Octavia contemplaba el sobre blanco que tenía encima del escritorio, su tía Esperanza se lo había entregado antes de regresar a su casa de Barranco. En él guardaba el testamento escrito de su puño y letra con sus deseos y voluntad para cuando ella no esté en este mundo.
Alguna vez Octavia escuchó hablar que, si un testamento se abría antes de tiempo, la persona que era dueña del mismo moría muy pronto. Ella no deseaba aquello y por esta vez haría caso de esas palabras, dejaría el sobre sellado, no deseaba enterarse de herencias ni leer testamentos. Quería a su tía Esperanza muchos más años con la familia. Dio media vuelta, abrió el mueble que ocultaba su caja fuerte y sin dudar guardó el sobre sellado, luego cerró la caja fuerte, se estremeció en ese instante al recordar la otra caja fuerte en la casa de los padres de Rubí. Eso era una pesadilla para Octavia y un problema latente. Mientras se mantenga escondida en la sombra y nadie sepa de su existencia todo iba a estar bien, de lo contrario podía desatar una tragedia de la que no quería imaginar. Respiró intranquila debía confiar en la providencia y olvidar todo lo relacionado con esa caja fuerte era mejor para el bienestar de Rubí y su futuro.
Ondina interrumpió los pensamientos de su señora cuando entró al salón y dijo: -señora ha llegado esta carta para usted- se acercó al escritorio y se la entregó a Octavia.
-¡Oh! viene de Vevey-Suiza- leyó el remitente y señaló -es de Beatriz de la Torre y Valle, que extraño, hace tanto tiempo que no tengo noticias de ella. Puedes retirarte Ondina pero antes toma la lista para las compras, acompaña a Felicitas al mercado y ayuda con las canastas-.
-Si señora en seguida voy para ayudar a mi madre con las compras-. Ondina salió a paso ligero para decirle a su madre lo que quería su señora.
Octavia abrió el sobre con la carta de Beatriz, en ella le comentaba algunos detalles sobre su vida en la ciudad y se disculpaba por no haberle escrito antes. -Estimada Octavia me va a disculpar por no escribir antes pero el tiempo fue pasando entre una cosa y otra, en fin aquí estoy enviando unas líneas también para comunicarle que su prima Blanca no está sola, con mis hijos vamos a visitarla cada fin de semana y mientras estemos viviendo en esta ciudad así será- luego proseguía con detalles de su día a día y como sus hijos crecían y recordaban a la prima Blanca siempre. Líneas más adelante se despedía deseando muchas bendiciones para su familia.
Octavia no pudo evitar emocionarse su querida prima no se encontraba abandonada y ella desde Lima siempre la recordaba y tenía su foto sobre la cómoda en un lugar especial. Guardó la carta en uno de los cajones de su escritorio y se enjugó las lágrimas de sus mejillas. De pronto se sobresalto al escuchar la voz y los pasos de su esposo.
-Octavia querida- dijo Aníbal al entrar al pequeño salón, regresaba de hacer unas gestiones en el centro de la ciudad -es una realidad, en dos semanas se va inaugurar el nuevo Paseo Colón, ya es un hecho, la noticia esta en todos los diarios y en primera plana, escucha- Aníbal leía en voz alta -Nuevo Paseo Colón será inaugurado en dos semanas, se espera la presencia de las autoridades de la ciudad y del presidente. Te das cuenta querida tenemos que estar en esa inauguración, se va a permitir la presencia del público-.
-Es maravilloso Aníbal por fin vamos a tener la nueva avenida, nosotros y la Damas del Patronato debemos estar presentes, seguro nos llegará una invitación del alcalde, él no se va olvidar de hacernos participar a las Damas que tanto lo apoyan-.
-Por supuesto querida pero escucha, dicen que existe un gran plano de Lima donde están trazadas otras avenidas que aún no tienen nombre, eso significa que la capital va a crecer hacia el norte, al sur y hacia el mar, puedes creerlo. Vamos a convertirnos en una gran urbe y cuando se inaugure el tranvía estaremos insertados en la modernidad del nuevo siglo, es increíble y asombroso. Debemos crecer como una ciudad que avanza al futuro- decía Aníbal con gran entusiasmo y Octavia le daba la razón.
Emiliana regresaba del hospital y escuchó la voz de su padre que hablaba desde el salón, caminó hasta la puerta, saludó y dijo -Padre que gran entusiasmo el que te alegra, he podido escuchar algo de una nueva avenida-.
-Si mi querida Emiliana estoy entusiasmado y feliz con la nueva avenida que en dos semanas más, tendrá la ciudad-. contestó Aníbal sin perder la emoción.
-Bueno yo tengo dos noticias que darles, la primera es que me encontré con Rosalina en el hospital y me dijo que estaba esperando un bebé, por supuesto que está feliz y dichosa. La otra noticia, mi estimado amigo Teo se casa muy pronto ya han intercambiado aros con la novia y fijado fecha para la boda ¡se imaginan!-
-No te noto muy feliz con la boda de Teo ¿Qué sucede hija?- preguntó Octavia.
-Bueno madre me siento feliz y triste a la vez, es así y no puedo evitarlo. Lo que me sorprendió es que Rosalina al darme la noticia de su bebé no mencionó a sus padres en ningún momento, sentí mucha tristeza que ellos no participen de su felicidad-.
-No deberías sorprenderte Emiliana, sus padres han dejado de existir para ella y eso es lamentable- contestó Octavia.
-Voy a mi habitación a cambiarme de ropa con su permiso- señaló Emiliana y salió del salón.
-¿Qué pasa con nuestra hija? porque se va a sentir triste con la boda de Teo, se supone que ella ama a Guillermo-. dijo Aníbal con un tono de interrogación.
-Es solo pasajero ese sentimiento de tristeza, Teo es un amigo que ella estima y le causa pesar no estar en su boda, eso es todo querido- agregó Octavia también con duda por Emiliana.
-Bueno, si lo dices, así debe ser y con la noticia que Rosalina va tener un bebé a estas horas Quinto no debe caber en su cuerpo de felicidad. Debemos alegrarnos por ello y tener fe que este bebé cambie el proceder de la pareja y Rosalina se acerque a sus padres. Por otro lado debo agregar que Quinto sigue siendo imprudente, es más raya en la tontería de seguir llevando mucho dinero en los bolsillos, es absurdo hacer aspaviento de sus negocios, ¿Qué pretende con todo aquello, qué lo asalten y le corten el cuello?-. comentó Aníbal muy serio.
Los días fríos del invierno se sucedían uno a otro, en casa de Octavia la vida continuaba, Manuel cada semana se entusiasmaba más con los deportes del colegio y los partidos de futbol. Crecía y se sentía más independiente para salir con sus amigos a jugar o formar parte del equipo de futbol de su salón. Conversaba con sus padres de esos eventos y les comentaba cada detalle.
Una tarde de domingo cuando Rubí estaba en casa de Octavia conversaba con ella: -madrina todos dicen que voy a crecer y desarrollar pero yo me miro al espejo y me veo igual-.
-No te preocupes mi niña eso va a pasar de todas maneras-.
-Pero madrina cuando va a pasar, ya tengo once años- contestó Rubí con preocupación.
-En cualquier momento va llegar el desarrollo, tu cuerpo va a crecer desarrollar y tomará formas femeninas, es una ley de la naturaleza, no te preocupes-. contestó Octavia para aliviar la preocupación de su ahijada.
-Madrina, entonces lo he pensado bien, como todos dicen que voy a crecer y no puedo usar más vestidos de los que tengo en el internado quiero donar el resto de ellos a las niñas del orfelinato, no deseo que se pierdan en el tiempo- dijo esto Rubí con seriedad para que su deseo se cumpla.
Octavia sorprendida contestó: -es una buena acción, pero vamos haber si se puede hacer realidad, nada puede salir de tu casa sin la autorización del doctor Panduro, tu asesor legal. Es diferente sacar tres vestidos para tu uso que todo un ropero lleno de ropa. Déjame conversar con tu abogado para ver si se puede realizar esa buena acción-.
El lunes temprano Octavia visitó al abogado Panduro y le explicó que es lo que deseaba hacer Rubí con los vestidos que tenía en su casa.
Cesar Panduro la escuchó con atención y luego contestó: -Octavia es muy loable toda la situación de donar la ropa pero me temo que en este caso no se puede hacer. Lo primero que va decir la gente si ven sacar maletas de la casa que el abogado Panduro y la señora Octavia del Alba están saqueando la casa de la niña Rubí, eso es seguro que hablaran y pondrán en duda mi seriedad como tutor legal. Mi estimada señora lamento tener que dar una negativa al respecto. Cuando en el futuro Rubí tome posesión de su casa, ella será dueña de hacer lo que mejor crea conveniente-.
-Entonces doctor Panduro es inútil insistir no va a dar su permiso ¿verdad?. Es una pena que tantos vestidos se pierdan-
-Octavia lamento toda la situación, pero es mejor así- contestó Cesar Panduro.
Octavia un poco afligida se despidió y salió triste del estudio del abogado, no se podía hacer nada más, era difícil pero hasta un punto, ella reconocía que el abogado tenía razón
Para olvidarse de todo el tema Octavia continuó con los trabajos de bien social. Las Damas ahora estaban ocupadas recolectando ropa para las personas de pocos recursos. Ana Luisa que era la tesorera, decía -debemos cuidar el dinero para otras actividades, la ropa que juntemos debe estar en buen estado y sobre todo limpia, esto es importante-.
-Si es verdad, para donar algo que sirva y sea de utilidad-. contestó Angelina.
Separadas en tres grupos, las Damas salían a pedir a sus familiares, amigos y buenos vecinos si deseaban donar prendas de vestir en buenas condiciones. Su trabajo era arduo y loable. Cuando tenían una cantidad importante de ropa visitaban a las personas que vivían en condiciones difíciles y les entregaban la ropa, si había niños, donaban para ellos también.
Emiliana miraba de cerca el trabajo que realizaba su madre y las amigas de ella, luego comentaba con Guillermo algunos detalles: -ella trabaja demasiado, es algo a lo que se entrega con el corazón-.
-Si, puedo ser testigo de eso cuando estoy en tu casa-. decía Guillermo con respecto a Octavia.
Cada noche en su departamento Guillermo se ocupaba de ordenar sus cosas, se sentía feliz porque su trabajo daba buenos resultados y su jefe el señor Otto Fischer estaba más que satisfecho. Él se ocupaba de manejar los libros de contabilidad y el almacén, el sistema con que se manejaba todo en la empresa daba sus frutos. Su compromiso con Emiliana cada día era más serio y no tenía dudas, juntos había visitado el estudio de fotografía de Eugenio Courret para tomarse fotos y enviar alguna a su madre en Berlín. En su última carta le comentaba sus deseos de comprometerse con Emiliana y traer a su madre a Lima.
Ella le contestaba que se sentía feliz por él y encontrar alguien tan especial era una bendición.
-Lamento no poder estar contigo en esa ciudad hijo mío pero aquí esta tu padre y tu hermana y debo velar por ellos-
Guillermo no tenía más dudas, en la tarde a la hora de visitar la casa de su novia hablaría con ella de una vez.
Se presentó puntual a la hora que salía de su trabajo, Guillermo estaba un poco nervioso era la primera vez en su vida que iba hablar de algo tan serio como un compromiso. Emiliana lo recibió como siempre y cada uno conversaba de como había sido su día. Guillermo en un momento le pidió a Emiliana que lo escuche, la seriedad de sus palabras la hicieron preocuparse.
-Emiliana lo he pensado bien en todo este tiempo y quiero pedirte que te cases conmigo, no existe impedimento entre nosotros y creo que es el momento de dar este paso- del bolsillo de su terno sacó una caja pequeña la abrió y tomó en un hermoso anillo de compromiso que puso en el dedo de su novia para sellar su petición y fijar cuanto antes la fecha de la boda.
-¿Cuando hacemos el intercambio de aros? deseo hablar con tus padres-.
Todo fue tan rápido que Emiliana solo contestó que si y que estaba feliz con el compromiso -El anillo es precioso, creo que hablar con mis padres puede ser mañana-. dijo feliz con la petición de Guillermo.
Emiliana más tarde pidió hablar con su madre, Guillermo ya se había retirado, Octavia estaba intrigada que quería hablar su hija con ella:
-Madre por favor siéntate aquí a mi lado- estaban las dos en la habitación de Emiliana -Guillermo quiere casarse conmigo y yo con él, por favor ayúdame para hablar con mi padre , tú conoces como es él-.
-Emiliana porque tan rápido, se conocen hace ocho meses. El matrimonio no es regalo de chocolates y caramelos, es algo muy serio, es la vida real, donde iras a convivir con otra persona y debes muchas veces tener paciencia- Octavia le habló a su hija de varias situaciones para que ella comprenda que el paso que iban a dar no era un juego.
-Madre ya tengo diecinueve años y nos queremos casar, tu te casaste a los veinte. Además con Guillermo hemos hablado de muchos detalles en el matrimonio, ayúdame con mi padre tengo miedo que cuando Guillermo hable con él, mi padre lo vote de la casa-.
-Tu padre es una persona educada nunca haría algo así. Hija no compares mi matrimonio con el paso que vas dar. Me pones en una situación tan delicada ante tu padre, él siempre ha pensado que tu debes estar en casa-.
-Mañana en la noche viene Guillermo para hablar con ustedes- contestó Emiliana.
Octavia no sabía que hacer, era tan rápido que tal vez el padre no acepte la petición de Guillermo. Entró en su habitación, Aníbal ya estaba cambiado para dormir, Octavia le dijo que quería hablar con él de algo muy serio y le señaló un sofá que había en una de las esquinas de la habitación: -es mejor querido que tomes asiento en este sofá, quiero que estés cómodo para conversar de este tema-.
-Octavia de que se trata la conversación- contestó Aníbal.
La madre de Emiliana no sabía como iba a reaccionar su esposo cuando le de la noticia sobre el matrimonio de su hija y agregó -querido deseo que estés cómodo y bien sentado para escuchar lo que tengo que decir- dio algunos pasos por la habitación para escoger con cuidado las palabras. Aníbal comenzaba a impacientarse de que iba hablar su esposa y porque tantos rodeos.
CONTINUARÁ
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