lunes, 29 de diciembre de 2025

TRES HISTORIAS... ¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Domingo al medio día, la hora del almuerzo familiar había llegado, Nany y el tío Felipe llegaron a la casa de Oscar para presentarse ante la familia. Liza, Fanny y Mery fueron las primeras en salir a saludarlos querían conocer al tío Felipe, hermano de su padre y por supuesto abrazar y saludar a Nany su querida abuela. 
-Tío Felipe que gusto conocerte- dijo Liza -mis hermanas y yo teníamos grandes deseos de hablar contigo-.
El tío Felipe sonrió y abrazó a cada una de sus sobrinas muy jovial dijo: 
-No sabía que Oscar tenía hijas tan hermosas y bien educadas, la verdad es una agradable sorpresa para mí- respondió el tío.
Gracias por tus palabras tío- agregó Mery -por favor pasen a la sala, en pocos instante vienen nuestros padres para saludar-.
Fanny cerró la puerta principal y los invitó a sentarse en los cómodos sillones de la sala, que felicidad sentían todas al tener al tío en casa y poder conversar con él. Nadie preguntó porque se había ido de la casa y porque se perdió por tantos años, esas preguntas solo le correspondían hacerlas a Nany. ella tenía toda la autoridad de madre sobre sus hijos.
-Tío que bueno que estés en la ciudad teníamos tantas ganas de conocerte y saber como es tu vida en la selva, cuéntanos un poco de ello- comentó Liza mientras esperaban la presencia de sus padres.
Felipe accedió a contar algunas historias sobre su vida en el campamento, de inmediato acaparó la atención de sus sobrinas que estaban fascinadas con sus relatos, como la  vez que se encontró cara a cara con un jaguar que en la región lo conocen con el nombre de otorongo o la vez que un jabalí atacó a un grupo de científicos que se habían acercado demasiado a sus crías y también la curiosidad de los monos al ver seres humanos cerca. Ellos son criaturas traviesas y le gusta arrojar las cáscaras de la fruta que comen o algunas semillas, a muchos hombres del grupo les han caído en la cabeza. Siempre que se camine en el monte se debe tener mucho cuidado no sabes en que momento saldrá un animal para atacar pero eso no es común
Oscar Martel y su esposa entraron a la sala, Felipe se puso de pie para saludar a su hermano y a Felicia: -es un gusto conocerte, mi hermano me habló de ti pero se olvidó de decirme que eres muy hermosa, ahora comprendo de donde viene la herencia de la belleza de mis sobrinas, por supuesto que mi madre también les ha heredado su belleza.
-Gracias Felipe, eres muy amable, para mí también es un placer conocerte, Oscar me habló que estabas en la ciudad- contestó Felicia y Nany agregó:
-Hijo, eres muy zalamero y amable, gracias por tus palabras-.
-Bueno- comentó el doctor -nos dejamos de palabras amables y pasemos al comedor que ha preparado un delicioso almuerzo-.
-Oscar falta Gema- agregó Felicia -debemos esperar un poco, ella seguro está en camino-.
Esto era verdad Gema acababa de estacionar su carro al frente de la casa de su hermana y tocó el timbre de la puerta. Mery fue a abrir para recibir a su tía, la abrazó y le dijo muy bajito al oído: -hay una sorpresa en la sala, vas a conocer al tío Felipe, es muy agradable y tiene un gran sentido del humor y a la vez una vida llena de aventuras-. 
Gema se quedó sorprendida, el tío Felipe, el hermano desaparecido de Oscar.  Gema entró a la sala junto a Mery, sonrió al ver al hermano de Oscar, Felipe se puso de pie y fue el doctor quien los presentó.
Felipe se quedó mirando a Gema unos segundos y dijo: -perdona Oscar pero siento una gran envidia por tu persona,  estás rodeado de mujeres hermosas, no tengo palabras para describir mi sorpresa-.
El doctor Martel contestó: -si, me siento feliz y orgulloso de estar rodeado de mujeres tan lindas e inteligentes además-. 
Toda la familia estaba lista para almorzar, en segundos pasaron al comedor para disfrutar del almuerzo familiar. Sobre la mesa habían exquisitos platos y excelente vino y como era de esperar el tío Felipe acaparó la conversación con sus relatos sobre la selva, por un segundo hizo un paréntesis para comentar: -Gema es un gusto haberte conocido y te invito a visitar el campamento que está cerca al Manu, sería maravilloso recibirte-.
-Gracias Felipe por la invitación y por las historias que cuentas debe ser muy bello el lugar pero yo soy una persona tan citadina que no sé si podría acostumbrarme-. respondió Gema.
-Te aseguro Gema que salir de la ciudad unos días te haría muy bien, en la selva se respira un aire especial y puedes conocer un hermoso parajes. 
-¡Si tía Gema!- exclamó Mery -vamos juntas a mí me gustaría conocer el campamento, tío yo también puedo ir-.
-Cuando tu desees Mery, mi invitación es para todas y a ti Oscar te espero en cualquier momento-. 
-Vamos a pensarlo- contestó el doctor, no muy convencido de hacer un viaje a la selva. 
El resto de la tarde transcurrió con una conversación amena y las historias del tío Felipe acapararon la atención de sus jóvenes sobrinas, la tía Gema sonreía por las preguntas que hacían cada una de ellas.
Anochecía en la ciudad y llegó el momento de despedirse, Oscar llevaría a su madre y a su hermano a su casa, Gema se quedó un rato más al lado de su hermana, tenía curiosidad por saber que opinaba de su cuñado y que decía Oscar al respecto.
-Mi querida hermana sé que me vas a preguntar y desde ya te digo que yo recién lo he visto y me parece una persona agradable, no entré en detalles sobre su vida porque no me corresponde. Oscar está igual de sorprendido y Nany se siente más que feliz, es su hijo que vino de regreso al hogar, aunque serán solo unos días a lo sumo un mes.
Gema contestó: -a mí me ha parecido una persona amable y no sé aun si voy aceptar la invitación al campamento, tal vez sería una nueva experiencia, a Mery le va a gustar si viajamos juntas-. 
-¡Si Gema! si viajas hazlo con Mery, ella se va sentir en el paraíso-.
El padre llegó a su casa una hora más tarde, llamó a Liza que aun no se había acostado. 
-¿Padre me has llamado?- preguntó Liza.
-Si querida hija, te he llamado para preguntar por Américo, no lo invitaste al almuerzo- comentó el doctor.
-Padre no es eso, Américo y yo hemos terminado nuestra relación- respondió Liza. 
Oscar Martel se sorprendió por la respuesta de su hija: -Liza que ha pasado, ustedes se veían muy felices juntos-.
-Padre- contestó -converse con él sobre todos los inconvenientes que existen y sobre nuestras carreras y sueños. También quiero decir que no deseo vivir con miedo esperando en que otro momento va sufrir un atentado, lo que pasó fue de terror, no quiero vivir así, por eso termine con él-. 
El padre de Liza se sorprendió por lo que iba a decir pero igual habló con su hija: -no espere nunca decir esto, pero piensa bien lo que vas hacer, no estoy en contra ni a favor de Américo pero es un hombre que a demostrado ser correcto responsable y te quiere. No voy a presionarte para que sigas con él, es tu decisión, solo te pido que medites con cuidado- señaló el doctor a su hija.
Liza agradecio a su padre y se fue a dormir, al día siguiente iba a tener un día complicado. Fanny se levantó al alba, tenía que salir a dejar un trabajo de la universidad en la casa de una amiga de ahí se iban juntas a su casa de estudios. En la puerta principal estaba Umberto esperando, Fanny no hizo un movimiento de disgusto y él se acercó a ella, la saludó y preguntó si había recibido las flores que mandó.
-Fuiste tú quien envió las flores, en la nota no estaba tu nombre, ni era tu letra- dijo Fanny muy seria.
-No, era la letra de la señorita de la florería- habló Umberto.
-porque lo hiciste- contestó -me quede preocupada pensando quien podía ser-.
-Quería que pensaras que podía ser yo-.
Fanny y Umberto se encontraban frente a frente, él comentó: -yo todavía pienso en ti, Fanny si tú me dices que no quieres nada conmigo, yo desaparezco de tu vida, nunca más vuelves a saber de mí-. 
-Umberto este no es lugar para hacer esa pregunta, tengo clases y debo irme, nos encontramos en la biblioteca a las once, a esa hora tengo un descanso- finalizó Fanny.
La hora pasó muy rápido y como habían acordado se encontraron en la biblioteca, Fanny vio la cara de Umberto y se acercó:
-No he podido concentrarme en clase pero de una vez vamos a solucionar nuestras deferencias. Yo acepto regresar contigo, siempre y cuando no permitamos que nuestras madres interfieran en nuestras vidas y nos presionen a casarnos. Luego deseo que tomemos las cosas con calma, es nuestra vida y nuestras decisiones, si no estas de acuerdo dímelo ahora y desaparece de mi vida- sentenció Fanny.
Umberto sonrió y respondió: -estoy de acuerdo con todo lo que me pides mi querida Fanny, nadie va interferir entre los dos- tomó sus manos y las beso, luego le pidió salir de la biblioteca, en las escaleras la abrazó y beso. Quedaron en encontrarse después de clases. Era el último semestre en los estudios de ambos. La felicidad se notaba en el rostro de Umberto, Fanny sonreía al saber que estaban de nuevo juntos, sabía que su familia iba a ser feliz cuando se enteren de la noticia. 
Un mes más tarde el tío Felipe ya recuperado y con sus exámenes de sangre con buenos resultados, tomaba el avión para regresar a la selva y al campamento donde trabajaba. Le prometió a su madre que regresaría cada dos meses para visitarla y estar con ella.
-Madre, te prometo regresar, ahora que la vida me ha dado una segunda oportunidad, no voy a perder momentos para estar con mi familia, tal vez más adelante me quede a vivir en la ciudad pero por el momento no puedo-. 
Nany se quedó feliz con la promesa de su hijo, habían sido años en los que vivió equivocado. Tenía a sus dos hijos cerca, debía  dar gracias al cielo.
Oscar Martel llevó a su hermano al aeropuerto para despedirlo: -no te olvides de cuidarte, toma las precauciones del caso para evitar enfermedades tropicales- le advirtió. 
-Oscar- contestó Felipe -voy a tener más cuidado con mi persona. Te espero en el campamento, no te vas arrepentir si vas, es un paraíso-.
Los hermanos se despidieron con un abrazo, Oscar Martel respondió: -te prometo que lo voy a pensar, soy igual que Gema, una persona muy citadina.


CONTINUARÁ       


 
  
   
           
   
      











     

  
     

 

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