domingo, 9 de julio de 2017

¿DONDE ESTÁ EL PRESIDENTE?

La hora avanzaba, la tarde comenzaba a oscurecer.  En la casa de gobierno aún no se sabía nada del presidente su paradero era desconocido, él había desaparecido de un momento a otro  en el interior de la casa. 
Luis Erasmo el vicepresidente levantó el teléfono para llamar a la esposa del presidente, María Inés. En ese momento intervino Adán Herrera el primer ministro para comentar:
-Luis Erasmo si llamas a María Ines  vas a crear confusión y expectativa, sabemos que el presidente no está con su familia.
-¿Y que podemos hacer?, seguir cruzados de brazos, esperando ¡qué!
Esta es una situación delicada, voy a llamar a María Inés, es necesario que  todavía ella no regrese a la casa de gobierno, así evitaremos más confusión con la prensa. Ellos están afuera esperando respuestas de nuestra parte-  Entonces, Luis Erasmo levantó el teléfono y cuando María Ines estuvo al habla, Luis Erasmo después de saludarla dijo: 
-María Inés lo que te voy a decir es algo atípico pero es necesario que comprendas que no puedo dar explicaciones por el momento, solo pido que me escuches. 
-¿Qué sucede Luis, pasa algo grave con mi esposo? él no ha venido en toda la tarde a la casa de su madre.
-¡No! no sucede nada con Ignacio solo quiero pedirte que aún no regreses a la Casa de Gobierno, nosotros te vamos avisar. Comprende por favor. 
María Inés aceptó la petición del vicepresidente, no, de muy buena gana y colgó el teléfono. No estaba conforme con la explicación,  esperaría un tiempo razonable  y luego llamaría directo al celular de su esposo.
La preocupación para resolver este problema inquietaba al primer ministro no estaba de acuerdo con la llamada a María Inés pero era mejor  que ella  no regrese todavía, así se evitaban  especulaciones.
En la oficina del presidente, el ambiente no era el mejor, los ánimos comenzaban a caldearse nadie sabía que había pasado con él. 
Ignacio Buendía y Romero al margen de estas preocupaciones en la Casa de Gobierno, caminaba por las calles de la ciudad al amparo de no ser reconocido y sentir la libertad de ser un ciudadano anónimo. 
Sus pensamientos y preocupaciones estaban en ese momento en  cómo ejecutar las obras de su gobierno. Comenzaría por lo más urgente: dictar las medidas necesaria para reactivar la economía, y crear fuentes de trabajo, las grandes obras en infraestructura que eran necesarias para el desarrollo se comenzarían a realizar, dentro de las normas estrictas de control. No quería que su plan de gobierno quede en deseos o sueños. El país necesitaba con urgencia comenzar a modernizarse y a cambiar. Era una realidad que no podía esperar. 
Mientras caminaba  por las calles,  sintió un leve cansancio, vio un cafetin  y entró en el local para tomar un café y unos peinecillos dulces, se percató de la hora, eran las seis y algo más de la tarde. Pensando en todos sus proyectos había perdido la noción del tiempo.                   
Se acordó de su familia y el almuerzo,  además en la casa de gobierno, nadie sabía donde estaba, seguro, pensó  que se había armado una gran dilema. Tenía que terminar pronto el café y regresar. La forma en que salio de la casa, con seguridad había creado desconcierto en el secretario Agustín. Justo cuando terminaba el último de sus panecillos en la televisión del local pasaban las ultimas noticias de las seis de la tarde.  
-Se ha creado cierta confusión  al no ver salir al presidente  junto con su familia. El arribo del vicepresidente y el primer ministro a la casa de gobierno en una tarde de domingo nos hace preguntarnos si algo grave sucede al interior de ésta-  Comentaba la periodista en las noticias. 
Ignacio Buendía escuchó estos comentarios y se apresuró en terminar el café, pagó la cuenta y salio del local  a buscar un taxi que lo lleve a la misma calle por donde había salido. 
En el camino de regreso pensaba que ese pasaje secreto en la casa de gobierno seguro había sido construido con la intención de salir rápidamente  en caso de un golpe de estado o de un incendio aunque el caso primero, en la actualidad era impensable.   
Al llegar al lugar espero que el taxi desapareciera en la calle  y entró por el pasaje secreto de la casa. Se deslizó por un rincón del jardín y llegó hasta la puerta de vidrio de su oficina al abrirla se encontró con Luis Erasmo, Adán Herrera y Agustín el secretario que lo miraban como si fuera un aparecido que regresaba del otro mundo 
-¡Ignacio! levantó la voz el vicepresidente -¿Cómo es posible? ¡donde has estado! te hemos buscado por todos lados, tú no puedes desaparecer de esa manera sin decir nada. No es correcto. 
Solo la amistad entre los dos hombres le permitía tener esa actitud a Luis Erasmo pero Ignacio  Buendía y Romero lo detuvo haciendo un gesto con la mano para que baje la voz.
-Luis Erasmo no voy a permitir que me hables en ese tono, somos amigos pero ahora, estas hablando con el presidente. Si te calmas voy a decir donde estaba.
De inmediato se dirigió al secretario para que lo comunique con su esposa, tenía que hablar primero con ella. Después que habló con María Inés  pidiendo que regrese a la Casa de Gobierno, más tarde él le explicaría lo sucedido. Luego habló con su madre para disculparse y le prometió que el domingo siguiente estaría con ella en el almuerzo.
Una vez que hubo terminado su conversación telefónica pidió al secretario salir de la oficina porque solo quería hablar en privado con su vicepresidente y el primer ministro, pero antes dijo:
-Agustín avísame ni bien el carro con mi familia este pasando la reja de la casa, quiero salir a recibirla en la puerta. 
Al quedarse solos los tres hombres Ignacio Buendía les comentó rápidamente cómo había salido de la casa y a donde había estado. No se iba a castigar a nadie en el servicio de seguridad porque ellos habían cumplido su trabajo.
Luis Erasmo y Adán Herrera se asombraron al enterarse del pasaje secreto, no sabían de su existencia.  
-Ignacio, tú no puedes desaparecer de esta manera- dijo más calmado Luis Erasmo -si no sabemos sabemos cuál es tu paradero, se crea un problema y un vacío de poder, te guste o no, el presidente le pertenece a la nación y es necesario cuidar su persona.
-Entiendo todo lo que me estas diciendo, esto no va a pasar de nuevo, fue necesario salir de esa manera porque quería ser por un momento un ciudadano más en las calles de la ciudad.            
     
Esta conversación tiene que quedar entre nosotros nadie debe saber que ha pasado durante estas horas. Adán Herrera el primer ministro comentó -en la puerta de calle esta la prensa vas a tener que hablar con ellos.
-No te preocupes hablaré con ellos, eso no es problema. Como les he comentado no ha sucedido nada que este en conflicto   con mi investidura de presidente. Si tengo que salir ustedes estarán enterados de mi paradero- volvió a recalcar Ignacio Buendía. 
Para terminar, quiero pedirles que mañana lunes muy temprano tengamos una reunión de gabinete es necesario comenzar a trabajar con el plan de gobierno. 
En ese momento entró el secretario a la oficina para decir que el carro con su familia estaba cruzando la reja. 
Ignacio se dirigió a Luis Erasmo y Adán Herrera -les pido que ustedes me acompañen y cuiden mis espaldas, yo en todo momento hablaré con los medios. 
El presidente salió a la puerta de la casa de gobierno a recibir a su familia, abrazó y besó a su esposa e hijas y luego invitó a los medios allí reunidos para contestar sus preguntas.
CONTINUARÁ.    

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