lunes, 6 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

En la sala de conferencias estaban los tres reunidos y Alfredo tomó la palabra para presentar a Joel con Augusto, luego de las presentaciones, le cedió la palabra al Gerente, éste preguntó a Joel: 
-¿Cuantos meses has trabajado al lado de Luis Alberto? en ningún momento lo mencionó como su hermano-.
Joel un poco inquieto contestó:
-Trabaje con el señor Luis Alberto cerca de cinco meses-.
Augusto volvió a preguntar -¿Cuando comenzaron a distorsionarse las cuentas y girar los cheques con cantidades adulteradas?-.
-Todo comenzó a finales del segundo mes de trabajar junto al gerente- respondió Joel, sus manos comenzaron a temblar, su respiración fallaba por momentos. Él todavía no había superado su problema nervioso por el secuestro que sufrió semanas antes, el solo recordar sus días de encierro lo llenaban de angustia y dolor. Se sobrepuso de inmediato, no quería que el Gerente lo señale como alguien que finge un estado nervioso. Joel con voz pausada comenzó a explicar desde el comienzo todo lo que había sucedido con las cuentas, el dinero a donde iba y las órdenes que recibía de Luis Alberto para hacer compras fuera de tiempo y justificar los gastos. También declaró paso a paso desde cuando comenzó a chantajear al Gerente para que le pague por su silencio y que él estaba dispuesto a devolver hasta el último centavo, el dinero del chantaje. Luego habló de su secuestro y a la tortura que fue sometido, donde casi pierde la vida. 
Augusto no justificó a su hermano pero le preguntó a Joel -¿por qué no fuiste con Alfredo para comentar lo que estaba sucediendo? en cambio te aprovechaste de la situación-.
-Señor- dijo Joel -reconozco mi culpa y se que actúe con alevosía y premeditación, quise sacar partido de la ocasión y me arrepiento no solo por lo que pasé sino porque todo este problema jamás debió suceder.  Augusto respiró profundamente miró a Joel y dijo -háblame de los archivos sellados que tienes, quiero verlos-.
Joel prendió la computadoras de la empresa, escribió la clave y entró a su archivo, en éste se encontraban todos los datos exactos y reales de las cuentas, la entrega de cheques y gastos, de dinero, viendo el archivo no tenía necesidad de explicar cada paso, todo estaba muy claro. Alfredo hizo imprimir el contenido y toda la información que éste guardaba para que Augusto pueda estudiarlos con calma. Con los documentos en sus manos podía llegar a la verdad de la difícil situación.  
Augusto interrogó a Joel con severidad, no quería que se pase ningún dato o cifra con respecto al dinero y lo más importante deseaba interrogarlo sobre la obra en construcción y si  ésta se había visto perjudicada en su ejecución,  Joel fue muy descriptivo y veraz al decir que la obra en sus cimientos y columnas estaba bien, no tenía materiales de mala calidad, los edificios podían soportar un movimiento telúrico de gran intensidad. 
-No señor- contestó Joel -la obra hasta que yo estuve en el proyecto no tenía una construcción deficiente, más allá en los días de mi ausencia, no puedo responder-.  
-Alfredo me ha informado  que has renunciado a la empresa desde que terminó tú cautiverio y ahora estás en tu casa, que piensas hacer en los días venideros-. interrogó Augusto.
Joel no tenía respuesta para esto,  le sorprendió las palabras del gerente -no lo he pensado aún señor pero lo que si estoy seguro es que deseo mantenerme un tiempo libre  para sanar mi estado de salud-.
En la sala de conferencias nadie esperaba que irrumpiera violentamente Luis Alberto, venía molesto porque habían ordenado detener la construcción del proyecto, éste al ver reunidos Augusto, Alfredo y entre ellos a Joel, comprendió rápidamente de que se trataba la reunión. Augusto con tono severo lo invitó a entrar y tomar asiento.
-Que bien que hayas venido, justo te iba mandar llamar-. agregó el Gerente General y pidió Alfredo y a Joel que se retiren de la sala, tenía que hablar con Luis Alberto a solas para que explique su situación y si era verdad lo ocurrido con Joel, más tarde habría una conversación cara cara entre los dos, ahora era importante escuchar lo que tenía que decir Luis Alberto.
Augusto vio a su hermano como si no fuera de la familia, de otra manera no podía dar crédito de lo que estaba haciendo a sus espaldas. Quería escuchar sus palabras, sus explicaciones y el por qué actuó como actuó 
-Augusto has entrevistado a estos empleados sin que yo esté enterado- dijo Luis Alberto de manera despectiva -¿Qué has averiguado o qué mentiras te han contado?-. 
Augusto montó en ira y señaló a su hermano con el dedo, en voz alta dijo -¡No te atrevas a fingir que eres inocente! en mis manos tengo las pruebas de toda la verdad con respecto al dinero y a la cuenta en el extranjero. Cómo has podido realizar malos manejos y robar a tu propia empresa. Tengo los  archivos donde está la explicación de lo que estabas haciendo. Sabes muy bien que es fácil con esto comprobar la malversación de dinero-. 
Luis Alberto pensó de inmediato que Joel lo había traicionado, la ira se dibujo en su rostro. Augusto continuó hablando - lo más grave de este problema es que secuestraste a un empleado, lo torturaste al punto de poder llevarlo a la muerte. ¡En que estabas pensando Luis Alberto! matar a este empleado y luego desaparecer su cuerpo en el fondo del océano, ¡Perdiste el juicio! o llegaste a un límite desesperado. También me entero que la policía estuvo caminando en la empresa, haciendo una investigación con respecto a la desaparición de Joel Torre. 
Luis Alberto reaccionó con la misma ira y se enfrentó a su hermano, gritó -¡Siempre te has creído dueño de la empresa, tu palabra se tiene que cumplir sí o sí!. No se puede pensar diferente o contradecirte, eso jamás lo puedes tolerar ¿Quién te crees?-.
Augusto tuvo que hacer un esfuerzo para controlarse y no golpear a su hermano, con tono severo contestó: -Yo no me creo dueño de nada, solo estoy cuidando los intereses de la empresa y la familia. Si nuestras empresas se van a la quiebra, arrastraríamos el sistema financiero del país, te das cuenta de la responsabilidad que tenemos, además de nosotros dependen cerca de ochocientos empleados que se quedarían sin empleo. No contento con robar a tu familia,  se te ocurre la brillante idea de secuestrar a un empleado y torturarlo. No puedo creer que caíste tan bajo y con tremenda crueldad. Te di carta abierta y toda mi confianza para que dirijas el proyecto "Costa Azul" que es una gran obra y tú que haces te dedicas a robar a la familia. ¿Por qué?... no entiendo  
Luis Alberto, contestó con rabia contenida a su hermano -el empleado que mencionas se atrevió a chantajearme para guardar silencio, tenía que recibir su merecido-. 
Augusto movía la cabeza sin dar crédito a las necedades que escuchaba de su propio hermano, se preguntó a si mismo ¿Si tenían la misma sangre? ó ¿Si habían nacido de la misma madre?. 
-Escucha bien Luis Alberto lo que voy a decir- recalcó Augusto -de hoy en adelante quedas separado de cualquier función de la empresa, no vas a dirigir absolutamente nada y escucha bien, quedas desterrado del país. No te atrevas a protestar o reclamar algo porque te aseguro, como que soy tu hermano "Yo  personalmente voy a la policía y te denuncio por robo, secuestro e intento de homicidio y te entierro en prisión varios años, te puedo prometer que no va ser una prisión dorada" ¡Me has entendido bien!- sentenció Augusto al final.
Luis Alberto nunca había visto a si a su hermano de esa manera, él podía hacer lo que decía si existían las pruebas, unos años en prisión era lo último en que pensaba después de tener una vida tan cómoda.
-En este momento vas a ir a preparar tu maleta y tu pasaje de avión, tu destierro comienza en Europa a partir de ahí, puedes ir a donde quieras. Yo voy a comentarle tu situación a nuestra madre, le diré que tu viaje es por trabajo. Dos de mis guardas espaldas te van acompañar hasta que subas al avión. No me retes Luis Alberto y ruega que Joel no presente una demanda contra ti, lo que él hizo no es nada, comparado con lo que tú hiciste.- acotó al final Augusto.
De la sala de conferencias donde estaban reunidos, salió Luis Alberto hecho una furia, no podía resistirse a la orden de su hermano. Un viaje al extranjero, no le quedaba otra salida.
Las carpetas de trabajo quedaban en la manos de Augusto, la conversación que tuvo con su hermano fue lamentable para él, jamás hubiera querido tener que llegar a ese extremo. Luis Alberto lo había puesto a prueba, luego pensó que Joel era un problema si presentaba una denuncia a la policía, era necesario hablar con él. Alfredo y Joel esperaban en una sala aparte, cuando el primero los llamó a su presencia.
Preocupado Agusto interrogó a Joel, imaginó que la situación de Luis Alberto se podía agravar, no conocía al Capitán  Guzman pero presentía que no era un hueso fácil de roer. 
-Joel- preguntó Augusto cuando estaban de nuevo en la sala de conferencias: -es necesario que me asegures de una vez si vas a presentar una denuncia a la policía, es importante, debo saberlo-.
-No señor, no voy a presentar ninguna denuncia, yo también soy culpable del problema que nos  reúne en está sala. Cierto es que pude haber muerto pero por gracia del cielo no fue así, deseo olvidar este trago amargo para superar el trauma del encierro. 
Augusto prometió a Joel pagar los gastos médicos de un especialista para que se atienda y lo ayude a superar los miedos y pesadillas que lo atormentaban y darle una buena liquidación por sus años de servicio.
-Esto no lo hago como un pago a tu silencio, lo hago porque sé que pudiste perder la vida y Luis Alberto nunca tuvo derecho a torturarte como lo hizo. Comprende que debes firmar un trato confidencial para quedar en orden. 
Joel aseguró que solo quería el dinero que le correspondía por ley y por los años de trabajo, para él lo más importante era pasar esta página amarga donde se escribió su tormento y pesadillas. 
Alfredo intervino y agregó -acepta Joel lo que el Gerente te ofrece es una manera en que la empresa te indemniza por daños y perjuicios. Firma el documento y serás libre para comenzar una nueva vida.
Sobre la mesa Alfredo extendió el documento que ya estaba preparado, Joel firmó en la línea puntuada, a partir de ese momento era una persona nueva y quería salir del lugar para respirar tranquilo. 
         
      
                
  
   
          

 

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