miércoles, 27 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

La conversación entre Fanny y su madre no había concluido, Felicia tenía muchas preguntas para su hija:
-¿Cómo reaccionó Umberto cuando hablaste de terminar el compromiso?-
-Madre, eso ya no tiene importancia, él no estuvo de acuerdo al principio y luego aceptó mi decisión que más puedo decir, darle vueltas a la conversación no tiene sentido- respondió Fanny a su madre con un tono conciliador.
-Tiene importancia- contestó su madre -si sus padres llaman por teléfono para averiguar que sucedió contigo que les voy a decir, por ese motivo te pido que pienses bien y te retractes para regresar con Umberto y tu compromiso-.
Fanny se puso nerviosa con la insistencia de su madre y agregó: -te pido por favor, no insistas más con el tema, el compromiso se terminó y no creo que Umberto tenga muchos deseos de escuchar mi voz de nuevo para hablar de nosotros-.
-Felicia- exclamó -¡cómo te atreves hablarme de esa forma! has roto el compromiso y te llenas de razones, sigo pensando en los padres de Umberto que explicación voy a darles-.
Fanny se dio cuenta que su madre no estaba comprendiendo lo que decía, ella  pensaba en la boda y en los padres del novio, fue un gran error no hablar antes. Para terminar la conversación Fanny se puso de pie para ir a su habitación hasta la hora que llegue su padre y se siente la familia a cenar: 
-Madre- comentó -me voy ha retirar hasta la hora de la cena- salió de la sala sin esperar que su madre le de la venia y subió a su habitación.
Felicia se quedó sola y sin palabras, trataba de serenarse, la noticia del rompimiento con Umberto la había sacado de sus casillas, en un instante de lucidez dijo a solas -el mundo ha cambiado tanto y no me di cuenta- ¿soy yo la que está equivocada o no?- se interrogó en voz alta y pensó: -esta situación tiene más actores, Fanny no tomaría tan alegremente una decisión de esa naturaleza. Estaba casi segura de que persona se trataba.
En su habitación la hija mayor de Felicia se encontraba perturbada por la conversación con su madre, se dirigió al closet, sacó su vestido de compromiso, era hermoso y romántico, tenía que reconocer que en ese momento de la celebración disfrutó de la reunión y de la compañía de Umberto pero con el paso de las semanas todo perdió su color, tenía demasiadas dudas y ante ella todo pasó muy rápido, tanto que no pudo opinar o tomar la palabra sobre su boda y su vida junto a Umberto. Rogaba que la actitud de su padre sea más comprensiva y no la haga sentir culpable, bastante tenía con la reacción de su madre.
Fanny no se equivocó a la hora de la cena su padre le dijo que al terminar en el comedor quería conversar con ella. Liza aun no sabía nada de lo que sucedía con su hermana por eso su actitud era la de siempre, terminada la cena subió a conversar con Merry que seguía cumpliendo su castigo mientras Fanny hablaba con su padre en el estudio y Felicia atendía el teléfono, la llamaba la madre de Umberto y ella trataba de dar una explicación que fuera creíble sin culpar a nadie del por qué se terminó el compromiso. 
El padre con tono sereno en la voz preguntó a su hija que había pasado y por qué rompió el compromiso: -trato de entender pero quiero que me expliques tus razones- comentó.
Fanny volvió a explicar lo mismo que le había hablado a su madre que no deseaba casarse todavía y que su intención nunca fue herir a nadie ni decepcionar a sus padres -tenía muchas dudas padre y no sabía que hacer, entonces pensé que decir la verdad era el camino-.
Oscar Martel dijo: -nunca imagine que te sentías tan mal, todo parecía ir todo muy bien entre los dos, supongo que Umberto no estuvo de acuerdo-. 
-Si al principio y eso es lo que me hace sufrir, Umberto es una persona muy razonable y al final aceptó- confesó Fanny a su padre.
-Vamos a dejar las cosas como están, no se hable más, ustedes son jóvenes y el mundo no se acaba por que se rompió el compromiso, pero Fanny que esto te enseñe, si no estás de acuerdo, habla, no te dejes llevar por lo que diga yo o diga tu madre-. recomendó el doctor Martel a su hija.
-Gracias padre por comprenderme, sé que tienes razón y que puedo confiar en ti, habla con mi madre para que se calme, ella sigue pensando en la boda- contestó Fanny.
Oscar Martel sonrió, sabía que Felicia era una tormenta que tendría que aplacar y no sería fácil. No había terminado de pensar en aquello cuando su esposa entró al estudio: -Oscar- dijo con tono serio: 
-Hablaste con Fanny para que entre en razón y vuelva con Umberto?-
-Si te calmas Felicia y me dejas hablar voy a explicarte lo que he conversado con tu hija, te adelanto que no va ha volver con su novio, el compromiso se acabó definitivamente- habló el doctor.
La madre se tocó la frente y casi se desmaya, apenas podía hablar: -no puedes decir que no va a volver con Umberto, te pido que me ayudes a convencerla, su proceder es equivocado. suplicó Felicia llorando.
-En este momento no te reconozco querida, estas actuando de una manera que me desconcierta, si no te tranquilizas, no vamos hablar-. respondió molesto el doctor y esta vez iba en serio.
-Oscar, no comprendes que toda la boda ya estaba planificada y era un sueño que se hacía realidad, mi hija mayor se casaba, eso me llenaba de felicidad- terminó de decir su esposa y se sentó en el pequeño sillón del estudio.
-Felicia, lo que voy a decir es muy claro y no lo voy a repetir, ni tú ni yo debemos interferir en la vida de nuestras hijas imponiéndoles nuestra voluntad, deja de pensar si se casan o no, ellas en su momento van a decidir como quieren vivir. No intervengas más en la decisión de Fanny, eso debe quedar bien claro, si me preguntas que quiero para mis hijas te contestó como un padre egoísta "No deseo que nuestras hijas se vayan de casa, quiero que se queden para siempre a nuestro lado y en el hogar" pero sé que esto no puedo ser, ella deben vivir su vida y lo importante es que sean felices. Te pongo un ejemplo, yo no estoy de acuerdo con Liza y su romance pero no intervengo que ella sea la que decida que hacer y yo voy a respetar su decisión. Te ruego que zanjemos esta conversación y volvamos al clima de paz en nuestro hogar- concluyó el doctor y observó que su esposa iba a decir algo y entonces agregó: -si es sobre el tema de Fanny eso esta cerrado- se puso de pie y dio fin a la conversación.
Felicia se quedó sola en el estudio y muy tarde subió a su alcoba, su esposo dormía y ella seguía inquieta y molesta por el compromiso de su hija y la boda que ya no sería. ¿Había alguien más qué estaba detrás de las ideas de Fanny?  pensó en Liza pero su hija mayor, le dijo que ella no tenía nada que ver en sus ideas. La cabeza le daba vueltas era hora de dormir y relajarse para poder despejar la mente y pensar que hacer al día siguiente.
Al día siguiente, la vida en la casa de la familia Martel parecía que había recobrado su clima de serenidad y amor. Las hijas mayores desayunaron y partían al trabajo, Fanny apenas habló con su madre, el doctor se despedía de su esposa y salía con prisa a visitar un paciente y Merry ya contaba los días en que se cumplía su castigo y sería libre otra vez.
Felicia tomó el telefono y llamó a su hermana Gema para pedirle que venga en la tarde que deseaba conversar con ella: -mi querida hermana, por favor ven a visitarme en la tarde deseo hablar contigo de un tema urgente que no puede esperar ni hablar por teléfono- terminó de decir Felicia y Gema aceptó, estaría en casa de su hermana a las cuatro. 
Hasta ahí todo iba bien, la mañana transcurrió sin novedades y casi al final de la tarde llegó Gema a visitar a su hermana que la requería con urgencia.
La hermana de Felicia entró muy feliz en casa  y al verla la saludó con un abrazo, le enseñó su cartera nueva que recién habia comprado. Gema era amante de la carteras, tenía una gran colección de ellas.
-¿Felicia dime qué te parece mi cartera nueva? la vi en una vidriera y me enamoré de ella al instante, recién la acabo de comprar-. dijo sonriente.
Felicia contestó con voz grave: -si esta bonita, es un gran bolso, yo sé que a ti te encanta coleccionar carteras-.
Las dos hermanas se acomodaron en la sala y Gema preguntó: -¿qué es lo que querías conversar conmigo? había mucha urgencia en tu tono de voz-.
Sentada frente a su hermana, Felicia preguntó sin rodeos: -¿qué ideas has metido en la cabeza de Fanny qué ha roto su compromiso con Umberto?-.
Gema estaba atónita con las palabras de su hermana, ella ignoraba que Fanny hubiera terminado su compromiso: -espera un momento- respondió -a que te refieres con que yo he tenido que ver con el fin del compromiso de Fanny-.
-No te hagas la que no entiendes- Felicia acusó a su hermana de ser la causante de todo -tú siempre has sido una persona que no está de acuerdo con el matrimonio- levantó la voz -¡toda la vida para ti fue importante el trabajo, solo el trabajo! Tu empresa siempre estuvo primero y sé que pretendientes nunca te faltaron pero para ti el trabajo era lo primero y ahora esas ideas se las pasas a mis hijas, no eres una buena influencia para ellas- dijo al final molesta.
Gema había escuchado suficiente se puso de pie y contestó airada: -has perdido la cabeza con todo lo que dices, estás equivocada, yo jamás he hablado con mis sobrinas sobre el tema-.
Merry al escuchar las voces en alto salió de su habitación, no comprendia que pasaba, su madre y su tía estaban discutiendo no podía ser, ellas eran muy unidas.
Por otro lado Liza que entraba a casa en ese momento también escuchó algo de la discusión, caminó hasta la sala y preguntó: -¿madre que sucede?.
-No intervengas Liza, sube a tu habitación, esto es entre tu tía Gema y yo- contestó su madre.
-Madre, escuche sus voces en alto desde la calle, como no voy a intervenir están discutiendo-. respondió Liza.
-Liza obedece a tu madre y ve a tu habitación- agregó la tía Gema.
La joven subió a disgusto al segundo piso y vio a Merry asustada, ella le preguntó: -¿Liza qué pasa con la tía y nuestra madre?-.
-No sé Merry, solo sé que están molestas las dos y es seria la discusión, la tía Gema es acusada de algo por nuestra madre- Liza abrazó a su hermana más pequeña y las dos seguian oyendo los reproches de su madre a su hermana Gema, al parecer la acusaba de algo pero no sabían de que se trataba. Liza se daba cuenta que su madre era injusta y deseaba llorar, ella quería mucho a la tía Gema.



CONTINUARÁ      
 

   
 
     
     
  
                

 

miércoles, 20 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza en su habitación consolaba a su hermana Fanny, mientras ella lloraba sin poder reprimirse y repetía: -Liza que puedo hacer en estas circunstancias, tengo un poco de temor de hablar con nuestra madre, tú sabes lo feliz que estaba con mi compromiso  y al hablar con Umberto siento el mismo temor-.
-Fanny- contestó Liza -nunca debiste aceptar el compromiso si no estabas segura, ahora las cosas se complican aun más pero si quieres mi opinión con el primero que tienes que hablar es con Umberto, él debe saber que sucede contigo y porque no deseas continuar con el compromiso, después de aclarar aquello puedes hablar con nuestra madre y escucharla en silencio todo lo que tenga que decir sin que tú repliques o le lleves la contraria, nunca debiste aceptar ni dejarte llevar por los deseos de nuestra madre. Voy a decirte lo que pienso Fanny, tu vida te pertenece a ti y nadie debe decidir que camino vas a tomar u obligarte a compromisos, ni a matrimonios que no deseas. Esto no es un juego-.
-Tienes razón Liza, yo me deje llevar y no pensé en nada más- contestó Fanny.
-Quiero preguntarte ¿por qué tantas dudas? Umberto es un joven bueno, de buen carácter y brillante futuro, además está muy enamorado de ti, no comprendo porqué dudas-.
-Liza, es que todo ha sido tan rápido, siento como si hubieran planificado cada paso de mi vida y yo no hablaba, si no todo lo contrario, aceptaba y aceptaba, es el momento de decir basta, hasta aquí, no deseo que nadie me diga como vivir,  quiero tomar mis decisiones estén bien o estén mal-.
-Todo lo que me dices está bien, pero porque dejaste pasar el tiempo, eso si fue un error grave de tu parte, ahora debes de hablar claro. Primero con Umberto, él merece una explicación y una buena explicación y luego hablar con nuestra madre aunque de el grito al cielo, tú eres dueña de tus decisiones y solo tú puedes mandar sobre ellas. Fanny no esperes más, debes conversar cuanto antes, los días pasan y es importante aclarar todas tus dudas-. concluyó Liza.
Fanny no dejaba de llorar, se arrepentía de no haber detenido las cosas a tiempo y permitió que su madre maneje el compromiso sin pedir  su opinión, ella era una excelente madre pero no puede decidir como deben vivir sus hijas. 
-Liza, reconozco que tuve la culpa en todo esto, desde un comienzo no hablé claro y mira tú lo que ha pasado. Mañana mismo debo hablar con Umberto, nos vamos a encontrar en nuestro café de siempre- respondió Fanny.
-Es mejor hablar en un lugar neutral- dijo Liza -y que digas lo que sientes con la verdad, Umberto es una persona razonable y creo que va entender tus dudas, de repente él también tiene dudas y no ha dicho nada hasta el momento. Tu problema ha sido dejarte llevar por los bonitos festejos y la celebración, la vida real no es una fiesta interminable, si no algo verdadero día a día-. 
Las dos hermanas se abrazaron, era el momento de enfrentar la realidad y la verdad de lo que era la vida adulta. Fanny se sentía mejor y más calmada, tenía las ideas claras después de hablar con Liza. Ahora hablar con Umberto era el paso siguiente, él era la otra parte interesada y deseaba que todo quede bien, entre los dos, no se merecía verdades a medias.
-Gracias Liza, me siento mejor después de hablar de este tema, demás está decir que esta conversación queda entre las dos, es mejor que me vaya a dormir- dijo Fanny -mañana me espera un día complicado, debo estar preparada-.
Liza besó la frente de su hermana y le deseo todos los parabienes, de Umberto no sabía como iba a reaccionar pero de su madre podía presentir un huracán que caía sobre la casa.
El nuevo día traía para toda la familia un despertar radiante, Liza y Fanny se iban a trabajar después de desayunar, el doctor Martel tenía como siempre trabajo en el hospital pero como cada mañana desde que Merry estaba castigada la visitaba en su habitación para conversar con ella y saber cuanto había avanzado en sus estudios de preparación, su hija menor aun no sabía que iba a estudiar, tenía algunas ideas pero nada claro. El padre la animaba a investigar sobre varias carreras y aconsejaba que no se apresure en escoger. 
Liza y Fanny también hablaron con Merry cuando recién estaba castigada pero no querían torturarla con sermones, le hicieron ver que no había procedido correctamente pero que seguía siendo la querida hermana de siempre y que nunca debía volver hacer algo así. Merry estaba desolada con su actitud y se sentía culpable de haber hecho sufrir a la familia.
Al finalizar su horario de trabajo Fanny salió para encontrarse con Umberto como habían quedado el día anterior, antes de irse habló con Liza y le pidió que le desee suerte, Liza contestó: -Fanny conversa con calma y se clara en tus ideas, además de tener tacto para aclarar la situación-.
Cuando llegó Fanny al pequeño café, un lugar tranquilo y algo romántico ya la esperaba Umberto que sonreía con cara de felicidad: -mi querida Fanny- dijo -has salido más temprano del trabajo-.
-Umberto, sabes bien que trabajo medio día y luego estoy libre para disfrutar en algo las vacaciones de verano hasta que comience de nuevo la universidad-. contestó Fanny que dudaba en que momento hablar sobre el tema del compromiso. 
Fanny pidió un cappuccino con unos bombones de chocolate que le fascinaban y Umberto un café americano, conversaban de como les había ido y cosas sin mucha importancia hasta que el joven enamorado tocó el tema de las telas que estaba escogiendo su madre para su vestido de madrina en la boda, Fanny hizo un gesto y lo detuvo, no podía callar más debía hablar y ese era el momento:
Unos segundos de silencio que parecían una agonía para Fanny, pero al fin habló y explicó a Umberto sus dudas y temores con respecto al compromiso y porque no deseaba casarse todavía: -todo está ocurriendo tan rápido y nosotros hemos dejado que nuestras madres decidan. Umberto es el momento de detener esto y darnos un tiempo para pensar, no deseo herir tus sentimientos pero es lo mejor para los dos, si al cabo de un tiempo queremos volver porque nos damos cuenta que lo deseamos, volvemos-. Comentó Fanny y observó la reacción de Umberto. 
Umberto miró a Fanny con seriedad que estaba hablando terminaba con él, ya no quería una vida juntos: -Fanny siento que tus palabras van en serio y no son bromas, estás terminando nuestro compromiso y dices para alivio mío que si queremos volver en el futuro, volvemos y ya. Todo lo que hemos vivido en este tiempo no significa nada para ti. Lamento que hables de esa forma y que estés tan decidida a terminar, creo que no hay manera de que cambies de opinión, rompes mi corazón y eso no es nada para ti. Ahora es mi orgullo el que esta hablando por mí, sé que  vas a lamentar cuando te des cuenta de tu error, nadie te va amar como yo. No quiero volver a saber  nada de ti ni de tus dudas y menos de tu vida-. respondió Umberto y antes de retirarse Fanny le entregó la bella sortija de compromiso en su cajita de terciopelo rojo. 
-Los gemelos que me regalaste para el compromiso, los envió mañana o pasado-. fue la respuesta cruda y final de Umberto, ya no había nada más que hablar, todo habia quedado claro. Arrugó una servilleta de papel  y la dejó sobre la mesa con la cuenta cancelada, se retiró sin mirarla ni decir adiós.
Fanny lloró, no hubiera querido que las cosas terminen de esa manera, ella quería seguir una amistad con Umberto pero él había reaccionado molesto, herido y la habia rechazado por el final del compromiso. La madre de Umberto que iba a pensar de ella,  que era una muchacha díscola, que no sabia lo que quería de la vida, Fanny sabía que no era cierto pero tendría que vivir con ello un tiempo. Su madre en cambio era el gran dilema, pensaba en como conversar con ella para decirle que el compromiso con Umberto había terminado. Al llegar a casa iba hablar, no debía pasar más tiempo. Cerca de la siete de la noche en la casa de la familia Martel todo era paz, el doctor aun no llegaba de su trabajo y Liza estaba con Américo en una reunión de amigos y Merry en su habitación. Era el momento apropiado para conversar con su madre que estaba en la cocina dando las últimas indicaciones a la señora del servicio para que prepare la cena.
Fanny espero pacientemente que su madre vaya al comedor para decirle: -madre deseo hablar contigo es importante, podemos ir a la sala-.
-Justo contigo también deseo hablar sobre unas telas preciosas que he visto y creo que van con tu gusto para el vestido de novia, en verdad son hermosas Fanny- comentó la madre con entusiasmo y se acomodaron en los sillones de la sala.
Fanny no encontraba las palabras para dirigirse a su madre, puso las manos sobre su regazo y comento: -Madre hoy día he terminado mi compromiso con Umberto, ya no habrá boda, él está de acuerdo conmigo- fue directa y mintió en esto ultimo, Umberto no estaba  de acuerdo con ella pero aceptó romper el compromiso.
-Escuché bien lo que has dicho Fanny que el compromiso se ha terminado y que ya no hay boda, en que has pensado para obrar así, Umberto es un joven tan correcto y amable, además sus padres estaban de acuerdo con la boda- Felicia levantó la voz -¿cómo has podido acabar con el compromiso? ¡ustedes están hechos el uno para el otro!- exclamó con ira y sus mejillas estaban rojas.
-Madre lo siento si estas molesta conmigo pero esto es lo único que voy a decir, es mi decisión y no voy a cambiar de idea-. aseguró Fanny.
-Seguro Liza te ha metido esas ideas en la cabeza- contestó la madre furiosa.
-Madre no metas a Liza en esto, la idea ha sido mía, solo mía, perdona por dejar que pase el tiempo y no hablar antes con claridad sobre lo que deseaba- terminó de decir Fanny. 
Felicia lloraba que pasaba con su hija mayor porque esa idea de acabar el compromiso, donde estaba su error para criarla.
-Madre- volvió a decir Fanny  -discúlpame por favor y comprende, soy joven todavía y quiero descubrir mi mundo, puedo vivir casada o soltera, eso no me hace cambiar como ser humano, además puedo comprometerme más adelante, no digo que no puede pasar-. contestó Fanny asustada por la reacción de su madre.
-¿Qué van a decir los padres de Umberto? que has estado jugando al compromiso qué has jugado con ellos- decía Felicia y lloraba desconsolada, siempre habia sido su idea ver a sus hijas casadas y que cada una forme su hogar.
Fanny sabia que esta tormenta duraría varios días, su madre no se daría por vencida e insistiría aun más. A la joven solo le quedaba comprender y tener paciencia con ella.


CONTINUARÁ
   
                    
     
   
               

 

martes, 12 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

El doctor Martel reunido con su amigo Jorge Redondo, en un conocido restaurante, hablaban del congresista Américo Panduro sobre su candidatura en las próximas elecciones por la presidencia. Solo estaban ellos dos, Tesio el otro amigo, no había podido asistir al almuerzo por encontrarse con demasiado trabajo en las investigaciones que realizaba.
Jorge Redondo sugirió al doctor:
-Oscar te has quedado en silencio, que te parece mi idea de que Américo y tú conversen sobre su candidatura a la presidencia-.
Al doctor Martel no le agradaba la idea y muy serio contestó: -mi estimado Jorge, yo no suelo intervenir en asuntos o decisiones personales y peor si son de índole política. Si bien es cierto que conozco Américo, no tengo la confianza suficiente para conversar sobre su vida personal, ni sus  ideas políticas-.
-Comprendo Oscar, sé que tú eres una persona muy discreta y no deseas este tipo de encargos pero si te cuento es para que me puedas ayudar a convencer a nuestro amigo que está muy entusiasmado con la idea-. 
-Me vas a tener que disculpar, pero te soy sincero no me pidas ese favor porque no voy a intervenir en las situaciones políticas. Además estoy seguro que tú puedes hablar con él con toda la autoridad que te confiere el partido ¿no es así?-.
El doctor Martel había lanzado una pregunta a su amigo, éste no contestó, solo dijo: -Oscar no te preocupes comprendo tu posición y la respeto-.
-Gracias por comprender y ahora que te parece si disfrutamos de un delicioso almuerzo y cambiamos de tema- respondió el doctor.
Ambos amigos lamentaron que Tesio no haya podido asistir al almuerzo, siempre era agradable reunirse con los amigos de la juventud y conversar de los buenos tiempos. Jorge Redondo resentía que el doctor no tuviera el ánimo para hablar con Américo, él se había enterado que hay personas del partido muy molestas por su candidatura y esto podía ser contraproducente para la carrera de Américo y su posición en el congreso. Jorge Redondo  le tenía aprecio y admiraba la facilidad  y la pasión para comunicarse con la gente en el partido y fuera de éste.
Américo no sabía nada de estos comentarios dentro del partido, él conversaba con el presidente y éste siempre le había demostrado estar de acuerdo con su postulación, aunque las últimas encuestas decían  que el presidente no tenía toda la aceptación de los ciudadanos. La economía no andaba bien y se podía sentir en el poder adquisitivo de las personas y en al campo político las acciones terroristas estaban comenzando hacer mella en el ánimo del pais, era un ambiente poco propicio para pensar en candidaturas.
El almuerzo fue animado y la conversación estuvo acompañada de varias anécdotas interesantes y algunas graciosas por el lado de Jorge Redondo, Oscar Martel reía con sus ocurrencias pero por momentos no dejaba de pensar en Liza y su romance con Américo Pandura, no en vano se negaba a consentir tal situación. 
En la noche al llegar a casa el doctor comentó con su esposa sobre la reunión con su amigo y la situación del congresista: -Mi querida esposa, después de contarte lo que  Jorge me pidió, estarás de acuerdo conmigo del por qué no me gusta que salga con Liza, más tarde voy hablar con ella sobre el tema-. 
-Oscar estás exagerando, la vida privada de las personas no tienen que ver con el aspecto público. Américo no está publicando su vida ni sus salidas con Liza, ellos son muy discretos- contestó su esposa.
-No estoy de acuerdo contigo Felicia- dijo molesto el doctor Martel, en ese momento Alejandrina interrumpió la conversación para decir que la cena estaba servida. 
La familia congregada en el comedor conversaba animadamente y disfrutaban de la cena preparada por Alejandrina que tenía una excelente sazón. A la mesa faltaba Merry que estaba en su habitación cumpliendo su castigo, la familia en general la extrañaba pero, debía cumplir su promesa, ella cometió una falta grave y eso no se podía disculpar. La que estaba muy callada en la mesa era Fanny, de esto se dio cuento su padre que le preguntó: -Fanny, ¿sucede algo?, te noto muy callada y pensativa ¿has tenido un mal día?-.
Fanny reaccionó con un sobresalto y contestó: - no padre todo esta bien, solo los estaba escuchando conversar-.
Liza observó a su hermana y notó su sobresalto, algo le preocupaba o tal vez estaba distraída, su madre también noto su comportamiento demasiado silencioso, Fanny no era así, ella siempre intervenía en la conversación familiar y ahora estaba callada. 
Terminada la cena el padre de Liza la llamó a su estudio, cuando entraron cerró la puerta y preguntó a su hija sin rodeos: -Liza quiero que seas sincero conmigo ¿estás saliendo en serio con Américo o son amigos?-. en otra ocasión el doctor no hubiera preguntado pero esto era algo complicado y debía saber la verdad. 
Liza con las mejillas rojas contestó: -padre me sorprende tu pregunta, creo que eso corresponde a mi privacidad pero voy a ser sincera para aclarar mi situación, si estoy saliendo con Américo como enamorados, estamos en la primera fase y me siento muy bien a su lado, él es bastante atento conmigo y siempre tiene un detalle para mí. Me gustaría que pueda entrar a casa, creo que ya es tiempo, ¿no te parece?-. Liza interrogó a su padre y esperaba su reacción.
Oscar no esperaba una respuesta así, sabía que Liza era bastante madura para tomar sus decisiones pero esto lo desarmó. Se tomó unos segundos para responder: -hija esta bien invítalo a la casa la próxima vez. Ahora me retiro a descansar para mí ha sido un día muy complicado-. el padre beso a su hija en la frente y se dirigió a su habitación, estaba algo triste pero debía aceptar la realidad, era parte de la vida, sus hijas algún día tenían que irse del hogar. 
Liza se dio cuenta de la tristeza de su padre pero pensó que pronto se le pasaría, ella estaba comenzando a sentirse enamorada. 
Fanny fue la primera en ir a su habitación, cerró la puerta y del cajón de su velador tomó la sortija de compromiso, se la colocó en el dedo y dio unos pasos, era hermosa la joya, no podía dudarlo, ella miraba su mano y el diamante brillaba con la luz de la lámpara, luego se sentó al borde de la cama y su corazón comenzó a latir más fuerte, parecía que se iba a salir de su pecho, que terrible dilema, no sabía que hacer, como hablar del tema que le causaba inquietud y tristeza. Se aseguro de que sus padres estaban en su cuarto, abrió su puerta y con pasos lentos fue hasta la puerta, la abrió sin tocar para no hacer ruido y entró, Liza se alarmó al ser interrumpida de esa forma:
-Como entras sin tocar, ¡Qué sucede contigo Fanny!- exclamó
-Liza, ya no puedo más- comentó Fanny parada en el medio de la habitación -tengo que hablar con alguien sobre esto que me destruye el alma, no sé que voy hacer-.
-Hermana, por favor de que hablas, me estás asustando ¿qué es lo que te ocurre? te veo al borde del llanto-. habló Liza preocupada.
Fanny, le entregó a su hermana la sortija de compromiso y comentó: -no puedo seguir teniendo esta sortija tengo muchas dudas sobre mi compromiso, no sé si quiero seguir adelante, estas dudas me estas quitando la calma y no puedo dormir-.
Liza se preocupó preocupo por su hermana, de que estaba hablando: -estás escuchando tus palabras ¿por qué has esperado tanto tiempo para hablar? y ¿por qué tantas dudas? siempre te he visto feliz al lado de Umberto-. 
-De eso se trata- contestó Fanny -no sé si debo continuar con el compromiso, ayúdame Liza-.
-¿Cómo te puedo ayudar?, no tengo idea, tus palabras me han sacado de mis pensamientos. Fanny esto es muy serio ¿has hablado con Umberto sobre tus dudas? y nuestra madre que está tan contenta con tu compromiso, ella ya piensa en la boda, te imaginas como va a reaccionar-. agregó Liza.
Fanny lloraba: -no sé que hacer, esto para mi es nuevo, yo no deseo herir a nadie y menos causar problemas, algo tengo que hacer para solucionar este problema-.
Liza abrazó a su hermana que estaba en un gran dilema porque su  compromiso era serio con celebración e invitación de los padres de Umberto, por último éste que va a decir cuando Fanny hable con él. En buen lio estaba metida su querida hermana, qué iba a decir su madre si Fanny rompía el compromiso. Liza pensaba como ayudar a Fanny, ella no tenia idea de que hacer ni como aconsejar a su hermana que le pedía ayuda.


CONTINUARÁ         

        
                  

      

 

miércoles, 6 de agosto de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

En la tranquilidad de la noche el doctor Martel conversaba con su esposa en la habitación, ya había pasado la hora de la cena y la familia descansaba, solo faltaba la presencia de Liza, ella había salido con Américo al cine, éste la había invitado para conversar y ver una pelicula. 
Felicia mientras cepillaba su cabello frente al espejo comentó: -Liza sigue saliendo con Américo, creo que uno de estos días debemos invitarlo a cenar, ya es tiempo que entre a la casa, ¿no te parece Oscar?-.
-Mi querida Felicia de ese tema no deseo hablar, aún no es tiempo, además nuestra hija y Américo están saliendo como amigos, ella misma me lo ha confesado el otro día que le pregunté. Esperemos que las cosas tengan más claridad y entonces veremos. Lo que si es importante que te diga,  debes hablar con Merry, ya van cinco días que está cumpliendo su castigo y tú hasta hora no le has dirigido la palabra, ¿Qué sucede? ¿Porqué no hablas con ella? con esa actitud la haces sufrir-.
Felicia volteó a mirar a su esposo, ¿Qué  estaba diciendo? ¡qué ella debía hablar con Merry! un tanto ofuscada contestó:- Oscar me sorprenden tus palabras, quieres que hable con Merry después de lo que me hizo pasar, el sufrimiento que vivimos todos al pensar que no la íbamos a volver a ver o qué algo malo le había sucedido. Sentí que me arrancaban el corazón del pecho, mi hija, mi querida hija no estaba en ninguna parte, lloré demasiado para que ahora la perdone como si no hubiera pasado nada, lo siento no puedo hablar con ella-.
-No voy a insistir sobre el tema, pero ella quiere hablar contigo, pedir perdón por lo que hizo, nuestra hija está sufriendo, por lo menos escúchala es tu deber de madre-. 
Las luces de la habitación de los padres se apagaron cuando sintieron que Liza había llegado a la casa y entraba a su habitación, la familia estaba completa y eso era una tranquilidad para Oscar y Felicia. La conversación también se había terminado.
La mañana había amanecido llena de sol, era verano y la vacaciones para algunos eran sinónimo de playa, mar y sol. Fanny y Liza por iniciativa propia trabajaban con la tía Gema, mujer empresaria y dueña de su farmacéutica, sus sobrinas la querían demasiado y ella correspondía de igual manera. Gema hermana de Felicia siempre estaba presente en la vida de la familia y era muy unida a su hermana.
Alrededor de las diez de la mañana Felicia se encontraba arreglando algunas piezas de su guardarropa cuando vio parada en la puerta de su habitación a Merry, su cara tenía una expresión triste y la madre comentó: -debes estar en tu cuarto recuerda que estás castigada- dijo con severidad.
-Madre- contestó Merry -quería conversar contigo pero tú no me das una oportunidad, con tu actitud me estas haciendo sufrir-.
Felicia levantó el rostro y respondió en voz alta: -¡te estoy haciendo sufrir! escuchas lo que estas diciendo, quién con su comportamiento ha hecho sufrir a toda la familia, no tienes derecho hablar así, tú sabemos muy bien lo que sucedió y porque no deseo hablar contigo-.
Merry contestó llorando: -hasta cuando me vas a castigar, haciéndome sentir que soy una mala hija y que no merezco tu perdón- dio media vuelta y se fue a su habitación.
Gema ya conocía lo sucedido y había hablado con su hermana  Felicia el día anterior, le hizo notar que estaba siendo muy dura con Merry y que debía hablar con su hija: -estás actuando con dureza, piensa, es solo una adolescente y todos nos podemos equivocar-. fueron las palabras de Gema a su hermana. 
Felicia terminó de acomodar la ropa y algunas blusas y luego fue al cuarto de Merry, su esposo y su hermana tenían razón, era el momento de hablar con su hija, su castigo estaba siendo doble y debía detenerse, no era justo para ella ni para Merry.
Felicia entró al cuarto Merry, ella estaba sentada frente a su escritorio, estudiando su libro de historia, volteó a mirar a su madre y ésta comentó: -quieres hablar conmigo, vamos hacerlo con serenidad primero yo quiero escuchar todo lo que tengas que decir y luego tú me vas a escuchar a mí ¿De acuerdo?-.
La más joven de las hijas contestó con voz temblorosa: -madre sé que me equivoqué, quiero pedir perdón, nunca debí actuar de esa manera, no pensé que tanto dolor podía ocasionar, reconozco que actúe con rabia, la ira nubló mi razón, solo pensaba en viajar y ustedes me lo impedían para nada imagine que podía pasarme algo grave y mi familia no estaba cerca para ayudarme. Cuando te vi llorar en el carro comprendí tu dolor. Quiero pedirte perdón por mi proceder, te prometo no va volver a ocurrir-. Merry terminó de hablar y se secaba las lágrimas, estaba realmente arrepentida de su actuación.
Felicia en silencio pensaba que iba a decir, no quería darle un sermón, las palabras de su hija eran sinceras, estaba arrepentida y le pedía perdón. La madre suavizó su tono de voz y contestó: -Merry si lloré en el carro es porque no sabía donde estabas, imaginé lo peor, que algo había ocurrido y no podías regresar a casa, la idea de perderte me dolía tanto que ya no sentía mi corazon, jamás vuelvas a repetir algo así, no podría perdonarte. Para una madre cada hijo es importante y el dolor de perder uno es tan grande que apenas se puede soportar. Ya no hablemos más de este tema pero vas a terminar tu castigo como hemos quedado, tienes que cumplir tu promesa-.
Merry estuvo de acuerdo con su castigo y abrazó a su madre: -voy a cumplir mi castigo hasta el último día, no te preocupes-.
En la casa de la familia de nuevo se respiraba tranquilidad, las hermanas mayores de Merry regresaban a su casa al rededor de las tres de la tarde, su madre las esperaba para almorzar y conversar sobre su día, las jóvenes se enteraron que por fin su madre había hablado con Merry y parecía estar más tranquila, se podía ver en su semblante
El doctor Martel habló por teléfono con su esposa para decir que no podía llegar almorzar, tenía un día muy ocupado y debía visitar a un paciente en su casa, además de encontrarse para almorzar con su amigo el congresista  Jorge Redondo, Tesio el amigo y jefe de policía, no podía asistir estaba muy ocupado con su trabajo de investigación del cual no podía hablar. 
En la visita a su paciente Oscar Martel le mandó varios exámenes que debía hacerse, sospechaba que su problema estaba en el hígado pero después de los análisis saldría de dudas. Se despidio muy cortésmente, era conocido y apreciado por la familia, es más, su paciente era hermano de un profesor de su facultad de medicina que ya no estaba, por eso él ahora era su médico de cabecera.
Se encontró con su amigo Jorge Redondo como habian acordado en un restaurante famoso por tener una exquisita comida. Al verse se saludaron con amistad y alegría, se conocían de toda la vida. ¡Oscar! ¡Jorge! decían mientras se abrazaban. El gusto de volverse a encontrar era real y sincero.
Jorge Redondo con voz misteriosa comentó: -Oscar aparte de la alegría de reunirnos por supuesto, somos amigos desde el colegio, tengo la confianza de hacerte un comentario que debe quedar entre nosotros, nadie más debe saber de esto, tienes que prometerlo-.
Oscar Martel se preocupó por las palabras de su amigo y respondió: -si Jorge, te prometo que no hablaré con nadie de lo que me digas en este momento-.
Jorge Redondo agregó: -Sé que tú eres muy amigo de Américo Panduro, es más él es uno de tus pacientes en el congreso y últimamente está saliendo con una de tus hijas por ese motivo me atrevo a decir o a contarte esto-.
Al escuchar esto, el doctor se puso tenso ¿qué pasaba o qué sucedía con el congresista Panduro y qué tenia que ver Liza en todo eso, de inmediato contestó -si, Américo es mi paciente y amigo pero dime porque tanto misterio, ¿qué tiene que ver mi hija en esto? ¿sabes algo de él?- dijo el doctor Martel impaciente.
-Calma amigo, Liza no tiene nada que ver, es un tema político, si la mencioné es para corroborar que lo conoces y es ha llegado a tu familia-. contestó Jorge.
-Por favor habla, ya me estas poniendo nervioso- dijo el doctor.
-Por la confianza que existe entre ustedes, puedes hablar con Américo y decirle que en el partido hay muchas personas que no están de acuerdo con su idea de postular a la presidencia en las próximas elecciones. Tú sabes que soy de su mismo partido y escucho comentarios no siempre buenos. En el partido él es muy considerado pero algunos dicen que es joven y que puede esperar a otras elecciones. Oscar, habla con él para que deseche la idea, hazlo entrar en razón. Nuestro presidente le tiene aprecio pero yo pienso que debe esperar un tiempo más -. terminó de hablar el congresista.
Era ese el motivo de la conversación, el doctor Martel no estaba de acuerdo con su amigo y no le agradaban los temas políticos y menos involucrarse a dar consejos Américo, al cual le tenía un aprecio medido. Desde hace varias semanas no hablaba con él. 


CONTINUARÁ           
        
 
            
     

 

martes, 29 de julio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Merry dentro del carro trataba de hablar con su madre para que al menos le diga algo pero fue inútil, Felicia seguía llorando, pasaron algunos minutos para serenarse y tratar de recomponerse, respiró con serenidad prendió el carro y partió. En el camino Merry volvió a insistir: 
-Madre perdóname por favor, perdóname, no pensé lo que hacía-. 
Felicia contestó con seriedad: 
-Guarda silencio Merry, no quiero escucharte, en la casa tu padre espera ya hablaras con él-.
Merry obedeció lo que su madre le pedía, recién se daba cuenta de toda la tristeza que le había causado y no sabía como reparar la herida, miraba a su madre por el espejo y reconocía que su dolor era muy grande. Al llegar a la casa tendría que hablar con su padre e imaginaba que iba a decir éste para llamarle la atención. 
Felicia manejaba con cuidado a esa hora de la noche, no había carros en la calle y los que habían eran muy pocos, quería calmarse para llegar a casa más serena y poder hablar con su esposo e hijas mayores. A la hora de llegar estacionó el auto en el garaje. Con voz impersonal le dijo a Merry que baje del carro y entre a la casa. Ésta obedeció sin reclamar, al entrar a la sala Liza y Fanny salieron a su encuentro para increparle su actitud y su mala conducta, pero su madre las detuvo: -Liza, Fanny por favor dejen que su hermana vaya al estudio donde la espera su padre-.
-Madre esto es imperdonable- exclamó Liza -no puedes pasar por alto su falta- dijo con voz autoritaria Liza-.
-Fanny, Liza ya vieron que su hermana estaba bien y estaba en casa, ahora les pido por favor que vayan a sus habitaciones, es tarde y mañana tienen que ir a trabajar con la tía Gema, la responsabilidad del trabajo está primero-. ordenó Felicia a sus hijas para evitar más laberintos, sus hermanas podían ser muy rudas con Merry por lo que había hecho.
Cuando ambas hijas subieron a sus habitaciones, Felicia giró hacía su hija menor para decirle que su padre la esperaba en el estudio. Merry trató de acercarse a su madre pero esta estaba tan molesta que  le ordenó: -Ve hablar con tu padre no debes hacerlo esperar más. 
Merry abrió la puerta del estudio, su padre estaba sentado en su escritorio leyendo unos papeles pero en realidad fingía leer porque no podía concentrarse debido al problema que había ocasionado su hija menor.
-Padre, aquí estoy para pedirte perdón por mi falta, sé que cometí un grave error- dijo Merry con voz opacada.
-Pedir perdón, tú crees que eso es suficiente, tienes idea del alcance de tu falta, crees que es correcto lo que has hecho. Tu madre ya no sabía a quien llamar para ubicarte, yo pensaba que habías sufrido un accidente y llame a cuanto hospital conozco, policía, bomberos. Crees que pedir perdón te hace inocente- levantó la voz el padre -hemos vivido momentos de angustia y desesperación y tú que hacías estaba de lo más contenta en casa ajena y lo que es peor pensabas quedarte a dormir en ese lugar, ¿Para qué?, para castigarnos por no dejarte viajar a para matarnos de dolor pensando que algo grave te habia sucedido-.
Oscar Martel estaba furioso, quería controlarse para no decir más pero la falta de Mery le dolía en el alma. ¿Dónde estaba la joven dulce y juiciosa que era?, había cambiado en tan poco tiempo que nadie se dio cuenta. Lo más terrible era esa idea de castigarlos sin medir las consecuencias del dolor y sufrimiento en la familia porque no sabían donde estaba.
-Padre- por favor dijo Merry -no medí las consecuencias, soy culpable pero no me juzgues con dureza, fui inconsciente y caprichosa, pido perdón mil veces, merezco el peor de los castigos o si deseas golpéame, tal vez así te puedas calmarte-. 
El padre miró a su hija, pegarle como si eso pudiera cambiar las cosas. La niña ya no estaba más, ahora era una joven que su padre no reconocía y que cometió una falta grave.
-Me dices que te pegue, eso va a cambiar en algo lo que has hecho, tu falta mereces un castigo y tú te lo vas a imponer, dime cual es tu castigo-.
Merry con el rostro bañado en lágrimas, volvió a pedir perdón, le dolía que su padre la viera de una forma equivocada, pero reconocía que debía tener un castigo y contestó: - padre que mi castigo sea no salir de mi habitación todo el mes, no voy hablar por teléfono con nadie y mis alimentos los comeré en mi habitación, no voy a estar durmiendo porque desde temprano me pondré a estudiar para prepararme a la universidad. No deseo molestarlos con mi presencia por eso no hablaré con ninguno de ustedes-.
El padre quería abrazar a su hija porque estaba bien y se encontraba en casa pero no podía pasar por alto su comportamiento, Merry tenía que comprender que habían límites que no debía pasar y menos con una segunda intención, todavía era muy joven. Por ese motivo agregó: -bien que ese sea tu castigo y vas a cumplirlo hasta el final, desde este mismo instante comienza, ahora ve a tu habitación-.
Merry caminó lentamente hasta la puerta espero que su padre la abrazara pero no sucedió, el doctor Martel estaba demasiado molesto y algo decepcionado por la actitud de su hija.
Felicia aún estaba en la sala a oscuras y sentada frente a la ventana  Merry la vio al salir del estudio de su padre y quiso hablar con ella, la madre se lo impidió con palabras secas: -Merry  ve a dormir, ahora no voy hablar contigo-.
La más joven de las hijas subió a si habitación estaba triste y sentía en su corazón el dolor que había causado a su familia, no tenía sueño, la atormentaba la culpa, debía cumplir su castigo tal como se lo había prometido a su padre.
Felicia y su esposo hablaban sobre lo sucedido con Merry, estaban desconcertados pero a la vez sentían un gran alivio de que su hija estaba en casa sana y salva y lo más importante no salió de viaje fuera de la ciudad.
Al amanecer del nuevo día la familia desayunaba en el comedor, menos Merry que estaba en su cuarto desayunando y preparando los libros que iba a leer, su castigo sería largo y tedioso pero ella no podía quejarse. La madre en el comedor advirtió a sus otras hijas, no molestar a su hermana ni querer entrar a su habitación ella estaba cumpliendo el castigo que se había impuesto. 
-Madre- dijo Fanny -no vamos a ver a Merry todo el mes- 
-Si, así es y no es broma, ella está castigada y no vamos hablar más del asunto-.
Fanny y Liza terminaron de desayunar y salieron como cada mañana a trabajar con la tía Gema. El verano comenzaba a despuntar y el sol y la playa eran la estación. Liza seguía saliendo con Américo, que en algunas ocasiones la recogía del trabajo y paseaban por la ciudad o la invitaba almorzar. Liza sentía cada vez la cercanía de su pretendiente, ambos pasaban momentos gratos conversando y intercambiando ideas, como cuando Américo le preguntó: -¿Liza no crees que ya es tiempo de que me aceptes y pueda entrar a tu casa como novio oficial?-.
Esta pregunta removió los sentimientos de Liza, solo atinó a contestar dame tiempo Américo, en este tiempo nos estamos conociendo, además mi padre todavía no acepta la idea de que salgo contigo, solo necesita tiempo para aceptar tu presencia-. 
Era verdad al doctor Martel todavía no le agradaba la idea de que su hija salga con Américo Panduro pero estaba dispuesto a respetar la decisión de Liza, como había hablado semanas atrás con el congresista.
Oscar Martel no iba ha intervenir en la opinión de Liza, él como siempre seguía trabajando, tenía pacientes que atender y esa misma tarde se encontraba en su consulta cuando entró un nuevo paciente para que el doctor lo atienda 
-Buenos tardes doctor vengo a su consulta para que me diga que es lo que tengo-. dijo Renato el nuevo paciente.
-Bueno Renato, dígame usted cuales son sus síntomas y luego vamos hacer el examen físico- contestó el doctor.
El paciente le explicó una serie de dolencias y señalaba diferentes partes de su cuerpo que más le molestaban, entonces lentamente tocó sus brazos y muy serio se dirigió al doctor: -sabe, yo todos los días siento como mis venas se levantan de mi piel y puedo verlas-.
Oscar Martel dejó su lapicero sobre el escritorio y observó al paciente ¡qué estaba diciendo! ¿Qué podía ver sus venas fuera de su piel?. 
Con serenidad contestó: -¿está usted seguro de lo que me dice?-.
-Doctor duda de mis palabras, yo sé lo que digo y es verdad- contestó con molestia el paciente.
Oscar Martel levantó una de sus manos para que se serene y respondió: - muy bien vamos a examinarlo y luego  me indica donde siente más dolor-. Tomó su estetoscopio y comenzó hacer el examen físico, le tomo la presión, escuchó su corazón, sus pulmones y comprobó que aparentemente su cuerpo funcionaba bien, comprobó además que ya se había calmado. Lo que le preocupo al doctor era su mente, estaba en un estado un tanto alterado por eso le recomendó: -Mi estimado Renato voy a mandarle una pastillas para que pueda dormir y relajarse, su cuerpo está funcionando bien pero lo voy a transferir a una interconsulta con el departamento de psicología-.
El paciente airado contestó: -doctor, me está diciendo que estoy mal de la cabeza-
-Cálmese por favor, jamás podría  decir algo así a un  paciente, si lo envió a otro consultorio es para que lo ayuden a comprender que le sucede y pueda aprender a manejar la situación con serenidad. El profesional que lo atienda lo va ayudar-. el doctor se puso de pie, lo acompaño hasta la puerta y agregó -con este documento usted va ir directamente a su nueva consulta, no se preocupe-. dijo estas palabras para finalizar la consulta.
El doctor Martel siempre había comprendido a sus pacientes, era muy profesional, nunca faltaría el respeto a ninguno de ellos, cierto que era un caso que él no podía atender porque no estaba dentro del campo de la salud que ejercía.


CONTINUARÁ         
 
  
                  
  
  

 

miércoles, 23 de julio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Merry llegó a la casa de Ivone su amiga y compañera de colegio, se asombró al ver que ésta no estaba preparada ni lista para partir a la aventura del viaje. Preguntó muy seria: ¿Ivone qué pasa por qué no estás lista? se nos hace tarde y todavía tenemos que recoger a las demás compañeras-. 
-Perdona Merry por no haberte llamado por teléfono para decirte que mi madre se negó a darme el permiso para viajar y lo mismo pasa con las demás amigas, ellas han tenido serios problemas con sus padres y les han negado el permiso, lo siento amiga debí avisarte- contestó Ivone con tristeza en la voz. 
-Es algo grave no haberme llamado para decirme que no iban a viajar, yo también he tenido problemas en casa y sin embargo, pienso viajar de todas maneras, tengo dinero ahorrado y no necesito pedirles a mis padres-. 
Ivone contestó a Merry: - mi estimada amiga ese no es el caso de todas las demás, necesitamos el dinero que nuestros padres nos puedan dar, creo que debemos olvidar la idea del viaje para cuando tengamos más edad, en el fondo tiene razón, nos puede suceder algo y como nos comunicamos con ellos, piensa, eso sería peligroso y un desastre-. 
Merry no contestó enseguida a su amiga, estaba tan molesta que no pensaba con serenidad, quería hacer el viaje y sentía que todo se lo impedía. Después de varios segundos tomó una decisión, llena de frustración Merry comentó: -Ivone puedo quedarme a pasar el día en tu casa, no quiero regresar a la mía tan pronto, mis padres tienen que comprender mi deseo de viajar además, ellos no saben donde estoy y que tú eres una de las amigas con las que pensaba viajar, no tienen tu número de teléfono ni dirección-.
-Merry no tengo inconveniente que pases el día conmigo en casa, mi madre no dirá nada porque tampoco conoce a tu madre y no sabe tu número de teléfono- contestó Ivone y le mostró las últimas revistas que había comprado sobre sus artistas favoritos y lo último en música que sonaba en su equipo. Las dos adolescentes estaban tranquilas comentando sobre sus artistas y cantantes más queridos, no median el alcance de sus acciones. 
A la casa del doctor Martel llegó Felicia al medio día,  Alejandrina presurosa le comentó sobre Merry y su salida a la calle con su mochila en la espalda: -señora la niña se despidio y dijo que iba a pasear eso fue todo lo que habló-. 
Felicia no quería creer lo que escuchaba, Merry había salido con su mochila dispuesta a realizar el  viaje del que tanto hablaba y pasar sobre su autoridad. No Merry no era así, ella siempre demostró ser una joven juiciosa. La madre quería asegurarse y subió a la habitación de su hija, ahí comprobó que no estaba la mochila como decía Alejandrina y además no estaba su dinero que guardaba en el cajón de su velador. Podía ser posible que Merry se atreviera a salir sin el permiso de sus padres. 
La madre reaccionó de inmediato, no quería que las jóvenes comiencen su viaje sin el permiso de sus padres. Buscó la lista de los números de teléfono de las compañeras de colegio, cada madre tenía una lista de las familias, comenzó a llamar a las que sabía que eran más cercanas a Merry pero en casa de ninguna de ellas estaba su hija. Greta una de sus compañeras de colegio sin saberlo cometió el grave error de comentar con su madre que Merry había salido de viaje muy temprano, Felicia se enteró de esto y casi se desmaya, agradeció a la familia por el aviso. Cuando colgó el teléfono trató de serenarse pensó que Greta no podía tener razón, Merry no había salido de casa muy temprano, entonces no podía haber iniciado el viaje. Su desesperación y sobre todo su preocupación crecía a cada instante, había llamado por teléfono a todas las compañeras de Merry y las que se supone iban a viajar, incluso ellas no sabían el paradero de Merry. Felicia ignoraba el teléfono y la dirección de Ivone porque esta alumna entró al colegio fuera del tiempo de matrícula, por ese motivo no la habían incluido en la lista de padres de familia. Alejandrina miraba con tristeza a la madre de Merry: -señora debe calmarse, no creo que la niña se haya ido a ese bendito viaje sin decir nada, ella no es así-. terminó de decir.
-Alejandrina estoy comenzando a pensar que Merry a cambiado demasiado y no nos hemos dado cuenta, se ha convertido en una joven obstinada que quiere hacer su voluntad, según ella ya es independiente- dijo Felicia con tristeza, recordaba  a Merry cuando era una niña dulce y pequeña.
Liza y Fanny llegaron a casa después del trabajo en la empresa de la tía Gema, vieron a su madre con el rostro desencajado por la angustia, Liza preguntó: -¿madre que ha sucedido, por qué estás así?
-Liza tu hermana Merry ha desaparecido no sabemos donde está- contestó con una voz que apenas se podía oirá.
-¿Cómo qué ha desaparecido madre? Merry no puede haberse ido a ese viaje del que tanto hablaba, ella sabe que no podía hacerlo sin permiso-. respondió Fanny.
Las horas pasaban y de Merry no se sabía nada, Felicia no sabía si llamar a su esposo para contarle lo sucedido, él era el padre y debía estar al tanto de lo que sucedía, tal vez no se ha ido de viaje si no le ha pasado algo, un accidente o lo que es peor un secuestro al verla sola los delincuentes podían pensar que era presa fácil, las ideas más terribles cruzaban por la mente de la madre que lloraba por su hija. 
Liza comenzó a llamar a todas las agencias de viaje para preguntar si una joven llamada Merry Martel había comprado un boleto para viajar, las llamadas fueron infructuosas... nada, no había nadie con ese nombre que viajara en una de las empresas de buses. 
Felicia no pudo esperar más y llamó a su esposo para decirle lo que pasaba con Merry, le comentó todo lo que habían hecho para buscarla pero había sido en vano. El doctor Martel le habló a su esposa que iba a llamar los lugares de emergencias. Llamó a los hospitales, policía, bomberos, para saber si alguno de ellos habían recogido a una adolescente que llevaba una mochila negra y vestía una casaca roja, nadie sabía nada de la joven, nadie podía dar con su paradero.
Era de noche y la familia lloraba la desaparición de Merry ¿Dónde podía estar? o ¿Qué la había pasado? se preguntaban, no querían pensar lo peor. Oscar Martel desesperado seguía llamando desde su hogar a las diferentes clínicas pero su hija no aparecía, se negaba a pensar que su hija estaba muerta y que la vería entrar como el recuerdo de sus hermanos, no podía ser.  Felicia, Liza y Fanny lloraban desconsoladamente  ¿dónde más buscar? ¿a quién preguntar?.
Ajena a todo este dolor el sufrimiento de su familia Merry jugaba con su amiga Ivone en su habitación, en un momento del juego Ivone preguntó: -Merry no lo tomes a mal pero no crees que es mejor que llames a tu casa y les digas donde estás deben estar preocupados, son casi las diez de la noche-.
-No amiga no pienso ir a mi casa, ellos deben aprender que ya soy adulta y puedo manejar mi vida, más bien quiero pedirte si le dices a tu madre que vamos a tener una pijamada y me quedo a dormir hasta mañana- habló Merry como pidiendo un favor a su amiga.
Vito el hermano menor de Ivone había escuchado en la puerta de la habitación sin querrer la conversación de Merry y fue a contarle a su madre lo que sucedía con ella y sus padres. Margo madre de Ivone no tenía el teléfono de la casa de Merry pero Vito era amigo de una de las amigas de su grupo y le dio el teléfono, así fue que se armó una cadena de madres para por fin dar con el teléfono de la familia Martel, por supuesto que Margo había sido discreta y no había contado nada sobre el real problema de la joven.
Margo llamó a la familia Martel y Felicia contestó el teléfono, eran las once de la noche cuando escuchó la voz de la madre de Ivone comentando todo sobre Merry y desde que hora estaba en su casa, ella le dijo a Felicia: -Si deseas la dejas que duerma aquí en casa y yo mañana temprano la llevo a tu casa-.
Felicia sentía que le regresaba el alma al cuerpo y con voz apenas audible contestó: -te agradezco infinitamente lo que has hecho, pero no, yo voy a ir a recogerla en este instante dame tu dirección por favor-. 
Margo le dio la dirección y se despidio, era mejor no decir nada a Merry, ella debía esperar a su madre.
La madre lloró delante de sus hijas y esposo, les dijo que Merry había estado todo el día en casa de Ivone y que iba a recogerla, el padre también quizo ir pero Felicia lo detuvo: - no Oscar es preferible que yo vaya, tú ahora estás demasiado molesto y puedes ser muy rudo con ella, déjame ir y luego en casa hablas con tu hija, más tranquilo. Liza y Fanny se abrazaban de felicidad Merry estaba bien aunque había cometido una falta grave que había hecho sufrir a la familia.
La madre de Merry llegó a la casa de Margo, madre de Ivone, eran cerca de las doce de la noche, tocó el timbre y abrió la puerta Vito el hermano menor y el que había contado todo a su madre. En la sala estaban Merry, Ivone y la madre de ésta, Felicia saludó a todos agradeció, la ayuda que le habían brindado a Merry y a ella misma, con una sonrisa que apenas podía disimular le dijo a Merry que era hora de irse. Las dos se despidieron muy agradecidas y Felicia fue hasta el carro abrió la puerta de atrás y le dijo a Merry que suba, su primer impulso fue lanzarle una bofetada por todo lo que había hecho pasar a la familia pero se contuvo, ella jamás había golpeado a sus hijas. 
Merry subió en silencio al asiento de atrás, la madre no decía nada, solo cuando estaba frente al timón se abrazó a éste y se puso a llorar desesperadamente pensando que a su hija le había pasado algo grave, algo terrible y que nunca la volvería a ver. Merry nunca había visto así a su madre en ese estado, ella le pedía perdón una y otra vez pero Felicia seguía llorando sin poder contenerse, el dolor le oprimía el pecho y no podía hablar. 


CONTINUARÁ  
 
  
 
             
     
  
   
     

 

martes, 15 de julio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Liza estaba nerviosa, esperaba alguna respuesta de su padre, cuanto más demoraba en decir algo, eso se podía traducía en un ¡no! rotundo. Los segundos que pasaban parecía eternos, entonces el padre por fin habló.
-Liza van ir contigo Fanny y Umberto- comentó y luego agregó. -está bien no hay inconveniente que aceptes la invitación para asistir a la fiesta de fin de año, solo pido que tengan cuidado y si vas con tu hermana las dos regresan juntas ¿está claro?- preguntó el doctor
Liza saltó de alegría, abrazó a su padre, le dio un beso en la mejilla y exclamó: -¡gracias padre! vamos a tener cuidado, es un club privado y no hay problemas con la seguridad-. 
Liza sonreía de felicidad, fue a buscar a Fanny para darle la buena nueva y entre las dos elegir que vestido iban a usar para la fiesta. Ella tenía en mente un vestido de color amarillo suave que lo había usado pocas veces, estaba confeccionado con tela de gasa fina y tenía un corte muy asentador a su figura, si hacía frio en la noche llevaría un chal de hilo brillante perfecto para la ocasión.
En la sala el doctor Martel estaba serio, su esposa Felicia iba a comentar algo pero él le hizo una señal con la mano para que guarde silencio y agregó: -querida por favor no digas nada, yo sé que tu estás muy contenta de que Liza salga con Américo, pero te digo desde ahora, no estoy de acuerdo, no me agrada la situación y no voy a cambiar de idea-.
-Oscar no pretendo convencerte de lo contrario, solo quiero decir que debes tener calma, Liza es una joven prudente y se a ella no le agrada algo, simplemente se retira-. contestó Felicia a su esposo.
-Sé que Liza es una joven prudente pero Américo es un gentleman y va hacer lo imposible para conquistar a Liza. No estoy pensando mal de él, sé que es un hombre serio y correcto solo tengo algunos reparos que son para mí un impedimento-. respondió reflexivo el doctor. 
Felicia hasta un punto comprendía a su esposo, la tragedia que había vivido en el pasado era para él un terrible recuerdo de su niñez, en la actualidad las cosas habían cambiado,  pero no había manera de hacerlo pensar diferente. El padre quería un mundo sin sufrimientos para sus hijas y ella no sabía si eso podía ser posible.
Al día siguiente en la casa del Doctor Martel se vivía momentos de algarabía, en la noche era la fiesta de año nuevo, Liza y Fanny se preparaban para lucir espléndidas con su arreglo, vestidos y  zapatos, debían hacer juego con las carteras. Las dos hermanas habían separado cita en el salón de belleza, querían arreglarse el cabello para que todo vaya de acuerdo con la ocasión. Merry veía ir y venir a sus hermanas con los vestidos en las manos para mostrárselos a su madre y ella les daba el visto bueno. Felicia como siempre apoyaba a sus hijas y les brindaba su consejo y aprobación,  la hija menor en cambio no tenía compromiso de fiestas, todas sus amigas se habían ido a sus casas de playa para vivir con felicidad la fiesta de fin de año.
Felicia se ocupaba de la cena para celebrar el fin de año en casa, la iban a pasar junto a Nany, su hermana Gema, Merry y su esposo Oscar. Eran las personas suficientes para celebrar una noche divertida y amena, además Felicia y Oscar en el pasado habían asistido a tantas fiestas que no extrañaba asistir a un baile. Cuando fue a un baile por primera vez con Oscar, se quedó asombrada de lo gran bailarín que era, realmente era imposible aburrirse a su lado, no paraba de bailar y lo hacía con mucha gracia y elegancia. Felicia sonreía de tan solo recordar los buenos momentos que vivieron juntos en la época de enamorados. Luego vino el matrimonio, la responsabilidad de una familia y ya no podían salir tan seguido a divertirse pero siempre que podían escaparse para ir alguna reunión lo pasaban muy bien.
Merry en la habitación de sus hermanas las ayudaba a vestirse y se reía con las ocurrencias de éstas, faltaba poco para que vengan a recogerlas. Américo había prometido llevarlas al club junto con Umberto. 
Felicia terminaba de organizar la cena de la noche de año nuevo, consistía en un pollo al horno, ensalada rusa y como siempre el vino y champan para brindar luego de terminar de organizar todo en el comedor subiría a su habitación para ducharse y cambiar su ropa por un vestido elegante y festivo, sin olvidar la prenda amarilla que debía ponerse, todo se convertía en un ritual de fin de año. Los recuerdos que atesoraba de su hijas pequeñas era vestirlas con algo amarillo que significaba buena suerte para todo el año.  Su gran felicidad ver a sus pequeñas vestidas de amarillo con lazos del mismo color y zapatitos blancos, sus tres hijas eran el centro de su vida.
El doctor Martel había despedido más temprano el fin año con los compañeros de su trabajo, todos juntos habian brindado por la dicha del año que iba a comenzar. Llegó a casa cerca de las ocho de la noche, antes había pasado a recoger a su madre que lo esperaba lista con su vestido elegante de año nuevo. Nany quería ver a sus nietas antes de que ellas partan a su fiesta para abrazarlas y darles el saludo de fin de año. ¡Qué felicidad! poder pasar con su hijo y su familia juntos la celebración del año que se iba. 
Diez de la noche sonó el timbre de casa, era Umberto que venía para estar con Fanny y juntos partir con Liza y Américo a la fiesta. El joven estaba vestido con un atuendo elegante y propio para la ocasión, lucía atractivo, cuando Fanny bajó a recibirlo ambos se sorprendieron de verse tan elegantes formaban una pareja joven y hermosa. Toda  la familia reunida en la sala conversaban Liza se veía muy bella con su vestido, la familia había felicitado a las dos hermanas por su arreglo. Al cabo de media hora sonó de nuevo el timbre, Liza corrió a abrir la puerta, sabía que era Américo y le explicó que era mejor no entrar para no incomodar a su padre: -Américo, mi padre no esta muy contento y no deseo incomodarlo, yo te prometo que le voy a dar tus saludos de fin de año. Ahora es bueno irnos pronto, voy a llamar a Fanny y Umberto-. 
Américo lucía impecable con su atuendo, tenía porte para llevar la ropa... que siempre era fina y de buena calidad, nada se le podía criticar con respecto a su elegancia. 
Liza y Fanny se despedían de su familia, Umberto las escoltaba hasta el carro de Américo, momentos antes Liza se despidio de su padre y lo abrazó: -Padre gracias por todo, siempre piensas en tus hijas- estas palabras las dijo a su lado y se despidio.
Las dos hijas mayores habían partido a su fiesta y a los minutos llegó la tía Gema para pasar la noche en familia, le gustaba vivir estos festejos en casa de su hermana, quería mucho a las hijas de ésta y siempre decía que eran sus herederas.
La cena transcurrió en un ambiente festivo y ameno, todos brindaban porque el próximo año sea mejor que el que terminaba. Aunque Gema no se podía quejar en los negocios, le había ido muy bien, comentaba que deseaba lo mejor para toda la familia y mucha prosperidad. 
Dos de la mañana terminaba el festejo para la familia Martel, era la madrugada del nuevo año y las despedidas y brindis se acabaron.
Fanny y Liza llegaron de su fiesta a las cinco de la mañana, entraron muy despacio a su casa y se fueron a descansar, su madre las había sentido llegar y se quedó más tranquila al saber que estaban de regreso.
Mas tarde las dos hermanas en la sala contaban a sus padres lo bien que lo habían pasado, el club era  precioso y su decorado de año nuevo espectacular, la fiesta y la música alegre y divertida: -madre hemos bailado sin parar toda la noche- dijo Fanny. 
-Si, madre estoy de acuerdo con Fanny, todo fue muy alegre y divertido- agregó Liza.
En los días siguientes, la vida volvió a la normalidad en la casa de la familia, los festejos de fin de año terminaron y el nuevo año exigía atención.  Fanny y Liza trabajaban medio tiempo en la empresa de la tía Gema y Merry se quedaba en casa iba a descansar todo el mes de enero, ella tenía otros planes en mente.
En su habitación Merry miraba con atención el calendario, la fecha, tres de enero era justo el tiempo de volver a insistir con respecto a su viaje. Su padre ya había salido a trabajar, sus hermanas también. Su madre estaba sola y se arreglaba para salir a ocuparse de unas diligencias, entonces Merry se dijo a si misma es el momento:
-Madre, ¿puedo hablar contigo?- preguntó.
-Dime querida que es lo que deseas- contestó Felicia a su hija.
-Madre, por favor necesito tu permiso para viajar, ya tengo todo planificado y sé por donde vamos a comenzar el viaje mis amigas y yo- respondió Merry.
La madre respiró profundamente como tratando de calmarse y tener paciencia con esta hija que volvía a insistir en lo mismo, se detuvo en medio de la habitación y habló con seriedad: -Merry voy a decir esto por última vez y no quiero volver a repetirlo, no vas a viajar sola con tus amigas, estoy segura que ellas tampoco tienen el permiso de sus padres, no insistas en algo que no va ser, son menores de edad y no pueden irse por un mes ni veinte días por esos caminos. Si les sucede algo cómo vamos a saber para ayudarlas. Estas son mis palabras definitivas ¡no vas a ir a ese viaje!, se terminó la discusión. ¡no insistas!-levantó un poco la voz para dar a entender a su hija que estaba molesta con su insistencia y que se terminaba el viaje sin haber comenzado.
Merry iba a insistir y su madre la detuvo: -¡No! basta ya!- exclamó -Ahora ve a tu habitación es una orden-. dijo al final.
La joven salió de la habitación de su madre llena de ira y se encerró en su cuarto,  espero pacientemente a que su madre se vaya a realizar sus diligencia, estaba segura que no regresaría hasta la hora de almuerzo. Una vez sola en casa y molesta tomó su Mochila bajó las escaleras y comentó con Alejandrina: -ya vengo, voy a salir un rato-.
-Niña a donde va- preguntó la señora del servicio.
-Voy a pasear, no te preocupes-. respondió Merry, llevaba la mochila en la espalda y su dinero en los bolsillos. Salió de su hogar, tenía el itinerario de viaje en su mente, iría primero, a la casa de Ivone, una de las amigas con la que pensaba viajar, seguro ya estaba lista esperándola para viajar con el resto de sus amigas. A sus padres los llamaría desde un teléfono cuando se encuentren lejos de la capital para que se enteren donde está. 
La más joven de la familia no sospechaba ni por un segundo la tormenta que se iba a desatar en su hogar, el sufrimiento y dolor que ocasionaba  a sus padres y hermanas. 


CONTINUARÁ  
   
     
  
                          
 
   

 

miércoles, 9 de julio de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

-Merry no puedo creer lo que me dices con respecto a Liza y el congresista Américo Panduro, él es un hombre muy conocido además de pertenecer al partido de nuestro presidente -comentó la tía Gema.
-Pues créalo mi querida tía porque es verdad, es más- se acercó a la tía  y dijo en voz baja -me he enterado de casualidad que Américo va a invitar a Liza a una fiesta de año nuevo, mi padre aún no lo sabe, pero no sé que va a pasar porque no está de acuerdo con que Liza salga con el congresista- finalizó Merry muy seria.
La tía Gema se tapó la boca en un gesto de complicidad y contestó: 
-Nosotras no vamos a decir ni una palabra, dejemos que sea Liza la que le cuente a tu padre-. 
-No te preocupes tía, yo no diré una  palabra, soy una tumba-. con la mano Merry hizo una señal de cerrar la boca.
Felicia anunció que la cena estaba servida y que se podía pasar al comedor, la familia siempre cenaba antes de las doce para luego brindar y darse el abrazo de navidad. Una música suave de villancicos sonaba de fondo, todos los presentes sentados en la mesa festejaban la decoración, todos estaban de acuerdo, la mesa lucía espléndida y la cena ni hablar, un asado con papas doradas en el centro, bocaditos, vino y champán, además del chocolate y panetón.
-Felicia te luciste esto está hermoso y la cena deliciosa- decía Nany y todos le daban la razón, Felicia sonreía, estaba orgullosa de su mesa y de su cena.
-Mi querida hermana esto es un festín con vino y asado- habló Gema.
El doctor Martel llamó la atención de toda la familia para decir unas palabras -quiero hacer un brindis por mi esposa que siempre se luce en estás fechas, por mis hijas que son jóvenes hermosas e inteligentes, por mi madre que me bendice con su presencia y por Gema que nos acompaña siempre con su calor de tía- levantó su copa y exclamó -¡Salud por mi querida familia!-. 
Todos al unísono levantaron sus copas y brindaron con el fino vino tinto que acompañaba el asado, el champan siempre lo guardaba para las doce después de que nazca el niño. 
La familia en pleno disfrutaba de la cena y la conversación, Gema sabía el secreto de Liza y la miraba sonriente, no preguntó por las flores para no iniciar una discucion sobre ello. A su padre le podía disgustar el tema.
Terminada la cena la familia paso a la sala para esperar las doce las copas y el champán estaban en una bandeja esperado que sea la hora del brindis, la conversación alegre y amena no se interrumpió hasta que sonó el teléfono, era para Liza. La joven corrío a responder mientras un ambiente de tensión  se hizo en la sala. Felicia rompió el silencio  para distraer a su esposo y que la noche no termine en disgusto. 
Liza fue breve no tardó mucho tiempo en hablar, era Américo que la llamaba para desearle una feliz navidad:
-Que bueno poder conversar contigo y desearte una feliz navidad, tal vez el próximo año estemos juntos celebrando en familia- Liza no contestó a estas palabras pero si le deseo una feliz navidad y le dio las gracias por las flores y los saludos, luego se despidio de él para no crear malestar en su padre. Américo comprendio la situación y cortó.
Al regresar al comedor Liza comentó que la llamada había sido para ella, no deseaba mentir y habló brevemente de Américo y los  saludos que mandaba a toda la familia, luego pidió a Merry que le alcance su copa de vino para seguir brindando con el resto de la familia.
El doctor Martel no hizo comentario alguno sobre la llamada de teléfono, vio su reloj y dijo: -solo faltan diez minutos para las doce creo que nos ponemos de pie y servimos el champán. Felicia junto a  Fanny se dispusieron a llenar las copas cuando sonó las campanas de las doce, la familia en pleno se dio el abrazo de navidad las hijas, Nany, Gema, Felicia y Oscar se abrazaban con alegría luego cada quien tomaba su copa para brindar por la noche buena y el nacimiento del niño, después el ritual de cada año, abrir los regalos. Cada quien recibía su presente y no faltaban los comentarios y las bromas además de las gracias por tal lindos regalos. La celebración duró cerca de las dos de la mañana, era un nuevo día y todos comenzaban a sentir sueño. Nany se quedaba a dormir en casa de su hijo y Gema se despedía para partir a su casa que quedaba muy cerca de la casa de su cuñado y hermana, eran pocas cuadras las que tenía que manejar. 
Felicia al despedirse de su hermana comentó: -llámame ni bien llegues a tu casa por favor no me tengas preocupada pensando que te ha pasado algo-.
-No te preocupes voy a estar bien- respondió Gema -yo te llamo para que estés tranquila-.
Las dos hermanas se despidieron con un abrazo, Gema se retiró a su casa, estaba cansada habia sido una noche muy familiar y el vino y champán comenzaban hacer su efecto.
Al día siguiente toda la familia se levantó tarde, excepto Nany, ella tenía costumbre de levantarse muy temprano desde hace años, ya no podía dormir más de cinco horas, camino despacio para no despertar al resto, se fue a la sala se sentó en uno de los sillones y se puso a decir sus oraciones, como salía hacerlo cada mañana en su casa, para ella era una paz saludar a Dios y darle las gracias por las cosas buenas que le había concedido. En sus oraciones pedía por cada miembro de la familia y por el hijo que se fue y no sabía nada de él. Rogaba que lo proteja y que lo traiga de nuevo a casa antes que ella se vaya de éste mundo.
Cuando en el reloj del comedor eran las once de la mañana la familia en pleno ya se había levantado y cambiado para tomar el desayuno de navidad, chocolate y panetón era la tradición, eso no podía faltar en casa de la familia Martel. 
El resto del día fue tranquilo y muy familiar, se almorzó tarde y se comieron sanguches, Felicia no cocinaba ni preparaba nada especial después de navidad. La cena de la noche anterior, habia sido suficiente.
En el transcurso de la semana Fanny y Liza estaban poniéndose de acuerdo si iban a trabajar medio tiempo en el verano en la empresa de la tía Gema. Ellas siempre ayudaban a su tía y de paso ganaban un dinero que nunca estaba de más. Al final se pusieron de acuerdo para trabajar, la tía esperaba su llamada para incluirlas como practicantes de verano en la empresa. Más tarde llamarían a Gema para decirle que las incluya en el trabajo de verano.
 Antes que Fanny se retire de la habitación de Liza, ésta le pidió que cierre la puerta porque quería conversar con ella. 
Liza con un tono misterioso en la voz comentó: -Fanny quisiera pedirte un favor, si es posible que tú y Umberto nos acompañen a mí y a Américo a una fiesta de año nuevo, él me invitó desde la semana pasada-.
Fanny observó unos segundos a su hermana era la primera vez que le pedía algo así: -Liza el congresista te ha invitado a una fiesta y quieres que te acompañe para que nuestro padre no se moleste-.
-Si algo así- contestó Liza -sabes bien que Américo no es del agrado de nuestro padre. Él desea que desaparezca-.
-No sé Liza- exclamó Fanny -creo que Umberto tiene otros planes para celebrar el año nuevo en la playa, tengo que consultarlo con él-. 
-Por favor Fanny acompáñame, vamos a pasarlo muy bien, la fiesta es en un club privado y también cerca de la playa- agregó Liza con la esperanza de que su hermana acepte.
-Mañana te contesto, debo preguntar a Umberto- respondió con una sonrisa cómplice, luego salió de la habitación de Liza.
Faltaban tres días para el nuevo año y Fanny había aceptado acompañar a su hermana, Umberto estuvo de acuerdo. 
Ahora faltaba lo más complicado hablar con su padre pero primero buscaría la ayuda de su madre para que sirva de mediadora. Felicia gustosa aceptó hablar con su esposo, él debía de estar sereno para que comprenda que sus hijas eran jóvenes y querían ir de fiesta.
En la noche después de cenar cuando el doctor estaba relajado y tranquilo, Felicia habló con él, le explicó la situación y éste como respuesta contestó: -que venga Liza quiero hablar con ella-.
Felicia llamó a su hija, Fanny y Merry sabían de que se trataba, solo esperaban que su padre le de el permiso. 
Cuando su hija se hizo presente el padre preguntó: -Liza estás saliendo con Américo-.
-Si padre, nos estamos conociendo, es una persona agradable y gentil- contestó un poco turbada.
-Yo tenía la esperanza de que no fuera así, sabes que es bastante mayor que tú y que es una persona que pertenece al mundo de la política-.
-Si padre, sé todo eso, pero creo que no tiene nada de malo ir a una fiesta de fin de año con él, además Fanny y Umberto nos acompañan-. 
El doctor junto sus manos, un silencio prolongado lleno la sala, se acordó de la conversación que había tenido con el parlamentario, al parecer Américo estaba haciendo una buena amistad con Liza. La madre estaba cerca y comentó: -Oscar son jóvenes quieren ir a una fiesta, eso no debe ser problema-.
Si, tal vez no tenga nada malo pero al padre no le agradaba demasiado la idea, su hija Liza era una joven brillante y él quería lo mejor para ella. Reconocía que Américo era un hombre inteligente y capaz pero pertenecía al mundo político y el doctor tenia recuerdos dolorosos sobre ello.


CONTINUARÁ