Felicia regresó a su casa pasado el media día, se encontró con su esposo y le contó lo sucedido con su hermana Gema: -no sé que puedo hacer Oscar, no encontré a mi hermana en su oficina, estoy segura que ella no quiere hablar conmigo, me siento desolada-. comentó Felicia con tristeza.
-Me preguntas mi querida Felicia, yo estaría muy enojado contigo si estuviera en la posición de Gema, tú fuiste muy injusta y demasiado ruda con ella, no quiero empeorar las cosas por eso te digo, ve a su casa en la noche y trata de hablar con Gema para disculparte-. respondió el doctor a su esposa, la vio realmente preocupada y no quería hacerla sentir peor de lo que ya se sentía.
-Si, eso haré, voy a visitar a Gema en la noche para hablar, debemos volver hacer las hermanas unidas de siempre- contestó con más ánimo y seguridad la esposa del doctor Martel.
Alrededor de las ocho de la noche, Felicia fue a visitar a su hermana, en su casa ya sabían donde había ido, por ese lado no tenía problema. Llegó hasta la puerta de la casa y tocó el timbre, nadie contestaba, dijo en voz alta: -que raro que no haya nadie en casa o Gema no quiere abrir la puerta- no se desanimó y volvió a insistir, no podían entrar en un juego de la niña malcriada, las dos eran bastante creciditas para hacer eso. Pasaron unos minutos y Gema salió por una de las ventanas para ver quién tocaba y se dio cuenta que era Felicia, desde arriba preguntó: -¿si vienes a molestar con tus palabras de indignación, te aseguro desde ahora que no estoy para esos pleitos?.
-Gema por favor abre la puerta que yo quiero conversar contigo y no pelear-. agregó Felicia.
La puerta se abrió en automático, Felicia entró hasta la sala, su hermana salió a recibirla, estaba con una bata de baño recién salía de la ducha, por su expresión podia adivinar que seguía molesta con ella y que no sería fácil que la perdone.
Felicia fue la primera que habló: -hoy en la mañana fui a buscarte a la empresa y no estabas, comprendo que no quieras hablar conmigo después de mi lamentable actuación, fui injusta y di por hecho de que tú habías intervenido para que Fanny termine su compromiso con Umberto. Me siento avergonzada y quiero pedirte perdón para volver hacer las hermanas de siempre. Ahora sé que tú nada tuviste que ver en el tema-.
Gema le señaló uno de los muebles, no deseaba discutir y contestó: -realmente Felicia estoy sorprendida por tus palabras, si me preguntas no estaba dispuesta a escucharte porque en esa oportunidad no solo fuiste injusta si no que diste por cierto, algo en lo que yo jamás intervendría, Fanny es una joven inteligente y sabe muy bien lo que hace y los pasos que da. Yo lamento tanto como tú que ella haya terminado su compromiso con Umberto que siempre me pareció un joven excelente, es más ignoraba lo que había sucedido entre ellos pero tu hija sabrá porque tomó esa decisión. Tus palabras me hirieron y me hicieron sentir que no éramos familia, ahora en cambio veo que has recapacitado y lo celebro. Felicia deja que tus hijas vivan su vida, no intervengas ni sueñes tus sueños a través de ellas - finalizó Gema.
La dos hermanas se fundieron en un abrazo fraternal, siempre habían sido muy unidas y su niñez la vivieron felices. Gema quizó aclarar algo más a su hermana y habló con seriedad:
-Es verdad que nunca me faltaron pretendientes como dices y no me casé porque tal vez no encontré el hombre que entendiera mi forma de ser. Mi trabajo es lo más importante, soy responsable de mi empresa y me gusta trabajar, me siento feliz ocupada en ello. Felicia no tienes derecho hablar libremente sobre mi vida personal, si no conoces la verdad de mis sentimientos y de mi forma de ser- sentenció Gema sin molestarse.
-Perdóname Gema, prometo que no volverá a pasar, quiero que seamos las hermanas de siempre y olvidar este lamentable incidente ocasionado por mi insensatez, te prometo que nunca voy a dudar de ti ni hablar, ni dar por hecho situaciones equivocadas, perdona si te ofendí- contestó Felicia.
Gema y Felicia lloraron juntas, la primera perdonó a su hermana, la vida tenia que continuar y era importante volver a recomponer la familia. Las hermanas se quedaron conversando hasta tarde, recordaban su infancia y los juegos que inventaban para entretenerse, lamentaban que sus padres ya no estén en este mundo, los recordaban con amor y también con alegría. Felicia se quedó a dormir en el cuarto de huéspedes en la casa de Gema. Llamó a su esposo para decirle que no se preocupe que iba a dormir en casa de su hermana.
Al día siguiente desayunaban en el comedor y Gema comentó: -Felicia ha sido bueno que te quedes a dormir en mi casa debemos hacerlo por lo menos una vez al mes. Estar juntas, conversar y olvidarnos del mundo, además de recordar las cosas que vivimos y las experiencias que tuvimos, ¿Qué te parece mi propuesta?-.
-Si, mi querida hermana, estoy de acuerdo, es bueno reunirnos como tú dices una vez al mes para estar juntas y conversar de todo sin ser interrumpidas. Me ha gustado hablar contigo sobre mis hijas y las ideas equivocadas que tenía, prometo no ser tan insistente con temas que les competen a ellas resolver y dejar que vivan su vida. Gracias por hacerme ver lo errada que estaba, Oscar me advirtió que no debía actuar de esa manera con nuestras hijas y sé ahora que tenía razón- comentó Felicia.
Las dos hermanas prepararon el desayuno y conversaban en el comedor, luego Gema se fue arreglar para ir a trabajar como todos los días. Felicia se despidio de ella y agregó: -te espero como siempre este domingo en el almuerzo familiar- abrazó a su hermana y se marchó a casa.
Cuando llegó a su hogar, comprobó que sus hijas y su esposo habían partido a trabajar, Merry en su habitación cumplía su castigo. Miró el calendario y vio que solo faltaban cuatro días para que su hija menor termine su aislamiento ya era tiempo de que ella esté junto a la familia, solo esperaba que aprenda la lección y que no vuelva a repetir lo mismo, eso sería lamentable.
El doctor Martel llamó a su esposa para saber como estaba y si ya había hecho las paces con su hermana, se alegró cuando Felicia le dijo que si y que todo había vuelto a la normalidad -que buena noticia Felicia, es así como debe ser- comentó el doctor, luego los esposos se despidieron.
A los pocos minutos de colgar el teléfono en su consultorio Oscar Martel recibió una llamada urgente, se trataba de Teodora esposa de su paciente Ramiro Fuentes, ella entre sollozos le decía que su esposo estaba grave en la clínica:
-Oscar por favor tienes que venir para que veas a Ramiro, esta en la unidad de cuidados intensivos, creo que tuvo un infarto- terminó de aclarar.
El doctor Martel apenas podía entender lo que decía Teodora, su voz no era clara pero contestó que iba lo más pronto posible, cuando colgó el teléfono pensó en su amigo. Ramiro seguro volvió a las andadas y el trabajo lo absorbido completamente. Este paciente no entiende que su salud y su familia están primero.
Cuando llegó a la clínica el doctor Martel, preguntó por su su amigo Ramiro y por el doctor que lo atendía. Saludo en el pasillo a Teodora, ella le comentó como había sido el incidente sobre su salud: -Oscar desde hace más de una semana Ramiro comenzó a ir de nuevo al banco y se quedaba todo el día, él me decía que era solo para ver papeles pero sé por su asistente que hubo un grave problema de finanzas y el banco corría peligro, tú sabes que en estos momentos la situación económica no es estable, Ramiro comenzó a trabajar en exceso y como consecuencia hoy en la mañana se sintió mal y cayó desmayado al piso, no sabía que hacer, llame a la ambulancia de emergencia y aquí nos tienes-. finalizó Teodora preocupada por su esposo y su salud.
Oscar Martel conversó con el médico a cargo se informó como iba el paciente y que tan peligroso era su estado, luego se acercó a Teodora para explicarle con calma que había pasado con Ramiro.
-Teodora tu esposo ha sufrido un infarto, en este instante lo han dormido para estabilizar su corazón, va estar así por dos días, lo que ha sufrido es grave y se ha salvado por segundos, mi colega me ha informado que un instante más y estaría muerto, tú reaccionaste rápido y lo trajiste a la clínica, Ramiro te debe la vida-. señaló el doctor Martel.
Con los nervios a flor de piel y lágrimas en los ojos Teodora comentó: -gracias Oscar por informarme, no sabes lo difícil que es Ramiro cuando se trata de hacer caso y cuidar su salud, él solo piensa en el trabajo y el trabajo, ahora espero que con esto que ha pasado tome conciencia de cuidar su vida-.
-Si Teodora- contestó el doctor -sé como es Ramiro y lo complicado que puede ser a veces, debe descansar y olvidarse de lo demás. Ahora tengo irme para atender a mis pacientes, por el momento no tengo nada que hacer aquí, tu esposo está bien cuidado. Sugiero que tu hagas lo mismo ve a casa descansa un poco y luego regresas. He indicado al doctor que lo esta atendiendo que me avise de inmediato si hay algún cambio en su estado- dijo al final.
Oscar Martel se despidio de Teodora y en el camino pensaba, la vida es un instante y en segundos puede irse si no cuidamos de ella, eso siempre les decía a sus paciente.
CONTINUARÁ