Merry volvió a insistir sobre su viaje, ella estaba preparada desde hace tiempo para realizar el viaje no alcanzaba a comprender la negativa de sus padres. No era acaso verdad que pronto cumpliría la mayoría de edad.
Su madre contestó ante tanta insistencia:
-Esta bien hagamos ese viaje, juntas podemos ir conociendo ciudad por ciudad en un par de semanas, no creo que tus amigas se opongan- dijo al final la madre de Merry.
-¡No, nunca!- casi gritó Merry -no vamos a viajar contigo madre? ¡eso es algo imposible!-.
El doctor Martel estaba presente y no iba a tolerar la conducta de su hija, con voz severa contestó: -Merry no permito que levantes la voz a tu madre e insistas en hacer un viaje que no va a suceder, es mejor que te olvides de eso. Cuatro adolescentes no pueden viajar sin un adulto, se acabo la conversación no deseo escuchar una palabra más-.
Merry vio que su padre estaba molesto, nunca antes le habló con tanta severidad, insistir más sobre el tema en ese momento era equivocado, pensó para si misma "mejor espero que pasen las fiestas de fin de año, total de todas maneras en estos días no podemos viajar". Más serena respondió:
-Padres, tienen razón no voy a insistir más sobre el viaje- fueron sus palabras finales, se levantó en silencio del sillón donde estaba sentada y subió a su habitación pero alcanzó a escuchar lo que decia su madre: -Querida Merry vivamos las fiestas de navidad con paz y amor familiar-.
Merry no contestó y se encerró en su habitación en lo ultimo que pensaba era en celebrar la navidad.
-Nunca imagine que esté seria el comportamiento de nuestra hija -comentó el doctor con fastidio- Merry se está esforzando en hacernos pasar momentos difíciles-.
-No pienses de esa manera Oscar, es una niña que esta queriendo gritar su independencia pero debe saber que todavía es muy joven para ello. En los próximos días se va olvidar de este absurdo viaje y volverá hacer la hija dulce de siempre- contestó su esposa.
Merry en su habitación cavilaba con tranquilidad "no es el momento de insistir" ahora vamos a celebrar la navidad. La más joven de las hijas de la familia no quería dejar a tras su idea del viaje, ella suponía que sus otras amigas estaban en la misma situación, no era gracioso viajar con las mamas luego dijo -"Vamos a ver cómo solucionamos este problema, después de las fiestas de fin de año"- luego tomó su mochila y la guardó en el fondo de su closet.
Al día siguiente un nuevo día comenzaba amanecer, solo faltaban dos días para celebrar la noche buena, el ambiente en la casa de la familia Martel era alegre, los regalos envueltos con vistosos y coloridos papeles, estaban bajo el árbol, era una fiesta que disfrutaban todos en casa incluidas Nany y la tía Gema. La noche de navidad era especial, habian recuerdos imborrables al respecto. Fanny, Liza y Merry tenían comprados sus regalos y alguna prenda de vestir para inaugurar esa noche. Sus padres guardaban en secreto que regalos iban a dar a sus hijas.
Alejandrina la señora del servicio pasaba con su familia esos días de fiesta por eso todas las hijas ayudaban a su madre al decorado de la mesa y a servir la cena.
Antes del medio día un mensajero tocó el timbre de la puerta principal, traía en sus manos una caja cuadrada de cartón en la tapa decia para el doctor Oscar Martel y más abajo en una esquina se podía leer, de parte de Ramiro Fuentes. Aparte de la caja venia un sobre con una tarjeta de saludos de navidad en la parte de abajo de la misma estaba escrito con letras pequeñas espero que disfruten mi presente familia.
Era inevitable abrir la caja, podía ser algo que se descomponga o maltrate, esta vez nadie tenia miedo de que pueda ser algo peligroso, Felicia fue quién abrió la caja, ésta estaba llena de hermosas fresas tan grandes, rojas y brillantes. Felicia y sus hijas no sospechaban que esas fresas deliciosas era la primera cosecha del jardin de Ramiro Fuentes que le inviaba a su gran amigo el doctor Martel. Madre e hijas dijeron al mismo tiempo ¡Qué fresas tan deliciosas!.
Merry estaba feliz era su fruta favorita, ahora las como con yogurt, Liza quería probarlas en jugo y Fanny exclamó -¡No, por favor! yo las quiero con dulce encima-.
-Calma mis queridas hijas- dijo la madre -las fresas han sido enviadas a su padre y él debe ser el primero en verlas y probarlas después pueden comer lo que deseen- Alejandrina llamó -lava bien estás fresas y a la heladera-.
La señora del servicio contestó -son una gran cantidad de fresas señora Felicia, nunca voy a terminar de lavarlas- sonriendo fue camino al lavadero.
Para ese día las sorpresas no habian terminado en casa de la familia, una hora más tarde apareció otro mensajero con una gran canasta de preciosas flores para Liza, no era necesario adivinar quien las mandaba. Sus hermanas y su madre rodearon a Liza que tenia la tarjeta en la mano, ésta leyó en voz alta "Para mi querida Liza de su admirador más rendido".
Fanny sonriendo dijo: -Liza Américo no se cansa de mandar flores, tengo que decir que son hermosas-
-Si, es un arreglo de flores muy bello-contestó la madre.
Solo Liza quedó en silencio, no sabia que pensar o que hacer, Américo Panduro quería algo con ella o era solo una gentileza de su parte por haberlo acompañado a la cena de gala en días pasados que ha decir verdad la paso muy bien, el ambiente fue agradable y la gente que conoció también. Ella no estaba convencida de los avances del congresista o tal vez no estaba lista para una relación seria con él. No quería imaginar nada ni hacerse ideas de algo serio sobre el tema. Guardó la tarjeta y le dijo a su madre: -por favor quiero que seas tú la que escoja el lugar donde poner la canasta de flores-. antes que sus hermanas digan algo, Liza subió a su habitación.
-¿Madre crees qué Liza acepte al congresista?- preguntó Fanny.
-No vamos adelantarnos a ninguna situación, ustedes guarden silencio y no vayan a molestar a su hermana- respondió la madre con severidad.
Al que no le hizo ninguna gracia fue al padre cuando llego a su casa en la noche y vio el gran arreglo floral en la mesa del recibidor, no necesitaba preguntar, sabia quien lo habia mandado. Vio las flores y dijo en voz baja: -tengo pendiente una conversación muy seria con este caballero que está molestando a mi hija-.
Felicia observó a su esposo, podía adivinar que no estaba a gusto con Américo, no hizo comentario al respecto y para cambiar de tema le comentó sobre las fresas que habia mandado Ramiro Fuentes, al doctor le cambio el animo y sonrió -Felicia esas fresas son de su jardin él las ha cultivado con ayuda de su jardinero-.
-Querido ven para que las veas se ven hermosas y deliciosas-. agregó su esposa.
En la cocina, abrió la heladera Felicia y le mostró a su esposo que habia una invasión repleta de fresas.
-No puede ser tendremos fresas para tres meses- y comenzó a reír tenia que llamar a Ramiro para agradecer tan original regalo.
A la hora de la cena, la familia no habló sobre las flores, el tema no se toco ni por asomo, era mejor de esa manera, además Liza no tenia muchas ganas de hablar como otras veces. Las fresas de Ramiro fueron el tema principal y el postre para terminar de cenar.
Al día siguiente Oscar Martel recibió una gran sorpresa en su consultorio, la visita del congresista Américo Panduro.
-Mi estimado doctor- dijo sonriente -no he venido por una consulta, he venido porque los dos tenemos una conversación pendiente-.
El doctor no lo recibió de buen agrado pero dejo que hable para enterarse que quería decir. Américo se dio cuenta de la seriedad del padre de Liza y habló con calma y cortesía, no deseaba conflictos con él, solo quería su permiso para cortejar a su hija y no deseaba pasar por encima de su autoridad.
El doctor lo escuchó con calma sin exasperarse y luego respondió:- Américo voy a ser directo contigo y hablar sin protocolos, no deseo, ni quiero que salgas o invites a Liza a ninguna parte, no deseo que la cortejes, tú para ser congresista eres joven pero para salir con mi hija no, ella tiene veintitrés años y tu vas a cumplir cuarenta, además me gusta mantener a mi familia lejos de publicaciones o noticias-. sus palabras fueron ásperas, sin delicadeza alguna. Américo no esperaba una reacción así del padre de Liza, éste fue demasiado directo.
-Doctor Martel creo que me conoce lo suficiente para darse cuenta como soy, mis intensiones con Liza son serias y no voy a exponerla a noticias o malas interpretaciones. Ella es para mí lo primero la voy a proteger siempre.
-Américo es mejor no insistir, te he hablado lo que pienso y punto- contestó el doctor.
El congresista Panduro no pensaba dejar el tema y agregó: -¿Oscar por qué no dejamos que Liza escoja si quiere salir conmigo?, si ella dice que no, te prometo salir de su vida y nunca más me volverías a ver. Me gustaria contar con tu permiso, creo que en realidad lo que más te molesta es que yo sea político sé que ese mundo no es de tu agrado-.
El doctor sabía que Américo tenia razón con respecto a la política pero estuvo de acuerdo, era razonable lo que decia: -esta bien, estoy de acuerdo- el padre de Liza conocía que su hija no quería casarse si no seguir con su carrera para dedicarse a la investigación, no habia nada más que hablar se despidieron cordialmente y Américo se retiró.
El doctor estaba dispuesto a olvidar el tema y seguir con su trabajo y su vida familiar. La navidad era al día siguiente, solo quería celebrar con su familia una fiesta de paz y amor como cantaban los villancicos de navidad.
En la casa del doctor Martel todo era felicidad la música navideña de fondo acompañaba la celebración, Nany vestía su ropa de navidad. La tia Gema estaba sorprendida con las noticias que Merry le contaba sobre Liza y las flores, regalo de Américo. Fanny vivia feliz el romance con Umberto su novio que más temprano vino a su casa trayendo un regalo para la novia más hermosa decia él. Felicia no dejaba de ir de un lado para el otro, la mesa debía lucir impecable con su decorado de navidad, en unas horas más sería media noche y la cena, el vino y champan estaba listos para comer y brindar. Nada debía faltar en la noche de celebración
El ambiente en la casa Martel era festivo, las luces de navidad alumbraban el hogar, que felicidad sentía el doctor al ver a toda su familia reunida, tal vez en el fondo de su corazón deseaba que fuera siempre así, que nada cambie y que nunca se acabe, rogaba también que sus hijas siempre vivan junto a él.
CONTINUARÁ