lunes, 3 de marzo de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Ramiro Fuentes cavilaba en silencio y disfrutaba de una deliciosa limonada, estar en estado de contemplación lo había relajado, se sentía mucho mejor, tenía que darle razón al doctor Martel cuando le dijo que debía descansar y olvidarse del banco. Reconocía que su gran amigo le advirtió sobre su salud y el exceso de trabajo.
Había transcurrido más de una hora cuando sintió los pasos de su esposa Teodora, ella ignoraba que su esposo se encontraba en casa, fue una doncella del servicio quien le anunció sobre su presencia. 
Teodora caminó presurosa a su encuentro, cuando lo vio preguntó -¿Ramiro qué sucede? ¿porqué has llegado sin avisar?-.
-Mi querida Teodora, no se porque tendría que avisar que vengo a mi casa, si vivo en ella- fue su respuesta tranquila y serena.
-No me refiero a eso- contestó su esposa -lo que trato de decir es que te hubiera esperado para recibirte-
-No te preocupes ya estoy en casa y eso es lo que importa ¿tú de donde vienes?- agregó el esposo.
-Ramiro te dije anoche antes de dormir que estaba invitada a la inauguración de una nueva galería de arte, veo que lo has olvidado- contestó Teodora.
La esposa de Ramiro Fuentes pertenecía a una familia de linaje, en el pasado habían sido dueños de una importante hacienda azucarera, además de una industria del papel. Su padre era dueño de varias fábricas, con la reforma agraria su familia fue despojada de sus tierras y esos les causó un grave deterioro en su fortuna. Teodora conoció a Ramiro en una fiesta de alta sociedad, ella quedó cautivada por su porte y seguridad al hablar y él se prendó de ella por ser la joven más bella de la reunión y por ser muy fina y educada en su trato. Al anunciarse su compromiso después de cuatro meses de conocerse, se convirtieron en la pareja del año, eran invitados a todas las reuniones y fiesta. Su matrimonio fue celebrado con gran pompa y asistió toda la gente importante de la ciudad. Ramiro era todo un personaje desde ese entonces, un hombre importante, dueño de su banco y un gran industrial, fueron considerados desde ese momento la pareja de oro. Teodora por ser esposa de Ramiro Fuentes era invitada a diferentes eventos de arte además de reuniones de caridad para ayudar a las madres y los niños sin hogar. También asistía a diferentes club de amigas. Siempre estaba ocupada, siempre tenía que asistir a una reunión, su casa e hijos quedaban en manos del personal de servicio e institutrices, ella no tenía tiempo para dedicarse al hogar. 
Ramiro le pidió a su esposa que tome asiento a su lado y dijo -por unos días voy a estar en casa, deseo pedirte que te quedes en casa-.
-Debes decirme la verdad, pasa algo grave con tu salud o es el banco que ha entrado en crisis- comentó Teodora extrañada por la petición de su esposo, él no solía ser así. 
-Nada de eso mi querida esposa- contestó Ramiro con calma -solo he tenido un chequeo de rutina y mi estimado amigo Martel me sugirió que me tome unos días de descanso, eso es todo no hay ningún misterio. Ahora que estoy en casa preguntó ¿A qué hora vienen nuestro hijos del colegio?-.
La esposa de Ramiro se quedó un poco asustada con la respuesta de su esposo pero no insistió con más preguntas, solo agregó -Elsy y Luis salen hoy un poco más tarde de lo acostumbrado por que están preparando un festival a celebrarse en el colegio, deben llegar a la cuatro de la tarde-.
Elsy era la hija mayor, del matrimonio de carácter tímido y reservado, estaba en el ultimo año del colegio. Su hermano Luis no era el joven inquieto ni arrojado, más bien se consideraba el galán entre las jóvenes de su entorno. Los hijos de Ramiro y Teodora tenían un circulo pequeño de amistades y asistían a un club de deportes. Elsy conocía a Mery hija menor del doctor Martel, ellas eran de la misma edad y coincidían en algunas fiestas donde sus padres eran invitados. 
-Ramiro- comentó Teodora -dentro de dos semanas va ser el cumpleaños de Elsy y deseo celebrarlo en un salón muy exclusivo de la ciudad. El Salón Majestic ¿te acuerdas?, pero cuando le hice el comentario a Elsy, ella me contestó que no deseaba celebrar su cumpleaños con una fiesta, ella quiere que le regalemos un viaje. Yo le contesté que iba a cumplir dieciocho años y que debía ser presentada en sociedad además de celebrar su cumpleaños, me insistió muy tajante que no deseaba una fiesta.
-Madre, me estas escuchando, no deseo una fiesta, no insistas por favor- eso fue lo que Elsy me contestó 
-Ramiro, ahora me encuentro en una disyuntiva ¿Qué hacer con esta hija?, dime ¿Cómo la hago entrar en razón?- comentó Teodora con su esposo.
El padre de Elsy no deseaba una discusiones con su esposa por este motivo dijo con voz pausada:
-Si nuestra hija no desea una fiesta, tenemos que cumplir su deseo, recuerda que es su cumpleaños-. contestó y levantó las manos para poner fin a la conversación, le señaló el comedor a su esposa para ir almorzar. 
Teodora no se quedó tranquila, le extraño su actitud,  en otra ocasión hubiera exigido a su hija celebrar el cumpleaños y en cambio reaccionó diferente. Algo sucedía con él, en algún momento iba a llamar al doctor Martel para preguntar por la salud de su esposo.
En la casa de la familia Martel todos se preparaban para la celebración del compromiso de Fanny, en unas horas Umberto y sus padres llegarían. Felicia la madre de Fanny, se multiplicaba para estar al tanto de cada detalle de la celebración, nada podía quedar suelto. La reunión debía ser recordada por las dos familias, como un momento feliz. 
Fanny descansaba en su habitación, Mery leía una revista en la sala y Liza todavía no llegaba de la universidad, el padre tampoco estaba en casa. La madre nerviosa pensaba si a la hora que llegue Umberto con sus padres, la familia Martel estaría completa. En pocos minutos sus temores fueron infundados, el doctor Martel llegó puntual a la hora y Liza entraba a la casa cinco minutos después, Felicia podía respirar tranquila, ahora todo el mundo debía alistarse para recibir a los invitados. 
En la cocina el chef hacía su mejor trabajo, asistido por la ayuda de la señora al servicio de la familia. La casa lucía impecable y bien decorada, se había sacado la vajilla fina de porcelana y los cubiertos de plata, el mantel bordado con hilos dorados y las servilletas que hacían juego, estaban puesto sobre la mesa, flores en los jarrones adornaban cada roncón del comedor, Felicia deseaba celebrar a lo grande el compromiso de Fanny. 
A las siete de la noche llegaron los invitados, los padres de Fanny salieron a recibirlos, el doctor y su esposa lucían elegantes pero cuando Fanny se presentó en la sala se llevó todos los elogios, se veía tan radiante y bella con su vestido que parecía rodearla un aire romántico. Felicia tenia lágrimas en los ojos de alegría y el doctor se sentía emocionado. En que momento su pequeña había crecido, si parece que fue ayer que la llevaba de la mano y ahora se encontraba con un pie en el altar. Respiró profundamente y tomó del brazo a su hija. Minutos después se presentaban Liza y Mery, ellas se mantuvieron en todo momento en silencio, esa noche le pertenecía a Fanny, era la estrella.  Después de las presentaciones, los dos padres de familia dirigieron unas palabras a sus hijos, la reunión recién comenzaba, era la celebración de compromiso de Umberto y Fanny.


CONTINUARÁ            
  
  
   
         
  
   

 

lunes, 24 de febrero de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Fanny tenia en sus manos, el vestido que iba a lucir en la cena de compromiso ante su novio y los padres de éste. Era un modelo romántico y conservador, ella misma lo escogió cuando fue con su madre al taller exclusivo de la diseñadora María Pía. El encaje fino y el color rosa suave le gustaban demasiado, aunque en un momento tuvo dudas, al verlo puesto sobre su cuerpo se esfumaron sus temores. Estaba segura que con ese vestido luciría elegante, era el indicado para la pedida de mano. Felicia se alegraba que su hija mayor se encuentre feliz y segura con el paso que iba a dar. Como madre no tenia dudas con respecto al vestido que iba a lucir Fanny la noche de su compromiso. Solo de imaginarla lo hermosa que se vería se sentía satisfecha, no cabía en su piel de tanta felicidad. En el comedor mientras terminaban el desayuno la madre conversaba con sus hijas de como iba hacer la reunion del compromiso de su Fanny. 
Umberto y sus padres estaban citados a las siete de la noche del día siguiente, su esposo el doctor Martel prometió llegar puntual a la casa para estar presente en un momento tan importante para la familia y sobretodo para los novios. Felicia su esposa contaba con ello, el padre de la novia no podía faltar a tan digno evento de la celebración de compromiso de su hija mayor. 
Mery como siempre tan diligente preguntó -madre nuestro padre se comprometió a llegar a la hora indicada para celebrar el compromiso, espero que llegue a tiempo-.
-Él prometió que llegaría puntual y debo decir que su padre siempre cumple su palabra-contestó Felicia. Luego continuó con las explicaciones de como se iba a desarrollar la reunion -Liza y tu Mery van a saludar a los padres de Umberto y en todo momento estarán en silencio mientras nosotros hablamos con los padres del novio, se dicen las palabras protocolares para dicha ocacion. No hacer comentarios fuera de lugar y menos hacer bromas, de preferencia escuchar lo que los padres de Umberto tienen que decir.
-Madre- dijo Liza -no te preocupes, Mery y yo sabemos como comportarnos en la reunion, nos da  gran  alegría que nuestra hermana mayor se comprometa. Mis dudas son si en la actualidad se deben celebran las pedidas de mano con los padres y la familia, todo parece tan rígido-.
-Mi querida Liza, los novios y los padres lo hemos decidido de esta manera, es por eso que se va a celebrar con todo el protocolo como es debido-. respondió la madre a la hija más reacia al matrimonio.
En la casa del doctor Martel todo estaba después para que la reunion se celebre como es debido, Felicia la madre habia mandado a preparar bocaditos y entremeses para antes de la cena, el vino seleccionado era exquisito y fino y el champan con el que se brindaría era de excelente calidad. La comida debía de estar a la altura de dicho evento, para tal situación se habia contratado a un chef  que prepare los platos gourmet. Podía todo aquello parecer algo exagerado como pensaba Liza pero Felicia la madre siempre quería lo mejor para sus hijas y más aun en el día del compromiso de Fanny.
En otro lugar de la ciudad, en la oficina del banco de Ramiro Fuentes, el doctor Oscar Martel revisaba a su paciente y volvía a tomarle la presión y sus signos vitales, todo iba por buen camino, el paciente evolucionaba en forma normal.
Ramiro comentó con el doctor -Martel ya me siento mejor, he vuelto a la vida, gracias por estar atento a mi salud y ayudarme-.
El doctor contestó -este es un aviso muy serio con respecto a tu salud, me gustaría hacerte un chequeo completo para saber como estas. Te sugiero que ahora vayas a tu casa y descanses por una semana, olvídate del banco y sus problemas, delega el mando en tu gerente general, lo que te ha sucedido es muy serio, la próxima vez puede ser mortal, puedes sufrir un derrame o un ataque. El primero es grave porque si no te vas de este mundo, tu cuerpo quedaría paralizado e inútil, la recuperación en estos casos es lenta y complicada, la mayoría de las veces, no vuelven a recuperar todas sus facultades. Si quieres terminar así, continua trabajando como hasta hora y mi próxima visita será en el Campo Santo después de sufrir un infarto-. Las palabras del doctor podían sonar duras, la confianza y amistad que tenia con su paciente le permitía hablar de esa manera para que reaccione y tome las medidas pertinentes.  
-Mi estimado amigo creo que estas exagerando y deseas asustarme-. contestó el banquero. 
-Me conoces muy bien- dijo el doctor -con respecto a la salud de mis pacientes nunca bromeo y en este caso menos, somos amigos desde hace muchos años. Soy testigo del esfuerzo y trabajo que te ha costado sacar adelante tu banco, sé cuanto quieres a esta institución que fundaste pero si deseas seguir al mando, delega funciones ahora mismo ve a tu casa junto a tu familia. Descansa y olvida los problemas, tus gerentes que se ocupen de todo-.
Ramiro lentamente tomó asiento en el sillón donde se encontraba recostado, miró a Oscar Martel y comentó: -es así de serio lo que me sucedió, tengo que irme a casa y tomar varios días de descanso- 
-No debes tomar mis palabras de manera superficial, lo que te ha sucedido es grave, hazme caso toma unos días de vacaciones-. sentencio el doctor Martel.
-Esta bien, mi estimado doctor como usted ordene, en este momento voy a llamar a mi segundo en el mando y dejar el banco en sus manos, luego me iré a casa, mi esposa se va a sorprender al verme llegar tan temprano, no la quiero alarmar inventaré cualquier escusa para no preocuparla- dijo al final Ramiro. 
El doctor Martel le hizo una serie de indicaciones que debía seguir al pie de la letra, de su maletín de doctor sacó unas pastillas para que las  tome durante una semana. Después de ese tiempo volvería para examinar como evolucionaba su paciente. El doctor se retiraba de la oficina de Ramiro casi al medio día. 
Antes de despedirse se detuvo en la puerta y agregó -vuelvo a repetir ve a descansar a tu casa sin demora, no pienses en el banco ni en sus problema, es por tu bien-.
Mientras bajaba por el ascensor para ir a los estacionamientos, Oscar Martel pensaba en su amigo y lo cerca que pudo estar de un derrame o algo peor, su presión volaba y costo trabajo hacer que se normalice, que vaya a su casa o decida quedarse en la oficina era ya su responsabilidad, seria lamentable que no tome en serio las recomendaciones de su medico de cabecera.
Ramiro Fuentes llamó a su gerente general y lo dejó al mando del banco, fue claro al especificar que no lo llamen por teléfono, solo hacerlo si era de urgente. 
A su segundo en el mando le advirtió -el banco queda en tus manos, eres responsable de seguir la pautas necesarias para mantenerlo en buenas condiciones-.
Dicho esto se despidio y salió en su carro con el chofer. Cuando llegó a su casa, abrió la puerta  ésta no era una casa sencilla, era una residencia grande y elegante, el silencio lo rodeo, su esposa Teodora no estaba, sus hijos tampoco, solo se encontraba el personal de servicio. Por donde se podía ver la casa estaba llena de lujo, adornos finos, muebles caros y cuadros de pintores famosos.  Ramiro caminó hasta la terraza, frente a ella un jardin hermoso y bien cuidado, a un costado del mismo se encontraba la piscina, dio media vuelta y volvió a la sala, ordenó al chofer que avise al servicio que le traiga una limonada, alcohol no podía tomar.  Para él su propia casa  parecía un lugar extraño, nunca estaba a esa hora del día. Sin mediar palabra recordó cuando recién adquirió el terreno para construirla en una zona lujosa de la ciudad. Podía acordarse de cada detalle y como quería que fuera diseñada. Las preguntas que daban vueltas en su mente eran ¿disfrutaba de su residencia? ¿pasaba en ella largas horas junto a su familia?  ¿habia necesidad de que fuera la casa tan grande? ni él mismo podía contestar esas preguntas. 


CONTINUARÁ           















       
       
        

 

viernes, 21 de febrero de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Amaneció muy temprano, la mañana se presentaba llena de sol, el doctor Oscar Martel se alistaba de prisa para salir atender a uno de sus pacientes que minutos antes lo habia llamado en calidad de emergencia. 
El doctor Martel era un profesional de primera linea y muy reconocido entre sus colegas. Él era medico de cabecera de banqueros, políticos y empresarios, el paciente que lo habia llamado era el banquero Ramiro Fuentes muy conocido en el ámbito financiero por ser dueño y fundador de uno de los bancos más importantes de la ciudad capital, Lima.
Felicia esposa del doctor Martel, sabia muy bien como era el trabajo de su esposo, ella siempre trató de adaptarse a la situación y apoyarlo en lo que fuera, era consiente de que gracias a su trabajo, sus hijas y ella tenían una vida cómoda y sin apremios. Oscar y Felicia eran padres de tres hijas Fanny, Liza y Mery tres lindas jovenes que despertaban al mundo. El doctor no se podía quejar tenia un hermoso hogar con tres hijas y una esposa comprensiva, por ello daba gracias al cielo. 
Por su condición de medico y profesionalismo tenia acceso a las más altas esferas políticas y empresariales del pais, sin proponérselo se enteraba de situaciones y secretos de familia que él guardaba con discreción y sumo cuidado.
-Querido, ¿vas a la casa de Ramiro Fuentes?- preguntó Felicia, su esposa.
-No, no voy a la casa de Ramiro- contestó el doctor -voy directo a su oficina en el banco, tú sabes muy bien que desde temprano, sale de su casa para ir a trabajar. No puedo demorar más mujer debo salir cuanto antes, su llamado ha sido de emergencia-. El doctor Martel se despidio de su esposa con un beso, sus hijas aun dormían. Caminó unos pasos a la cochera subió a su auto y partió con rapidez a la cita urgente con su paciente. 
Ramiro Fuentes esperaba al doctor Martel en su elegante oficina del banco, esta tenia muebles finos y un amplio escritorio hecho de caoba, labrado con arte por un maestro artesano. Adornos finos sobre la credensa y mesas, cuadros de destacados pintores llenaban las paredes. Para Ramiro ahora todo aquello no tenia importancia, se sentía tan mal que le faltaba el aire y la cabeza parecía que iba a estallar. La espera por el doctor Martel se tornaba desesperada, sentía terror de que algo grave le sucediera, sin tener ayuda o apoyo. A los pocos minutos uno de sus asistentes abrió la puerta del despacho y anuncio al doctor, éste entró sin esperar el permiso, su paciente parecía que se iba a desmayar.
-Martel por fin llegas, fue una eternidad la espera- dijo el banquero con voz de angustia.
-Vine tan rápido como pude- contestó el doctor y sacó de su maletín el estetoscopio, comenzó a examinarlo, Ramiro tenia el rostro pálido y su presión era muy alta, inmediatamente le aplicó una inyección para bajarla. El doctor movió la cabeza con suma preocupación y dijo -Ramiro no puedes seguir con este ritmo de trabajo, tu cuerpo te esta dando señales de cansancio y stress, que haces a estás horas de la mañana en tu oficina en vez de estar disfrutando de un delicioso desayuno junto a tu familia-.
-Martel- respondió Ramiro -estoy en mi oficina porque tengo que trabajar y cuidar mi banco, sabes bien lo que me ha costado fundarlo y hacer de él, el primer banco del pais, no puedo descuidarlo, debo estar atento a todos los manejos dentro del sistema-. 
El doctor volvió a decir con tono grave -si sigues con esta forma de trabajar lo único que vas a conseguir es un lugar en el Campo Santo, lo que digo va en serio. No puedes seguir laborando catorce o quince horas diarias, necesitas descansar, tomar las cosas con más calma, irte de vacaciones con tu familia- luego le sugirió recostarse en uno de los mueble amplios de la oficina. Ramiro no debía hablar para no estresarse más, eso no era bueno en su estado actual.
Ramiro Fuentes era el primer banquero del pais, su fortuna la habia logrado gracias a la fabricación de harina de pescado, él fue el primer pesquero en industrializar dicho producto y llevarlo a la exportación, esta actividad le dio grandes ganancias que le permitieron fundar su banco junto a un grupo de accionistas. Velar por su institución bancaria era su prioridad, por eso se desvelaba día y noche sin descanso para lograr mantener a su banco entre los primeros y estar siempre con los avances de ultima generación en cuanto a manejo financiero se trataba. Era tan exigente consigo mismo que descuidaba a su familia, su esposa Teodora y sus hijos Elsy y Luis se lo reclamaban. Ramiro reconocía que esto era verdad pero su trabajo lo absorbía de tal manera que apenas notaba el cambio de horario. Todo el tiempo pedía a sus gerentes informes escritos y explicaciones de como iba su institución bancaria, muchas veces no controlaba su carácter y al primer tras pies, estallaba en gritos. Al doctor Oscar Martel le tenia gran confianza y respeto, solo a él obedecía por eso éste le aconsejaba:
-Comprendo tu preocupación y control sobre tu banco pero tienes que delegar funciones a tus gerentes, ellos, están capacitados para resolver los problema y llevar una buena dirección en el manejo del banco. Delega funciones Ramiro esas son las palabras clave o te iras de este mundo y no puedes llevarte el banco. Además descuidas a tu familia y ellos lo resienten. Luis que se supone va llevar las riendas de la institución en el futuro, no conoce tu trabajo ni como funciona. Elsy tu hija también debe estar preparada para apoyar a su hermano. ¿Hablas con ellos al respecto? perdona que sea directo y te pregunte esto pero no los conoces bien, ni conversas sobre sus gustos y hobbies - concluyó el doctor.
Ramiro esta vez no contestó, guardó silencio en el fondo reconocía que su amigo y doctor tenia razón, se sentía culpable de tal situación.
La familia del doctor Martel por otro lado estaba muy unida de eso se vanagloriaba el doctor, siempre agradecia a su esposa por ser ella la gestora principal de la buena organización en el hogar y de fomentar la unión y amor entre sus hijas. Fanny la mayor de todas era muy delicada en su trato y le gustaba hasta un punto la perfección en la cosas que hacia. Estaba por comprometerse de novia con el enamorado de su juventud, ambos tenían veintitrés años.  Liza era lo opuesto de su hermana, siempre estaba con sus libros y era un poco descuidada con sus cosas. Estudiaba biología y quería dedicarse a la investigación.  Mery la menor de las tres, vivia soñando en su propio mundo y le gustaba imaginar que viajaba para conocer diferentes paises. Estaba en el ultimo año de colegio y aun no sabia que quería estudiar.
Después de tomar el desayuno Fanny le preguntaba a su madre: 
-¿Crees qué este vestido está bien para mañana a la hora del compromiso? Vienen los padres de Umberto y quiero estar elegante para la pedida de mano.
-El vestido esta muy bien y te queda perfecto, es muy asentador para tu figura-. contestó la madre.
Fanny se ponía el vestido sobre su cuerpo y se miraba en el espejo, daba una vuelta de un lado a otro para comprobar que ese era el vestido que la haría lucir elegante. 
Felicia era una madre conservadora y tradicional, para ella, ver casadas a sus tres hijas era lo correcto y que cada una forme su hogar significaba que habia cumplido con su deber de madre. Pero no contaba conque ellas tenia sus propias ideas de como querian vivir. Fanny era la que más se parecía a su madre, le gustaba la idea de ser esposa y tener hijos. Liza era diferente y siempre decia levantando la mano:
-Por favor madre, a mi retírame de tu lista de bodas, yo no me voy a casar, primero deseo terminar mi carrera y dedicarme a la investigación, para ello tendré que viajar fuera del pais-.
La madre cuando escuchaba esos deseos de su hija, se ponía la mano en la frente y comentaba despacio:
-Paciencia Felicia, paciencia-. 
Mery era todavía muy joven y no contaba su opinión con respecto a las bodas, ella tenia un concepto muy vago de todo eso pero le encantaba escuchar la conversación de su madre y sus hermanas. En la casa del doctor Martel existía una admosfera de confianza y amor.


CONTINUARÁ               
                              

 

lunes, 10 de febrero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Mariane regresó con la buena noticia a la casa de sus padres. Alfredo habló con ambos para pedir la mano de su hija: -Señor Antenor y señora Alegría, estoy aquí para pedir la mano de Mariane, mis intenciones siempre han sido serias. Quiero decir también que la amo y que haré lo imposible por hacerla feliz-.
Antenor fue el que contestó -te concedo la mano de Mariane, siempre supe que tú eras un hombre serio y responsable que sabrás hacer feliz a mi hija, como ella se lo merece, te llevas a mi joya y espero que sean felices los dos-. 
Luego vinieron los abrazos y las felicitaciones, Alegría se sentía emocionada por su hija, no podía contener las lágrimas.
-Madre- dijo Mariane -espero que esas lágrimas sean de felicidad, me voy a casar y estaré cerca de ustedes no te preocupes, siempre vendremos con Alfredo a visitarlos-.
-Si mi querida hija, yo sé que así será, estoy feliz ¡claro que si!- contestó Alegría. 
Ahora preparar la boda era un verdadero trabajo, mientras Alfredo conversaba con Antenor, Mariane y su madre hablaban de como organizar la boda. El trabajo de ella en la oficina no iba a permitirle estar detrás de todos los detalles, pero confió a su madre los arreglos y además le sugirió contratar una experta en organización de bodas para que las asesore y ayude en los detalles. Del vestido de novia, se encargaría Mariane, ella deseaba escogerlo a su gusto y que el entalle del mismo sea lo ideal. 
En la casa de la familia había gran emoción por el matrimonio de la hija mayor, las amigas de Alegría ya se habían enterado de la boda, solo esperaban las invitaciones. 
Concepción como no podía faltar, ella se ofreció a regalar la tarta de novios. Era experta repostera y su regalo sería un pastel de cuatro pisos, ella lo había prometido y así lo haría. Mariane agradeció el gesto y el regalo, no esperaba menos de su amiga y vecina. A Beti-Flor le preguntó si ella quería ser una de sus damas de honor en la boda, la joven gustosa aceptó y comenzó a planificar como sería el color y vestido de dama. También le pidió a su amiga Ely ser dama de honor en su boda, ésta al instante contestó que si, no podía negarse, si Mariane era una de sus mejores amigas. Ely hablaría de inmediato con Beti-Flor para ponerse de acuerdo con respecto al modelo del vestido que iban a usar. La niña de las flores sería una vecinita que siempre saludaba a Mariane y era encantadora. 
Los días pasaban y el tiempo no daba tregua, Mariane por fin compró su vestido, era hermoso y ella se vería preciosa con su traje de novia. Cuando lo llevó a su casa, se lo enseñó a su madre, ésta quedó maravillada -el vestido es precioso- respondió -vas a ser la novia más bella-.
-Gracias madre, yo sé que para ti  soy la más bella, pero tengo que decirte que voy a comprar varias tiras de perlas para coserlas al vestido- dijo esto mientras miraba en que lugares irían cosidas las perlas.
Su madre cambió la expresión de su rostro y con voz trémula exclamó -¡no hija, no!  te suplico, no hagas eso, dime que soy supersticiosa y que creo en cosas falsas, dime lo que quieras pero promete que no coserás perlas en tu vestido de novia porque eso significan lágrimas. Las perlas son bellas en joyas como collares, aretes, sortijas pero para una novia es mejor no llevarlas, te ruego no pongas perlas. Tu traje de por si es bello, no necesita más adornos-.
-Madre no creas en esas cosas, son fantasías- contestó Mariane sorprendida por las palabras de Alegría
-Te pido por favor hija,  si en algo me quieres compláceme en esto que te habló, deseo que seas feliz y puedas vivir una vida plena- respondió Alegría, su hija merecía lo mejor.
Mariane muy a su pesar aceptó lo que su madre suplicaba, no deseaba contrariarla, ni iniciar una discusión. Superado ese momento se abocaron a los preparativos de la boda, nada debía quedar al azar. Cada detalle era consultado con Mariane desde las flores en la iglesia, hasta el decorado del salón donde sería la fiesta. 
Mariane consultaba lo más mínimo sobre los preparativos con Alfredo y él daba su opinión de las cosas que deseaba en la ceremonia pero le advertía que ella tenía la última palabra en el decorado de la iglesia y del salón de recepciones  -mi querida Mariane yo no sé mucho de  colores y flores que hagan juego con los manteles y demás, para mí lo que tú decidas estará bien, puedo darte una opinión general y nada más-. 
-Alfredo al menos dime que platos servir en la fiesta, quisiera tu opinión- comentó Mariane.
Los dos terminaron escogiendo los platos que servirían en la boda, era algo más fácil de elegir para él. Alfredo después comentó con su futura esposa que ya tenía el terno que vestiría en la boda. Era tal cual lo habían escogido unos días antes. Todos los amigos y familiares estaban felices con el futuro enlace, la fecha ya estaba cerca.
Una semana antes de la ceremonia, Concepción recibió una carta de Cajamarca, era de su hermana mayor y madre biológica de Beti-Flor, en ella escribía: 
-Mi estimada Concepción.
Te escribo estas líneas para darte las gracias por haber criado a Beti-Flor, has hecho de ella una gran persona y una linda joven. Quiero pedirte además que le digas que se olvide de mí para siempre yo no existo porque su única madre eres tú. Te doy las gracias de nuevo, siempre tuve mucha fe en ti y en Beti-Flor.
Así terminaba la carta, eran solo unas líneas. Concepción mostró la misiva a su esposo Noel y agregó:
-Crees que debo darle esta carta a nuestra hija-.
Noel leyó las líneas escritas y respondió -ahora no es el momento de darle esta carta, deja que nuestra hija viva su juventud en paz, tal vez de aquí a un tiempo esté lista para aceptar lo que escribe en la carta- fueron las palabras finales de Noel y Concepción estuvo de acuerdo, la tranquilidad de la joven estaba primero.
Los preparativos de la boda se encontraban casi listos, solo faltaban algunos detalles para que el gran día llegue. Nada había quedado sin ser revisado por Mariane, su madre fue de gran ayuda para ella.
Faltando un día antes de la boda llegó a su casa Joel, el hermano de Mariane, no podía faltar a esa gran celebración. Abrazó a su hermana y le dijo -mi querida Mariane, no sabes lo feliz que estoy de saber que te cases con Alfredo, él va ser un buen compañero para ti. Quiero pedirte perdón por lo que te hice sufrir unos meses atrás, gracias a ti pude salir con vida de mi encierro. Ahora me siento mejor para empezar una nueva vida- terminó de agregar.
Mariane sonrió y abrazó a su hermano luego confeso -sin ti, hubiera sido muy difícil continuar con  mi vida, eres mi hermano pequeño y el consentido de la familia- agregó Mariane.
Los padres también eran felices de tener a Joel de nuevo en el hogar, Antenor no hizo preguntas, le bastaba saber que su hijo ahora eligió en el camino correcto. 
Joel se quedaría definitivamente en la ciudad, para fundar su propia empresa de servicios y publicidad digital, conocía muy bien como navegar en el mundo de internet. 
Para Mariane el gran día de su boda había llegado, se levantó temprano para asistir al salón y hacer los tratamientos necesarios de una novia, apenas desayunó y salió rápido de su casa, su madre iría más tarde a reunirse con ella.
Los nervios la consumían de regreso a su hogar se le veía resplandeciente y maquillada, con el velo de novia lucía hermosa. Una hora antes de salir ya estaba lista con su vestido de novia, cuando su familia se reunió quedaron sin aliento de ver a la novia que lucía su gran belleza. Se tomaron juntos varias fotos que irían al álbum familiar como un feliz recuerdo. Luego el padre dijo: -Mariane ya es la hora, debemos ir a la iglesia-.
Cuando llegaron la novia y su padre con su comitiva, en el recinto ya había mucha gente, entre ellos los padres del novio y demás familiares, entre los amigos se encontraba Augusto y su esposa, especialmente invitados.  La niña de las flores entró primero para anunciar que entraban las damas y la novia junto a su padre. Todos admiraron la bella y felicidad que irradiaba la novia, Alfredo en el altar esperaba sonriente, no podía dejar de admirar a Mariane que pronto sería su esposa. El padre que celebró la misa tuvo palabras de elogio para los novios y sentida emoción. Al terminar la ceremonia y declararlos marido y mujer, salieron del brazo, atrás de ellos iban los padres de ambos, los familiares y los amigos. 
Entre la gente que esperaba afuera de la iglesia se encontraba Salvador, que sonriente saludó a la novia, ella devolvió el saludo y tomó del brazo a su esposo, Alfredo era su presente, el pasado  no existía. Los novios felices saludaban con la mano a los invitado, para ellos se abría un nuevo camino lleno de amor. Subieron al carro nupcial y partieron con destino a la fiesta donde celebrarían el feliz enlace. Bailaron y disfrutaron casi hasta el amanecer antes de despedirse y partir a su viaje de luna de miel. 
Solo el tiempo demostró que Mariene estaba equivocada, ella tuvo dos preciosas niñas que llegaron para completar la dicha del hogar. La niña mayor era igualita a su madre y la menor llegó al año siguiente, también se parecía a su madre. Alfredo era el hombre más feliz porque entre su esposa y sus hijas era el mimado del hogar. Los sueños para la pareja se habían convertido en realidad y el cielo les otorgo su bendición con  dos preciosas niñas.


FIN          

          
             

 

lunes, 3 de febrero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

Habían pasado algunos días desde que encontraron a Esperancita y a su hijo en grave peligro, por suerte Alegría, Concepción y Antenor actuaron a tiempo y  salvaron sus vidas. La emergencia pasó y Esperancita se encontraba de nuevo en casa junto con su hijo Roberto, los dos recuperados completamente del grave peligro. Sus amigas y vecinas la ayudaban a poner en orden la casa y los pocos muebles que quedaban, Antenor explicó a Esperancita cómo debía hacer para vender su casa y tener un capital que le sirva para  comprar de un pequeño departamento e invertir el dinero restante, con el pago de los intereses por su inversión podían vivir  ella y su hijo. Alegría y Concepción le comentaron que no muy lejos del vecindario había un edificio donde todavía se vendían departamentos.
Concepción sugirió -mi querida amiga, si te mudas a ese edificio siempre vas a estar cerca de nosotras y nos vamos a poder reunir cada viernes-.
Esperancita escuchaba los consejos de sus amigas con gran atención, ella no podía negar que en el fondo se sentía avergonzada después de los momentos graves que vivió y que todo el mundo lo sabía, en un lugar apartado de la casa junto  Alegría comentó -doy mil gracias a todas ustedes por la ayuda que me brindan, a ti y Concepción especialmente por haber salvado mi vida y la de Roberto, pero siento vergüenza de que todos en el vecindario sepan que quise acabar con mi vida, sin pensar que había una solución a mi problema-. 
Alegría contestó -olvida todo aquello, en la vida todos podemos pasar por momentos desesperados y podemos tomar decisiones desesperadas, nadie está libre. Entre nosotras no juzgamos, solo queremos ayudarte-. 
Esperancita abrazó a su amiga, sus palabras la habían tranquilizado, las cosas comenzaban a tener un orden para ella y su hijo. A los pocos días Roberto fue a la empresa para buscar Alfredo y él cumpliendo su promesa le dio la plaza de trabajo que necesitaba como agente de seguridad, la semana próxima comenzaría a trabajar. 
La vida volvía a tener sentido, el sol parecía más luminoso en el horizonte, todas las cosas volvían a su cauce natural.
Mariane regresó a su trabajo, sus vacaciones habían terminado, su amiga Ely en la oficina le preguntaba -Mariane, ¿cómo estás?, ¿qué tal estuvieron tus vacaciones? ¿saliste de viaje?-.
-Ely, no quiero recordar mis días  de vacaciones, tengo que ser sincera fueron para nunca olvidar. No pude salir de viaje y pase todo el mes en casa. Lo bueno de esos días es que he conocido una persona con la que estoy saliendo y con la que me siento bien a su lado- terminó de decir Mariane y se quedó pensativa sonriendo, recordaba Alfredo y su romance. Ambos estaban viviendo un amor que los llenaba.
-Mariane- dijo Ely -cuéntame todo con respecto a tu nuevo romance, no sabes que felicidad siento por ti, porque después de la experiencia tan triste con Salvador, no querías nada con nadie y gracias al cielo te veo ahora tan feliz y rozagante-.
Mariane comentó a su amiga algunos detalles sobre su encuentro con Alfredo y como lo conoció, omitió todo el tema relacionado con su hermano, solo dijo que al conocerlo se sintió feliz y en confianza, conversar con él y estar a su lado le daba mucha felicidad: -Ely, yo creo que nos complementamos el uno con el otro- dijo al final Mariane al final.
Joel por otro lado no podía quejarse, el aislamiento en la casa de campo de sus padres le daba la paz que buscaba, muy temprano en la mañana salía a caminar, llegaba al pueblo más cercano y tomaba un buen desayuno que lo llenaba de energía. Se estaba recuperando lentamente, pero aún tenía que luchar contra sus demonios que lo dominaban y las pesadillas que no se terminaban. Cuando se ponía mal se repetía en voz alta...¡Todo va estar bien! Para ocupar su tiempo se dedicó a pintar algunas habitaciones donde la pintura estaba deteriorada, también hacía algunos arreglos de carpintería que ocupaban su día a día. Cuidaba con esmero la colección de cactus que era de su padre, eran más de cincuenta plantas, realmente cada una de admirar. En ese momento no tenía idea cuando iba a regresar a la capital pero no sentía ningún apremio por llegar de nuevo a la ciudad. Eso si, no fallaba de llamar a su madre por teléfono una vez a semana para que no se ponga nerviosa y piense que algo a pasado con su hijo -Si ella supiera la verdad- decía Joel para si mismo con pesar.
Las semanas pasaban y el tiempo no se detenía, Esperancita por fin se mudó a su nuevo departamento y su hijo Roberto ya trabajaba de manera formal en la misma empresa de Alfredo, sus vidas habían dado un vuelco de 360 grados. Ella feliz vivía esta nueva etapa con los ingresos de su inversión y el dinero que le alcanzaba su hijo Roberto, con eso podía llevar la casa sin apremios, ni dolor, no habían lujos, ni joyas, ni dinero que gastar, de ello no se quejaba, el cambio le había hecho bien a ella y a su hijo.
Alfredo y Mariane vivían su amor con la pasión y el cariño que se prodigaban, estaban contentos de haberse encontrado, de haber coincidido en este momento de sus vidas, salían juntos, viajaban y disfrutaban de la mutua compañía 
Alegría comentaba con su esposo Antenor -siento que nuestra hija está cada día más feliz, se nota en la expresión de su rostro. Tengo por momentos temor que este amor termine sin una salida-.
-No seas tan pesimista mujer- contestó el esposo -no pienses demasiado y déjala vivir su vida, nuestra hija es una mujer adulta y sabe hacía donde va. Además me parece que Alfredo es un hombre serio y adulto para estar jugando a los noviecitos, dejemos que el tiempo diga lo que ha de ser-. concluyó Antenor.  
Concepción en su casa comentaba con su esposo Noel -sabes que siento una gran tranquilidad al saber que la vida a cobrado un nuevo orden, puedo verlo en Esperancita cada vez que nos encontramos, ella se siente feliz. Por otro lado Beti-Flor a vuelto a sonreír y la veo más animada después de su terrible experiencia con su madre biológica. Ahora sale con sus amigas y a vuelto aceptar invitaciones de algún joven  para ir a una fiesta, está de nuevo viviendo su vida de una joven. 
-Sí, debo aceptar que tienes razón, Beti-Flor es la misma de antes, creo que ya superó el dolor o al menos ha aprendido a manejarlo, nunca es fácil aceptar que tu propia madre te rechace, como lo hizo tu hermana- sentenció Noel con tristeza.
Mariane después del trabajo  fue a reunirse con Alfredo a un elegante restaurante de la ciudad era muy exclusivo y famoso por su deliciosa comida. A la hora de hablar por teléfono con Alfredo, notó que su novio estuvo algo misterioso, él muy serio le dijo: -Mariane tengo que hablar contigo es muy importante, te perece si nos vemos en el restaurante de siempre-. Ella no podía saber que es lo que en realidad deseaba decirle, no explicó nada en lo absoluto. 
Tal vez quería terminar con ella,  pensó, si es así no iba hacer preguntas ni poner objeciones solo aceptaría  la realidad para seguir su camino. Habían pasado seis meses desde que comenzaron su romance, siempre creyó que él también estaba a gusto a su lado, era imposible sospechar lo contrario.
Con un vestido de color azul y bellos zapatos negros de charol, se presentó Mariane en el restaurante a la hora convenida, ya se encontraba Alfredo en el lugar como siempre impecable y bien vestido, con el perfume de su colonia fina.
Alfredo al ver entrar a su novia se puso de pie y la saludo con un beso tierno: -querida estaba esperando por ti como te hable por  teléfono, tenemos que conversar de algo muy importante que nos compete a los dos- finalizó Alfredo.
Un poco preocupada y en guardia para esperar lo peor, Mariane contestó -no sé que puede ser tan importante que me hablas tan serio-. 
Alfredo sonrió y respondió -Por favor, escucha sin interrumpirme- dijo con un tono grave en la voz
 -nosotros nos conocemos cerca de seis meses, el tiempo suficiente para  saber- tensión en el ambiente Mariane esperaba lo peor, Alfredo continuó -que eres tú la persona con quien yo deseo pasar el resto de mi vida- del bolsillo de su saco, extrajo un precioso anillo de compromiso, hincándose en el piso  hizo la pregunta -¿Mariane quieres casarte conmigo?-.
La pregunta desarmó a Mariane, ella no esperaba una propuesta de matrimonio, si no todo lo contrario, se calmó y contestó -Alfredo por favor ponte de pie y toma asiento- el novio hizo lo propio y escuchó lo que tenía que decir Mariane -tu pregunta me ha dejado sin palabras, créeme que no pensé que me ibas a proponer matrimonio, nos conocemos hace solo seis meses y no sé si es suficiente como tú dices. Tal vez nosotros no debemos casarnos, yo tengo que decir algo importante, he cumplido treintaicinco años y no sé si voy a poder tener familia, seguro tú querrás tener hijos y yo no sé que puede suceder, te das cuenta de la situación-.
Alfredo contestó -Yo tengo la misma edad, si esa es tu preocupación olvídala, yo no me caso contigo para tener hijos, me caso porque quiero que seas mi compañera de vida, deseo compartir contigo mis días y mis noches. Si el cielo quiere darnos hijos, serán bien venidos y si no,  es la voluntad de Dios. ¿Aceptas mi propuesta?-. 
-¿Estás seguro de lo que dices?- preguntó al final Mariane.
-Si, estoy completamente seguro- contestó Alfredo.
-Si es así, acepto, digo si desde el fondo de mi corazón- agregó Mariane con una sonrisa. 
Alfredo tomó sus manos y puso en su dedo el hermoso anillo con el que sellaba el compromiso entre los dos. No habia palabras para describir la felicidad de los novios, estaban viviendo la etapa más bonita de su relacion. Ambos eran consientes de lo que sentían y querian vivir.


CONTINUARÁ 


       
  
             

 

lunes, 27 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

La primera reacción de todos los presentes al ver el cuadro en el que se encontraban los habitantes de la casa fue de pavor y sorpresa. Alegría y Concepción corrieron al lado de Esperancita, la amiga entrañable. La abrazaron y verificaron que estaba con vida, la policía llamó a la ambulancia, madre e hijo serían trasladados al hospital más cercano.  
Roberto el hijo de Esperancita también estaba con vida  pero igual que su madre se encontraba muy débil.
-¿Por qué Esperancita?- preguntó Concepción -no debiste llegar a este extremo, hubieras buscado nuestra ayuda, todas tus amigas del grupo te estaríamos apoyando-.
Esperancita solo alcanzó a decir -no quería molestar a nadie, ya no tengo dinero para vivir-.
Alegría comentó -no quiero que hables más, estás muy débil, todas tus amigas estamos contigo y vamos ayudarte a solucionar este problema, no pienses más en ello y no te preocupes-.
-No tengo dinero para pagar un hospital, es mejor dejarme morir-. contestó Esperancita con voz apagada.
Concepción con energía respondió -¡nada de pensar en morir! tú tienes muchos años de vida por delante y esto se va a solucionar-.
Mientras esperaban la ambulancia, Alegría y Concepción notaron que en la casa  faltaban algunos muebles, los adornos finos, la vajilla fina, los cubiertos de plata ya no estaban, al parecer la gran amiga había estado vendiendo estos objetos para seguir viviendo. En la casa también habian cuadros de un valor considerable que pertenecían algunos pintores famosos en el país, estos no se encontraban en su lugar, las paredes lucían vacías. Notaron además que el juego de té de plata no estaba sobre uno de los aparadores en el comedor. Ese juego, lo había comprado el abuelo y era de gran valor. Constaba de una tetera, azucarera, jarrita pequeña para la leche y una hermosa bandeja todo esto  trabajado en plata 925, certificada. 
Esperancita había vendido sus joyas que no eran poca cosa, todas tenían piedras preciosas como diamantes, rubíes, esmeraldas que ella en los buenos tiempos solía usar para ir a las reuniones o fiestas a las que eran invitados por sus amigos de la alta sociedad. Nada de esto existía ahora, el joyero donde se guardaban se encontraba vacío. Era una gran tristeza para sus amigas ver a Esperancita en un estado de desolación y angustia, Alegría y Concepción se preguntaban, si su amiga había querido terminar con su vida porque sentía que no había otro camino. Su hijo al ver el estado de la madre también quizo terminar con su vida. Los dos no sabían que hacer ni a donde ir. 
Antenor que estaba junto Alegría y Concepción comentó -su amiga ha olvidado que esta casa es un capital que ella puede usar. Vende la propiedad porque ya no la puede mantener, se muda a un departamento más pequeño y  la plata restante la puede invertir para tener un ingreso mensual. Roberto puede trabajar, aun es un hombre entero, vamos a pensar como lo ayudamos a conseguir un empleo, el asunto es no perder la perspectiva de que existe una solución-.
Esperancita apenas podía escuchar la conversación de sus amigos, ella nunca se había preocupado por el dinero ni jamás llevó las cuentas de la casa, de eso se encargaban primero el abuelo  y después su esposo. Es por ese motivo que no estuvo enterada de como iban la finanzas de la familia, hasta que se vio obligada a vender sus valiosas pertenencias porque ya no tenía dinero en el banco. 
El abuelo en su momento había sido un hombre muy importante, era recibido en los mejores salones y fiestas. Él supo administrar su fortuna y hacerla crecer, no podemos decir lo mismo del hijo, cuando éste heredó el dinero de su padre, se dedicó al derroche con terribles consecuencias.
Por otro lado el Capitán Guzmán realizaba las investigaciones del caso junto a sus agentes para asegurar que no hubo algún delito de terceras personas. Interrogó a cada uno de los presentes que se encontraban en la casa y sobretodo a Concepción que fue la primera en notar que algo raro sucedía con su amiga. Hay que decirlo, gracias a ella se salvó Esperancita y su hijo, de no haber sido así probablemente los hubieran encontrado muertos y en estado de putrefacción. Alegría y Antenor le daban las gracias por este hecho de gran amistad. 
Unos instantes más tarde llegaron la ambulancias y los paramédicos para socorrer a los enfermos, si es que así se les podía decir. Con los primeros auxilios fueron llevados en dos ambulancias al hospital, ahí se quedarían hasta recuperarse. Todo el vecindario se puso en alerta al ver llegar a las ambulancias. Se enteraron del caso de Esperancita y su hijo, se ofrecieron  ayudar, en lo que hiciera falta. 
Ajena a toda esta situación en el vecindario, Mariane y Alfredo disfrutaban de su cena en un elegante restaurant de la ciudad, ellos estaban felices, no había duda sobre  sus sentimientos y comenzaban a vivir su romance sin temor. 
Joel se encontraba lejos, en la casa de campo de sus padres, salía todas las mañanas muy temprano para hacer largas caminatas al aire libre, el viento en su rostro le despejaba la mente y encontraba la paz que tanto necesitaba en medio de la naturaleza. Por encargo de su hermana llamaba a su madre cada semana para que sepa que él está bien. 
Después de disfrutar de una exquisita cena, Alfredo se ofreció a llevarla a su casa, cuando los dos llegaron habían muchos vecinos, entre ellos el grupo de amigas de Alegría. Concepción se acercó a saludarla y Mariane preguntó que sucedía por qué tantos vecinos reunidos, Beti-Flor fue la encargada de ponerla al corriente de los hechos sucedidos momentos antes. Alfredo y Mariane no salían de su asombro, no podía ser que Esperancita y su hijo pasaron por unos momentos de tanto peligro. 
Antenor en voz alta pidió la atención de los vecinos reunidos en su casa: -todos aquellos que deseen colaborar con Esperancita pueden hacerlo, se va abrir una cuenta en el banco para ayudar a nuestra amiga a pagar los gastos del hospital-. En ese instante nadie dudó en querer ayudar a la estimada amiga, muchos de los presentes, se acercaron Antenor para dar su colaboración de dinero en efectivo. 
Alfredo comentó a todos los vecinos reunidos en la sala: -yo me ofrezco en persona a conseguirle un trabajo a Roberto como agente de seguridad en la empresa, él puede presentarse cuando lo necesite-.
Los vecinos celebraron el ofrecimiento de Alfredo y ya sabían que él y Mariane eran una nueva pareja.
Beti-Flor al lado de Mariane comentó -mi querida amiga que felicidad saber que estás comprometida, mi deseo es que pronto se casen y sean muy felices-. sus palabras fueron sinceras.
-No, Beti-Flor- contestó Mariane -no debemos adelantarnos a los acontecimientos, no sé que puede pasar en el camino y no quiero pensar, ahora solo deseo vivir este romance que me llena de amor-. fue la respuesta de Mariane a su joven amiga, ella no deseaba ilusionarse hasta no estar segura.


CONTINUARÁ                                 

 

lunes, 20 de enero de 2025

TRES HISTORIAS...¿DONDE ESTÁ JOEL?

Mariane se acercó Alfredo para saludarlo, éste se puso de pie de inmediato, se disculpó por llegar sin avisar a esas horas de la mañana:
-Mariane no quería molestar  deseaba hablar contigo y preguntar si en realidad existe un futuro para nosotros, si en este momento me dices que no, yo no insisto más y nunca vuelvo a molestarte-.
-Alfredo- contestó Mariane -por favor toma asiento, no te preocupes por venir a esta hora, no es tan temprano. Con respecto a tu pregunta puede decirte mil veces si existe un nosotros, tengo que disculparme, yo estaba equivocada, me gustaría empezar todo de nuevo para que no existan dudas entre tú y yo, reconozco que mi actuación no estuvo bien, me preocupe por Joel sin considerar tu persona. Ahora puedes disculparme- sentenció Mariane.
No hubo respuesta, Alfredo se acercó a ella la abrazó y besó, los dos deseaban un nuevo comienzo, en ese momento no existía el mundo a su alrededor. Se prometieron que antes de decir algo debían pensarlo bien. En ese instante llamó Alegría: -¡Mariane! ¿Quién nos visita?- preguntó.
-Es mi madre- comento Mariane  -Alfredo me gustaría presentártela creo que es un buen momento-.
La madre de Mariane entró para saludar y su hija aprovechó la ocasión para presentarlos, Alfredo muy atento la saludó -señora cómo está,  es un gusto conocerla-.
La conversación entre ellos fluyó amigablemente, Alegría estaba feliz de conocer a un joven tan educado y atractivo, hacía una linda pareja con su hija, los dos se veían tan bien juntos. Antenor al escuchar las voces en la sala también se acercó a preguntar quien había venido. Su hija los presentó:
-Padre te presentó Alfredo- dijo algo turbada -es mi novio-.
Antenor muy serio lo saludó, pero fue amable con él, recién lo conocía no podía hacer un juicio sobre su persona, tenía que tratarlo más a fondo.
-Ha sido un placer conocerlos pero ahora debo retirarme, tengo que ir a trabajar en realidad me vine aquí primero para despejar algunas dudas. Ahora que todo está bien debo despedirme- comentó Alfredo y se puso de pie.
Mariane lo acompañó hasta la puerta, estaba feliz que los nubarrones oscuros se hallan disipado y el cielo era más azul que nunca. Al despedirse Alfredo comentó
-Fue muy grato conocer a tus padres, creo que ahora no va existir dudas entre los dos-
-No hay dudas y todo es más claro que nunca. Joel está en la casa de campo de mis padres y va a quedarse ahí un buen tiempo, dice que desea encontrar paz y tranquilidad después de lo vivido, no quiere saber nada de nadie al menos por un tiempo-. Aseguró Mariane.
Los novios quedaron en verse para cenar, Alfredo invitó a Mariane a un restaurante muy famoso por su exquisita comida. A las siete de la noche era la cita. 
Cuando Alfredo se fue, Alegría preguntó a su hija donde había conocido a este nuevo pretendiente. Mariane comentó que fue en una reunión, no podía decirle la verdad de como se conocieron porque Joel estaba en el centro de la historia. La madre no contenta con ello le hizo una serie de preguntas que Mariane supo responder y dejarla por el momento tranquila. 
-Madre debo salir, tengo que hacer algunas gestiones y prepararme para regresar al trabajo, mis vacaciones se acabaron y debo confesar que fueron unas vacaciones atípicas, las que nunca voy a olvidar-.
Mariane subió a su habitación para terminar de arreglarse. Alegría en la sala conversó con su esposo.
-Antenor, estoy feliz por nuestra hija y su compromiso pero también estoy triste porque se va ir de la casa y no la vamos a ver seguido-.
-Alegría, no te adelantes a los hechos, no sabemos que va pasar, solo debemos sentir felicidad al saber que nuestra hija es feliz. Nosotros no somos eternos y ella debe encontrar su camino- respondió Antenor a su esposa. El padre no habló más pero en el fondo sentía una gran triste, su amada hija, tal vez se case y se vaya a vivir junto al caballero que había escogido. Pero existía una gran verdad, todavía debía correr mucha agua bajo el puente para que se definan las cosas. Para los padres siempre es difícil aceptar y despedirse de un hijo que se va  del hogar.
Alegría tenía que darle la razón a su esposo, ellos no eran eternos, era una satisfacción saber que Mariane no se quedaba sola. En ese instante de plena conversación, la puerta de calle se abrió, era Concepción que venia a saludar a Alegría. Antenor se puso de pie y se retiró a su estudio, la vecina era muy amable pero cuando hablaba no paraba de conversar. Las amigas tenían que saludarse y hablar de sus temas pensó el esposo.
-¡Alegría!- dijo Concepción mientras abrazaba a su amiga -no sabes la felicidad que tengo de que hayas regresado de tu viaje, nuestras amigas del grupo te han extrañado tanto. Tengo que contarte algo muy importante, tienes una hija maravillosa, ella tuvo tanta paciencia conmigo y con Beti-Flor. Escuchó nuestros problemas y nos ayudó a resolver situaciones complicadas, ya te contaré más adelante los detalles-.
-Mi querida Concepción -contestó Alegría -yo también las he extrañado y no veía la hora de regresar, tenemos que reunirnos el viernes siguiente para celebrar el cumpleaños de Mercedes-.
-¡Si! de todas maneras tenemos que celebrar a Mercedes y por supuesto tu regreso- con una actitud misteriosa Concepción continuó -Alegría, no pretendo perturbarte recién has llegado pero hay algo  que me esta molestando y debo decirlo- unos segundos en silencio y comentó -desde hace tres días observó que en la casa de nuestra amiga Esperancita (así la llamaban todos) no hay movimiento, nadie entra ni sale. Tú sabes muy bien que ella vive solo con su hijo y no veo a ninguno de los dos. Estoy preocupada-. concluyó Concepción.
-Mi querida amiga, seguro se han ido de viaje y no han avisado a nadie-.
-No, no Alegría, esto no es normal me parece que algo pasa, la casa esta a oscuras y no hay movimientos de vida, creo que debemos avisar a la policía o a los bomberos-. Concluyó nerviosa. 
Concepción, era una persona muy atenta y siempre estaba pendiente de lo que sucedía en el vecindario, nada se le escapaba, conocía la vida de casi todos los vecinos. Ella fue la primera en  enterarse que Teresita hija de otra familia del vecindario, se fugó del hogar con su novio y esto debido a que sus padres se oponían al noviazgo. La joven hasta la fecha no regresaba con sus padres, de esto había pasado más de un año. Por eso cuando ella decia algo tenían que escucharla.  
Esperancita era parte del grupo de amigas de Alegría y Concepción, vivía con su hijo que era un hombre adulto. El abuelo y suegro de Esperancita hizo una gran fortuna en la época de la explotación del caucho, por ello vivieron una etapa de oro en sus vidas pero cuando el abuelo murió y el hijo  heredó la fortuna, no supo administrar el dinero, gastaban como si no hubiera un mañana. Compraban joyas, hacían viajes y otros gastos sumamente costosos. En pocas palabras despilfarraban el dinero. Sumado a todo esto, las malas inversiones se llevaron la fortuna. Llegó el momento en que el dinero se acabó. Debido a esta situación el esposo de Esperancita entró en una depresión profunda y murió, dejando a su esposa e hijo en el infortunio. Para agravar el cuadro de la familia, Roberto el hijo no sabía como ganarse la vida, fue criado con demasiada contemplación y consentimiento.  En resumen no tenían como vivir, al parecer las joyas de la madre también se habían acabado y no sabían que más vender para el sustento. Su situación era grave, esto último lo ignoraba el grupo de amigas del vecindario, Esperancita era muy orgullosa y nunca contó a las demás nada sobre la situación dentro de su hogar.
-Alegría, creo que debemos actuar, estoy segura que algo malo sucede - Agregó Concepción impaciente y se persignó llena de devoción.  
La corazonada de Concepción podía ser cierta y para salir de dudas Alegría contestó: -Si tienes ese presentimiento y has observado que algo pasa, llamemos a la policía para que allanen la casa y puedan ver que sucede adentro-.
Antenor sin proponérselo escuchó la conversación de su esposa y su amiga, estuvo de acuerdo con Alegría. 
-Ahora mismo debemos llamar a la policía pero antes de actuar, vayamos a tocar la puerta para saber si están- comentó el esposo.
-¡Antenor!- exclamó Concepción -más temprano yo llamé a la puerta varias veces, toque el timbre y nadie contesta. Estoy alarmada no sabemos nada de Esperancita y su hijo-.
El esposo sin perdida de tiempo llamó a la policía, ellos eran los únicos que podían entrar a la casa para investigar que sucedía en su interior. Cuando llegaron las fuerza del orden, comandados por el Capitán Guzmán forzaron la puerta, adentro se encontraron con un cuadro deprimente. La casa estaba en desorden y había mucho polvo acumulado como si no se limpiara desde hace varias semanas. Lo más terrible fue subir  las escaleras al segundo piso, en la primera habitación estaba Esperancita en su cama, aún con vida y muy débil, en la siguiente habitación estaba Roberto hijo de ésta, también en  cama y al borde del desmayo. Ambos presentaban un fuerte cuadro de deshidratación se encontraban semi inconscientes, la escena parecía de espanto. Era como si la madre y su hijo se entregaban a la muerte sin tener otro camino, ni destino.


CONTINUARÁ         
              
           

 

lunes, 13 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

En la sala de conferencias quedaron solo Alfredo y Augusto, Gerente General de la empresa. Luis Alberto iba camino al aeropuerto y Joel ya se había retirado.
Augusto comentó -ahora que hemos solucionado el problema de mi hermano que ha sido un trago amargo, esto fue algo que nunca debió darse, Luis Alberto no me dejó otro camino. Alfredo el proyecto "Costa Azul" ha quedado sin dirección, necesito un hombre de confianza para dirigir la obra, he pensado que tú puedes ocupar ese cargo, estás preparado para llevarlo a cabo hasta el final, conoces muy bien como realizarlo-. 
Alfredo respondió incrédulo -agradezco la confianza en mi persona, voy a poner todo mi empeño para que llegue hasta el final  con el éxito que debe ser-.
-Es muy bueno estar de acuerdo en este campo, el proyecto debe estar bien construido y terminado, no no podemos detener todo lo avanzado-.  Finalizó Augusto, se puso de pie, felicitó a Alfredo y se fue camino hacía su oficina.
La sala quedó en silencio, nadie podía imaginar que momentos antes hubo una gran discusión entre los hermanos dueños de la empresa. Alfredo tenía otra responsabilidad más por encargo del Gerente, el proyecto "Costa Azul" estaba en sus manos. Debía dirigir, analizar cada paso y ejecutar la obra dentro del presupuesto que estaba planificado, además de entregar el proyecto en el plazo pactado, era todo  un desafío.
Cuando Augusto se fue a su oficina estaba molesto por lo ocurrido con Luis Alberto, el hermano mayor no tuvo otra salida que cortar el problema de raíz el problema. 
Una hora más tarde Alfredo llamó a Mariane para comentar con ella todo la sucedido. La invitó a cenar en un restaurante muy conocido por él, el lugar era acogedor e íntimo. Mariane llegó al poco tiempo y como siempre puntual, era su costumbre.
Cuando vio a Alfredo en la mesa que había reservado se acercó, ambos se saludaron con amor, él estaba contento de encontrarse con ella.  
Alfredo sujetó la mano de Mariane y con voz pausada dijo -tengo tantas cosas que contarte que no sé por donde empezar, primero debo comentar que el problema de Joel está resuelto, al menos en lo concerniente a la empresa. En ese mismo instante comenzó a decir como fue la conversación con Augusto y su hermano, cada detalle, cada palabra y al acuerdo que habían llegado. Con respecto a Luis Alberto ya no estaría más para dirigir el proyecto: -Mariane, solucionados estos graves problemas, podemos vivir por fin nuestro romance y pensar en nosotros, que todo el mundo se entere que estamos juntos. Podemos salir a pasear y viajar si así lo deseamos, con Joel no comenté de lo nuestro, creí que tú querías ser la que se lo diga, si no estás de acuerdo puedo hacerlo yo, tú ¿Qué opinas?-. termino de hablar Alfredo.
Mariane se tomó unos segundos para contestar, lo que escuchó de los labios de Alfredo no le gustó: 
-Debo ser sincera contigo- respondió Mariane -Luis Alberto se va muy tranquilo sin recibir el castigo que merece y todo el peso de la ley, mientras mi hermano está sufriendo una serie de problemas nerviosos y estuvo al borde de la muerte, eso no me parece justo-. 
-Estoy de acuerdo Mariane- respondió Alfredo  -pero Joel desde un comienzo no quiso presentar una denuncia a la policía, él deseaba terminar todo el caso de una vez, por eso firmó un acuerdo confidencial-. 
Mariane estaba molesta, ella quería que Luis Alberto se presente ante la policía para declararse culpable por lo que hizo, fue algo tan repudiable y atroz. Cómo iba pensar en ella y su romance, no era el momento para ello.
-Debes disculparme, no puedo pensar en mí ni en ningún romance, mientas no hable con Joel,  necesito aclarar ciertas cosas que me están molestando de todo este asunto. Alfredo no existe un nosotros-. Mariane fue clara al decir esto último, se disculpó y se puso de pie, ella lamentó su decisión, era algo que debía hacer.
Alfredo confundido y triste se quedó solo en la mesa  del restaurante, no imaginó que tanto le molestaba a Mariane, la decisión de su hermano. Pensó que tal este romance no tenía futuro y que era mejor olvidarse de todo. 
Mariane llamó por teléfono al hotel para comunicarse con su hermano, este desde su habitación contestó, ella le dijo que iba en camino al hotel para hablar con él: -Mariane es tarde, pensé que ya estaba en casa- exclamó Joel.
-Joel necesito hablar contigo, es importante, me he enterado de  todo el problema y de la solución a la que han llegado, estoy en camino, espérame en el lobby- insistió Mariane.
Los hermanos se encontraron en el hotel donde se hospedaba Joel, Mariane no dudó un segundo y muy directa le dijo a Joel lo que pensaba sobre el acuerdo -debiste presentar una denuncia contra Luis Alberto para que el pueda responder por su delito-.
-Mariane, voy a decir esto por última vez y no quiero volver hablar del tema -respondió Joel con énfasis -no voy presentar una denuncia porque yo también soy culpable de lo que pasó, no deseo que se ventile mi terrible error en una corte, en un juicio, en pocas palabras siento vergüenza por haber actuado del modo que lo hice y por otro lado no deseo que nuestros padres se enteren que su hijo se convirtió en un delincuente. Para mí este asunto está cerrado, sé que con el tiempo voy a superar mis dolencias nerviosas y pesadillas, lo que necesito es alejarme de la ciudad y estar en un lugar donde pueda encontrar paz. Mañana mismo parto hacia el campo, a la casa de nuestros padres para encontrar la serenidad que necesito. La vergüenza me consume por eso no quise ver ni hablar con nuestros padres-.
Las palabras de Joel no dejaron dudas a Mariane, ella iba a respetar la decisión de su hermano, su preocupación la llevo a dudar, pero ahora sabía que él no iba a cambiar de idea.
-Si es lo que has decidido, entonces yo no tengo más que decir- sentenció Mariane -Joel solo quiero pedirte una última cosa y no puedes decir que no, llama por teléfono a nuestra madre, ella no vive si no sabe de ti. Tú sabes que ella sufre de los nervios-.
Joel prometió que al día siguiente llamaría  a Alegría, su madre,  para que sepa que está bien y se quede tranquila. Los hermanos se despidieron con un abrazo, Mariane comentó -me alegra verte de nuevo y saber que estás vivo, no sabes todo lo que lloré al no saber donde estabas-.
Mariane tomó el camino de regreso a su casa, llegó muy tarde, entró sigilosamente y fue directo a su habitación, era una mujer adulta, sus padres no la esperaban despiertos. Antes de acostarse pensó en Alfredo, quiso llamarlo pero desistió, él ahora seguro no quería saber nada de ella. Después de su última conversación las cosas no habían quedado bien entre los dos. 
Mañana trataría de ponerse en contacto con él para conversar y saber si aún había un nosotros.
Muy temprano amaneció, un rayo de sol penetró por la ventana de Mariane, ella todavía dormía y no quería levantarse, estas vacaciones fueron demasiado agotadoras, pasaron cosas que nunca olvidaría,
Alegría toco la puerta del dormitorio, eran casi cerca de las nueve, el reloj no perdonaba el tiempo pasaba muy rápido: - Mariane Joel llamó temprano, habló primero conmigo y después con tu padre, nos comentó que está bien y que se va quedar un tiempo en la casa de campo, quiere estar en contacto con la naturaleza. Me siento más tranquila ahora que hable con él-.
Mariane sonrió a su madre, ella estaba más calmada y nada la angustiaba -que bueno que Joel se haya comunicado ustedes- sentencio.
-Señorita Mariane- interrumpió Asunta -la busca un caballero que dice llamarse Alfredo, está en la puerta de calle-.
-Asunta has lo pasar a la sala por favor, dile que enseguida estoy con él-. contestó Mariane con prisa.
-Madre tengo que levantarme, ¡no puede ser! Alfredo ha venido como es posible- mientras decia esto, el corazón le palpitaba a cien por hora, estaba emocionada, feliz y a la vez sentía temor, se detuvo de golpe y pensó, tal vez solo viene a decirle que ya no quiere saber nada de ella y que es mejor que cada uno vaya por su camino. No, no creo que sea eso, tomarse tantas molestias para venir a buscarla. 
Se aseó y alistó lo mejor que pudo, se puso un vestido de verano de colores alegres, luego bajo las escaleras lentamente, las piernas le temblaban se tomó del pasamano para no caer. Antes de entrar a la sala se dio ánimos, en la puerta se detuvo, ahí estaba Alfredo, impecable, atractivo y bien vestido con su terno azul, ella podía sentir el aroma de su perfume fino. 


CONTINUARÁ     
 
   
                   
     

 

lunes, 6 de enero de 2025

TRES HISTORIAS... ¿DONDE ESTÁ JOEL?

En la sala de conferencias estaban los tres reunidos y Alfredo tomó la palabra para presentar a Joel con Augusto, luego de las presentaciones, le cedió la palabra al Gerente, éste preguntó a Joel: 
-¿Cuantos meses has trabajado al lado de Luis Alberto? en ningún momento lo mencionó como su hermano-.
Joel un poco inquieto contestó:
-Trabaje con el señor Luis Alberto cerca de cinco meses-.
Augusto volvió a preguntar -¿Cuando comenzaron a distorsionarse las cuentas y girar los cheques con cantidades adulteradas?-.
-Todo comenzó a finales del segundo mes de trabajar junto al gerente- respondió Joel, sus manos comenzaron a temblar, su respiración fallaba por momentos. Él todavía no había superado su problema nervioso por el secuestro que sufrió semanas antes, el solo recordar sus días de encierro lo llenaban de angustia y dolor. Se sobrepuso de inmediato, no quería que el Gerente lo señale como alguien que finge un estado nervioso. Joel con voz pausada comenzó a explicar desde el comienzo todo lo que había sucedido con las cuentas, el dinero a donde iba y las órdenes que recibía de Luis Alberto para hacer compras fuera de tiempo y justificar los gastos. También declaró paso a paso desde cuando comenzó a chantajear al Gerente para que le pague por su silencio y que él estaba dispuesto a devolver hasta el último centavo, el dinero del chantaje. Luego habló de su secuestro y a la tortura que fue sometido, donde casi pierde la vida. 
Augusto no justificó a su hermano pero le preguntó a Joel -¿por qué no fuiste con Alfredo para comentar lo que estaba sucediendo? en cambio te aprovechaste de la situación-.
-Señor- dijo Joel -reconozco mi culpa y se que actúe con alevosía y premeditación, quise sacar partido de la ocasión y me arrepiento no solo por lo que pasé sino porque todo este problema jamás debió suceder.  Augusto respiró profundamente miró a Joel y dijo -háblame de los archivos sellados que tienes, quiero verlos-.
Joel prendió la computadoras de la empresa, escribió la clave y entró a su archivo, en éste se encontraban todos los datos exactos y reales de las cuentas, la entrega de cheques y gastos, de dinero, viendo el archivo no tenía necesidad de explicar cada paso, todo estaba muy claro. Alfredo hizo imprimir el contenido y toda la información que éste guardaba para que Augusto pueda estudiarlos con calma. Con los documentos en sus manos podía llegar a la verdad de la difícil situación.  
Augusto interrogó a Joel con severidad, no quería que se pase ningún dato o cifra con respecto al dinero y lo más importante deseaba interrogarlo sobre la obra en construcción y si  ésta se había visto perjudicada en su ejecución,  Joel fue muy descriptivo y veraz al decir que la obra en sus cimientos y columnas estaba bien, no tenía materiales de mala calidad, los edificios podían soportar un movimiento telúrico de gran intensidad. 
-No señor- contestó Joel -la obra hasta que yo estuve en el proyecto no tenía una construcción deficiente, más allá en los días de mi ausencia, no puedo responder-.  
-Alfredo me ha informado  que has renunciado a la empresa desde que terminó tú cautiverio y ahora estás en tu casa, que piensas hacer en los días venideros-. interrogó Augusto.
Joel no tenía respuesta para esto,  le sorprendió las palabras del gerente -no lo he pensado aún señor pero lo que si estoy seguro es que deseo mantenerme un tiempo libre  para sanar mi estado de salud-.
En la sala de conferencias nadie esperaba que irrumpiera violentamente Luis Alberto, venía molesto porque habían ordenado detener la construcción del proyecto, éste al ver reunidos Augusto, Alfredo y entre ellos a Joel, comprendió rápidamente de que se trataba la reunión. Augusto con tono severo lo invitó a entrar y tomar asiento.
-Que bien que hayas venido, justo te iba mandar llamar-. agregó el Gerente General y pidió Alfredo y a Joel que se retiren de la sala, tenía que hablar con Luis Alberto a solas para que explique su situación y si era verdad lo ocurrido con Joel, más tarde habría una conversación cara cara entre los dos, ahora era importante escuchar lo que tenía que decir Luis Alberto.
Augusto vio a su hermano como si no fuera de la familia, de otra manera no podía dar crédito de lo que estaba haciendo a sus espaldas. Quería escuchar sus palabras, sus explicaciones y el por qué actuó como actuó 
-Augusto has entrevistado a estos empleados sin que yo esté enterado- dijo Luis Alberto de manera despectiva -¿Qué has averiguado o qué mentiras te han contado?-. 
Augusto montó en ira y señaló a su hermano con el dedo, en voz alta dijo -¡No te atrevas a fingir que eres inocente! en mis manos tengo las pruebas de toda la verdad con respecto al dinero y a la cuenta en el extranjero. Cómo has podido realizar malos manejos y robar a tu propia empresa. Tengo los  archivos donde está la explicación de lo que estabas haciendo. Sabes muy bien que es fácil con esto comprobar la malversación de dinero-. 
Luis Alberto pensó de inmediato que Joel lo había traicionado, la ira se dibujo en su rostro. Augusto continuó hablando - lo más grave de este problema es que secuestraste a un empleado, lo torturaste al punto de poder llevarlo a la muerte. ¡En que estabas pensando Luis Alberto! matar a este empleado y luego desaparecer su cuerpo en el fondo del océano, ¡Perdiste el juicio! o llegaste a un límite desesperado. También me entero que la policía estuvo caminando en la empresa, haciendo una investigación con respecto a la desaparición de Joel Torre. 
Luis Alberto reaccionó con la misma ira y se enfrentó a su hermano, gritó -¡Siempre te has creído dueño de la empresa, tu palabra se tiene que cumplir sí o sí!. No se puede pensar diferente o contradecirte, eso jamás lo puedes tolerar ¿Quién te crees?-.
Augusto tuvo que hacer un esfuerzo para controlarse y no golpear a su hermano, con tono severo contestó: -Yo no me creo dueño de nada, solo estoy cuidando los intereses de la empresa y la familia. Si nuestras empresas se van a la quiebra, arrastraríamos el sistema financiero del país, te das cuenta de la responsabilidad que tenemos, además de nosotros dependen cerca de ochocientos empleados que se quedarían sin empleo. No contento con robar a tu familia,  se te ocurre la brillante idea de secuestrar a un empleado y torturarlo. No puedo creer que caíste tan bajo y con tremenda crueldad. Te di carta abierta y toda mi confianza para que dirijas el proyecto "Costa Azul" que es una gran obra y tú que haces te dedicas a robar a la familia. ¿Por qué?... no entiendo  
Luis Alberto, contestó con rabia contenida a su hermano -el empleado que mencionas se atrevió a chantajearme para guardar silencio, tenía que recibir su merecido-. 
Augusto movía la cabeza sin dar crédito a las necedades que escuchaba de su propio hermano, se preguntó a si mismo ¿Si tenían la misma sangre? ó ¿Si habían nacido de la misma madre?. 
-Escucha bien Luis Alberto lo que voy a decir- recalcó Augusto -de hoy en adelante quedas separado de cualquier función de la empresa, no vas a dirigir absolutamente nada y escucha bien, quedas desterrado del país. No te atrevas a protestar o reclamar algo porque te aseguro, como que soy tu hermano "Yo  personalmente voy a la policía y te denuncio por robo, secuestro e intento de homicidio y te entierro en prisión varios años, te puedo prometer que no va ser una prisión dorada" ¡Me has entendido bien!- sentenció Augusto al final.
Luis Alberto nunca había visto a si a su hermano de esa manera, él podía hacer lo que decía si existían las pruebas, unos años en prisión era lo último en que pensaba después de tener una vida tan cómoda.
-En este momento vas a ir a preparar tu maleta y tu pasaje de avión, tu destierro comienza en Europa a partir de ahí, puedes ir a donde quieras. Yo voy a comentarle tu situación a nuestra madre, le diré que tu viaje es por trabajo. Dos de mis guardas espaldas te van acompañar hasta que subas al avión. No me retes Luis Alberto y ruega que Joel no presente una demanda contra ti, lo que él hizo no es nada, comparado con lo que tú hiciste.- acotó al final Augusto.
De la sala de conferencias donde estaban reunidos, salió Luis Alberto hecho una furia, no podía resistirse a la orden de su hermano. Un viaje al extranjero, no le quedaba otra salida.
Las carpetas de trabajo quedaban en la manos de Augusto, la conversación que tuvo con su hermano fue lamentable para él, jamás hubiera querido tener que llegar a ese extremo. Luis Alberto lo había puesto a prueba, luego pensó que Joel era un problema si presentaba una denuncia a la policía, era necesario hablar con él. Alfredo y Joel esperaban en una sala aparte, cuando el primero los llamó a su presencia.
Preocupado Agusto interrogó a Joel, imaginó que la situación de Luis Alberto se podía agravar, no conocía al Capitán  Guzman pero presentía que no era un hueso fácil de roer. 
-Joel- preguntó Augusto cuando estaban de nuevo en la sala de conferencias: -es necesario que me asegures de una vez si vas a presentar una denuncia a la policía, es importante, debo saberlo-.
-No señor, no voy a presentar ninguna denuncia, yo también soy culpable del problema que nos  reúne en está sala. Cierto es que pude haber muerto pero por gracia del cielo no fue así, deseo olvidar este trago amargo para superar el trauma del encierro. 
Augusto prometió a Joel pagar los gastos médicos de un especialista para que se atienda y lo ayude a superar los miedos y pesadillas que lo atormentaban y darle una buena liquidación por sus años de servicio.
-Esto no lo hago como un pago a tu silencio, lo hago porque sé que pudiste perder la vida y Luis Alberto nunca tuvo derecho a torturarte como lo hizo. Comprende que debes firmar un trato confidencial para quedar en orden. 
Joel aseguró que solo quería el dinero que le correspondía por ley y por los años de trabajo, para él lo más importante era pasar esta página amarga donde se escribió su tormento y pesadillas. 
Alfredo intervino y agregó -acepta Joel lo que el Gerente te ofrece es una manera en que la empresa te indemniza por daños y perjuicios. Firma el documento y serás libre para comenzar una nueva vida.
Sobre la mesa Alfredo extendió el documento que ya estaba preparado, Joel firmó en la línea puntuada, a partir de ese momento era una persona nueva y quería salir del lugar para respirar tranquilo.