sábado, 15 de diciembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

Con el paso de los días la situación en los pueblos de San Pablo y Santa Emilia se iba calmando. 
El escándalo del enfrentamiento entre los jóvenes de ambos pueblos había terminado. Las armas que tenían fueron confiscadas y los culpables de haber golpeado a el joven René seguían detenidos y enfrentaban un juicio.
Adriano fue suspendido de su trabajo un mes por el alcalde Teodoro Cerillo, el cual estaba muy molesto por lo ocurrido pero decidió darle otra oportunidad. 
Celina y Adriano se despidieron en la estación de buses, él partía dos semanas a la capital, quería alejarse un tiempo del pueblo y pensar sobre lo ocurrido.     
En San Pablo los directivos de la mina organizaban charlas para advertir a sus empleados que un caso como el del joven René no se iba a tolerar, el trabajo de la mina estaba abierto para todos aquellos que deseen trabajar, vengan de otras localidades o sean del mismo pueblo. 
Mariano Arias se había presentado en el Municipio de San Pablo  para conversar con el alcalde Lázaro Ventura. El tema a tratar era sobre la ampliación de su fabrica de ceramios y souvenirs típicos de la región, su intención, era tramitar la licencia para ello. 
Su fabrica daba trabajo a cuarenta personas y necesitaba más espacio, la producción había crecido en los últimos tiempos y con el contrato de un nuevo joven artista quería iniciar una nueva línea de vajillas para el hogar, vasijas y cantaros con nuevos diseños típicos, además de una línea moderna de utensilios. Era un nuevo plan para impulsar su negocio, pero necesitaba el permiso de construcción, estaba seguro que el alcalde no le negaría la licencia para iniciar el proyecto.
Lázaro Ventura recibió muy bien a Mariano Arias, éste era un hombre importante en San Pablo y siempre colaboraba con la alcaldía. 
Los dos hombres conversaban del plan de negocio y en medio de esta conversación se enteró que Hipolito Mancilla quería iniciar la construcción de un aeropuerto para traer sus aviones a Santa Emilia, para Mariano Arias fue una sorpresa, su competidor por llamarlo de algún modo tenía un plan demasiado ambicioso ¿cómo se había enterado el alcalde Ventura? fue un misterio, pero supo que el alcalde de Santa Emilia no le había otorgado todavía el apoyo necesario. 
Mariano Arias se retiró del municipio al término de su visita y con la aprobación para la licencia que necesitaba, solo tenía que iniciar los trámites. 
En la oficina de su fabrica, Mariano Arias pensaba sobre el proyecto de Hipolito Mancilla era un plan ambicioso, los dos hombres siempre estuvieron  enfrentados por temas del pasado o por quien de los dos hacia el mejor negocio. 
La amistad entre ellos era imposible, más aun cuando sus hijos habían desaparecido juntos hacia ya bastantes años. Mariano Arias Jr. y Angela Mancilla se habían enamorado a pesar de la negación de sus padres y desaparecieron una noche si dejar rastro. Para Mariano padre era un gran dolor no saber nada de su hijo, él seguía buscándolo a pesar del tiempo que había transcurrido. Sabía que Hipolito Mancilla también  seguía buscando a su hija.
¿Donde estaba su hijo? ¿de qué estaba viviendo? si cuando huyeron con Angela solo llevaron la ropa que tenían puesta, no llevaron dinero, ni equipaje. Pensar en todo aquello era un gran dolor, al margen de realizar sus negocios y planes, el padre no había olvidado a su hijo, su recuerdo estaba presente en todo momento y su fotografía sobre el escritorio se lo recordaba a diario.   
La calma volvía a reinar en San Pablo y Santa Emilia. 
Rafaela y Barzan ya habían escuchado hasta la saciedad los comentarios de lo ocurrido entre los jóvenes de ambos bandos... ¡Qué si se hubieran matado! ¡qué terrible lo sucedido a René!  y ¡qué barbaridad con la conducta de Adriano!.        
Barzan invitó a Rafaela a pasear por el                           
pueblo, los dos disfrutaban de sus paseos cuando no estaban ocupados en sus respectivos negocios, para Barzan era el momento de estar al lado de Rafaela y para ella era igual.
Rafaela había logrado convencer a su madre de vender en la tienda productos orgánicos. Doña Elvira no era muy afecta a los cambios pero había aceptado. Ahora Rafaela quería convencerla de hacer nuevos cambios para hacer crecer el negocio. 
La pareja no hablaba sobre su futuro, para ellos era muy prematuro adelantarse en temas más serios sobre su relación, los dos deseaban conocerse más y saber si en verdad eran el uno para el otro. 
La tarde invitaba a caminar y tomados de la mano comentaban sus planes de negocio para el futuro. 
En el municipio de Santa Emilia también se tenían planes menos ambiciosos pero muy importantes, la construcción de la pista que unía la ciudadela pre-inca con el pueblo estaba terminada y lista para iniciar los festejos de la inauguración. Teodoro Cerillo tenía pensado realizar una gran fiesta y un paseo de antorchas en la noche, los festejos serían con bombos y platillos. Gracias a esta pista los turistas y pobladores podían llegar al lugar en menos de media hora, era magnifico para la gran cantidad de visitas que recibía la ciudadela. 
Nada podía interrumpir la alegría del alcalde Cerillo, Santa Emilia iba a festejar.  En ese momento interrumpe su secretaria para anunciar la presencia de Hipolito Mancilla. El alcalde respiró profundamente y pensaba ...Mancilla ya viene a insistir con su proyecto. 
-Teodoro Cerillo... ¡buenos días! ¿cómo está usted- dijo Mancilla con estudiado entusiasmo.
-Bien, muy bien...aquí en la alcaldía estamos ocupados planificando la inauguración de la nueva pista, queremos hacerlo por todo lo grande con colaboración de los pobladores. 
-Yo estoy llano a colaborar con mi municipio, dígame usted en que puede ayudar.
-Gracias Hipolito, en sus momento veré en que puede colaborar- contestó el alcalde Cerillo seguro de que algo quería a cambio.
Hipolito Mancilla se aclaró la voz y agregó -Teodoro cambiando un poco el tema deseo saber ¿qué has decidido sobre el proyecto del aeropuerto?.
-Mancilla... vamos directo al grano, primero se tiene que hacer un estudio para saber si es posible la construcción de dicho aeropuerto y el municipio no tiene dinero destinado para eso.
-No te preocupes, esos estudios corren por mi cuenta, cómo te mencione antes voy a contratar a un profesional entendido en el tema- decía Mancilla para terminar de convencer al alcalde. 
Teodoro Cerillo estaba atento a las palabras de Mancilla, él era un hombre insistente cuando se proponía algún proyecto. 
-Mancilla, contrate usted al profesional, pero quiero dejar bien claro, el municipio no se compromete a realizar ningún gasto sobre el particular y la licencia aún no esta concedida-  dijo el alcalde para dar por terminada la conversación.
Hipolito Mancilla se despidió con igual entusiasmo que al inicio de su visita, ahora tenía que buscar la persona que se encargue de hacer los estudios pertinentes.                        
En San Pablo la población se había enterado de los festejos que preparaba Santa Emilia para inaugurar la nueva pista. 
Un comité de estudiantes de la secundaria de San Pablo se presentó ante el alcalde Cerillo para pedir permiso y participar en el paseo de antorchas que se iban a pie hasta la ciudadela pre-inca. El alcalde los recibió con entusiasmo y les dijo que todos estaban invitados que ellos  no necesitaban pedir permiso.
El paseo de antorchas tenía como fin llegar hasta la ciudadela rodearla   y celebrar en el lugar, con esto querían decirle al país y al mundo que la ciudadela estaba protegida y que no se iba a permitir vandalismo alguno sobre ella porque era un símbolo de la historia y del pasado de una cultura que una vez hábito el lugar.  
Los estudiantes se retiraron con el encargo del alcalde de avisar a todos los pobladores de San Pablo que estaban invitados a los festejos. 
En el día de la celebración nada podía faltar, primero seria el paseo de antorchas en la noche y al día siguientes la feria gastronómica en el pueblo. 
El alcalde Cerillo estaba más que feliz y entusiasmado con los festejos. Por fin la nueva pista se abriría al publico.

CONTINUARÁ             

domingo, 9 de diciembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

Era muy tarde en la noche y en la casa de Rafaela, Celina trataba de calmarse para poder hablar con coherencia. Rafaela pensaba que tal vez a los padres de su amiga les había sucedido algo o quizás a su hermana que vivía en Europa.
Celina tomó asiento en uno de los muebles de la sala y pronunció el nombre de Adriano su novio, unos segundos en silencio y:
-Qué pasa con Adriano- preguntó Rafaela pensando lo peor.
Por fin pudo hablar Celina y dijo con tono desesperado:
-Rafaela todo comenzó de una forma casual, estábamos celebrando en mi casa con mis padres y Adriano el fin del conflicto de los límites entre nuestros pueblos, tú conoces la historia porque estuvimos juntas en la mañana en el lugar de los hechos, desde temprano  yo había notado en la forma de actuar de Adriano que algo pasaba, no dije nada porque pensé que eran presentimientos equivocados de mi parte. 
En la noche a la hora que nos despedimos, él me dijo que tenía que irse rápido a una reunión con sus amigos- Celina tomó un respiro, un poco de agua y siguió con su relato  -Yo pregunté ¿porque tanta prisa? y fue en ese instante que me mostró un arma que traía oculta, según él era para cobrar una deuda, no habló nada más y se marchó. 
Celina se puso a llorar de nuevo, Rafaela estaba desconcertada por lo que acababa de oír:
-No sabes donde es el lugar de la reunión, esto es algo insólito, no puedo creer lo que me estás diciendo- comentaba Rafaela a la vez que trataba de calmar a su amiga. 
Celina contuvo  el llanto y recordó un incidente que Adriano le había contado días antes:
-Rafaela creo que se trata de un ajuste de cuentas, Adriano me contó que unos días antes a su primo Rene le había ocurrido algo grave. Una mañana él se presentó en las oficinas de la mina en San Pablo, deseaba solicitar empleo, la persona que lo atendió anotó su nombre y  datos, lo citaron para unos días después. 
Al terminar la entrevista y salir de las oficinas, casi llegando al límite del pueblo fue emboscado por un grupo de muchachos que lo golpearon de tal manera que terminó con graves contusiones y tres costillas rotas con la amenaza que si regresaba sería peor. -En la mina solo trabaja gente de San Pablo- esa fue más que una advertencia, fue una amenaza, por eso ahora Adriano y sus amigos quieren venganza, ellos ya saben quienes son los que golpearon a Rene. 
La familia en su momento no quizo hacer una denuncia para no hacer más escándalo pero René está postrado en una cama. 
-Pero están equivocados, se tenía que hacer una denuncia a la policía, esos actos no se pueden tolerar, ni pasar por alto-  decía Rafaela molesta por la situación. 
Doña Elvira comentó -Cómo es posible pasar de un acto salvaje a otro acto salvaje, si resultan heridos o lo que es peor muertos, ¿qué va a suceder?   
-Madre tenemos que evitar estos enfrentamientos, Celina vamos a ir a la policía para hacer una denuncia- dijo decidida Rafaela y se retiró a su habitación para cambiarse de ropa. 
-Doña Elvira... si hacemos la denuncia van a detener a todos y Adriano está incluido, sus amigos y él  terminaran en prisión- lloraba Celina sin esperanza.
-Celina es preferible que los detengan a que terminen matándose unos a otros, es necesario detener esto, con la muerte no se consigue nada-  decía doña Elvira segura de que las cosas terminen bien.    Rafaela entró a la sala y junto a Celina se despidió de su madre y salieron camino a la jefatura. Doña Elvira les pidió tener cuidado, ella se quedo sola en la casa a la espera de buenas noticias.
-Celina, se supone que estos conflictos ya no deben pasar, si se firmó la paz y un acuerdo que soluciona los problemas- comentaban Rafaela a Celina en el camino.                           
Cuando llegaron a la jefatura para hacer su denuncia, se enteraron que la policía ya estaba sobre aviso  de lo que iba a suceder, ellos tenían una denuncia previa. 
La policía de Santa Emilia se comunicó con sus colegas de San Pablo e iban a iniciar un operativo conjunto para tomar por sorpresa a los revoltosos y detenerlos. 
Las patrullas de ambos pueblos estaban preparadas, querían que se inicie la reunión para capturarlos y llevarlos detenidos, sobretodo a los cabecillas. 
Uno de los efectivos interrogó a Celina para saber si podía dar más pista sobre el asunto, ella fue cauta al hablar y no mencionó el nombre de Adriano para no comprometerlo.
-Señoritas, ahora pueden retirarse, la policía tiene todo controlado para evitar que se lleven acabo  hechos lamentables- les decía el agente que había interrogado a Celina.
-Por favor oficial-  agregó Rafaela -si ustedes tienen todo controlado nos vamos a nuestra casa, solo deseamos que nada lamentable ocurra. 
De regreso a la casa de Rafaela, Celina estaba un poco más tranquila, al menos ya no lloraba y hablaba con coherencia, sus nervios se habían tranquilizado.
En la casa de Rafaela, doña Elvira se enteraba por su hija  los detalles y comentarios de lo sucedido en la jefatura. 
-Celina, al menos Adriano no te culpará de haberlo denunciado porque ya existía una denuncia previa-  decía doña Elvira, con cierto alivio en la voz. 
Celina se quedó a dormir en casa de Rafaela, llamó a sus padres para decirle donde estaba. 
A la hora de irse a dormir, las dos amigas no dejaban de comentar sobre los hechos y las actitudes de Adriano y sus amigos. 
La policía en su intervención actuó con mucha cautela pero en forma efectiva, logró capturar a los dos grupos de jóvenes sin llegar a los disparos, ni lamentar alguna muerte. Todos fueron detenidos y llevados a prisión para su proceso, no se iban a tolerar actos de vandalismo de ninguna manera.   
Al día siguiente el pueblo de San Pablo y Santa Emilia era un hervidero de comentarios los pobladores estaban enterados de los hechos que no llegaron a ocurrir.  Los familiares se dieron cita en la jefatura para responder por los jóvenes detenidos. 
Todos opinaban y lamentaban los golpes a René y luego la solución de  cobrar venganza del otro bando. 
Como los hechos finales no lograron llevarse a cabo, algunos jóvenes salieron de prisión pero fueron amonestados fuertemente por el comisario que les advirtió: -un paso en falso y sin contemplaciones serían detenidos- Los culpables de golpear a René quedarían en prisión para ser juzgados.  
Entre el grupo que quedó libre estaba Adriano que se lamentaba por su actuación. 
En el momento de salir en libertad Adriano fue citado al municipio, él no sabía lo que le esperaba. 
Se presentó en la oficina del alcalde Teodoro Cerillo y éste estaba realmente molesto, le pidió que tome asiento:
-¿Qué es lo que imaginas?,¿que has hecho?, ¿tú crees que esa es la forma de proceder de una persona que trabaja en el municipio?. ¡Tú no puedes estar involucrado en situaciones que comprometan la tranquilidad de la población!  y menos de portar armas para enfrentarte a tiros con otras personas como si fueras un delincuente. Esta situación puede comprometer tu puesto de trabajo- decía el alcalde en voz alta. -retírate de mi oficina, voy a pensar que solución tomar contigo, por el momento quedas suspendido por unos días sin goce de haber... ¿comprendiste?
Teodoro Cerillo estaba demasiado molesto con Adriano, a éste no le quedo otra cosa más que obedecer y retirarse, el alcalde no lo quería escuchar.
Acto seguido, Teodoro Cerillo tomó su camioneta y se dirigió a San Pablo a las oficinas de la mina para hablar con los directivos estos actos de vandalismo tenían que terminar, la mina no era propiedad exclusiva de San Pablo, jóvenes de las localidades cercanas podían trabajar en ella. 
     
             
Los directivos de la mina conversaron con el alcalde Cerillo y se comprometieron a corregir estos actos para que no vuelvan a suceder. Ellos lamentaban la golpiza que había recibido el joven René por solicitar trabajo. 
Después de terminar su entrevista con los directivos el alcalde Cerillo fue a visitar a su colega Lázaro Ventura, éste no era de su agrado pero era indispensable una conversación con él para tomar las medidas pertinentes y vivir en paz entre las dos Villas. 
La conversación con Lázaro Ventura alcalde de San Pablo, transcurrió en un ambiente de tranquilidad, él también lamentaba de los hechos que solo iban a traer más violencia:
-No se puede tolerar estas situaciones en nuestros jóvenes, tenemos que estar alerta para evitar los enfrentamientos, con esa golpiza han podido matar al joven René - decía el alcalde Ventura y estaba de acuerdo con su colega.
Al final del día, Teodoro Cerillo se encontraba en su oficina, no sabía que medidas tomar con respecto a Adriano, él era su supervisor de obras y asistente, le había tomado mucha confianza y ahora se sentía defraudado. 

CONTINUARÁ       

domingo, 2 de diciembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

Por fin había llegado el día que tanto esperaba la gente de Santa Emilia y San Pablo, era el día señalado por los alcaldes para solucionar los problemas del conflicto de tierras que por tantos años había complicado la vida de ambos pueblo.
Rafaela y su madre esperaban en la casa a Tadeo que pase a recogerlas, para ir juntos al lugar donde los habían citado, mientras tanto madre e hija conversaban  sobre  los acontecimientos que podían suceder, aunque rogaban que no se presenten inconvenientes.  
Ya no se debía  esperar más, la fecha histórica en la vida de ambos pueblos estaba marcada en el calendario como el Jueves 5 de Mayo.
Los garantes por San Pablo eran los mismos que la vez anterior, los directivos de la mina y por Santa Emilia, el padre de la iglesia principal.  
También se encontraban entre los presentes Hipólito Mancilla y Mariano Arias con sus respectivos asistentes,  ellos no se dirigían la palabra y apenas se saludaron. La gran asistencia de los pobladores llenaba el lugar, todos querían que se llegue a un buen acuerdo.    
En  el ambiente se podía sentir la tensión, nadie hablaba la gente estaba atenta a las palabras de los alcaldes. Doña Elvira, Rafaela, Tadeo y Barzan se encontraban presentes en primera fila, ellos habían sido invitados expresamente por el alcalde Teodoro Cerillo porque sus tierras podía estar comprometidas a la hora de marcar los límites. 
Hipólito Mancilla era otro de los principales invitados por la misma razón que doña Elvira, sus tierras serían las más comprometidas a la hora de trazar los límites.
Un día antes a la reunión, Hipólito Mancilla había visitado a doña Elvira para recordarle a ella, el trato de hacer entre los dos un frente común y ayudar a resolver lo más rápido posible el conflicto. Él quería que se solucione el problema sobre los límites para la tranquilidad y la paz entre las dos villas y para que sigan prosperando a futuro.  
Además de querer la solución del conflicto,  Hipolito Mancilla, tenía en mente un ambicioso proyecto que no podía llevarse a cabo si los problemas continuaban, para él todos se beneficiaban si Santa Emilia y San Pablo vivan en un clima de paz. 
El proyecto que quería ejecutar y del cual no había hablado con nadie, era la construcción de un pequeño aeropuerto con una pista de aterrizaje, la gran afluencia de turistas podía justificar el proyecto, no tenía duda que sería un éxito pero por mucha plata que él tuviera solo no podía construir la pista de aterrizaje para avionetas y aviones pequeños de veinte pasajeros.
Era una gran idea, pero necesitaba el apoyo y el permiso del municipio. 
En eso estaba Hipólito Mancilla, cuando visitaba al alcalde Cerillo y comentaba  todo lo bueno que traería para el pueblo la construcción del aeropuerto.           
-Teodoro, sería algo muy bueno para Santa Emilia, no solo porque vendrían más turistas, sino que los mismo pobladores de Santa Emilia y demás localidades cercanas se verían beneficiados porque ellos  podrían viajar al instante a la capital por una emergencia o negocios. Piensa en lo bueno de todo aquello, además tú pasarías a la historia del pueblo como el alcalde que trajo más progreso para la población-  decía Hipólito Mancilla con gran entusiasmo para convencer al alcalde, sin su apoyo no podía realizarse el proyecto.
De toda esa gran idea, había otro gran inconveniente que podía traer abajo los planes de Mancilla, esto era la posición geográfica de Santa Emilia y San Pablo, los dos pueblos se encontraban ubicados muy cerca a la cordillera y aquello podía ser un impedimento para el proyecto. Solo los profesionales y especialistas en el tema podían decir si era factible la construcción de una pista de aterrizaje cerca a Santa Emilia.  
De nuevo Hipolito Mancilla insistió en su proyecto y agregó  -yo voy a pagar a un ingeniero especializado en el tema  un profesional de primera línea para que haga un estudio completo del proyecto y nos diga si es factible la construcción del aeropuerto.        
Teodoro Cerillo no estaba en contra      
de la construcción de un pequeño aeropuerto, al contrario le parecía un gran paso al futuro, solo quería tomar las cosas con calma pensar los pro y los contras y sobretodo estar seguro si era posible su construcción.
Hipólito no dejaba de insistir y volvía a la carga -piensa Teodoro si quieres le ponemos tu nombre al aeropuerto para que siempre seas recordado. 
-No, no esto sería exagerar y no quiero que a gente piense que soy soberbio o lo que es peor que me estoy llevando plata al bolsillo- dijo Teodoro Cerillo con énfasis 
-No te preocupes Teodoro, todos saben en el pueblo que eres un buen alcalde-  sonreía Mancilla para terminar de convencerlo.
El alcalde Cerillo no era ingenuo, sabía a donde quería llegar Mancilla pero si el deseaba hacer realidad el proyecto tendría que ajustarse a las reglas y a la ley. Teodoro Cerillo siempre deseaba  el desarrollo y lo mejor para Santa Emilia, su gestión se haba caracterizado por ello.   
La mañana estaba despejada, ni una nube en el cielo, todas las personas rodeaba a los alcaldes autoridades y garantes era un clima de buen augurio.
Después de las palabras de protocolo para recibir y saludar a todos los asistentes, Lázaro Ventura Alcalde de San Pablo no quiso extenderse en demasiadas palabras, no deseaba hacer recordar a la gente su actuación en la reunión anterior, por este motivo cedió pronto la palabra a su colega Teodoro Cerillo a pesar que entre los dos se podía ver la distancia y tensión.
El paso siguiente fue dar inicio para marcar los límites en los terrenos del conflicto, cada cierto tramo se colocarían  hitos, así no habrían confusiones en el futuro. 
En algunos tramos la carretera servía de frontera y en otros estarían los hitos, al llegar cerca al fundo de doña Elvira se recorto un poco sus tierras, Tadeo quiso protestar pero su madre le pidió que no lo haga, ella estaba de acuerdo
-Hijo te pido por favor, hagamos esto por el bien y la paz de Santa Emilia- Tadeo algo disgustado guardó silencio.   
Al llegar a las tierras de Hipolito Mancilla el recorte fue más extenso, él no pronunció palabra esto le servía como argumento para convencer al alcalde Cerillo de hacer el canje de sus tierras por la construcción del aeropuerto. 
En un momento la tensión creció y se inició una discusión por el desacuerdo en el hito 44 debido a    que San Pablo no quería ceder parte de su terreno. El alcalde Ventura  quería ceñirse a lo que decida el acta de fundación pero tuvo que entrar en razón y ceder si se quería llegar a un acuerdo final. 
En el lugar más visible se colocaría una placa de conmemoración con la fecha y nombres de las autoridades por el acto celebrado y así se pondría fin a los problemas, de ahí en adelante solo se hablaría de paz.
La mañana había terminado sin muchos contratiempos, solo algunas discusiones que no llegaron a malogran el ambiente.  
Los pobladores estaban sorprendidos por la actuación de sus alcaldes y aunque hubo algunas discusiones se llegó al final para firmar la paz.    
En San Pablo y Santa Emilia se celebraba el acuerdo, la gente festejaba como si se tratara de un acuerdo de límites entre dos países.
El alcalde Lázaro Ventura en el municipio de San Pablo celebraba con sus mas cercanos colaboradores  -por fin se terminó este conflicto- decía en voz alta, momentos después pensaba mientras hacía un brindis que era la hora de solucionar el otro problema con Monteagudo el secretario de su partido, éste no se encontraba presente en la reunión.
En Santa Emilia la celebración era igual, todos esperaban la paz duradera, Teodoro Cerillo con su gente en el municipio hacía un brindis por esta fecha, cuando Hipólito Mancilla se acercó a él para hablar del tema del aeropuerto, el alcalde Cerillo comentó:
-Mi estimado Mancilla, ahora no es el momento de hablar de ese tema, ahora es el momento  de brindar y celebrar porque hemos llegado a un acuerdo provechoso-  entonces levantó su copa brindó con él, se dio media vuelta para dirigirse a otro grupo.
Hipolito Mancilla contuvo su ira por haberse quedado con la palabra en la boca, pero pensó que era mejor celebrar y no entrar en conflicto con el alcalde Teodoro Cerillo. 
De noche en casa de Rafaela la familia estaba reunida para celebrar, Tadeo ya no estaba molesto comprendió lo que le había dicho  su madre en la mañana.  Barzan y Rafaela conversaban felices todos hablaban de la reunión y  de la buena actitud de los alcaldes para llegar al feliz acuerdo.  
La reunión duró hasta bien entrada la noche, después era la hora de despedirse, el día siguiente sería un día normal de trabajo. 
Doña Elvira y Rafaela se habían retirado a dormir, la casa estaba en silencio. 
De pronto se escucharon unos golpes con violencia en la puerta ¿quién podía ser a esas horas de la noche? Rafaela fue a la puerta y al abrir se encontró con Celina que apenas podía hablar y lloraba con desesperación 
-¿Qué pasa Celina qué te sucede? habla por favor-  decía Rafaela al ver a su amiga tan desesperada.
Doña Elvira trajo un vaso con agua de azahar para calmar a Celina que seguía llorando y no podía articular palabra alguna.  

CONTINUARÁ    
                             
          
       
    

domingo, 25 de noviembre de 2018

DOS PUEBLOS... DOS VILLAS

La tía Mercedes y el tío Roberto tenían que regresar a la capital. El tiempo de visita había llegado a su fin, era la hora de despedirse. 
La tía Mercedes mientras abrazaba a su hermana decía:
-Elvira, tienes que tomarte un tiempo para viajar y visitar a la familia, tú sabes que las puertas de mi casa están siempre abiertas para ti.
-Gracias Mercedes te prometo que en cuanto se solucione todo en Santa Emilia, voy hacer un viaje para visitar a la familia 
Las dos hermanas se abrazaron con emoción al saber que pasaría un largo tiempo para volverse a encontrar. Rafaela se despidió de su tía y del tío Roberto, éste no podía ocultar su impaciencia de subir a la camioneta y partir lo más pronto, no quería que la noche los sorprenda en el camino. 
En la ciudad tenía bastante trabajo que realizar, no solo el estudio de los fósiles que había encontrado, sino el trabajo en la oficina de la empresa para la que trabajaba.
Rafaela y su madre despedían a los tíos que iniciaban el viaje de regreso a la ciudad.
Después de decir a dios a su hermana y cuñado, doña Elvira camino hasta la cocina, quería comenzar a preparar una nueva cantidad de mermeladas de diferentes sabores. 
Rafaela comentaba con su madre, la visita de los tíos y lo agradable que fue su estancia en Santa Emilia, ella había visto algunos  fósiles que el tío Roberto había encontrado en el valle y le parecieron interesantes, uno llamó su atención, era extraño por su forma y tamaño. Él tío lo guardó con especial cuidado.
-Madre- dijo Rafaela -lo que hace el tío Roberto es interesante, el estudio de los fósiles le apasionan sobre manera. Vieras con que cuidado los examinaba y comentaba que en su estudio de la ciudad iba a tener bastante trabajo para clasificarlos. 
-Si es cierto, a Roberto siempre le a gustado estudiar e investigar los rocas, los fósiles, en fin él es muy cuidadoso con su carrera- contestaba doña Elvira mientras preparaba todos los utensilios para empezar la preparación de las deliciosas mermeladas.
-Madre-  volvió a decir Rafaela -tengo que comentar algo que he guardado desde que llegué de mi viaje a la capital. He renunciado definitivamente a la empresa donde trabajaba porque mi intención es quedarme en Santa Emilia y trabajar a tu lado en la tienda. 
Doña Elvira se quedó unos segundos pensando y luego agregó -Has meditado bien tu decisión, en la compañía tenías un buena carrera, aquí en la tienda y trabajar a mi lado es diferente, ¿te vas acostumbrar?- preguntó a su hija, no muy convencida de la decisión que está había tomado. 
-Madre... aquí puedo ayudarte y además podemos hacer varios cambios para que la empresa crezca y sea más eficiente. He pensado que se puede ampliar la cocina para que sea un lugar más cómodo y amplio de trabajo, así aumentaría la cantidad de nuestros productos. También tendríamos que hacer cambios en el delivery para hacerlo más eficiente y en la tienda podemos ofrecer otras variedades de productos que no sean los que ya tenemos para el público. 
-Rafaela, no voy a sacrificar la calidad y el sabor de mis mermeladas para fabricarlas en cantidad, ellas, han ganado un lugar de preferencia y todos en el pueblo las compran porque son artesanales y hechas en casa, con la fruta y el sabor especial-  dijo esto doña Elvira un poco fastidiada por los comentarios de su hija.
-No pretendo cambiar la esencia de la empresa que se basa  en la calidad y sabor, solo quiero que entiendas que hay mejoras que se pueden realizar para  hacerla más eficiente.       
 Rafaela se daba cuenta que no iba hacer  
fácil convencer a su madre con nuevos cambios, por el momento no deseaba entrar en conflicto con ella. Poco a poco le iría demostrando las ventajas de hacer algunos cambios sin  sacrificar la calidad y el sabor de las mermeladas que tenía un sitio ganado dentro de los hogares, hoteles y restaurantes en Santa Emilia y San Pablo.   
Otro cambio importante, sería contratar a una persona para que ayude en la cocina, esto último, no iba a ser  fácil con doña Elvira porque ella no permitía que nadie sepa el secreto de cómo elaboraba sus mermeladas. 
Rafaela pensó que era mejor dejar  la conversación y se fue a cambiar de ropa, tenía una cita con Barzan,  en una hora pasaría a recogerla, él le había prometido llevarla a conocer la planta donde se elaboraban los productos lácteos del fundo Torre-Alba que el abuelo Fausto había creado con mucho esfuerzo y trabajo.
Era mejor dejar que su madre piense a solas sobre los cambios en la empresa.  
Barzan vino a recoger a Rafaela a la hora indicada, saludó a doña Elvira y partieron al fundo que estaba a una hora del pueblo. 
En el camino Rafaela comentaba con Barzan la conversación con su madre y lo difícil que iba ser convencerla de hacer los cambios en la empresa. También comentó su decisión de quedarse a trabajar en Santa Emilia.  
Barzan contestó -tienes que tener paciencia, tu madre está acostumbrada a una forma de trabajo que le ha dado buenos resultados, porque no haces los cambios paso a paso, para que ella se convenza de que es bueno hacer algunos ajustes- Por otro lado se sentía  feliz de saber que ella se quedaría en el pueblo y a su lado.  
Rafaela no contestó a Barzan, él tenía razón, era mejor hacer los cambios poco a poco y no crear conflictos, doña Elvira tenía una forma de pensar,  eran dos generaciones diferentes.   
Cuando llegaron al fundo, Barzan le mostraba a Rafaela el lugar donde se hacían los quesos y mantequillas. La planta no era muy grande pero era impecable y eficiente, antes de entrar se cubrieron los zapatos, el cabello y la ropa con un mandil especial. 
Barzan le indicaba que todo esto lo había hecho su abuelo Fausto, él tenia un verdadero amor por su tierra y su trabajo. 
Recorrieron la planta, Rafaela estaba bastante impresionada con el lugar, era moderno para Santa Emilia. 
Después de terminar el recorrido por la planta, la invitó a la casa quería mostrarle la colección de sellos postales del abuelo y un arma que había sido usada en la segunda guerra mundial, él no sabía como había llegado a las manos de su abuelo, además del arma con la que se defendió en ese grave incidente que tuvo años atrás. 
La casa lucia impecable, al entrar Barzan y Rafaela, todas las ventanas estaban abiertas y dejaban pasar la luz del día, la decoración era sencilla  pero acogedora, en el escritorio estaban los sellos y en una vitrina las armas de colección. Todos los objetos impresionaron a Rafaela, ella escuchaba las historias que contaba sobre ellas,  Barzan.  
El fundo Torre-Alba estaba ubicado varios kilómetros de distancia de las tierras en conflicto por      
      
los límites entre los dos pueblos. Esto era una gran ventaja para Barzan que no tendría problemas con su fundo, muy diferente era el caso de Rafaela y las tierras de su familia.  
En unos días más sería la reunión entre dos pueblos. Hasta el momento había un clima de paz que todos esperaban continúe así.
En San Pablo, el alcalde Lázaro Ventura  estaba preparado para la reunión, faltaban algunos días pero él no había perdido el tiempo y varias veces fue a visitar el lugar del conflicto. 
No quería que nada lo sorprenda o existan errores de último momento. Se reunió con sus concejales para hablar del tema y llegar a soluciones prácticas. Era importante acabar este tema y poner fin al conflicto para concentrarse de nuevo en las elecciones municipales del próximo año. Tenía que crear confianza en la población si quería ser reelegido, este era su principal interés.
Llamó a su secretaria -¡Manuelita!... venga usted, tenemos que prepararnos para el día de la reunión con las autoridades de Santa Emilia,  prepare los documentos y las actas para que todo quede escrito, sellado  y no falte ningún detalle. Recuerde enviar las invitaciones a los garantes y a las autoridades de Santa Emilia, con el día y la hora de la reunión,  nadie debe faltar.
Manuelita fue a preparar los documentos y demás.  
Mientras Lázaro Ventura pensaba en su oficina en como solucionar el otro asunto con Monteagudo, el secretario del partido, ya no tenía dudas, él había sido el autor de los panfletos y todo el problema que habían ocasionado. 
Tarde o temprano tenía que enfrentarlo, por las buenas o por las malas, tenía que saber cuáles fueron sus motivos para actuar de esa manera y muy posible retirarlo del partido.

CONTINUARÁ            

domingo, 18 de noviembre de 2018

DOS PUEBLOS...DOS VILLAS

 Mientras Rafaela paseaba con Barzan, le explicaba los detalles de la ciudadela Pre-Inca, sus gruesos muros, como habían sido construidos y la solidez de las edificaciones. 
La gran influencia de la cultura Chavín en su construcción por la presencia de cabezas clavas en los muros que representaban  según los estudios a jaguares animales míticos dentro de sus creencias que resguardaban el lugar. La cerámica en colores tierra, los mantos, finos, textiles con bella iconografía. Barzan escuchaba sorprendido lo que Rafaela le contaba, ella conocía bien el lugar y su historia. 
En otro momento Rafaela comentaba que cuando su padre estaba vivo, un día llegó a sus manos la figura de un guerrero o tal vez un sacerdote que celebraba sacrificios humanos por una cabeza que tenía en una mano y un cuchillo ceremonial en la otra, esta figura su padre la guardó con especial cuidado porque era la prueba de las ofrendas que celebraban a sus dioses en el pasado.  
-Barzan, alrededor de la ciudadela se tejen muchas leyendas, como una de guerreros alados que volaban por el valle, no sé si esto es real o con el tiempo se vuelto solo mitología. Mi padre siempre decía que era necesario estudiar más y hacer investigaciones más profundas en la ciudadela para sacar verdaderas conclusiones. Lo que si es real es que la ciudadela se levanta frente a nosotros como un testigo del tiempo y que la gente que vivía en ella estaban avanzados en cuanto a las construcciones de los edificios, a los tejidos de sus textiles y su forma de vida era trabajar la tierra que les proporcionaba el sustento y defenderla  a cualquier precio, se sabe además que era guerreros y se enfrentaban a otros pueblos, ellos realizaban sacrificios humanos como pago  y agradecimiento a sus dioses cuando ganaban una batalla. 
-Tu padre te enseñó todo esto, es notable  lo que él sabía respecto a la ciudadela, debe haber leído muchos libros- decía Barzan con asombro por los comentarios de Rafaela. 
-A mí padre le gustaba leer mucho sobre este lugar, él era un arqueólogo aficionado, dentro de las cosas que él conservaba  también hay un manto que  encontró en la ciudadela, otro día te lo voy a mostrar. 
Barzan tomó de la mano a Rafaela, con este gesto quería decir que estaba comprometido con ella, no tenía duda sobre ello, pero deseaba saber si Rafaela lo aceptaba, ella guardó silencio un momento y un abrazo entre los dos fue la respuesta.  
Era tiempo de terminar el paseo, la noche había llegado y la luz de la luna alumbraba el lugar, la ciudadela se veía imponente con los reflejos de luz sobre ella. 
De regreso a Santa Emilia, los dos viajaban en silencio,la noche era cómplice y toda la energía del universo estaba con ellos, nada se oponía a sus sentimientos. 


Cuando llegaron a casa de Rafaela se despidieron, con el deseo de volverse a encontrar al día siguiente.
Era tarde Rafaela no quería molestar a su madre y se fue a dormir, había pasado un día hermoso al lado de Barzan.     
Al día siguiente a la hora del desayuno el tío Roberto se preparaba para viajar a su excursión por el valle, él era  experto en acampar y tenía todo preparado para hacer su recorrido de varios días. Su esposa, la tía Mercedes, esperaría el regreso en casa de su hermana Elvira.  El desayuno transcurrió en una amena charla entre Rafaela, su madre y la tía Mercedes, el tío Roberto ya había partido, esta vez él pensaba alejarse más y adentrarse bien en el valle para encontrar valiosos fósiles.
-Elvira- decía su hermana -Te tengo que contar que la familia en la capital está bien, la tía Constansa siempre con sus achaques, ella dice que no se queja y da gracias a Dios de estar viva y en este mundo, a sus 95 años. Te cuento además, que la prima Paquita va tener su cuarto bebe, ella no se ha enterado aun que existe una sobre población en el planeta- la tía Mercedes reía al hacer estos comentarios  -¡ah! y no quiero olvidar que  el primo Edmundo se va a graduar en ciencias políticas. Todos los demás familiares están bien y gozan de buena salud.
Doña Elvira preguntaba por todos sus familiares y amigos cercanos, ella deseaba saber de cada uno de ellos. 
-Elvira, hace tiempo, no viajas a la ciudad, ¿porque no vienes con nosotros a la hora que nos vamos?, no hay excusa de la tienda, porque Rafaela se puede quedar cuidando de ella.  
-Por el momento no puedo mover de Santa Emilia, dentro de dos semanas se van a definir los límites entre San Pablo y Santa Emilia,  debo estar presente porque mi fundo se encuentra dentro de esos límites- contestó dona Elvira un poco preocupada por el temor de no saber los resultados. 
Los temores de doña Elvira eran justificados porque en la primera reunión las cosas no habían ido bien y con los dos alcaldes que tenían cualquier cosa podía suceder.   
Las nubes todavía no se habían disipado en el cielo, el tema de los limites tenia en suspenso a todos los pobladores.  
En las oficinas del municipio de San Pablo también estaban al tanto de la fecha del día  la reunión. El alcalde Lázaro Ventura reunía toda la información sobre el pueblo para estar preparado. 
-¡Manuelita!- llamaba a su secretaria-  ésta de inmediato se presentó ante el alcalde -¿donde están los documentos que solicité?-
-Señor alcalde aquí están- contestó Manuelita con premura.
Lázaro Ventura examinaba con cuidado hoja por hoja, tenía en sus manos los la partida de fundación de San Pablo de hace 180 años, igual que la fundación del pueblo de Santa Emilia, la gente los conocía como los pueblos gemelos, porque casi habían nacido el mismo día. Esta situación era única  en la historia del país. 
El alcalde Ventura quería estar bien informado sobre la historia y límites del pueblo para no tener sorpresas de último minuto. Quería tener solvencia  y conocimiento a la hora de rebatir cualquier inconveniente o confusión. 
Lo que él no sabía es que por su parte Teodoro Cerillo estaba haciendo lo mismo en sus oficinas de Santa Emilia, examinaba los documentos de fundación, de límites, no quería ser sorprendido por su colega Ventura.    
Al parecer las nubes en el cielo permanecían y podían anunciar en cualquier momento terribles tormentas que podían sacudir ambos pueblos. 
La mañana estaba tranquila, Rafaela ayudaba  a su madre en la tienda con la compañía de la tía Mercedes, ella era una persona amena y divertida. Mientras hacían los registros de los productos se presentó en la tienda un encargado de la mina a comprar mermeladas, quesos, mantequillas, miel para el desayuno que celebraban todos los meses los directivos de la mina a sus empleados, era un desayuno de camaradería, la compra que hacían en la tienda de doña Elvira era importante. La mina tenía bastantes empleados.            

Rafaela tomó el pedido y con cuidado, acomodaba los frascos de mermeladas y miel en una caja, los quesos en otra y las mantequillas también. 
Los encargados pagaron la compra y se llevaron el pedido. Para los directivos de la mina era importante mantener las buenas relaciones con los empleados y viceversa, este desayuno servía para estar cerca y crear un buen ambiente de trabajo en la mina. 
La vida cotidiana en el pueblo se mantenía activa, los turistas como siempre llegaban y llenaban los hoteles y pequeños hostales, los paseos por el valle, las visitas a la ciudadela y escalar el gran nevado eran los grandes atractivos. Por las noches los restaurantes y paseos por la plaza principal era la diversión, se respiraba un aire de tranquilidad y alegría.
Los días pasaron rápidamente, la  semana se había completado y el tío Roberto llegó con su valioso cargamento, tenía muchas novedades, sus estudios hacían progresos y los fósiles encontrados eran interesantes. Había uno que era el más valioso, pero tenía que limpiarlo con cuidado y estudiarlo en su oficina de la ciudad para definir bien de qué se trataba. Estaba cansado por el viaje pero satisfecho con su cargamento. No se cansaba de repetir que el valle no solo era próspero, sino interesante para el estudio y para investigar la historia.

CONTINUARÁ      

domingo, 11 de noviembre de 2018

DOS PUEBLOS...DOS VILLAS

Al día siguiente de haber llegado a Santa Emilia, Rafaela conversaba con su madre en el sala de la casa. Ella comentaba los pormenores de la boda de Marguitte y lo bonita que había sido la fiesta. Por el momento no habló de la conversación que tuvo con su jefe y la renuncia definitiva a la empresa, era mejor así, después hablaría con su madre.  
En medio de la conversación   llamaron a la puerta, ¿quién podía ser a las nueve de la mañana de un día domingo?.
Rafaela abrió la puerta y su sorpresa fue mayor cuando vio que se trataba de la tía Mercedes, hermana menor de doña Elvira y su esposo el tío Roberto que venían a visitarlos desde la capital. 
Los saludos y los abrazos de felicidad por ver a su hermana y a su cuñado, doña Elvira estaba  feliz.  Su hermana y su esposo solían venir de vez en cuando de visita a Santa Emilia, una era para ver a doña Elvira y a sus sobrinos y otro motivo era porque su esposo, el tío Roberto que era un geólogo reconocido que  aparte de desarrollar su carrera, él se dedicaba a buscar fósiles en todo el valle de Santa Emilia y San Pablo, como una prueba de que hace millones de años toda la región había estado sumergida en el fondo del mar. 
Un día que visitaba el valle, en uno de sus recorridos encontró un fósil de  caracol marino extinto hace miles de años, el hallazgo causó gran sorpresa entre la comunidad científica internacional y fue adquirido por una universidad del extranjero que mostró gran interés. 
El era un profesional meticuloso y apuntaba en una libreta todas las observaciones de cada uno de los fósiles. Tenía una página Web que era muy visitada, donde mostraba sus hallazgos de los fósiles de algas o pequeños animales marinos que podían ser adquiridos por personas interesadas en estos temas o instituciones. Era serio en su trabajo y nunca tuvo la intención de falsificar algún fósil,  como en el caso de otros colegas. 
El tío Roberto estaba escribiendo un libro sobre la antigüedad de la región, sus investigaciones estaban muy  avanzadas. Estudiaba las diferentes capas geológicas de las rocas y comentaba  -las piedras hablan y cuenta una historia.  
Le gustaba la tranquilidad del valle y acampar en algún lugar de la zona y en las noches contemplar el cielo estrellado lo dejaba sin palabras. Sus viajes podían demorar varios días.    
La bienvenida a su hermana ocupó toda la atención de doña Elvira, ella les sirvió el desayuno y  los lleno de atenciones. Doña Elvira quería que su hermana le cuente las últimas novedades de la familia en la capital. 
Rafaela se apartó del grupo un momento para atender el teléfono, la llamada era de la madre Clementina que le pedía que vaya al convento porque deseaba  hablar con ella. Se disculpó con sus tíos y su madre, se alistó lo más rápido posible y salio para ir al convento, estaba intrigada no sabía que podía querer la madre superiora. 
Rafaela se presentó en el convento y pidió hablar con la madre Clementina que la esperaba en su oficina. Cuando estuvo frente a ella la saludo y dijo:
-Madre Clementina he venido lo más pronto que podía, su llamada me ha preocupado, no sé en que puedo ser útil.
-Rafaela te llamé porque quería comunicarte sobre la conversación que tuvimos hace un tiempo, se trata de la hermana Soledad, tú me pediste que te mantenga al tanto de los resultados finales  de su caso.  Bueno, tengo noticias que darte, su madre me llamó el día de ayer para comunicarme que ya habían encontrado a la persona que dio los nombres de los agentes y por ende el de la hermana Soledad; para que luego ocurran los terribles hechos que ya conocemos. Como siempre te repito, esta conversación debe quedar entre nosotras. 
El culpable es uno de los agentes dentro del mismo cuerpo policial, él delato a sus compañeros porque estaba bajo amenaza, en esos días habían secuestrado a su familia y según sus palabras los iban a matar. 
El comisario no ha querido decir nada más a la madre de la hermana porque ya no puede hacerse nada. Ahora el juicio a esta persona va ser a puerta cerrada, nadie  puede enterarse.  Con esto queda cerrado el caso de los agentes, supongo que lo van a juzgar y sentenciar.
Rafaela estaba triste el caso de la hermana Soledad la había conmovido y nada se podía hacer ya,    los hechos ocurrieron hace más de un año.  

-Gracias madre por decirme todo esto, supongo que ahora debemos dejar que estas personas descansen en paz. 
Si, ahora usted  me pregunta que es lo que pienso, le digo que me hubiera gustado ver a la hermana Soledad viva,  feliz y comprometida con su misión. 
-Aquí en el convento siempre la recordamos con alegría y oramos por ella y todos los agentes. Debemos cerrar este lamentable capítulo y dejar  que la justicia cumpla su labor- dijo la madre Clementina lamentando todo lo ocurrido en el caso de los agentes policiales.  
Después de conversar de algunos temas de la vida cotidiana en el pueblo, Rafaela se despidió de la madre Clementina y volvió a agradecerle el haberle contado el final de este caso. Ella se retiró del convento y caminaba hacía el parque cercano, no deseaba regresar todavía  a su casa, tenía que procesar la tragedia ocurrida, no era fácil de aceptar  nadie merece acabar su vida de esa forma y menos la hermana Soledad.  
Se sentó en un banco del parque, las flores de vistosos colores adornaban el camino, todo se veía tan bien cuidado. 
Mientras reflexionaba sobre la conversación con la madre Clementina, escuchó a su lado una voz que la saludaba con demasiada ceremonia, se trataba  del alcalde Teodoro Cerillo que como siempre  se acercaba a cuanto parroquiano encontraba, en este caso había reconocido a Rafaela, que era la hija de doña Elvira, la señora de la tienda de las deliciosas mermeladas y demás. 
-Rafaela buenos días ¿cómo está usted?- decía el alcalde con una gran sonrisa.      
 -Señor alcalde, que sorpresa encontrarlo en un día domingo paseando por el parque, que debo reconocer que su gestión lo tiene bien cuidado. Es tan grato sentarse en una de estos bancos y contemplar lo bonito que se ve todo-  comentó Rafaela al alcalde.
-Yo siempre trabajo para el pueblo de Santa Emilia, para que los pobladores se sientan contentos y tranquilos porque tienen un buen alcalde- comentaba Teodoro Cerillo, que no perdía la oportunidad para hacer campaña política y publicidad  para las elecciones del próximo año.
El alcalde Cerillo contaba con entusiasmo sus planes futuros a Rafaela, todo parecía ir sobre ruedas, nada estaba hecho al azar. Al ver al alcalde en el parque otros ciudadanos se acercaron, querían conversar con él  y decirle algunas inquietudes que tenían al respecto de la carretera que estaba en construcción.
Rafaela se despidió y dejó al alcalde conversando con las demás personas que se habían reunido alrededor. 
En el camino se acordó que faltaban solo dos semanas para reunirse de nuevo y solucionar de una vez los límites entre los dos pueblos, ese día ella esperaba que todo transcurra con serenidad y que la buena voluntad gobierne. 
De regreso a su casa encontró a Barzan que había venido a visitarla.  Se retiraron del comedor donde estaba la familia  para ir a la sala, allí comentaba con Barzan sobre su viaje a la ciudad para celebrar la boda de Marguitte que de tanto hablar de ella parecía que Barzan la conocía de siempre. 
-Porqué no me dijiste que ibas a la boda, te hubiera acompañado, de paso conocía de verdad a tu amiga de la que tanto hemos comentado. 
-No te te dije nada porque pensé que no podías acompañarme, además estás aún de duelo- comentó Rafaela para cambiar de conversación.                   

Barzan invitó a Rafaela para salir a  recorrer el valle, llegar hasta el gran nevado, escalar algunos metros tomarse fotos con la nieve como hacían muchos turistas cuando llegaban al lugar.
A Rafaela le parecía  una buena idea, Barzan hace mucho tiempo no paseaba por el valle que ella conocía muy bien.
Se despidieron de la familia y salieron de paseo, llegaron hasta un lugar donde dejaron la camioneta y la cambiaron por caballos. El día era perfecto para salir a cabalgar. 
Rafaela mostraba a Barzan los lugares más bonitos de la zona, se tomaron muchas fotos y los infaltables selfies. Los dos se sentían a gusto en compañía del otro, en su recorrido llegaron al gran nevado, escalaron la parte que era más fácil de subir, su intención no era avanzar una gran altura sino disfrutar del lugar y de la nieve. La gran montaña era bella y espectacular,  el paisaje que la rodeaba era hermoso. 
Rafaela tuvo una idea más antes de acabar el día, preguntó a Barzan si quería ir a pasear a la ciudadela Pre-Inca, todavía los acompañaba la luz del día, él aceptó, se daba cuenta que en compañía de  Rafaela iría hasta el fin del mundo.
Enfilaron sus caballos hacia el camino y cuando llegaron a la ciudadela, desmotaron, Rafaela comentaba con Barzan las historias que su padre les había contado a ella y a su hermano Tadeo cuando los llevaba a conocer el lugar.  
Juntos caminaban por los alrededores, la ciudadela construida en piedra, se mantenía en pie y desafiaba al tiempo, su antigüedad era de por lo menos 3,000 años.   

CONTINUARÁ             












             




domingo, 4 de noviembre de 2018

DOS PUEBLOS...DOS VILLAS

San Pablo festejaba con gran algarabía la inauguración del puente, aquello significaba más comercio y más trabajo para los pobladores. 
Por doquier había fiestas, cantos y deliciosa comida.
En la noche los fuegos artificiales animaron aun más la fiesta que duró hasta altas horas de la madrugada. El alcalde Lázaro Ventura estaba más que satisfecho con el éxito de la inauguración del puente, él sentía que era su triunfo. 
Rafaela y su familia se retiraron de los festejos antes de la media noche, era suficiente, era el momento de regresar a Santa Emilia; en el camino todos comentaban el éxito de la fiesta y todo lo que habían disfrutado. 
Rafaela se despidió de Barzan y se retiró a descansar; al día siguiente le esperaba su viaje a la capital, faltaban solo dos días para la boda de sus amigos Samuel y Marguitte, ella tenía que estar presente. 
Su equipaje estaba listo, su vestido de dama fue guardado con cuidado en la maleta para que no se maltrate. Ya estaba reservada la habitación de hotel donde se iba a hospedar los días de su permanencia en la capital. Era el mismo hotel donde se realizaría la fiesta de la boda.
Al día siguiente muy temprano Rafaela se despidió de su madre y partió rumbo a la ciudad, estaba feliz de acompañar a sus amigos en una fecha tan especial.
Las horas que duraba el viaje Rafaela no podía dejar de pensar en Barzan, recordaba sus palabras, su alegría y cuando la tomó de la mano para caminar entre la gente de San Pablo, ellos se habían contagiado de la alegría de la fiesta. Era mejor pensar así y no ir más allá.
Muy tarde en la noche llegó a la ciudad, fue directo al hotel, las horas de viaje la habían agotado, pensó que era mejor llamar a Marguitte en la mañana, en ese momento solo deseaba dormir y descansar. 
Rafaela al día siguiente no llamó a Marguitte quería darle la sorpresa, ella sabía que su amiga se hospedaría en el mismo hotel para prepararse y salir a la iglesia, esto lo hacia por la cercanía del hotel y luego por la recepción. 
Rafaela pensó que era mejor presentarse de improviso y ver a su amiga en la habitación del hotel para luego acompañarla a la iglesia.
Marguitte llegó al hotel en el día de la boda, estaba nerviosa ¿como podría estar la novia que iba a dar el "si" definitivo?, su madre y su hermana la acompañaban, ella sabía que sus damas estaban presente, solo faltaba Rafaela, de ella no sabia nada desde hacía tres días. 
Tal vez Rafaela se había olvidado de la boda, pensó Marguitte con tristeza, sus damas serían solo cuatro. 
Su madre le sugirió no preocuparse más y era mejor concentrarse en su arreglo, la novia debía verse perfecta y radiante  para lucir bella en ese día.   
Faltaba solo una hora para las seis de la tarde, una hora más y la novia partiría con su padre a la iglesia. Marguitte se miraba al espejo, se veía hermosa, su vestido era de encaje y seda, un largo velo adornaba su cabello. 
Mientras tanto Rafaela un piso más arriba terminaba con su arreglo, ella llevaba puesto un vestido de seda, de suave caída y ajustado en la cintura, el color era un lila muy claro, todas las damas habían escogido el mismo color. 
Rafaela dio el ultimo toque a su cabello, se miró al espejo, le gustó la imagen que éste le devolvía camino unos pasos y salio de su habitación para darle la sorpresa a su amiga Marguitte, seguro estaba molesta porque ella creía que Rafaela no vendría a su boda.    
Bajo a la habitación de su amiga y tocó          
la puerta, abrió Rosana hermana de Marguitte y dijo en voz alta: 
-Rafaela, por fin, pensamos que ya no venias. 
Marguitte dio media vuelta  para ver a Rafaela, ella se acercó para saludarla. 
-Madre y Rosana por favor salgan un momento deseo hablar con Rafaela- comentó Marguitte, estaba nerviosa, se acomodaba el velo con impaciencia. 
Cuando las dos amigas quedaron solas en la habitación, Marguitte se derrumbó sobre uno de los muebles, Rafaela la miró sorprendida 
-¿Qué sucede Marguitte? ¿por qué actúas de ese modo? no se te ocurra por nada de este mundo ponerte a llorar, vas arruinar tu maquillaje.
Marguitte respiraba hondo para no llorar -Rafaela no sé que sucede, no estoy segura del paso que voy a dar-  se apretaba las manos nerviosa  -No sé si Samuel quiere casarse realmente conmigo, si el sentimiento y deseo brotan de su corazón.
-No puedes dudar ahora de Samuel, si tenías esta duda porque no hablaste con él. Has esperado el día de la boda para pensar y dudar sobre el futuro- decía preocupada Rafaela ¿qué pasaba con Marguitte? pensaba.    
-Rafaela es mejor que suspenda la boda si tengo esta inseguridad- comentó Marguitte casi a punto de llorar.
-Son los nervios los que te hacen hablar así, piensa, no cierres tu mente. Si Samuel no quisiera esta boda, ¿habría llegado hasta el final?  tú lo conoces, él es muy directo.   
-Hablo...de esta forma porque en los últimos días lo he notado distante, casi no hablaba ¿qué voy hacer Rafaela no quiero una boda así,  no deseo tener esta duda que me consume.
-Marguitte todo esto es producto de los nervios, a veces reaccionamos de este modo, pero si te consumen las dudas ahora mismo llamó a Samuel para que hables con él, el tiempo apremia y se acerca la hora de ir a la iglesia. Tú sabes que él está en la otra habitación  
-¡No! Rafaela es de mala suerte ver a la novia antes de la boda, no puedo  hablar con él. 
-Si, si pueden hablar, él no tiene que verte porque tú vas estar atrás de la puerta, es necesario que hablen antes de ir a la iglesia, hazlo por ti y por Samuel.
Marguitte aceptó la propuesta de Rafaela, si había que decidir y salir de las dudas era mejor hablar ahora que más tarde. Si Samuel decidía renunciar, ella estaría de acuerdo con él.
Rafaela salio de la habitación y fue a buscar a Samuel, él al ver a su amiga se sorprendió que pasaba. 
-Calma Samuel- dijo Rafaela -Marguitte quiere hablar contigo, es mejor que vengas para saber que  es lo que desea.
Samuel estaba ya con el traje de novio, se veía muy apuesto y atractivo -Rafaela dime la verdad sucede algo con Marguitte.
-Es mejor que tú hables con ella, yo no puedo decir nada más.
Samuel salio al encuentro de Marguitte y Rafaela lo detuvo en la puerta, ella entró a la habitación y le indico a su amiga que podía hablar con Samuel de tras de la puerta que estaba entre abierta.
-Samuel- dijo Marguitte  -quiero preguntar y pido que seas sincero conmigo, ¿es tú deseo casarte conmigo? ¿quieres en verdad hacerlo? si me dices que no, lo acepto y no voy a culparte de nada, solo dime la verdad. 
El novio estaba inquieto ¿qué pasaba con Marguitte?... -jamás he dudado de nuestra boda, quiero vivir contigo, no tengo ninguna duda al respecto. 
-¡No! Samuel, si pregunto,  es porque en estos últimos días casi no hablabas y siempre estabas distante.
-Marguitte ha sido por los problemas de trabajo que ya solucione, has interpretado mal mi actitud, no hablemos más, no debemos perder el tiempo con esta conversación absurda. Recuerda tenemos que celebrar una boda. Te espero en la iglesia, no tardes- dijo Samuel para terminar.                          
Marguitte ya no tenía dudas, ella estaba equivocada, agradeció a Rafaela por hablar con Samuel. Luego terminó de acomodar su  vestido, su velo y fue al encuentro de su padre que la esperaba impaciente en el salón mirando a cada instante su reloj. 
La iglesia lucía llena de flores y de los invitados, la novia entraba radiante del brazo de su padre, ella se vía hermosa. 
La ceremonia transcurrió sin contratiempos, los novios estaban felices y luego que el sacerdote dio por finalizada la boda con las bendiciones,  todos los invitados fueron hasta el hotel donde sería la fiesta. 
Se bailó y brindó por la felicidad de los novios, Marguitte bailaba con Samuel y sonreía segura de sus sentimientos.  
Rafaela celebró al lado de sus amigos la gran boda, esa noche bailó hasta el amanecer. 
La fiesta se acabó cuando los novios se despidieron y la novia lanzó el ramo de flores que fue a caer en las manos de Lizbeth una de las damas de honor los invitados aplaudieron,   ella sería la siguiente novia, esa era la tradición.  
Los recién casados partieron con rumbo desconocido  a su luna de miel.   
La permanencia de Rafaela en la capital duró una semana, tenía que hacer algunos arreglos con respecto a su trabajo en la ciudad. Había tomado la decisión de quedarse en Santa Emilia con su madre y ayudarla en su negocio. 
Habló con su jefe sobre su elección, éste lamentó su partida, luego se despidió de sus amigos y los invitó a visitar Santa Emilia en las vacaciones. 
Cuando Rafaela estaba de regreso en Santa Emilia, se sentía optimista de su nuevo futuro y pensaba cómo podía hacer para ayudar a su madre en la tienda. Para Rafaela esta era una nueva etapa en la que podía trabajar tranquila y sin presiones.

CONTINUARÁ  
              

domingo, 28 de octubre de 2018

DOS PUEBLOS...DOS VILLAS

En su oficina del municipio de San Pablo, Lázaro Ventura planeaba como iban hacer los festejos por la inauguración del puente, quería planificar cada detalle para que no quede ningún  hilo suelto, faltaban solo dos semanas para las fiestas.
De pronto irrumpe  en la oficina la secretaria Manuelita con un sobre en la mano, el alcalde Ventura la mira y enseguida piensa que se trata de otro panfleto pero Manuelita comenta:
-Señor alcalde el mensajero ha traído esta carta del municipio de Santa Emilia, creo que es la respuesta que usted estaba esperando.
-Manuelita deme usted pronto esa carta- dijo con energía el alcalde Ventura.
Tomó la carta en sus manos y entonces abrió el sobre, era la respuesta del alcalde Teodoro Cerillo. La carta era breve, en ella estaban escritos los saludos de protocolo y fijaba la fecha para solucionar los límites de las tierras en conflicto. La fecha estipulada era dentro de un mes. 
Lázaro Ventura se frotaba las manos, todo salía conforme lo había planeado porque sería primero la inauguración del puente y luego la solución de los límites,  el pueblo de San Pablo tenía motivos para festejar.
-Manuelita traiga usted su libreta de notas porque en este momento vamos hacer la lista de los invitados a la inauguración- dijo el alcalde Ventura señalando la carta del alcalde Cerillo. 
Manuelita regresó a la oficina con la libreta de notas en la mano para apuntar los nombres de los  invitados, nadie importante en San Pablo quedaría sin su invitación. 
En primer lugar estarían los directivos de la mina, Mariano Arias, dueño de medio pueblo, autoridades del municipio, comerciantes y público en general. Lázaro Ventura no quería dejar de invitar a Hipólito Mancilla hombre importante de Santa Emilia y sobre todo al alcalde Teodoro Cerillo y autoridades del municipio de Santa Emilia. 
-Tenemos que preparar estas invitaciones Manuelita y mandarlas lo antes posible, todos los invitados deben estar presentes, vamos a celebrar por todo lo alto esta inauguración- Lázaro Ventura desbordaba de entusiasmo.
Cuando se terminó de preparar la lista, Manuelita se retiró de la oficina para mandar hacer las invitaciones, no había tiempo que perder.
Lázaro Ventura no había olvidado el problema de los panfletos, pero ahora su entusiasmo por la inauguración del puente era mayor, por el momento mantenía al secretario del partido que era el principal sospechoso, ocupado en otros menesteres, quería estar seguro que era el autor de los panfletos.
El alcalde Ventura pensaba,¡no¡ - nada podía ensombrecer su alegría, las cosas iban bien, él planificaba  a futuro, quería ser reelegido como alcalde en la próximas elecciones.
Tres días más tarde llega a Santa Emilia la invitación del alcalde Ventura para Teodoro Cerillo y autoridades.
Teresa la secretaria le entregó al alcalde Cerillo un sobre -Señor este sobre ha llegado es del municipio de San Pablo, está dirigido a usted. 
El alcalde Cerillo comentó fastidiado -y ahora que desea Ventura con que tema va salir- abrió el sobre y leyó la invitación: 
 -Hum...nos invita a la inauguración del puente que se realizará dentro de pocos días, si cree que voy asistir está muy equivocado.     
La secretaria escuchó el comentario del alcalde, entonces agregó:
-Señor alcalde permitame hacer una sugerencia, creo que es buena idea que usted acepte la invitación,  así se crea un clima de amistad.
Teodoro Cerillo no estaba muy convencido, aún recordaba la actuación bochornosa del alcalde Ventura y la acusación a su persona. 
-Teresa tengo que reconocer que usted tiene razón, no sería bien visto que yo haga ese desaire, todo sea por la paz y la buena vecindad- terminó por decir fastidiado, Teodoro Cerillo 
Las nubes de la discordia parecían haberse disipado, entre los dos alcaldes, todos esperaban que cuando llegue el día de la inauguración la cordialidad y la amistad prime entre los invitados.
Teodoro Cerillo tampoco quería quedarse atrás respecto a celebraciones y bombardas, él también estaba planificando la inauguración de la carretera, ésta iba directo a la ciudadela pre-inca, las obras estaban muy avanzadas y esa sería una gran fiesta en el pueblo.  
La primavera llenaba de flores la plaza principal de Santa Emilia, el clima estaba en su mejor temporada.
En la Tienda de doña Elvira, Barzan Torre-Alba traía el reparto de los productos lácteos, él tenía la esperanza de encontrar a Rafaela e invitarla a salir, pero ella no estaba en la tienda, había salido a visitar a Celina al hostal  "Bienvenidos" propiedad de su familia y a dejar las mermeladas de cada mes.
Siempre era agradable conversar con Celina, ella era una persona alegre y vivaz. 
Rafaela comentaba que pronto tendría que viajar unos días a la capital porque la boda de su amiga Marguitte estaba cerca y ella no podía faltar. 
-Lamento, ir a la boda de mi amiga sin un acompañante, pero no puedo faltar, soy una de las damas de honor- comentaba Rafaela un poco triste.
-Porque no invitas a Barzan para que te acompañe, no creo que él se niegue- decía Celina a su amiga.
-No, no puedo pedirle que me acompañe, yo muero de vergüenza decirle algo así, además no tenemos la suficiente confianza y él está todavía de luto. 
Con estás palabras, Rafaela terminó su visita y se despidió de Celina,  iba caminando por la calle principal cuando una camioneta paro a su costado, era Barzan que la había visto venir.
-Rafaela ¿cómo estás?- preguntó y se bajo de la camioneta- vengo de la tienda de doña Elvira y no te encontré- Barzan buscaba palabras para invitarla a salir pero no sabía cómo iniciar la conversación, hasta que se animó y dijo: Rafaela quería invitarte a salir esta noche.... tal vez, podemos pasear e ir a comer algo. 
A Rafaela la idea le agradó y aceptó de buen talante su invitación. Era poco tiempo que conocía a Barzan pero él le inspiraba confianza, ella, no sabía explicar el porqué.
Al llegar a la tienda, no comentó nada con su madre con respecto a la invitación de Barzan. 
En la noche se alistaba Rafaela para salir, no quería considerar la invitación cómo una cita, solo era una reunión de amigos. Doña Elvira la observaba sorprendida y preguntó -¿dónde vas Rafaela? te veo tan arreglada.
-Madre voy a pasear con Barzan, él me ha invitado a salir... ¿te parece que estoy muy arreglada? solo es un paseo y nada más.
-No, Rafaela, estás bien, solo llamó mi atención porque tú nunca sales a esta hora. 


Barzan llegó puntual a recoger a Rafaela, saludo a doña Elvira y luego los dos salieron. Al comienzo la conversación se torno un poco lenta, no sabían que decir, pero luego de unos instantes de romperse el hielo, ambos conversaban y recordaban sus vida de adolescentes en Santa Emilia. Cenaron  en el comedor del hostal de Celina. 
Todos sabían en el pueblo que tenía una excelente cocina.
La noche y la conversación con Barzan fue amena, Celina se acercó a saludarlos, ella se sentía feliz con la visita de sus amigos.
Barzan comentaba a Rafaela que cada día le gustaba más la idea de quedarse a vivir en Santa Emilia, él casi había olvidado el pueblo y la vida tranquila. Rafaela a su vez contaban a Barzan las dudas sobre su futuro y porque regresó al pueblo. La noche se había convertido en una reunión entretenida, ambos hablaban sobre algunos pasajes de sus vidas y que nunca antes se habían encontrado mientras vivían en la ciudad. 
La reunión terminó, con un brindis, Barzan acompaño  a Rafaela hasta su casa y luego partió al fundo. En el camino  pensaba que se sentía bien en compañía de Rafaela y quería repetir otra salida.  
Dos semanas habían pasado desde la entrega de las invitaciones a la inauguración del puente. San Pablo se había vestido de fiesta y la gente caminaba  por doquier. Era un éxito la celebración, los invitados sentados en el estrado, escuchaban las palabras de agradecimiento del alcalde Lázaro Ventura. Todos celebraban la alegría de la fiesta.
Doña Elvira, Rafaela, Tadeo, su esposa, Barzan también fueron invitados. La población en general esperaba la noche porque en la plaza principal habrían  fuegos artificiales, bandas de música y una gran feria de deliciosos platos típicos de  la región.

CONTINUARÁ.