martes, 27 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En su habitación el doctor Martel reflexionaba sobre sus recuerdos, después de conversar  con sus hijas y su madre se retiró a descansar, había sido un día agotador y diferente, no negaba que lo había pasado bien en la casa del congresista Panduro, la reunión fue un éxito y su declaración de presentarse como candidato en las siguientes elección fue sorprendente y una primicia, sus intenciones eran claras, llegar a la presidencia del país era un tema fuerte.
En el camino de regreso a su hogar había recordado los momentos difíciles y tristes que vivió su familia,  el sufrimiento casi  lleva a la tumba a sus padres. Murieron sus dos hijos mayores y el tercero se había perdido en la penumbra, este dolor desgarró el corazón de la familia. El doctor Martel sin saber que responder se preguntaba ¿por qué había tomado la decisión de dejar la casa familiar su hermano Felipe? ¿qué lo llevó alejarse de esa manera y causar angustia y desesperación en sus padres? la madre casi pierde la vida al desear morir junto a sus hijos. ¿Dónde estaba este hermano? ¿Seguía vivo o habia muerto en algún lugar? desde su partida, si así se le puede llamar han pasado varios. El doctor fue testigo de todo el dolor de sus padres siendo apenas un niño. 
Felicia notó a su esposo angustiado y triste, con tono de preocupación en la voz comentó:
-Querido ¿qué es lo que sucede, te veo angustiado?,¿ algo te preocupa?-.
-Son recuerdos de familia que me atormentan y me siguen querida Felicia, recuerdos que nunca se van a borrar aunque pase el tiempo, mis hermanos siempre están presentes, no puedo evitarlo. Además mi madre cuando habla de sus hijos sufre y su dolor es real, ella me dice: -al menos sé donde están tus hermanos mayores, voy al campo santo para dejarles flores y rezar por ellos pero de Felipe no sé nada entonces me preguntó ¿qué fue lo que hice mal? ¿en qué me equivoqué con este hijo?-.  Como es de imaginar yo me quedo en silencio, no sé cómo consolarla, no encuentro las palabras para reconfortarla, lo único que puedo contestar: -madre, él tomó su decisión, fue su responsabilidad,  nadie lo botó de la casa-. Yo tampoco comprendo su actitud, han pasado tantos años desde que dejo el hogar que tal vez ya ni esté vivo. No te tortures pensando que fue lo que pasó, no tenemos las respuestas-. finalizó el doctor.
-Felicia contestó: -descansa Oscar, es mejor que duermas, nada podemos hacer para cambiar el pasado, mañana es un día de trabajo y debes estar preparado para atender a tus pacientes-. 
Como única respuesta, el doctor Martel apagó la luz de su lampara sobre la mesita de noche e intentó dormir.
En la mañana muy temprano, Alejandrina en la cocina preparaba el desayuno para la familia, todos se levantaban para comenzar un nuevo día y una nueva semana. Nany se encontraba lista y esperaba a su hijo la lleve a casa, Fanny y Liza también estaban listas para partir a la universidad, Felicia no decía nada, pero ella seguía viendo los preparativos de la boda de su hija mayor a pesar que su esposo le había advertido que se debía esperar hasta que acabe su carrera.
En la mesa del comedor una animada conversación acompañaba a la familia, todos comentaban que pensaban hacer en su día. Antes de que la familia se ponga de pie para partir Felicia se ofreció llevar a Nany a su casa: -no te preocupes Oscar yo me encargo de dejar a tu madre en su casa, Nany está segura conmigo-.
Oscar Martel agradeció a su esposa y  respondió -madre no te preocupes Felicia te llevará a tu casa, yo tengo que terminar de prepararme y para salir atender a mis pacientes en el hospital-. 
-Gracias Felicia por dejarme en casa, no sé como estará la señora que me atiende, nunca me ausento del hogar- contestó Nany.
Minutos antes de partir al hospital sonó el teléfono, era Ramiro Fuentes que deseaba hablar con el doctor, éste al contestar escuchó: - mi estimado amigo solo llamo unos segundos para preguntarte si puedo viajar al extranjero, vamos a celebrar en familia el cumpleaños de mi hija Elsy, ¿tengo prohibido hacer ese viaje por mi salud? 
El doctor contestó: -no Ramiro, puedes viajar sin problema, solo no olvides llevar tus medicinas y tomarlas a la hora indicada. Disfruta el viaje, es muy bueno salir de la rutina del trabajo
-Gracias Oscar, mañana nos vamos con Teodora y mis hijos-. fue su respuesta y cortó.
¡Qué bueno que algunos puedan viajar! pensó el doctor, sería ideal que él y su esposa también se vayan de viaje y así olvidar por unos días el trabajo y los problemas cotidianos que se presentan. Oscar Martel se despidió de su familia y salió como siempre para atender a sus pacientes.
Los días pasaban y por fin llegó el día del regreso de Merry, en casa todos la habían extrañado, hacía falta su presencia y su voz, sus padres fueron a recogerla al aeropuerto, el doctor quería ver a esta hija que extrañó demasiado, era la primera vez que Merry se ausentaba del hogar. 
Cuando se encontraron con ella, los abrazos y besos no podían esperar, en el carro de regreso Merry no dejaba de hablar y comentar todo lo que había conocido, lo que más le había impresionado: -papá mamá tengo que regresar de nuevo a estas ciudades para conocerlas mejor, esta vez debe ser con más tiempo. Todo el viaje fue hermoso con mis amigas estabamos encantadas.
Liza y Fanny recibieron a su hermana felices, por fin estaba en casa, los comentarios y las preguntas no cesaban, Merry abrió su mochila y sacó los regalos que habia traído para Fanny y Liza unos bonitos llaveros y pequeños monederos con paisajes típicos, a su padre una elegante chalina de lana de alpaca para el invierno húmedo de la ciudad y para su padre una elegante cartera de cuero labrado.
-Gracias, Merry por los regalos están tan bellos y útiles- agregó Fanny.
Su madre le dio un beso en la frente para agradecer la cartera tan fina y el padre comentó: -sabía que Merry tenia buen gusto pero no sabía que además era muy delicada para escoger regalos-. 
La normalidad volvía a la vida de la familia Martel, cada miembro familiar se dedicaba a sus ocupaciones y estudios, pronto seria fin de año y las fiestas de navidad estaban muy cerca.
Una noche cerca de las ocho, sonó el timbre, Liza se encontraba cerca y fue abrir, en unos minutos se serviría la cena. Grande fue la sorpresa cuando vio parado frente a ella al congresista Panduro.
-Buenas noches, congresista- saludó.
-Buenas noches Liza- era la segunda vez que se encontraba con la joven. 
-Vengo a buscar al doctor, no voy a tardar demasiado solo serán unos minutos, no quiero importunar-.
Liza lo hizo pasar a la sala principal  conversaron unos segundos y luego se retiró para llamar a su padre. 
El doctor Martel un poco fastidiado se acercó a la sala, pensaba que el congresista estaba tomándose demasiada confianza al interrumpir su descanso a esas horas de la noche.
-Pasó a la sala y dijo: -buenas noches-. 
Américo se puso de pie y agregó rápidamente: -Oscar no deseo interrumpir tu vida familiar pero desde el almuerzo en mi casa no hemos tenido oportunidad de volver hablar y tú sabes que quedó pendiente una respuesta de trabajo entre nosotros. Ahora estoy formando el equipo de personas  que me va apoyar en el trabajo para preparar mi candidatura, conoces muy bien que eso lleva tiempo, yo espero que me tu respuesta sea positiva, realmente eres una persona valiosa y me gustaría contar con tu apoyo-. 
Oscar Martel lo escuchaba atentamente, con la mano señaló un sillón para que tome asiento y él se ubicó al frente. Dejó hablar al congresista sin interrumpirlo y luego que éste terminó el doctor contestó: 
-Mi estimado Américo, primero quiero darte las gracias por haber pensado en mí para ser parte de tu equipo de trabajo, temo que esta vez debo declinar tu propuesta, yo no estoy preparado para entrar al mundo de la política, es más, tengo razones muy poderosas para abstenerme. Soy doctor y no puedo abandonar a mis pacientes. Mi carrera me exige todo el tiempo que puedo dar, es imposible que acepte ser parte de tu equipo. Gracias de nuevo por pensar en mi persona-.
Américo unos segundos titubeó y al instante agregó: - ¿Estas seguro de no cambiar de opinión?, siempre puedes venir a mi oficina-.
-Estoy seguro de mi respuesta y no voy a cambiar de idea- contestó con seguridad el doctor.
El congresista se dio cuenta que Oscar fue claro al negarse a formar parte de su equipo de campaña, lamentó esta decisión pero no insistió, sabía que no iba a cambiar de idea.
Después de despedir al congresistas, el doctor Martel parado en medio de la sala, se acordó de la promesa que se hizo siendo solo un niño, el recuerdo de sus hermanos estaba presente y el dolor de perderlos también.



CONTINUARÁ     
       
           
    
   
  
  
      

 

 

lunes, 19 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En silencio manejaba el doctor Martel por la carretera, los recuerdos vinieron a su mente era inevitables, su negativa de entrar a la política tenía una fuerte razón, no podía aceptar la propuesta de Américo Panduro. 
Sin darse cuenta retrocedió en el tiempo, a la época en que su familia vivió el dolor más grande,  perder dos hijos el mismo día para sus padres fue demasiado.
Oscar Martel tenía dos hermanos mayores, eran jóvenes llenos de ímpetu, energía  e ideales, estaban comprometidos con su partido político, para ese entonces estudiaban en la universidad, pertenecer a su partido los convertía en perseguidos políticos. Ellos participaban en protestas tanto en las aulas universitarias, como en las calle. Repartían panfletos atacando al régimen de turno o protestando a favor de los obreros. Su idea era cambiar el mundo y llevarlo hacia la ideología de su partido, que ellos consideraban era el mejor camino, no se detenían ante nada a la hora de las protestas. Todo esto los convirtió en perseguidos por la policía, las fuerzas del orden querían acabar con estos disturbios. Una tarde mientras las protestas de los estudiantes enardecidos se lanzaban a las calles, un grupo de estos se enfrentó a la policía, como resultado murieron algunos jóvenes, entre ellos se encontraban los dos hermanos mayores del doctor. El sufrimiento y el dolor desgarró el corazón de sus padres al enterarse de dicho accidente, la madre lloraba desesperada se negaba aceptar que habia perdido a sus dos hijos  en sola una tarde. El padre se culpaba de no haber estado más cerca de ellos para hablar  y explicar que no se podía cambiar el mundo con violencia, eso solo los llevaría a situaciones más graves. Oscar Martel era solo un niño cuando vio entrar en la casa los cuerpos de sus  hermanos, el padre los traía para velar a sus hijos y después darles cristiana sepultura. El dolor de la madre era tan grande que se quedó sin habla durante un mes, solo el llanto y su pesar la acompañaban, por un instante también ella deseo morir.
Su padre realizó todos los preparativos para el entierro, la madre del sufrimiento no podía mantearse en pie. El niño Martel se prometió que nunca sería parte de ningún partido ni tendencia política, perder a sus dos hermanos al mismo tiempo lo llenó de sufrimiento y confusión, ver a su familia llorar era para él demasiado, se sentía muy unido a ellos. 
Sus padres nunca pudieron superar esta trágica pérdida. El padre se fue de este mundo pronunciando sus nombres, la madre todas las tardes rezaba un rosario por sus hijos, los tenía muy presentes y sus fotos estaban sobre su velador. 
Tres años más tarde de esta terrible situación que vivió la familia, en un acto inexplicable, que no tenía que ver con la política pero fue un duro golpe, el tercer hermano de Oscar Martel, se fue de la casa sin mediar explicación, sin decir palabra alguna, dejó en su habitación una nota donde se podía leer: 
 -Me voy de esta casa, nadie me necesita, no quiero que me busquen, estoy solo en esto- era un joven adulto y sintió que era dueño de su vida. 
Eso fue todo lo que escribió, no hubo más palabras de su parte, a este hijo se la había dado igual que al resto de sus hermanos, los padres no hacían diferencias. La madre sufría por su actitud, tal vez él no se dio cuenta que cada uno de ellos era importante en el hogar. 
El padre lo buscó por todo el vecindario, preguntó a sus amigos más cercanos para saber si ellos conocían su paradero, nadie supo dar respuesta. Con un policía privado lo buscó durante dos años y no se sabía nada de él, era un misterio su partida. Hasta el presente la familia no conocía  donde estaba y si se encontraba vivo o muerto. Los padres nunca llegaron a entender el proceder de este hijo y la crueldad de su indiferencia. Fue una tristeza que la familia volvió a vivir, la madre no sabía porque  se marchó sin detenerse a pensar el dolor que causaba. El doctor Martel ya adulto se prometió que si este hermano aparecía, él mismo con sus propias manos lo iba a golpear tan fuerte para que sepa el dolor que causó a sus padres. Estas tragedias vividas tan pequeño, marcaron su alma por siempre. Oscar se había quedado como el único hijo en el hogar. 
Su esposa Felicia lo notó muy callado mientras manejaba, estaba segura que eran los recuerdos trágicos que lo atormentaban, ella conocía las historias de sus hermanos y el sufrimiento que causó en su esposo. La reunión y la propuesta del congresista lo habían llevado de nuevo el pasado.
Luego de recorrer un largo tramo en la carretera por fin el doctor llegaba a la ciudad, ya estaba cerca de su hogar, que alivio ya  podía descansar. Se acordó de su madre que la tenía que llevar a su casa. 
Felicia como adivina comentó: -no te preocupes Oscar a tu madre la podemos acomodar en la habitación de Merry, ella esta de viaje, para que puedas descansar, este paseo te ha agotado.
-Si Felicia, tienes razón estoy cansado, quiero llegar a casa y olvidarme del carro. También me he acordado de Merry, supongo que debe estar feliz en su viaje-.
-Nuestra hija debe estar disfrutando el paseo y no se acuerda de nosotros, debemos ser justos con ella, es una hija tan dedicada y estudiosa que no nos da problemas-.  
Por fin el doctor Martel divisaba a unos metros su casa, ya casi llegaba a la puerta de su cochera cuando ésta se abrió, sus hijas salieron a recibirlos, Nany  se quedó esperando en la sala.
-¿Padres cómo están?- preguntó Liza -se ve que lo han pasado muy bien ya es de noche-.
-Si lo hemos pasado bien- contestó el padre.
-La verdad era un lugar muy bonito y la casa ni les cuento, muy cómoda y bella, la comida era sabrosa- habló la madre.
Oscar Martel entró en su casa para saludar a su madre que lo esperaba -¿madre cómo estás? perdona que llegue a esta hora pero no podíamos salir antes de tiempo, el congresista nos detuvo para conversar sobre algunas propuestas-. 
-Hijo no te preocupes- contestó Nany -comprendo cómo son esos compromisos y sobretodo el tiempo que toman. Además Liza y Fanny me han acomodado en la habitación de Merry que está libre. Con mis nietas lo he pasado muy entretenida y quieren que me quede para según ellas hacer una pijamada, se sienten tan felices que me han prestado una de sus pijama-. 
Felicia reía con la ocurrencia de sus hijas pero estaba de acuerdo en que Nany  se quede a dormir, su esposo se encontraba cansado y no quería saber nada de manejar, aunque ella misma podía  llevarla a su casa pero desechó esa idea de inmediato, Liza y Fanny querían que Nany se quede en casa les hacia mucha ilucion estar con ella.


CONTINUARÁ     
              
             

 

lunes, 12 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Nany conocía bien a sus nietas y sabía que eran hijas muy queridas, ella no deseaba entristecerlas con una situación que marcó su vida y la lleno de dolor, no era el momento para esa clase de historias. 
Fanny la sacó de sus pensamientos al preguntar: -¿Nany en tu juventud la vida era más tranquila qué ahora?-.
-Si mi querida Fanny, la gente vivía sin prisa ni stress, había tiempo para la familia, para disfrutar con los hijos en el hogar. Si eras soltera, después del trabajo podías salir con tus amigas y disfrutar de un lonche o tal vez ir al cine, se vivía mejor, con más calma-.
En el cuello de Liza, Nany reconoció la cadena de oro que le había regalado en las navidades pasadas. Ella, había abierto su joyero para regalarle a cada una de sus nietas una joya, era el tiempo de regalar. No quería  esperar partir de este mundo para que puedan heredar algo especial. La abuela le había regalado a Fanny una sortija de oro con una pequeña esmeralda, a Liza le regaló una cadena con un dije de topacio y a Merry una pulsera con pequeños corazones, todas era joyas delicadas y finas, trabajadas en oro que el abuelo le regalaba en cada aniversario de bodas. No eran joyas ostentosas ni exageradas, al contrario cada una era delicada y hermosa. Nany quería mucho a sus nietas y disfrutaba pasar tiempo con ellas, por ese motivo los almuerzos de domingo en casa de su hijo eran muy familiares. Nada disfrutaba más que estar junto a sus nietas, su nuera y su hijo. Trataba de no recordar tiempos llenos de tristeza, que la hicieron sufrir en demasía. Nany había tenido cuatro hijos de los cuales solo le quedaba el menor que era el doctor Martel, se sentía tan orgullosa de este hijo que era su amparo y protección. Sus otros hijos ya no estaban y eso la hacía sufrir no quería que Fanny y Liza vean en su rostro dibujada la tristeza y el dolor. 
Para cambiar de tema la abuela comentó -Mery seguro esta disfrutando en estos momentos de su viaje, ella estaba tan ilusionada en viajar con sus amigas del colegio-.
-Si Nany- dijo Liza con tono de impaciencia -ella no paraba de hablar de su viaje y lo importante que era estar con sus amigas de la promoción, aquí en casa a todos nos tenía un poco aturdidos con las cosas que pensaba hacer. Nosotros solo le decíamos que debía tener cuidado y andar siempre en grupo-.
-Si, Mery a veces puede ser un poco exagerada con sus relatos- contestó Fanny dando la razón a Liza.
-¡No! mis queridas nietas, no hablen así, ustedes como hermanas mayores deben comprender y tener paciencia con su hermana menor. Para Mery es su primer viaje sin la familia, es una forma de declarar su independencia, algo muy delicado en ella- comentó Nany como respuesta. 
La tarde transcurría en casa del doctor Martel con una amena conversación, Nany y sus nietas comentaban todos los pormenores que habían vivido en la semana, fue Fanny quien dijo: -son casi las seis de la tarde y todavía no llegan nuestros padres, creo que van a demorar un par de horas-.
-No importa si llegan tarde- exclamó Liza -Nany se puede quedar a dormir en casa, el cuarto de Mery esta libre y ahí puede descansar, seguro nuestros padres van a regresar fatigados-.
-No sé si debo quedarme- contestó Nany -en mi casa solo esta la señora del servicio y ella me espera para luego asegurar la puerta de entrada, además no he traído nada para dormir, no estoy preparada-. respondió preocupada.  
-Nany no hay problema con tu casa, llamamos a la señora para que cierre bien la puerta y por una pijama ni te preocupes, Liza y yo tenemos bastantes y podemos prestar una, será muy divertido que te quedes a dormir en casa- contestó Fanny
Nany sonrió con la ocurrencia de su nieta mayor, pero era verdad al asegurar que su padre llegaría tarde y cansado del paseo, era mejor pensar en quedarse una noche en la casa de su hijo, no quería molestar a éste con la insistencia de que la lleve de regreso a su casa. 
Oscar Martel en muchas ocasiones le había insistido a su madre para que venga a vivir con él, con su esposa e hijas, pero Nany siempre le decía -no hijo, es mejor quedarme en mi casa, yo tengo una manera de vivir y de hacer mis cosas. Al venir a tu casa tendría que dejar mis objetos más queridos, mis recuerdos y mis muebles que son necesarios para mí pero lo más importante, Felicia y tú necesitan su privacidad y su hogar con las niñas, no quiero importunar con mis manías y costumbres. Es mejor seguir así. El hijo siempre dispuesto a complacer a su madre no insistió más.
En cambio, la tarde en la casa de campo del congresista Pandura estaba de lo más entretenida, la reunion continuaba y la conversación se tornaba  más interesante cada minuto después que hiciera el anuncio de lanzar su candidatura para las próximas elecciones. Era cierto que debía pasar todavía por la aprobación de los demás miembros del partido para ser aceptado oficialmente como candidato, existían otros miembros tan interesados como él en ser los elegidos. 
Ramiro Fuentes y Marcelo Haro se acercaron al doctor Martel que era el que los había invitado almuerzo, el primero comentó: -no sé si deba aceptar ser parte de esta propuesta de ayudar económicamente al congresista, yo nunca he intervenido en política para mí seria un campo nuevo y desconocido-.
Marcelo Haro también tenía sus dudas, él era un empresario solvente y su empresa era sólida en cuanto a ingresos se refiere, las dudas lo asaltaban para él la política era un campo nuevo y minado.
-Yo tengo los mismos reparos que Ramiro- habló Marcelo -no sé si deba entrar para apoyar al congresista Panduro-. 
El doctor Martel los había escuchado y les daba hasta un punto la razón en cuanto a sus dudas, por eso comentó: -el venir a esta reunión, no los compromete necesariamente aceptar estar al lado del congresista. Pienso que si se niegan Américo no se va a molestar, no tiene porque, nada los obliga a un compromiso, nuestro amigo es un hombre comprensivo y amplio de opinión, jamás los va obligar aceptar lo que no desean hacer. Es una persona de pensamientos claros, en todo el tiempo que lo conozco a demostrado ser de una sola línea-. 
Ramiro y Marcelo se sintieron más tranquilos, todavía tenían sus reparos pero las palabras del doctor los tranquilizaron. 
El almuerzo fue exquisito todos estaban de acuerdo, ahora la reunión era en la terraza, los invitados compartían bebidas y tragos cortos, además de bocaditos. Américo Panduro, se acercó al doctor Martel y lo llevó a un lado, deseaba conversar con él, le señaló una sala ubicada al costado del jardín donde tendrían privacidad, con el rostro serio el congresista comentó:
-Oscar Martel ahora estamos en privado, no hay nadie en esta sala, lo que quiero proponerte es que aceptes ser parte de mi equipo para preparar mi candidatura. Sé que falta mucho tiempo y mucha agua debe correr bajo el puente pero si salgo electo deseo nombrarte a ti como mi ministro de salud-.
Oscar Martel por unos segundos no sabía que contestar a semejante propuesta, el congresista prosiguió: -Todavía hay mucho tiempo por delante para que este proyecto se concrete y nuestro presidente debe estar de acuerdo con mi propuesta pero desearía rodearme de gente preparada, solvente de carácter y trayectoria, gente que me ayude a cambiar la realidad que vive nuestro país. No me conteste en este momento, solo quiero que lo pienses- finalizó Américo y lo invitó de nuevo a reunirse en la terraza con el resto de invitados.
Cerca de las seis de la tarde se comenzaban a despedir las personas que habían asistido al evento en la casa de campo, Ramiro y Marcelo se despedían de Américo y del doctor, éste esperaba que otros se vayan para despedirse también, al notar que la casa se iba quedando vacía, el doctor y su esposa se acercaron para dar las gracias por el almuerzo y la recepción, Américo se despidió diciendo sus últimas palabras -Oscar espero que lo pienses y aceptes ser parte de mi equipo-.
El doctor Martel sonrió e invitó a su esposa a subir al carro, Felicia asombrada pregunto: -¿a qué se refería Américo Panduro?- 
El doctor contestó: -quiere que sea parte de su equipo dentro del partido en caso se presente para las elecciones presidenciales, pero todavía hay mucho pan que rebanar y yo no estoy seguro de aceptar su propuesta-.
Un corto camino debía recorrer el doctor para salir a la carretera principal,  a través del espejo retrovisor se podía ver una expresión sombría en su rostro al recordar un triste episodio que vivió su familia, entrar en la política era lo último que podía pensar, no quería vivir de nuevo la angustia y el pesar de tristes recuerdos. 


CONTINUARÁ     
    
 
             
          
   

 

lunes, 5 de mayo de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En el  camino para ubicar la casa del congresista no hubo problemas, la dirección en el pequeño mapa estaba bien especificada. Américo Panduro había hecho llegar a cada uno de sus invitados estos mapas para que no se pierdan y puedan encontrar la dirección de la casa con seguridad. 
Oscar Martel y su esposa fueron los primeros invitados en llegar. La casa del congresista Panduro era muy bonita, la fachada era de una típica casa de campo. En la puerta fueron recibidos por el personal de servicio que los hicieron pasar a la sala principal. En su interior la casa era elegante pero no ostentosa, tenía una armoniosa decoración acorde con la vida del campo, no era una mansión, ni tenía excesos de lujo pero si era bien iluminada, entraba la luz natural por las grandes ventanas. Américo Panduro salió al encuentro de sus invitados para recibirlos, vestía una  una cómoda ropa para la ocasión, camisa de lino blanco y unos jeans negros, lucía impecable con sus zapatos deportivos, como siempre su vestimenta era apropiada para el momento. Su colonia se podía sentir, era un fino aroma que completaba su atuendo. El siempre lucía elegante o deportivo, según la ocasión, su ropa era fina.  
Con una sonrisa en el rostro se acercó al doctor y a su esposa para saludarlos, ellos también lucían vestimentas impecables, de acuerdo al lugar: 
-Mi estimado doctor- saludó el congresista -que bueno que hayan venido a mi casa de campo, espero más invitados, mientras llegan me gustaría mostrarles la casa-. 
Felicia y el doctor siguieron a su anfitrión, éste les ensañaba cada habitación, la casa estaba situada en un paraje idílico, el día lleno de sol completaba el paisaje. Cada pieza lucía un buen  decorado los colores no eran exagerados y los muebles de buen gusto. Felicia estaba sorprendida con tan bella casa.  Américo les contaba la historia de como fue construida, decía que su abuelo compró el terreno e inicio la construcción y a través del tiempo a ido siendo modificada, primero por su padre y  las últimas reformas las hizo él. Al cabo de un tiempo fue transformándose hasta ser lo que es ahora. Esta casa comenzó con una sola habitación y luego fue aumentando de tamaño hasta ser la que ven ahora.
Terminado el recorrido el doctor y su esposa, comentaron que era una bella casa. Américo los  invitó a pasar a la sala para tomar unos refrescantes jugos de naranja con hielo picado. A los cinco minutos llegaron más invitados, Américo no podía estar más feliz con la asistencia de sus invitados, la reunión iba a ser un éxito, eso es lo que él deseaba. 
Cerca de las once de la mañana estaba completo el número de invitados eran en total diez parejas, las señoras fueron invitadas a pasar a una gran terraza frente a un gran y cuidado jardín, los empleados de la casa les sirvieron refrescos, cócteles y bocaditos. Los caballeros pasaron a un salón con cómodos sillones, ahí se iba hablar sobre los anuncios que daría el congresista Panduro, los presentes estaban atentos a sus palabras. Entre los invitados además del doctor Martel se encontraban varios congresistas del partido de gobierno, como su amigo Jorge Redondo, también se encontraba el banquero Ramiro Fuentes, y el empresario Marcelo Haro, amigos del doctor Martel. En una mesa adjunta dentro del salón estaban servidos cócteles, bebidas, sodas y vinos. 
Américo Panduro de pie saludó a todos los presentes y tomó la palabra: -Antes de comenzar está reunión quiero agradecer a todos su presencia y el haber aceptado mi invitación. Como pueden apreciar entre nuestros invitados se encuentran importantes congresistas del partido de gobierno, pero antes de proseguir quiero informarles que nada de lo que se diga en esta reunión es a espaldas de nuestro presidente el arquitecto Fernando Belaunde. Él está al tanto de esta actividad y de lo que voy anunciar.
Hubo un murmullo de sorpresa en la sala, nadie sabía que tema se iba a tratar, todos estaban a la expectativa.
El congresista Américo, era un político importante y un hombre joven de treintainueve años, tenía por delante una gran carrera, pasaron unos segundos de silencio y luego prosiguió:  -no es mi intención convertir esta reunión en una reunión política pero si necesito hablar al respecto, mis compañeros del partido deben estar informados. Como todos sabemos, nuestro gobierno y el presidente, están haciendo esfuerzos sobrehumanos para conseguir equilibrar la balanza del gasto fiscal y desarrollar proyectos en bien de la población. Cuando asumimos el gobierno, el sector minero y petrolero estatal estaban casi en su mínima producción, se encontraban estancados, a pesar de estos no hemos querido privatizar nuestras empresas, si no todo lo contrario, estamos fomentando la inversión privada para atraer empresas del extranjero que deseen invertir en petróleo y minería. Si bien es cierto cuando comenzó el gobierno del arquitecto Fernando Belaunde todo era euforia y algarabía pero los últimos años han estado marcados de múltiples crisis como la corriente del niño que ha dejado en ruinas el norte del país, sumado a esto en el orden económico hubo síntomas de una crisis mundial que se reflejo en la alza de precios internacionales, al mismo tiempo se ha producido un crisis económica interna, inflación, baja producción y desempleo. El aparato estatal heredado por nuestro gobierno todavía es muy grande, todo esto no es fácil de solucionar de la noche a la mañana. Lamentablemente no estamos recaudando los impuestos necesarios debido a la crisis. Todo esto a traído desconcierto en la población y nuestro ministro de economía actual Carlos Rodrigues Pastor, advierte la necesidad de mayor austeridad fiscal, no podemos vivir en un carnaval de gastos. Sé que todos están informados de esta situación que se vive en el país por los noticieros y los diarios. Existe también otra gran preocupación que comienza azotar al país. El terrorismo ha empezado a causar grandes estragos, se le ha encomendado a las fuerzas policiales la tarea de combatir este problema pero vamos a tener que solicitar el apoyo de las fuerzas armadas en esta tarea. La zona de Ayacucho y otras regiones han sido declaradas en emergencia. Por toda esta situación he decidido lanzar mi candidatura para las próximas elecciones presidenciales, sé que faltan dos años para que concluya el gobierno pero yo desde hoy anuncio mi intención de postularme. Como lo he indicado desde un comienzo, nuestro presidente esta al tanto de todo lo que se habla en esta sala, solo necesito los votos de los miembros de mi partido, en la próxima reunión-. concluyó el congresistas Panduro.
Largos segundos quedó la sala en silencio, todos estaban sin palabras, lo que había anunciado el congresista, era un tema delicado. El congresista Jorge Redondo comentó:
-Mi estimado Américo, por ser miembro del mismo partido levanto mi voz para decir que esto se debe tratar en reuniones internas, no veo la necesidad de anunciarlo ahora. Sabemos que eres un político brillante, con una gran carrera y que nuestro presidente seguro esta de acuerdo contigo, pero se debe someter a votación para definir quien será el próximo candidato a las elecciones presidenciales dentro de dos años-. 
Américo Panduro reaccionó inmediatamente a las palabras del congresista Jorge Redondo para apaciguar el clima y que no se convierta en una discusión: -mi estimado amigo si adelanto mis intenciones es porque deseo pedir su apoyo para mi campaña en caso de ser el elegido, no deseo contrariar a los demás congresistas y como dices debe ser sometido a voto-.
Hubieron varios en la sala que apoyaron las intenciones de Américo, decían que era una promesa en la política y que se necesitaba un cambio, otros guardaron silencio como Ramiro y Marcelo,  ellos todavía no entendían porque habían sido invitados. Más tarde el congresista se acercaría a ellos para pedirles su apoyo económico en la campaña. El doctor Martel en cambio se quedó con las dudas hasta que fueron despejadas por el mismo congresista que le dijo -si logro la presidencia mi estimado doctor, tú serías mi ministro de salud, eres un profesional competente y muy serio- 
Oscar Martel respondió: - agradezco tus palabras pero lo que no soy es político, yo curo a las personas, no podría entrar al mundo de la política, lo siento-
Como respuesta Américo habló: -eso lo veremos en un futuro, ahora no me digas nada definitivo por favor. A mi lado necesito hombres como tú-.
Conversaciones iban y venían en el salón, todos daban sus puntos de vista y lo que concordaba la mayoría era que el congresista Panduro sería un buen candidato, tenía una carrera impecable. 
Una hora más tarde Américo invitó a todos los presentes a pasar al comedor, el almuerzo estaba servido.
La comida fue un éxito, los deliciosos platos iban y venían, la mesa presentaba los mejores vinos y bebidas, los hombres y sus esposas disfrutaban la delicias servidas en el comedor.
Mientras tanto en la casa del doctor Martel,  Fanny y Liza conversaban con su abuela Nany. Las tres almorzaban juntas y le preguntaban como era la vida en su juventud. Nany con gusto les contaba los detalles y las cosas de aquella época. Las ilusiones que tuvo y la intención de casarse con otro antes de conocer al abuelo. Él fue un caballero muy educado pero distante, con el tiempo cambio y se volvió más cercano, pero ese fue un problema que casi termina en divorcio.
-Nany- dijo Liza -como que casi te casas con otro, tenías un novio que no era el abuelo-.
-Si y no, él era demasiado joven para pensar en matrimonio, teníamos la misma edad pero fue una gran ilusión para mí. Lo triste es que luego de unos años me entere que había muerto, pertenecía a la Fuerza Aérea y fue en un accidente mientras volaba. Me sentí muy triste, yo ya estaba casada con tu abuelo pero igual me puse triste al recordarlo, nunca imagine que terminaría así-.
-Nany, el abuelo era bastante mayor que tú-. comentó Fanny.
-Si, así era, a él lo conocí por una amiga que me lo presentó, ella siempre me decía -con este hombre te vas a casar, estoy segura-. Por supuesto tu abuelo no sabía nada de los comentarios que mi amiga hacía. Lo que si puedo asegurarles es que yo no tenía mucha prisa por casarme. La vida nos da sorpresas y aquí estoy con mis queridas nietas hablando del pasado-. 
La conversación se tornaba interesante para Liza y Fanny, mientras le hacían varias  preguntas a Nany, ella sin molestarse contestaba todo, hasta comentarles que al principio el padre de ella no tenía mucha confianza en el abuelo, no le agradaba.
-Mi padre era muy protector conmigo, yo era su única hija de cuatro hijos, él no quería que me case con alguien que no era de su agrado. Más tarde, cuando lo conoció mejor, comenzó a cambiar de idea. El abuelo de ustedes siempre fue un buen hombre y me rodeó de todo lo que él podía darme, jamás puedo decir algo malo de su persona fue un hombre correcto y al final atento y amoroso.   
Liza preguntó: -¿Nany a veces no imaginas como habría sido tu vida si te casabas con el otro novio?
-Mi querida nieta, son preguntas que nunca me hago, prefiero saber que escogí al hombre correcto y forme un hogar- en el rostro de Nany se dibujo la tristeza, ella recordó un episodio del pasado tan terrible que casi la lleva a la tumba, guardó silencio y trató de cambiar el tema, no quería que Liza y Fanny vean su tristeza.  


CONTINUARÁ