domingo, 8 de marzo de 2020

ALIDA Y GERVACIO

El fin de semana había llegado, Alida y Gervacio se preparaban para su primer día de excursión al bosque seco a  dos horas de la ciudad de Tumbes. Todo estaba preparado, Sebastian iba  en su portabebé con todo lo necesario para protegerlo. El día se anunciaba luminoso y el calor era de 35 grados en la ciudad. 
Con todo lo necesario partieron rumbo al bosque seco, salieron de la ciudad y en el camino se encontraban con pequeños poblados alrededor.  
Sebastian viajaba cómodo en su portabebé nada lo perturbaba, después de haber sido alimentado y cambiado con ropa fresca para enfrentar el calor, dormía profundamente. 
La camioneta en el camino cruzaba algunos pueblos rurales, donde había pequeños burros, animales de mucha utilidad en la campiña de Tumbes, era inevitable detenerse a ver la belleza de estos pequeños, Alida se quedaba ensimismada porque los animales parecían muñecos de peluches, salidos de algún cuento campirano. Sus cuerpos estaba cubierto de un suave pelaje de recién nacidos, era pequeños y hermosos. junto a sus madres formaban un cuadro que sobresalía en el campo. Los campesinos cuidaban mucho a sus animales pues estos era de gran utilidad en el trabajo del campo.  
Faltaban pocos kilómetros para llegar al bosque seco, alrededor del camino se podía ver algunos campos con sembríos de pan llevar, y otros productos que eran el sustento de los agricultores.
A la entrada del bosque seco la primera impresión era que los arboles estaban aparentemente sin vida, por doquier se veía árboles secos y sus ramas sin hojas pero esto es solo una característica porque en la estación de las lluvias el bosque recobra vida y se llena de verdor, es como si despertaran de un largo sueño, donde nada parece afectarlo. Alida estaba encantada caminaba al lado de Gervacio mientras este le daba unas lecciones de botánica con respecto a las características de estos árboles.
Gervacio decía -estos bosque son el producto de la adaptación de millones de años de la naturaleza al clima seco de la región en determinadas épocas del año, cuando empieza la estación de las lluvias florecen y se llenan de hojas para después guardar su energía para el siguiente año y sobrevivir a la sequía. Este lugar es el hogar de muchos animales y aves que buscan refugio en la época de lluvia cuando el bosque recobra vida, parece un bosque sin vida y es único en la región, se encuentra protegido como una reserva nacional.
Alida estaba impresionada nunca antes había visto algo así, recorrieron con Gervacio una zona extensa, cuando ya era la hora de regresar Sebastian cargado en su portabebé dormía, pero pronto sería la hora de su alimento y entonces había que regresar. 
En el camino de regreso Gervacio comentaba con Alida que toda esta región de Tumbes en el pasado  perteneció al reino de los Tumpis que primero fueron incorporados al dominio Chimú y después en el incario a la región del Chinchaysuyo y años más tarde fue en esta zona donde  los Trece de la isla  del Gallo al mando de Francisco Pizarro, clavaron su estandarte en la caleta de Cruz como símbolo de la conquista. 
Alida se sentía feliz con todo lo que conoció en su primera excursión, se llevó una buena impresión del campo y del bosque seco, además de un poco de la historia del pasado de la ciudad. 
El fin de semana fue tranquilo para Alida y Gervacio, estaban conociendo a los vecinos que vivían cerca y los saludaban amablemente. 
En la tarde de domingo cuando Alida salió, se encontró con Albertina la hija menor de Thelma, ella era la más amigable y conversadora de las hermanas, le comentaba sobre los vecinos, donde vivía cada uno  y todos sus comentarios al respecto eran amables, esto hablaba muy bien de ella. 
Mientras conversaban pasó cerca de ellas, doña Constanza, que era una señora de 85 años muy respetada por sus vecinos, todos la consideraban casi una institución en el vecindario. Ella pertenecía a una de las familias más antiguas de la ciudad.         
Albertina presentó a doña Constanza con Alida,  ambas se saludaron, ella  se sorprendió al ver a la señora que a pesar de su edad era una persona bastante fuerte,  completamente, lúcida y caminaba sin necesitar ayuda.  
Doña Constanza iba a visitar a Thelma como lo hacía cada tarde de domingo, ellas eran muy amigas.  Después de la presentación se despidió y siguió su camino hasta la casa de Thelma.  
Alida también se despidió de Albertina porque tenía  que hacer algunas compras, mientras Gervacio se quedaba con Sebastian. 
Las tardes de domingo solían ser tranquilas en la ciudad, era como si el calor dejara sin energía a la gente, todos preferían descansar para salir a pasear después de las cuatro de la tarde. A esa hora  la plaza principal se llenaba de gente que solía tomar refrescos en las distintas fuentes de soda que rodeaba la plaza para aplacar la sed. La ciudad a esa hora cobraba vida. 
Por esos días todos ya sabían que Alida y Gervacio eran los nuevos vecinos de la ciudad y vivían en los departamentos que Thelma alquilaba. 
Los días pasaban en una tranquila rutina, Alida había hecho amistad con Albertina y cada vez que se encontraban conversaban sobre su tema favorito,  el bebé Sebastian: que si había crecido. que si era un ángel, que dormía toda la noche, que estaba sanito y cosas por el estilo. No se le podía culpar, ella era una madre orgullosa de su bebé. 
Alida también hizo amistad con doña Constanza, cada vez que se encontraban en el parque o el malecón había un tema de conversación,  la señora conocía  bien la historia de la ciudad desde su fundación, su familia se contaba entre las primeras familias de la ciudad. 
Doña Constansa había tomado confianza con Alida, por eso una mañana paso a visitarla a su departamento, cuando tocó la puerta, Alida fue a abrir y se quedó sorprendida en como habia subido las escaleras. Doña Constansa se dio cuenta de la sorpresa de Alida y comentó -todavía puedo subir escaleras sin problemas, no te sorprendas querida,  ¿puedo pasar o interrumpo?- Alida se disculpó y la hizo pasar de inmediato.
Sebastian estaba en los brazos de su madre y doña Constansa dijo -es un bebé muy tranquilo, cualquier duda que tengas al respecto de su crianza cuéntame, yo te puedo ayudar con algunos consejos, tengo mucha experiencia con los bebés, he criado catorce hijos y todos están vivos-  de pronto la voz se le quebró, guardó silencio unos segundos, Alida se puso de pie y le alcanzó un vaso con agua para que tome y se reponga, con la expresión de tristeza en el rostro doña Constansa comenzó  a contar su historia:
-Eran otros tiempos, otra vida y las costumbres también eran diferentes, yo me casé muy joven y casi al momento comencé a tener hijos, como dije antes todos están vivos excepto el tercero que murió cuando tenía dos años. Mi tristeza y dolor eran tan grandes que no podía mantenerme en pie, cuando los vecinos venían a darme el pésame yo no quería hablar ni ver a nadie, entonces me metí bajo de la cama y ahí lloraba por horas. Mi esposo me disculpaba con todos y tuvo que ponerse fuerte para obligarme a salir. Él me decía, "tú no eres la única que está sufriendo y además tienes otros hijos que te necesitan" tuve que sobreponerme aunque nunca he olvidado a mi bebé. Desde ese momento me prometí que jamás volvería a perder un hijo y así fue-. 
Mientras doña Constanza contaba su historia no dejaba de llorar y Alida no sabia cómo calmarla, luego ella prosiguió -no te preocupes ya estoy más tranquila solo quiero decir que ningún hijo reemplaza a otro, si tienes alguna duda consultame yo te puedo ayudar- y entonces comenzó a darle recetas caceras  para aliviar el dolor de estomago y decía -si quieres que el bebe tenga la piel sana debes echarle maizena eso es lo mejor para él-  comentaba con tono de voz más calmado. Luego de unos segundos siguió comentando -entre los catorce hijos que tuve, en mi sexto embarazo nacieron gemelos que eran univitelinos eso me dijo el doctor, con ellos me pasa algo curioso, un gemelo vive aquí y ayuda a su padre en la chacra y el otro vive en Lima, cuando el gemelo que está aquí se siente mal, el gemelo que vive en Lima está enfermo eso siempre es seguro por eso yo me comunico de inmediato con Lima para saber cómo está- esto lo decía  calmada.             


Cuando doña Constansa  se despidió, Alida la ayudó a bajar las escaleras al principio ella se negó, pero Alida insistió, su temor era que podia tropezar o algo parecido y caer escaleras abajo.
 En su departamento de nuevo Alida no podía imaginar como era criar catorce hijos y no haber muerto en el intento, cada niño es un gran desgaste para la madre y el riesgo que ella  corrió fue muy grande. 
Doña Constanza lo había dicho eran otro tiempos, otra vida e indudablemente ella era muy fuerte. 
Alida sintió el deseo de comunicarse con su madre, cada tanto la llamaba para saber como estaba, su preocupación por ella era constante.
Al otro lado de la linea contestó su madre conversaron media hora, Alma estaba bien y muy tranquila por suerte para alivio de Alida.
Más tarde al llegar Gervacio a casa Alida le contó como había sido su día y la conversación que había tenido en la mañana con doña Constanza, Alida decía -no puedo comprender hasta ahora  como ha tenido tantos hijos, ella es una mujer muy fuerte y tiene mi admiración- Gervacio en esto le daba la razón. 

CONTINUARÁ     

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