domingo, 6 de marzo de 2022

UNA CORTA HISTORIA

La fecha de la carta que Mateo tenía  en sus manos era mayo de 1814, no podía hasta ese momento salir de su estupor y continuó leyendo.
Amelia: -ahora nuestro General es José de San Martin, él ha tomado el mando después de la renuncia del  General Castelli y del General Manuel Belgrano, tras la derrota en Rancagua. Estamos agotados y el desconcierto es cada vez mayor, ahora no estamos seguros de lo que va a suceder.
Mateo estaba sin aliento, su padre había guardado esas cartas en el baúl con información de puño y letra de un soldado que vivió los acontecimientos históricos de los días de la independencia. 
No podía creer lo que leía, en  la escritura de líneas más abajo se podía leer. 
-Amelia, quería mía, dile a tu hermano Juan que se prepare y este listo para enrolarse en el ejercito para defender la causa de nuestro pueblo, necesitamos más soldados.
Con cuidado Mateo reparó en la carta, ésta constaba de una sola hoja y estaba escrita con letra legible aunque el tiempo había hecho mella sobre el papel, se podían leer los acontecimientos de esa época. El soldado antes de despedirse escribió - Pienso en ti todo el tiempo y el buen Dios del cielo ha permitido que siga vivo para continuar en la lucha y volver a tu lado y ser feliz. Después de algunas palabras de amor para su amada se despedía -¡tuyo por siempre!... Bernardo Torre-. 
Mateo respiró lentamente, tenía en sus manos una carta con la descripción de algunos pasajes que vivió el Soldado de nombre Bernardo en los días de la lucha por la Independencia. 
Con el mismo cuidado guardó la carta dentro del sobre, al parecer  Bernardo Torre no había podido enviar las cartas, cada una tenía fechas diferentes, esto quería decir que fueron escritas en circunstancias distintas y todas tenían el nombre de Amelia, pero no había dirección ni remitente. Eran tiempos inciertos y no se sabía si al día siguiente iba a estar vivo.
Leyó una a una las cartas con relatos y sucesos de esos días, describía a la perfección cada momento de la guerra. En que lugar se detenía el batallón  a descansar o  ¿Cuál era el siguiente paso a seguir? 
No, esto era insólito pensó Mateo. En vida de su padre nunca entró a la habitación que él ocupaba, por eso no sabía nada de la existencia de un baúl bajo su cama, ¿cómo había llegado a sus manos? o ¿Quién se lo dio? eran preguntas sin respuesta y esto le causaba preocupación. 
El sitio de ese baúl no era debajo de una cama, si no en el museo militar, todo aquello pertenecía a un momento de la historia y debía estar a buen recaudo. Guardó de nuevo el uniforme y las cartas  con mucho cuidado en el baúl, sentía temor de romperlas. Mañana resolvería que hacer con él. 
Cansado y todavía desconcertado Mateo se fue a dormir, al día siguiente debía ir a su trabajo, el permiso de unos días de descanso se había acabado. Se fue a su habitación y se acostó en la cama, pronto se quedó dormido, el reloj despertador sonaría a las seis de la mañana, unas horas de sueño reparador era lo que necesitaba. 
Pasada la media noche, Mateo profundamente dormido entró en un estado febril, sus movimientos eran desesperados, escuchaba una voz que decía -¡estoy vivo! todavía estoy vivo, nos hemos detenido en el camino a descansar y comer algo. Ahora quien nos da las ordenes es el General José de San Martin,  un hombre de formación estrictamente militar, sus órdenes son claras y todos confiamos en él-. 
Mateo intentaba despertar y no podía, la voz continuaba su relato -todos sabemos que se va  a cambiar la estrategia para seguir adelante, solo espero seguir vivo como hasta hora. El general San Martín nos ha ordenado ponernos de pie para seguir el camino. Lo sucedido en Rancagua lo ha obligado a cambiar los planes y prepararnos ha realizar una epopeya de nuestro tiempo ¿Cuál es?  cruzar la cordillera de los Andes para conseguir llegar a Chile. Según sus palabras, él se ha negado a continuar la guerra por el camino de Charcas, nos dice que para los hombres que son de tierras medianas o bajas es muy difícil luchar en la sierra o la puna por eso han cambiado los planes. Nos habla en todo momento para que nuestro animo ni decaiga.
En un movimiento brusco Mateo consiguió despertar, las sienes le latían y el pulso lo tenia acelerado ¿Qué había sido eso? un sueño, una pesadilla, alucinaciones. Su cuerpo bañado en sudor le decía lo contrario. Se cambio de pijama recordaba cada palabra, podía ser el soldado Bernardo el dueño del uniforme y las cartas, el que le hablaba. Todo aquello era extraño, no quizo pensar más tenía que descansar al día siguiente debía cumplir con su trabajo, intentó dormir de nuevo pero se despertaba a cada instante. 
A las seis de la mañana sonó el despertador, Mateo se sentía cansado por pasar una noche extraña comentó así mismo  -todo aquello ha sido una pesadilla y nada más, me impresionó la lectura de las cartas, no debo darle importancia, un duchazo de agua fría me va a despejar-.
Se vistió rápidamente, dejó una nota para Justa con las cosas que debía hacer mientras él no estaba y las llaves de la casa, se las dio a doña Ernestina para que se las entregue cuando llegue.
Partió en su carro a la oficina y ni bien llegó, vio una ruma de papeles sobre su escritorio, el trabajo se había acumulado y pronto debía ponerse al día para saber como andaba todo.
Roberto un empleado que formaba parte de su equipo se acercó a saludarlo y ponerlo al tanto con respecto al trabajo -Mateo dentro de diez minutos tenemos una reunión con al equipo para exponer los nuevos planes y agilizar la demanda de tarjetas de crédito-.
Mateo estuvo de acuerdo: -vamos a la reunión quiero enterarme de todo- contestó.
Se reunió con su equipo de trabajo en el salón de juntas, todos lo saludaron, Mateo agradeció las palabras de apoyo y comentó: -Bien ahora nos vamos a concentrar en el trabajo ¿Quién comienza la exposición?- preguntó.
Sobre un gran pizarrón su equipo exponía los esquemas de las nuevas estrategias. Mateo hacia esfuerzos para concentrarse y poner atención, no comprendía que sucedía con él, trataba de disimular con los demás para que no se den cuenta de su falta de atención. Hacía un gran esfuerzo por escucharlos, él siempre fue muy responsable y un excelente profesional. Estaba distraído y no lograba manejarse, no comprendia que sucedía.
Una hora y media después terminó la reunión, Mateo casi agradecía que así fuera. Caminó a su oficina y cerró la puerta, la cabeza le dolía y el cuerpo también ¿Qué sucedía con él? ¿por qué transpiraba tanto? era imposible enfermarse ahora que debía estar en el trabajo. Hablar con alguien sobre el sueño extraño le pareció imposible, podían pensar que había perdido la cordura. Además ¿Quién le iba a creer?. 
Su equipo en la sala de reunión, notó su extraño comportamiento, algunos estaban sorprendidos. Él siempre hacía preguntas para saber cómo pensaban aplicar los nuevos planes, además de dar sugerencias, dada su experiencia en el tema. En cambio está vez  todo el tiempo de la reunión estuvo callado apenas hizo algunas preguntas, también notaron que su rostro estaba demacrado como si no hubiera dormido toda la noche. Nadie se atrevió hacer comentarios, todos estimaban a Mateo porque era un jefe asequible que no perdía los papeles, si algo no funcionaba bien, siempre tenía una buena actitud y le gustaba enseñar según su experiencia. Los miembros del equipo imaginaban que actuaba de esa manera porque  solo unos días antes había fallecido su padre. 
Roberto pidió permiso para entrar a la oficina de Mateo: -¿que te parecieron las nuevas estrategias? casi no has comentado en la reunión-. preguntó Roberto. 
-Debemos mejorar algunas de las estrategias para tener más acceso al público, tú bien sabes que según los estudiosos del comportamiento humano cuando la gente tiene temor y siente la inestabilidad económica del país, unida a la falta de seguridad, de inmediato deja de consumir o adquirir bienes que no son de primera necesidad, bienes que no tienen que ver con su supervivencia, como comida, abrigo, techo. Es algo instintivo en el ser humano protegerse. Debemos tener en cuenta todo aquello a la hora de trabajar. Sabes muy bien que estamos viviendo un período difícil en el país- finalizó Mateo.
Roberto estuvo de acuerdo con las palabras de su jefe, la falta de seguridad y lo difícil del mercado financiero hacian más complicado la tarea de ofrecer los beneficios de una tarjeta de crédito.
A la hora de almuerzo Mateo se dio un descanso y salió para tomar un refrigerio. Por una casualidad de una en un millón se encontró con Isoline que entraba al banco. La sorpresa de ambos los hizo reír, se saludaron e Isoline comentó: -no sabía que trabajabas en este banco, la verdad no tenía idea-.
-Sí... desde hace seis años trabajo aquí y tú ¿trabajas cerca?- preguntó Mateo.
-Sí, mi empresa esta a cinco cuadras de aquí, he venido por un asunto sobre mis cuentas-. 
Mateo e Isoline quedaron en almorzar juntos, los dos estaban en su hora de refrigerio. Después de completar la información que necesitaba caminaron por la avenida hacia un pequeño restaurant que tenía algunas especialidades en su carta de menú. Conversaron pasaron un momento muy agradable y disfrutaron de su almuerzo. Mateo se animó un poco con la compañía de Isoline.
-Mateo, tengo que decir la verdad, yo quería pasar por tu casa un día antes, pero vi que Dalila te visitaba, entonces no deseaba interrumpir, seguro ustedes tenían tanto de que hablar-.
-Si, Dalila vino hablar conmigo y darme el pésame por lo sucedido con mi padre, hemos recordado nuestro tiempo y quedamos como buenos amigos, ella esta casada y vive en Portugal tiene una vida plena- contestó Mateo.
Terminó el almuerzo y se despidieron, Mateo había disfrutado de la compañía de Isoline, era algo que no vivía hace  un tiempo.
Esa noche se quedó a dormir en su departamento, no deseaba pensar más en lo ocurrido con el baúl y su contenido, se sentía mejor y al final de su día de trabajo estaba más tranquilo. Se preparó una cena sencilla algo que no fuera demasiado complicado, repasó la guía de las nuevas estrategias sobre su trabajo. Al día siguiente citaría al equipo de nuevo para una reunión, era el momento de hacer algunos cambios al respecto. 
Se fue a dormir temprano para recuperar las horas de sueño, la experiencia pasada lo perturbó suficiente y no deseaba preocuparse más por ello. Pronto se quedó dormido no sabía cuanto tiempo había pasado cuando se despertó sobresaltado al sentir la mayólica fría en sus pies, estaba parado en medio de la cocina, no sabía como había llegado al lugar, él jamás fue sonámbulo. No le causó gracia alguna haber caminado dormido hasta la cocina.
Al día siguiente un día intenso de trabajo lo desconectó de sus preocupaciones, tenía que poner atención en su tarea. Su equipo y él estaban haciendo ajustes para replantear los nuevos planes.
Salió de la oficina a las seis de la tarde, se despidió de todos y partió a la casa de sus padres, pasaría un momento para ver que se había avanzado. La mecedora seguía en su sitio esperando la decisión de Mateo de cual sería su destino, su padre amaba mecerse en las tarde de invierno mientras descansaba. Eran tres personas interesadas en ella y todavía no sabía a quien se la iba entregar, su intención no era ofender a nadie. 
Se acordó del baúl, subió al segundo piso, estaba en el mismo lugar debajo de la cama. Mateo deseaba saber de donde su padre lo había sacado. Recordó que él tenía un amigo que se conocían desde cuando era estudiantes en el colegio, fueron muy amigos su nombre Domingo, tal vez él podía darle alguna luz sobre este misterioso baúl o lo que es mejor, conocía quien se lo había dado. El fin de semana lo iría a buscar.
Se sentó sobre la cama recordaba todo lo sucedido la otra noche, su comportamiento por momentos errático lo asustaba, no deseaba pensar que se debía al baúl. También tenia presente la promesa hecha a Dalila de ir a despedirse antes de su partida. 
Esa noche no se quedaría a dormir en casa de sus padres, debía volver a su departamento, esperaba no tener el mismo incidente de sonámbulo ya que él nunca había sufrido de aquello. 
Bajó al primer piso, constató que Justa había hecho lo que él había pedido, escribió otra nota para ella con nuevos encargos y después  cerró la puerta de la casa con cuidado. El baúl debía esperar su momento, Mateo estaba dispuesto averiguar todo sobre él y saber si su padre tuvo las mismas experiencias  que comenzaban atormentarlo. 


CONTINUARÁ     
     
   

    
    
 
 
             
                
       
  


 

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