domingo, 27 de marzo de 2022

UNA CORTA HISTORIA

El dolor intenso en la mano le hizo reaccionar de su desesperación y miedo, no podía pensar con claridad. Respiró profundamente para calmarse, su mano latía y el dolor aumentaba. Bajó al primer piso, entró en la cocina para ponerse hielo en la mano herida esperaba que con esto el dolor sea menos intenso. En una bandeja puso una cantidad de hielo e introdujo la mano. Rogó que ninguno de sus huesos se halla roto, sino sería una situación terrible para él.
Al introducir la mano en el hielo, el frío lo sacudió pero el dolor lentamente comenzó a bajar y sintió un gran alivio.  Levantó la mano un momento, para mover los dedos  y  comprobar que no se había roto hueso alguno -¡qué felicidad!- exclamó. Los huesos de cada dedo estaban completos y respondían muy bien a las ordenes de Mateo. Volvió a introducir la mano en la bandeja de hielo, así podía encontrar alivio a su dolor. Varias veces sacó la mano y volvió a introducirla en el hielo para soportar el frío. Estuvo de esta manera por un lapso de media hora, al bajar la intensidad del dolor pensó en lo  ocurrido y en las palabras del soldado, no podía comprender el fenómeno que estaba viviendo, era un misterio que no alcanzaba a descifrar. La voz del soldado era clara y sus palabras también, él estaba relatando momentos vividos en el pasado y en la historia. Había estado junto al General San Martin en la epopeya de su tiempo, "Cruzar la Cordillera" y encontrarse con el ejército de O'Higgins, podía ser posible todo aquello. Mateo escuchaba la voz y el relato de un tiempo de la historia, era como si estuviera presente en el mismo instante de los hechos.
El hielo había calmado el dolor, pero la hinchazón producida por el golpe seguía, tendría que tener varias sesiones de hielo para aliviarse. Encontró una venda en uno de los cajones del aparador, con ella, se vendó la mano. Pensó en dormir pero no sabía que pasaría si el sueño lo vencía. No subió a su habitación se quedó sentado en uno de los muebles de la sala y comenzó a dormitar, necesitaba descansar y no pensar en todo lo sucedido. Mas tarde con la mente despejada trataría de solucionar su dilema.
Las primeras horas de la mañana encontraron a Mateo dormido en el mueble de la sala. Justa, que había llegado para ayudarlo con la mudanza, tocó su hombro y Mateo como un resorte se puso de pie, dio un grito que asustó a la empleada: -joven Mateo perdone no quise asustarlo pero me preocupe al encontrarlo en el mueble ¿ha dormido toda la noche allí?- preguntó con voz de desconcierto y preocupación al ver su rostro demacrado por la falta de sueño.
-No, no he dormido toda la noche en el mueble- contestó Mateo no quería entrar en explicaciones sobre algo que él aún no comprendía.
-¡Joven su mano esta herida! en buena hora vine para ayudarlo, con solo una mano no iba ha hacer nada- recomendó Justa y agregó -voy a preparar un buen desayuno para que se alivie-.
-Gracias, es lo que necesito para pensar con coherencia- contestó Mateo y no habló más. Nadie creería lo que estaba viviendo. Parecía estar en una quinta dimensión.... si esta existía.
Desayuno lo que Justa había preparado, se sintió más aliviado y repuesto, la mano vendada no le molestaba por el momento pero debía tener otras sesiones de hielo. Eso lo haría en la tarde, ahora su interés apremiante era cambiarse de ropa e ir a buscar a Domingo el amigo de su padre, a él le llevaría la foto para que le señale cual de los hombres que aparecía en ella, era el misterioso que le había dado a guardar a su padre el dichoso baúl que trastornaba su vida.
En ese momento el teléfono sonó, Mateo fue a contestar era Isoline que decía: -Mateo buenos días, disculpa si interrumpo tu sueño pero mi madre me dijo que habías ido a buscarme- 
-Isoline, no interrumpes nada y sí, fui a buscarte quería saber de ti, desde hace varios días no conversamos- contestó Mateo.
-En dos días regreso a la capital, si deseas puedes venir a mi casa para conversar- dijo Isoline, sorprendida de sus palabras y de la invitación a Mateo.
-Esta bien en dos días paso por tu casa para vernos, pero primero te llamó ya tengo tu número, ahora mismo la grabo- Los dos amigos se despidieron e Isoline cortó. 
Mateo se sentía bien, había logrado una cita con Isoline, sonrió y dijo: -algo bueno a pasado después de todo-.
-Justa- llamó Mateo -voy a salir un momento quiero que avances con todo lo que está en al hall, hay unas cajas a un costado llénalas con los jarrones y adornos que están sobre la mesita. No voy a tardar estaré antes del medio día-. 
-Si joven, así lo haré, no se preocupe- contestó la empleada.
Mateo subió con premura al segundo piso, no deseaba pensar en sus pesadillas y quería aprovechar todo el día para hacer lo que debía hacer. Se bañó, se cambio de ropa y salió de la casa para ir a buscar a Domingo, el amigo de su padre. En un sobre amarillo llevaba la foto a la que hacía referencia, tal vez él podía dar algo más de claridad en este asunto tan complicado.
Tardó media hora en llegar a la casa de Domingo, tocó la puerta y él mismo abrió: -buenos días, perdona si no llamé antes de venir, aquí traigo la foto que mencionaste sobre la reunión de la logia-
-Pasa Mateo, no te preocupes, yo estoy en casa todo el tiempo, no interrumpes nada, mi vida está tranquila estos días, mis nietos están de viaje y la casa está en silencio. Tienes la mano herida ¿Qué sucedió?- preguntó Domingo además de estar ansioso por ver la foto que traía.
-No es nada, fue un golpe con un mueble a la hora de moverlo- contestó y del sobre amarillo Mateo sacó la foto y se la dio a Domingo, él exclamó: -¡esta es la foto! si esta es la que tu padre me  enseño, deja que me ponga mis lentes para señalarte quien es el hombre que buscamos, recuerdo muy bien donde está ubicado-
Mateo se sentó en uno de los muebles del recibidor, Domingo fue a traer sus lentes y se los puso observó con cuidado la foto por algunos minutos. Mateo impaciente esperaba hasta que por fin Domingo habló: -Este es el hombre, sí, aquí está- señaló en la foto el tercero de la segunda fila-. Según me contó tu padre, esa foto es de una reunión de aniversario de la Logia, todos estaban presentes y como puedes apreciar tu padre esta al otro lado de la foto-
Mateo observó con cuidado al hombre que le señalaba Domingo, ahora tenía una cara, un rostro pero nada más.
-Domingo mi padre no te dijo su nombre o a donde vivia- comentó Mateo esperando alguna información.
-No Mateo, tu padre no me dijo su nombre solo que le había dado a guardar el baúl eso es todo lo que sé- Domingo se quedó pensativo.
Mateo al verlo dudar comentó: -dime por favor si recuerdas algo más-.
-Tu padre me contó en una oportunidad que había tenido varias pesadillas con el baúl, parece que le daba  miedo hablar de eso, porque no volvió a mencionar las pesadillas pero cuando me habló de ellas, la voz le temblaba y las manos también.
-¿Cómo encontrar a este hombre? ¿cómo saber su nombre?- preguntó Mateo.
-Todos los miércoles hay reunión en la Logia, puedes ir y hablar con el Gran Maestro no te van a negar la entrada si te presentas como el hijo de tu padre- contestó Domingo para ayudar a Mateo con sus dudas.
-Gracias Domingo, iré a visitar la Logia quiero llegar al fondo de todo esto y ahora más que nunca deseo saber quién es ese hombre y con que intención le dio el baúl a su padre- contestó Mateo y se retiró de la casa de Domingo.
El amigo de su padre cerró la puerta, no habló con Mateo sobre las pesadillas que tuvo Aurelio, padre de Mateo. Domingo ignoraba que el muchacho estaba viviendo lo mismo que el padre vivió antes.
Mateo regresó a su casa con la foto dentro del sobre amarillo, la guardó en el primer cajón del escritorio de su padre. Estaría en ese lugar hasta visitar el miércoles la Logia. 
Justa, se acercó a Mateo y dijo: -joven he guardado todas las cosas que me dijo en las cajas pero no sé que hacer con la máquina de coser de su madre-.
La máquina de coser de su madre, recordó Mateo las veces que ella sentada al frente, cosía los vestidos para sus pequeñas clientas. Ahora podía apreciar mejor el diseño de esos vestidos, eran hermosos y los detalles realzaban los modelos de cada uno. Su madre disfrutaba confeccionarlos. 
Que gratos recuerdos guardaba de ella, parecía escucharla cuando le decía. -Mateo no te muevas que tengo que tomar las medidas para coser  tu camisa nueva- al terminar de apuntar en un cuaderno las medidas su madre lo abrazaba y besaba su frente cuando era un niño.
Mateo contestó: -Justa todavía no se que hacer con la máquina de coser es mejor ponerla sobre el aparador del comedor mientras pienso que hacer-. 
-Si usted va a mudar los muebles, puedo llamar a mi primo Valerio, él tiene una camioneta para hacer mudanzas, nos puede ayudar con los mueble- señaló Justa.
-Muy bien, lo tendré en cuenta a la hora de llevar los muebles para donar- contestó Mateo y se puso a ordenar las cajas y llenarlas con diferentes objetos. La mudanza se estaba convirtiendo en todo un dilema porque debía buscar lugar para todo.
El resto de la tarde se paso muy rápido con el trabajo de mudanza, antes de retirarse Justa preguntó:
-¿Ya decidió que hacer con la mecedora de su padre?-. 
La respuesta de Mateo fue automática: -me voy a quedar con ella es un recuerdo muy apreciado para mí, tú puedes escoger otras cosas para llevar, de todas maneras pienso regalártelas-.
-Gracias por todo, estoy segura que su madre estaría conforme con su decisión- contestó Justa y se despidió hasta el lunes, la hora de su trabajo había terminado.
Mateo al quedar solo recorrió el primer piso de la casa ya no faltaba mucho por arreglar y guardar, tomaría la propuesta de Justa y pediría que venga su primo Valerio con su camioneta para realizar la mudanza. Tenía todo el día domingo para seguir trabajando, pensaba terminar pronto y pasar al segundo piso y al último la cocina que hasta ese momento no había tocado. Después de terminar de desocupar la casa que nadie le hable de mudanzas, eran una pesadilla.
Si, en cualquier momento llamaba su prima Aidé para preguntar por la mecedora, le diría lo mismo que a Justa y para tener la fiesta en paz a doña Ernestina también le diría igual. Mateo no deseaba conflictos ni preferencias de ninguna clase, la mecedora se iría a su departamento y no se hable más.
Era sábado en la noche, terminó de trabajar con las cajas, en otras oportunidades el sábado para él era un día de salir algún lugar a divertirse y ahora en cambio estaba solo rodeado de un montón de cajas de mudanza, la vida tenía sus ironías. Se acordó de Isoline y la cita que tenía con ella, no pensaba fallar,  llamaría primero para confirmar si podía visitarla. 
Esa noche no se quedaría a dormir en casa de sus padres, no quería tener  pesadillas, solo deseaba descansar y olvidarse de todo lo concerniente al baúl.
Regresó a su departamento tarde y cansado de organizar la mudanza, cenó como siempre una cena ligera, se cambio de ropa. La mano vendada no le molestaba pero igual preparó hielo para bajar la hinchazón. Se acordó de Amanda Roble, no le tenía noticias sobre la venta de la casa a pesar que habían visitado varias personas la propiedad. Debía  tener paciencia según decía ella. 
Se quedó dormido muy pronto, el cansancio lo venció. Habían pasado varias horas y la luz del nuevo amanecer se filtraba a través de la ventana, Mateo estaba sorprendido durmió toda la noche sin interrupciones y sin levantarse dormido. Se sentó en la cama, tocó su rostro para asegurarse que estaba despierto. ¡Qué felicidad! se habían acabado las pesadillas, pensó. No podían durar para siempre. Sentía que había dormido con un sueño profundo y reparador, el domingo sería un día feliz para él después de dormir tranquilo toda la noche.
Lunes y martes pasaron sin grandes novedades, solo el trabajo intenso del banco, estaba ansioso porque llegue el miércoles para visitar la Logia, las reuniones eran a partir de las siete, él pensaba llegar media hora antes para hablar con el Gran Maestro.
Por fin miércoles, llegó el día que tanto esperaba, Mateo trabajó en forma regular como siempre entregado a sus reuniones y planificación de las nuevas estrategias.  La hora de salida se cumplió y cuando se retiraba Roberto entró en su oficina para dejar algunos documentos -Mateo tengo que hablar contigo- señaló.
-Roberto es algo urgente- preguntó
-No... Mateo- 
-Entonces mañana hablamos tengo que salir es algo importante que debo hacer- contestó y salió tan rápido como un vendaval-.
Mateo no perdió tiempo, se dirigió a la Logia debía hablar con el Gran Maestro antes de empezar la reunión, tenía es su maletín guardado el sobre con la foto para mostrarle. 
La gran puerta de la Logia se abrió para Mateo, tenía por lo menos tres metros de altura. Se presentó como el hijo de Aurelio  preguntó por el maestro y de inmediato lo hicieron pasar a su oficina.
-Mateo que gusto tenerte, ya nos conocimos en la misa de tu padre, fue un momento muy difícil para nosotros, Aurelio era muy apreciado en la Logia... en que puedo servirte-
Mateo sabía que no podía demorar en hablar, el tiempo estaba en contra: -Gran Maestro- así se le debía llamar -he venido por un tema puntual, quisiera saber si puedo tener información sobre esta persona- sacó la foto del sobre y se la mostró, señalo al hombre que Domingo le indicó -¿sabe usted algo sobre él-.
El Gran Maestro observó la foto y al hombre señalado entonces comentó: -su nombre es Rodrigo Fuente y hace tiempo que no ha vuelto a las sesiones de la Logia, creo que él ya no vive en la ciudad. Dejó una dirección donde vivia- comentó y de uno de los cajones sacó el libro de registro y en un papel apunto la dirección, se la entregó a Mateo, éste leyó lo que decía el papel -Los Cipreses 332 urbanización Valle Alto- 
-Eso es todo lo que sabemos de él, desapareció como vino y confieso que fue error nuestro porque antes de aceptar a un miembro debemos saber todo sobre él- terminó de decir el Gran Maestro y se puso de pie, era señal que había terminado la conversación y debía comenzar la reunión. 
Mateo comprendió el mensaje y agradeció su ayuda, con la dirección y su nombre trataría de buscarlo.
No era tarde aun cuando Mateo llamó a Isoline quería saber si podía visitarla. Ella contestó el teléfono y le dijo que estaba bien, que lo esperaba en su casa. 
No quería llegar con las manos vacías a su visita, pasó por una tienda fina donde vendían deliciosos bombones de chocolate. Compró una caja y  partió a la casa de Isoline.
Tocó el timbre, Isoline lo recibió: Mateo que bueno volvernos a encontrar- dijo con alegría. 
Él, muy caballero le dio la caja de chocolates amarrada con un lazo.
-¡Oh! no puede ser chocolates me encantan, son mi pecado, ¿cómo adivinaste Mateo?- dijo sonriente Isoline que vestía un traje sencillo que le quedaba perfecto y realzaba su figura. Su cabello peinado con un corte de moda y apenas tenía un poco de maquillaje en el rostro.  
Mateo e Isoline pasaron a la sala: -mi madre ha preparado una cena, ella quiere que te quedes y aceptes la invitación- comentó Isoline.
Mateo agradeció la cortesía: -de haberlo sabido traía una botella de vino- agregó.
-No debes preocuparte es una cena sencilla, sin nada de protocolo ni mantel dorado-.
Doña Clara invitó a pasar a Mateo al comedor después de los saludos, éste vio la mesa y pensó -si esto es una cena sencilla como será una cena formal-. La mesa estaba con un mantel bordado, la loza era fina y la variedad de platos llenaban todo. Era imposible comer tanto.
-Mateo, Isoline, tomemos asiento- dijo la madre -nada debe enfriarse. Sírvanse lo que deseen-.
La cena transcurrió en un ambiente amigable, la conversación era ligera y nada altisonante, Mateo se sintió cómodo enseguida y podía saborear la excelente comida.
Cuando la cena terminó Isoline lo invitó a la sala, Mateo agradeció todas las atenciones de doña Clara y alabó su comida que en realidad fue excelente. 
-Isoline creo que debo despedirme ya es un poco tarde y no es propio que me quede- 
-Esta bien Mateo, no te preocupes- contestó.
-Me gustaría invitarte mañana a salir que te parece, pasó por ti a las siete- 
Isoline aceptó la invitación, Mateo se retiró. De regreso a su departamento se sentía feliz, Isoline había aceptado salir con él. La vida comenzaba de nuevo y podía tener grandes sorpresas.
No deseaba pensar en el baúl ni en el hombre misterioso, al menos no esa noche, quería sentir que todo marchaba bien y que su destino todavía se podía escribir.

CONTINUARÁ    
  
    
    

             
          
    
                  
   
   
   
         


 

domingo, 20 de marzo de 2022

UNA CORTA HISTORIA

Mateo regresó lentamente a su departamento, pensó en lo ocurrido y la preocupación de despertar en otro sitio le causó temor. Entró en su departamento y se dio cuenta que había puesto el seguro de la puerta. Entonces dijo a si mismo -he abierto la puerta y sacado el seguro mientras estaba dormido-. 
No deseaba pensar que podía  despertar otra noche en medio de una calle oscura o lo que es peor en medio de una pista llena de autos. 
Cerró de nuevo la puerta de su departamento con doble seguro. 
¿Qué pasaba con él? ¿por qué vivía esta situación tan extraña?.
Volvió a acostarse, en un primer instante pensó en amarrarse a la cama para no caminar dormido pero luego desistió de esta acción porque dormido, igual, se iba a desatar. 
Sentía sueño pero no podía dormir todo aquello era tan extraño que no hallaba explicación. ¡¡Sonámbulo!!, él jamás había sido sonámbulo, no quería imaginar  que el baúl era el culpable de lo que sucedía.
Trató de no pensar y volver a dormir, su sueño fue corto. El despertador sonó como siempre a las seis de la mañana y él apenas pudo  dormir una hora después de ese incidente. 
Se alistó como siempre para ir a trabajar, no había dormido lo suficiente y se sentía cansado, en ese estado no iba a tener un buen día. Mateo se sobrepuso, tomó una taza de café cargado, una tostada y salió a trabajar. Cada día se estaba convirtiendo en una lucha por mantenerse activo y atento a su trabajo.
Roberto entró en la oficina de su jefe con una noticia que había escuchado temprano: -Mateo ¿escuchaste el noticiero?-. comentó.
-No Roberto, no escuché las noticias-
-Bueno, los empresarios y la sociedad de bancos piden al presidente estabilidad y seguridad en su gobierno para tranquilidad del país. Ellos desean una reunión con el mandatario para exponer la situación que están viviendo y lo difícil que se hace cada día trabajar- comentó Roberto y esperaba que Mateo pueda aclarar que podía suceder en unos días.
-Lo único que puedo decir -habló Mateo -es que no creo que los reciba el presidente, él no los va escuchar. Como sabes no tengo una bola de cristal para descifrar el futuro. Roberto  nosotros ahora debemos ocuparnos de lo inmediato, nuestro trabajo y las nuevas estrategias a seguir, eso es lo más importante- Mateo dio por finalizada la conversación. Roberto se puso de pie y se retiró de su oficina. Su jefe no tenía muchas ganas de conversar.  
El timbre del teléfono lo distrajo un instante, era Amanda Roble que decía:  -Mateo buenos días, hay otra persona interesada en la casa voy a pasar en el transcurso de la mañana, ¿de acuerdo?- 
-Amanda vaya usted a la casa cuando sea necesario, tiene las llaves y no hay problema, espero que esta persona sea el comprador definitivo- contestó Mateo un poco cansado.
-Paciencia mi estimado, la venta de una casa no es de la noche a la mañana, debemos esperar que sea posible vender la propiedad en un lapso de tiempo. Cualquier novedad yo te aviso- contestó Amanda y se despidió.
Mateo le dio la razón a la vendedora, con la situación difícil del país, nada era fácil. Luego revisó unos documentos sobre su trabajo y pensó -hoy es viernes, el último día de trabajo, me quedaré el fin de semana en casa de mis padres para continuar con la mudanza y destinar cada cosa a un lugar.
Se concentró en su trabajo para terminar lo más pronto, al final del día se iría a la casa para  continuar con el trabajo. Disponer de todo los muebles y cosas era un problema que tenía que solucionar pronto.
Mateo se acordó de Isoline, desde hace varios días no sabía nada de ella, lamentaba no tener su número de teléfono para llamarla e invitarla a salir. Se sorprendió lo bien que se sintió a su lado cuando almorzaron juntos. Más tarde que llegue a los Cerezos iría a visitarla  a su casa, tenía deseos de invitarla a salir, quería hacer un espacio y olvidarse de los problemas y de lo que estaba viviendo.
A media tarde en su oficina sonó el teléfono, era Domingo el amigo de su padre: -Mateo tu me dijiste que si recordaba algo con respecto al hombre que le dio el baúl a tu padre te llamo. Te puedo decir ahora que recuerdo que tu padre tenía una foto donde estaban reunidos todos los integrantes de la Logia, él me señaló en la foto al hombre del baúl. Si puedes encontrar esa foto y traerla yo puedo señalarte quien era, de eso me acuerdo muy bien- finalizó Domingo.
-De acuerdo Domingo voy a buscar la foto cuando vaya a la casa de mis padres y luego iré a tu casa para que me digas quién es el hombre. Saludos, cuídate- se despidió Mateo y corto. ¿donde podía estar guardada esa foto? no lo sabía. Encontrarla no sería fácil, lo bueno es que su padre siempre guardaba todo con un orden casi obsesivo. 
Mateo recordó las cinco cartas que escribió el soldado Bernardo Torre a su amada, en una de ellas decía. 
-Querida los días pasan y cada vez nos sentimos más cansados, el camino es largo y complicado  pero nuestro destino está cerca para cruzar la  cordillera y llegar a tierras de Chile. Tu recuerdo me alienta y las palabras de nuestro General San Martin nos levanta la moral para seguir adelante. Pronto estaremos cerca a la cumbre de la historia-. 
Fueron las palabras de un soldado que vivió los momentos decisivos de su tiempo.
Casi era de noche cuando Mateo terminó el trabajo. Roberto le entregó unos papeles y una nota de la gerencia general. El lunes a primera hora debía resolver ciertos documentos que quedaban pendientes.
-Gracias Roberto por traer estos papeles voy a guardarlos y el lunes voy estudiar de que se trata.
-Mateo con los muchachos nos queremos reunir para pasar una humorada en el restaurant de siempre, ¿vienes con nosotros?- Preguntó y esperaba una respuesta de su jefe.
-Roberto lo siento pero no puedo, no tengo el ánimo para una reunión y solo sería un punto discorde en ella. Será para otra vez que pueda ir. Espero que comprendas-
-Si, claro que vamos a comprender- contestó Roberto con cierto desánimo. Todos esperaban su presencia para celebrar pero el jefe estaba todavía golpeado por la tristeza de perder a su padre. 
De noche llegó Mateo a la urbanización Los Cerezos, salió de su auto y antes de entrar a la casa de sus padres, cruzó la calle a la vereda del frente, tocó el timbre de la casa de Isoline quería saber si podía invitarla a salir al día siguiente.
La puerta la abrió la madre de Isoline: -Mateo que sorpresa y que gusto volvernos a encontrar- comentó doña Clara.
-De igual manera señora Clara- contestó Mateo -quería saber si se encuentra Isoline, deseaba conversar con ella unos minutos- comentó un poco nervioso.
-Mateo, mi hija se encuentra de viaje y no viene hasta la próxima semana, su trabajo a veces la absorbe demasiado- dijo la madre de Isoline con tristeza, a ella no le gustaba que su hija se ausente tantos días del hogar pero era el trabajo y nada podía hacer.
-Doña Clara me puede dar el número de teléfono de su hija- agregó Mateo.
-Mi querido Mateo, no puedo darte el número de mi hija sin su autorización, ella no acostumbra a dar su teléfono pero si deseas dame tu número y yo le digo que has venido a preguntar por ella.
Mateo aceptó y le entregó su número de teléfono, agradeció a doña Clara y se despidió de ella. Caminó unos metros y entró en la casa de sus padres, no habían pasado más que unos minutos y el timbre de la puerta principal sonó, eran doña Ernestina y Lucinda que venían a saludarlo y a comentar con él algunos detalles sobre su propiedad. 
-Buenas noches Mateo- dijo Lucinda -hemos venido con mi madre para darte una noticia no sé, si es algo bueno  para ti-.
Mateo estaba intrigado de que querian hablar Lucinda y su madre: -dime de que se trata, no comprendo lo que quieres decir- contestó.
Doña Ernestina tomó la palabra: -Mateo no deseamos quitarte mucho tiempo, vienes recién del trabajo y debes estar cansado, lo que Lucinda quiere decir es que nosotras tenemos una interesada en comprar  la casa, es un familiar y queremos saber si puede venir a ver la propiedad. Mi prima Estela quiere vivir cerca a mí y que mejor lugar que al lado de mi casa-.
Mateo entró en duda, el tenía un contrato con Amanda Roble y doña Ernestina lo ponía en un compromiso: -Voy hablar con Amanda, ella es la vendedora de la casa y no puedo pasar por alto el trato que tenemos porque no le damos el número de teléfono de Amanda a su prima y que ellas conversen- contestó Mateo para lograr un acuerdo con sus vecinas.
-Mateo a mi no me gusta mucho el trato con intermediarios, me gustaría que mi prima hable directo con el dueño que eres tú y Vicente- terminó de hablar doña Ernestina.
No sabía como hacerle comprender que las cosas eran diferentes pero quería llevar la fiesta en paz para no tener un disgusto con sus vecinas que siempre fueron muy buenas vecinas. 
-Doña Ernestina, si su prima habla con Amanda Roble es como si hablara conmigo, no se preocupe ella no hará nada sin mi autorización. Tiene que comprender que un trato es un trato y no puedo romperlo así porque si. Su prima Estela no será engañada ni nada por el estilo, Amanda es una persona muy seria, yo se lo puedo asegurar-. señaló Mateo a sus vecinas para que terminen de comprender que no podía romper el acuerdo con Amanda y que él tendría una consideración con la prima Estela dentro de lo que era la venta de la propiedad.
No muy convencidas Doña Ernestina y su hija se retiraron de la casa, Mateo pudo presentir una pequeña diferencia entre ellas. Él estaba dispuesto a considerar la oferta de la prima Estela siempre que fuera algo justo y dentro de los parámetros de la venta. 
Decidió pasar la hoja y concentrarse en la búsqueda de la foto de la que habló Domingo, ¿donde podía estar guardada?, no tenía idea. Comenzaría a buscar en la habitación de su padre, subió al segundo piso y buscó en los álbumes de fotos familiares, paso hoja por hoja y nada, no había nada en los dos álbumes, solo las fotos de la familia en diferentes celebraciones. Buscó luego en la cómoda y en el velador de noche, nada no había nada. Abrió la puerta del closet y buscó también ahí pero igual, nada, la foto no aparecía por ningún sitio.  Bajó al primer piso y fue directo al escritorio de su padre abrió cajón por cajón, solo habían papeles y documentos que debía revisar con cuidado. 
Se detuvo a pensar, su padre tenía un librero y ahí tomó libro por libro para buscar ya casi se daba por vencido cuando de unos de los libros que había tomado, cayó un papel que envolvía una foto, levantó del piso el papel y ¡felicidad! ahí estaba la foto que buscó con tanto ahínco. 
Al día siguiente  la llevaría a Domingo para que él la revise y vea si es la foto que dice.
El escritorio de su padre quedó en desorden por la búsqueda, mañana arreglaría todo. Esa era una habitación que debía revisar con calma para que no se pierda algún documento importante. 
Sintió hambre, había comprado algunas cosas para preparar, fue a la cocina y cocinó un plato ligero nada que lo pueda indigestar. 
Era bastante tarde en la noche, la búsqueda de la foto había tomado su tiempo, sentía alivio haberla encontrado. 
Terminó de cenar, se dio una ducha tibia y vio algo de televisión. Sus pensamientos lo llevaron a recordaba la experiencia vivida una semana antes en la casa de sus padres. No esperaba que se repita el sueño, así lo sentio él. No le daría más importancia al hecho y esperaba pasar una noche tranquila, lo que más le inquietaba era caminar dormido, esa situación lo tenía preocupado. De seguir así, tendría que consultar a un médico. 
Se quedó dormido muy pronto, silencio en la noche. Mateo comenzó a sentir el mismo estado febril de la vez anterior pero esta vez era más intenso. La misma voz le hablaba con apremio: -Hemos caminado una gran distancia, el cansancio hace presa en el batallón, nos han ordenado descansar a la vera del camino. No podemos bajar la guardia, más adelante al cruzar la cordillera nos espera  O'Higgins y su ejército, al que nos debemos unir para la batalla. Esta unión es de importancia capital, sin su apoyo y la de Cochrane no podemos tener éxito en la independencia de Chile. Es bien sabido que después del primer tiro la lucha con el ejército realista es cuerpo a cuerpo y con bayoneta. Es muy difícil mantener distancia sobre estos eventos- Mateo luchaba por despertar su desesperación era grande pero su cuerpo no le obedecía seguía en un estado febril y la voz continuaba su relato  -El destino final para nuestra operación es la independencia de Chile para continuar después nuestro camino a través del mar y llegar a Perú de esta manera lograr la independencia de América. El general San Martin tiene la esperanza que todo esto se de sin luchar y perder más vidas pero la realidad de los eventos de la época nos demuestra que no podía ser de otra manera que por el camino de las armas. Mi destino todavía no termina y debo seguir junto al batallón.
Mateo hizo un gran esfuerzo y con un fuerte grito logró despertar y erguirse sobre su espalda. Bañado en sudor recordaba cada palabra del soldado, se puso de pie y dio un fuerte golpe en la pared que casi le  rompe la mano -¡No puede ser, no puedo más con estas pesadillas o lo que sean! grito en voz alta 
-¡ESTOY PERDIENDO LA CORDURA! volvió a gritar y el miedo se apoderó de su mente.  


CONTINUARÁ 


                   
 
 
    
      
   


      


 

domingo, 13 de marzo de 2022

UNA CORTA HISTORIA

Mateo en su oficina ordenaba el trabajo, en los días que estuvo  ausente se había acumulado y debía hacer informes y reuniones con su equipo para poner todos los temas al día. 
Roberto interrumpió en su oficina para decir que todos estaban reunidos en el salón de juntas esperando se presente a iniciar la reunión y afinar los detalles de las nuevas estrategias para conseguir los cambios necesarios. 
Mateo se reunió con todos en el salón y comenzaron la junta. Cada uno exponía lo que se debía hacer con las nuevas reglas para ofrecer al público la campaña de tarjetas de crédito.
No era fácil obtener clientes con los tiempos de inseguridad que vivía el país pero debían seguir trabajando para lograr una estabilidad en cuanto a los diversos productos que ofrecía el Banco.
Mateo era exigente pero no exageraba en su relación con los empleados, era consciente de la época que se vivia. Ahora era cuando se debía ser más creativo para incentivar al público a adquirir una tarjeta.
Al cabo de dos horas después de hablar y discutir sobre los nuevos cambios se terminó la reunión, todos estaban agotados pero se había logrado un consenso a seguir.
En su oficina Mateo reflexionaba sobre la junta y algunos detalles, había logrado concentrarse para trabajar  y eso significó un alivio, lo ocurrido en la casa de sus padres días antes no lo distrajo de lo importante de su trabajo.
Roberto se acercó a su oficina quería discutir algunos detalles con su jefe: -Mateo esta nueva campaña crees que dará resultado, nosotros tenemos algunos factores en contra-.
-Roberto siempre habrán factores en contra, ya sea que ande bien la economía o que ande mal, se tiene que intentar todo lo que se pueda, ese es nuestro trabajo. No vamos a esperar que el tiempo pase y nosotros sentados pensando en que se arregle la economía- contestó Mateo a Roberto para decir que debía actuar, lo peor era quedarse a esperar.
Roberto se retiró para continuar su trabajo y en las nuevas estrategias.    
Unos segundos después su asistente Rebeca entró en la oficina y dijo: -Mateo... una señorita lo está buscando desea hablar con usted, no sé si puedo hacerla pasar-
-¿Cuál es su nombre?- preguntó Mateo.
-Su nombre es Dalila-.
-Rebeca hágala pasar, es una amiga-
Dalila pasó a la oficina de Mateo, ella estaba radiante: -mi estimado amigo tienes una oficina muy bonita. Estaba tan cerca que decidí pasar a saludarte, no quiero distraer tu trabajo-
-No te preocupes Dalila, casi es la hora de refrigerio y me gustaría invitarte almorzar- agregó Mateo feliz de ver a su amiga.
-Gracias por la invitación, tantos días sin vernos ni conversar. Se que no debe ser fácil para ti estar de nuevo en el trabajo después de lo ocurrido con tu padre-.
-Si, es difícil pero ya estoy resignado, mi padre ha partido y está en un lugar feliz junto a mi madre, de eso estoy seguro-. comentó a la vez que señalaba a Dalila la puerta de salida para ir almorzar juntos.
Escogieron un restaurante de comida Italiana donde se preparaban excelentes pastas y tenían un vino de la casa exquisito.
Mateo y Dalila se sentaron en una mesa junto a la ventana y disfrutaron de un agradable almuerzo y una buena conversación, esta vez salieron más detalles sobre sus vidas y los momentos más significativos de sus días. Dalila le habló de su pequeño hijo y su vida junto al esposo. Los dos almorzaron y brindaron por el futuro y la nueva vida, cada uno sabía que el pasado quedó a tras y que sus caminos no se volverían a juntar. Después de terminado el almuerzo y al despedirse, Dalila invitó a Mateo a cenar al día siguiente en su casa antes de viajar, ella regresaba a Portugal. Mateo prometió que estaría puntual para la cena.
De regreso a su oficina se puso a pensar de forma distraída, cómo hubiera sido su vida si se hubiera casado con Dalila, eso nunca lo podría descifrar,  ni mucho menos saber. Las cosas habían ocurrido de esa manera y darle vueltas no tenía sentido.
Al día siguiente como había prometido Mateo estaba puntual para la cena en casa de Dalila, saludó  al padre de su amiga, él siempre muy amable lo recibió: -Mateo que gusto que nos visites, Dalila nos dijo que venías a la cena- habló don Elio padre de Dalila y lo invitó a pasar a la sala. 
La madre entró a saludar a Mateo con una bandeja y dos copas de vino como aperitivo antes de la cena. Doña Gloria lo saludó con cariño conocía a Mateo desde que era un niño y conocía a sus padres muy bien.
-Mateo no sabes que tristeza sentí cuando tu padre se fue de este mundo, seguro está junto a mi querida amiga Esther, ella siempre fue tan amable-.
¡Si!, Doña Gloria conocía a los padres de Mateo desde que se mudaron por primera vez a los Cerezos, casi tenían unas semanas de diferencia en su arribo a la urbanización. 
En un momento aparte después de los saludos protocolares, doña Gloria dijo a Mateo antes que Dalila entre a saludar: -mi querido hijo, no sabes la pena que sentí cuando tuvimos que irnos al norte por el trabajo de mi esposo, Dalila y tú se alejaron y mi deseo interno era que ustedes lleguen a casarse en algún momento- Doña Gloria se confesó con Mateo y él agradeció sus palabras.
Dalila entró a la sala y la conversación se tornó más agradable, la cena y el vino fueron exquisitos. El padre de Dalila recordaba a Mateo la vez que junto al padre de éste quisieron fundar un club que sea solo para los vecinos: -¡ah! Mateo, esa idea fue un hermoso sueño pero fundar el club no era fácil, conseguir un  local aun más difícil. Fuimos a visitar varios lugares pero los costos eran elevados y nadie tenía en su presupuesto un gasto así. Fue una pena pero era la realidad de ese momento-.
Al terminar la cena y la conversación, los padres de Dalila se despidieron de Mateo, había sido un gusto tenerlo en su casa y recordar al amigo que partió.
Dalila y Mateo se quedaron solos unos minutos para despedirse.
-Mateo, no sabes que alegría me dio volvernos a encontrar, mañana muy temprano estoy partiendo y ha llegado la hora del adiós, fue grato conversar y saber de ti-. decía Dalila con emoción.
-Lo mismo siento yo, al saber que estas bien y que vives feliz en Portugal, junto a tu esposo y a tu hijo- contestó Mateo.
Los dos se abrazaron como una despedida final, las palabras de buenos deseos y de un futuro mejor fueron dichas con sinceridad. 
Mateo se despidio de su amiga y salió de la casa, sentía  que Dalila estaba feliz de regresar a su hogar y que su corazón se sentía tranquilo con respecto a ella, una buena amistad existía entre los dos. 
Al salir de la urbanización los Cerezos, Mateo pasó delante de la casa de sus padres, el fin de semana se quedaría a dormir para terminar la mudanza. Primero pensaba visitar a Domingo amigo de su padre, debía llamarlo antes para saber si podía ir a su casa y conversar con él, tal vez Domingo sabía algo con respecto al baúl y podía dar algo de luz a ese misterio.
Amaneció un nuevo día y en su oficina Mateo resolvía algunos temas con respecto al trabajo, se sentía tranquilo y nada lo perturbaba, antes del medio día llamó a Domingo y preguntó si podía visitarlo, éste aceptó con gusto: -Mateo será un gusto volver a conversar contigo, la última vez que nos vimos fue un momento triste, en el funeral de tu padre- comentó Domingo y le contestó que esperaba su visita.
En el trabajo las cosas marcharon bien, el día laboral casi terminaba y a las seis de la tarde Mateo se despidio de su equipo y salió rumbo a la casa del amigo de su padre, ellos se conocían  de muchos años y la confianza entre Aurelio y Domingo fue siempre sincera. Los dos amigos fueron confidentes con respecto a muchos aspectos de sus vidas.
Al llegar a la casa Mateo saludó a Domingo cuando este le abrió la puerta, su salud era admirable y su buen aspecto también, ambos se abrazaron y pasaron al recibidor.
-Que gusto que vengas a visitarme Mateo, parece que fue hace poco tiempo que eras un bebé y tu madre te cargaba en sus brazos y ahora eres todo un hombre-. fueron las primeras palabras de Domingo.
Después de las palabras de pesar por la pérdida del amigo y de los recuerdos familiares de ambos Mateo preguntó al amigo de su padre si alguna vez él le había revelado algo sobre un baúl.
Domingo cambio de expresión ante la pregunta directa de Mateo: -te refieres a un baúl que tu padre guardaba en su habitación- contestó.
-Si a ese baúl me refiero, quizás mi padre hizo algún comentario al respecto-.
-Mateo, cuando tu padre vino a mi casa, tenía un misterio que contarme, lo que me dijo fue que en una reunión de la Logia a la que él pertenecía había conocido a un nuevo miembro, éste le dio a guardar el baúl del que hablas y le dijo que tenía que viajar y si lo podía tener en su hogar por un tiempo. Este hombre volvería para recogerlo. Por supuesto nunca volvió a aparecer, ni en la Logia ni fue a tu casa a recoger el baúl- Domingo habló muy serio y unos segundos se quedó pensativo.
-No sabes, ¿Cuál era su nombre o donde vivía? necesito ubicarlo para saber de donde salió ese baúl- contestó Mateo.
-No se nada con respecto a esa persona y tu padre tampoco, este hombre no volvió aparecer en las reuniones de la Logia ni tampoco dio su nombre real, su dirección no era la verdadera. Tu padre se pasó semanas buscándolo y averiguando sobre su paradero pero nada consiguió, eso es lo único que sé-. contestó con voz grave como si recordara algo.
Ahora comprendia mejor porque su padre guardaba ese baúl, tenía la seguridad que el hombre volvería para reclamarlo.
En cada palabra Mateo veía más dudas, estaba Domingo ocultando alguna información. Bueno él volvió a preguntar: -¿mi padre después de guardar el baúl tuvo algún incidente a cambios de humor?-
-Mateo lo que puedo decir es lo que él me habló, tenía temor de estar perdiendo el juicio o lo que es peor, el baúl se convirtió en una obsesión. Un día no pudo resistir y lo abrió para saber que contenía en su interior. Lo que encontró fue un uniforme de guerra un par de botas y cinco cartas- comentó Domingo.
Todo aquello ya sabía Mateo pero el quería saber si su padre le reveló algo más: -Domingo necesito saber todo lo que mi padre habló contigo- agregó impaciente.
-Calma Mateo ¿has abierto el baúl?-
-¡Si! contestó y vio que la expresión en el rostro de Domingo cambio, ya no estaba tranquilo ahora lucía preocupado.
-Debes escucharme con atención, tu padre después de abrir el baúl tuvo muchas noches de sueños o mejor dicho pesadillas, su humor cambio y se torno desconfiado, es mejor que entregues el baúl a un sitio donde pueda estar seguro, sé que tu padre tenía temor pero no me explicó exactamente de qué-.
Todo aquello se tornaba más confuso con  la información que Domingo le había revelado. Recién se daba cuenta  del porqué su padre a veces estaba molesto o callado cuando él lo visitaba. 
Mateo no reveló a Domingo lo que vivió en casa de sus padres cuando se quedó a dormir,  no tenía caso decirle.
Aparentemente su padre vivió lo mismo que él vivió, al menos eso creía.  
Minutos después Mateo se despidio de Domingo y antes de salir de su casa le hizo prometer que cualquier cosa que recuerde sobre el baúl le haga saber. Le dejó su numero de telefono para que lo llame. 
Toda la conversación con el amigo de su padre le había dejado más dudas que aciertos. 
Llegó muy tarde en la noche a su departamento, estaba cansado, ahora sabía  porque su padre no le habló sobre el baúl que guardaba. Tal vez, él no quería que su hijo viva algunos de los sucesos que él vivió.
Mateo no sentía miedo de lo que revelaban las cartas, estos fueron sucesos de un momento de la historia que se debían guardar en un lugar apropiado. Lo que si le causaba preocupación era el hombre que dio a su padre a guardar ese baúl  ¿Quién era y cómo lo había  conseguido o encontrado?.
Se preparó algo ligero para cenar, era muy tarde para revisar algunos papeles del trabajo, se cambio de ropa y se fue a dormir. Su ritual diario poner el despertador a la hora de levantarse.
Dormía profundamente, el cansancio le ganó, se despertó de golpe alarmado en medio del pasillo exterior del edificio donde vivia. Dormido había salido de su departamento y el frio del corredor lo despertó de golpe, la hora que marcaba el reloj de la recepción era la tres de la mañana. 
Sintió frio y temor este fenómeno que vivía estaba comenzando hacer estragos en su mente. El miedo le hizo pensar donde la próxima vez podía despertar. ¿Qué sucedía con su cuerpo y su mente?  ¿podía ser culpable el misterioso baúl?.


CONTINUARÁ

 
       
        



     
      
     

     
   
  


 

domingo, 6 de marzo de 2022

UNA CORTA HISTORIA

La fecha de la carta que Mateo tenía  en sus manos era mayo de 1814, no podía hasta ese momento salir de su estupor y continuó leyendo.
Amelia: -ahora nuestro General es José de San Martin, él ha tomado el mando después de la renuncia del  General Castelli y del General Manuel Belgrano, tras la derrota en Rancagua. Estamos agotados y el desconcierto es cada vez mayor, ahora no estamos seguros de lo que va a suceder.
Mateo estaba sin aliento, su padre había guardado esas cartas en el baúl con información de puño y letra de un soldado que vivió los acontecimientos históricos de los días de la independencia. 
No podía creer lo que leía, en  la escritura de líneas más abajo se podía leer. 
-Amelia, quería mía, dile a tu hermano Juan que se prepare y este listo para enrolarse en el ejercito para defender la causa de nuestro pueblo, necesitamos más soldados.
Con cuidado Mateo reparó en la carta, ésta constaba de una sola hoja y estaba escrita con letra legible aunque el tiempo había hecho mella sobre el papel, se podían leer los acontecimientos de esa época. El soldado antes de despedirse escribió - Pienso en ti todo el tiempo y el buen Dios del cielo ha permitido que siga vivo para continuar en la lucha y volver a tu lado y ser feliz. Después de algunas palabras de amor para su amada se despedía -¡tuyo por siempre!... Bernardo Torre-. 
Mateo respiró lentamente, tenía en sus manos una carta con la descripción de algunos pasajes que vivió el Soldado de nombre Bernardo en los días de la lucha por la Independencia. 
Con el mismo cuidado guardó la carta dentro del sobre, al parecer  Bernardo Torre no había podido enviar las cartas, cada una tenía fechas diferentes, esto quería decir que fueron escritas en circunstancias distintas y todas tenían el nombre de Amelia, pero no había dirección ni remitente. Eran tiempos inciertos y no se sabía si al día siguiente iba a estar vivo.
Leyó una a una las cartas con relatos y sucesos de esos días, describía a la perfección cada momento de la guerra. En que lugar se detenía el batallón  a descansar o  ¿Cuál era el siguiente paso a seguir? 
No, esto era insólito pensó Mateo. En vida de su padre nunca entró a la habitación que él ocupaba, por eso no sabía nada de la existencia de un baúl bajo su cama, ¿cómo había llegado a sus manos? o ¿Quién se lo dio? eran preguntas sin respuesta y esto le causaba preocupación. 
El sitio de ese baúl no era debajo de una cama, si no en el museo militar, todo aquello pertenecía a un momento de la historia y debía estar a buen recaudo. Guardó de nuevo el uniforme y las cartas  con mucho cuidado en el baúl, sentía temor de romperlas. Mañana resolvería que hacer con él. 
Cansado y todavía desconcertado Mateo se fue a dormir, al día siguiente debía ir a su trabajo, el permiso de unos días de descanso se había acabado. Se fue a su habitación y se acostó en la cama, pronto se quedó dormido, el reloj despertador sonaría a las seis de la mañana, unas horas de sueño reparador era lo que necesitaba. 
Pasada la media noche, Mateo profundamente dormido entró en un estado febril, sus movimientos eran desesperados, escuchaba una voz que decía -¡estoy vivo! todavía estoy vivo, nos hemos detenido en el camino a descansar y comer algo. Ahora quien nos da las ordenes es el General José de San Martin,  un hombre de formación estrictamente militar, sus órdenes son claras y todos confiamos en él-. 
Mateo intentaba despertar y no podía, la voz continuaba su relato -todos sabemos que se va  a cambiar la estrategia para seguir adelante, solo espero seguir vivo como hasta hora. El general San Martín nos ha ordenado ponernos de pie para seguir el camino. Lo sucedido en Rancagua lo ha obligado a cambiar los planes y prepararnos ha realizar una epopeya de nuestro tiempo ¿Cuál es?  cruzar la cordillera de los Andes para conseguir llegar a Chile. Según sus palabras, él se ha negado a continuar la guerra por el camino de Charcas, nos dice que para los hombres que son de tierras medianas o bajas es muy difícil luchar en la sierra o la puna por eso han cambiado los planes. Nos habla en todo momento para que nuestro animo ni decaiga.
En un movimiento brusco Mateo consiguió despertar, las sienes le latían y el pulso lo tenia acelerado ¿Qué había sido eso? un sueño, una pesadilla, alucinaciones. Su cuerpo bañado en sudor le decía lo contrario. Se cambio de pijama recordaba cada palabra, podía ser el soldado Bernardo el dueño del uniforme y las cartas, el que le hablaba. Todo aquello era extraño, no quizo pensar más tenía que descansar al día siguiente debía cumplir con su trabajo, intentó dormir de nuevo pero se despertaba a cada instante. 
A las seis de la mañana sonó el despertador, Mateo se sentía cansado por pasar una noche extraña comentó así mismo  -todo aquello ha sido una pesadilla y nada más, me impresionó la lectura de las cartas, no debo darle importancia, un duchazo de agua fría me va a despejar-.
Se vistió rápidamente, dejó una nota para Justa con las cosas que debía hacer mientras él no estaba y las llaves de la casa, se las dio a doña Ernestina para que se las entregue cuando llegue.
Partió en su carro a la oficina y ni bien llegó, vio una ruma de papeles sobre su escritorio, el trabajo se había acumulado y pronto debía ponerse al día para saber como andaba todo.
Roberto un empleado que formaba parte de su equipo se acercó a saludarlo y ponerlo al tanto con respecto al trabajo -Mateo dentro de diez minutos tenemos una reunión con al equipo para exponer los nuevos planes y agilizar la demanda de tarjetas de crédito-.
Mateo estuvo de acuerdo: -vamos a la reunión quiero enterarme de todo- contestó.
Se reunió con su equipo de trabajo en el salón de juntas, todos lo saludaron, Mateo agradeció las palabras de apoyo y comentó: -Bien ahora nos vamos a concentrar en el trabajo ¿Quién comienza la exposición?- preguntó.
Sobre un gran pizarrón su equipo exponía los esquemas de las nuevas estrategias. Mateo hacia esfuerzos para concentrarse y poner atención, no comprendía que sucedía con él, trataba de disimular con los demás para que no se den cuenta de su falta de atención. Hacía un gran esfuerzo por escucharlos, él siempre fue muy responsable y un excelente profesional. Estaba distraído y no lograba manejarse, no comprendia que sucedía.
Una hora y media después terminó la reunión, Mateo casi agradecía que así fuera. Caminó a su oficina y cerró la puerta, la cabeza le dolía y el cuerpo también ¿Qué sucedía con él? ¿por qué transpiraba tanto? era imposible enfermarse ahora que debía estar en el trabajo. Hablar con alguien sobre el sueño extraño le pareció imposible, podían pensar que había perdido la cordura. Además ¿Quién le iba a creer?. 
Su equipo en la sala de reunión, notó su extraño comportamiento, algunos estaban sorprendidos. Él siempre hacía preguntas para saber cómo pensaban aplicar los nuevos planes, además de dar sugerencias, dada su experiencia en el tema. En cambio está vez  todo el tiempo de la reunión estuvo callado apenas hizo algunas preguntas, también notaron que su rostro estaba demacrado como si no hubiera dormido toda la noche. Nadie se atrevió hacer comentarios, todos estimaban a Mateo porque era un jefe asequible que no perdía los papeles, si algo no funcionaba bien, siempre tenía una buena actitud y le gustaba enseñar según su experiencia. Los miembros del equipo imaginaban que actuaba de esa manera porque  solo unos días antes había fallecido su padre. 
Roberto pidió permiso para entrar a la oficina de Mateo: -¿que te parecieron las nuevas estrategias? casi no has comentado en la reunión-. preguntó Roberto. 
-Debemos mejorar algunas de las estrategias para tener más acceso al público, tú bien sabes que según los estudiosos del comportamiento humano cuando la gente tiene temor y siente la inestabilidad económica del país, unida a la falta de seguridad, de inmediato deja de consumir o adquirir bienes que no son de primera necesidad, bienes que no tienen que ver con su supervivencia, como comida, abrigo, techo. Es algo instintivo en el ser humano protegerse. Debemos tener en cuenta todo aquello a la hora de trabajar. Sabes muy bien que estamos viviendo un período difícil en el país- finalizó Mateo.
Roberto estuvo de acuerdo con las palabras de su jefe, la falta de seguridad y lo difícil del mercado financiero hacian más complicado la tarea de ofrecer los beneficios de una tarjeta de crédito.
A la hora de almuerzo Mateo se dio un descanso y salió para tomar un refrigerio. Por una casualidad de una en un millón se encontró con Isoline que entraba al banco. La sorpresa de ambos los hizo reír, se saludaron e Isoline comentó: -no sabía que trabajabas en este banco, la verdad no tenía idea-.
-Sí... desde hace seis años trabajo aquí y tú ¿trabajas cerca?- preguntó Mateo.
-Sí, mi empresa esta a cinco cuadras de aquí, he venido por un asunto sobre mis cuentas-. 
Mateo e Isoline quedaron en almorzar juntos, los dos estaban en su hora de refrigerio. Después de completar la información que necesitaba caminaron por la avenida hacia un pequeño restaurant que tenía algunas especialidades en su carta de menú. Conversaron pasaron un momento muy agradable y disfrutaron de su almuerzo. Mateo se animó un poco con la compañía de Isoline.
-Mateo, tengo que decir la verdad, yo quería pasar por tu casa un día antes, pero vi que Dalila te visitaba, entonces no deseaba interrumpir, seguro ustedes tenían tanto de que hablar-.
-Si, Dalila vino hablar conmigo y darme el pésame por lo sucedido con mi padre, hemos recordado nuestro tiempo y quedamos como buenos amigos, ella esta casada y vive en Portugal tiene una vida plena- contestó Mateo.
Terminó el almuerzo y se despidieron, Mateo había disfrutado de la compañía de Isoline, era algo que no vivía hace  un tiempo.
Esa noche se quedó a dormir en su departamento, no deseaba pensar más en lo ocurrido con el baúl y su contenido, se sentía mejor y al final de su día de trabajo estaba más tranquilo. Se preparó una cena sencilla algo que no fuera demasiado complicado, repasó la guía de las nuevas estrategias sobre su trabajo. Al día siguiente citaría al equipo de nuevo para una reunión, era el momento de hacer algunos cambios al respecto. 
Se fue a dormir temprano para recuperar las horas de sueño, la experiencia pasada lo perturbó suficiente y no deseaba preocuparse más por ello. Pronto se quedó dormido no sabía cuanto tiempo había pasado cuando se despertó sobresaltado al sentir la mayólica fría en sus pies, estaba parado en medio de la cocina, no sabía como había llegado al lugar, él jamás fue sonámbulo. No le causó gracia alguna haber caminado dormido hasta la cocina.
Al día siguiente un día intenso de trabajo lo desconectó de sus preocupaciones, tenía que poner atención en su tarea. Su equipo y él estaban haciendo ajustes para replantear los nuevos planes.
Salió de la oficina a las seis de la tarde, se despidió de todos y partió a la casa de sus padres, pasaría un momento para ver que se había avanzado. La mecedora seguía en su sitio esperando la decisión de Mateo de cual sería su destino, su padre amaba mecerse en las tarde de invierno mientras descansaba. Eran tres personas interesadas en ella y todavía no sabía a quien se la iba entregar, su intención no era ofender a nadie. 
Se acordó del baúl, subió al segundo piso, estaba en el mismo lugar debajo de la cama. Mateo deseaba saber de donde su padre lo había sacado. Recordó que él tenía un amigo que se conocían desde cuando era estudiantes en el colegio, fueron muy amigos su nombre Domingo, tal vez él podía darle alguna luz sobre este misterioso baúl o lo que es mejor, conocía quien se lo había dado. El fin de semana lo iría a buscar.
Se sentó sobre la cama recordaba todo lo sucedido la otra noche, su comportamiento por momentos errático lo asustaba, no deseaba pensar que se debía al baúl. También tenia presente la promesa hecha a Dalila de ir a despedirse antes de su partida. 
Esa noche no se quedaría a dormir en casa de sus padres, debía volver a su departamento, esperaba no tener el mismo incidente de sonámbulo ya que él nunca había sufrido de aquello. 
Bajó al primer piso, constató que Justa había hecho lo que él había pedido, escribió otra nota para ella con nuevos encargos y después  cerró la puerta de la casa con cuidado. El baúl debía esperar su momento, Mateo estaba dispuesto averiguar todo sobre él y saber si su padre tuvo las mismas experiencias  que comenzaban atormentarlo. 


CONTINUARÁ