La celebración de navidad había llegado y en cada hogar de la ciudad celebraban la fecha. En la casa de la familia Tan Choi era un un día normal, pero eso no significaba que ellos no guardaran respeto por la celebración de navidad que para los demás era importante.
Al día siguiente de la nochebuena, en la casa de la familia Tan Choi, esperaba la pequeña Bao los regalos que sus padres le hacían en esta fecha.
Con una sonrisa en los labios la pequeña abría cada caja, llena de felicidad e inocencia que solo un niño puede tener. Cada regalo era una sorpresa y una alegría.
Ese día de navidad la familia se quedaba en casa, los negocios estaban cerrados, era una gran celebración familiar. Bao jugaba con sus juguetes nuevos mientras sus padres la observaban.
Dos días más tarde y pasada ya la celebración de la fiestas. Jun amiga de Liang la visitaba en su casa, ellas conversaban de temas familiares, a Jun le preocupaba la salud de su amiga por eso le comentaba:
-Liang en nuestra comunidad hay varias madres que están interesadas en que sus hijos aprendan el idioma chino, ahora que saben que tu eres profesora desean preguntar si puedes enseñarles.
Jun hacía esto para que su amiga se distraiga un poco y pueda por un momento olvidar su dolor.
A Liang el comentario de Jun le agradó, a ella le gustaba enseñar y sería muy feliz tener algunos alumnos. La mesa del comedor era lo suficientemente grande para tener dos o tres alumnos más aparte de Bao, por eso aceptó la sugerencia de su amiga y una semana más tarde recibía en su casa a dos pequeños alumnos que eran de la misma edad de Bao.
A Liang el comentario de Jun le agradó, a ella le gustaba enseñar y sería muy feliz tener algunos alumnos. La mesa del comedor era lo suficientemente grande para tener dos o tres alumnos más aparte de Bao, por eso aceptó la sugerencia de su amiga y una semana más tarde recibía en su casa a dos pequeños alumnos que eran de la misma edad de Bao.
Liang agradecía a Jun por su idea de enseñar a otros niños, esto mantendría su mente ocupada y al menos los niños llenarían la casa de alegría con sus voces, dos horas al día.
Cuando Liang comentó a la hora de la cena con Guo que tendría algunos alumnos, él estuvo de acuerdo, todo lo que era importante para su esposa era bien venido.
Guo por otro lado se dedicaba a su trabajo en la tienda; la campaña de navidad había sido agotadora pero el saldo era favorable, las cuentas estaban en números azules.
En un exitoso empresario se había convertido Guo y para lograr esto él sabía que debía tener orden y disciplina en los negocios como en su vida personal. Siempre se levantaba al amanecer para respirar la tranquilidad de la mañana y esperaba con ansiedad la hora en que Liang y Bao se levantaran para compartir con ellas el desayuno.
En un exitoso empresario se había convertido Guo y para lograr esto él sabía que debía tener orden y disciplina en los negocios como en su vida personal. Siempre se levantaba al amanecer para respirar la tranquilidad de la mañana y esperaba con ansiedad la hora en que Liang y Bao se levantaran para compartir con ellas el desayuno.
Había en la vida de Guo una actividad que disfrutaba mucho y a la que solo podía dedicarle el día domingo que era su único día libre. Esta actividad se desarrollaba en una parcela en el campo a las afueras de Lima.
La familia de Guo por generaciones habían sido agricultores, él llevaba en sus genes el amor por la tierra, el amor por el campo, conocía todos los secretos de la agricultura.
La familia de Guo por generaciones habían sido agricultores, él llevaba en sus genes el amor por la tierra, el amor por el campo, conocía todos los secretos de la agricultura.
Para el no había mayor felicidad que sentir la tierra en sus manos y ver como crecían los cultivos, no podía negar al agricultor que latía dentro de él.
En su parcela sembraba todo tipo de verduras y alimentos de pan-llevar, tenía algunos empleados que cuidaban y lo ayudaban con los cultivos cuando él no estaba.
Algunos domingos llevaba a Liang y a Bao para que disfruten de un día de campo y vean como se desarrollaba el cultivo.
Algunos domingos llevaba a Liang y a Bao para que disfruten de un día de campo y vean como se desarrollaba el cultivo.
Esto lo llenaba de satisfacción y le hacía recordar la vida que llevaba en su lejana provincia al norte de China.
A pesar de toda esta satisfacción, Guo llevaba siempre un lamento en su interior, un lamento que callaba que guardaba, éste era la ausencia de sus amados hijos e imaginaba lo feliz que serían los pequeños jugando en este campo de cultivo.
Él continuaba con la búsqueda de sus hijos, contrató a un investigador privado para que lo ayude. Muchas veces éste se encontraba con una pared cerrada, los caminos de la búsqueda eran complicados debido a la situación política de China.
Guo se presentó varias veces en la embajada de su país pero era lo mismo, ellos no podían hacer nada sobre su caso, ni podían darle alguna información y para completar el cuadro poco alentador la embajada tenía la orden de guardar silencio con respecto a su realidad. Las noticias que llegaban por los canales internacionales no eran buenas.
El nuevo régimen que gobernaba China desde hace algunos años había tomado el poder absoluto del país. Mao Tse-Tung era el nuevo gobernante y dirigía el destino del país con mano de hierro, nadie podía oponerse a su mandato y el que lo hacía era encarcelado.
China vivía tiempos nuevos, según la propaganda, pero había mucha gente que temía al nuevo régimen
China vivía tiempos nuevos, según la propaganda, pero había mucha gente que temía al nuevo régimen
Para subir al poder Mao Zedong que era su verdadero nombre había combatido al general nacionalista Chiang Kai-Check en cada lugar y provincia, éste había subestimado las fuerzas populares de Mao Tse-Tung y ese fue un grave error. Mao Tse-Tung contaba con la fuerza campesina y popular que derrotó al general. China en esos años vivió una guerra civil que terminó con el triunfo popular de Mao Tse-Tung.
Mao Tse-Tung fue también escritor y poeta, en su haber cuenta con varias obras. Él fue el autor de la revolución cultural y la lucha de clases.
Nada escapaba a su poder, nada escapaba a sus oídos. Cualquiera podía ser acusado de traición y condenado a la pena de muerte o prisión perpetua. Los castigos por enfrentar el régimen eran severos.
Mao Tse-Tung fue también escritor y poeta, en su haber cuenta con varias obras. Él fue el autor de la revolución cultural y la lucha de clases.
Nada escapaba a su poder, nada escapaba a sus oídos. Cualquiera podía ser acusado de traición y condenado a la pena de muerte o prisión perpetua. Los castigos por enfrentar el régimen eran severos.
Con ese panorama político ubicar a sus hijos no era fácil. Guo se enfrentaba a un gran muro que no podía cruzar. Él no quería comentar ésto con Liang para evitar que ella se preocupe y continué teniendo la esperanza de que su esposo iba a encontrar a sus hijos. Guo le aseguraba todo el tiempo que no pierda la fe, él los iba ha encontrar aunque le lleve una vida.
Dentro de la comunidad china en la ciudad circulaba un diario escrito en su idioma por medio del cual los ciudadanos chinos leían y se informaban de las noticias dentro de la comunidad y las noticias de su país. Este diario en cuanto a la información sobre la situación política en China era moderado, se cuidaba al dar las noticias, tal vez era el temor de ser alcanzado por el brazo del gobierno de su país.
Por esa vía los ciudadanos residentes en la ciudad no podían enterarse sobre la verdadera situación del país ni de las familias que habían quedado en China.
Por esa vía los ciudadanos residentes en la ciudad no podían enterarse sobre la verdadera situación del país ni de las familias que habían quedado en China.
Cada día esta situación desanimaba a Guo no era fácil pero no se rendía, seguía buscando información sobre sus hijos para tenerlos de regreso con la familia.
Las semanas pasaban y Liang continuaba dando clases por las tardes a sus nuevos alumnos, los niños aprendían con facilidad, ellos con sus pinceles y tinta seguían las indicaciones de la maestra que les enseñaba con dedicación.
Las amigas de Liang llegaron a su casa una tarde de visita, querían felicitarla por la buena idea de enseñar a otros niños, sobretodo si ella era profesora y sabía como hacerlo.
Una mañana mientras Bao estaba en clases en una escuela regular de la ciudad, Liang estaba sola en la casa quiso entrar a la habitación de sus hijos que siempre estaba cerrada, su intento fue en vano no pudo hacerlo, se quedó paralizada frente a la puerta era demasiado intenso su dolor.
Con tristeza caminó hasta su habitación y frente a las fotos de sus hijos lloró recordando la alegría de los niños.
Liang recibió una tarde despues de terminada la clase con los niños, la visita repentina de una de las amigas de la comunidad, ella no era muy cercana a Liang pero si se encontraban en algún lugar o reunión siempre se saludaban, esta amiga se llamaba Xue.
Liang la invitó a pasar, le causó sorpresa su visita, las dos amigas conversaban amenamente hasta que en un momento Xue le confesó su secreto a Liang con la promesa que ella no se lo cuente a nadie, porque esto le causaba vergüenza y limitaba todos los aspectos de su vida. Xue sabía que podía confiar en Liang, ella era una persona discreta.
Xue comentó -Liang quiero contarte un secreto que solo mi familia conoce- guardó unos segundos de silencio y luego continuo -yo no se leer ni escribir, esto siempre me ha hecho sentir vergüenza y ha limitado mi vida. Quiero preguntar si tu puedes enseñarme, quiero aprender.
Liang no se sorprendió con la confesión de su amiga, sabía que en China todavía existían muchos adultos que no habían podido ir a la escuela por diversas circunstancias, Xue no era la única ni la primera. Ella con gusto aceptó enseñar a su amiga y contestó -no te preocupes tu secreto está seguro conmigo , dime cuando quieres comenzar.
CONTINUARÁ
Liang recibió una tarde despues de terminada la clase con los niños, la visita repentina de una de las amigas de la comunidad, ella no era muy cercana a Liang pero si se encontraban en algún lugar o reunión siempre se saludaban, esta amiga se llamaba Xue.
Liang la invitó a pasar, le causó sorpresa su visita, las dos amigas conversaban amenamente hasta que en un momento Xue le confesó su secreto a Liang con la promesa que ella no se lo cuente a nadie, porque esto le causaba vergüenza y limitaba todos los aspectos de su vida. Xue sabía que podía confiar en Liang, ella era una persona discreta.
Xue comentó -Liang quiero contarte un secreto que solo mi familia conoce- guardó unos segundos de silencio y luego continuo -yo no se leer ni escribir, esto siempre me ha hecho sentir vergüenza y ha limitado mi vida. Quiero preguntar si tu puedes enseñarme, quiero aprender.
Liang no se sorprendió con la confesión de su amiga, sabía que en China todavía existían muchos adultos que no habían podido ir a la escuela por diversas circunstancias, Xue no era la única ni la primera. Ella con gusto aceptó enseñar a su amiga y contestó -no te preocupes tu secreto está seguro conmigo , dime cuando quieres comenzar.
CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario