Mateo regresó lentamente a su departamento, pensó en lo ocurrido y la preocupación de despertar en otro sitio le causó temor. Entró en su departamento y se dio cuenta que había puesto el seguro de la puerta. Entonces dijo a si mismo -he abierto la puerta y sacado el seguro mientras estaba dormido-.
No deseaba pensar que podía despertar otra noche en medio de una calle oscura o lo que es peor en medio de una pista llena de autos.
Cerró de nuevo la puerta de su departamento con doble seguro.
¿Qué pasaba con él? ¿por qué vivía esta situación tan extraña?.
Volvió a acostarse, en un primer instante pensó en amarrarse a la cama para no caminar dormido pero luego desistió de esta acción porque dormido, igual, se iba a desatar.
Sentía sueño pero no podía dormir todo aquello era tan extraño que no hallaba explicación. ¡¡Sonámbulo!!, él jamás había sido sonámbulo, no quería imaginar que el baúl era el culpable de lo que sucedía.
Trató de no pensar y volver a dormir, su sueño fue corto. El despertador sonó como siempre a las seis de la mañana y él apenas pudo dormir una hora después de ese incidente.
Se alistó como siempre para ir a trabajar, no había dormido lo suficiente y se sentía cansado, en ese estado no iba a tener un buen día. Mateo se sobrepuso, tomó una taza de café cargado, una tostada y salió a trabajar. Cada día se estaba convirtiendo en una lucha por mantenerse activo y atento a su trabajo.
Roberto entró en la oficina de su jefe con una noticia que había escuchado temprano: -Mateo ¿escuchaste el noticiero?-. comentó.
-No Roberto, no escuché las noticias-
-Bueno, los empresarios y la sociedad de bancos piden al presidente estabilidad y seguridad en su gobierno para tranquilidad del país. Ellos desean una reunión con el mandatario para exponer la situación que están viviendo y lo difícil que se hace cada día trabajar- comentó Roberto y esperaba que Mateo pueda aclarar que podía suceder en unos días.
-Lo único que puedo decir -habló Mateo -es que no creo que los reciba el presidente, él no los va escuchar. Como sabes no tengo una bola de cristal para descifrar el futuro. Roberto nosotros ahora debemos ocuparnos de lo inmediato, nuestro trabajo y las nuevas estrategias a seguir, eso es lo más importante- Mateo dio por finalizada la conversación. Roberto se puso de pie y se retiró de su oficina. Su jefe no tenía muchas ganas de conversar.
El timbre del teléfono lo distrajo un instante, era Amanda Roble que decía: -Mateo buenos días, hay otra persona interesada en la casa voy a pasar en el transcurso de la mañana, ¿de acuerdo?-
-Amanda vaya usted a la casa cuando sea necesario, tiene las llaves y no hay problema, espero que esta persona sea el comprador definitivo- contestó Mateo un poco cansado.
-Paciencia mi estimado, la venta de una casa no es de la noche a la mañana, debemos esperar que sea posible vender la propiedad en un lapso de tiempo. Cualquier novedad yo te aviso- contestó Amanda y se despidió.
Mateo le dio la razón a la vendedora, con la situación difícil del país, nada era fácil. Luego revisó unos documentos sobre su trabajo y pensó -hoy es viernes, el último día de trabajo, me quedaré el fin de semana en casa de mis padres para continuar con la mudanza y destinar cada cosa a un lugar.
Se concentró en su trabajo para terminar lo más pronto, al final del día se iría a la casa para continuar con el trabajo. Disponer de todo los muebles y cosas era un problema que tenía que solucionar pronto.
Mateo se acordó de Isoline, desde hace varios días no sabía nada de ella, lamentaba no tener su número de teléfono para llamarla e invitarla a salir. Se sorprendió lo bien que se sintió a su lado cuando almorzaron juntos. Más tarde que llegue a los Cerezos iría a visitarla a su casa, tenía deseos de invitarla a salir, quería hacer un espacio y olvidarse de los problemas y de lo que estaba viviendo.
A media tarde en su oficina sonó el teléfono, era Domingo el amigo de su padre: -Mateo tu me dijiste que si recordaba algo con respecto al hombre que le dio el baúl a tu padre te llamo. Te puedo decir ahora que recuerdo que tu padre tenía una foto donde estaban reunidos todos los integrantes de la Logia, él me señaló en la foto al hombre del baúl. Si puedes encontrar esa foto y traerla yo puedo señalarte quien era, de eso me acuerdo muy bien- finalizó Domingo.
-De acuerdo Domingo voy a buscar la foto cuando vaya a la casa de mis padres y luego iré a tu casa para que me digas quién es el hombre. Saludos, cuídate- se despidió Mateo y corto. ¿donde podía estar guardada esa foto? no lo sabía. Encontrarla no sería fácil, lo bueno es que su padre siempre guardaba todo con un orden casi obsesivo.
Mateo recordó las cinco cartas que escribió el soldado Bernardo Torre a su amada, en una de ellas decía.
-Querida los días pasan y cada vez nos sentimos más cansados, el camino es largo y complicado pero nuestro destino está cerca para cruzar la cordillera y llegar a tierras de Chile. Tu recuerdo me alienta y las palabras de nuestro General San Martin nos levanta la moral para seguir adelante. Pronto estaremos cerca a la cumbre de la historia-.
Fueron las palabras de un soldado que vivió los momentos decisivos de su tiempo.
Casi era de noche cuando Mateo terminó el trabajo. Roberto le entregó unos papeles y una nota de la gerencia general. El lunes a primera hora debía resolver ciertos documentos que quedaban pendientes.
-Gracias Roberto por traer estos papeles voy a guardarlos y el lunes voy estudiar de que se trata.
-Mateo con los muchachos nos queremos reunir para pasar una humorada en el restaurant de siempre, ¿vienes con nosotros?- Preguntó y esperaba una respuesta de su jefe.
-Roberto lo siento pero no puedo, no tengo el ánimo para una reunión y solo sería un punto discorde en ella. Será para otra vez que pueda ir. Espero que comprendas-
-Si, claro que vamos a comprender- contestó Roberto con cierto desánimo. Todos esperaban su presencia para celebrar pero el jefe estaba todavía golpeado por la tristeza de perder a su padre.
De noche llegó Mateo a la urbanización Los Cerezos, salió de su auto y antes de entrar a la casa de sus padres, cruzó la calle a la vereda del frente, tocó el timbre de la casa de Isoline quería saber si podía invitarla a salir al día siguiente.
La puerta la abrió la madre de Isoline: -Mateo que sorpresa y que gusto volvernos a encontrar- comentó doña Clara.
-De igual manera señora Clara- contestó Mateo -quería saber si se encuentra Isoline, deseaba conversar con ella unos minutos- comentó un poco nervioso.
-Mateo, mi hija se encuentra de viaje y no viene hasta la próxima semana, su trabajo a veces la absorbe demasiado- dijo la madre de Isoline con tristeza, a ella no le gustaba que su hija se ausente tantos días del hogar pero era el trabajo y nada podía hacer.
-Doña Clara me puede dar el número de teléfono de su hija- agregó Mateo.
-Mi querido Mateo, no puedo darte el número de mi hija sin su autorización, ella no acostumbra a dar su teléfono pero si deseas dame tu número y yo le digo que has venido a preguntar por ella.
Mateo aceptó y le entregó su número de teléfono, agradeció a doña Clara y se despidió de ella. Caminó unos metros y entró en la casa de sus padres, no habían pasado más que unos minutos y el timbre de la puerta principal sonó, eran doña Ernestina y Lucinda que venían a saludarlo y a comentar con él algunos detalles sobre su propiedad.
-Buenas noches Mateo- dijo Lucinda -hemos venido con mi madre para darte una noticia no sé, si es algo bueno para ti-.
Mateo estaba intrigado de que querian hablar Lucinda y su madre: -dime de que se trata, no comprendo lo que quieres decir- contestó.
Doña Ernestina tomó la palabra: -Mateo no deseamos quitarte mucho tiempo, vienes recién del trabajo y debes estar cansado, lo que Lucinda quiere decir es que nosotras tenemos una interesada en comprar la casa, es un familiar y queremos saber si puede venir a ver la propiedad. Mi prima Estela quiere vivir cerca a mí y que mejor lugar que al lado de mi casa-.
Mateo entró en duda, el tenía un contrato con Amanda Roble y doña Ernestina lo ponía en un compromiso: -Voy hablar con Amanda, ella es la vendedora de la casa y no puedo pasar por alto el trato que tenemos porque no le damos el número de teléfono de Amanda a su prima y que ellas conversen- contestó Mateo para lograr un acuerdo con sus vecinas.
-Mateo a mi no me gusta mucho el trato con intermediarios, me gustaría que mi prima hable directo con el dueño que eres tú y Vicente- terminó de hablar doña Ernestina.
No sabía como hacerle comprender que las cosas eran diferentes pero quería llevar la fiesta en paz para no tener un disgusto con sus vecinas que siempre fueron muy buenas vecinas.
-Doña Ernestina, si su prima habla con Amanda Roble es como si hablara conmigo, no se preocupe ella no hará nada sin mi autorización. Tiene que comprender que un trato es un trato y no puedo romperlo así porque si. Su prima Estela no será engañada ni nada por el estilo, Amanda es una persona muy seria, yo se lo puedo asegurar-. señaló Mateo a sus vecinas para que terminen de comprender que no podía romper el acuerdo con Amanda y que él tendría una consideración con la prima Estela dentro de lo que era la venta de la propiedad.
No muy convencidas Doña Ernestina y su hija se retiraron de la casa, Mateo pudo presentir una pequeña diferencia entre ellas. Él estaba dispuesto a considerar la oferta de la prima Estela siempre que fuera algo justo y dentro de los parámetros de la venta.
Decidió pasar la hoja y concentrarse en la búsqueda de la foto de la que habló Domingo, ¿donde podía estar guardada?, no tenía idea. Comenzaría a buscar en la habitación de su padre, subió al segundo piso y buscó en los álbumes de fotos familiares, paso hoja por hoja y nada, no había nada en los dos álbumes, solo las fotos de la familia en diferentes celebraciones. Buscó luego en la cómoda y en el velador de noche, nada no había nada. Abrió la puerta del closet y buscó también ahí pero igual, nada, la foto no aparecía por ningún sitio. Bajó al primer piso y fue directo al escritorio de su padre abrió cajón por cajón, solo habían papeles y documentos que debía revisar con cuidado.
Se detuvo a pensar, su padre tenía un librero y ahí tomó libro por libro para buscar ya casi se daba por vencido cuando de unos de los libros que había tomado, cayó un papel que envolvía una foto, levantó del piso el papel y ¡felicidad! ahí estaba la foto que buscó con tanto ahínco.
Al día siguiente la llevaría a Domingo para que él la revise y vea si es la foto que dice.
El escritorio de su padre quedó en desorden por la búsqueda, mañana arreglaría todo. Esa era una habitación que debía revisar con calma para que no se pierda algún documento importante.
Sintió hambre, había comprado algunas cosas para preparar, fue a la cocina y cocinó un plato ligero nada que lo pueda indigestar.
Era bastante tarde en la noche, la búsqueda de la foto había tomado su tiempo, sentía alivio haberla encontrado.
Terminó de cenar, se dio una ducha tibia y vio algo de televisión. Sus pensamientos lo llevaron a recordaba la experiencia vivida una semana antes en la casa de sus padres. No esperaba que se repita el sueño, así lo sentio él. No le daría más importancia al hecho y esperaba pasar una noche tranquila, lo que más le inquietaba era caminar dormido, esa situación lo tenía preocupado. De seguir así, tendría que consultar a un médico.
Se quedó dormido muy pronto, silencio en la noche. Mateo comenzó a sentir el mismo estado febril de la vez anterior pero esta vez era más intenso. La misma voz le hablaba con apremio: -Hemos caminado una gran distancia, el cansancio hace presa en el batallón, nos han ordenado descansar a la vera del camino. No podemos bajar la guardia, más adelante al cruzar la cordillera nos espera O'Higgins y su ejército, al que nos debemos unir para la batalla. Esta unión es de importancia capital, sin su apoyo y la de Cochrane no podemos tener éxito en la independencia de Chile. Es bien sabido que después del primer tiro la lucha con el ejército realista es cuerpo a cuerpo y con bayoneta. Es muy difícil mantener distancia sobre estos eventos- Mateo luchaba por despertar su desesperación era grande pero su cuerpo no le obedecía seguía en un estado febril y la voz continuaba su relato -El destino final para nuestra operación es la independencia de Chile para continuar después nuestro camino a través del mar y llegar a Perú de esta manera lograr la independencia de América. El general San Martin tiene la esperanza que todo esto se de sin luchar y perder más vidas pero la realidad de los eventos de la época nos demuestra que no podía ser de otra manera que por el camino de las armas. Mi destino todavía no termina y debo seguir junto al batallón.
Mateo hizo un gran esfuerzo y con un fuerte grito logró despertar y erguirse sobre su espalda. Bañado en sudor recordaba cada palabra del soldado, se puso de pie y dio un fuerte golpe en la pared que casi le rompe la mano -¡No puede ser, no puedo más con estas pesadillas o lo que sean! grito en voz alta
-¡ESTOY PERDIENDO LA CORDURA! volvió a gritar y el miedo se apoderó de su mente.
CONTINUARÁ
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