martes, 17 de junio de 2025

TRES HISTORIAS...¡TRABAJO, SOLO TRABAJO!

Con la invitación del congresista Américo Panduro a la cena en la casa del embajador de su partido Liza apenas tenía tiempo de prepararse, Felicia se sentía feliz por su hija, el congresista era una persona muy conocida y de buena fama en el ambiente político, era en pocas palabras un buen partido si su hija deseaba aceptarlo, pero para sí misma la madre pensó -no debes adelantarte a ningún hecho Felicia. Es solo una invitación y nada más- en su fuero interno no podía dejar de sonreír de alegría.
Ayudó a Liza en todo lo necesario para que el día de la cena ella luzca hermosa y elegante, sin exagerar, nada podía ser peor que un exceso de arreglo o un vestido que no se vea elegante. Felicia sugirió ir al taller de modas de "Beverly" la dueña era muy reconocida  porque vendía los  vestidos más  elegantes, con  colores de moda y de telas muy  finas. Después de probarse varios escogieron uno que hacía resaltar la belleza natural de Liza sin que sea exagerado, ella era hermosa y no necesitaba demasiados adornos. El mismo día de la cena, en la mañana Liza recibió un bello ramo de flores que le enviaba Américo, con una nota que decía "Para la flor más hermosa, esto puede sonar a cliché pero es verdad mi querida Liza".  En la tarde la joven fue al salón de belleza para que la peinen y maquillen, con todas estas idas y venidas, ella no había notado la molestia de su padre el doctor Martel. Éste se sentía un tanto incómodo, no le agradaba en lo absoluto que su hija salga con el congresista Panduro y le molesto más aun que no fuera consultado sobre la cena. 
-Felicia- dijo molesto su esposo cuando se encontraban a solas en su habitación -en que momento Liza fue invitada por el congresista a la cena del embajador, no se me consultó en momento alguno si estaba de acuerdo-.
-Querido Oscar fue hace apenas unos días, como tú siempre estás ocupado Liza aceptó porque pensó que no había ningún inconveniente y que tú estarías de acuerdo, además Américo es una persona correcta y muy seria, no veo nada de malo que nuestra hija acepte la invitación a una cena formal- contestó Felicia con un tono de felicidad en la voz que no podía disimular. 
-Voy hablar con Liza para que me explique, no estoy de acuerdo que haya aceptado esa invitación- contestó el doctor a su esposa.
-Te ruego Oscar, no arruines la felicidad de tu hija con reparos que existen solo en tu mente- respondió Felicia apenada por la opinión de su esposo y el fastidio de la invitación 
Oscar Martel salió de la habitación, no deseaba discutir con su esposa, él no estaba de acuerdo con que su hija asista a la cena.  Llamó a Liza a su estudio para hablar con ella y comentó: -Liza ¿En qué momento me ibas a comunicar sobre la invitación del congresista Panduro?-.
La joven preocupada por el tono de voz y la pregunta que le hizo su padre contestó: -fue hace unos días que vino a la casa a buscarme y me invitó a la cena, no vi nada malo en aceptar, es una persona respetuosa, tú mismo me lo has dicho en varias ocasiones, no comprendo ahora tu molestia. Él ha sido muy correcto conmigo-.  
Era un poco tarde para negarle a Liza el permiso de asistir a la cena, dentro de una hora vendría a recogerla Américo Panduro, en esos minutos mientras su hija terminaba de arreglarse hablaría  con él, no era posible que se tome licencias que no estaban permitidas.
En el segundo piso en la habitación de Liza estaban sus hermanas y su madre ayudándola con los últimos retoques, la joven se miraba en el espejo y se veía tan bella como una flor al amanecer. El vestido, maquillaje y peinado la hacían lucir elegante, distinguida y hermosa.
Fanny y Merry no dejaban de halagarla, Liza estaba sonrojada por tantas palabras de admiración de sus hermanas y su madre no dejaba de sonreír y decirle que lucía bella.
-Por favor- exclamó Liza -no me digan nada más porque voy a pensar que es verdad, aquí las únicas bellas son ustedes y nuestra madre, no me hagan sonrojar- luego dio una vuelta y se miró en el espejo éste le devolvió la imagen de una linda joven.
Mientras Liza terminaba su arreglo con ayuda de su madre y hermanas, en la sala de la casa conversaban el padre de Liza y Américo Panduro, éste habia llegado hace unos minutos, el doctor lo recibió y no estaba muy feliz con la invitación a su hija y así se lo hizo saber.
-Américo yo te he dado mi confianza y te he brindado mi amistad, te digo de frente y sin rodeos, no me agrada que hayas invitado a mi hija a la cena  en la casa del embajador, ella no conoce el mundo de la política y no deseo que la conozca- el doctor habló molesto y Américo Panduro se dio cuenta que no estaba fingiendo, ni sonreía complacido.
-Oscar Martel mi intención jamás ha sido pasar por encima de tu autoridad de padre de abusar ni de tu confianza, pensé en Liza para invitarla porque es una joven muy agradable y educada además de hermosa. Jamás imagine que podías molestarte-.
El padre de Liza iba a contestar pero en ese instante entró en la sala Liza con su madre y hermanas e interrumpió la conversación, el doctor ya no podía decir nada más para no estropear el momento de felicidad de su hija. Además Liza se veía tan linda que Américo no dudo en decirle que iba ser la envidia de los presentes en la cena, la joven sonrió y dio las gracias por sus palabras.  
-Américo- habló Felicia -creo que se hace un poco tarde es el momento de que se vayan para llegar puntuales a la cena.
-Si es cierto la hora nos va a ganar, gracias señora por recordármelo y gracias doctor Martel por concederme el permiso de salir con su hija- dijo muy solicito Américo.
Al padre de Liza no le hizo mucha gracias sus palabras ni la compañía para su hija, ya habría tiempo de conversar con el congresista  y aclarar algunos puntos. 
Nadie sabe como se entero la prensa de la cena el la casa del embajador pero habían varios periodistas apostados en la puerta de la casa para tomar fotos de los diferentes invitados y de Américo Panduro con su nueva acompañante, todos se preguntaban quién era la joven que estaba a su lado, nunca antes la habían visto. La noticia sería primera plana en varios diarios al día siguiente. Mientras tanto Liza y Américo disfrutaron de la cena y de la reunión que estuvo muy amena, muchos de los amigos insinuaban que era su nueva pareja. Liza trató de sonreír y disfrutar de la velada, todos los que lo rodeaban fueron muy amables con ella, después de todo era la pareja del congresista del momento.
En casa de su familia, el doctor hablaba con su esposa de lo molesto que estaba, no quería a su hija en compañía de Américo, aunque reconocía que era un hombre agradable y formal, no deseaba que Liza esté expuesta a tantos comentarios.
-Oscar creo que estás exagerando- comentó Felicia.
El doctor respondió: -no estoy exagerando quiero a mi hija lejos de comentarios que no siempre pueden ser buenos, además ella todavía es muy joven.
-Querido, es una invitación es muy posible que ya no la vuelva a invitar- agregó su esposa con serenidad. 
-Ojalá así sea y Américo Panduro desaparezca de nuestras vidas- dijo el doctor imaginando lo peor.
-Oscar vamos a tomar un té caliente y te habló de como vamos a celebrar la navidad, que vamos a preparar en la cena, tú sabes bien que siempre están invitadas Nany y Gema. Nuestras hijas han preparado sus regalos y quieren que pasemos una noche buena en la paz y con  amor familiar-. dijo  Felicia todo esto para que su esposo se relaje y olvide su molestia. Tomaron el té en la sala y hablaban de la celebración de noche buena. La presencia de Merry los interrumpió, ella estaba feliz de verlos juntos porque así podía hablar con los dos a la vez y pedir el permiso que necesitaba.
-¡Qué bueno que estén los dos aquí en la sala! porque así puedo decir lo que tengo pensado hacer después de las fiestas de navidad- Merry se sentó muy cerca de sus padres y prosiguió: -padre, madre voy hacer un viaje en enero junto con mis amigas de colegio, vamos a ir con mochilas y calculamos que el viaje va a durar un mes. Pensamos visitar varias ciudades del sur del país, solo vamos las cuatro amigas, quiero que me den su permiso, por el dinero no se preocupen yo tengo bastante ahorrado de las clases con mis alumnos-. terminó de decir Merry y esperaba la respuesta de sus padres.
Felicia y su esposo miraban a su hija perplejos, habían escuchado bien, Merry se iría de viaje con sus amigas, solo las cuatro durante un mes.
-Merry- contestó el doctor -desde ahora te digo que no cuentes con mi permiso, es un viaje que no pueden hacer cuatro menores de edad solas y durante un mes. No, no y no-
-Merry tu padre tiene razón, son demasiado jóvenes para hacer ese viaje-. agregó la madre con voz serena para que su hija comprenda lo que le decían.
No, la joven no estaba dispuesta a comprender, ella quería hacer ese viaje junto a sus amigas, por eso contestó: -Madre- levantó la voz -nunca me dejan hacer lo que deseo, con el pretexto de que soy menor, pero se acabó, yo quiero hacer ese viaje, he sacado buenas notas, quiero un premio y puede ser ese viaje-.
Los padres no podían creer la reacción de su hija menor que siempre había sido una niña razonable, ¿Por qué insistía en un viaje que no iba a realizar sin la compañía de un adulto?. 


CONTINUARÁ                           
         

 

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