada uno vaya por su camino. No, no creo que sea eso, tomarse tantas molestias para venir a buscarla. 
Se aseó y alistó lo mejor que pudo, se puso un vestido de verano de colores alegres, luego bajo las escaleras lentamente, las piernas le temblaban se tomó del pasamano para no caer. Antes de entrar a la sala se dio ánimos, en la puerta se detuvo, ahí estaba Alfredo, impecable, atractivo y bien vestido con su terno azul, ella podía sentir el aroma de su perfume fino. 


CONTINUARÁ     
 
   
                   
     

 

lunes, 6 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

En la sala de conferencias estaban los tres reunidos y Alfredo tomó la palabra para presentar a Joel con Augusto, luego de las presentaciones, le cedió la palabra al Gerente, éste preguntó a Joel: 
-¿Cuantos meses has trabajado al lado de Luis Alberto? en ningún momento lo mencionó como su hermano-.
Joel un poco inquieto contestó:
-Trabaje con el señor Luis Alberto cerca de cinco meses-.
Augusto volvió a preguntar -¿Cuando comenzaron a distorsionarse las cuentas y girar los cheques con cantidades adulteradas?-.
-Todo comenzó a finales del segundo mes de trabajar junto al gerente- respondió Joel, sus manos comenzaron a temblar, su respiración fallaba por momentos. Él todavía no había superado su problema nervioso por el secuestro que sufrió semanas antes, el solo recordar sus días de encierro lo llenaban de angustia y dolor. Se sobrepuso de inmediato, no quería que el Gerente lo señale como alguien que finge un estado nervioso. Joel con voz pausada comenzó a explicar desde el comienzo todo lo que había sucedido con las cuentas, el dinero a donde iba y las órdenes que recibía de Luis Alberto para hacer compras fuera de tiempo y justificar los gastos. También declaró paso a paso desde cuando comenzó a chantajear al Gerente para que le pague por su silencio y que él estaba dispuesto a devolver hasta el último centavo, el dinero del chantaje. Luego habló de su secuestro y a la tortura que fue sometido, donde casi pierde la vida. 
Augusto no justificó a su hermano pero le preguntó a Joel -¿por qué no fuiste con Alfredo para comentar lo que estaba sucediendo? en cambio te aprovechaste de la situación-.
-Señor- dijo Joel -reconozco mi culpa y se que actúe con alevosía y premeditación, quise sacar partido de la ocasión y me arrepiento no solo por lo que pasé sino porque todo este problema jamás debió suceder.  Augusto respiró profundamente miró a Joel y dijo -háblame de los archivos sellados que tienes, quiero verlos-.
Joel prendió la computadoras de la empresa, escribió la clave y entró a su archivo, en éste se encontraban todos los datos exactos y reales de las cuentas, la entrega de cheques y gastos, de dinero, viendo el archivo no tenía necesidad de explicar cada paso, todo estaba muy claro. Alfredo hizo imprimir el contenido y toda la información que éste guardaba para que Augusto pueda estudiarlos con calma. Con los documentos en sus manos podía llegar a la verdad de la difícil situación.  
Augusto interrogó a Joel con severidad, no quería que se pase ningún dato o cifra con respecto al dinero y lo más importante deseaba interrogarlo sobre la obra en construcción y si  ésta se había visto perjudicada en su ejecución,  Joel fue muy descriptivo y veraz al decir que la obra en sus cimientos y columnas estaba bien, no tenía materiales de mala calidad, los edificios podían soportar un movimiento telúrico de gran intensidad. 
-No señor- contestó Joel -la obra hasta que yo estuve en el proyecto no tenía una construcción deficiente, más allá en los días de mi ausencia, no puedo responder-.  
-Alfredo me ha informado  que has renunciado a la empresa desde que terminó tú cautiverio y ahora estás en tu casa, que piensas hacer en los días venideros-. interrogó Augusto.
Joel no tenía respuesta para esto,  le sorprendió las palabras del gerente -no lo he pensado aún señor pero lo que si estoy seguro es que deseo mantenerme un tiempo libre  para sanar mi estado de salud-.
En la sala de conferencias nadie esperaba que irrumpiera violentamente Luis Alberto, venía molesto porque habían ordenado detener la construcción del proyecto, éste al ver reunidos Augusto, Alfredo y entre ellos a Joel, comprendió rápidamente de que se trataba la reunión. Augusto con tono severo lo invitó a entrar y tomar asiento.
-Que bien que hayas venido, justo te iba mandar llamar-. agregó el Gerente General y pidió Alfredo y a Joel que se retiren de la sala, tenía que hablar con Luis Alberto a solas para que explique su situación y si era verdad lo ocurrido con Joel, más tarde habría una conversación cara cara entre los dos, ahora era importante escuchar lo que tenía que decir Luis Alberto.
Augusto vio a su hermano como si no fuera de la familia, de otra manera no podía dar crédito de lo que estaba haciendo a sus espaldas. Quería escuchar sus palabras, sus explicaciones y el por qué actuó como actuó 
-Augusto has entrevistado a estos empleados sin que yo esté enterado- dijo Luis Alberto de manera despectiva -¿Qué has averiguado o qué mentiras te han contado?-. 
Augusto montó en ira y señaló a su hermano con el dedo, en voz alta dijo -¡No te atrevas a fingir que eres inocente! en mis manos tengo las pruebas de toda la verdad con respecto al dinero y a la cuenta en el extranjero. Cómo has podido realizar malos manejos y robar a tu propia empresa. Tengo los  archivos donde está la explicación de lo que estabas haciendo. Sabes muy bien que es fácil con esto comprobar la malversación de dinero-. 
Luis Alberto pensó de inmediato que Joel lo había traicionado, la ira se dibujo en su rostro. Augusto continuó hablando - lo más grave de este problema es que secuestraste a un empleado, lo torturaste al punto de poder llevarlo a la muerte. ¡En que estabas pensando Luis Alberto! matar a este empleado y luego desaparecer su cuerpo en el fondo del océano, ¡Perdiste el juicio! o llegaste a un límite desesperado. También me entero que la policía estuvo caminando en la empresa, haciendo una investigación con respecto a la desaparición de Joel Torre. 
Luis Alberto reaccionó con la misma ira y se enfrentó a su hermano, gritó -¡Siempre te has creído dueño de la empresa, tu palabra se tiene que cumplir sí o sí!. No se puede pensar diferente o contradecirte, eso jamás lo puedes tolerar ¿Quién te crees?-.
Augusto tuvo que hacer un esfuerzo para controlarse y no golpear a su hermano, con tono severo contestó: -Yo no me creo dueño de nada, solo estoy cuidando los intereses de la empresa y la familia. Si nuestras empresas se van a la quiebra, arrastraríamos el sistema financiero del país, te das cuenta de la responsabilidad que tenemos, además de nosotros dependen cerca de ochocientos empleados que se quedarían sin empleo. No contento con robar a tu familia,  se te ocurre la brillante idea de secuestrar a un empleado y torturarlo. No puedo creer que caíste tan bajo y con tremenda crueldad. Te di carta abierta y toda mi confianza para que dirijas el proyecto "Costa Azul" que es una gran obra y tú que haces te dedicas a robar a la familia. ¿Por qué?... no entiendo  
Luis Alberto, contestó con rabia contenida a su hermano -el empleado que mencionas se atrevió a chantajearme para guardar silencio, tenía que recibir su merecido-. 
Augusto movía la cabeza sin dar crédito a las necedades que escuchaba de su propio hermano, se preguntó a si mismo ¿Si tenían la misma sangre? ó ¿Si habían nacido de la misma madre?. 
-Escucha bien Luis Alberto lo que voy a decir- recalcó Augusto -de hoy en adelante quedas separado de cualquier función de la empresa, no vas a dirigir absolutamente nada y escucha bien, quedas desterrado del país. No te atrevas a protestar o reclamar algo porque te aseguro, como que soy tu hermano "Yo  personalmente voy a la policía y te denuncio por robo, secuestro e intento de homicidio y te entierro en prisión varios años, te puedo prometer que no va ser una prisión dorada" ¡Me has entendido bien!- sentenció Augusto al final.
Luis Alberto nunca había visto a si a su hermano de esa manera, él podía hacer lo que decía si existían las pruebas, unos años en prisión era lo último en que pensaba después de tener una vida tan cómoda.
-En este momento vas a ir a preparar tu maleta y tu pasaje de avión, tu destierro comienza en Europa a partir de ahí, puedes ir a donde quieras. Yo voy a comentarle tu situación a nuestra madre, le diré que tu viaje es por trabajo. Dos de mis guardas espaldas te van acompañar hasta que subas al avión. No me retes Luis Alberto y ruega que Joel no presente una demanda contra ti, lo que él hizo no es nada, comparado con lo que tú hiciste.- acotó al final Augusto.
De la sala de conferencias donde estaban reunidos, salió Luis Alberto hecho una furia, no podía resistirse a la orden de su hermano. Un viaje al extranjero, no le quedaba otra salida.
Las carpetas de trabajo quedaban en la manos de Augusto, la conversación que tuvo con su hermano fue lamentable para él, jamás hubiera querido tener que llegar a ese extremo. Luis Alberto lo había puesto a prueba, luego pensó que Joel era un problema si presentaba una denuncia a la policía, era necesario hablar con él. Alfredo y Joel esperaban en una sala aparte, cuando el primero los llamó a su presencia.
Preocupado Agusto interrogó a Joel, imaginó que la situación de Luis Alberto se podía agravar, no conocía al Capitán  Guzman pero presentía que no era un hueso fácil de roer. 
-Joel- preguntó Augusto cuando estaban de nuevo en la sala de conferencias: -es necesario que me asegures de una vez si vas a presentar una denuncia a la policía, es importante, debo saberlo-.
-No señor, no voy a presentar ninguna denuncia, yo también soy culpable del problema que nos  reúne en está sala. Cierto es que pude haber muerto pero por gracia del cielo no fue así, deseo olvidar este trago amargo para superar el trauma del encierro. 
Augusto prometió a Joel pagar los gastos médicos de un especialista para que se atienda y lo ayude a superar los miedos y pesadillas que lo atormentaban y darle una buena liquidación por sus años de servicio.
-Esto no lo hago como un pago a tu silencio, lo hago porque sé que pudiste perder la vida y Luis Alberto nunca tuvo derecho a torturarte como lo hizo. Comprende que debes firmar un trato confidencial para quedar en orden. 
Joel aseguró que solo quería el dinero que le correspondía por ley y por los años de trabajo, para él lo más importante era pasar esta página amarga donde se escribió su tormento y pesadillas. 
Alfredo intervino y agregó -acepta Joel lo que el Gerente te ofrece es una manera en que la empresa te indemniza por daños y perjuicios. Firma el documento y serás libre para comenzar una nueva vida.
Sobre la mesa Alfredo extendió el documento que ya estaba preparado, Joel firmó en la línea puntuada, a partir de ese momento era una persona nueva y quería salir del lugar para respirar tranquilo.