Una semana había pasado desde que Xue amiga de Liang comenzó sus clases de escritura y lectura. Todas las mañanas llegaba puntual para comenzar sus clases.
Liang le explicaba a Xue con paciencia que es lo que debía hacer. Ella sabía que era diferente enseñar a escribir a un adulto por primera vez que a un niño, los métodos que se utilizaban eran diferentes.
Pero existía una gran diferencia, Xue quería aprender y ponía todo su empeño en cada lección, en cada ejercicio que Liang le indicaba para dominar la escritura.
Ella se de daba cuenta de esto y la felicitaba, entre las dos amigas surgió una sincera amistad, pero así como una enseñaba a escribir, Xue también enseñaba a Liang todos los secretos de las yerbas curativas y como preparar todo tipo de infusiones para cada dolencia, todo tipo de emplastos para tratar la piel lastimada, ella conocía los secretos de cada una de las plantas, conocimiento aprendido de su madre que dominaba el arte de la medicina natural desde sus tiempos en China.
Liang estaba sorprendida de todo lo que sabía Xue de como utilizar cada una de las plantas curativas. Si Liang tenía alguna molestia o dolor, Xue de inmediato le indicaba:
-Liang, toma infusión de mejorana para que tengas una mejor circulación o prepara con la caléndula un emplasto para la piel inflamada- y así cada día le daba los nombres de plantas para aliviar cualquier dolencia.
Liang en un cuaderno anotaba con cuidado lo que su amiga le indicaba. En las últimas semanas no se comenzaba a sentir bien, solía sufrir de estados de depresión con los que ella luchaba para estar mejor.
La mañana anterior Xue le explicaba a Liang que al día siguiente no iba asistir a las clases porque era el santo de su madre y quería prepararle un almuerzo familiar, ella se disculpó por esta falta.
Al día siguiente como Xue no estaba para sus clases, Liang se dedicó a limpiar la vitrina en la sala, mientras sacudía con cuidado cada adorno miraba con admiración las figuras de fina porcelana que le obsequiara Guo en navidad, eran delicadas figuras de Lladró, que a ella le gustaban tanto.
Terminó pronto el trabajo de limpieza y se preparó como siempre para sus clases de la tarde con los niños. En esto, su hija Bao estaba muy avanzada y ya casi leía sin problema la escritura de signos, ella fue su primera alumna.
Liang pensaba, pronto Bao iría a la escuela primaria porque ya cursaba el ultimo año de jardín, ella comentó en voz alta -el tiempo pasa tan rápido, ayer solo era una bebe y ahora es una niña que ira al colegio.
Sábado en la mañana en la casa de la familia Tan Choi, Guo comentó con Liang:
-Hablé con nuestro abogado sobre la idea de poner todos las propiedades a nombre de Bao y él me comentó que esto no era conveniente porque existían- y aquí Guo guardó silencio iba a decir que existían otros herederos pero no quiso hablar más por no hacer recordar a Liang sobre sus hijos Tian y Zhao...Liang se dio cuenta de eso y contestó:
-Hablé con nuestro abogado sobre la idea de poner todos las propiedades a nombre de Bao y él me comentó que esto no era conveniente porque existían- y aquí Guo guardó silencio iba a decir que existían otros herederos pero no quiso hablar más por no hacer recordar a Liang sobre sus hijos Tian y Zhao...Liang se dio cuenta de eso y contestó:
-Crees que no me di cuenta lo que tratas de callar, piensas acaso que puedo olvidar a mis hijos. Estás equivocado y el abogado tiene razón no podemos declarar como única heredera a Bao porque sus hermanos existen y están en algún lugar.
Guo no tenía palabras que decir, sabía que eso le causaba un gran dolor a Liang y a él mismo.
No saber nada de los niños era una herida
No saber nada de los niños era una herida
-El abogado me aconsejó hacer un testamento donde nombro como herederos a los tres hijos.
Después de decir esto Guo se despidió y fue a la tienda para un día normal de trabajo.
La tienda lo absorbía por completo, tenía que estar atento al más mínimo detalle y a la organización de la misma en cuanto a la mercadería y atención al publico.
En los últimos años él había hecho crecer el negocio y tenía cada día más responsabilidades.
Con respecto a las clases que impartía Liang, las madres de los niños estaban felices de ver el avance de sus hijos y querían agasajar a Liang pero ella les comentaba que no era necesario que los únicos que debían ser agasajados eran los niños porque era su esfuerzo, al final quedaron en hacer una pequeña fiesta para la profesora y alumnos.
Las semanas se sucedían una a otra y una mañana mientras Liang terminaba de dar clases a Xue, llegó de visita Jun con el diario de la colonia en la mano, había una noticia que todos en la comunidad sorprendía.
La familia Chan Hu se iba del país, habían vendido sus pertenencias y el próspero negocio de ferretería y se mudaban.
Jun comentaba -Liang imagínate la familia Chan Hu se va, ellos tienen muchos años en esta ciudad, se puede decir que fueron los primeros en abrir un negocio propio...dicen que se van a Taiwan porque el padre de familia tiene un hermano en ese país. Otros sin embargo comentan que han estado recibiendo amenazas porque en realidad el hermano es un disidente político en contra del gobierno.
-Asegurar eso es grave- comentó Liang -todo sabemos las consecuencias de algo así, los pueden perseguir a donde vayan.
Xue escuchaba a las dos amigas y se unió a la conversión -lo triste es que se van y cierran su negocio para empezar de nuevo en otro lugar, nosotras sabemos lo que cuesta comenzar de cero. Las tres mujeres estaban de acuerdo y lamentaban la situación de la familia Chan Hu.
En los últimos años él había hecho crecer el negocio y tenía cada día más responsabilidades.
Con respecto a las clases que impartía Liang, las madres de los niños estaban felices de ver el avance de sus hijos y querían agasajar a Liang pero ella les comentaba que no era necesario que los únicos que debían ser agasajados eran los niños porque era su esfuerzo, al final quedaron en hacer una pequeña fiesta para la profesora y alumnos.
Las semanas se sucedían una a otra y una mañana mientras Liang terminaba de dar clases a Xue, llegó de visita Jun con el diario de la colonia en la mano, había una noticia que todos en la comunidad sorprendía.
La familia Chan Hu se iba del país, habían vendido sus pertenencias y el próspero negocio de ferretería y se mudaban.
Jun comentaba -Liang imagínate la familia Chan Hu se va, ellos tienen muchos años en esta ciudad, se puede decir que fueron los primeros en abrir un negocio propio...dicen que se van a Taiwan porque el padre de familia tiene un hermano en ese país. Otros sin embargo comentan que han estado recibiendo amenazas porque en realidad el hermano es un disidente político en contra del gobierno.
-Asegurar eso es grave- comentó Liang -todo sabemos las consecuencias de algo así, los pueden perseguir a donde vayan.
Xue escuchaba a las dos amigas y se unió a la conversión -lo triste es que se van y cierran su negocio para empezar de nuevo en otro lugar, nosotras sabemos lo que cuesta comenzar de cero. Las tres mujeres estaban de acuerdo y lamentaban la situación de la familia Chan Hu.
Los tiempos cambiaban radicalmente, ya nadie podía vivir en paz aunque los separe un océano de distancia.
El calendario también se confabulaba y no daba tiempo a lamentos, las semanas y los meses pasaban, las celebraciones de las fiestas en la comunidad china se festejaban y los cumpleaños en la casa de la familia Tan Choi se celebraban.
Al final de ese año, los niños terminaban sus lecciones de escritura y ya sabían leer y escribir.
Xue también terminaba las lecciones, cada alumno llegaba a la casa de Liang con un regalo para la profesora que nunca había cobrado un centavo por impartir las clases.
Liang nunca quiso recibir dinero por enseñar a los niños, primero y daba gracias a Dios por ello, no lo necesitaba y segundo la felicidad de enseñar era para ella un gran pago, recibir de los niños su alegría y entusiasmo era suficiente.
Cuando con su hija Bao y Guo visitaban el campo donde tenían la siembra de cultivos Liang no podía evitar recordar a sus hijos, ellos estaban siempre presentes y además recordaba a su familia de la que no tenía noticias.
En muchas ocasiones había enviado cartas tras cartas y no recibía respuesta, sabía que era por la situación que se vivía en su país, pero el no saber nada de sus padres y hermano la preocupaba, trataba de distraerse viendo la felicidad de su hija al correr por el campo llamándola en voz alta ¡mamá! ¡mamá! para mostrarle con una sonrisa un tomate que había cosechado.
Liang pensaba que hubiera sido mejor no salir nunca de China, de esta manera todos hubieran estado juntos, viviendo una vida serena en el campo lejos de tantos problemas y había que decirlo...lejos de tanta tragedia.
CONTINUARÁ
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