domingo, 20 de septiembre de 2020

PRIMAVERA DE 1900

En la casa de Octavia todo estaba preparado para recibir a los invitados, las amigas de Emiliana iban llegando para saludar a su amiga en su cumpleaños. 
Ondina y Felicitas impecables con sus mandiles blancos hacían pasar a a las jóvenes a la sala mas grande mientras los adultos se instalaron en la sala más pequeña, de esta manera lo había dispuesto Octavia, al ser las amigas de su hija un mayor número de personas.
Emiliana no podía sentirse más feliz de compartir la celebración de su cumpleaños con sus amigas y compañeras de la escuela, pronto acabaría el año escolar y cada una se despediría para tomar su camino y decidir que hacer. Algunas de ellas ya estaban comprometidas en matrimonio y  posiblemente en un año más, estarían celebrando sus bodas.
Octavia en el sala conversaba con sus amigas más cercanas a las que había invitado y Aníbal al otro lado conversaba con sus amigos, uno de ellos era Pier Du Mont esposo de Petra que se encontraba invitado.
En la reunión también estaba presente la madrina de Emiliana que le había regalado una bonita pulsera de oro con un dije de su signo del zodiaco, ella agradeció tan bello y delicado regalo. 
Para todos los invitados la reunión era un momento de alegría, las amigas de Emiliana, cada una trajo a su amiga sus presentes con los que agradecían la invitación a su cumpleaños. Todas ellas reían y pasaban un momento divertido. Los adultos en la otra sala conversaban sobre temas del momento político que se vivía y la amigas de Octavia le preguntaban a ésta,¿ porque no había invitado a Aurora?. 
Octavia de inmediato contestó que si la había invitado, pero ella se disculpó por no poder asistir.
Petra hizó a un lado a su amiga y le preguntó en voz baja: ¿-sabes que le sucede Aurora?, no la vemos desde hace varias semanas, siempre se está disculpando porque no puede asistir a nuestras reuniones-.
-No sé que pasa con nuestra amiga, espero no sea algún problema serio-. contestó Octavia con voz grave.
La reunión estaba en todo su apogeo, Manuelito con el permiso de Octavia había invitado a dos amigos que daban vueltas en la sala de las jóvenes y escuchaban sus risas, pero ellos pronto se aburrieron y se fueron al huerto a jugar con una pelota, el juego lo encontraban más divertido. 
Cuando llegó la hora de cantar la canción del cumpleaños, jóvenes y adultos se reunieron alrededor de la mesa de la torta. Aníbal muy emocionado dijo algunas palabras dedicadas a su hija y luego se cantó la canción de feliz cumpleaños y aplausos para Emiliana que cumplía diecisiete jóvenes y felices años. Los platos de entremeses y la comida se pasaban a los invitados, Ondina y Felicitas eran las encargadas de ello. 
Aníbal preguntó a Pier que suponía él que podía pasar en los próximos días con tanto movimiento en la ciudad: -Pier tú que públicas una revista ¿qué crees que puede suceder en los siguientes días?-.
-No puedo asegurar nada, en la ciudad corren muchos rumores pero todo es incierto-. contestó Pier a su amigo que estaba preocupado por los últimos acontecimientos. 
El tema de conversación quedó ahí, no se habló más del asunto porque era el momento para festejar a la agasajada.
La reunión duró hasta pasada la media noche, fueron los adultos los últimos en retirarse. Octavia mandó a Ondina y a Felicitas a descansar: -Junten todo y mañana limpian, ahora vayan a descansar porque han hecho un trabajo impecable, las felicito-.
Emiliana abrazó a su madre y le agradecía por el día tan lindo que había pasado, luego hizo lo mismo con su padre: -gracias por estar presente en mi cumpleaños- después lo abrazó feliz y se fue a su habitación a dormir. Manuelito había hecho lo mismo más temprano para él los festejos terminaron muy pronto. 
Al día siguiente la vida volvía a la normalidad, Emiliana y Manuelito se iban al colegio y Aníbal recién terminaba de desayunar, Octavia despedía a sus hijos y de las manos de Ondina recibía el correo, el cartero había pasado temprano esta vez. Había entre las demás cartas una de su prima Blanca, era siempre una felicidad tener noticias de ella y de cómo le iba en su nuevo hogar en Suiza.   
-Aníbal ha llegado carta de Blanca- comentó Octavia a su esposo, luego abrió el sobre y  leía en voz alta para que él se entere de lo que decía la carta.
Blanca le contaba a su prima todo lo que estaba viviendo en la nueva ciudad, los paseos con los niños y la salidas con la familia en general -ellos son muy amables conmigo, me estoy adaptando poco a poco a esta nueva vida pero siempre los extraño demasiado-.
Octavia terminó de leer toda la carta con las novedades de Blanca y Aníbal le dijo al final que le envié saludos de su parte. 
Aníbal estaba preocupado y Octavia que lo conocía bien se daba cuenta:-¿por qué no me cuentas lo que te está preocupando?, estás en otro lado, no me prestas atención-.          
-Si Octavia, es verdad estoy bastante preocupado con la situación en el fundo, en los próximos días tengo que volver a viajar-. contestó Aníbal y se quedó en silencio.   
-Vas a volver a viajar pero acabas de llegar hace unos días- agregó Octavia, preocupada por la situación.
-Hay una terrible plaga que está acabando con las plantas de algodón, voy a tener que quemar toda la plantación para que la enfermedad no se extienda. Eso va hacer un descalabro económico para el fundo y para todos los productores de algodón que tienen que hacer lo mismo. En Piura, Chiclayo Trujillo e Ica, todos tenemos que hacerlo y es un peligro si se pierde el preciado algodón peruano. Hay voces que dicen que un agricultor ha encontrado la solución al problema, su nombre es Fermín Tangüis pero todavía falta comprobar si aquello  es verdad, por eso debo estar presente en el fundo. Tú sabes muy bien que mi hermano menor, no es todo lo responsable que debiera ser para hacer frente a los problemas que aquejan las tierras de cultivo familiar-. comentaba preocupado Aníbal para que Octavia comprenda la situación  real que se vivía en Ica.
-Aníbal pero si deseas yo puedo ayudar un poco en lo económico, no dudes en decirme-. 
-No es necesario por ahora Octavia, agradezco tus palabras pero aún podemos hacer frente para ver que solución encuentro. Además está la posibilidad de cambiar de cultivo, no sé aún que decisión voy a tomar, en cualquiera de los casos tenemos que empezar de cero-. al terminar Aníbal se puso de pie, se despidió de su esposa, tenía que salir para hacer algunos trámites que tenía en su agenda.
Octavia se quedó pensando, ahora  tenía que acostumbrarse a la nueva situación mientras las cosas no anden bien en Ica.   Además debía preocuparse de hacer las cuentas del presupuesto para el mes y el pago de los sueldos a Felicitas y Ondina. Tenía por costumbre pagarles a cada una en pequeñas talegas y en las fiestas de julio y diciembre darles una bonificación extra aparte de sus sueldos. 
La otra preocupación importante para Octavia, era realizar la rifa, ya todo estaba casi listo y los boletos vendidos, la fecha se cumplía, solo faltaban unos días. Era el momento de visitar Aurora personalmente y hablar con ella, además de preguntarle por el collar que había donado. Ni por un segundo quería pensar que se había arrepentido del ofrecimiento, eso acabaría con el buen nombre y la seriedad de las Damas del Patronato.  
Llamó al pequeño salón a Felicitas y Ondina y le entregó a cada una su talega, ellas ya sabían de lo que se trataba, le agradecían por el pago puntual de cada fin de mes.
-No hay nada que agradecer, ustedes son un gran apoyo y ayuda para mi. Felicitas déjame hablar con Ondina a solas por favor-. comentó Octavia, Felicitas se retiró, estaba preocupada que quería la señora hablar con su hija. 
-Ondina hace varias semanas que no hablamos de cómo te va en las clases nocturnas de la escuela, no te olvides de traerme la cartilla con las notas, es importante que no descuides tus estudios para terminar la primaria y puedas seguir estudiando-. decía Octavia
-Señora no se preocupe estoy bien en las clases, ni bien tenga la cartilla con las notas se la voy a entregar-.
-Bien Ondina, voy a estar esperando-. completó Octavia y Ondina se retiró a seguir con sus quehaceres. 
Ondina era una joven de veinte años por circunstancia difíciles no había podido estudiar en su momento y ahora llevaba clases nocturnas para adultos. Octavia nunca había preguntado a Felicitas que pasó con el padre de Ondina, pensó que era intervenir en su vida privada.         
   
Antes del medio día, Octavia se alistó para hacerle una visita a su amiga Aurora, era el momento de hablar.
La casa de su amiga quedaba muy cerca a la suya, el día estaba espléndido y caminar  por la avenida del Naranjo, era perfecto.
Llegó hasta la puerta y tocó la campanilla, salió atender la empleada de confianza de Aurora. Ésta se sorprendió al ver a Octavia pero ella  habló de frente.
-Por favor dile a tu señora que he venido a buscarla, deseo hablar con ella- dio un paso adelante y entró al salón de recibir. 
La empleada fue adentro y demoró solo unos minutos en regresar: -Señora, la señora Aurora me dice que le pida mil disculpas pero ella no puede atenderla en este momento está muy ocupada, me pidió que le entregue el collar para la rifa-.
Octavia no insistió pero le parecía una falta la actitud de su amiga, guardó el collar en su bolso y se retiró incómoda por la situación. 
De regreso a su casa, abrió el estuche y estaba el hermoso collar, por lo menos la rifa se realizaría sin inconvenientes.
Al día siguiente en los diarios se leía una noticia que estremeció la ciudad, el día anterior en el puerto los trabajadores habían organizado una protesta que fue sofocada con extrema fuerza, hubieron heridos y muertos, esto fue repudiado por la población y se convirtió en un verdadero problema.  Se debía de una vez por todas encontrar la solución definitiva a las protestas y aceptar el pliego de reclamos de obreros y trabajadores. 


CONTINUARÁ    
        
 

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