La fiesta de cumpleaños de Amada recién comenzaba. Sus amigas habían llegando hasta su casa y parte de la familia como tías y primas también. A ella se la veía feliz y agradecía a todas por su asistencia.
Serena salió segundos después de su habitación para compartir con su hermana la reunión por su cumpleaños. Luego se acercó a saludar a Doña Constanza y ésta a su vez le presentó a Alida.
Serena muy sonriente la saludó y comentó sobre su bebé, Alida agradeció los cumplidos.
Serena era una joven muy agradable y cayó en simpatía con Alida.
Doña Constanza comentó lo divertida que estaba la reunión y la cantidad de amigas que habían venido a felicitar Amada. Serena estuvo de acuerdo con ella y contestó:
-Si todas son conocidas de Amada. Me disculpan mi madre me está llamando- y fue ayudar a su madre y Albertina para atender a las invitadas y a su familia.
Doña Constanza observaba a Thelma y a sus hijas luego comentó con Alida:
-Mi querida amiga aquí se va a desatar una tormenta de proporciones, conociendo como conozco a Thelma. Ella es una excelente madre, pero quiere dirigir la vida de sus hijas y a cada una les tiene destinado un rol. Yo tengo la suficiente confianza y autoridad para hablar con ella, siempre he sido directa. Conocí a su madre y fuimos muy amigas, sé que Thelma me escucha, pero también es muy terca y muchas veces solo escucha sus palabras-. decía con seriedad doña Constanza.
Alida no sabía a que se refería exactamente su amiga, tal vez eran solo un comentario y nada más, ella era muy apreciada por la familia, eso se podía ver desde lejos.
La reunión estaba en todo su apogeo, se había decorado la sala con muchos globos, la mesa estaba llena de bocaditos y en el centro una linda torta de chocolate esperaba para cantar el cumpleaños.
La gran cantidad de regalos fueron llevados a la habitacion de Amada, ésta no podía sentirse más feliz con la reunión. Junto a sus amigas se tomaba fotos y era la anfitriona perfecta.
Santo, el padre se hizo presente un momento para saludar y luego se fue, la sala de la casa estaba llena y ya no había espacio para tanta gente.
Alida estuvo en la reunión hora y media y después se puso de pie, era el momento de despedirse, Sebastian pronto reclamaría su atención.
Se acercó primero a Thelma y luego Amada para desearle lo mejor en su día, se despidió de Doña Constanza, Albertina la acompaño hasta la puerta.
-Que pena que tengas que irte tan pronto Alida, pero comprendemos que tienes que atender al bebé, él está primero-. con una sonrisa muy grande le dio un beso a Sebastian y le dijo adiós.
Alida caminó solo unos pasos y subió a su departamento, era suficiente el tiempo que pasó en la reunión, con tanta gente nueva Sebastian se ponía ansioso, era solo un bebé y no estaba acostumbrado a tanta gente a su alrededor.
En la noche conversando con Gervacio, le contaba como había sido la fiesta de cumpleaños de Amada -son tres hermanas muy unidas y se apoyan mutuamente, eso se puede ver. Thelma estaba feliz celebrando el día especial de su hija. Yo estuve al lado de doña Constanza que es muy amiga de la familia-. decía Alida y se disponía hacer dormir a Sebastian que ocupaba muchas horas de su día. El siguiente fin de Semana Gervacio llevó Alida a conocer los Manglares de Tumbes, alistaron al bebé como siempre con todo lo necesario que podía necesitar y partieron a su dia de excursion.
Al llegar al lugar se presenta un paisaje exótico, como un bosque que está protegido, son los Manglares que es una zona de reserva natural. Alida y Gervacio paseaban por el lugar, ella estaba sorprendida, con tanto bosque, nunca antes había visto un paisaje tan asombroso, es el hogar de muchas aves y animales de tierra. Según cuentan los lugareños, viven en sus aguas los cangrejos que son fuente de trabajo de muchas familias.
Serena salió segundos después de su habitación para compartir con su hermana la reunión por su cumpleaños. Luego se acercó a saludar a Doña Constanza y ésta a su vez le presentó a Alida.
Serena muy sonriente la saludó y comentó sobre su bebé, Alida agradeció los cumplidos.
Serena era una joven muy agradable y cayó en simpatía con Alida.
Doña Constanza comentó lo divertida que estaba la reunión y la cantidad de amigas que habían venido a felicitar Amada. Serena estuvo de acuerdo con ella y contestó:
-Si todas son conocidas de Amada. Me disculpan mi madre me está llamando- y fue ayudar a su madre y Albertina para atender a las invitadas y a su familia.
Doña Constanza observaba a Thelma y a sus hijas luego comentó con Alida:
-Mi querida amiga aquí se va a desatar una tormenta de proporciones, conociendo como conozco a Thelma. Ella es una excelente madre, pero quiere dirigir la vida de sus hijas y a cada una les tiene destinado un rol. Yo tengo la suficiente confianza y autoridad para hablar con ella, siempre he sido directa. Conocí a su madre y fuimos muy amigas, sé que Thelma me escucha, pero también es muy terca y muchas veces solo escucha sus palabras-. decía con seriedad doña Constanza.
Alida no sabía a que se refería exactamente su amiga, tal vez eran solo un comentario y nada más, ella era muy apreciada por la familia, eso se podía ver desde lejos.
La reunión estaba en todo su apogeo, se había decorado la sala con muchos globos, la mesa estaba llena de bocaditos y en el centro una linda torta de chocolate esperaba para cantar el cumpleaños.
La gran cantidad de regalos fueron llevados a la habitacion de Amada, ésta no podía sentirse más feliz con la reunión. Junto a sus amigas se tomaba fotos y era la anfitriona perfecta.
Santo, el padre se hizo presente un momento para saludar y luego se fue, la sala de la casa estaba llena y ya no había espacio para tanta gente.
Alida estuvo en la reunión hora y media y después se puso de pie, era el momento de despedirse, Sebastian pronto reclamaría su atención.
Se acercó primero a Thelma y luego Amada para desearle lo mejor en su día, se despidió de Doña Constanza, Albertina la acompaño hasta la puerta.
-Que pena que tengas que irte tan pronto Alida, pero comprendemos que tienes que atender al bebé, él está primero-. con una sonrisa muy grande le dio un beso a Sebastian y le dijo adiós.
Alida caminó solo unos pasos y subió a su departamento, era suficiente el tiempo que pasó en la reunión, con tanta gente nueva Sebastian se ponía ansioso, era solo un bebé y no estaba acostumbrado a tanta gente a su alrededor.
En la noche conversando con Gervacio, le contaba como había sido la fiesta de cumpleaños de Amada -son tres hermanas muy unidas y se apoyan mutuamente, eso se puede ver. Thelma estaba feliz celebrando el día especial de su hija. Yo estuve al lado de doña Constanza que es muy amiga de la familia-. decía Alida y se disponía hacer dormir a Sebastian que ocupaba muchas horas de su día. El siguiente fin de Semana Gervacio llevó Alida a conocer los Manglares de Tumbes, alistaron al bebé como siempre con todo lo necesario que podía necesitar y partieron a su dia de excursion.
Al llegar al lugar se presenta un paisaje exótico, como un bosque que está protegido, son los Manglares que es una zona de reserva natural. Alida y Gervacio paseaban por el lugar, ella estaba sorprendida, con tanto bosque, nunca antes había visto un paisaje tan asombroso, es el hogar de muchas aves y animales de tierra. Según cuentan los lugareños, viven en sus aguas los cangrejos que son fuente de trabajo de muchas familias.
Gervacio no dejaba de explicar a Alida como se había formado el Manglar, la cercanía del mar también hacia de éste un paisaje único.
El calor del día cada vez era más fuerte y tenían que regresar. Siempre estos paseos eran temas de conversación entre los esposos.
Llegaron a la ciudad más allá del medio día, por lo general el domingo era tranquilo donde todos se dedicaban a pasear, a descansar y a estar en familia.
Una semana después del santo de Amada, Doña Constanza llegó a visitar a Alida. ambas comentaban lo agradable de la reunión la que duró varias horas después de que Alida se había ido:
-La celebración del cumpleaños de Amada fue muy alegre, sus amigas del colegio y la familia le cantaron la canción de cumpleaños. Thelma es una madre orgullosa de sus hijas, ella se sentía muy a gusto rodeada de tanta gente- doña Constanza decía esto con mucha sinceridad y aprecio por la familia.
Después Alida sacó su cuaderno donde apuntaba las nuevas recetas que le dictaba doña Constanza eran remedios naturales para la crianza y el cuidado de su bebé, ella las apuntaba para no olvidar los detalles y reconocía que eran efectivas.
Doña Constanza de pronto se puso seria, su timbre de voz cambio y comentó:
-Mi querida amiga guarda tu cuaderno, te voy a contar algo que no debe salir de esta habitación, tienes que prometerme que no lo vas a comentar con nadie, ni siquiera con tu esposo, esto ocurrió hace mucho tiempo, es algo que cometí y está fuera de la ley-.
Alida estaba desconcertada, por qué tanto misterio. -Doña Constanza me está asustando, que es lo que ha pasado en su vida-. agregó preocupada.
Alida estaba desconcertada, por qué tanto misterio. -Doña Constanza me está asustando, que es lo que ha pasado en su vida-. agregó preocupada.
-Alida primero tienes que prometerme que no hablaras de esto con nadie, en mi familia no lo sabe ni mi esposo, ni mis hijos- repitió doña Constanza con expresión grave.
-No se preocupe no voy a decirle a nadie, lo que usted me diga quedará entre estas paredes pero me está asustando-. contestó Alida por la actitud de su amiga.
-No te asustes que no he matado a nadie pero reconozco que fue algo contra la ley- miró pensativa como recordando cada detalle del pasado y comenzó su relato.
-Sucedió hace muchos años cuando mi hija, la mayor de todos mis hijos tenía 17 años, era una joven muy linda y teníamos mucha confianza entre las dos. Azucena, ese es su nombre, me ayudaba con los quehaceres de la casa, algunas veces la mandaba hacer las compras de lo que necesitábamos para el día. Mi esposo en ese entonces solía ir a las oficinas donde funcionaba el Ministerio de Agricultura en esa época, ellos asesoraban a los agricultores en diferentes temas sobre sus cultivos, en esas oficinas había un joven que lo atendía y era muy solicito con cualquier pedido que mi esposo hacía, él rápidamente lo ayudaba. Un día conversando con el joven, mi esposo se enteró que había llegado hace unos meses a Tumbes como empleado del Ministerio. En ese entonces la ciudad era más pequeña y todos se conocían-. La señora tomó un respiró de su relato y le pidió Alida un vaso con agua, ella con rapidez le alcanzó una fresca limonada.
Doña Constanza un minuto después continuó con su historia -este joven del que te hablo, un buen día se apareció en la casa trayendo unos documentos que había solicitado mi esposo, tiempo después me enteré que ese había sido un pretexto para acercarse a nosotros. ¿Cuál era su intención?, pedirnos permiso para cortejar a nuestra hija Azucena. Él se había averiguado que mi esposo era su padre y al parecer había visto varias veces a mi hija cuando salía a hacer algún mandado. Nosotros aceptamos, pero primero pregunté a mi hija si estaba de acuerdo, ella me contestó -es un joven agradable, es mejor conocerlo primero-. Esto le dijo mi esposo al joven -si mi hija no está de acuerdo, todo queda en una simple amistad- Sergio estuvo de acuerdo y desde ese día visitaba la casa de tarde en tarde, los dos paseaban por la cuadra de una esquina a otra esquina.
De nuevo doña Constanza se detuvo para beber otro sorbo de limonada ella por momentos se sonrojaba y siguió con su relato - como sucede muchas veces, toda la ciudad sabía de los nuevos enamorados. Un día me encontré con una amiga que trabajaba en el correo y me dijo, Constanza ese joven que pretende a tu hija escribe y recibe cartas todos los meses. Yo tomé atención de lo que mi amiga me decía, en ese momento no dije nada pero al día siguiente la visité en el correo y le pedí por favor si tiene una carta para Sergio que me la entregue, ella guardó silencio un segundo y contestó -por tratarse de ti y para ayudarte lo voy hacer, en este momento no ha recibido carta, pero tengo una carta que el está enviando y a escondidas me la entregó con la advertencia -llevala a tu casa, la lees y luego la traes hoy mismo porque mañana temprano sale el correo con las cartas para su destino-.
Doña Constanza tomó un respiro y otro sorbo de limonada, unos segundos para recordar detalles exactos y después agregó
-Alida, con la carta en mi bolso me sentía como una delincuente camino a mi casa, sé que es un delito violentar el correo ajeno pero esto yo la hacía por mi hija, para protegerla yo no sabia quién era este joven y si tenía algún compromiso en otro sitio o estaba casado y por último, cuales eran sus verdaderas intenciones. Mi hija solo tenia 17 años y él 27, entonces que podía hacer. En mi casa abrí la carta con cuidado con el vapor de la tetera y leí su contenido. Hice esto por varios meses y me enteré que a quien le escribía era a su madre. En sus cartas le hablaba de Azucena, de lo bien que se sentía en su compañia y también le contaba sobre nosotros y la gran familia que eramos. Cuando mi hija cumplió 20 años se casó con Sergio y ahora puedo decir que todos mis yernos son buenos pero Sergio es mi favorito.
CONTINUARÁ
Doña Constanza un minuto después continuó con su historia -este joven del que te hablo, un buen día se apareció en la casa trayendo unos documentos que había solicitado mi esposo, tiempo después me enteré que ese había sido un pretexto para acercarse a nosotros. ¿Cuál era su intención?, pedirnos permiso para cortejar a nuestra hija Azucena. Él se había averiguado que mi esposo era su padre y al parecer había visto varias veces a mi hija cuando salía a hacer algún mandado. Nosotros aceptamos, pero primero pregunté a mi hija si estaba de acuerdo, ella me contestó -es un joven agradable, es mejor conocerlo primero-. Esto le dijo mi esposo al joven -si mi hija no está de acuerdo, todo queda en una simple amistad- Sergio estuvo de acuerdo y desde ese día visitaba la casa de tarde en tarde, los dos paseaban por la cuadra de una esquina a otra esquina.
De nuevo doña Constanza se detuvo para beber otro sorbo de limonada ella por momentos se sonrojaba y siguió con su relato - como sucede muchas veces, toda la ciudad sabía de los nuevos enamorados. Un día me encontré con una amiga que trabajaba en el correo y me dijo, Constanza ese joven que pretende a tu hija escribe y recibe cartas todos los meses. Yo tomé atención de lo que mi amiga me decía, en ese momento no dije nada pero al día siguiente la visité en el correo y le pedí por favor si tiene una carta para Sergio que me la entregue, ella guardó silencio un segundo y contestó -por tratarse de ti y para ayudarte lo voy hacer, en este momento no ha recibido carta, pero tengo una carta que el está enviando y a escondidas me la entregó con la advertencia -llevala a tu casa, la lees y luego la traes hoy mismo porque mañana temprano sale el correo con las cartas para su destino-.
Doña Constanza tomó un respiro y otro sorbo de limonada, unos segundos para recordar detalles exactos y después agregó
-Alida, con la carta en mi bolso me sentía como una delincuente camino a mi casa, sé que es un delito violentar el correo ajeno pero esto yo la hacía por mi hija, para protegerla yo no sabia quién era este joven y si tenía algún compromiso en otro sitio o estaba casado y por último, cuales eran sus verdaderas intenciones. Mi hija solo tenia 17 años y él 27, entonces que podía hacer. En mi casa abrí la carta con cuidado con el vapor de la tetera y leí su contenido. Hice esto por varios meses y me enteré que a quien le escribía era a su madre. En sus cartas le hablaba de Azucena, de lo bien que se sentía en su compañia y también le contaba sobre nosotros y la gran familia que eramos. Cuando mi hija cumplió 20 años se casó con Sergio y ahora puedo decir que todos mis yernos son buenos pero Sergio es mi favorito.
CONTINUARÁ
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